La Compañía del Ferrocarril de Santamarta pide permiso para

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RRIL DE SANTAMARIA
PIDE PERMISO
PARA CONSTRUIR MUELLES
SIN AUXILIO OFICIAL
BOOOTA-1904
. . .,a. DB
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..Qtta, C4LLB lO;a Ntbll8é
._o tuno
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J:fll.
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LA COMPAÑIA
DEL
FERROCARRIL DE SANTAMARTA
PIDE
PERMISO
PARA CONSTRUIR MUELLES
SIN AUXILIO OFICIAL
BOGOTA-rgo4
IMPRENTA
DE VAPOR, CALLE
JO,
NÚMEI\0
AdmiDiatrador 1 Corredor, Eel!ll&l'io Cuervo Aasel
t68
Yo Alexander Koppel, apoderado de The
Santama?'ta Railway Cornpany Limited, tengo
el• honor de deciros, lleno de respeto, todo cuanto
sJgue:
Va con el presente un ejemplar del nt1mero
12 098 del Diario Oficial, que contiene el contrato que en mi expresado carácter celebré con
el Sr. Ministro de Hacienda, sobre construcción
de varias obras en la bahía de Santa Marta;
contrato que está sometido á vuestra muy ilustrada consideración, no principahnente por lo en él
convenido, cuanto por lo previsto en el artículo
76, numeral 14, de la Ley Fundamenta).
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Sería inferir desacato á la notoria competencia vuéstra, si me empeñase á probar que los
muelles, obra cuyo descubrimiento se pierde
(como el de la navegación) en la noche de los
tiempos, obras son de progreso y de pública utilidad. Así lo ha declarado fa Ley 56 de 1890, y
A la vista de todos está que, facilitando los mue-
,·
-4Hes el embarque y el desetnbarqne de las personas y de las cosas, son hoy, por los grandes na, que cruzan e1 ceano, rr1as que nnnca necev1os
sarios en bahías que aspiren á ser puertos de la
in1portancia qne corresponde l1 los enormes adelantos de la civiliznción n1oderna.
Cuando In naYegación se bacía en barcos
de vela, f:;unta 1\inrta :-e apresuró á conbtruír sus
muelles de n1adern, do acuerdo con la navegación de entonceR. A1 presente esos muelles (los
que huy hoy pertenecen á la Cotnpañía que represento) deben en nllJinrse por otros rnodernos,
que estén á ln alt nra de lnR necesidades actuales.
Ello es de especial urgencia ahora : con la expedicióu de la Ley 61 de 1$>03, quedó la Empresa del Ferrocarril de Santntnnrta con\"'ertida en
una realidad si ~e la pern1ite coustruír 1nuelles
indispeusal>les, sen pura el trático del Ferrocarril,
sea para el descargue do los cuantiosos elen1entos
que la Compañía eRb1 pronta á despachar del Extranjero para la dilatada prolongación del dicho
Ferrocarril hasta el río Magdalf\na, conforme con
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lo últhna1nente pactado.
De aquí que la Compnñía empresaria, tan
luego co1no aceptó las modificaciones que contiene dicha Ley 61, se apresurara á proponerle
nl Gobierno un contrato de tnuelles en Santa
Marta, indispen8n bies para el servicio público del
Ferrocarril, y n1ás indi8pensables todavía para
atender á su prolongación.
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De~pués de largas, minuciosas y escrupulo&fsimns discusiones con el Dt·. Ferreira, con el
Dr. Molinn y con el Dt·. Torre~, se llegó, por fin,
al contrato pt·esentado A vnestnt sob~rana consideración. Pm·o al estudiárs~le en el honorable
Consejo de Ministt·os, le fueron intt·oducidas algunas rnodificaciones, que pido y espero no sean
acogidas por Vosotros.
Acaso el poco tietnpo de qne se dispuso en
el honorable Consejo, el no haberse podido enterar éste en los autecedentes del negoci~.>, el no
habm· oíJo nada de nuestra parte, y el hnber introducido las tnodificaciones tal vez con una simple lectura del contrato, fueron parte para que
las hubieran puesto. Estoy ~eguro de que un estudio atento del contrato habría causado su aprobación lisa y llnnu.
Es indispensable punto de vista para juzgar
del contrato, q ne é::;te no otot·gu pri vilcgio ninguno ; que npenas concede un si n1 ple permiso para
constrnír obrns de cviJente progreso y de notorio. utilidad púulicn; y qne no le itnpone al país
ni al Gobierno niuo·ún
g..-avatnen ni costo ninuuo
o
no, y que en ca1nbio le procura una renta sin
mernttl. de derechos ni tnenoscabo de intereses,
de todo lo cual os podéis convencer con pasar la
vista por todo su texto.
