VOCABULARIO DEL TEXTO codicia (4): fraguarse (5): consumarse (5): aposentarse (5): avalar (6): bandoleros (7): laya (8): pandilla (8): escondrijo (8): botín (8): peón (10): plebeyo (10): vasallo (10): fraile (10): escribano (11): desmembrar (16): huracán, ojo de (17): mansedumbre (18): suerte (18): sublevarse (18): fugaz (19): desastrosa/o (20): matanza (22): sucesión (25): golpe (26): desfile (28): dictadorzuelo (29): arrodillarse (29): sumir (29): lomo (31): sufriente (34): conmoción (35): airada (36): encarnar (38): retomar (39): martirologio (40): atraso (43): visto bueno (44): desatar (46): alevosa (47): puño (47): acallar (48): detención (48): blanco (54): ultraje (56): conculcado (56): abogar por (57): cese (58): fatídico (59): tortuoso (61): grupo de tareas (62): espeso (63): cañaveral (63): aportar (63): siniestro (64): obediencia (64): vejación (65): barranco (67): médula (71): siembra (72): cosechar (72): añorada/o (73): espada (75): lata (75): pecho (75): rutilante (75): condecoraciones (76): otorgar (76): afanes (78): VOCABULARIO DEL TEXTO grupo de tareas: Geheimpolizei abogar por (57): sprechen für acallar (48): zum Schweigen bringen afanes (78): Eifer airada (36): zornig alevosa/o (47): heimtückisch añorar (73): s. sehnen nach aportar (63): dazu beibringen aposentarse (5): s. niederlassen arrodillarse (29): niederknien atraso (43): Rückstand avalar (6): Bürgschaft leisten bandolera/o (7): Räuber/in barranco (67): Schlucht blanco (54): Zielscheibe botín (8): Beute cañaveral (63): (Zucker)Rohrfeld cese (58): Beendigung codicia (4): Habsucht conculcar (56): verletzen / übertreten condecoraciones (76): Ordenzeichen conmoción (35): Erschütterung consumarse (5): zustande kommen cosechar (72): ernten desastrosa/o (20): schlampig desatar (46): auslösen desfile (28): Parade desmembrar (16): zerlegen detención (48): Festnahme dictadorzuelo (29): Diktator(lein) huracán, ojo de (17): Orkan lata (75): Blech laya, de toda (8): allerlei lomo, poner el (31): hier: schuften mansedumbre (18): Unterwerfung martirologio (40): Märtyrertod matanza (22): Schlachten médula (71): Mark obediencia (64): Gehorsam otorgar (76): verleihen pandilla (8): Bande pecho (75): Brust peón (10): Landarbeiter plebeya/o (10): Plebejer/in puño, apretar los (47): Fäuste ballen retomar (39): übernehmen rutilante (75): glänzend siembra (72): Saatzeit siniestro (64): unheimlich sublevarse (18): rebellieren sucesión (25): Folge suerte (18): hier: Schicksal sufriente (34): leidend sumir (29): versenken tortuoso (61): geschlängt encarnar (38): verkörpern escondrijo (8): Versteck escribana/o (11): Notar/in espada (75): Schwert espeso (63): hier: dicht fatídico (59): todbringend fraguarse (5): hier: ausbrüten fraile (10): Mönch fugaz (19): vergänglich golpe (26): Staatsstreich ultraje (56): Schändigung vasalla/o (10): Magd/Knecht vejación (65): siehe ultraje visto bueno (44): Zustimmung EN EL TIEMPO DE LAS MARIPOSAS A continuación leerás algunos pasajes de la novela titulada "En el tiempo de las mariposas" (Ed. Atlántida, Buenos Aires, 1995). La misma está basada en una entrevista que Julia Alvarez (la autora) realizara a Dedé, la única de las hermanas que sobrevivió la dictadura de Trujillo. Para orientarte y facilitarte la comprensión en cuanto a los personajes que aparecen hemos diseñado un pequeño árbol genealógico de la familia Mirabal que puedes consultar a medida que lees el texto. Matrimonio Mirabal 1. Patria Mirabal (su esposo es Pedrito) 2. Minerva Mirabal (su esposo es Manolo) 3. Dedé Mirabal (su esposo es Jaimito) 4. María Teresa (Mate) Mirabal (su esposo es Leandro) La familia Mirabal pertenece a la clase media alta (terrateniente) de la República Dominicana. Las hermanas crecen en un ambiente muy protegido y en el seno de una familia proclive al gobierno. La tiranía y crueldad del régimen de los Trujillo por su parte, se encarga de mantener la situación de opresión y explotación en el país en base a la aniquilación de toda persona que se oponga a los designios del Gran Benefactor, como se hace llamar el dictador de turno. La característica sobresaliente de este "benefactor", es el abuso de toda mujer que agrade a sus ojos. La tragedia de las Mirabal parece tener su origen justamente