L A V I H U E L A Y SU MÚSICA E N E L A M B I E N T E HUMANÍSTICO Al leer los prólogos q u e los v i h u e l i s t a s españoles e s c r i b i e r o n p a r a presentar sus obras musicales a l p ú b l i c o , se echa de ver u n a m a r c a d a influencia del humanismo renacentista . 1 A p o y a n sus alabanzas d e l arte de l a música en l a a u t o r i d a d de los filósofos griegos, y c i t a n los prestigiosos nombres de Platón, Aristóteles, Pitágoras; repiten anécdotas de P l u t a r c o sobre e l p o d e r de l a música para e x c i t a r las o aplacar las pasiones de los h o m b r e s ; evocan l a leyenda que a t r i b u y e a M e r c u r i o l a invención de l a l i r a ( l l a m a d a vihuela p o r ellos), o e l m i t o de O r f e o , q u e amansaba a las fieras y a los d e m o n i o s c o n los dulces sones de su canto y de su l i r a . Así A l o n s o M u d a r r a dice en su Epístola d e d i c a t o r i a a d o n L u i s Z a p a t a : H e aquí, por orden cronológico, l a lista de los libros de música de vihuela, en sus ediciones antiguas y modernas: L U Y S M I L Á N , Libro de música de vihuela de mano intitulado "El Maestro", Valencia, 1535-1536. Edición moderna de L e o Schrade, Breitkopf 8c Härtel, L e i p z i g , 1929. L U Y S D E N A R V Á E Z , Los seys libros del "Delphin de música" de cifra para tañer vihuela, Valladolid, 1538. E d . moderna de E m i l i o Pujol, Barcelona, 1945 (Monumentos de la música española, I I I ) . A L O N S O M U D A R R A , Tres libros de música en cifra para vihuela, Sevilla, 1546« E d . moderna de E . Pujol, Barcelona, 1949 (Monumentos..., VII). A N R Í Q U E Z D E V A L D E R R Á B A N O , Libro de música de vihuela intitulado "Silva de sirenas", Valladolid, 1547. D I E G O PISADOR, Libro de música de vihuela, Salamanca, 1552. M I G U E L D E F U E N L L A N A , Libro de música para vihuela intitulado "Orphénica lyra", Sevilla, 1554. L U Y S V E N E G A S D E H E N E S T R O S A , Libro de cifra nueva para tecla, harpa y vihuela, Alcalá de Henares, 1557. E d . moderna p o r H i g i n i o Anglés, La música en la corte de Carlos V, Barcelona, 1944 (Monumentos, II). T H O M A S D E S A N T A M A R Í A , Libro llamado "Arte de tañer fantasía", assí para tecla como para vihuela, V a l l a d o l i d , 1565. E S T E B A N D A Z A , Libro de música en cifras para vihuela intitulado "El Parnaso", V a l l a d o l i d , 1576. A N T O N I O D E C A B E Z Ó N , Obras de música para tecla, arpa y vihuela, Madrid, 1578. Antologías modernas: G . , C O N D E D E M O R P H Y , Les luthistes espagnols du xvi siécle, Breitkopf '& Härtel, Leipzig, 1902; E . M A R T Í N E Z T O R N E R , Colección de vihuelistas españoles, Centro de Estudios Históricos, M a d r i d , 1923; J E S Ú S B A L Y G A Y , Romances y villancicos del siglo xvi, L a Casa de España en México, México, 1939. 1 e NRFH, XV L A V I H U E L A Y SU M Ú S I C A 365 Notoria cosa es, muy magnífico señor, aver sido tenido en mucho entre los antiguos griegos todo género de música, y principalmente el de la vihuela, porque según cuenta Plutarco de Epaminundas, príncipe de Grecia, aver sido muy loado porque en u n banquete tañó y cantó excelentemente, y por el contrario, Themístocles auido por indocto porque no lo supo hazer. Después cita M u d a r r a el dicho de Cicerón: " q u e los griegos pensauan estar en los cantos de las bozes y sonido de las cuerdas l a suma erudición". M i g u e l de F u e n l l a n a , en el Prólogo a su Orphénica lyra, habla de l a gran estima en que los griegos tenían a l a música: " Y en las achademias de Athenas se tuvo tanta cuenta con l a estimación de esta sciencia, que el que no sabía tañer y cantar, p o r sublimado que fuesse en las letras, era despreciado sin l a música". F u e n l l a n a describe los efectos extraordinarios que la música ejerce sobre todos los temperamentos. L o s ejemplos que aduce proceden n o sólo de los antiguos griegos y latinos, sino también de l a B i b l i a y de los Padres de l a Iglesia, en especial de San Isidoro de Sevilla. Anríquez de Valderrábano en el Prólogo a su Silva de sirenas (1547), y J u a n B e r m u d o en su Declaración de instrumentos (Osuna, 1549-55), son los que más se detienen en las ideas de los autores clásicos sobre l a música. Valderrábano refleja el neoplatonismo de M a r s i l i o F i c i n o , mientras que B e r m u d o expone detalladamente las ideas de los filósofos griegos sobre los efectos que los modos y los ritmos musicales, l o m i s m o que l a armonía de los sonidos, ejercen en el espíritu y en las pasiones d e l hombre. E n la dedicatoria a Francisco de Zúñiga, C o n d e de M i r a n d a , Valderrábano hace u n resumen de los conceptos que prevalecían sobre la música en el h u m a n i s m o neoplatónico de su época, y trata más profusamente de ellos en el Prólogo a su