Italo Calvino y M.T.Andruetto: Tras las huellas de algunas propuestas para este milenio Autor: Lila Daviña de All Instituciones: Instituto Superior Nº 8 Almirante Brown. Santa Fe. Escuela Normal Superior D. F. Sarmiento. Esperanza (Santa Fe). Los que hacemos crítica literaria por lo general tenemos objetivos de investigación determinados, y tratamos de ajustarnos a un plan. El mío, al comienzo, era el estudio de la intertextualidad en algunos autores argentinos de narrativa para niños y jóvenes. El paratexto autoral de El anillo encantado de M.T.A, corroboraba las hipótesis de resonancias de otras voces, memorias de relatos familiares, recolección de historias... que era el tema general de mi investigación. Leí El anillo encantado (Andruetto; 1998) y creo que la magia de la leyenda obró en mí a siglos de distancia, y quedé presa en la fascinación del lenguaje con que las historias son contadas, ¿ Qué tiene este libro compuesto de siete cuentos breves capaz de “ encantar” , capaz de hacer que dejemos un camino central y nos decidamos a seguir otras huellas que de pronto se nos revelan llenas de riqueza? No fue hasta que releí a Ïtalo Calvino y sus Seis propuestas para el próximo milenio (1998) que vislumbré lo que podía ser la respuesta. Calvino plantea en esas conferencias algunos valores, especificidades literarias que deberían conservarse en los próximos años. Eso lo escribió en 1985. El milenio, que entonces era próximo ya es hoy y la primera edición de Andruetto es de l993. A ocho años de distancia, yo lectora, reconozco en estos cuentos de M.Teresa Andruetto las premisas por las que abogaba el escritor y crítico italiano. Levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad y el arte de empezar y de acabar. Cada una de estas condiciones puede engendrar su opuesta y en El Anillo encantado, como en todo círculo, cada punto se suma al siguiente y al que le precede, cada característica engloba o lanza hacia la otra. “Como para el poeta en versos, para el escritor en prosa el logro está en la felicidad de la expresión verbal, que en algunos casos podrá realizarse en fulguraciones repentinas, pero que por lo general quiere decir una paciente búsqueda del mot juste, de la frase en que cada palabra es insustituible, del ensamblaje en sonidos y de conceptos más eficaz y denso de significado” (Calvino; l998: 60) Estas nociones se enlazan con las referidas a la exactitud entendiendo por tal un diseño de la obra bien definido, evocación de imágenes memorables y un lenguaje lexicalmente preciso en la expresión de los matices del pensamiento y la imaginación “ La literatura –quiero decir la literatura que responda a estas exigencias- es la Tierra Prometida en donde el lenguaje llega a ser lo que realmente debería ser.”(Calvino; 1998:68) La escritura de Andruetto temáticamente recoge antiguas leyendas medievales europeas y orientales o se repliega de pronto en una ciudad y una plaza que sentimos presente pero que a la vez trasciende los límites del tiempo. En esa elección de motivos adhiere a lo que Calvino denomina levedad, que es exploración ya de vías remotas o muy nuevas, de estilos y formas que resisten la visión directa enfocando lo cotidiano con una lógica distinta, en este caso particular, la del cuento maravilloso. Los relatos de M.T.A. son “short stories”, de estructura sintáctica sin complejidades ni digresiones en el desarrollo de la materia narrativa. Por ser poéticos, son breves. Por ser breves son aéreos. Por aéreos, leves. Como ya lo vio Cazenave de Rodríguez “ son textos líricos” en los que la estructura clásica de la prosa a menudo se transgrede hasta adquirir el rango de versos” (Ponencia CEDILIJ, 1999) Agregamos que los fenómenos paralelísticos y de organizaciones recurrentes como factores constructivos de la poesía son principios vectores en la especial narrativa de M.T.A. Y es en el empleo particular de esos fenómenos en los que las premisas de Calvino adquieren su significancia. Recurrencias y simetría en los cuentos de María Teresa Andruetto. Los siete cuentos de El anillo encantado están estructurados mediante haces de paralelismos y recurrencias; son discursos trabados y justamente la eficacia estética y su perdurabilidad en nuestra memoria dependen de su poderosa estructura