NUEVA PERSPECTIVA DE LA INTERPRETACIÓN LINGÜÍSTICA DE LA LEY Dr.Mgs.José Manuel Rojas Rodrigo La Enciclopedia de la Lengua Castellana establece que interpretación deriva del latín interpretario - onis que es: "acción del efecto de interpretar. Interpretación auténtica es la que realiza de una ley el mismo legislador. Interpretación doctrinal es la que se basa en opinión de jurisconsultos. Interpretación usual es la autorización por la jurisprudencia de los tribunales" 1; además, menciona que también deriva del latín interpretare que es: "explicar o declarar el sentido o significación de una cosa y, principalmente, el de textos faltos de claridad, traducir de un idioma a otro, entender o tomar en buen o mal sentido una acción o palabra, atribuir una acción con determinado fin o causa, comprender y expresar bien o mal el asunto o materia de que se trata; aplíquese de modo especial a los actores o a los artistas en general"2. Por otra parte el Diccionario Vox determina que interpretación es la: "acción y efecto de interpretar. tratándose de textos, sobre todo de la Biblia, exégesis, como arte de interpretar los textos, hermenéutica"3. Si copiáramos la etimología y la significación de estas palabras de muchos diccionarios se comprueba que todos ellos coinciden en todo cuanto dice el primero que hemos utilizado; así por ejemplo, el Diccionario Durvan de la Lengua Española, tomando en cuenta la utilización de sinónimos menciona que interpretación es la: "explicación, exégesis, comprensión, traducción, comentario, análisis, sentido, inteligencia, significación, justificación hermenéutica, lección, analogía, anagoge, sugerimiento, glosa, cábala, masora, paráfrasis"4. De la misma manera, interpretar es: "explicar, comentar, entender traducir, comprender, descifrar, glosar, parafrasear, alegorizar, exponer, leer"5. Finalmente Edmond Globot en su libro titulado Vocabulario Filosófico opina que interpretación es: "operación por la cual el espíritu pasa del signo a la cosa significada o más bien a la idea significada"6. Si nos detenemos a observar el sentido de la significación de la palabra interpretación o interpretar, se coincide en que es hallar la significación del sentido o la función semántica de los 1 Enciclopedia de la Lengua Castellana. Sapiens. T. II. p. 688. 2 Id. 3 Vox. Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española. p. 956. 4 Diccionario Durvan de la Lengua Española. p. 742. 5 Id. 6 Edmond Globot. Vocabulario Filosófico. p. 325. términos que forman una estructura cualquiera, sea ésta una declaración jurídica, una actitud, un símbolo, una intención, un deseo, etc. No sólo se puede interpretar una ley; en la vida cotidiana permanentemente interpretamos, buscamos el significado a todo, analizamos, estudiamos las diferentes situaciones en las que nos encontramos. Por ello, interpretación en su sentido más amplio es explicarnos algo, lo que nos proponen, traducir, a través de los signos, lo que otros quieren o han querido transmitirnos es, en fin, darle significación plena a todo cuanto acontece a nuestro alrededor, verificando permanentemente lo que otros han pensado ya, o han obrado; lo que la sociedad en su conjunto influye sobre nosotros y seguimos el rumbo de esa idiosincrasia determinada por el momento histórico y por el medio que nos envuelve. Vivimos, pues, constantemente empapados de ese hálito de costumbres e ideas que enmarca nuestra existencia. Los conocimientos adquiridos e inoculados en nuestra mente gobierna nuestras vidas y, generalmente, actuamos con ese criterio formado, con ese criterio anteladamente programado en nuestra inteligencia. Interpretar en su sentido más estricto, para este cometido, es buscar y hallar el significado, la dirección que se debe tomar, para determinar lo que tiene que hacer una autoridad en el estudio, redacción y aplicación de la ley, cuando se le presenta un problema de la realidad no contemplada en la ley, o sea, una realidad oscura, pero esta realidad debe tener la condición de ser jurídica o tener relevancia jurídica. En el primer caso, ESTUDIO, deberá conocer cuál es la realidad circundante no prevista por la ley; es decir, estudiar detenidamente el problema y enmarcarlo en una ley materializándose, de