aquí: durante un fiesta que ofrece Trujillo a un centenar de invitados selectos, Minerva no puede evitar un baile con el anfitrión (Gastgeber). Luego de intercambiar opiniones acerca de la universidad y la presencia de las mujeres en ella, Trujillo intenta sobrepasarse (Grenzen überschreiten) con Minerva y ésta le responde: con una bofetada. Minerva huye de la fiesta olvidando su bolso en el que tiene guardadas algunas cartas comprometedoras de un amigo revolucionario. Su situación se complica. El país está sumido en una situación de corrupción alevosa. El descontento de la población crece día a día y junto al descontento crece la represión. En una época en que en ese país no era común que las mujeres accedieran a estudios superiores, Minerva, la segunda hija de los Mirabal, logra comenzar sus estudios de Derecho. Han comenzado a formarse grupos de resistencia y se plantea la posibilidad de una revolución que derroque (stürtzen) al imperio de los Trujillo e imponga la justicia. Así conoce al que más tarde será su esposo y compañero de lucha. Luego de sorpresas, discusiones y muchas cavilaciones (Überlegungen) también habían contraído matrimonio, se unen a la lucha animadas por Minerva y sus respectivos maridos. Sólo falta Dedé que hasta entonces ha rechazado sistemáticamente cualquier intento de sus hermanas por involucrarla (einbeziehen) en la lucha poniendo a su marido como pretexto (Vorwand): (...) Imagínense. Se hizo un silencio incómodo. Dedé se preparó. Esperaba que Minerva hiciera una arremetida apasionada en defensa del uso de la granja familiar como depósito de municiones. Pero fue Mate quien habló primero, la hermana pequeña que todavía se peinaba con trenzas y llevaba vestidos que hacían juego con los de su hija. Habían venido, dijo, porque algo grande, realmente grande, estaba a punto de pasar. Los ojos de Mate eran los de una niña agrandados de asombro. Minerva se pasó el dedo índice por la garganta y dejó que le colgara la lengua por la boca. Patria y Mate irrumpieron en risitas nerviosas. Dedé no lo podía creer. ?Se habían enloquecido del todo! - Este es un asunto serio - les recordó. Una furia que nada tenía que ver con ese asunto serio le hacía latir el corazón con rapidez. - Por supuesto que sí - dijo Minerva, riendo -. El chancho morirá. - ?En menos de tres semanas! - La voz de Mate palpitaba de excitación. - ?En la festividad de la Virgencita!- exclamó Patria, haciéndose la señal de la cruz y poniendo los ojos en blanco -. ?Ay, virgencita, protégenos! Dedé señaló a sus hermanas. -?Lo harán ustedes mismas? - Dios, no - dijo Mate, horrorizada ante la idea -. El Grupo de Acción tiene a su cargo hacer justicia pero todas las distintas cédulas liberarán sus zonas. Nosotros tomaremos la fortaleza de Salcedo. Dedé estuvo a punto de recordarle a su hermanita el temor que tenía a las arañas, gusanos, a la sopa de fideos, pero dejó que Mate siguiera hablando. - Somos una cédula, ?te das cuenta? Y por lo general hay tres personas en una cédula, pero la nuestra podría tener cuatro. - Mate la miró esperanzada. ?Como si la estuvieran invitando para formar un maldito equipo de voleibol! - Esto es un poco repentino, lo sé - le estaba diciendo Patria -. Pero no es como con las cajas, Dedé. Esto es algo seguro. -Es algo seguro - confirmó Minerva. - No tienes que decidirlo ahora - siguió diciendo Patria, como temerosa de lo que pudiera ser la decisión inmediata de Dedé -. Piénsalo, consúltalo con la almohada (drüber schlafen). Tenemos una reunión en casa el domingo que viene. - ?Como en los viejos tiempos, las cuatro juntas! - Mate batió palmas (aplaudieren). Dedé se sentía arrastrada por la pasión de sus hermanas. Luego interpuso la objeción acostumbrada: - ?Y Jaimito? Se hizo un nuevo silencio incómodo. Sus hermanas se miraron entre sí. - Nuestro primo también está invitado - dijo Minerva con el tono rígido que usaba para referirse a Jaimito. - Pero nadie mejor que tú para saber si vale la pena preguntárselo. - ?Qué quieres decir con esto? - le espetó Dedé. - Quiero decir que no sé cómo es la política de Jaimito. El orgullo de Dedé se sintió herido. A pesar de sus problemas, Jaimito era su marido, el padre de sus hijos. - Jaimito no es trujillista, si