acoplada. El cuento que da nombre al libro intertextualiza la leyenda de Carlomagno, de la cual Calvino ofrece datos de distintas versiones. M.T.A. recoge los hechos relatados por Calvino pero realiza una operación amplificatoria por expansión más que temática, estilística. Los hechos se suceden unos a otros; el ritmo se acelera en los episodios centrales y se remansa hacia el final. Justamente esta leyenda es propuesta por Calvino como ejemplo de la “ rapidez”. El anillo encantado comienza con la presentación de la joven Ifigenia mediante comparaciones enaltecedoras: ...tenía el cabello rubio como el trigo y unos ojos más azules que el lago de Constanza” Caminaba descalza a la orilla del agua” Entre estas dos oraciones se produce una rima interna entre Constanza y descalza que es lo que sigue resonando en nuestros oídos y agudiza nuestra imaginación con la “visible levedad” de las breves oraciones siguientes. “ Era pálida y leve. Parecía hecha de aire”. Durante el desarrollo narrativo, en el centro del relato, vuelve a reiterarse la imagen rítmica, esta vez encabezada por un participio en posición absoluta que destaca la rotunda afirmación de la muerte. “ Muerta, Ifigenia era tan hermosa como cuando caminaba descalza junto al lago de Constanza” Y el cierre, perfecto círculo encantado: “ Y se enamoró del lago de Constanza junto al que Ifigenia caminaba descalza” Es en el cuento De luz y de sombra donde el fenómeno de la recurrencia en sus distintos niveles alcanza el grado más alto de coherencia interna. Podría considerarse este cuento como una retahíla con procedimientos enumerativos y encadenados en el que el fin de cada oración- verso inicia el siguiente. La resultante de esta historia melódica es que al repetirse el esquema paralelístico se reiteran también los lexemas en un movimiento temporo-espacial con enumeraciones y gradaciones. “Había una vez una ciudad. Una ciudad antigua y luminosa, poblada de torres y campanarios. En aquella ciudad antigua y luminosa, poblada de torres y campanarios había una plaza. Una plaza verde salpicada de heliotropos y jazmines. De aquella ciudad antigua poblada de torres y campanarios, había un banco traspasado de sol. Al banco traspasado de sol de la plaza verde de la ciudad antigua llegaban de tarde los pájaros.”. La recurrencia apunta a llevar al receptor a construir imágenes sensoriales de gran intensidad, ya que cada una de ellas se amplifica por la adición de detalles significativos. Y aquí, nuevamente Calvino: “Si he incluido la Visibilidad en mi lista de valores que se han de salvar, es como advertencia del peligro que nos acecha de perder una facultad humana fundamental: la capacidad de enfocar imágenes visuales con los ojos cerrados, de hacer que broten colores y formas del alineamiento de caracteres alfabéticos negros sobre una página blanca, de pensar con imágenes. Pienso en una posible pedagogía de la imaginación que nos habitúe a controlar la visión interior sin sofocarla y sin dejarla caer, por otra parte, en un confuso, lábil fantaseo, sino permitiendo que las imágenes cristalicen en una forma bien definida, memorable, autosuficiente, `icástica`”. (Calvino; 1998: 98) De empezar y acabar. Sería forzar el universo andruettiano hacer seguir esa premisa que Calvino denomina multiplicidad y a la que específicamente ejemplifica con el género de la novela. Sin embargo, considerando el tono general de El anillo encantado creo que es posible adscribirlo a esa red de los posibles de que habla el crítico. El procedimiento intertextual –al que apela M.T.A.- es ya un modelo de tejido de posibilidades en donde se conjugan temas, voces y tiempos narrativos. Afirma Calvino:” Cada vida es una enciclopedia, una biblioteca, un muestrario de estilos donde todo se puede mezclar continuamente y reordenar de todas las formas posibles” (Calvino;1998:123) En coincidencia con lo que explica el crítico en el capítulo del mismo nombre que este apartado, el principio del contar es ese momento de distanciamiento de la multiplicidad de los posibles, el cruce de un umbral que hace entrar a un mundo verbal – el característico de los cuentos maravillosos . Es aquí donde El anillo encantado se enraíza con las formas culturales antiguas del cuento folklórico y recoge