Teniendo todo aquello 1nuy en cuenta, voy
á penuitirme exponer delante de vuestro acatamiento los motivos {&iquiera en parte) que obli-
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gan á la Compañía que represento á solicitar de
Vosotros, con el mayor respeto, no aprobéis las
modificaciones á que aludo.
Dice la primera de las modificaciones :
" El artículo 4. 0 , así: ' Se concede el pertniso para la construcción de un solo n1uello, el que
debe ser construído y trazado á juicio de peritos
ingenieros nombrados por el Gobierno, do manera que no estorbe la construcción de otros Inuelles por cuenta del Gobierno ó de otros enlpresarios.' ''
Salta á los ojos que per1nitir la construcci6n
de un n1uelle que uo ~storbe la construcción de
otros, es no pern1itit· nada, absoluta1nente nada. ;
porque es obvio y patente que un niuelle ya
construido tiene forzosa, necesaria é indispensablemente que impedir en absoluto la construcción
de otro ú otros qne en algún punto toquen el
plano ó lugar del construído. La in1penctrabilidnd de los cuerpos no pern1ite-annque hnya tenido el honorable Consejo de Mini~tros la •nuy
buena voluntad de pennitirlo,-q ne haya. dos ó
más n1uelles silnultáneatnente en un tnistno lugar, ó que una obrn. material sea coustn1ída de
mouo que no estorbe la construcción de ot1·as
obras tnnteriales.
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Lo natural, lo justo es que el primero en
tiempo tenga preferencia en el derecho, como lo
pregona uno de los más conocidos aforismos de
la jurisprudencia universal. La naturaleza de las
~osas así lo requiere ; porque t quién construirá
nada, quién empezará en algo, si lo que construya ó emprenda queda desde luego sujeto á las
innumerables contingencias de no estorbar lo q11e
~tro ú otros quieran construír 6 hacer después 7
Son los nuevos empresarios los que deben respetar lo hecho antes que ellos ; y para que los naturales derechos de preferencia de la Compañía
tengan una justa y razonable medida, se estipula
en el artículo 4? del contrato que por medio de
peritos nombrados por el Gobierno y por la Compañía, se deter1ninará si las nuevas obras que el
Gobierno ú otros empresarios pretendan hacer,
estorban 6 n6 las anteriores de la Cotnpañía, y
que entre únas y 6tras no habrá otra compe~en­
cia que la de tarifas, en beneficio exclnsi vo del
público.
Es, pues, evidente que la segunda parte de
la modificación es inaceptable é infundada, toda
vez que destruye todo el contrato y subvierte los
principios del Derecho y de la equidad.
La primera parte, la que concede el permiso
para construít· un solo muelle qne debe ser co~s­
TRufoo Y TRAZADO á juicio de peritos 1ngenieros nombrados por el Gobierno, carece también
de fundamento.
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Lo que la Compañía pide es un simple permiso para dotar la aanplLt bahía de Santa &rta
con dos 1nuelles que ella va á construír á sus ex,..
pensas, sin ayuda del Gobierno y sin privilegio
ninguno; y el Gobierno le contesta que no le
acepta sino uno. Se cornprendeda que el Gobierno no aceptara sino uno . si él hubiera de gastar
algo, si algún derecho hubiera de perder; pero
no aceptar la construcción gratuita de dos Jnuelles que le mejoran el puerto, que le dan renta
y cuya nuda propiedad queda gratuitamente á
su favor, es cosa verdadera1uente incomprensible, sobre todo en la situación actual, en que la
urgencia de progreso es tanta como la pobreza
general del país. Nun ca se había hecho al Gobierno una propuesta n1ás liberal que la que le
ha presentado la Co1n pañía que represento, y
ninguno de los contratos celebrados por la N ación para obras rnateriales de progreso puede
ni i·emota1nente con1p:1rarse en punto de generosidad por la parte de los contrntistas al que hoy
está bnjo de vuestra muy elevada consideración.
Los que conocen la bahía de Santa Marta se
explicarán perfectamente por qué la Compañía
se propone construír dos muelles y no uno solo.
Para los que no la conocen, será bastante, sin
duda, el hecho de que son dos los muelles que
allí ha tenido sietnpre la Compañía en serviciot
y dos los que desde un principio se establecieron
en la Bahía. I..,a razón es obvia. La Comp.Q-ñía
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quiere constrnít· dos muelles, porque la Bahía es
I.Ulllc:1mente profunda ~í corta distancia de tie!·ra ;
de manera que construír un solo muelle suficientemente capaz para recibit· los enorn1es trasntlán,
ticos qtle hoy lleO'an
á nuestl'os puertos, ser1a
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oba·a extretnadatnente costosa, por no dectr 1mposible, y cuyos rendin1iento8 no compensarían el
enoro1e gasto que ella i tn plica ; y vara resol ver
el probletna, se construyen dos mu~lles que prestan perfectamente el servicio.
