La Universidad de Navarra comienza el curso de su 50º aniversario

Universidad de Navarra Comunicación Institucional
La Universidad de Navarra comienza el curso de su 50º aniversario
- José Mª Bastero, rector: “Aspiramos a contribuir a la construcción de un
mundo más pacífico, próspero y solidario”
La Universidad de Navarra celebró hoy solemnemente la apertura de un
curso muy especial, el de su 50º aniversario (1952-2002). Autoridades,
profesores, alumnos y empleados participaron en los diversos actos, que
comenzaron con una misa de particular acción de gracias por la próxima
canonización de su fundador, Josemaría Escrivá.
En fecha tan señalada, dos ex rectores tuvieron un singular
protagonismo: los catedráticos Alfonso Nieto (Facultad de Comunicación), a
quien se entregó la Medalla de Oro de la Universidad; y Alejandro Llano, que
pronunció la lección inaugural.
Ya en el acto académico, el secretario general del centro académico,
Guido Stein, resumió los datos más significativos de la Memoria del curso
anterior y destacó la concesión de la Medalla de Oro concedida a título
póstumo al profesor Antonio Valero, primer director general del IESE.
Guido Stein mencionó también el inicio de las obras del Centro de
Investigación Médica Aplicada (CIMA), el nuevo edificio de la Escuela de
Ingenieros, el desarrollo del Plan de Evaluación de la Universidad -con tres
titulaciones ya estudiadas y otras tres previstas para el curso que comienza- y
el establecimiento de dobles titulaciones en algunas carreras. Asimismo, se
refirió a la puesta en marcha del Máster Iberoamericano de Estudios Jurídicos
(Facultad de Derecho), el Curso Superior de Alimentación y Salud (Facultad de
Farmacia) y los Diplomas de especialidad en organización industrial, estudio de
materiales y automática industrial (Escuela de Ingenieros).
Desarrollo de la investigación y acuerdos con empresas
En el capítulo de investigación, el secretario general destacó los once
proyectos a los que se dedica una financiación preferente de más de cuatro
millones de euros. Igualmente, resaltó el trabajo del Instituto Científico y
Tecnológico (ICT), que mantuvo acuerdos con 260 empresas y facturó 6,86
millones de euros, un 52% más que el año anterior. El ICT invirtió en equipos
de investigación más de 872.000 euros y su plantilla media fue de 171
investigadores.
Recordó que departamentos y centros de la Universidad de Navarra
mantienen estrechas relaciones con homólogos de otros países para la
realización de proyectos en campos como la biomedicina, el derecho o el
desarrollo empresarial. Fruto de ese trabajo son las distinciones y los premios
obtenidos por profesores. En total, 41 docentes y 11 departamentos o unidades
de investigación recibieron premios en el pasado curso. Junto a ellos, 17
licenciados obtuvieron Premios Nacionales Fin de Carrera y otros tres
recibieron menciones especiales.
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“Pensar con originalidad, libertad y energía creadora”
Tras la lectura de la Memoria, el catedrático de Filosofía Alejandro Llano
pronunció la lección inaugural, titulada “La Universidad ante lo nuevo”. El
profesor Llano trazó un diagnóstico de la universidad actual, uno de cuyos
principales defectos -aseguró- es el exceso de organización y la falta de vida
auténtica, la falta de pensamiento.
Así, afirmó que “lo más poderoso en este mundo no es la materia, ni la
técnica, ni los intercambios económicos, ni la capacidad destructiva de los
armamentos. Lo más digno, lo más valioso, lo más potente, es el pensamiento.
La fuerza de una universidad no procede de sus recursos económicos ni de
sus apoyos políticos. El origen de su potencia se halla en la capacidad que sus
miembros tengan de pensar con originalidad, con libertad, con energía
creadora”.
El ex rector insistió en que la calidad de las universidades no procede de
sus posibilidades económicas, sino de la presencia de una cultura en la que se
valore y se fomente el libre ejercicio de la inteligencia creativa porque, según
explicó, el hombre es el protagonista de la innovación.
Alejandro Llano dijo que “el pensamiento, el trabajo en equipo
multidisciplinar, con ayuda de las nuevas tecnologías, la apertura a la sociedad,
son tareas urgentes e ineludibles en las universidades actuales, y de ello
depende también la excelencia a la que se aspira”.
Tras la exposición de las condiciones profundas que hacen posible una
universidad auténtica, el profesor Llano señaló: “Al cabo de su primer medio
siglo de vida, seguimos viendo muy claro que la clave del porvenir no son los
medios materiales, de los que nunca hemos estado ni estaremos sobrados, a
pesar de la generosidad de tantas personas que aciertan a percibir la
trascendencia de su labor educativa y científica. La clave de ese futuro reside
en la dinámica fidelidad a un espíritu que valora la dignidad intocable de las
personas y antepone el bien común de la institución a los intereses particulares
del individuo. Magnanimidad, grandeza de alma se llama tal actitud de fondo.
Es lo que nunca hemos de perder, aquello por lo que hemos de velar”.
Agradecimiento en el centenario del beato Josemaría Escrivá
El acto académico finalizó con la intervención del rector, José Mª
Bastero: “La apertura de curso tiene unas connotaciones irrepetibles por ser la
que corresponde al quincuagésimo aniversario de nuestra Universidad y por la
inminente canonización de su Fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer,
precisamente cuando aún estamos celebrando el centenario de su nacimiento.