obra. D i c e en la dedicatoria: Sócrates (que fue tenido entre los philósophos de su tiempo como verdadero oráculo) dezía que quando se iuntauan en el ánimo todos los desseos, affectos y movimientos della, y obedecían a la razón, se hazía de todo, como de bozes acordes, una armonía tan excelente y suaue, que despertaua al hombre y le hazía venir en consideración del mouimiento y consonancia de los cielos; y a ésta llamaua él verdadera música, y no sin causa, ca el entendimiento del hombre música es de gran perfectión, que con él se acuerdan las potentias sensitivas e intellectiuas, de do nace la consonancia de la razón, del conoscer, del sentir, del entender, y del juzgar lo bueno para huir lo malo. De que el diuino Platón dezía que la música principalmente fue dada para templar y moderar los affectos y passiones del alma. Fue tan estimada, que para encarecer la philosophía el mismo Platón y antes del los Pithagóricos la llamaron 3 66 ISABEL POPE NRFH, XV Música por serle semejante en los effectos. Esta música se causa y perfeciona de siete Sirenas que ay en el alma, que son siete virtudes, las quales despiertan el spíritu con su concordancia y armonía, para sentir y conoscer las cosas diuinas y humanas, y el gran bien que deste conoscimiento se sigue. Ésta en ninguna criatura terrena la puso Dios con tanta razón y perfectión como en el hombre, n i en los instrumentos de cuerdas como en el de la vihuela. Y assí es que lo que los sabios antiguos y todos los demás en loor de la música escriuieron, parece claro que con más razón se deue atribuir a la vihuela, en que es la más perfecta consonancia de cuerdas. Fuerza es confesar que las disquisiciones de los vihuelistas sobre la filosofía platónica y sobre l a teoría musical de los griegos son algo confusas y superficiales. Su erudición es de segunda mano. Los vihuelistas eran músicos más que filósofos o sabios. S i n embargo, su humanismo fue auténtico, en el sentido de que ejerció p r o f u n d a influencia sobre su estética y tuvo, como se verá, consecuencias concretas en el estilo de su música. Se refleja este h u m a n i s m o u n poco ingenuo en los títulos mismos de los libros de v i h u e l a . Narváez pone al suyo el de El Delphín, " p o r q u e es u n pescado m u y aficionado y sentido en l a música, del q u a l se escriven grandes cosas". Se refiere naturalmente a la leyenda de Arión, que se salvó de l a muerte sobre el l o m o de u n delfín al cual había cautivado con su canto, acompañado p o r u n a ' V i h u e l a " . E l grabado del folio i v° representa a Arión montado en el delfín en m e d i o d e l m a r y tocando su vihuela. Y a conocemos la significación que Valderrábano da al título Silva de sirenas; en el Prólogo añade otra, pues dice que el repertorio de obras musicales que presenta para deleite del músico es u n a verdadera " s i l v a de sirenas". E l título d e l l i b r o de F u e n l l a n a , Orphénica lyra, recuerda sin duda los versos de J u a n de M e n a en su Coronación: O tú, orfénica lira, son de febea vihuela, ven, ven, venida de vira y de tus cantos espira, pues que m i seso recela. P o r eso El Maestro de L u i s Milán, p r i m e r l i b r o de música de vihuela que conocemos (Valencia, 1536), lleva u n espléndido grabado que representa a O r f e o , coronado de laurel, embelesando con la música de u n a gran v i h u e l a a las fieras y aves que le rodean. Es claro que los vihuelistas consideran a l a v i h u e l a como heredera de l a l i r a clásica, o más b i e n como l a l i r a misma, en su forma moderna. Así, pues, conciben l a música para voz sola con acompañamiento de v i h u e l a como u n a resurrección d e l canto clásico acom- NRFH, XV LA VIHUELA Y 367 SU M Ú S I C A panado por la l i r a . T o d o s ellos ponen a la v i h u e l a por encima de los demás instrumentos. F u e n l l a n a l a considera superior por el toque que con el espíritu bivo se haze... y por la proporción y conformidad que con la humana boz t i e n e . . . , porque conoscí según la theórica y práctica ser este instrumento más subjecto a la voluntad del que lo supiere que otro alguno, por causa de su harmonía y compostura. L a qual haze muchos effectos y en los corazones más generosos allí haze mayor aposento, como los escritores cuentan. Además, como buen humanista, F u e n l l a n a atribuye u n a i m p o r t a n c i a p r i m o r d i a l a l a " l e t r a " , a l a expresión poética: Uiniendo, pues, a tractar de la música compuesta, digo que en todas estas obras, ansí a tres como a quatro, a cinco y a seys, con todas las demás que en el libro [se] contienen (excepto dúos), fue m i intinción ponerles letras, porque me parece que la letra es el ánima de qualquiera compostura, pues aunque qualquier obra compuesta de música sea muy buena, faltándole la letra parece que carece de verdadero