Pero en el inexacto ::;upuesto de que uno de
Jos dos nutelles fuera cos~ enteratneute inútil,
no por eao se explicaría úno la resistencia del
Gobierno á que se construyeran. Acaso Ee dirá
que, propietat·ia la Cotnpanía de dos muelles,
viene á quedar en posesión de un privilegio de hecho. Esto no es así ; porque si la Com pafiía usa
de tarifa inconveniente (cosa por dernás irnprobable, puesto que el máximum de la tarifa está
fijado en el artículo 10 del contrato), los detnás
pueden construú· otro ú otros tnuelles con qué
hncerle competencia. Un privilegio de hecho
no se viene á establecer sino á favor del que
presta mejor y más barat~unente el servicio,
Y si la Coanpaiíía le llega. á establecer á su favor,
es el público quien sale ganando con un privilegio que nada de odioso y sí 1nucho de conveuiente tiene.
La exigencia de que los muelles sean primero construidos y luégo tt·asados por peritos in~
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genieros nombrados por el Gobierno, se justificaría
si el Gobierno pusiera algo de su peculio 6 si le
otorgase privilegio á la Compañía ; pero siendo
la Co•npañía la que va á comprometer su capital,
no es equitati \"O someterla á que lo gaste. como
extraiios se lo itnpongan. Al Gobierno le corresponde, sin dudn., proveer á que la obra preste las
seguridades necesarias para el público, y por eso
en el contrato .(artículos2. y3. se estipula que
la Co1n pañía someterá á la aprobación del Gobierno los planos respectivos.
Se ve, pues, que la pritnera modificación se
conteadjce consigo n1istna y con todo el contrato,
cualquiera que sea la fonna en que se le conciba,
y que no es ni justa ni fundaia en ninguna de
sus partes.
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)
La segunda 1nodificaci<Sn dice :
'' En virtud de la modificación que precede,
se enlenderá que se habla de un solo muelle en
todos uq uellos pasajes del contrato en que se habla de los 111 uelles. "
l\1o parece que esta modificación ha quedado
desvanecida con lo dicho anteriormente : negada
la prernisa, queda negada la conclusi6n.
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11-
La tercera modificación es os{:
" El artículo :¿ 1, re latí vo al no gra va1nen de
los bananos con impuestos por parte del Gobierno, queda suprimido. ''
La IJey 30 de 1903, en su artículo 6. 0 , prohibe tenninantemente que los frutos de exportación sean gravados en rnnnera alguna por la Nación, por el Depa.rta.tnento 6 por el Municipio.
Un país como Colotnbia, que ha menester de
tántos artículos extt·anjet·os, que cuenta con ton
pocos para la exportación y cuya tnoneda de papel ha venido á t,tnto descuento, necesita que por
tnncho tietnpo se fo1nente la exportación lo rnás
posible, y ya que circunstancias por todos conocidas no penniton hoy las pritna.s ó gratificaciones á los exportadores, debiéntse, al tnenos, itnpedi t· que los pt·ocluctos de exportación se graven
con impuestos que pueden ó destruírla ó n1ennarln considerabletnente. Tan elemontal principio de
conser\Taoión no era posi blc q ne pasas o inad vet·tido ú los lJegisladores de 1 DOJ, y nsí fue que
lo consignaron en fonna categórica y tet·1ninauto
en el artículo G. de dicha Ley 30 de 1903.
V engatnos nhot·a A una consecuencia prúcticn.
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Los guineos son para el Departamento del
Mngdalenn itnportunte artículo de exportación.
IJos cnlti vado res allí tienen que luchnr con la
cotnpetenci a q 1e les hacen los de las Antillas .Y
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Centroamérica, lugares que le llevan al Mngdnlena las múltiples ventajas de la tnayor proxirnidnd
al mercado extranjero, de la baratura y ubundnncia de brazos para el cultivo y cosecha., de la paz
profunda é inalterable y de la frauqnicia absoluta
y cotnpleta del articulo. Ya qne el Mn.gdalena
no puede igualar á aquellos lugares en las condiciones con que la natut·aleza los ha privilegiado, es
justo y conveniente, al menos, que los iguale en
la franquicia, que no depende de la naturaleza sino
de la voluntad de los hotnbres. ScSlo así pnede el
Magdalena entrar en la lucha intlnstrial, que pnra
elln es de vida ó 1nuerte, puesto que la de los
bananos es la única ó casi la úuica industri l con
que cuenta ese in1portante Departatnento. Cierto
que los capitalistas, y seiialndatnente los extranjeros, no comprorneterún sus dineros en un cultivo laborioso, cotno lo es el del banano, atenidos
á una franquicia sujeta á los azares de la Yolubilidad humana.. Los contratantes del banano acostumbran hacer sus contratas con los productores,
por tictnpo largo, y n1ientras no haya segurid~d
respecto de la franquicia, tales contrntas son iinposibles. De 1nodo, pues, que hay que buscar
una exención perfectarnente cierta y segura por
un lapso-lo tnínitno de diez años-pnrn. que
vengan los capitales del país y los del Extranjet·o ~~ fecundizar el Departan1ento del Magdalena y ll darle vida propia, y esa fn1nqnicia no
se consigue sino con uu pacto solemne afuera de
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los alcances de un Decreto legislativo. Si para
algo es indisponsnble la seguridad, lo es sin dnda
pn.-a con1pron1eter ca pi tales.