eso es lo que sugieres. No más que... papá. - A su manera papá era trujillista - decretó Minerva. Las tres hermanas la miraron escandalizadas. - ?Papá fue un héroe! - Dedé echaba humo. - Murió por lo que tuvo que padecer en la cárcel. Tú deberías saberlo. ?Estaba tratando de mantenerte fuera de peligro a ti! Minerva asintió. - Eso es. Su consejo siempre era: no espantes (verscheuchen) a las abejas, no espantes a las abejas. Son los hombres como él, y como Jaimito y otros fulanitos (Herr Soundso) temerosos los que han mantenido al diablo en el poder todos estos años. - ? Cómo puede decir eso de papá? - Dedé se daba cuenta de que estaba alzando la voz. ?Cómo se lo permiten ustedes? - Intentaba reclutar a sus hermanas para su causa. Mate se había echado a llorar. - No vinimos para esto - le recordó Patria a Minerva, que se puso de pie, caminó hasta la baranda de la galería y se puso a contemplar el jardín con fijeza. (...) - Queremos que estés con nosotras. Por eso hemos venido. Minerva clavó en su hermana unos ojos llenos de anhelo. - ?Y si no puedo? - La voz de Dedé estaba temblorosa. - Jaimito piensa que es un suicidio. Me ha dicho que me abandonaría si yo me mezclara con esto. -Bien, ya lo había dicho. Sintió la cara roja de vergüenza. Se estaba escondiendo detrás de los temores de su marido, haciendo recaer el desprecio (Verachtung) sobre él en lugar de sobre ella. - Nuestro querido primo - dijo Minerva, sarcástica. Pero se detuvo ante una mirada de Patria. - Cada uno tiene una razón para las decisiones que toma - dijo Patria, alivianando la cargada atmósfera - y debemos respetarlo. Benditos los conciliadores (Vermittler), pensó Dedé, pero no pudo recordar cuál era su recompensa. - Decidas lo que decidas, lo entenderemos - terminó diciendo Patria, mirando a sus hermanas. Mate asintió, pero Minerva nunca daba nada por terminado. Al subir al auto, le recordó a Dedé: - El domingo que viene en lo de Patria, como a las tres. En caso de que cambies de idea. (...) Lo abandonaría. (...) El domingo siguiente, cuando Jaimito estuviera en la gallera (Kampfhahnstallung), Dedé iría a la reunión. Cuando él volviera encontraría la nota sobre su almohada. Me siento como si estuviera enterrada viva. Necesito salir. No puedo seguir con esta farsa. (págs. 179-182) El régimen de Trujillo se ve cada vez más amenazado y desata una ola de represión más feroz (grausam) aún que la que había aplicado hasta entonces. Esta vez la represión alcanza a dos de las hermanas Mirabal y sus familias. Estando en la cárcel Mate escribe en su diario: Sábado, 26 de marzo (65 días) Acabamos de tener nuestra "escuelita", algo que Minerva insiste que debemos tener todos los días menos los domingos. Creo que es lo que hizo Fidel cuando estaba en la Isla de Pinos, así que por eso nosotras también debemos hacer lo mismo. Minerva empezó recitando un poema de Martí, y luego discutimos acerca de lo que querían decir las palabras. Yo estaba soñando despierta con mi Jacqui, preguntándome si caminaría ya, si todavía le saldría sarpullido (Hautausschlag) entre los deditos, cuando Minerva me preguntó qué pensaba yo. Le dije que estaba de acuerdo con lo que decían las demás. Ella meneó la cabeza. Luego las presas políticas nos reunimos en nuestro rincón y ensayamos las tres reglas cardinales. Nunca creerles Nunca temerles Nunca preguntarles nada ?Ni siquiera Santicló? Es tan bueno conmigo, con todas nosotras, en realidad. Sobre todo Santicló, dijo Sina. No sé cuál es más dura, Minerva o ella. Las dos me han advertido que no debo querer al enemigo. (pág. 231) (...) Por intervención de su madre y sus hermanas, Minerva y Mate logran dejar la prisión y son condenadas a arresto domiciliario a la vez que sus maridos, son trasladados a una cárcel más alejada. Las hermanas se ven así obligadas a hacer largos viajes cada vez que obtienen un permiso para visitar a sus compañeros. Es justamente luego de una de estas visitas cuando ocurre el "fatal accidente": Al parecer, salieron del pueblo a las cuatro y media, pues el camión que los precedía (vorfahren) montaña arriba marcó el reloj al salir de Obras públicas local a las cuatro y treinta y cinco. Hicieron una parada en un pequeño establecimiento (Kiosk) junto al camino. Estaban preocupadas por algo, dijo el propietario, aunque no sabía qué. La más alta iba y venía al teléfono y hablaba mucho.