esta manera, el segundo paso, la redacción, para luego aplicarla; momento en el cual deberá re-crear lo que el legislador había previsto antes del hecho concreto por suscitarse. En este momento se está interpretando una realidad acorde con la ley prescrita anteladamente; en el tercer caso, aplicación, volverá a estudiar los actos de las personas que concurren ante una autoridad judicial pidiendo justicia, interpretará sus actos, malos o buenos, dolosos o ciertos, para luego volver a interpretar lo que buscan las partes y lo que en justicia les corresponde. Interpretado que queda el hecho, viene la verdadera interpretación de la ley para declarar la justicia en favor de uno u otro impetrante. Interpretada la ley que coincidirá, en el mejor de los casos, con lo propuesto por una de las partes, declarará la autoridad judicial una decisión que puede ser todavía revisable. Esta autoridad, de esta manera, interpretará y aplicará la misma ley para que surta sus efectos. En materia de justicia es muy amplio el término interpretación porque sin ser tratada minuciosamente, en la práctica, se utiliza diariamente; porque se interpreta, no sólo la ley, sino los actos de los actores, sus intenciones, las pruebas o las circunstancias de un hecho. 2. INTERPRETACIÓN - SU VALOR SEMÁNTICO EN EL CAMPO JURÍDICO.- Por interpretación se entiende en lenguaje usual, como hemos visto, la acción que tiende a fijar el sentido y significado de las manifestaciones de la voluntad, especialmente de las palabras, el que quiera manifestar al exterior su voluntad interna necesita valerse de ciertos signos que el mundo exterior pueda percibir; tiene que declarar su voluntad y, esta declaración, se efectúa ordinariamente mediante palabras. Verificar estas aclaraciones es el fin de la interpretación. Por lo anteriormente anotado comenzaremos a desarrollar el valor semántico de la interpretación con la afirmación vertida por el jurisconsulto Francesco Messineo, en su Manual de Derecho Civil y Comercial, acerca de interpretar leyes y considera que: "Interpretación o (hermenéutica) es la investigación y la penetración del sentido y del alcance efectivo de la norma..."7. Observamos que Messineo considera a la interpretación y a la hermenéutica lo mismo, pero existen diferencias entre ambas. Así es porque, en principio, la hermenéutica es, dice Segundo V. Linares Quintana: la "disciplina científica cuyo objeto es el estudio de los principios y métodos interpretativos"8. En cambio, interpretación es "la aplicación de la hermenéutica, ésta descubre y fija los principios que rigen aquélla"9. De ambas definiciones podemos extraer la diferencia que existe entre ambas; la hemenéutica es teoría científica del arte de interpretar; en cambio, interpretar es desentrañar el sentido de la expresión, del texto escrito. Además, se puede analizar, que todo el proceso de hermenéutica y la interpretación es una "operación lógica de conocimiento"10; es decir, atribuirle a la norma jurídica un determinado significado que lleva a calcular o medir la extensión y posibilitar, de esta manera, 7 Francesco Messineo. Manual de Derecho Civil y Comercial. T. I. p. 95. 8 Citado por Messineo. p. 95. 9 Id. 10 Idem. su aplicación a una determinada relación social con relevancia jurídica o a una relación jurídica propiamente dicha. Al hablar de extensión y significado estamos estableciendo una "integración"11; que se diferencia de la interpretación en virtud de que la integración es, como menciona Bryce "determinar su extensión y su significado dentro del ámbito plenario del derecho"12. Ahora bien, entre interpretación e integración también existe la diferencia; la primera, conlleva a desentrañar el sentido del texto; en cambio, la segunda, conlleva a la construcción que es el "arte o procedimiento de descubrir y explicar el sentido y la intención de los autores de la ley"13. Ambos términos en el Derecho latino aparecen bajo el rótulo de interpretación. Pero, el nuevo elemento que se desprende de la construcción es la intención de los autores de la ley que, en la opinión de Francesco Messineo es el "resultado"14; es decir, "la inteligencia de la voluntad (o mens) de la ley en sí"15; y que por comodidad de lenguaje se puede