La Contpañía tiene en el asunto un interés
indirecto, pero muy pronunciado, que se relaciona con el pt'tblico íntiman1ente, porque intereses
legítinaos, como éste, sietnpre son armónicos.
Establecido el cultivo de.l banano, el Ferrocarril
tendrá siempre cnrgn para el transporte, y con
ello tntnbién vida propia. Ahora, cotno á fuyor
de c~tn E1nprcsn se pucta en el contrato aprobndo por la Ijey 61 de 1903, una subvención en
forma de garantía de interés, es claro que si el
},crrocarril allega renditnientos, como tiene que
allcgnrlos con el ensancharniento del cultivo del
bauano, la subvención vendrá á reducirse y aun
á desaparecer en beneficio di~ecto del Erario nacional. Un contrato en que ambas partes y aun
los terceros salen gunanciosos, sin que ninguno
pierda, es el ideal de Jos buenos contratos. Hoy
por hoy, nada deriva la N ación ni el DepartaJncnto, ni el Munici pi o por los bananos, puesto
que In citada Ley 30 lo impide; y si mañana
gra ,·an la industria, ó si permanece la amenaza ó
peligro de gru\tarla, los contratantes extranjeros
no renovarán sus actuales contratas, y la industria desfallecerá y n1orirá.,'y así la hipotética renta sería cotnpletanaente ilusoria. Por manera que
asegurar su franquicia trae ventajas á la Nación,
al Departamento, al público y á la Compañía, al
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paso que no asegurarla priva de tales ventajas á
los primeros, y la última sigue con su derecho á
la subvención. Cuando hayan pasado los diez
años de la franquicia, acaso podrá imponerse algún grav11men sobre una. industria que ya estará
sólidamente establecida, co1no indudablemente lo
estará la hoy incipiente do bananos.
La cuarta modificación dice así :
" El artículo 22 así : Toda duda que ocurriere respecto de la inteligencia de este contrato, se decidirá por los Tribunales de esta República, si la Compuiiía ó quien ~us derechos represente no se conformare con lo resuelto por el
Gobierno.''
Esta modificación consiste en suprimirle al
artículo 22 la parte en que se permite á los contratantes someter las cuestiones á la decisión de
árbitros.
El recurso del arbitramento es un recurso
civilizado que cada día va cobrando mayor crédito; y no es razonable quitarle al Gobierno y á
la Compniiía tan honorublc ca1nino en las dudas
que ocun·an en la inteligencia del contrato. Es
bien sabido que la purte que rehusa someterse
á un arbitra1nento tiene ya su causa perdida en
el terreno morul : ¿por qné poner q.l Gobierno y
á la Compañía en el duro predicamento de te.
ner que condenarse á sí mismo necesariamente t
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La modificación quinta carece en absoluto
de importancia : es un mero juego de palabras.
La sexta y última dice:
'' Del nrtlculo l 6 Fe suprime la última parte
desde la voz sino, y se agrega en la que queda
subsistente, después del verbo ocurrir, la expresión en ningún caso."
Esta complicada modificación tiende á que
la Compañía renuncie á toda reclamación diplomática en caso de denegación de justicia.
El punto ya está exatninado, discutido y resuelto definitivamente por el Congreso en repetidas ocasiones. El afio pasado, al dictarse la
Ley 61, tatnbién se suscitó la cuestión; y quedó
decidido que esa renuncia no podía ni exigirse
por la Nación, ni otorgarse por la Compañía.
Se explica la renuncia de un derecho; mas no
la de una obligación, y menos la de una obligación ajena. Se explica una renuncia cuando produce algún efecto ; pero no una que de suyo
queda inválida. Renunciar á reclamación diplomática en caso de denegación de justicia, es renunciar á la obligación-que tiene el Soberano de
un país de proteger á sus súbditos, es pron1eter
una cosa que jam{Ls puede cumplirse. Estipularla
sería un engaño, una trampa., á la cual la Compañía no puede prestarse, precisamente por el in-
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menso respeto que de be y profesa al Gobierno y
á la Nación con la rual está. contratando.
Definidos los casos de denegación de justicia,
como lo están en el contrato conforme á las leyes anteriores del país, no hay peligro ni inconveniente algnno.
