Vivir a pura creación

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ESPECIAL
¿QUÉ debe ser la Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC) para las nuevas
generaciones en la Cuba actual?
¿Cómo la ven y cómo la valoran sus
integrantes y en general los más
jóvenes? El aniversario 51 de esta
organización, celebrado recientemente, motivó esas interrogantes, a
partir de las cuales nuestro diario
sostuvo numerosos diálogos a lo
largo del país.
En la provincia de Camagüey compartieron sus reflexiones más de diez
entrevistados pertenecientes a sectores de la agricultura, la salud y la
educación, entre otros. Y un concepto resultó ser el denominador común:
la UJC no debe ser mirada por su
membresía como un espacio lejano, sino como algo sustancial y familiar.
Yasmany Zurita Siam, secretario
del comité de base de la Fábrica
de Cemento 26 de Julio, de Nuevitas, Camagüey, afirmó que «los jóvenes estamos para crear y transformar nuestros escenarios cotidianos, con el propósito de convocar a
todos los trabajadores del centro,
más allá de su edad y de si son
militantes o no de la UJC».
Para este joven, «también tiene
que acabarse en el comité de base
la concepción del hombre montaña,
que lo hace todo y que casi siempre es el secretario general. Las
tareas se reparten y en colectivo
hay que asumirlas, materializarlas y
evaluarlas».
Yeilén Basulto Pascual, técnica
en Gestión económica de esta entidad, sumó al diálogo con JR que
una de las iniciativas que les ha permitido a los jóvenes de la cementera
alcanzar tres Sellos Forjadores del
Futuro ha sido el vínculo directo del
universo juvenil con la actividad del
comité de base.
La joven de 26 años insistió en
que «la juventud comunista tiene que
parecerse a su entorno. Y en los debates en las reuniones hay que preocuparse, en primer lugar, por cómo
marcha el cumplimiento del plan de
producción y buscar los elementos
que lo perjudican. Si funciona de otra
manera pierde credibilidad y respeto, porque ya no sería importante
para el colectivo».
El usufructuario Freddy Torres Padilla, de la cooperativa de crédito y
servicios José Antonio Echeverría, consideró que el comité de base tiene
que centrarse con fuerza en el cumplimiento del objeto social de su
centro de estudio o de trabajo.
Para el médico intensivista e internacionalista Abdiel Rivas Álvarez,
del Hospital Provincial Manuel Ascunce Domenech, la UJC se transforma paulatinamente desde su
pasado Congreso.
El doctor de 30 años de edad,
aunque comparte la visión del campesino Torres Padilla, expresa como
mayor insatisfacción que «algunos continúan con el letargo y lastre de evaluar a la UJC a través de porcentajes,
y no desde el enfoque cualitativo.
Para el pinareño Luis Roberto
Ampudia Plascencia, ingeniero agrónomo de 31 años de edad, la UJC
tiene un fuerte fundamento para su
existencia y una consolidada obra,
«aunque debe perfeccionar su trabajo en la base».
DOMINGO
05 DE MAYO DE 2013
juventud rebelde
Vivir a pura creación
La Juventud Comunista acentúa en su misión de abrazar
a todos los jóvenes cubanos. En correspondencia
con ese propósito este diario salió a formular dos
interrogantes: ¿Qué debe ser la Unión de Jóvenes
Comunistas para las nuevas generaciones en la Cuba
actual? ¿Cómo la ven y cómo la valoran sus integrantes
y el resto de quienes debe liderar?
Según este inspector de la Estación de Protección de Plantas de
Pinar del Río, el movimiento juvenil
necesita aumentar su presencia,
poder de convocatoria y análisis en
el sector agrícola.
«La organización, a partir del interés y una posición activa y crítica
de sus miembros, puede luchar por
una mayor presencia juvenil en las
juntas directivas de las estructuras
agropecuarias, y porque se vele por
los derechos y deberes de los más
bisoños», aseveró Ampudia Plascencia, con más de diez años de militancia en la UJC.
«Desde la base, los militantes
deben hacerse sentir más, tener
mayor protagonismo en su zona de
impacto, ya sea en el trabajo o en
la comunidad. Tienen que exigir más
su derecho a ser escuchados,y que
se confíe en ellos, en sus capacidades y potencialidades», arguyó.