espíritu. Y a en l a p r i m e r a m i t a d d e l siglo x v i los vihuelistas españoles, empapados en los conceptos humanísticos, pensaban en hacer r e v i v i r l a música antigua. Deseosos de p r o d u c i r los "efectos" de que hablab a n los teóricos clásicos, c u l t i v a r o n l a música para voz sola con acompañamiento del instrumento que mejor se c o m b i n a b a con e l l a ; l a v i h u e l a permitía dar relieve y c l a r i d a d a l a letra. L a aspiración h u manística había encontrado su f o r m a artística más p r o p i a . A l conocer la música de los primeros vihuelistas, u n o se queda asombrado ante su gran n i v e l artístico, ante su variedad de conten i d o , ante su o r i g i n a l i d a d . Y a El Maestro de Milán es u n a obra lograda, y está m u y lejos de ser u n p r i m e r paso, u n a tentativa insegura y primitiva. Desde luego, l a obra vihuelística española es sólo u n a faceta del extraordinario desarrollo que en toda E u r o p a alcanzó l a música i n s t r u m e n t a l en ese período. E n los primeros años d e l siglo x v i comenzaron a i m p r i m i r s e libros de música para laúd, p r i m e r o en Italia, luego en A l e m a n i a y al poco tiempo en F r a n c i a . Son de sumo 2 Las primeras colecciones italianas de música para laúd son los libros de Frottole publicados en Venecia por Ottaviano de' Petrucci: el de Francesco Spinaccino (1507), el de G i o v a n n i Ambrosio d'Alza (1508) y el de Franciscus Bossinensis (1509). Siguieron tres alemanes: las Tablaturen de Sebastian V i r d u n g 2 (Basel, 1511), las Tabulaturen etlicher lobgesang und lidlein uff die orgeln und lauten publicadas por Peter Sehoffer (Mainz, 1512) y la Kunstliche Unterweisung... auff der Lautten und Geigen editada por Hans Judenkünig (Wien, 1523). Pierre Attaignant publicó en París, 1529, Dix huit basses dances y una 368 NRFH, XV ISABEL POPE interés en l a historia de l a música instrumental las obras para instrumento solo. Algunas contienen transcripciones de música polifónica para voces: motetes, partes de misas, canciones francesas, madrigales, etc. Más importantes son las piezas originales: danzas, fantasías, toccatas, tientos. P o r l o general son elaboraciones, hechas con u n a técnica puramente instrumental, de u n tema tomado del canto l l a n o , de melodías populares o de canciones polifónicas m u y conocidas. L o s vihuelistas fueron los primeros que d i e r o n u n desarrollo- sistemático a las variaciones sobre u n canto llano; a ese tipo pertenecen, por ejemplo, las "diferencias" de Narváez sobre melodías de r o m a n ces y villancicos. E n cuanto a la música para voz con acompañamiento instrumental, los compositores italianos y franceses se contentaron con transcribir para el laúd composiciones polifónicas a tres y cuatro voces, eligiendo para el canto l a voz p r i n c i p a l . Milán y Narváez f u e r o n los primeros que compusieron acompañamientos originales para canciones y villancicos a u n a sola v o z . D e esta manera los vihuelistas d i e r o n u n paso importante en el desarrollo d e l arte humanístico del canto para voz sola con acompañamiento instrumental y f u n d a r o n sobre bases firmes u n arte nuevo, distinto de l a música polifónica para voces. P o r supuesto, el arte de los vihuelistas continúa siendo u n arte contrapuntístico, que dista m u c h o , en cuanto a su técnica, de l a m o n o d i a barroca. S i n embargo, el deseo de dar relieve a los versos cantados, de subrayar por medios musicales l a expresión poética y de causar "efectos", lleva a los vihuelistas a acompañar l a voz c o n u n contrapunto ligero y claro y a favorecer el estilo homofónico de acordes. A h o r a b i e n , ¿cómo se explicará este arte vihuelístico, que ya en el m o m e n t o de nacer se nos presenta tan m a d u r o y tan desarrollado? H a b l a n d o de sí mismo, L u i s Milán declara n o haber tenido maestro alguno, y es cierto que en España no se h a n encontrado antecedentes de u n arte como el suyo. S i n embargo, es evidente que su obra, a pesar de toda su o r i g i n a l i d a d , es resultado de u n a larga evolución y de u n a tradición b i e n establecida. E n l a literatura y en los documentos españoles de l a E d a d M e d i a se encuentran muchas referencias a los tres tipos de v i h u e l a : l a v i h u e l a de mano, l a v i h u e l a de péñola y la v i h u e l a de arco. A u n q u e en el siglo x v escasean los testimonios escritos, en l a p i n t u r a catalana de l a época aparece a m e n u d o l a v i h u e l a de mano, como aparecen 3 Très brève El Maestro et familière introduction, etc. E n el mismo año en que se publicó de Milán (1536) aparecieron en Italia (Venecia) la Intabolatura di liuto de diversi, de Francesco da M i l a n o , y la Intavolatura de li madrigali Verdelotto de cantare e sonare nel