Sobre la base y brjo el an1paro de la JJey
145 de 1888 (artículo 15), que consagra el recurso á la vía diplorn{ltica pat·a el hnprobable
caso de denegación de justicia, de acuerdo con
los 'frutados públicos que Ja N ación tiene celebrados, han venido los extranjeros á in\'·ertir sus
capitales en Colotnbia. N o parece Jo tn~is lógico
ni lo tnás natural exigir ahora-cuando se van
á gastar tnás ó tnenos fuertes capitales por la
Compañía en obras de progreso y de utilidad
pública, sin privilegio ni auxilio oficial-que se
eche á tierra una garantía que sólo podría abrogarse con el in1posible moral de suprimir previamente la nacionalidad de los empresarios.
Confío ciertamente en que Vosotros, inspira·
dos-como es ello tradicional en los Congresos de
Colombia-en altos principios de justicia, de
equidad, de patri(Jtismo y del pro comunnl, estudiaréis el contrato y sus n1odificaciones, aprobaréis nq nél, y á éstas no les prestaréis vuestra respetable y soberana nquiescencia.
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La Compañ(a hállase con tan buen ánimo de
arvir al público, al país y sobre todo al Departamento en donde tiene vinculados tántos intereses, que os propongo que os sirváis autorizar al
Gobierno para que con ella contrate la construcción de un tercer muelle en la bahía de Santa
Marta en frente de la casa del Resguardo, sin
privilegio ni auxilio alguno y sobre las mismas
bases del contrato que está sometido á Vosotros.
También se podría pactar que el porcientaje
del producto bruto de los muelles estipulado á
favor de la N ación en el artículo 13 del contrato, quedase para el Departamento del Magdalena, ó para el Municipio de Santa Marta, ó para
ambas entidades. En ello tendría la Compañía
positiva complacencia.
Honorables Señores :
ILEXARDER KOPPEL
Bogotá, 2 6 de Julio de 1904.
-
CONTRATO
CELEBRADO CON EL SR. ALEXANDER KOPPEL
Apoderado legal de
' Tlle ~antamarta Railway Com~anJ Limite~'
PARA LA CONSTRUCCIÓN DE ALGUNAS OBRAS
en h
BAHIA BE SANTA MARTA *
Los suscritos, á saber : Carlos Arturo Torres,
Ministro del Tesoro, encargado del Despacho de Hacienda, debidamente autorizado por el Excmo. Sr.
Vicepresidente de Ja República, encargado del Poder
Ejecutivo, á nombre del Gobierno, por una parte,
que en el texto de este contrato se denominará el Gobierno, y Alexander KoppeJ, á nombre y en representación de The Santamarta Railway Company
Lz'mz"ted, de la cual es apoderado debidamente constituido, por otra, que se llamará la Compañía, han
celebrado el siguiente contrato :
Art. 1~ El Gobierno concede á la Compañía per.
miso para la construcción y explotación de dos mue.
lles en el lado nordeste de la bahía de Santa Marta.
• JJiariQ Oficúzl número
12
og8, del 15 de Junio de 1904.
-20-
La construcf'ión y explot:1ci6n ne estos muelles se
sujetarán en todas sus partes á las conciiciones que
quedan estipuladas en el prec;ente contrato.
Art. 2«! En los primeros seis meses de la vigencia de este contr~to hará la Compañía los estudios
necesarios para la formación de planos detallados,
indispensables para el conocimiento de las obras que
se propone ejecutar; e'itos planos deben ser someti·
dos á la aprobación del Gobierno, para lo cual se pre•
sentarán en dob le ejemplar, con el fin de dejar uno
en el Ministerio eJe Hacienda; y la obra, salvo lo estipulado en el artículo siguiente, se sujetará en un
todo á las condiciones del proyecto que fuere apro•
hado. En caso de discrepancia respecto (le alguna
condición técnica que dificultare la aprobación cie di.
chos planos, se someterá el punto á la decisión de
peritos ingenieros nombrados, uno por el Gobierno y
otro por la Com pañ{a; en caso de discordia, los peritos princÍlJales nombrarán un tercero, y si no lo hicieren, lo d e~ignará la Corte Suprema de Justicia.
Art. 3«! La obra se construirá en todas sus partes de conft ~ rmidad con los planos y condiciones que
haya propuesto la Compañía y aprobado el Gobierno,
como se previene en el artículo anterior. salvo las
modificaciones que introduzca la Compañía, previo
permiso del Gobierno. Las ciis~repaneias en puntos
técnicos respel'to de la obra construirla se resolverán
como se previt.ne en el artículo anterior, pero el juicio pericial se su• t irá era Santa Marta, correspondiendo
al Gobernador del Departamento del Magdalena~
con1o Agente del Gobi~rno nacional. el nombramiento del perito tercero cuando no lo acordaren los
principales.
