Mal sentada acaricia su gato. Oleo sobre lienzo 72 x 62 cms 132 AGUAITA V E I N T I C I N C O / D I C I E M B R E 2 0 1 3 D O S S I E R Ángel Loochkartt: “Yo aprendo de lo que me asombra” De una entrevista con Álvaro Suescún T. Estoy en el sitio de los orígenes. Cerca de aquí ocurrió el comienzo de todo. Cuando el mundo era una noche densa primero fue el mar, así está escrito en el catecismo de los Caribes. Todo estaba oscuro, no había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas. Después se hizo la luz y surgieron los colores. Desde siempre busqué tener los ojos puestos en la pintura. Los escenarios comunes y corrientes permiten un tipo de relación con la vida, que es la misma relación con la pintura. El paisaje para mí es pintura, la calle es pintura para mí, los amigos y las tertulias, la fiesta, todas las manifestaciones humanas nos permiten concebir una idea pictórica. No desuno la vida, sino que la pongo focalmente en los ojos para hacer una obra con el rigor de lo que es la esencia de la pintura. Me parece importante no estar divagando. Abstraigo de las virtudes lo que es el acontecimiento natural humano para convertirlo en pintura. Mis ojos son para ver pintura, para analizar en pintura. Tengo unos recuerdos muy gratos de Meira Delmar. Ella, era muy sugerente en sus expresiones, en su idioma literario, Meira amó el mar e hizo suyo el lenguaje de las olas, y en nuestras conversaciones recurrentes me trasmitió esa pasión, de modo que yo también tengo un sentido marino, en la cuestión de la eternidad, el todo siempre está vivo y es eterno. El espectáculo de la vida siempre lo he pintado. Me he interesado en el folclore, lo que significa en las danzas, en nuestra cumbia. Hace un par de años traje a Barranquilla una exposición sobre el tango. Es un baile ritual, mágico. Mi pintura es una pasión constante. Desde cuando estuve en Bellas Artes hasta ahora nunca he dejado de pintar. Mis ojos ven pintura. Mi vista no toma la idea de la vida por separado, está en todas partes, me nutro de la calle, de lo que acontece, de las manifestaciones humanas, de las vivencias de la noche. Cada tema tiene su propia manifestación, su propio movimiento y su propia tensión. Es necesario que el artista conozca el punto de partida. Está en el valor interior de su material medido con una balanza objetiva; es decir, en nuestro caso, en el análisis del color, como pedía Kandisky. El concepto se basa en una cosa pura, en llegar en profundidad a un lugar que era incierto y ahora se hace cierto cuando la he revelado con mi paleta, con mi aporte gestual. Pienso que tengo el privilegio de darle vida a mi obra que es algo que está siempre en ascenso, voy buscando nuevas aventuras, no programo nada, lo único que sé es que voy a derrotar el blanco del lienzo para que, dentro de esa nebulosa, surjan los elementos compositivos, que se convierten en la estructura de todo lo que es, no el tema, las calidades pictóricas, el tema es un pretexto que conozco bien. He hecho una abundante serie y uno de los temas que más he trabajado es la angelología, la estudié en Roma, luego profundicé los conocimientos estudiando al AGUAITA V E I N T I C I N C O / D I C I E M B R E 2013 133 respecto lo que ha investigado Mario Cacciari. La pintura universal está llena de ángeles, creo en ellos. Todos tenemos un ángel, Wim Wenders hizo una película clave, ‘Bajo el cielo de Berlín’, la película supone un enfrentamiento con la realidad, y termina siendo una declaración de amor por la humanidad. Los ángeles son parte de mi cotidianidad, ahí están representados los amigos, los universitarios, algunos personajes que he conocido y que en mis lienzos aparecen con un nuevo sentido” La figura del ángel, casto y perfecto de la tradición cristiana, me pesa demasiado, es una carga que apenas pudiera soportar. Soy católico y creyente por convicción, pero me identifico más con los ángeles de la tradición del Islam, en ella son seres hermosos, con alas, que eventualmente sufrirán la muerte, pero están generalmente ocultos a nuestros sentidos. Me encanta representar a los ángeles. Los óleos de Sopó es uno de los tesoros del patrimonio artístico colombiano que más seguidores tiene, en un país que de- muestra especial aversión por ese arte virreinal que es tan rígido, quizás porque aparentan ser inexpresivos. Por allá a mediados de