liuto de Messer A d r i a n o [Willaert], y Alemania Newsilder. Véase 3 (Nuremberg) el Sin EMILIO PUJOL, newgeordent kunstlich Lautenbuch Introducción a su ed. del Delphín de di en Hans de Narváez, p. 4 3 . NRFH, XV L A V I H U E L A Y SU M Ú S I C A 369 también los otros dos tipos. L a v i h u e l a de m a n o se presenta siempre c o m o u n o de los varios instrumentos que integran u n conjunto musical, l o cual quiere decir que en ella se tocaba sólo u n a línea melódica, u n a de las voces de la polifonía. N o se l a encuentra como instrumento solista n i de acompañamiento para u n a voz sola. I m p o r t a recordar que el arte de l a v i h u e l a como instrumento solo o de acompañamiento para u n solista, al igual que el arte de su hermano el laúd, es u n arte de inspiración clásica, y en cuanto tal, expresión artística del h u m a n i s m o . E l h u m a n i s m o nació y floreció p r i m e r o en las cortes de los príncipes y magnates de Italia; y entre estas cortes, u n a de las más antiguas es l a que A l f o n s o V de Aragón, el Magnánimo, estableció en Ñapóles después de l a conquista de ese r e i n o , en 1442. Aún antes de la conquista definitiva de Ñapóles, A l f o n s o había entablado relaciones con los humanistas italianos. Desde Barcelona mantuvo correspondencia con P i e t r o A r e t i n o , y durante sus primeras aventuras en Italia (1435) llevó en su séquito a l gran humanista y crítico L o r e n z o V a l l a , a A n t o n i o Beccadelli ( " i l P a n o r m i t a " ) , f u t u r o historiador de su reino, a Bartolomeo Fazio y a G i a n a n t o n i o Porc e l l i o . U n a vez establecido definitivamente en Ñapóles, Alfonso se propuso realizar su ambición de convertirse en gran mecenas de los humanistas, literatos y artistas, y fomentar los estudios de las letras clásicas. P r o n t o entraron a su servicio el joven Jacopo Pontano, que llegaría a ser gran humanista y poeta, y Jorge de T r e b i s o n d a , el griego, "litteris graecis et latinis i n s i g n e m " . Y a en 1443, en la famosa " L i b r e r í a d e l Senyor R e y " instalada en Castelcapuano, A l fonso se hacía leer "post p r a n d i u m " a los autores clásicos, alternando con la B i b l i a . Si F e r n a n d o I (1458-1494), hijo y sucesor de A l f o n s o , favoreció de preferencia a los artistas, poetas y músicos, n o se olvidó de mantener l a reputación de la corte de Ñapóles como centro humanístico. Pontano fue secretario d e l Rey, presidente de l a " C a m e r a della S o m m a r i a " y preceptor de A l f o n s o D u q u e de C a l a b r i a (hijo d e l rey Fernando); más tarde fue secretario de Hipólita Sforza, l a Duquesa. F e r n a n d o protegió a León H e b r e o y a otros sabios judíos desterrados de España; engrandeció l a famosa b i b l i o t e c a f u n d a d a por su padre y embelleció el Castel N u o v o y la c i u d a d con l a ayuda de excelentes ingenieros, arquitectos y escultores. L a capilla de A l f o n s o había sido famosa p o r l a excelencia de su música . E l R e y mantenía, además, u n g r u p o de diversos instrumen4 5 6 Cf. H . A N G L É S , " L a música en la corte del rey don Alfonso V de Aragón, e l Magnánimo", SpF, 1. Reihe, 8 (1940), 338-380. Para hablar del humanismo en la corte de Ñ a p ó l e s me he basado sobre todo en E R A S M O P É R C O P O , Vita di Giovanni Pontano, N a p o l i , 1938. Cf. H . A N G L É S , La música en la corte de los Reyes Católicos, t. 1, Madrid, 1941 (Monumentos, I ) ; I S A B E L P O P E , " L a musique espagnole á la cour de Naples 4 5 6 ISABEL P O P E 370 N R F H , XV tistas que acompañaban a los cantantes y se hacían escuchar en banquetes y fiestas . D u r a n t e el r e i n a d o de Fernando, l a capilla llegó a tener carácter internacional por los cantores franceses, belgas, italianos y españoles que la integraban. L a música sagrada y profana se cultivó allí intensamente. E n l a b i b l i o t e c a del monasterio de Montecassino se conserva u n Cancionero que nos ha llegado como u n testimonio elocuente de l a música polifónica cultivada en los reinados de A l f o n s o y de F e r n a n d o . E n esta corte fastuosa y b r i l l a n t e no podía faltar l a poesía. L o s humanistas, como Pontano, G a b r i e l e A l t i l i o , Francesco P u c c i y el español J u a n Pardo, cultivaron exclusivamente l a poesía en latín . H a b í a también todo u n grupo de buenos poetas españoles, cuyos poemas en castellano se conservan en varios cancioneros literarios (el más importante, el de L o p e de Stúniga), y a su lado, poetas cortesanos italianos y españoles de m e n o r categoría que versificaban l o m i s m o en castellano que en i t a l i a n o . E n t r e todos b r i l l a r o n dos poetas geniales: el catalán B e n i t o G a r e t h y el napolitano Jacopo Sannazaro. Los dos, excelentes latinistas, f