El arresto de Pinochet trae recuerdos de tortura Alisa

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El arresto de Pinochet trae recuerdos de tortura
Alisa Valdez. Articulista del Boston Globe
Mientras el ex-dictador chileno, General Augusto Pinochet juraba desde su cama
en un hospital de Londres que lucharía contra el intento de España de pedir su
extradición por asesinato, genocidio, y tortura, un hombre barbado y de hablar
suave se sentó en su oficina de la calle Berkeley ayer a recordar.
Los soldados atacaron el hogar de Sergio Reyes en Punta Arenas en medio de la
noche robando las pocas joyas de su madre, lo vendaron, apuntaron sus rifles y
dijeron las palabras prepararse, apunten, fuego. Su madre gemía sus lamentos.
Martillaron los gatillos. Y luego, risas. Era una ejecución ficticia. Reyes fue
arrastrado a una prisión donde se le despojó de su ropa, se le aplicó corriente
electrica, se le sumergió en tanques de excremento humano, y lo golpearon
durante meses.
¿Cuál fue el crimen de Reyes? Era un guitarrista de 19 años de edad, cantante
folclórico, y un idealista líder estudiantil socialista. Al régimen de Pinochet, que
derrocó al democraticamente electo gobierno socialista de Salvador Allende, no le
gustaban los socialistas.
Al igual que otro cantante chileno de nombre Victor Jara, el Reyes de Boston fue
bestialmente torturado. Pero mientras Jara fue baleado en un estadio, Reyes fue
uno de los 500 prisioneros chilenos que los EE.UU. recibió como exilado, y uno
de los pocos que viven en el área de Boston. Llegó aqui después de tres duros
años en prisión, uno de ellos en un campo de concentración estilo nazi en Isla
Dawson.
Ahora, 19 años más tarde, Reyes se sentó en su oficina soleada, llena de plantas
del South End, contemplando el arresto de Pinochet en Londres. "Quizá Pinochet
comienza a saber lo que significa ser detenido e interrogado," dijo Reyes. "Se que
hay a personas que se sienten jubilosos al respecto. Yo no puedo. Porque sé que
su interrogatorio no será como el que me hicieron a mi."
Reyes, un gerente administrativo de la Fundación Crimen y Justicia cruza sus
dedos, busca palabras. "He tratado de escribir esto muchas veces," dijo, con
lágrimas que le aparecían, aun cuando trataba de sonreír. "Pero nunca pude. Es
demasiado dificil." Ayudado con preguntas, sin embargo, Reyes habló por casi
dos horas sobre los horrores que vivió en Chile, empezando en 1973, cuando
tenía 19 y era un lider estudiantil y laboral, y terminando con su destierro a
Boston en 1976, donde llegó con sólo $5 en el bolsillo.
"Estaba en mi primer año de universidad. Estábamos entonces en el tercer año
de Gobierno de la Unidad Popular de Allende. En nuestra juventud pensamos
que participabamos de cambios históricos.
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CEME - Centro de Estudios Miguel Enríquez - Archivo Chile
"El día del golpe recuerdo haber ido a la universidad y la primera cosa que vi fue
un grupo de soldados con un ametralladora de trípode gigantesca." Ese mismo
día, una lista se publicó en la universidad de sospechosos subversivos, personas
a las que arrestarían. Reyes estaba en la lista.
"Vinieron a mi casa una noche. . . . Podía oír la movilización del ejército afuera de
la casa, jeeps y camiones, soldados corriendo a colocarse en posición, listos para
tirar la puerta abajo. Recuerdo que yo mismo les abrí la puerta para que entren. .
."
La ejecución ficticia se realizó entonces. Luego se le llevó a una prisión
provisional en un hospital abandonado de la Armada. "La primero que nos hacian
era desnudarnos. Hay algo sobrecogedor al estar desnudo a la fuerza. En esas
circunstancias uno se encuentra en el estado más alto de la fragilidad…
"Y entonces fui torturado. Desde lo más brutal de ser golpeado hasta quedar
inconsciente, hasta medios más sofisticados de tortura, como golpes eléctricos
aplicados al cuerpo, y sumersión, habitualmente en excreta humana en un
tanque diseñado para ese propósito. Era procedimiento normal."
A finales de los 70s, el presidente Carter retiró el apoyo de EEUU al régimen de
Pinochet, y las Naciones Unidas habían empezado a cuestionar las violaciones de
los derechos humanos en Chile. A Reyes se le aceptó el destierro en los Estados
Unidos. Una mujer de la embajada americana recomendó Boston.
La vida aqui fue dura. Reyes dijo que consiguió un trabajo en una fábrica, y se le
despidió por no hablar inglés. Reyes aprendió inglés, hizo un grado en ingeniería
de computadoras, continuó encontrando solaz en su música, y eventualmente se
caso y tuvo dos niños.
Ahora, cuando Pinochet enfrenta un juicio por lo que su régimen hizo, Reyes y
más de a un millón de otros como él encuentran un poco de consuelo en la idea
que un juicio pueda establecer para siempre los horrores vividos bajo su
gobierno.
¿"Cómo podría imaginarse usted que algo así le pasó a alguien que hoy parece
absolutamente normal, que está aqui como todos en su oficina, en su barrio?
Pero sucedió asi. Me pasó a mí."
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