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21
Art. 4~ El permiso que se concede á la Compai'iía por el presente contrato, se refiere al derecho de
usufructuar la obra mediante las condiciones que se
expresan, pero no comprende el de impedir que el
Gobierno construya 6 permita la construcción de otros
muelles ú obras semejantes en cualquier punto de la
Bahía que no estorben en manera alguna, á juicio de
peritos ingenieros, nombrarlos como queda estipulado,
la construcción y servicio de los muelles rle la Compañia, teniéndose en cuenta la futllra prolongación
de éstos. Queda igualmente establecido que en caso
de construirse otros muelles ú obras semejantes, la
Compañía no podrá establecer otra competencia que
la de tarifas, en los términos expresados en este contrato. Las nuevas obras que el Gobierno construya 6.
permita construír, de acuerdo con este artículo, quedan ft su vez sujetas á iguales condiciones.
Art. 5~ La Compañía usufructuará los muelles
de que se trata y sus dependencias durante el térmi ..
mino de ochenta años, plazo igual al concedido para
el privilegio y usufructo del Ferrocarril de Santamarta por la Ley 53 de 1881 ; siendo obligación rle
la Compañía mantener durante tal plazo la obra en
buen estado de servicio y con las condiciones de seguridad que sean necesarias. Terminado el usufructo,
los muelles con todas sus rlependencias y accesorios
pasarán á poder del Gobierno, á título gratuito, en
buen estado de servicio.
Art. 6~ La Compañía presentará al Gobierno los
planos de que trata el artículo 2~ de este contrato, á
m~s ~a~rlar seis meses después de su vigencia, y dará
pnncap1o á los trabajos de construcción en los ciento
veinte días subsiguientes á la fecha en que tales pta.
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-22-
nos fueren aprobados por el Gobierno. El plazo para
que todas las obras sean terminadas y dadas al servi·
cio público, será de cuatro años, contados desde la
fecha de la aprobacibn de los planos, pero podrá prorrogarse hasta por dos años más, si para ello hubiere
justa causa, á juicio del Gobierno.
Art. ¡'! La Compañía podrá aumentar durante el
tiempo tlel usufructo la capacidad de cualquiera de
los dos muelles ó de ambos, previo permiso del Go.
bierno, á quien presentará los planos pormenorizados
del proyecto de reforma; pero el Gobierno podrá
oponerse á la modificación, si hubiere fundado motivo
para considerarla inconveniente, cosa que se decidirá
á juicio de peritos ingenieros nombrados como queda
es ti pula do.
Art. 8C? En favor de las obras á que se refiere
este contrato, se hacen las siguientes concesiones :
l. La de que sean consideradas como de utilidad
pública para los efectos de la Ley
s6
de I8go;
II. L.a de que se puedan introducir, libres de derechos de importación, los n1ateriales destinados única y exclusivamente para su construcción, explotación y conservación, así como las máquinas y muebles
de servicio para los muelles y sus anexirlarles ;
.
Ill. La exención de contribuciones nacionales,
departamentales 6 municipales, con excepción de las
facturas y derechos consulares.
Art. gf! El Gobierno se compromete á no impedir, salvo el caso de perturbación del orden público,
la importación ni la exportaci6n por los muelles de
que se trata, operaciones que se podrán verificar en
cualquier tiempo hábil; pero la Companfa se some-
-23-
terá en tono á los reglamentos de Aduana que dicte
el Gobierno para evitar los contrabandos ; y permitirá en todo caso la intervención de los empleados
que se nombren con tal objeto. La exportación de
frutos podrá hacerse durante la noche, bajo la vigilancia de la Administración de la Aduana.
Art. 10. La. Compañía tendrá derec~o para cobrar durante el tiempo del usufructo, por el servicio
de los muelles á que se refiere este contrato, los derechos que señale en ]as tarifas que formulará opo~tu:­
namente para cada año, pero sin exceder de los siguientes límites, en oro:
Veinte centavos ($ o-20) por cada tonelada de
mil kilogramos ó metro cúbico de volumen de carga
de importación ó de exportación;
Cincuenta centavos ($ o-so) por cada cabeza de
ganado en pie ;
Treinta pesos ($ 30) por el derecho de atraque
de cada buque que lo verifique en alguno de los mue·
Ues cuando el tiempo de permanencia no pase de veinticuatro horas, pasadas las cuales podrá aumentar este
derecho con dos pesos ($ 2) ·más por cada una de las
horas excedentes.
Todos estos derechos podrán cubrirse en oro ó
su equivalente en moneda corriente, á v-oluntad del
pagador, al tipo oficial del cambio que rija en Santa
Marta el día en que debC& verificarse el pago; pero la
Compañía podrá exigir el pago antes de hacerse el
embarque 6 el desembarque de lo:> efectos que-lo
~usen. Para el pago de los derecho:>, queda á op..
ctón de la Compañía aforar p.Jr me iida de peso ó de
volumen, y no estará obligada á recibir piezas indivisas de más de ocho mil kilogramos de peso.