hablar, y se habla, de voluntad o intención, o de pensamiento "del legislador"16, en lugar "de la ley"17. Siguiendo los pensamientos de otros autores, Luis Recaséns Siches define a la interpretación como una forma que "para cumplir o para imponer una ley o un reglamento es ineludiblemente necesario convertir una regla general en una norma individualizada, transformar los términos abstractos y genéricos en preceptos concretos y singulares"18; la perspectiva de la definición de Recaséns Siches tiende exclusivamente a la aplicación de una ley y no a, como mencionamos anteriormente, desentrañar el significado de ésta; es decir, la transformación de términos de una regla general en una regla individualizada o la transformación de términos abstractos y genéricos en preceptos concretos y singulares. Es un procedimiento de carácter lógico atribuido a sujetos que ejercen la función de administrar justicia o de ejecutar la ley. 11 J. Bryce. República Norteamericana. T. 2. p. 227. 12 Id 13 H. Campbell Black. Hand on the construction and interpretation of the laws. p. 1. 14 Francesco Messineo. Manual de Derecho Civil y Comercial. T. I. p. 96. 15 Id. 16 Idem. 17 Ibidem. 18 Luis Recaséns Siches. Introducción al Derecho. p. 210. Por su parte Eduardo García Maynez es su libro Introducción al Estudio del Derecho, define la interpretación como "desentrañar el sentido de una expresión"19; observamos que la definición de interpretación planteada por García Maynez se encuadra en un punto de vista estructuralista que para interpretar estas expresiones, debemos conocer de qué elementos están constituidas las expresiones; el mismo establece que "la expresión es un conjunto de signos; por ello tienen significación"20 y, por último, se interpretan las expresiones "para descubrir lo que significan"21. Ahora bien, signo o signos en la ciencia del Derecho es el portador de una idea, la misma que es su significado, pero este signo o signos se diferencian de los demás, porque están escritos y poseen la función de remitir al concepto, de trasladas a través de un signo lingüístico un contenido, una idea, un pensamiento. Por otro lado, Hans Kelsen, en su libro Teoría Pura del Derecho, define a la interpretación como una forma de "saber cómo, aplicando una norma general a un hecho concreto, el órgano judicial o administrativo obtiene la norma individual que le incumbe establecer"22; al igual que Luis Recaséns Siches, Kelsen, concibe a la interpretación desde el punto de vista de la aplicación en orden jerárquico y no así desde el punto de vista de encontrar, descubrir o desentrañar el sentido o significado que encierra la ley. Siguiendo el pensamiento de Francesco Messineo que, coincide con los pensamientos de Kelsen y Recaséns Siches; en efecto, dice: "la interpretación se cumple en función de la aplicación"23. La interpretación viene a ser un acto mental de entender la norma que debe ser aplicada a un caso concreto. Para E. Danz, la interpretación en el campo jurídico "no consiste en una operación de prueba ni en fijar si ha ocurrido o no un hecho; su fin y su resultado está siempre en determinar el efecto jurídico producido, y es la base de toda decisión de la que depende en absoluto la construcción jurídica"24. La opinión de Danz se basa fundamentalmente en la decisión final; o sea, en la aplicación de la ley. Además el mismo plantea que "la interpretación es un arte que nada tiene que ver con la cuestión de la prueba de la existencia o inexistencia de un hecho y que es un arte jurídico, puesto que tiende a determinar, en última instancia, los efectos jurídicos que 19 Eduardo Garcia Maynez. Introducción al Estudio del Derecho. p. 325. 20 Id. 21 Idem. 22 Hans Kelsen. Teoría Pura del Derecho. p. 163. 23 Francesco Messineo. Manual de Derecho Civil y Comercial. T. I. p. 95. 