Según Javier Suárez Rodríguez,
guitarrista líder del grupo de rock
Médula, en Pinar del Río, la UJC necesita ampliar aun más su campo
de acción. «En ocasiones se circunscribe solo a sus miembros».
Para el novel músico de 27 años,
el accionar de la UJC resulta más
complejo en las vertientes artísticas.
«Como existe determinado grado de
independencia en cuanto a horarios, formas y organización del trabajo, la vida de la organización tiene que someterse a otros ritmos.
Amén de ello, Suárez Rodríguez,
quien proviene de una familia de
consagrados artistas, defiende una
mayor presencia de la organización
dentro de la vanguardia joven de las
artes en Cuba.
Para el músico entrevistado, la
UJC como vanguardia joven debe
ser el seno de las muchas juventudes que hay en el país.
MÁS MIRADAS
SOBRE LOS DESAFÍOS
En la provincia de Artemisa Isnel
Jorge Luis, de 18 años, técnico de
nivel medio en Contabilidad, y adiestrado de la Empresa de Cemento
Mártires de Artemisa, consideró que
«la UJC necesita reforzar el proceso
de ingreso, hacerlo más profundo,
de manera que militen en la organización quienes reúnan todos los
requisitos, pero que además estén
dispuestos a asumir los compromisos, a dar el paso al frente en todas las tareas.
«Existen —precisó— nuevos estatutos que cambiaron y dinamizaron más a la organización, pero la
interiorización de estos en cada comité de base es lo que permitirá realmente que las reuniones se conviertan en el espacio para debatir, que
es su esencia.
«La UJC tiene que parecerse a
todos los que representa. Casi siempre nos casamos con un tipo de
actividad, con un tipo de música, y
olvidamos que la juventud es
diversa, con diversos gustos,
y si no le damos a cada cual
lo que le interesa, estamos
restando en vez de sumar».
José Miguel Rodríguez
Mantecón,de 22 años de
edad, maestro primario y
guía base de la escuela
primaria Julio Antonio
Mella, de Artemisa, manifiesta que
«la UJC es una organización política,
integrada por jóvenes capaces».
En su opinión, «quienes integran
la UJC deben tener inteligencia e intencionalidad a la hora de dirigirse
a los jóvenes, porque en definitiva
es la organización representativa de
todos ellos. Hay formas de llegar a
la mayoría. Aunque hoy existen muchas particularidades, gustos diferentes, se puede llegar a cada uno.
Se trata de influir ganándose el liderazgo y demostrando que la UJC es
una organización política,y en esencia alegre».
Joan Cabo Mijares, primer secretario del Comité Provincial de la
Unión de Jóvenes Comunistas en
esta provincia, manifestó: «lo más
positivo que hemos logrado en
algunos comités de base del territorio es que funcionen como una
estructura política y revolucionaria, capaz de
atender a todo el universo juvenil.
Los jóvenes pueden crear y transformar sus escenarios cotidianos.
«El comité de base tiene que
aglutinar los movimientos juveniles que puedan existir en un centro, a fin de captar cada vez más
jóvenes. La UJC tiene que fortalecer las Brigadas Técnicas Juveniles, el Movimiento Juvenil Martiano tiene que dar en los centros
educacionales una atención diferenciada a las organizaciones estudiantiles, pues si estas se sienten bien atendidas y estimuladas
por el comité de base, entonces
cada día serán más los jóvenes
interesados en ser militantes».
Algunos confiesan que militar ha
significado mucho; ha sido la oportunidad de demostrar amor y compromiso ante la patria y la Revolución, y de intercambiar experiencias
y criterios con diversos seres humanos, de superarse en lo profesional,
y de estar al tanto de la situación
del país y del mundo.
Aunque esas fortalezas son destacadas por los entrevistados, no
dejan de reiterarse desafíos como
que en las reuniones de los comités de base deben hacerse planteamientos concretos, realizarse análisis más rigurosos y presentarse
propuestas de soluciones a diversos problemas.