L.
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-24Art. J t. Quedarán libres del pago de derechos
de muelle á la Compañia:
l. Las valijas de los correos y encomiendas postales;
11. Los efectos introducidos por el Gobierno para
..
su serv1c1o ;
111. Los guineos destinados á la exportación;
IV. Los equipajes de los pasajeros hasta el peso
que la ley les permite introducir libres de derechos
de importación ;
V. Los materiales, elementos, maquinaria, &c.,
que se introduzcan destinados á la Empresa del Ferrocarril de Santamarta ó sus anexidades.
Art. 12. Durante la construcción de las obras y
sus anexidades, podrá la Compañía poner en servicio
la parte de ellas que pueda prestarlo convenientemente, estableciendo al efecto tarifas que no ex~
derán del setenta y cinco por ciento (75 por 100) de
las señaladas por el artículo 10. y se fijarán de acuerdo con el Gobernador del Departamento del Magdalena, como Agente del Gobierno nacional.
Art. 13. Del producto bruto de los derechos que
por cualquiera causa y en cualquier tiempo cobre la
Compañía en virtud de lo establecido en este contrato, corresponderá al Gobierno el doce por ciento ( 12
por ciento), que sin deducción ni merma alguna se
entregará por la Compañía mensualmente al Administrador de Hacienda nacional de Santa Marta. El
ochenta y ocho por dento (88 por 100) restante quedará á favor de la Compañía, á la cual corresponde·
rán todos los gastos de construcción, mantenimiento.
reparación, &c., de Jos muelles y obras accesorias. El
r
-25Gobierno tendrá derecho para examinar las cuentas
de la Compañía, cuando y como lo creyere oportuno.
§. La Compañía no estará obligada á responder
por el manejo de animales y carga sino dentro del
recinto de los muelles que construya de conformidad
con este contrato, para cuyo efecto sólo la Compañía
intervendrá en el acarreo de la carga y conducción
de animales dentro del recinto de los muelles.
Art. 1 4· Durante la vigencia de este contrato la
Compañía tendrá la dirección, administración y manejo de los muelles, señalará á los buques en carla
caso el punto en donde deban atracar, y podrá exigir
que se hagan desocupar tales muelles por todo buque
que no esté llevando á cabo operaciones de carga 6
de descarga.
Art. 1 S· El Gobierno permite á la Compañía
emitir bonos 6 cualquiera otra clase rle documentos
de crédito, garantizados con los productos que corresponden á la misma Compañía conforme á este contra•
to; y podrá ésta hipotecar los derechos que tiene en
la Empresa, pero la hipoteca sólo será válida por el
tiempo de la duración del usufructo.
Art. 16. El presente contrato puede ser traspasado, previo permiso del Gobierno, á cualquiera persona ó enticlad, pero en ningún caso á Gobierno extranjero. Tanto la Compañía como la per8ona ó entidad á quien se haga el traspaso, se someterán sin
re~tricción á lo que disponen las leyes rle la RepÚ·
bhca en lo concerniente á sus derechos y obligaciones,
respetándose en todo caso las estipulaciones de este
contrato, y comprometiéndose á no ocurrir á la vía
diplomática sino en el caso de denegación rle justicia,
de acuerdo con el artículo IS de la Ley 145 de 1888
·-
en cuyo cumplimiento se le considera incorporado en
·este contrato. Se entiende únicamente por denegación de justicia el hecho de que se niegue á la Compañía ó á quien represente sus derechos alguno ó
alguPlos de los recursos judiciales que las leyes establecen en guarda de los derechos civiles de las personas.
Art. 1 7· La Compañía asegurará el cumplimiento
de las obligaciones que contrae por este contrato, en
lo relativo á la construcción de los muelles, con una
fianza hipotecaria 6 prendaria de valor libre de dos
mil pesos oro ($ 2 ooo), que otorgará en esta ciudad
de Bogotá dentro de los noventa días subsiguientes á
la aprobación del presente contrato por el Poder
Legislativo, y quedará á favor del Gobierno en caso
de caducidad del contrato ocurrida antes de que se
den al servicio los muelles; y que será devuelta á la
Compañía al terminarlos y darlos al servicio, como
queda estipulado.
