Seis meses en París que cambiaron el mundo

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Seis meses en París que
cambiaron el mundo
Rusty Wright
El reparto del mundo
Piense en cuáles han sido las decisiones realmente importantes que ha
tomado en su vida: elecciones relacionadas con su educación, su
vocación, su cónyuge o sus amigos; sus creencias y compromisos
espirituales. ¿Está satisfecho con los resultados? ¿Ha hecho
elecciones erróneas en la vida que aún lo afectan?
Las elecciones tienen consecuencias, y cómo tomamos decisiones
puede ser crítico. En este artículo, echaremos una mirada más de
ochenta años atrás, a una reunión fascinante de líderes mundiales que
tomaron decisiones significativas que afectan nuestras vidas hoy.
En 1919, líderes de todo el mundo se reunieron en París para decidir
cómo dividir la tierra luego del final de la Primera Guerra Mundial.
Presidentes y primeros ministros debatieron, discutieron, cenaron y
asistieron al teatro juntos, mientras creaban nuevas naciones y
trozaban naciones antiguas. Margaret MacMillan, una doctora de
Oxford y profesora de historia de la Universidad de Toronto, cuenta
la apasionante historia de estos personajes en su críticamente
aclamado éxito de librería: Paris 1919: Six Months that Changed the
World (París 1919: Seis meses que cambiaron el mundo) {1} El
periódico The Sunday Times de Londres dice: "La mayoría de los
problemas tratados en este libro todavía están con nosotros hoy; por
cierto, algunas de las cosas más horrendas que han estado ocurriendo
en Europa y en Oriente Medio en la última década surgen
directamente de decisiones tomadas en París en 1919".{2}
Esta obra contó con un elenco variado. Los Tres Grandes eran los
líderes de las principales naciones aliadas: el presidente de EE.UU.,
Woodrow Wilson, y los primeros ministros de Francia e Inglaterra,
Georges Clemenceau y David Lloyd George, respectivamente. A
ellos se les unieron una gran cantidad de "estadistas, diplomáticos,
banqueros, soldados, profesores, economistas y abogados . . . de
todos los rincones del mundo". Aparecieron también periodistas de
los medios, empresarios y voceros de una multitud de causas.{3}
Estuvo ahí Lawrence de Arabia, el misterioso erudito y soldado
inglés que promovía la causa árabe, envuelto en vestiduras árabes.
{4} Franklin Delano Roosevelt y Winston Churchill, que aún no eran
líderes de sus gobiernos, jugaron papeles secundarios. Un joven
asiático que trabajaba en la cocina del Ritz de París pidió a los
constructores de la paz que otorgaran independencia, desde Francia, a
su diminuta nación. Ho Chi Minh -y Vietnam- no obtuvo ninguna
respuesta.{5}
Este artículo resalta tres de las muchas decisiones de la Conferencia
de Paz de París de 1919 que aún influyen en los titulares de los
periódicos hoy. Tienen que ver con Irak, Israel y China. Ajústese el
cinturón para hacer un viaje al pasado y luego "volver al futuro".
Primero, considere el nacimiento de Irak.
La creación de Irak
Durante los primeros seis meses de 1919, el presidente de EE.UU.,
Woodrow Wilson, junto con los primeros ministros de Francia y
Gran Bretaña, Clemenceau y Lloyd George, consideraron agotadores
reclamos de tierra y poder de personas de todo el mundo. Hubo veces
en que se encontraron gateando sobre un gran mapa extendido sobre
el piso mientras estudiaban y determinaban fronteras.{6} Los
desafíos fueron inmensos. Clemenceau dijo a un colega: "Es mucho
más fácil hacer la guerra que la paz".{7}
El eminente historiador británico Anrnold Toynbee, que asesoró a la
delegación británica en París, contó que un día entregó unos papeles a
su primer ministro. Para regocijo de Toynbee, Lloyd George se
olvidó de que Toynbee estaba presente, y comenzó a pensar en voz
alta: "Mesopotamia...", caviló Lloyd George, ". . . sí . . . petróleo . . .
