crónica isabel olivera

Anuncio
CRÓNICAS
Era Martes...Miércoles, incluso puede que fuera un Sábado; daba igual...era el día!
¿Hora? Qué más da,¿no?...era la hora que tu quieras, era de día, era de noche...era la hora.
Día “D”, hora “H” que dirían en su día los que a Omaha Beach fueron a darlo todo. Afortunadamente, hoy la historia es bien distinta...hoy vamos a darlo todo, todo menos la vida...hoy vamos a disfrutar. Hoy solamente se trata de Pádel...se trata de Pádel ni más ni menos.
Como viene siendo costumbre, no recuerdo cómo llegué allí. Puede ser que me acercaran, quizás fui yo la que me desplacé en mi coche o en el de San Fernando o pudiera ser que esa mañana, si es que era de mañana, me despertara animada y llegara corriendo...el running ese que llaman ahora…¡averigua!
Como quiera que fuera, cuando quise darme cuenta, una voz familiar me estaba hablando, si bien, yo no era capaz de averiguar qué era lo que intentaba decirme…­¡¡¡ISA, ISA, ISA!!!!! y allí estaba yo, pala en mano con cara de boba... ­¿¿Qué pasa??...­¿Estás bien, Isa? Parece como que no estés…­Errr...mmm…¿qué?...sí...esto...vale…
De repente, tampoco sé cómo, fui consciente de dónde estaba. Era mi partido de pádel, era un piso azul,una red, cuatro paredes, era mi compañera Silvia y eran mis rivales de turno...era mi partido. Y, así, nos dispusimos a comenzar la diversión...no podía ser de otra manera.
A decir verdad, fue un partido extraño, fue un partido con poca intensidad y si he de ser sincera, quizás fuera un partido anodino. Resulta que ambas parejas jugábamos desde el fondo de la cancha, no había subidas a red y todo el juego se desarrollaba desde atrás, con la espalda pegadita al cristal...en principio podría parecer aburrido, muy aburrido, pero en definitiva no fue así; no obstante, hay que recordar que se trata de pádel ni más ni menos…
Empezamos fuerte mi compañera Silvia y yo y así nos pusimos con un marcador favorable de 0­3, pero esto no había acabado...el partido seguía golpe a golpe y casi sin darnos cuenta estábamos empatadas a 3 en el electrónico. Teníamos claro que no nos podíamos venir abajo, teníamos que seguir “arremangadas” y conseguir ganar el primer set pasara lo que pasara...con mucho trabajo, sin lágrimas, pero con sudor logramos hacernos con el primer set por un marcador de 3­6.
Otra vez, como por arte de magia, mi mente se evadió...y vagaba, vagaba, vagaba...Silvia se percató y me “jarreó” tal colleja, que me golpeé la rodilla con la frente, pero surtió efecto...mis ideas y pensamientos se centraron y dejaron de vagar...ahora mi mente estaba a lo que tenía que estar, ahora era fuerte, ahora había que trabajar en la definitiva para conseguir la victoria, pero sin olvidarse de la diversión...porque el día que la diversión no entre a la pista, ésta que escribe se quedará fuera con ella.
Tras el pertinente cambio de campo y los gritos de júbilo de la multitudinaria afición, comenzamos el segundo y, ójala definitivo, set. Con pilas, pelotas y palas nuevas volvimos al intercambio de golpes desde el fondo de la pista...el buen desayuno que había ingerido (o fue merienda?) me hizo bien y me encontraba cómoda...por suerte, mi compañera siempre se encuentra cómoda, incluso estando incómoda y eso es una gran ventaja...golpe va, golpe viene, punto va, punto viene...lo estamos consiguiendo...la meta está cerca...0­5 refleja el marcador y sabemos, somos conscientes de que tenemos la victoria en la palma de la mano. Ya dijo Freud que el subconsciente es un arma poderosa y así, previendo la victoria venidera e inminente, nuestra mente se relaja y perdemos el juego...1­5...joder!!!!!...esto no se nos puede escapar...tenemos que ir a por ello…
Inesperadamente, un ruido atronador hace retumbar las paredes de la pista...es cada vez más fuerte, cada vez más continuo...me molesta cada vez más y más…¿qué estará pasando?...mi mente vuelve a vagar...va y viene...torbellinos...olas…¿qué pasa?...no consigo centrarme…¿dónde estará ahora la guillotina con forma de mano de Silvia?...PIIIIIIIIIIIIIIIIIII... …
…
…
Ya no era mi partido de pádel, ya no era un piso azul, ni una red, ni cuatro paredes, no estaban ni mi compañera Silvia ni mis rivales de turno...ya no era mi partido…
Ruido ensordecedor que hacía retumbar las paredes, eso sí que había...persistía...y me indicaba una cosa...por fin me di cuenta...ya era hora...era hora de dejar de soñar...era Lunes, 7:30 am...y lo peor no era eso; ¡lo peor es que no habíamos acabado el partido!
La vida, que en ocasiones es sorprendente cual tema de Rosendo Mercado y Leño, hoy vuelve a hacer de las suyas...e­mail sin leer…”Liga Solextrem de Padelmérida”, reza el asunto...mi corazón palpita de manera desorbitada a la lectura del documento que me indica que el partido acabó en realidad...el partido se celebró...sí había paredes, sí estaba Silvia y sí había rivales...simplemente leí esto:
I
8ª jornada
Hora
Local
Visitante
Pista
1er
Set
2ª Set
S 22/03/2014
20:00
Sandra­Sonia
Isabel­Silvia
7
3
6
1
6
Isabel Olivera Viera
Descargar