Art. 18. Será motivo para la caducidad del contrato cualquiera de las cosas siguientes :
I. Si la Compañía no otorga la fianza dentro del
plazo estipulado en el artículo prececiente;
II. Si Ja Compañía no presentare los planos en
los plazos estipulados en el artículo 6?;
III. Si la Compañía no construyere las obras ó
no diere principio á ellas como queda dicho en el artículo 6.0 ;
IV. Si la Compañía abandonare las obras de manera que no puedan prestar servicio por más de tres
meses consecutivos; 6 si éstas amenazaren próxima ruina por falta de reparaciones que exijan, salvo caso
fortuito ó fuerza mayor.
r
-- 27-
La caducidad, llegado el caso, podrá ser declara·
da administrativamente por el Gobierno y por con·
dueto del Ministerio de Hacienda, pero la Compañia
podrá ocurrir al Poder Judicial si no se conformare
con lo resuelto.
Art. 19. En caso de ocurrir la caducidad antes
de la expiración del plazo del usufructo, terminarán
las concesiones del presente contrato; y las obras á
que él se refiere podrán ser tomadas por el Gobierno
mediante el pago á la Compañía de la mitad del valor
que por justiprecio pericial se dé á tales obras ; y todo
ello siempre que sea confirmada la declaratoria de
caducidad por fallo judicial ejecutoriado.
Art. 20. Desde la expiración ciel usufructo hasta
la fecha en que el Ferrocarril de Santamarta debe
pasar á ser propiedad del Gobierno. se arreglará el
servicio de los muelles de manera que no perjudique
el del Ferrocarril, mediante convenio que se pactará
oportunamente entre los contratantes.
Art. 21. El Gobierno, en virtud de lo dispuesto
por el artículo 6. 0 de la Ley 30 ele 1903, se compromete á no gravar durante diez años después de dados
al servicio público los muelles, con impuestos nacionales, departamentales ni municipales los bananos,
que conforme al artículo 11, número rn, no causan
derecho de muelle.
Art. 22. Toda duda que ocurriere respecto de la
inteligencia cie este contrato se decidirá por los Tribunales de la República, si la Compañía, ó quien sus
derechos represente, no se conformare con lo resuelto
por el Gobierno ; pero esas diferencias pueden tam.
bién ser sometidas, á solicitud de cualquiera de las
partes, á la decisión de árbitros, y sus decisiones serán respetadas.
i
1
-28-
Art. 23. El presente contrato necesjta para su
validez de la aprobación del Excmo. Sr. Vice,,residente de la República, encargado del Poder Ejecutivo, previo dictamen favorable del Consejo de Mi. nistros, y la sanción legislativa, á cuya consideración
será sometido por el Gobierno en sus primeras sesio·
nes ordinarias ó extraordinarias.
En fe de lo expuesto se firman rlos ejemplares de
un mismo tenor, en Bogotá, á tres de Mayo rle mil
novecientos cuatro.
CARLOs ARTURO ToRRES
ALEXANDER KoPPEL
............... :::....: ·. ::::::::.
:~
:::::.-....~:: :::::..:-.:·
............
-29-
MODIFICACIONES
Cotzsejo de MinÚh'Os-Bogotá, 4 de J unz"o de I90.f.
En sesión de la fecha consideró el Consejo
el contrato pt·ecedente, celebrado entre el Ministerio de Hacienda y Alexander Koppel, apoderado de The J.'Janta1na1"ta Railway Co1npany
Limited, para la construcción de algunas obras
en la bahía de Santa Marta, y lo aprobó introduciendo y adoptando para él las modificaciones
que en seguida se expresan :
[ I]
0
El artículo 4. así: "Se concede el permiso
para la construcción de un solo muelle, el que
debe ser construido y trazado á juicio de peritos ingenieros nombrados por el Gobierno, de
ffi<lnera que no estorbe la construcción de otros
muelles por cuenta del Gobierno ó de otros empresarios."
,
[ II]
En virtud de Ja modificación que precede, se
entenderá que se habla de un solo muelle en todos aquellos pasajes del contrato en que se habla
de los muelles.
- '30-
[ III]
El artículo.21, relativo al no gravamen de los
bananos con impuestos por parte del Gobierno,
queda supritnido.
[IV]
El artículo 22, así: "'Toda duda que ocurriere respecto de la inteJigencia de este contrato,
se decidirá por los Tribunales de la República,
si la Compañía, ó quien sus derechos represente,
no se conformare con lo resuelto por el Gobierno.',
[V J
En el artículo 23 se sustituye la expresión
sanción legislativa por sanción del Cong1'"eso
Nacional.
[VI]
Del artículo 16 se suprime la última parte
desde la voz sino, y se agrega en la que queda
·subsistente, después del verbo ocu1frir, ·la expretnon en nzngun caso.
• .1'
•
,
El Secretario,
DIEGO RaFAEL DE · GuzMÁN
1
'
-31-
Poáw Ejecutt"vo Nacional-Bogotá, Junlo 7 de I904
Apruébase el presente contrato con las modificaciones que constan en la anotaci6n anterior.
JOSÉ MANUEL MARROQUÍN
El Ministro de Hacienda,
CARLos ARTURO ToRRF...s
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