Agosto de 2011 La importancia de los Incentivos de Largo Plazo en la Remuneración Ejecutiva María del Pilar López V. La compensación de los líderes de la organización debe reforzar en forma balanceada el interés por mejorar el desempeño en el corto plazo, la ejecución de la estrategia planteada, la construcción de un futuro sostenible y la permanencia de la empresa en el tiempo. Esto se logra diseñando no sólo esquemas de Compensación Variable anuales, sino implementando Incentivos de Largo Plazo que extiendan el horizonte de interés en los ejecutivos y les permitan tener vivencias similares a las del accionista y compartir su realidad. La subsistencia de las organizaciones no es un privilegio garantizado: en cada momento deben justificar su papel como las administradoras óptimas de los recursos que les han sido asignados. Por ello, las firmas deberían propender no sólo por obtener un buen desempeño financiero anualmente, sino por darle valor al mercado y agregar valor a sus accionistas en forma sostenida en el tiempo. Sólo así, las firmas se “ganan el derecho a seguir existiendo”. Desempeño, Salud Organizacional y Sostenibilidad Definimos el Desempeño Organizacional como la habilidad para generar resultados positivos a partir de la explotación de una ventaja competitiva. Para mejorar el desempeño, son vitales la capacidad de ejecución y la alineación de la organización en pos de un objetivo común. Es usual medir el Desempeño Organizacional con indicadores financieros. Uno de los más utilizados es la Rentabilidad Total del Accionista RTA o TSR por sus siglas en inglés, Total Shareholder Return), un porcentaje que expresa el cambio de valor de la empresa y los dividendos pagados a los accionistas, en función el valor inicial. Este indicador se mide también en forma relativa a una referencia de mercado (RTA relativa). Otro indicador de Desempeño en el largo plazo es el Valor Económico Agregado (EVA por sus siglas en inglés, Economic Value Added). Si bien el EVA es una medida de gestión interna que mide si las utilidades generadas por la empresa son suficientes para cubrir el costo del capital que la compañía utiliza en su operación, es un indicador que está perfectamente alineado con el valor para el 1 accionista en el largo plazo . Por ello, hemos utilizado con frecuencia el EVA como indicador de largo plazo, especialmente en empresas cuyas acciones no transan en el mercado de valores. Sin embargo, no siempre las empresas que tienen resultados sobresalientes logran mantenerlos en el largo plazo, ni son las que más tiempo permanecen en actividad. Esto nos lleva a concluir que el éxito y la permanencia en el largo plazo provienen de encontrar un balance entre el desempeño de corto plazo y la ejecución de estrategias que permitan adaptarse a los cambios en el entorno, extendiendo la vida de las fuentes de ventajas competitivas o encontrando algunas nuevas. Este balance se ha denominado “Salud Organizacional” y puede definirse como las capacidades y prácticas que hacen que el desempeño sea sostenible en el tiempo. Tener buena Salud Organizacional implica desarrollar capacidades organizacionales únicas y difíciles de imitar, contar con personas con alta capacidad de adaptación, diseñar organizaciones flexibles que incrementen la autonomía y la innovación de las personas, explorar 1 Se ha demostrado que el Valor de una compañía se puede calcular como el Valor Presente de los Flujos de Caja Futuros, o como el Capital Empleado Inicial más el Valor Presente de los EVA’s futuros. 1 sistemáticamente nuevas oportunidades de crecimiento, y ejercer un liderazgo que refuerce la cultura de la ejecución y de la colaboración. en unos pocos indicadores claves que midan los resultados económicos y el avance en la ejecución de la estrategia, por lo general en forma anual. Finalmente, otro término de uso cada vez más frecuente es el de “Sostenibilidad”, asociado con el conjunto de prácticas ambientales y sociales que hacen que una empresa sea, además de financieramente viable y rentable, un ente en armonía con el medio ambiente que contribuye al desarrollo social de las poblaciones que constituyen sus grupos de interés (empleados, proveedores, clientes, comunidades locales y sociedad en general). Nuestra práctica nos ha llevado a utilizar la Compensación Variable como refuerzo de la