Existe la paradoja —según expresiones recogidas por este diario— de que, siendo el comité de
base la estructura más cercana al
joven, a veces falta desde ese ámbito el conocimiento de quiénes son
los mejores, o de cómo convocar
de la manera más eficaz para un
trabajo productivo u otra actividad.
¿QUÉ HACER?
Para que la UJC sea preponderante debe tener liderazgo y representatividad, comentó el joven Yodsamy Morales Castillo,ingeniero mecánico, diseñador de moldes y troqueles, y programador de maquinaria de control numérico en la Industria
Nacional Productora de Utensilios
Domésticos (Inpud), de Villa Clara.
Si los jóvenes aprecian que la
organización se preocupa por sus
problemas, que las direcciones administrativas tienen en cuenta sus
consideraciones, resultará más fácil
sumar voluntades más allá de los
militantes, reflexionó Morales Castillo, para quien la empatía entre
una organización y sus potenciales
juventud rebelde
militantes nunca se dará por decreto.
Amaury Águila Valdés, joven de
34 años que lleva las riendas del
Comité de la UJC de la capitalina
Antillana de Acero, quien además
combina sus responsabilidades
con la conclusión de sus estudios
universitarios en Ingeniería Metalúrgica, consideró que los que militen
en la organización han de tener claridad de que no solo se representa
a la vanguardia, sino a los jóvenes.
Así también piensan Donnar Alfonso Martínez y Orlenides Garrido
Turro, quienes manifestaron que el
entorno que los circunda debe estar en el centro de atención de la
juventud comunista.
Donnar, quien se desempeña
como técnico en nivel medio y metalúrgico en la Antillana de Acero,
sostuvo que el Comité de la UJC
no puede estar ajeno a ninguna
problemática vinculada con los jóvenes en el centro, a lo que Saviel
Silva Fundora, también de la Antillana, sumó que la «batalla» hay
que darla en el lugar específico
donde trabajamos, porque a veces
hablamos de lo que nos trasciende sin solucionar lo que tenemos
delante.
Orestes de Paz Leiva, miembro
del Buró Municipal de la UJC del
Cotorro, refirió que los muchachos
de este importante centro de la economía del país han logrado convertirse en un referente en este territorio, no solo por su trabajo cotidiano, sino porque son una «columna»
en cualquier nueva tarea que se les
asigne.
En otro lugar de la capital, en el
Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), pudimos constatar que la palabra unidad debe ser
esencia en la proyección estratégica de la juventud.
Yordanys Gómez Rodríguez, ingeniero químico que se ocupa de la
producción del ingrediente farmacéutico activo del antígeno de superficies del virus de la Hepatitis B,
para su uso en vacunas, habla de
una militancia agrupada en 17 comités de base en el CIGB, que integra a más de 200 jóvenes y que tiene como principal desafío analizar
los temas vinculados con su actividad específica desde la perspectiva del mejoramiento.
«A los problemas, soluciones», refirió el joven de 29 años, quien además añadió que la juventud no puede permanecer pasiva ante alguna
dificultad. La UJC para Yordanys no
es algo abstracto: «cada uno de los
que la integramos somos la UJC, así
que la mejor manera de perfeccionar su funcionamiento será siempre
empezar por uno mismo».
Para la ingeniera en Informática
Indira Pla Pagrada, del Departamento de Control de la Calidad del CIGB,
el grado de efectividad del trabajo
de la UJC también va a estar apuntalado por la autoridad del liderazgo
de sus dirigentes, para que, por
ejemplo, sus criterios tengan peso
en los Consejos de Dirección del
centro y sus miradas sean tenidas
en cuenta.
En su criterio,establecer vasos comunicantes de forma permanente
con el resto de los factores de las
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que también hay que consultar
para una proyección más efectiva».
Otras transformaciones estructurales, en su criterio, han venido a
acomodar el trabajo de la organización, a hacerla más dinámica, porque se eliminan las esferas de trabajo que generalmente circunscribían al dirigente juvenil a determinada actividad. Ahora se trabaja por
tareas priorizadas, para resolver los
problemas de la juventud y estar
más cerca de su realidad».
