Capítulo 256 Coronavirus & e256-3 ETIOLOGÍA El agente etiológico del SRAG es un nuevo coronavirus, denominado coronavirus asociado al SRAG (CoV-SRAG), que fue inicialmente el único miembro de un nuevo subgrupo (2b) de coronavirus, pero los estudios realizados en murciélagos en todo el mundo han identificado muchos coronavirus previamente conocidos y los grupos nuevos 1a, 1b y 2a-d. La detección de coronavirus similares al SRAG en un mercado de animales vivos en la provincia de Guangdong, en el sur de China, junto con el hallazgo de evidencias serológicas de exposición en manipuladores de alimentos y otras personas cuya profesión incrementaba la exposición a éstos y a otros animales exóticos del mismo mercado, sugiere que estos mercados pueden haber facilitado la dispersión zoonótica del CoV-SRAG. Varios estudios posteriores identificaron coronavirus similares al SRAG en muestras fecales de murciélagos de herradura chinos asintomáticos que podrían estar muy estrechamente relacionados (pero no como precursores directos) con el CoV-SRAG. Por tanto, aunque se piensa que estos murciélagos son huéspedes reservorios probables para estos precursores similares al SRAG, el origen preciso del CoV-SRAG aún es una incógnita. EPIDEMIOLOGÍA No se han identificado casos de infección natural o adquirida en laboratorio por CoV-SRAG desde 2004, pero conocer los mecanismos de introducción, propagación y patogenia sigue siendo relevante ante una posible transmisión zoonótica. El modo principal de transmisión del CoV-SRAG es mediante contacto directo o indirecto de las mucosas con gotitas o fómites contaminados. La transmisión por aerosol es menos frecuente, pero se produce sobre todo en el contexto de la intubación endotraqueal, la broncoscopia o el tratamiento con fármacos aerosolizados. La transmisión fecal-oral no parece ser eficaz, pero es posible, dada la diarrea profusa observada en algunos pacientes con CoV-SRAG y las grandes cantidades de virus excretadas en dichos pacientes. La estacionalidad del CoV-SRAG sigue sin conocerse. El CoV-SRAG no es muy infeccioso, pues un único adulto infectado sólo da lugar a una media de 2-4 casos secundarios. Sin embargo, un pequeño número de personas infectadas, los denominados «supercontagiadores», puede transmitir la infección a un número mucho mayor de personas. En contraste, las personas con una forma leve de la enfermedad, como los niños menores de 12 años, pocas veces transmiten la infección a los demás. La infectividad se correlaciona con la fase de la enfermedad; sólo existe transmisión durante la fase sintomática. Durante el brote de 2003, la mayoría de las personas con una infección por CoV-SRAG se hospitalizó en los 3-4 primeros días tras el inicio de los síntomas. Por consiguiente, la mayoría de las infecciones posteriores se produjeron en los hospitales y afectaron a profesionales sanitarios o a otros pacientes ingresados. © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. PATOGENIA Los datos característicos de la infección por CoV-SRAG en adolescentes y adultos son la existencia de una fase de replicación viral y una fase inmunológica. Durante la fase de replicación viral se produce un incremento progresivo de la carga viral que alcanza su máximo durante la 2.a semana de enfermedad. La aparición de anticuerpos específicos coincide con la máxima replicación viral. El deterioro clínico que se produce en la 2.a y 3.a semana de enfermedad se caracteriza por una disminución de la carga viral y lesiones tisulares atribuidas a una respuesta inmunitaria excesiva mediada por citocinas. No se ha encontrado una explicación de la existencia de formas más leves de la enfermedad en niños menores de 12 años. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Los estudios seroepidemiológicos sugieren que las infecciones asintomáticas por CoV-SRAG son infrecuentes. El período de incubación oscila de 1 a 14 días, con una mediana de 4-6 días. Las manifestaciones clínicas son inespecíficas y las más frecuentes son fiebre, tos, malestar general, coriza, escalofríos, cefalea y mialgia. La coriza es más habitual en los niños menores de 12 años, mientras que los sínto- mas sistémicos, como cefalea, mialgias, escalofríos y el malestar general son más comunes en adolescentes. Algunos niños pequeños no tienen síntomas respiratorios. Los síntomas digestivos, como diarrea, náuseas y vómitos, aparecen hasta en un tercio de los casos. El curso clínico de la infección por CoV-SRAG varía en función de la edad. Los adultos se afectan con más gravedad, con la aparición inicial de fiebre, tos, escalofríos, mialgias, malestar general y cefalea. Después de una mejoría inicial al final de la primera semana reaparece la fiebre, con dificultad respiratoria, caracterizada por disnea e hipoxemia, y hay diarrea. Alrededor del 20% de los pacientes progresa al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) e insuficiencia respiratoria. Por otro lado, los niños menores de 12 años tienen una enfermedad relativamente leve, y sólo una minoría desarrolla una enfermedad significativa del tracto respiratorio inferior; su enfermedad suele durar menos de 5 días. No hubo fallecimientos ni SDRA en niños menores de 12 años infectados por CoV-SRAG. La gravedad en los adolescentes (12-18 años) se correlacionaba