u e r o n amigos predilectos de P o n t a n o y miembros de su A c a d e m i a . C o m o académico, G a r e t h adoptó el nombre de " C h a r i t e o " , c o n el c u a l se le sigue conociendo. Escribió sus poesías en italiano y llegó a ser u n poeta finísimo en esa l e n g u a . L o s dos poetas ocuparon importantes puestos oficiales en la Casa Aragonesa hasta el trágico final de este r e i n o de Ñapóles. N o s h a n llegado testimonios preciosos de los contemporáneos 7 8 9 10 11 dans la seconde moitié du x v siècle", en Musique e 1954; E D M O N D V A N D E R S T R A E T E N , La 1888, t. 4. musique et poesie au xvi siede, Paris, Pays-Bas, Bruxelles, 1867e aux Véanse descripciones de esta música en E . C O U S S E M A K E R , Scriptorum..., t. 4, p. 199 (cita del Complexus effectum musices de Johannes Tinctoris), y en A . L A F A G E , Essai de dipthérographie musicale, Paris, 1864, p. 64 (cita del De musica et poetica de Raffaele Brandolino). Cf. también A . P I R R O , "Leo X and music", MusQ, January 1935, pp. 1-16. Biblioteca del Monasterio de Montecassino, ms. N . 8 7 1 . Cf. A N D R E P I R R O , " U n manuscrit du x v siècle à Mont-Cassin", Cassinensia, 1 (1929), 205-208; H . A N G L É S , art. cit.; F . G H I S I , "Canzoni profane italiane del secondo Quattrocento 7 8 e i n u n codice musicale d i Montecassino", Revue Belge de Musicologie, 2 (1948), 8-20; I S A B E L P O P E , art. cit., y " T h e secular compositions of Johannes Cornago, Part I", en Homenaje a Mons. Higinio Anglés, t. 2, pp. 689-706. 9 Cf. E . PÈRCOPO, aragonesi", Archivio 11, 12. " N u o v i documenti su gli scrittori e gli artisti dei tempi Storico per le Provincie Napoletane, 18 (1893), núms. 10, Para la bibliografía de los cancioneros literarios relacionados con la corte de Ñapóles, véase F R A N C I S C A V E N D R E L L , La corte literaria de Alfonso V de Aragón y tres poetas de la misma, M a d r i d , 1933. Cf. también M A R I O M A N D A L A R I , 1 0 Rimatori napoletani del Quattrocento, Caserta, 1885. E l ms. 2752 de la Biblio- teca Riccardiana de Florencia contiene muchas poesías españolas e italianas de poetas de esa corte, incluso algunas del propio Fernando I L E l libro fundamental sobre la vida y obra del poeta es el de E R A S M O P È R C O P O , Le rime di Benedetto Gareth detto il Chariteo, N a p o l i , 1892 (2 ts.). 111 NRFH, XV LA VIHUELA Y su 371 MÚSICA sobre los instrumentos musicales preferidos en tiempos d e l C h a r i t e o y de Sannazaro y sobre u n nuevo estilo musical que se cultivó hacia entonces. Desde 1475 estuvo en la corte de Fernando I el famoso teórico y músico holandés Johannes T i n c t o r i s . Se encuentra su n o m bre entre los capellanes de l a capilla palaciega. T i n c t o r i s se l l a m a a sí mismo " j u r i c o n s u l t u s " , "capellanus" y " m u s i r a s " ('instrumentista'). Fue también maestro de música. T u v o entre sus discípulos a l a princesa Beatriz, h i j a de Fernando, a la cual dedicó su De natura et proprietate tonorum, alabándola por su belleza e inteligencia y elogiando sobre todo su talento como cantante, porque tenia una pronunciación excelente (vale l a pena subrayar l a frase, porque muestra el valor que en este ambiente humanístico se atribuía ya a l a letra, y anuncia lo que dirá F u e n l l a n a muchos años más tarde). Entre los tratados de teoría musical que T i n c t o r i s escribió en Ñapóles hay uno, poco conocido en nuestros días, i n t i t u l a d o De inventione et usu musicae, compuesto probablemente alrededor de 1485, y que nos proporciona datos de sumo interés sobre los instrumentos musicales de la época . E n el l i b r o I V habla de l a lyra, " q u e suele llamarse laúd", y de los otros instrumentos que derivan de ella, llamados viola, rebecum, ghiterra, cetula y tambura; habla también de sus inventores y explica las maneras antiguas de encordarlos y de afinarlos. Después de hacer u n a descripción detallada del laúd, dice en el m i s m o l i b r o I V : 12 13 Los poetas suelen llamar testudo a la lira a causa de su forma, según hemos dicho, pero ahora se la conoce en todas partes con el nombre de laúd, quizá para distinguirla de otros instrumentos, derivados de ella, que con el tiempo se han elaborado en diversas regiones, como por ejemplo el instrumento inventado por los españoles, que ellos y los italianos llaman viola [vihuela] y los franceses medio-laúd [demi-luth]. L a viola se distingue del laúd en que éste es mucho más grande y semeja más una concha de tortuga, mientras que aquélla es plana y casi siempre curvada hacia dentro por los dos lados. H a y otra viola, inventada igualmente por los griegos, según dicen, que se distingue del laúd no sólo por su forma (como la viola mencionada), sino también por la manera de encordarla y de tañerla. Ésta tiene tres cuerdas sencillas