Estrategia utilizando pocos indicadores en los cuales se combinan los resultados esperados y las principales variables de avance en la estrategia. Esto nos permite enfocar a las personas alrededor de las prioridades de la organización, mejorar el trabajo en equipo, y reforzar los mensajes que los líderes transmiten con los planes de acción y los proyectos que impulsan. Compensación Ejecutiva: ¿Cómo aprovecharla? Los esquemas de compensación de corto plazo se basan con frecuencia en el cumplimiento de las metas presupuestales. Esta práctica puede traer el riesgo de que dichos presupuestos sean cada vez menos exigentes, ante la tentación de “subprometer” para “sobrecumplir”. Por ello hemos complementado nuestra práctica utilizando metas de más largo plazo (Metas Grandes y Ambiciosas, comúnmente llamadas “Megas”), indicadores comparativos de los resultados de la empresa con otras empresas, industrias o países, y rangos de resultados esperados los cuales conllevan cierta tolerancia a las variaciones. La remuneración es un excelente medio para enviar mensajes, cambiar comportamientos y enfocar a la gente alrededor de ciertos propósitos. En este contexto, nos hemos preguntado cómo debe ser la compensación de los ejecutivos de una organización, de manera que envíe los mensajes adecuados sobre el comportamiento, desempeño y enfoque que se espera de ellos. Nuestra práctica y experiencia nos han llevado a plantear que la compensación ejecutiva debe enviar mensajes “balanceados” alrededor del interés por mejorar el desempeño en el corto plazo, la ejecución de la estrategia planteada, la construcción de un futuro sostenible y la permanencia de la empresa en el tiempo. Cada uno de estos temas tiene mediciones propias y un horizonte de tiempo para ver los resultados de las decisiones que se toman. Por ello, de la mano de nuestros clientes hemos desarrollado Sistemas de Remuneración con diversas capas, mecanismos y herramientas. Cada uno de ellos se encarga de enviar un mensaje específico. En primer lugar, el nivel del Salario Fijo nos permite retribuir el valor de los conocimientos y la experiencia de una persona, y establecer una política general de equidad y competitividad con el mercado. A su vez, la forma como se mueve el salario básico en el tiempo (el incremento salarial) puede reflejar el desempeño individual y el fortalecimiento de las competencias de cada persona. De otra parte, los Sistemas de Compensación Variable buscan que los participantes se enfoquen Como un tercer elemento de remuneración están los Incentivos de Largo Plazo que son el mejor instrumento para alinear a los equipos directivos con los objetivos de largo plazo de los accionistas: rentabilidad patrimonial y resultados superiores en forma sostenida, y permanencia en el tiempo. Los resultados de una organización se obtienen con una combinación del capital financiero de los accionistas y de los acreedores, y del capital humano de las personas que trabajan en ella. Por eso, la filosofía de los Incentivos de Largo Plazo se basa en la voluntad de accionista de compartir los resultados obtenidos con dicho capital humano. Los Incentivos de Largo Plazo facilitan también otros procesos en la organización. Por ejemplo, en los grupos empresariales donde el incentivo comparte el valor creado a nivel corporativo, se facilita la asignación de capital entre los diferentes negocios y proyectos: como los recursos se adjudican a aquellos proyectos que agregan más valor al accionista, y por lo tanto redundan en un mejor resultado para los participantes. Son 2 mecanismos que sacan a los ejecutivos del ciclo anual de planeación y les dan espacio para proponer y ejecutar proyectos cuyos resultados se obtendrán en el mediano plazo, y que probablemente se desestimarían si sólo existiera una compensación de corto plazo que se afectara con su ejecución. Los Incentivos de Largo Plazo también se utilizan como un mecanismo que facilita la retención de ejecutivos que son claves por la posición que ocupan o por su talento y proyección dentro de la empresa. Este tipo de mecanismos monetarios se potencian cuando se acompañan de un trabajo enriquecedor, oportunidades de carrera, de rotación y de crecimiento personal, y de un ambiente propicio para el desarrollo para la persona. Implementación de los Incentivos de Largo Plazo La