24 E. Danz. Interpretación de los Negocios Jurídicos. p. 17. han de producirse"25. Por otra parte, menciona que para producir efectos jurídicos, por medio de la aplicación, es indispensable que exista un hecho; consideramos que este elemento, el hecho, debe tener relevancia jurídica. "Si la función interpretativa tendiese realmente a indagar lo que las partes pensaron interiormente al pronunciar las palabras constitutivas del negocio jurídico, no habría jurisprudencia posible. Pues, la interpretación es siempre necesaria, porque toda palabra tiene un sentido especial según las circunstancias en que se pronuncia. Y si el juez, en todos estos casos, tuviese que determinar los pensamientos interiores de las partes; es decir, llegar al convencimiento de que las partes tuvieron en un determinado tiempo, determinados pensamientos, se perdería en pruebas o no podría jamás fallar. Y como la función interpretativa del juez es de oficio, ese procedimiento que indiscutiblemente entrañaría una prueba, se hallaría en contradicción con el precepto que dispone que el aduciere los fundamentos de prueba es incumbencia de las partes"26. Hemos intentado demostrar que el juez o tribunal, el abogado y, en general, todos los que tienen que administrar justicia, al interpretar la ley que tienen que aplicar o, al interpretar las intenciones de las partes, tienen que hacer uso también de sus conocimientos no jurídicos; ahora hemos de prevenir muy especialmente contra la exaltación de los conceptos jurídicos que el juez está habituado a manejar; contra el culto de la lógica, contra la concepción formalista, apriorística y filosófica del Derecho, a costa de su significación práctica. Este culto del formalismo es una aberración y nace de una falsa noción del Derecho. La vida no está al servicio de los conceptos, sino éstos al servicio de la vida. No sólo hay que atenerse a lo que ordena la lógica, sino a lo que exija la vida, la sociedad, el sentimiento jurídico, lo mismo cuando sea necesario según la lógica que cuando sea lógicamente imposible. Interpretar todo el conjunto de los acontecimientos es interpretar la propia vida del pueblo y sus costumbres, sus ancestros y prever su futuro; todo esto se manifiesta a través del LENGUAJE, no sólo de la lengua que es una forma, la más perfecta, sino a través de las diferentes manifestaciones que los hombres en la vida comunitaria han implantado en sus relaciones humanas. Desde la simple actitud hasta el gesto más insignificante es expresión de vida y esta expresión es susceptible de poderse interpretar. Toda forma de exteriorización de esta vida individual y social constituye lenguaje y esto es lo que los jueces tienen que tener en cuenta para interpretar y aplicar la ley. 25 Id. 26 Idem. Lo que debemos procurar es no separarnos de la vida práctica, tomemos por punto de partida sus necesidades y sus concepciones, y este será el medio preventivo más eficaz contra todo género de ciegas especulaciones apriorísticas. El juez o tribunal, tomando en cuenta que la interpretación se cumple en función de la aplicación, debe tener siempre presente que los conceptos son un producto de las realidades de la vida que existían al crearse; que cabe, por tanto, y ocurre muchas veces que no sean exactos respecto de aquellas realidades y, al cambiar éstas, los antiguos conceptos, al no poder abarcar la nuevas realidades, necesariamente pierden su valor. No debe olvidarse que la misión fundamental de la ley es amparar los intereses de la vida de los individuos, sus derechos fundamentales, sus bienes y sus derechos personalísimos. El legislador no puede formular los principios generales de las leyes en sus normas con tal claridad que de éstas se puedan derivar, mediante simple deducción, las consecuencias para todos los casos especiales que caen bajo el imperio de aquellos principios. Ni es tampoco incumbencia del legislador dictar una norma concreta para cada relación especial de la vida. Es misión de la jurisprudencia, como prueba de la interpretación y aplicación y, sobre todo, del juez o tribunal, es sacar a la luz los principios fundamentales de la ley y aplicarlos a los casos concretos de la vida que las leyes no pueden prever concretamente. No hay en el mundo orden jurídico capaz de poner en manos del juez tantas reglas concretas como plantea la práctica jurídica. La vida real se ríe un día y otro de la previsión del legislador. Las palabras de la ley no son nunca más que un marco y, muchas veces, hasta deficiente, dentro del cual ha de buscar libremente el jurista la solución necesaria. El juez o tribunal es quien ha de llenar estos espacios o vacíos de la ley, por