afinadas a intervalos de quintas, lo cual es lo más corriente, o bien cinco cuerdas afinadas "Que affeetum est ut sua pene divina majestas forma (velut Diana nymphas) et arte (velut Caliope musas) mulieres supereminens omnes n o n modo cantu, sed pronuntiatione vehementius gaudeat" (De natura et proprietate 1 2 tonorum, apud E . V A N D E R S T R A E T E N , op. cit., t. 4, p. 34). K A R L W E I N M A N N , Johannes Tinctoris (1445-1511) und sein Traktat "De inventione et usu musicae", Regensburg-Roma, 1917, 1 3 texto original con una introducción. Traducción inglesa: "Fifteenth century instruments i n Tinctoris's De inventione The Galpin Society Journal, 3 (March 1950), 19-26. unbekannter publica el ANTHONY BAINES, et usu musicae" } ISABEL 372 POPE NRFH, XV en quintas y unísonas. Las cuerdas están estiradas y sobresalen, de tal modo que el arco (hecho de crines de caballo) puede tocar una cuerda u otra al arbitrio del ejecutante. Vemos, sin p o s i b i l i d a d de equivocación, que T i n c t o r i s describe en este pasaje los instrumentos que en español se l l a m a n vihuela de mano y vihuela de arco. L o s deriva, como el laúd, de l a l i r a clásica, y dice con toda claridad que l a v i h u e l a de mano se conoce en Italia l o mismo que en España y que es invención de los españoles. Después de describir los otros instrumentos derivados de l a l i r a —el rabel o marionetta, la citóla, l a guiterna y l a tamburra—, prosigue T i n c t o r i s : Algunos de estos instrumentos, a causa del diámetro y número de sus cuerdas, son apropiados para tocar las cuatro voces de una composición (y aun más voces, según la destreza del instrumentista). Otros se prestan para tocar tres, dos o una sola de las voces. L a lira que se denomina laúd se tañe en banquetes, fiestas, bailes y funciones públicas y privadas. E n esto muchos alemanes tienen gran habilidad y fama. Algunos grupos de instrumentistas son capaces de improvisar maravillosamente y con tanto gusto sobre el tiple de cualquier composición que se les dé, que no tienen rival en ello. Entre éstos, el más excelente, en m i opinión, es Pietro Bono, lautista de Hércules, Duque de Ferrara. Pero hay otros que pueden hacer algo mucho más difícil: tocar habilísimamente como solistas una composición, no sólo a dos, sino a tres y a cuatro voces. Más adelante vuelve a hablar T i n c t o r i s de l a v i h u e l a de m a n o : " M i e n t r a s que unos tocan el laúd de manera gratísima, en Italia y en España se tañe más generalmente l a v i h u e l a de m a n o " . N o hay duda, pues, de que la v i h u e l a de mano existía en Italia, y que a fines del siglo x v se practicaba en ella el m i s m o arte que se ejercía por entonces en el laúd, esto es, u n arte de improvisación que consistía en adaptar al instrumento u n a composición de dos, tres, cuatro o más voces, según l a destreza del músico. A h o r a b i e n , por los años en que T i n c t o r i s escribía su tratado en Ñapóles, el C h a r i t e o se distinguía en esa corte, n o sólo como poeta elegantísimo, sino también como cantante. N o s l o d i c e n así varios testimonios contemporáneos. P o r ejemplo, el poeta humanista A l t i l i o , en u n a carta a l Chariteo, l o i n v i t a a tocar l a lyra para que sus amigos puedan oír su canto, pues lo hace con tal perfección que nada tiene que e n v i d i a r a las M u s a s . Sabemos además, gracias a Paolo Córtese, algo sobre el estilo de ese canto: dice que es sencillo y cae 1 4 15 1 4 Todos estos pasajes del De inventione WEINMANN, op. (libro IV) pueden verse en K. cit. " T u interim lyram intende, ut cum plusculum ocii fuerit, te canente illa audiamus; nam si accentus tuus accesserit, ne M U S Í S quidem ipsis (pace quidem illarum dixerim) invidebis" (apud E . P É R C O P O , Rime del Chariteo, t. i , p. xlix). 1 5 NRFH, XV L A V I H U E L A Y SU M Ú S I C A 373 lánguidamente en el oído, y pone como ejemplo los versos " v i r g i l i a n o s " que, compuestos p o r el propio Fernando II, solía cantar el Chariteo . C o n v i e n e hacer notar l a ambigüedad del pasaje: l a palabra latina lyra podía significar, como sabemos p o r T i n c t o r i s , ya l a ú d ' , ya V i h u e l a de mano'. E l empleo constante de l a palabra lyra en el latín de los humanistas explica quizá el hecho de que en Italia n o se mencione más a m e n u d o l a viola a mano, a pesar de que T i n c t o r i s asegura que esta clase de viola se empleaba corrientemente. Pero si no es fácil documentar el término, sí se puede encontrar el objeto por él designado. A d o l f o Salazar habló ya de l a viola a mano en su artículo sobre "Música, instrumentos y danzas en las obras de Cerv a n t e s " . F u e Salazar el p r i m e r o en señalar l a existencia d e l instrumento fuera de España y en probar l a i d e n t i d a d de l a viola italiana