Por eso entenderán que mis primeras palabras no se ajusten al estricto
protocolo académico del acto y que, en nombre de quienes componemos esta
Corporación Universitaria, se dirijan con agradecimiento a Dios, de quien
procede todo bien”.
“Es de justicia que nuestro agradecimiento se eleve también al beato
Josemaría. Él -«después de rezar durante años», en palabras suyas- fundó la
Universidad de Navarra, impulsó decididamente su crecimiento y durante los
veintitrés cursos en que fue su Gran Canciller, con su gobierno magnánimo y
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magisterio preclaro, nos legó un espíritu propio, genuinamente universitario.
Cuantos trabajamos en ella somos conscientes de que esa herencia constituye
nuestro mejor activo”.
“Este capítulo -continuó el rector- quedaría incompleto si no extendiera
este agradecimiento a las numerosas personas que, a lo largo de este medio
siglo, han trabajado en los variados quehaceres de la vida académica; a los
estudiantes; a quienes nos han ayudado con su oración, aportación económica
o su colaboración desinteresada; y a las instituciones estatales, pero muy
especialmente a las forales, que nos han apoyado en la medida que les era
posible, conscientes del interés social de esta iniciativa universitaria”.
Necesidad económica: las subvenciones cubren el dos por mil del presupuesto
José Mª Bastero hizo balance del pasado reciente: “No sería sincero si
no os confirmara que el porvenir de la Universidad de Navarra está lleno de
interés, y que el análisis de nuestra actividad durante estos últimos años
permite vislumbrar que vamos por buen camino. Haciendo un resumen somero,
puedo decir que, en el ámbito docente, los indicadores internos de calidad
muestran que ha mejorado el asesoramiento profesional de los estudiantes,
con su positivo reflejo en los resultados académicos. Respecto a la
investigación, los logros en algunas áreas han alcanzado niveles de excelencia
internacional. La voz de nuestros profesores se escucha cada vez con más
atención y frecuencia en foros donde están en juego cuestiones con amplias
repercusiones científicas y éticas. Y, después de una serie muy laboriosa de
gestiones, ha podido constituirse la estructura económica mínima que ha
permitido el comienzo de las obras del edificio de CIMA”.
“Sin embargo, todo esto no es bastante, pues aspiramos a contribuir a la
construcción de un mundo más pacífico, próspero y solidario; es decir, a
configurar una sociedad más humana, más cristiana, como consecuencia de un
trabajo bien hecho y del prestigio de nuestra Institución Académica”.
El rector apeló a una ajustada gestión económica en la vida universitaria:
“Además de transmitiros la petición de que no ahorréis esfuerzos para que en
nuestro quehacer diario no falte ese aire amable de familia que supieron
infundir los primeros -pese a que nuestra dimensión actual lo pueda hacer más
difícil-, en esta apertura de curso deseo formular a toda la corporación
universitaria otro objetivo más: os invito a coparticipar en la responsabilidad
económica de cada uno de los centros y de la Institución en su conjunto: a
sentiros, como fruto de vuestro cariño a la Universidad, corresponsables de su
funcionamiento económico”.
En este sentido, recordó: “Bien sabéis que la Universidad carece de
capital fundacional, no tiene reservas significativas y las subvenciones que
recibe suponen, poco más o menos, un dos por mil de su presupuesto. En
consecuencia, su viabilidad requiere que cada curso los ingresos propios no
sean superados por los gastos. De esta premisa y del propósito de mantener
las tasas académicas y asistenciales en el nivel actual se extrae con facilidad la
consecuencia de que la corresponsabilidad económica demanda dos acciones
simultáneas: aumentar los ingresos y hacer una buena gestión del gasto”.
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Autoridades y actuación del Orfeón Pamplonés
El Aula Magna de la Universidad de Navarra acogió a las principales
autoridades de la Comunidad foral: el presidente del Gobierno, Miguel Sanz; el
delegado del Gobierno en Navarra, José Carlos Iribas; la alcaldesa de
Pamplona, Yolanda Barcina; el comandante militar de Navarra, Francisco
García Soriano; el presidente y el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de
Navarra, Rafael Ruiz de la Cuesta y José Mª Félez, respectivamente; el
presidente del Parlamento, José Luis Castejón; el vicerrector de la Universidad
Pública de Navarra, Antonio Purroy, y el presidente del Consejo Social de esa
universidad, Fernando Redón; y el director de la UNED, José Luis Martín
Nogales. También asistieron los diputados por Navarra José Cruz Pérez
Lapazarán, Eva Mª Gorri y Vicente Ripa; los senadores Luis Campoy, José
Iribas y Rosa López Garnica y los consejeros del Gobierno de Navarra Rafael
Gurrea, Jesús Laguna, José Ignacio Palacios, Javier Marcotegui, Ignacio
Martínez Alfaro, Santiago Cervera, Francisco Iribarren y Calixto Ayesa; la
defensora del Pueblo, Mª Jesús Aranda; concejales del Ayuntamiento de
Pamplona, el secretario general del PSN-PSOE, Juan José Lizarbe, y otras
autoridades.
Por su parte, el Orfeón Pamplonés, que interpretó la Cantata 147 de
Bach y el Gaudeamus Igitur, puso la nota musical del acto académico.
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