implementación de Incentivos de Largo Plazo requiere responder varias preguntas: ¿Cuáles serán los Objetivos del Sistema? Estos dependerán de la estrategia y del momento de la compañía, y pueden incluir aspectos como el crecimiento, la diversificación, la rentabilidad, la recuperación tras una crisis, la retención de talento, la ejecución de un plan especialmente retador, el desarrollo de algunas capacidades organizacionales y, particularmente, la agregación de valor económico a largo plazo. ¿A quién cubrir con el Sistema? Los Incentivos de Largo Plazo cubren generalmente a la alta gerencia de la organización, encargada de escoger y liderar la ejecución de la estrategia. Se recomienda establecer algunos criterios de Cobertura para ciertos cargos (como criticidad, jerarquía, valoración, etc.), criterios de Elegibilidad para las personas (tales como tiempo mínimo en la empresa y/o el cargo, tiempo faltante para la jubilación, etc.), y Criterios de Permanencia, que faciliten la administración del Sistema. ¿Cuál puede ser el costo estimado del Sistema? Más que un costo estimado, debe considerarse la pregunta de cuál es el orden de magnitud de lo que el accionista está dispuesto a compartir. Es difícil tomar una referencia de mercado para responder esta pregunta, dada la gran variedad de mecanismos que se utilizan para su cálculo, y la dificultad inherente para valorar algunos de ellos como las opciones y las acciones, ante la incertidumbre frente al comportamiento de sus precios. Sin embargo, con frecuencia la cuantía estimada se establece distribuyendo la remuneración total de los ejecutivos entre el salario básico, la Compensación Variable a corto plazo, los beneficios y los Incentivos de Largo Plazo, asignando a cada uno de estos componentes, un cierto porcentaje. El inconveniente de esta práctica es que cualquier decisión sobre el salario básico, puede afectar el tamaño no sólo de la Compensación Variable sino también de los Incentivos de Largo Plazo. Otras empresas estiman una suma monetaria fija de dinero o un número determinado de acciones – reales o virtuales – para iniciar la operación del sistema. Recomendamos que, en el nivel corporativo y gerencial, estos incentivos representen un monto más relevante que la Compensación Variable, para que su interés y atención estén más centrados en el largo plazo que en la gestión de corto plazo. ¿Qué mecanismo utilizar? Existe una amplia variedad de mecanismos para generar los Incentivos de Largo Plazo. Antes de escoger alguno, conviene tener en cuenta si las acciones de la firma están inscritas en Bolsa o no, pues esto amplía el número de mecanismos disponibles. En el caso de compañías cerradas, es importante analizar las mediciones financieras de gestión interna, y si existen o no mecanismos de valoración aceptados por los mismos accionistas. Metas de Largo Plazo: Los Incentivos más sencillos se basan en el pago de cierta cantidad de dinero cuando se logra el cumplimiento de metas a tres o cuatro años. Por lo general, aunque estos planes generan enfoque en las variables escogidas, su peligro radica en que, al tener un horizonte fijo, el interés de la administración se enfoque en lograr el mejor resultado en ese momento puntual, y que no importe lo que venga después en materia de sostenibilidad y resultados futuros. Compartir el Valor Creado: En segundo lugar, aparecen los bonos que se generan como un porcentaje de la creación de valor económico (EVA), 3 y/o un porcentaje del cambio en el EVA de un año a otro (Delta EVA). Estos mecanismos son un excelente complemento de los sistemas de gestión por creación de valor para el accionista. Estos esquemas pueden aplicarse tanto a empresas maduras como a empresas en crecimiento, ajustando el sistema para que enfatice el nivel de EVA o su mejora, según sea el caso. Con frecuencia, los mecanismos descritos anteriormente se pagan mediante el uso de un “Banco de Bonos” que difiere los pagos y deja un saldo en riesgo. Este saldo en riesgo se asimila al “capital” que el ejecutivo “invierte” en la compañía. Su crecimiento depende de que los resultados futuros sean favorables, y si el mecanismo escogido da la posibilidad de generar bonos negativos cuando los resultados no se logran, el saldo en el Banco de Bonos puede convertirse en un sobregiro. Así, el ejecutivo vive algo similar