con l a vihuela española. E n su artículo citado reprodujo (p. 155) u n grabado de l a v i o l a italiana de Philoteo A c h i l l i n i , c o n sus siete órdenes de cuerdas. Podemos recordar otro grabado de u n a vihuela, curioso porque tiene cierta relación c o n l a corte de Ñapóles y c o n T i n c t o r i s m i s m o . E n l a portada de l a Practica música d e l célebre músico y teórico Francesco G a f o r i o aparece A p o l o sentado en u n trono, tocando u n a v i o l a de seis cuerdas; a cada lado d e l trono hay u n putto, tañendo u n o el laúd y otro l a viola ad arco. A b a j o se v e n las Musas, los planetas y los nombres de las escalas y los modos griegos. Este l i b r o se publicó en Milán en 1496. U n o s años antes G a f o r i o había estado en Ñapóles, donde fue amigo y colega de Tinctoris. 16 17 V o l v i e n d o a l arte de cantar con acompañamiento de laúd o de vihuela, tal como l o practicó el Chariteo, se ve claramente que es u n estilo de inspiración clásica, nacido en el ambiente humanístico. Su elemento más importante era l a " l e t r a " , los versos de los poetas clásicos o los q u e los poetas d e l R e n a c i m i e n t o compusieron en latín o en lengua vulgar en imitación consciente de aquéllos. E l canto debía ser sencillo: lejos de estorbar l a comprensión de las palabras, debía acentuar su expresión y darles u n a n u e v a y armoniosa dimensión. E l acompañamiento era también sencillo y más o menos i m p r o v i sado. Probablemente consistía sobre todo en acordes q u e subrayaban las cadencias de l a melodía. Este estilo homofónico contrastaba c o n la música contrapuntística improvisada p o r los instrumentistas pro"Simplex [canendi ratio] autem est ea, quae languidius modificata cadit; ut eos P. Maronis versus inflexos fuisse videmus, q u i , Ferdinando II auctore, soliti sunt a Chariteo poeta cani" (Paolo Córtese, De cardinalatu, II, apud 1 6 P É R C O P O , loe. cit.). NRFH, 2 ( 1 9 4 8 ) , 21-56, 118-173, en especial p p . 28-30. Véase también su nota sobre " L a guitarra, heredera de l a kithara clásica", NRFH, 7 (1953) 118-126. Cf. además J O H N W A R D , The "vihuela de mano", tesis doctoral inédita, posterior 1 7 a la obra de Salazar. ISABEL P O P E 374 N R F H , X V fesionales. C o m o ejemplos m u c h o más logrados de este estilo se podrían mencionar los 'versos en l a t í n " compuestos por A l o n s o M u d a r r a , que aparecen en el l i b r o III de sus Tres libros de música en cifra para vihuela. Estos 'Versos" son las únicas obras originales del repertorio vihuelístico español compuestas sobre textos profanos en latín. Son u n epitafio a l a princesa doña María (primera esposa de F e l i p e II), el famoso lamento de D i d o , " D u l c e s e x u u i a e " (Eneida, l i b r o I V ) , el Beatus Ule de H o r a c i o , y el comienzo de l a Heroida I de O v i d i o , " H a n c tua Penelope". Se puede citar también, por su estilo sencillo y expresivo, l a música que puso M u d a r r a a algunas poesías en italiano y español de poetas d e l R e n a c i m i e n t o , como Boscán, Garcilaso y Sannazaro. T o d a s estas composiciones son fruto de la más p u r a inspiración clásica y representan u n logro excelente de la tradición humanística. E l arte de la improvisación fue m u y apreciado en todas las cortes italianas, y los músicos que lo practicaban eran m u y solicitados. U n o de los más famosos fue Serafino A q u i l a n o , poeta y músico, que tenía u n a voz de excepcional belleza. Había a p r e n d i d o la música con u n cierto " G u i l l e r m o F l a m e n c o " cuando era paje en casa del Conde de Potenza, A n t o n i o de Guevara. Después, en Milán, aprendió unos strambotti d e l C h a r i t e o que le enseñó u n gentilhombre napolitano, " e l c u a l cantaba al laúd m u y suavemente". Serafino se esforzó por e m u l a r el arte del poeta y n o tardó en a d q u i r i r u n a reputación extraordinaria en Milán y luego en R o m a . E n 1491 fue llamado a su corte p o r el joven Fernando, príncipe de C a p u a (después Fernando II). Allí conoció sin duda al C h a r i t e o , como a los otros poetas de su círculo, Sannazaro y Caracciolo. C u a n d o más tarde se trasladó a l a corte de U r b i n o , continuó distinguiéndose por sus strambotti y sus sonetos, que dejan ver claramente l a i n f l u e n c i a del poeta catalán . O t r o testimonio del aplauso con que este arte se seguía recibiendo en las cortes italianas se encuentra en el De música et poética escrito por el músico florentino Raffaele B r a n d o l i n i , dedicado en 1513 a G i o v a n n i de' M e d i c i , recién elevado al trono pontificio con el n o m bre de León X . Además de darnos detalles preciosos sobre l a música y los instrumentos musicales de l a corte de Ñapóles en tiempos de A l f o n s o el Magnánimo y de F e r n a n d o I, B r a n d o l i n i habla de los músicos célebres que fueron acogidos en l a corte de Ñapóles en los tiempos felices y que pasaron después a otras cortes de Italia: Baccio U g o l i n o , el Chariteo, B e r n a r d o A c c o l t i y sobre todo su herm a n o A u r e l i o , del cual dice que superó a todos en el arte de cantar improvisando los versos en latín a l a vez que l a música . 