Todo ello permitirá, según Joan
Cabo, que la organización represente los intereses de todos los jóvenes y sea más propositiva.
Jóvenes entrevistados por nuestro diario consideran que la UJC los puede representar mejor, y que un modo concreto de hacerlo es fomentando la creatividad en las actividades y proponiendo espacios variados, personalizados
y heterogéneos como la juventud misma. Foto: Raúl Pupo
instituciones, también favorecerá el
trabajo de la organización juvenil.
Hainer Martínez Cabrera, joven
licenciado en Ciencias Farmacéuticas que tiene la altísima responsabilidad de inspeccionar y controlar
todo el proceso productivo, como
integrante de la Dirección de Aseguramiento de la Calidad en el CIGB,
cree que a la organización hay que
imprimirle el mismo entusiasmo que
se le pone a las aspiraciones individuales pero, en este caso, por el
bien colectivo.
El espirituano Gioanny González
Roche, con todo un arsenal de responsabilidades en la esfera informática del central Uruguay, opinó
que «tenemos que decir adiós a las
medias tintas y otorgarle a la base
el nivel que merece». Desde su posición de secretario general del comité de base, aúna esfuerzos entre
los jóvenes para lograr el difícil cometido de acercar las producciones
azucareras del coloso jatiboniquense a las cifras récords que implantó
hace algunos años en el país.
A decenas de kilómetros, en «la
Ciudad Patrimonio», Yaniulis Entenza Ortiz lidera al grupo de jóvenes
militantes comunistas del hotel Trinidad del Mar. «En el estímulo tanto
material como espiritual radica la
esencia para comprometer al joven. La emulación entre ellos resulta un buen paso para alcanzar
la motivación; así resaltamos con
el apoyo de la administración y del
PCC al más dinámico, al más carismático, al más laborioso y poco
a poco se han visto los resultados», argumentó.
Yaniulis destacó que la UJC debe ser la formadora de un carácter,
de una responsabilidad y de la intención de ser el ejemplo. «No puede ingresarse a las filas del PCC para reeducarse. Dondequiera que se
encuentre debe darse a conocer e
inspirar la confianza necesaria».
CÓDIGOS NECESARIOS
Y OTROS CAMINOS
Para la granmense Ileana Espinosa Echevarría, de 29 años, trabajadora de la Pista de Patinaje en
Bayamo, a veces, cuando se programa una actividad —aunque la
haya ayudado a organizar la UJC—,
quienes la disfrutan no están al tanto de que esta la patrocinó o la encabezó.
El concepto apuntó a que incluso
en los espacios de recreación, los
aparentemente más informales, la
organización no siempre aprovecha
todas las potencialidades como puede y debe hacer. Y ahí hay caminos,
oportunidades de transmitir mensajes y de hacerse notar que se
pierden.
También de Granma, Diana Andreu, de 28 años, trabajadora de la
Empresa de Materiales de la Construcción y estudiante de Derecho,
consideró: «Creo que uno de los retos para representar a los jóvenes
es saber extraer de cada época pasada las mejores experiencias, y
traerlas al presente».
Para Joan Cabo Mijares, «una de
las transformaciones esenciales
que tendrá un impacto positivo en
el trabajo de la organización es la
concepción de los funcionarios integrales que atienden las diferentes
zonas de trabajo y a los jóvenes de
los centros laborales y de la comunidad».
«Esto —argumentó— demanda
de cuadros preparados, que conozcan la vida interna de la organización, pero que también dominen
las características de la población,
los principales movimientos culturales, deportivos, las fortalezas y debilidades del entorno que los rodea.
A ello tributan las investigaciones,
Integración, dinamismo, vitalidad
JOAN Abel Palmero Pérez, miembro del Buró Nacional de la UJC,
considera que la Unión de Jóvenes
Comunistas,en el propósito de ser
la organización que abrace a todos los jóvenes cubanos, ha comenzado a desarrollar una transformación muy profunda en sus
modos de hacer, en sintonía con
las que realiza el país y ajustadas
a la realidad de la Isla.