irrigación . . . debemos tener la Mesopotamia". {8}
"Mesopotamia" se refería a tres provincias de Oriente Medio que
habían formado parte del Imperio Otomano: Mosul, en el norte;
Basora, en el sur; y Bagdad, en el medio. (¿Le empieza a sonar
conocido?) El petróleo era una preocupación importante. Durante un
tiempo, allá atrás, nadie estaba seguro de que la Mesopotamia tuviera
mucho petróleo. Las pistas surgieron cuando la tierra alrededor de
Bagdad empezó a destilar charcos de cieno negro.{9}
El gobernador británico de Mesopotamia argumentó que los
británicos, mayormente por razones estratégicas de seguridad, debían
controlar Mosul, Basora y Bagdad como una única unidad
administrativa. Pero las tres provincias tenían poco en común.
MacMillan señala: "En 1919 no había un pueblo iraquí; la historia, la
religión y la geografía separaban a los pueblos, en vez de
unirlos".{10} Los kurdos y los persas estaban exasperados con los
árabes. Los musulmanes chiítas estaban resentidos con los
musulmanes sunitas.{11} (¿Le comienza a sonar conocido ahora?)
Finalmente, las realidades geopolíticas impulsaron un acuerdo. En
1920, los británicos reclamaron un mandato para Mesopotamia y los
franceses otro para Siria. Estalló una rebelión en Mesopotamia. Los
rebeldes cortaron ferrocarriles, atacaron pueblos y asesinaron a
oficiales británicos. En 1921, Inglaterra accedió a que hubiera un rey
en Mesopotamia. Nació Irak. En 1932, se hizo independiente.{12}
Hoy . . . bueno, lea su diario de la mañana. Las decisiones tienen
consecuencias.
La creación de una patria judía
Otra importante decisión tomada en la Conferencia de Paz de París
afectó al mundo judío y, con el tiempo, a todo el Oriente Medio.
En febrero de 1919, un químico británico apareció ante los
constructores de la paz para argumentar que los judíos del mundo
necesitaban un lugar seguro donde vivir. Los judíos estaban
intentando salir de Rusia y Austria de a millones. ¿Dónde podrían ir?
Chaim Weizmann y sus colegas sionistas pensaban que tenían la
respuesta perfecta: Palestina.{13}
El sionismo contaba con un poderoso aliado en el secretario de
relaciones exteriores británico, Arthur Balfour. Balfour era un
acaudalado político con el extraño hábito de quedarse en cama toda la
mañana. "Si uno quería que algo no se hiciera", reflexionó Winston
Churchill, Balfour "era indudablemente el mejor hombre para la
tarea".{14} Hijo de una mujer profundamente religiosa, estaba
fascinado por los judíos y la visión de Weizmann.{15}
El primer ministro Lloyd George era otro entusiasta. Fue criado con
la Biblia y decía conocer más de la historia judía que de la historia
inglesa. Durante la guerra, Weizmann, el químico judío, ofreció
gratuitamente su procedimiento para hacer acetona, que los británicos
necesitaban desesperadamente para hacer explosivos. A cambio,
Lloyd George ofreció a Weizmann apoyo para el sionismo. Lloyd
George luego atribuyó a esa oferta el origen de la declaración de
apoyo de una patria judía. Los franceses plantearon una teoría
alternativa: la amante de Lloyd George estaba casada con un
conocido comerciante judío.{16}
En octubre de 1917, los británicos emitieron la famosa Declaración
Balfour, que prometía ayudar a establecer una patria judía en
Palestina. En 1919, Weizmann y otros líderes sionistas hicieron su
propuesta ante los arquitectos de la paz de París. Pero había un
problema. Los británicos habían hecho promesas contradictorias.
Durante la guerra, habían apoyado una patria judía en Palestina.