al accionista ve disminuido el valor de su inversión en los momentos malos. El Banco de Bonos también extiende el horizonte de interés y permite que el ejecutivo esté dispuesto a hacer inversiones que temporalmente afectan el EVA de la compañía y pueden producir bonos negativos durante el periodo de inversión, que se verán recompensados con mejores resultados futuros, que él también va a compartir. Acciones u Opciones sobre Acciones: Cuando una firma tiene sus acciones inscritas en Bolsa, son más frecuentes las opciones sobre acciones y las acciones con períodos de negociación restringida (Vesting periods) que normalmente oscilan entre tres y cinco años. Las opciones son más apropiadas para empresas en crecimiento en la medida en que ganan valor sólo cuando se supera el precio al que se ejerce la opción, mientras que las acciones pueden usarse también en empresas más maduras donde no se esperan grandes incrementos en el precio de la acción. En países como Australia e Inglaterra es más frecuente el uso de planes de Opciones o Acciones cuyo pago está sujeto al cumplimiento de algún indicador de desempeño de la gestión de la compañía y a la permanencia del ejecutivo en aquella. Acciones Virtuales: Otros planes se basan en el uso de Acciones o Títulos Virtuales que representan el valor de una acción real. En estos Sistemas, se comunica al ejecutivo cuál es el número de títulos al que puede acceder si se logran las variables de desempeño. Este número de títulos representa el potencial que el ejecutivo puede llegar a recibir anualmente con el Sistema. Pasado un período - que normalmente es de tres años-, se evalúan las variables de desempeño que se hayan escogido y su resultado define cuántos títulos se adjudican efectivamente al ejecutivo. Puede establecerse entonces un cronograma dos oo tres años para que el ejecutivo pueda venderle a la compañía los Títulos que le han sido adjudicados, y obtener así su remuneración. El precio al que la compañía recompra los títulos o acciones virtuales puede estar referenciado al precio de la acción de la empresa en Bolsa o definirse con cualquier mecanismo de valoración que sea aceptado por los accionistas. En los grupos empresariales con propiedad controlante, los indicadores de desempeño se pueden evaluar a nivel de empresa o unidad de negocio, pero el Sistema puede basarse en un título virtual a nivel corporativo que les permita a los participantes vivir la realidad del accionista y diversificar su riesgo con un “portafolio” de acciones de los negocios de la Corporación. El instrumento a utilizar dependerá de la estrategia de la compañía, de los objetivos que se busquen con el sistema, de la disponibilidad de información y del convencimiento y soporte que el sistema reciba de los accionistas. ¿Qué indicadores se evalúan? Entre los indicadores de desempeño más utilizados está el de Rentabilidad Total al Accionista (que mide cambios en la valorización de la acción y los dividendos pagados), el Retorno sobre Capital Invertido (ROIC por su sigla en inglés), el crecimiento patrimonial y la rentabilidad patrimonial, entre otros. Todas estas medidas se pueden evaluar en forma absoluta o relativa comparándolas con una canasta de compañías o con algún índice bursátil. También se pueden hacer mediciones de rentabilidad comparándolas con un costo mínimo aceptable que, dependiendo del indicador puede ser el costo promedio de capital o el costo de 4 oportunidad del accionista. En cualquier caso, si el spread resultante es positivo, ello indica que la compañía está agregando valor. Es importante establecer siempre que la compañía puede modificar o suspender el Sistema en el momento en que lo considere adecuado. Paulatinamente, se pueden incorporar también mediciones asociadas a la salud organizacional como la construcción de equipos de trabajo competentes, el fortalecimiento de las marcas, la diversificación de riesgos, etc. puesto que avanzar en estos temas puede reflejarse también en un mayor valor para el accionista. La implementación del sistema debe analizar el impacto contable y laboral de los Incentivos de Largo Plazo, y tener en cuenta el impacto tributario tanto para la empresa como para los beneficiarios. En buena medida, la fuente de inspiración para las metas es la visión de largo plazo de la compañía, que en muchos casos termina