18 19 1 8 E. 1 9 A . L A FAGE, PÉRCOPO, Rime..., op. cit. op. cit., f pp. 65-66. t. 1, pp. ccxlix-ccliv. NRFH, X V LA VIHUELA Y SU MUSICA 375 Pero es quizá Bal classare Castiglione e l que expresó con más elocuencia, en su Cortigiano, l a belleza de este arte. Después d e l famosísimo pasaje en q u e canta los loores de l a música, responde a l a pregunta de u n o de los i n t e r l o c u t o r e s : 20 D i x o entonces Gaspar Pallavicino: Muchas maneras hay de música, así en cantar como en tañer; por eso yo holgaría de saber cuál sea l a mejor, y a qué tiempo debe usar ésta el Cortesano. M u y buena música, respondió miscer Federico, me parece cantar diestramente por el libro; mas aún pienso que es mejor cantar con una vihuela . Porque toda l a dulzura consiste casi en uno que cante solo, y con mayor atención se nota y se entiende el buen modo y el aire no ocupándose los oídos en más de una sola voz que si se ocupan en muchas, y allí entonces se juzga más delgadamente u n yerro, por pequeño que sea; lo que no acaece si muchos cantan, porque el uno ayuda al otro. Mas por lo que estoy mejor con el cantar de una vihuela, es por lo que vulgarmente llamarnos recitar, el cual da tanta gracia y fuerza a las palabras, que es m a r a v i l l a . . . E l tiempo en que más se pueden usar todas estas músicas [habla también de la música de tecla y de vihuelas de arco] pienso yo que sea cada vez que el hombre se halle con una compañía familiar de amistad, cuando no haya otros negocios. 21 N o puede haber descripción más justa y completa de este arte. L a hermosa traducción d e l Cortesano por e l poeta Boscán v i o l a l u z en Barcelona en 1534. Dos años escasos más tarde publicó L u i s Milán e n V a l e n c i a el p r i m e r l i b r o de v i h u e l a aparecido e n España. Es m u y probable que l a traducción del Cortesano haya estimulado la publicación de esa obra musical. El Maestro ofrecía a los corte2 0 P- L i b r o IT, cap. 1. Cito por l a traducción de Boscán, ed. de M a d r i d , 1942, *23- Es interesante notar que aun el distinguido musicólogo Maní red Bukofzer creyó que l a viola de que habla Castiglione era de arco, y juzgó equivocada l a traducción de viola por Iute en l a versión inglesa del Cortigiano por T . H o b y 2 1 (1561) ("The hook of The Courtier o n music", Music Teachers National Ass. Proceedings, 1944).—Dos documentos posteriores en unos años al Cortigiano son, además, decisivos para comprobar la práctica de l a "viola da mano". E n los Documenti per la storia, le arti e le industrie delle Provincie Napoletane, raccolti e pubblicati per cura d i GAETANO FILANGIERI, t. 5, N a p o l i , 1891, se habla (p. 91) de cierto "Cantelmo alias Andrejolo Giov. Geronimo d i N a p o l i , musico": " 2 5 gennaio, 1550.—Prende seco i l giovanetto Francesco Morte per insegnargli l a musica, cioè sonare la viola ad mano, cantare per arte e leggere e scrivere. (Prot. d i N o tari o Giandomenico de M a r i a , a car. 222, A r c h . Not. d i N a p o l i . — Ricerca Filangieri). "27 febbraio, 1551.—Insegna a suonare de viola sopra la intavolatura, con misura, tutte le opere che gli saranno poste, per le mani, a Giovanni Imparato, con l a promesa d i andare ogni giorno i n sua casa, pagandoglisi 13 carlini all'anno. (Idem, i d . , a car. 2 7 0 , fòia.—Ricerca id.)". 376 ISABEL POPE NRFH, XV sanos españoles, ambiciosos de c u l t i v a r las virtudes del perfecto Cortesano tal como Castiglione lo había descrito, l a p o s i b i l i d a d de aprender el arte de tañer v i h u e l a que el i t a l i a n o había recomendado c o n tanto encarecimiento. L a introducción de l a i m p r e n t a musical en España contribuyó también en m u c h o a la divulgación de los libros para aprender a tocar la v i h u e l a . E l de Milán inauguró toda u n a serie de " l i b r o s de v i h u e l a " , el último de los cuales fue el de A n t o n i o de Cabezón N o deja de ser significativo el hecho de que Milán haya sido músico y cortesano justamente en la pequeña corte de V a l e n c i a ; esa corte de los D u q u e s de C a l a b r i a (don F e r n a n d o , hijo de d o n F a d r i que, último rey de l a casa aragonesa de Ñapóles, y G e r m a n a de F o i x ) era u n a imitación de las cortes italianas, y s i n d u d a recibió pálidos pero auténticos reflejos de u n a de las primeras cortes de I t a l i a : la n a p o l i t a n a de A l f o n s o el Magnánimo, ISABEL POPE Chevy Chase, Maryland.