Clara Rojas

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‘Un líder se levanta y sigue cabalgando’
Conjugar el verbo actuar de todas las formas posibles hace parte de uno de los
consejos que Clara Rojas, cautiva en la selvas colombianas durante años, da a los
emprendedores del país.
Un día entre todos los días que estuvo en cautiverio, Clara Rojas les pidió a sus captores que le
permitieran nadar un instante en uno de esos ríos que serpentean por entre las selvas
colombianas.
‘Bueno’, le dijeron sus captores, 10 minutos antes de que Clara Rojas empeñara todas las fuerzas
que tenía para empezar a nadar río arriba. Clara Rojas avanzaba unos 10 ó 12 metros y luego se
dejaba mecer por el agua cuya corriente la traía al mismo punto donde había empezado a bracear.
Lo hacía una y otra vez, hasta que los guerrilleros la conminaban a salir del agua.
Con esta misma lógica, en cada uno de los momentos, fue que Clara Rojas se sobrepuso a los
seis años que estuvo cautiva.
Y es que independientemente de las circunstancias, lo que Rojas descubrió es que “nadie puede
negar los sueños ni la libertad de visualizar horizontes sin límites, y yo lo hacía de esa manera en
el río”.
Esa es una de la lecciones de vida que le quedaron a Clara Rojas, y que compartió con los
estudiantes del CESA durante la jornada de grandes líderes realizada el miércoles 22 de agosto.
En concepto de Clara Rojas, así como ella se sobrepuso a las circunstancias, quienes quieren
hacer empresa seguramente encontrarán inmensas dificultades, pero al mismo tiempo la
oportunidad para poner su fuerza interior y pasar cada obstáculo del el camino.
De lo que se trata, indicó, es de aceptar la realidad, asumirla y a partir de allí encontrar formas para
superarse. Ella, quien sólo tenía una cartera de mano cuando se la llevaron, cuenta que lo que hizo
fue “mirar los archivos emocionales, buscar las carpetas de la memoria y sacar de allí lo necesario
para hacer una maleta de actitudes, que me permitieran luchar por mi libertad y reencontrarme con
mi hijo”.
Aunque no son las únicas, Clara Rojas explicó cada una de las actitudes con las que armó esa
valija, que pueden ser herramientas para los jóvenes emprendedores del país en su propósito de
hacer empresa.
Motivación
Lo importante es definir qué es lo que lo mueve a uno a cada momento.
Disciplina
Descubrir las motivaciones es clave, pero no es suficiente. Hay que tener disciplina. Clara Rojas,
con mucho tiempo en cautiverio, se fijó actividades con horarios. Ello le permitió manejar tiempos
de incertidumbre, depresión y aislamiento.
Cabeza fría
“Cuando se trata de decisiones trascendentales, tómese 5 minutos y piense con cabeza fría”. Clara
Rojas reconoció haber podido tomar una decisión distinta a iniciar el viaje que al final la condenó a
estar 6 años en la selva.
Equilibrio emocional
Lo que es importante es dar el paso siguiente. Ya habrá tiempo para pasar en los siguientes diez
pasos.
Fe y esperanza
“Ustedes quieren hacer empresa, acéptenlo como posible”.
Relaciones humanas
“Las relaciones personales son un 70 por ciento del éxito en la vida”, dijo Clara Rojas, quien
reconoció tener que aceptar la ayuda de sus captoras –en contra de su sentimiento- cuando
Emmanuel llegó al mundo.
Fuerza del pensamiento
Se trata de lograr la coherencia. Decir lo que se piensa y hacer lo que se dice.
Autoimagen y autocuidado
Cuando uno empieza a cambiar una cosa en su propio universo, empieza a cambiar el mundo.
Aceptación de cambios
La inteligencia está en adaptarse al medio y, como en los negocios, crecer en medio de la
dificultades y la incertidumbre.
Usted se ha dedicado a dar varias conferencias, algunas relacionadas con un término que no se
escucha con frecuencia. ¿Qué es la resiliencia?