expresada en los propósitos de la MEGA o Meta Grande y Ambiciosa. ¿Qué hace que el Sistema diseñado sea de “largo plazo”? Un Sistema invita a sus participantes a pensar a largo plazo mediante varios mecanismos: • • • • • Al medir indicadores de desempeño empresarial para varios años en forma acumulada o promedio. Al hacer que el bono anual que se causa, se pague en varios años Al construir, año a año, un saldo en el Banco de Bonos que está en “riesgo”, es decir, sujeto a que se logren los resultados de los años futuros. Al utilizar indicadores y metas de largo plazo, asociados a la creación de valor y a la permanencia de la empresa en el tiempo. Al crear interés en la suerte de la empresa aún después de la jubilación, para ciertos casos líderes. ¿Cómo implementar reglamentar los Incentivos de Largo Plazo? Es necesario prever mecanismos y reglas para los Incentivos de Largo Plazo ante eventos como el retiro voluntario, el despido, la jubilación, la pensión por incapacidad o la muerte de un participante. También es útil regular las implicaciones de los traslados y cambios de cargo, los cambios de responsabilidades y roles de un cargo, el ingreso de personas nuevas a la organización a cargos cubiertos por los ILP’s y la creación de nuevos cargos. Como de los Incentivos de Largo Plazo se liquidan anualmente, se hace indispensable una labor permanente de comunicación acerca del sistema, de manera que se mantenga el interés en el cumplimiento de las variables claves y que la gestión y decisiones del equipo ejecutivo, estén siempre alineadas con los objetivos del Sistema, o sea los de los accionistas. ¿Son los Incentivos de Largo Plazo apropiados para su Compañía? En nuestra práctica, las empresas han complementado sus esquemas tradicionales de compensación fija y variable con Incentivos de Largo Plazo cuando han enfrentado algunas de las siguientes situaciones: Cuando la compañía enfrenta un cambio importante de Estrategia y un reto significativo de crecimiento, diversificación, adquisiciones, etc. Los Incentivos de Largo Plazo son un excelente medio para comunicar los nuevos mensajes y prioridades, alinear y enfocar a los líderes de la organización en pos de ellos y vencer la inercia del pasado. Cuando se cuenta con talento de alto impacto en el negocio que es escaso en el mercado y de lento desarrollo Los Incentivos de Largo Plazo facilitan la retención del talento clave y complementan las estrategias de desarrollo de competencias y rotación de cargos. Cuando se desea alinear a los ejecutivos con el interés del accionista Compartir los resultados económicos de la empresa mediante Incentivos de Largo Plazo es un medio para crear intereses comunes, reforzar el compromiso con el resultado del negocio y extender el horizonte de interés de los participantes. 5 Cuando se enfrentan momentos de dificultad e incertidumbre sobre el futuro Los Incentivos de Largo Plazo permiten que los ejecutivos actúen y decidan con criterios similares a los de los accionistas, asumiendo el mismo papel del empresario, y luchando por el resultado futuro. Al ser de Largo Plazo, estos incentivos no necesariamente generan un impacto económico en la organización en los momentos de crisis, pero sí invitan a tomar acciones que permitan superarlas. Pensamientos Finales Los líderes de una organización deben tener la capacidad de moverse entre varios niveles de pensamiento, los cuales tienen diversos grados de abstracción y detalle. En el nivel más alto, deben trabajar sobre las grandes preguntas del largo plazo: la visión, la estrategia, el crecimiento, las opciones futuras, etc. Pero también deben ser capaces de “aterrizar” al nivel del día a día en el que se toman las decisiones tácticas y operativas del corto plazo, y en el que se requiere un mayor grado de detalle y comprensión. La remuneración ejecutiva debe servir como refuerzo a esta realidad gerencial, y enviar mensajes que estimulen el desarrollo de habilidades que les permitan distribuir su tiempo y su atención entre el pensamiento de corto y largo plazo. Si bien la implementación de un esquema de Incentivos de Largo Plazo es una decisión de los accionistas, más que de la Administración, es la mejor forma de apuntalar el futuro de la empresa y de compartir el resultado que se obtenga con el equipo ejecutivo que lo gestiona y administra. 6