(...) --------------------Parece que al principio el jeep seguía al camión en la subida. Luego, cuando el camión aminoró la marcha (langsamer fahren) el jeep lo pasó, aceleró, y después de una curva ya no lo vieron más. Luego el camión llegó al lugar de la emboscada (Falle). Un Austin azul y blanco bloqueaba parte del camino; el jeep se vio obligado a parar; las mujeres fueron conducidas pacíficamente, según dijo el camionero, pacíficamente hasta el auto. Tuvo que frenar para no atropellarlas (überfahren), y fue entonces cuando una de las mujeres - creo que debe de haber sido Patria, "la más baja y gordita" - se zafó (s. losreißen) de sus captores (Fänger) y corrió hacia el camión. Se colgó de la puerta gritando: "?Díganle a la familia Mirabal de Salcedo que los caliés (die Geheimpolizei, col.) van a matarnos!" Detrás de ella fue uno de los hombres, le apartó la mano de la puerta y la arrastró (schleifen) al auto. Parece que no bien el camionero oyó la palabra "calié", cerró la puerta que había empezado a abrir. Siguiendo las señas que uno de los hombres le hacía con la mano pasó junto a los autos. Yo tenía ganas de preguntarle: "?Por qué no se detuvo a ayudarlos?" Pero, por supuesto, no se lo pregunté. Aun así él vio la pregunta en mis ojos y agachó la cabeza. Más de un año después de la huída (Flucht) de Trujillo, todo salió a luz en el juicio a los asesinos. Pero aun entonces hubo varias versiones. Cada uno de los asesinos decía que los otros se habían ocupado del asesinato. Uno dijo que él no había matado a nadie. Había llevado a las muchachas a la mansión de La Cumbre, donde el Jefe las había matado. El juicio salió por TV el día entero durante casi un mes. Tres de los asesinos por último reconocieron que cada uno de ellos había matado a una de las hermanas Mirabal. Otro mató a Rufino, el chófer. El quinto se quedó en un costado del camino para avisar a a los demás si venía alguien. Al principio, todos trataron de decir que eran ese hombre, el de las manos más limpias. Yo no quería oír cómo lo hicieron. Vi las marcas en la garganta de Minerva y las huellas en el pálido cuello (Hals) de Mate, claras como el agua. También las golpearon con la culata de sus armas (Gewehrkolben): lo vi cuando les corté el pelo. Se aseguraron de que estuvieran bien muertas. Pero no creo que violaran a mis hermanas, no. Lo constaté (feststellen) lo mejor que pude. Creo que es prudente decir que en ese sentido se comportaron como caballeros asesinos.(...) --------------------------A los hombres les dieron treinta y veinte años, en el papel. No pude entender por qué algunos de los asesinos recibieron una condena más corta que los otros. Es posible que al del camino le dieran veinte años. Quizás alguno de ellos se arrepintió en la corte. Pero las sentencias no sirvieron de mucho, de cualquier manera. Todos salieron libres durante nuestras revoluciones. Cuando las teníamos de manera regular, como para demostrar que podíamos matarnos los unos a los otros aun sin un dictador que nos diera la orden. Después que los condenaron, dieron entrevistas que aparecían en las noticias todos los días. ?Qué pensaban los asesinos de las hermanas Mirabal de eso o aquello? O eso me dijeron. Nosotros no teníamos televisor y el de mamá sólo se encendía para los dibujos animados de los niños. Yo no quería que se criaran con odio, los ojos fijos en el pasado. Los nombres de los asesinos no han atravesado mis labios ni una sola vez. Quería que los niños tuvieran lo que sus madres podrían haberles dado: la posibilidad de ser felices. De vez en cuando, Jaimito me traía el diario para que pudiera ver las grandes hazañas (Heldentaten) del país. Pero yo lo hacía un rollo para espantar las moscas. De esa manera no me enteré de muchas cosas. Del día que Trujillo fue asesinado por un grupo de siete hombres, algunos de ellos sus antiguos compinches (Kumpel). Del día en que Manolo y Leandro quedaron libres. Pedrito, ya había sido liberado. Del día en que el resto de la familia Trujillo huyó del país. Del día en que anunciaron las elecciones, las primeras libres en treinta y un años.