En esta dimensión enfatizó en
que todo ello se ha pensado partiendo del hecho de que la juventud es un segmento muy amplio
de la población y con características muy particulares. «Este es un
universo muy dinámico y con singularidades que hay tener en cuenta para lograr su participación»,
subrayó.
Sobre las modificaciones precisó que no estamos hablando de un
simple cambio,ni de una pincelada,
sino de una reconfiguración que tiene un alcance que va desde la estructura en la base hasta el nivel nacional, lo cual se ha reflejado en los
documentos rectores no solo de la
organización, sino también de los
movimientos juveniles y organizaciones estudiantiles que agrupa.
Aunque, puntualizó, la esencia del
cambio está enfocada en la base
y apostamos en esa dirección a un
liderazgo y a una autoridad activa.
«No pretendemos tener una juventud vertical, sino que los dirigentes
de la base sean los que actúen de
manera protagónica y con sus códigos, atendiendo a la edad y al sector que representen.
«Se está propiciando revitalizar,
como resultado de lo anterior, todo
el sistema de trabajo, de modo tal
que ese movimiento permita la integración de los jóvenes, para que
ellos se vean representados y
canalicen a través de la UJC sus
preocupaciones, sus expectativas
y sus desafíos».
El reto mayor está, según Joan
Abel Palmero Pérez, en responder
de manera creadora y fresca a
esas exigencias y que con ese
mismo ejercicio logremos la credibilidad que necesita la organización, para que perdure y tenga la
vitalidad que requiere el país.
Como en ese esfuerzo todos
los jóvenes cuentan, el miembro
del Buró Nacional de la UJC ponderó también que debemos ser
capaces de tener una organización
de un liderazgo multiplicado y que
sea una fuerza dinámica e integradora.
Lo que estamos haciendo —puntualizó— no son cambios a la ligera, sino que los estamos asumiendo con responsabilidad y sin precipitación, de forma consecuente.
TODOS DEBEN SER PRIORIDAD
Un sondeo sobre la percepción
acerca de qué puede hacer la UJC
para acercar a los jóvenes fue emprendido por el Equipo de Investigaciones Sociales de Juventud Rebelde.
La interrogante «¿Qué le pedirías
a la UJC para que represente a todos los jóvenes?», propició un intercambio de ideas con militantes
de la organización y jóvenes. Fueron consultados estudiantes universitarios y trabajadores de la Empresa Refinería de Petróleo Ñico López
(Unión Cupet).
Los conceptos más recurrentes que afloraron en los diálogos
aludieron a la necesidad de defender la identidad de la juventud cubana; dominar los problemas internos de la organización; desterrar estilos burocráticos; fomentar
la creatividad en las actividades,
proponer espacios variados, personalizados y heterogéneos como
la juventud misma; ser más atractivos, desde la organización, para
con las nuevas generaciones, y rigurosos en el momento de seleccionar a los futuros militantes; así como
emplearse a fondo, como protagonistas reales, en los cambios que
la UJC necesita.
«Todos los jóvenes deben ser
prioridad. Es importante interactuar
con ellos en centros de estudio y
de trabajo, no solo en el momento
de las asambleas», comentó Dayana Beyra Fernández, de 25 años e
ingeniera química de la Refinería Ñico López.
Elizabeth Cuesta Lamerte, de
28 años e ingeniera química del
mismo centro laboral, resaltó: «Hay
que motivar a los jóvenes, conocer
sus opiniones, y a partir de ese conocimiento, trazar estrategias de
trabajo».
En sentido general se aboga porque la organización, sin perder sus
propósitos esenciales, y sin hacer
concesiones en el rigor con el cual
ha de seleccionar a su membresía,
trabaje en consonancia con jóvenes
que, inevitablemente, se parecen
más a sus tiempos de arrestos y
plenitud que a sus padres. Se trata, en tiempos preñados de complejidades, de un acto de pura
creación.
Equipo de autores: Alina Perera
Robbio, Yailin Orta Rivera, Mayra García
Cardentey, Adianez Fernández Izquierdo, Yahily Hernández Porto, Sara Cotarelo, Nelly Osorio, Nelson García Santos,
Luis Orlando Hernández y Osviel Castro
Medel/ Fotos: Roberto Ruiz
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