vía de la interpretación, sin pretender clavar las nuevas realidades de la vida a los viejos conceptos construidos sobre otras bases incompatibles con esas realidades nuevas. Para esto deberá guiarse por los fines económicos perseguidos, por las concepciones de la vida y el sentimiento jurídico del pueblo, en un momento actual y presente, los que llamaríamos: Sincronía de la interpretación - frente a la Diacronía de una interpretación fría y severa de la letra muerta que emerge del pasado. Así como hay LENGUAJE (LENGUA) diferente según las diversas regiones, hay también muchos grupos sociales que tienen un lenguaje propio denominado DIALECTO. Dentro de estos grupos sociales se va formando un modo particular de hablar y proceder que van desarrollándose declaraciones de voluntad, actos y omisiones, interpretadas siempre en un mismo sentido; este sentido es el normal, el ordinario, es el que dentro de estos grupos sociales, constituye el uso social. Por todo lo expuesto, cabe mencionar que la interpretación debe seguir un procedimiento, un proceso o un método interpretativo que reúna todas la condiciones o elementos necesarios, para lograr el cometido de descifrar, encontrar, descubrir o desentrañar el significado de la ley, para una adecuada aplicación, acorde con la realidad jurídica de un momento dado. Partimos con este cometido definiendo, de nuestra parte, que interpretación es el procedimiento por medio del cual se llega a establecer el significado cabal de la ley, a través del conocimiento y estudio de la estructura morfosintáctica de la lengua en la que está contenida toda norma positiva emanada de los Poderes del Estado, teniendo presente el contexto social y cultural de la misma ley; para su adecuada aplicación. IMPORTANCIA DE LA INTERPRETACIÓN Por la experiencia de la vida conocemos el significado de las diferentes palabras y el significado que adquieren al unirse unas con otras para formar frases, (sintagmas) y lo único que sabemos, cuando leemos estas frases, es que según la experiencia de vida, tienen un determinado significado; generalmente y, muy raras veces, nos preocupa el significado exacto de las palabras, esto lo podemos comprobar en cualquier momento, cuando encontramos una palabra usada en una expresión, muchas veces no nos extraña y; sin embargo, cuando acudimos al diccionario, comprobamos que no sabemos el significado preciso de dicho vocablo. Sabemos también por experiencia que las palabras (signos lingüísticos) son medios de los cuales se vale el hombre para expresar sus ideas, sus pensamientos, sus intenciones y darlas a conocer a otras personas; de las palabras leídas inferimos que el que escribió tuvo también, al escribirlas, aquellas intenciones que corresponde a su significado, cual por la vida lo conocemos. Según Samuel Gili y Gaya en su libro Curso Superior de Sintaxis Española nos dice: "Un discurso se divide intencionalmente en partes bien diferenciadas para el espíritu del que habla (lo mentado). La intencionalidad de esta división es su carácter esencial. Esta fragmentación mental del discurso en unidades psíquicas intencionales tiene su expresión fonética comprensible siempre para el oyente (lo evocado) en la curva melódica del habla"27. El que habla (locutor o emisor) que menta lo que quiere significar y el que escucha (oyente o receptor) es quien evoca lo mentado por su interlocutor, vale decir, interpreta los sonidos que escucha o las grafías que lee, las re-crea, las imagina, las conceptualiza en su mente, las re-piensa. De esto depende incuestionablemente que la determinación de estos propósitos internos deducidos de las palabras y manifestaciones a través de ellas, depende exclusivamente del significado que a estas palabras atribuya el juez o tribunal cuando interpreta la ley. Y como el juez o tribunal que deduce de las palabras empleadas la verdad, tiene que empezar por formarse una opinión sobre el sentido de éstas y este cometido sólo es posible mediante la interpretación que es precisamente la que determina ese sentido; es evidente que la determinación de esta intención interna (del que habla) depende exclusivamente la forma cómo lo dice y de la estructura lingüística que usa, para llegar a una interpretación