los 80s, el Centro de Restauración de Colcultura recuperó esas pinturas, yo me inspiré en ellos e hice una serie que todavía no acabo, y a la cual recurro cada vez que siento necesidad de hacerles un homenaje. La última vez que estuve allá quise tomarles fotografías a esas obras, pero el párroco me lo impidió con alguna razón baladí, antes de expulsarme públicamente, porque quise mostrárselas a unos amigos italianos, y desde el púlpito me echó como si fuera el demonio, sin entender que mi propósito era santo. Pepita es el personaje de mayor presencia a lo largo de mi obra, que a estas alturas ya es muy extensa. Cuando había pintado muchas cosas pensé que era necesario tomar una historia y darle vida en pintura. La Pepita nace prostituta en carnaval y hace la cuenta regresiva hasta llegar a niña, es celebre su tránsito por la vida, cuando es rica va a Rusia y se compra un ícono. Le presenté a unas Pepita celebra su cumpleaños en el campo con sus amigas. Oleo sobre lienzo. 30 x 40 cms. 134 AGUAITA V E I N T I C I N C O / D I C I E M B R E 2 0 1 3 Casilda entre la manzana y la mandolina. Oleo sobre lienzo. 100 x 90 cms. AGUAITA V E I N T I C I N C O / D I C I E M B R E 2013 135 El congo en lance erótico con Marinella. Oleo sobre lienzo. 109 x 89 cms. amigas, Juaca, Lulúa y Tallulah, tiene su gato, Ciro, que tiene permanencia actual en mi pintura, y así discurre, todo un personaje. Todos los años celebro a La Pepita pintándole un retrato. Cuando Heriberto Fiorillo, director de la Fundación La Cueva y del Carnaval de las Artes, me invitó a elaborar el afiche oficial de este evento, me sentí muy honrado, y no creo que sea necesario señalar aquí la gran trascendencia que han alcanzado en esa convocatoria de toda suerte de personalidades del mundo de la cultura. Después me anunció que haría una exposición de mi obra en el 136 AGUAITA V E I N T I C I N C O / D I C I E M B R E 2 0 1 3 teatro Amira de la Rosa, una especie de retrospectiva de mi pintura dedicada al carnaval, algo que no hacía desde 1979, cuando logré reunirla en la galería Skandia de Bogotá por iniciativa de Nina de Friedemann, y la emoción fue mayor. Y, como si eso no fuera suficiente, me dijo en una tercera conversación que yo era el artista escogido para hacer el homenaje central. De manera que no tengo palabras para explicar el sentimiento que me invadió y el orgullo que siento tras esos reconocimientos. La paleta de colores del Carnaval de Barranquilla es la más grande que existe, cromáticamente hablando, quien no aprehende del color del Carnaval de Barranquilla no va a ser pintor jamás. Es que tú ves tierra de siena tostada con magenta, eso no lo combina nadie en un cuadro, ves rosa al lado de un verde viridian, azul cobalto con tierra verde, amarillo de Chanbord con carmín, son paletas completamente emocionales del color, eso me hace pensar en esa libertad que el arte te otorga, sin darte cuenta te toma toda esa fuerza creativa, en las imágenes, en las máscaras. Yo aprendo de lo que me asombra, y siempre me asombra el carnaval de Barranquilla, de ahí mi recurrencia en ese tema. En algunos momentos los colores que predominaron en mi pintura fueron los grises, sucedió cuando me fui a vivir a Bogotá. Después me sacudí al entender que debía regresar a lo conocido, a esos constantes que aparecen en nuestro paisaje tomados del amarillo del marañón, del blanco de los cocos, de los rosas que contienen los icacos, los tintes fucsia del mamón, así como las tonalidades que nos brindan nuestras flores, la trinitaria, la capitana, la flor del arrebatamacho, las de robles y acacias, desde entonces mis colores se nutren de esa naturaleza que conozco a palmo, he recorrido toda la vida en esos colores y son los que espontáneamente se expresan en mi pintura. En mi obra procuro reiterar la posición reconocible del Caribe colombiano, especialmente Barranquilla. A mí me parece fantástico, rio y mar, en la tierra que me vio nacer. El paisaje lacustre que hay en las cercanías, nos habla de la cercanía del río. Esa es la característica que nos muestra nuestra geografía diferente, es lo que me lleva a la reflexión de que tengo tiempo para convertir esta circunstancia natural de la paisajística en una realidad pictórica. Carmel, el ángel, irrumpe en la danza. Grabado. 30 x 50 cms. AGUAITA V E I N T I C I N C O / D I C I E M B R E 2013 137