Es la capacidad que tenemos todos los seres humanos para salir adelante, a pesar de cualquier
situación difícil que por momentos se nos presente y nos ponga a patinar, al punto que casi que
alcanzamos a sentir la muerte. Por supuesto, esa capacidad es potencial, hay que aprender a
desarrollarla, a usarla.
¿Qué tanto puede servir la resiliencia para un líder?
Desarrollar su capacidad de resiliencia es fundamental para un líder, puesto que la dificultad es la
que justamente pone a prueba su liderazgo. A pesar de la situación difícil que tiene que afrontar,
saca lo mejor de sí para sobrevivir, para afrontar con determinación la adversidad y poder
superarla, para salir adelante, para reinventarse, ¡para volver a nacer!.
A usted se le acerca un desconocido y le dice: caramba, metí todos mis ahorros para empezar a
hacer empresa propia y fracasé. No sé qué hacer. ¿Qué paisaje le pintaría usted? ¿Cómo sería esa
fotografía que le retrataría para que no claudicara?
Lo primero, es analizar con calma la situación que le ocurrió. Darse el tiempo de reflexionar, de
aceptar en su interior el error; reconocerlo y acercarse a él, sin más.
Este primer paso con frecuencia es el más difícil, porque normalmente se tiende a negar lo
ocurrido, a rechazarlo, a justificarlo, a echarle la culpa a otros. El gran reto del líder es asumir la
responsabilidad por su actuar y por ende sus consecuencias.
Lo segundo es que ese análisis ponderado y sincero –normalmente–- lo debe llevar a comprender
la cadena del error, lo cual, le debe generar un nuevo aprendizaje.
Lo tercero, volver a empezar, sin más, lo más rápido que pueda. Sobre este punto recuerdo en
particular a mi profesor de equitación cuando era niña, quien me dio una gran lección de vida:
‘cuando el caballo en algún momento la tumbe, o usted se deje caer, ¡póngase en pie
inmediatamente!, vuelva a subirse al caballo y siga montando’. Es la única manera de vencer el
temor.
¿Qué tanto estamos ‘maniatados’ los colombianos para hacer empresa? ¿O es que la libertad la
asumimos sólo para emplearnos?
Confiamos, ya que lo tienen todo, en que las nuevas generaciones de jóvenes colombianos de hoy
y del mañana usen su libertad de manera responsable, no solo para emplearse, sino para que en
algún momento logren tomar la decisión de cambiar de trabajo, cuando ya no tengan que aportar;
igualmente que se visualicen continuamente, emprendiendo proyectos propios, en cualquier
momento de sus vidas. Quiera Dios que esto sea más pronto que tarde.
¿La motivación en el emprendedor es innata o llega como un hijo al mundo: de un momento a
otro, a veces –quizás–- sin esperarlo?
La motivación es una creación del hombre, al igual que un hijo, desde el momento de su
concepción que surge de la voluntad de un hombre y de una mujer. Varían las circunstancias,
agravantes o atenuantes, dependiendo de la situación, algunas más complejas y difíciles que otras,
como en su momento me correspondió a mí afrontar; pero sin duda, hay una voluntad humana en
la motivación, la cual se empieza a concebir en la mente y en el corazón de las personas que
quieren forjar sus propias vidas, sus propios proyectos o emprendimientos.
No conozco estudios que demuestren que la motivación nos llega a través del ADN, pero
seguramente los habrá. Simplemente sé, por experiencia de vida, que la motivación la podemos
construir todos los seres humanos, es de nuestra esencia, como el pensar, soñar, cantar, reír. Nos
corresponde, a cada uno, aprender a crear nuestras propias motivaciones de vida, y por supuesto
a trabajarlas en el día a día, a través de la perseverancia. No basta con motivarnos, hay que
conjugar el verbo actuar de todas las maneras posibles.
Esta pregunta puede parecerle difícil pero me parece pertinente hacerla. Como todas las cosas en
la vida, la maldad tiene matices. ¿Qué resultó lo mejor del secuestro?
Lo mejor, sin duda, mi pequeño y maravilloso hijo Emmanuel, una bendición de Dios.
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