concreta; por lo tanto, la estructura o significante es la que determina el significado. El juez o tribunal sólo puede determinar el significado de las palabras valiéndose de su experiencia de vida, la determinación de las intenciones internas, pues, este acto basado en la experiencia de la vida, del juez o tribunal descubre el significado de las palabras y lo atribuye a las partes con su propósito interior. De hecho es, por tanto, el juez o tribunal quien determina la intención interior de las partes antes de dictar sentencia o resolución. Esto sucede también y, en primera instancia, con el abogado ante quien acuden las partes para solicitarle imponga demanda de un derecho. Si el significado de las palabras ha de depender de lo que al emplearlas pensase el que las pronunció o escribió, lo primero de todo será siempre determinar este pensamiento (evocar), porque una vez determinada, habremos encontrado ya el sentido que las palabras quieren expresar, un acto o una realidad. Por tanto, desde el punto de vista gramatical, vemos que es de suma importancia la práctica interpretativa que debe ejercer tanto el juez o tribunal para dictar la sentencia como 27 Samuel Gili y Gaya. Curso Superior de Sintaxis Española. p. 18. también el abogado que patrocina una causa para poder compenetrarse del derecho que persigue su cliente. En el caso de los estudiantes de Derecho, sólo interpretando las leyes, la doctrina y la jurisprudencia pueden adquirir un criterio jurídico. La práctica de la interpretación ha sido y será la más alta función que desempeñan los administradores de justicia, porque si no se ha dado importancia a este aspecto fundamental para la aplicación del Derecho, creemos oportuno subrayar que una mala interpretación, no sólo de la ley positiva, sino especialmente de las intenciones de las partes, podrían ocasionar grandes perjuicios y, finalmente, en lugar de administrar justicia, se corre el riesgo de administrar una verdadera injusticia. Jaime Moscoso Delgado en su libro Introducción al Derecho afirma: "Los órganos que aplican individualmente las reglas contenidas en la Constitución, las leyes y los reglamentos, en su función concretizadora deben descubrir, mediante la interpretación, el sentido de las normas jurídicas convergentes en el caso sometido a su decisión, para pronunciar la sentencia o la resolución administrativa pertinente"28. Tradicionalmente se habla de interpretar la ley aludiendo a la labor del juez o tribunal que la aplica mediante la sentencia o resolución; sin embargo, podemos afirmar que la interpretación comienza por el legislador y termina con el funcionario que practica el acto coactivo, quien, aunque sea en mínima parte, acondiciona el último pormenor de la ejecución de la sentencia del Juez, en vista de su efectivo cumplimiento por el obligado"29. A este respecto Kelsen dice: "Si el órgano (A) dispone que el órgano (B) detenga al súbdito (C), el órgano (B) ha de decir, según su criterio, cuándo, dónde y cómo realizará la orden de detención, decisiones éstas que dependen de circunstancias externas que no ha previsto ni puede prever en gran parte el órgano que da la orden"30. El intérprete no es, pues, un autómata que aplica lo que está contenido de manera acabada y perfecta en la forma superior, de ningún modo las normas generales no llevan a cabo una explicación rigurosa y terminante de sus disposiciones, prescribiendo una vía rígida y exclusiva para su aplicación. 28 Jaime Moscoso Delgado. Introducción al Derecho. p. 386. 29 Id. 30 Hans Kelsen. Teoría Pura del Derecho. p. 128. La teoría de la pirámide revela, en síntesis, "toda norma de aplicación, o sea, en la medida en que el proceso de creación y de aplicación del derecho desciende un grado en la jerarquía del orden jurídico"31. Para que se concrete la ley y se individualice el derecho, vemos cómo la interpretación juega un papel preponderante en manos del juez o tribunal, quien está encargado de aplicar lo que en derecho le corresponde a cada cual. Por ello, una vez más, estamos convencidos de que la interpretación es una de más altas funciones y actividades que tienen que realizar los legisladores, antes de que el Presidente de la República la promulgue. Otro criterio: "El fallo sobre si se produce un efecto jurídico y cuál, depende totalmente de la interpretación: es siempre la interpretación la que determina el efecto jurídico que nace"32. Para el Derecho el uso del lenguaje tiene mucha importancia en la labor cuanto del legislador, si desea comunicar a las personas que al producirse determinados hechos nacerán determinados efectos jurídicos, no tiene más remedio que servirse del lenguaje; las declaraciones de voluntad del legislador y las normas jurídicas se formulan mediante palabras. Así pues, cuando el legislador concede a los hombres lo que se llama autonomía privada; es decir, cuando dispone que las declaraciones de voluntad constitutivas de negocios jurídicos, las declaraciones que aspiren a producir efectos económicos y sociales, determinarán los efectos jurídicos que les corresponde, habrá que acudir necesariamente al uso del lenguaje para deducir la norma jurídica que el juez o tribunal ha de aplicar en cada caso, para determinar el efecto jurídico concreto que debe producirse. Y lo que alfa y omega se realiza es que la interpretación es ese principio y ese final primero aplicar la ley al que en justicia pide y todo a través del lenguaje, pero no de la letra muerta, sino de ese lenguaje vivo interpretado en todo su sentido, tomando en cuenta el contexto lingüístico de las palabras. He ahí la importancia de la interpretación. Al respecto Raúl Romero Linares opina a cerca de la importancia de la interpretación, como el medio que posibilita el cumplimiento de las normas legales y mediante ésta es posible que las normas legales cumplan con los fines para las que fueron creadas. En otros términos, facilita su aplicación práctica. También gracias a la interpretación los estudios de la teoría y la formación de la ciencia del Derecho reciben una poderosa ayuda. 31 Id. 32 E. Danz. Interpretación de los Negocios Jurídicos. p. 19. CONCLUSIONES: Por lo expuesto, se puede deducir las siguientes conclusiones: 1ª.- La interpretación lingüística de la ley que está enmarcada en el método de la interpretación sistemática, puesto que ara entender correctamente una norma jurídica y el precepto contenido en ella es necesario relacionarlo con todos los temas del ordenamiento positivo de un Estado; sin embargo, para relacionarlo es necesario previamente practicar una interpretación gramatical de la norma jurídica. 2ª.- Aunque la interpretación de la exégesis basada en la soberanía del pueblo, por la cual se le da amplio poder al legislador y se supone que no tiene error, porque nunca se equivoca (Witker 1985), los Órganos Jurisdiccionales necesariamente deben tener presente la interpretación gramatical de la ley para descubrir esa voluntad unívoca. 3ª.- Mientras la interpretación auténtica sugiere que se basa en la voluntad del legislador y permite acudir a ella con el fin de desentrañar la intención del mismo al elaborar la ley, también mantiene la premisa de la significación unívoca del texto legal; sin embargo. Para llegar a esa intención, de todas maneras debe pasarse por una interpretación gramatical del texto. 4ª.- Los tratadistas afirman que la interpretación auténtica es la que realiza el mismo órgano que dio existencia a la norma jurídica por medio de un nuevo acto, que aclara el efecto retroactivo del sentido del acto originario interpretado (Linares 1968 y Artículo 59º - 1ª de la CPE); sin embargo, inclusive en este caso, esa atribución constitucional que tiene el Poder Legislativo debe pasar por un análisis gramatical. 5ª.- Finalmente, creemos que la interpretación gramatical de una norma jurídica conlleva varias ventajas, al margen de los sistemas o métodos de interpretación de la ley señalados por la doctrina; puesto que, desde la perspectiva gramatical que analiza una norma para aplicarla a un hecho dado, cuenta con un análisis estructural de la oración gramatical y sus leyes de concordancia, teniendo presente la morfosintaxis de cada palabra que forma una norma jurídica y en cuyo contenido semántico está la intencionalidad del legislador. Morfosintaxis que es la forma, el elemento gráfico que el signo lingüístico que determina la semántica de una determinada expresión lingüística. La Paz, 8 de septiembre de 2006.