También habían alentado a los árabes a rebelarse contra el gobierno
otomano, prometiéndoles independencia sobre tierra que incluía
Palestina.{17}
El presidente Wilson, hijo de un ministro presbiteriano, tenía
simpatizaba con el sionismo. "Pensar", dijo a un destacado rabino
estadounidense, "que yo, hijo de una casa parroquial, pueda ayudar a
restituir la Tierra Santa a su pueblo".{18} Pero los pacificadores
pospusieron una decisión. En 1920, en una conferencia aparte, los
británicos obtuvieron el mandato palestino (una especie de
fideicomiso) para implementar la Declaración Balfour. Los árabes
palestinos ya estaban amotinándose contra los judíos.{19} ¿Y hoy?
Bueno, verifique las noticias en su radio.
Las decisiones tienen consecuencias. A continuación, cómo París
1919 influyó en el gran dragón asiático.
China traicionada
El presidente de EE.UU., Woodrow Wilson, una vez describió una
técnica de negociación que usaba con un socio. "Cuando lo tienes
enganchado", explicó Wilson, "primero tiras un poco, luego sueltas el
sedal, luego tiras hacia adentro, finalmente lo desgastas, lo quiebras,
y lo pescas".{20}
Un conflicto chino-japonés desafiaría las habilidades de negociación
de Wilson.{21} Los chinos se habían unido a los aliados y esperaban
tener un trato justo en París. Muchos chinos admiraban la democracia
occidental y la visión idealista de Wilson.
Shantung era una península estratégica debajo de Beijing. Confucio,
el gran filósofo, había nacido allí. Sus ideas perneaban la sociedad
china. Shantung tenía treinta millones de personas, mano de obra
barata, abundantes minerales y un puerto natural. La seda de
Shantung sigue estando de moda hoy. A fines de la década de 1980,
Alemania se apoderó de Shantung. En 1914, Japón se lo quitó a los
alemanes.{22}
En París, Japón quería quedarse con Shantung. Japón ostentaba una
colección de acuerdos secretos que traen a la mente la serie de
televisión Survivor (Sobreviviente). China había cifrado sus
esperanzas en los famosos Catorce Puntos de Wilson, que rechazaban
los tratados secretos e incluía la autodeterminación.{23}
El embajador chino en Washington se refería a Shantung como "una
Tierra Santa para los chinos", y dijo que, bajo control extranjero,
sería una "daga apuntando al corazón de China".{24} Wilson parecía
comprensivo al principio, pero la decisión sobre Shantung debería
esperar hasta fines de abril mientras los Aliados finalizaban el tratado
alemán. Para entonces, una avalancha de decisiones estaba
abrumando a los pacificadores. Cuando los japoneses forzaron su
mano, Wilson, Clemenceau y Lloyd George entregaron Shantung a
Japón a cambio de la concesión de Japón en otra cuestión
significativa del tratado.{25}
Los chinos acusaron a Wilson de haberlos traicionado. El 4 de mayo,
miles de manifestantes se reunieron en la Plaza Tienanmen. El
decano de Humanidades de la Universidad de Beijing distribuía
panfletos. El 4 de mayo señaló el rechazo de Occidente de parte de
muchos intelectuales chinos. El nuevo comunismo ruso pareció
atractivo para algunos. En 1921, los radicales fundaron el Partido
Comunista Chino. Ese decano de Humanidades que había distribuido
panfletos se convirtió en su primer presidente: Mao Tse-tung. Su
partido logró el poder en 1949 {26} y hoy . . . ¿ha oído las noticias
últimamente?
Irak, Israel, Palestina, China . . . París 1919 influyó en cada uno de
ellos. ¿Qué significa todo esto para nosotros?
Decisiones, consecuencias, y usted
Cuando partían de París en 1919, luego de firmar el Tratado de
Versalles, Woodrow Wilson dijo a su esposa: "Está terminado. Y,
como nadie está satisfecho, me hace tener esperanzas de que hemos
hecho una paz justa, pero está todo en el regazo de los dioses".{27}
Al dejar París los periodistas y las delegaciones, los hoteles que se
habían convertido en cuarteles generales para las conversaciones
volvieron a atender su negocio habitual. Las prostitutas se quejaban
de que el negocio había mermado.{28}
Los tres grandes pacificadores no duraron mucho tiempo en el poder.