de forma directa con la mayor edad; la hipoxemia y la dificultad respiratoria se observaron en el 10-20% de los pacientes, un tercio de los cuales recibió ventilación mecánica. PRUEBAS DE LABORATORIO Las anomalías de laboratorio y los hallazgos radiográficos observados en los niños infectados por el CoV-SRAG no pueden diferenciarse de los que se asocian a otras enfermedades virales comunes. En alrededor del 70-90% de los niños existe linfopenia, así como leucopenia, neutropenia y trombocitopenia. Las anomalías clínicas y de laboratorio son más habituales y persisten más tiempo en los adolescentes que en los niños pequeños. Los cambios radiográficos precoces oscilaron desde la normalidad hasta la presencia de opacidades en vidrio esmerilado o consolidación, sin que los infiltrados intersticiales virales característicos fuesen frecuentes. La progresión a un patrón similar al SDRA, con opacidades diseminadas en vidrio esmerilado y consolidación parcheada, fue característica en adolescentes y adultos jóvenes con CoV-SRAG que necesitaron ventilación mecánica. DIAGNÓSTICO El diagnóstico de la infección por CoV-SRAG puede confirmarse mediante análisis serológicos, detección del ARN viral con RT-PCR o por aislamiento del virus en cultivo celular. La serología es el método diagnóstico más fiable, con una sensibilidad y especificidad próximas al 100%. La detección del anticuerpo IgM, la seroconversión de negativo a positivo, o un aumento de 4 veces o más del título de IgG son indicativos de una infección reciente. El inconveniente de la serología es que el anticuerpo es indetectable hasta 10 días después del inicio de los síntomas, y la seroconversión de la IgG puede retrasarse hasta 4 semanas. El elemento fundamental del diagnóstico precoz es la RT-PCR. Las muestras preferidas son los aspirados nasofaríngeos, el plasma o el suero y las heces, aunque otros líquidos y tejidos corporales también pueden contener virus. El cultivo viral no se recomienda como prueba diagnóstica de primera línea, debido a su baja sensibilidad y a la necesidad de medidas de contención de bioseguridad de nivel 3. COMPLICACIONES Y PRONÓSTICO La mortalidad de la infección por CoV-SRAG durante la epidemia de 2003 fue del 10-17%. No se notificaron fallecimientos pediátricos. La tasa de letalidad estimada en función de la edad varió de menos del 1% en menores de 20 años a más del 50% en mayores de 65 años. El pronóstico a largo plazo de los niños que se recuperan de una infección por CoV-SRAG parece ser favorable. No se han descrito casos de insuficiencia respiratoria persistente o de intolerancia al ejercicio, aunque un grupo de niños infectados por el CoV-SRAG presentaba una reducción del consumo máximo de oxígeno en comparación con personas sanas del grupo control. TRATAMIENTO El tratamiento de la infección por CoV-SRAG es sobre todo de soporte. El papel de los fármacos antivirales e inmunomoduladores e256-4 & Parte XVII Enfermedades infecciosas sigue sin ser concluyente, en gran medida porque ninguno de estos tratamientos se ha evaluado en ensayos clínicos aleatorizados y controlados realizados de forma adecuada. La ribavirina se usó de forma generalizada en el brote de 2003, pero su utilidad es cuestionable, dada su escasa actividad in vitro contra el CoV-SRAG a las concentraciones con relevancia clínica. La corticoterapia sistémica se asoció temporalmente con una mejoría clínica en algunos pacientes y debería considerarse en niños con hipoxemia moderada o grave. En otro pequeño estudio piloto no aleatorizado y no enmascarado, el IFN-a se asoció con una resolución más rápida de los requisitos de oxígeno y de las anomalías radiográficas. Los anticuerpos monoclonales humanos derivados de pacientes con SRAG han mostrado un efecto de neutralización amplio contra las cepas epidémicas precoces y tardías del CoV-SRAG. PREVENCIÓN La obtención de una vacuna eficaz es fundamental, pero aún no está disponible. Para cualquier futura aparición de SRAG o de un nuevo coronavirus zoonótico-humano, el enfoque probable para lograr una vacuna consistiría en el uso de las proteínas virales espiculares obte- nidas mediante recombinación proteica o la utilización de vectores virales o de ADN. Este enfoque parece ser eficaz contra cepas estrechamente relacionadas con CoV-SRAG, pero no con variantes humanas o animales precoces. Por tanto, los enfoques dirigidos a lograr un desarrollo rápido de virus vivos atenuados estables o proteínas ampliamente inmunógenas que ofrezcan inmunidad cruzada es un área clave de investigación futura. Aunque el CoV-SRAG mostró una reproducción y transmisión sintomática controlables gracias a medidas de salud pública, como la cuarentena, estas características no deben asumirse para cualquier nuevo coronavirus humano futuro. Por consiguiente, las estrategias de obtención, prueba y desarrollo rápidos de vacunas y de anticuerpos monoclonales humanos neutralizantes parecen resultar esenciales. BIBLIOGRAFÍA Bitnun A, Read S, Tellier R, et al: Severe acute respiratory syndromeassociated coronavirus infection in Toronto children: a second look, Pediatrics 123:97-101, 2009. Lau SK, Woo PC, Li KS, et al: Severe acute respiratory syndrome coronavirus-like virus in Chinese horseshoe bats, Proc Natl Acad Sci U S A 102:14040-14045, 2005.