Lloyd George se vio obligado a renunciar como primer ministro en
1922. Clemenceau se presentó como candidato a presidente en 1919,
pero se retiró airado cuando supo que tendría oposición. Wilson
enfrentó gran resistencia en el senado de EE.UU., que nunca ratificó
el Tratado de Versalles. En octubre de 1919, un infarto generalizado
lo dejó postrado y debilitado. En diciembre se enteró de que había
ganado el Premio Nobel de la Paz.{29}
Irak, una nación armada de a pedazos en París y sus secuelas, aún
hierve por el disenso religioso, étnico y cultural. Los israelíes y los
palestinos siguen enfrentándose. China todavía desconfía de
Occidente. Ciertamente muchas decisiones en los años posteriores
han afectado estos puntos candentes, pero las semillas de los
conflictos fueron sembradas en París.
¿Cuál es una perspectiva bíblica de París 1919? No pretendo saber
cuáles constructores de la paz pueden haber seguido o no a Dios en
sus elecciones específicas, pero considere tres lecciones que son a la
vez simples y profundas:
Primero: La soberanía de Dios finalmente triunfa por sobre la
actividad humana. Dios "multiplica las naciones, y él las
destruye".{30} Él también "dispone todas las cosas para el bien de
quienes lo aman".{31} Todavía no ha ocurrido el final de la historia.
Cuando llegue, veremos su mano divina más claramente.
Segundo: Las decisiones tienen consecuencias. "Cada uno cosecha lo
que siembra", exclamó Pablo.{32} Esto se aplica a las naciones y a
las personas. Todos enfrentamos decisiones acerca de qué comer, que
carrera seguir y que compañero o compañera de vida elegir, o ser
amigos de Dios y seguirlo. Nuestras elecciones influyen en esta vida
y en la próxima. Nuestras decisiones pueden afectar a otros y
producir consecuencias imprevistas. Así que . . .
Tercero: Debemos tratar de tomar decisiones sabias. Salomón, un rey
muy sabio, escribió: "Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu
propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará
tus sendas".{33}
Las decisiones tienen consecuencias. ¿Está usted enfrentando alguna
decisión que necesita poner en las manos de Dios?
Notas
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
Margaret MacMillan, Paris 1919: Six Months that Changed the World
(New York: Random House, 2001). La mayor parte del material histórico
de este artículo está tomado de la investigación de MacMillan.
Ibid., contraportada.
Ibid., xxvii.
Ibid., 388-395 ff.
Ibid., 59.
Ibid., 255, 275.
A. Ribot, Journal d'Alexandre Ribot et correspondances inédites, 19141922 (Paris, 1936), 255; in Ibid., xxx.
A. Toynbee, Acquaintances (London, 1967), 211-12; in MacMillan, op.
cit., 381.
MacMillan, op. cit., 395-96.
Ibid., 397.
Ibid., 400.
Ibid., 400-409.
Ibid., 410.
Ibid., 413.
Ibid., 413-415.
Ibid., 415-16.
Ibid., 416-21.
Ibid., 422.
Ibid., 4; 98; 103; 420; 423-427.
Ibid., 194.
Ibid., 322-344.
Ibid., 325-27.
Ibid., 328-29; 336; 338; 322; 495-96.
Ibid., 334.
Ibid., 330-38.
Ibid., 338-341.
T. Schachtman, Edith and Woodrow (New York, 1981), 189; en
MacMillan, op. cit., 487.
MacMillan, op. cit., 485.
Ibid., 487-92.
Job 12:23.
Romanos 8:28.
Gálatas 6:7.
Proverbios 3:5, 6.
© 2003 Probe Ministries. Todos los derechos reservados.
Usado con permiso
ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y
cuando no se venda.
Traducción: Alejandro Field
Acerca del Autor
Rusty Wright, un escritor y orador asociado a Probe Ministries, es
un conferencista internacional y galardonado autor, periodista y
columnista especializado que ha dado conferencias en seis
continentes. Es licenciado en Psicología de Duke University y tiene
una Maestría en Teología de Oxford University. Se lo puede
contactar en [email protected]. Por favor indique a qué
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