su herencia, depurándolo hasta sintetizarlo en una especie de mensaje esencial.El “había una vez” inicial conduce a un tiempo indeterminado del contar que aleja al lector de lo familiar cotidiano y espacial; la ficción nos traslada a lugares muy alejados del planeta. No obstante – y como sucede en todos los cuentos maravillosos- los conflictos son eternamente vigentes. Pero los desenlaces no son siempre felices, sí sorprendentes. El ejemplo más claro es el de la erótica mujer del moñito. O el final paradójico de La camisa del hombre feliz, o el circular de El anillo encantado. Finales que nos conmueven por la presencia del azar, la contradicción y el transcurrir inexorable del tiempo como en Olor a nardos y De luz y de sombras. Equivalencias semánticas en El anillo encantado. La voz narrativa de El anillo encantado acude a la memoria oral donde el suceso singular que es contado dice algo del sentido de la vida. Y ¿ qué es el sentido de la vida – se pregunta Calvino? “ Es algo que podemos captar solamente en las vidas de los demás, que, para ser objeto de narración, se nos presentan como consumadas, selladas por la muerte. El cuento popular habla de la vida y alimenta nuestro deseo de vida, pero precisamente porque esta vida contiene la presencia de la muerte, es decir, tiene como fondo la eternidad”. (Calvino; 1996: 132) Las historias de M.T.A. nos conmueven en su esencial brevedad. Así como nos conmueven los personajes que se manifiestan no en introspecciones psicológicas sino en acciones fulgurantes que dan sentido a la existencia. ¿ Cómo olvidar a Sadha “ hermosa de toda hermosura”, que salva a su amado de la crueldad del sultán por un gesto de arrojo, astucia y valentía? (Guijarros blancos, guijarros negros) ¿ Cómo no recordar a Geraldina “bella como una flor silvestre” que abandona su reino y el amor posesivo de su padre para correr tras el deseo del amante carbonero?. ¿Cómo olvidar la escena en que padre e hija enfrentan sus miradas mientras los pájaros niños revolotean por la choza? (Los nueve mirlos). ¿Cómo no aspirar el perfume a nardos de la princesa Halima y comprender la aventura heroica de la búsqueda del barbero de Bagdad? Semejanzas de destinos u oposiciones que entretejen la materia narrativa, hilos simbólicos que se entrelazan con nuestros propios deseos y temores, que son los de la humanidad de todos los tiempos. Todas las historias están construidas sobre la base de equivalencias semánticas y,, al decir de Levin “ los paradigmas semánticos no han de organizarse necesariamente tomando como base sólo la semejanza de significado, tales paradigmas deben organizarse, y de hecho se organizan también sobre la base de la oposición de significados” (Pozuelo Ivancos; 1994:.200) Algunos títulos son ilustrativos. De luz y de sombra, guijarros blancos, guijarros negros. Cada cuento estructura su historia en paradigma de oposiciones y todas las historias convergen en haces de significancias. Riqueza / Pobreza; Posesión / Renuncia; Felicidad /Desdicha; Vida / Muerte; Juventud / Vejez atraviesan los relatos.1 Si buscamos el motivo recurrente de El anillo encantado, veremos que el amor es el principal. Un amor impregnado de deseos y urgencias que se plasma en imágenes plenas de animismo sensual. Un amor que anima empresas heroicas, pero que también sumerge en el desaliento. Unido a este motivo, otorgándole nuevas dimensiones, la vida, la muerte y el fluir temporal recorren las historias. El anillo encantado habilita otras, múltiples lecturas. Yo sólo quise seguir una huella, la que Calvino marcó con su escritura y que, M.T.A. tal vez sin proponérselo, pero por su excelencia literaria, recorrió con la suya. Un perfume a nardos, un anillo de piedra azul, pájaros negros que surcan el cielo, guijarros en el camino, torsos sin camisas y quién sabe cuántas visiones más perdurarán en la memoria y entrarán en diálogo con otras imágenes simbólicas que perviven en la literatura de todos los tiempos. Bibliografía Calvino I: De fábula. España, Siruela,1998. Calvino I :Seis propuestas para el próximo milenio. España, Siruela, 1998. Cazenave de Rodríguez: Exploración de algunos de los rasgos líricos que se destacan en la producción narrativa de dos escritoras argentinas actuales. (Cedilij. Setiembre,1999.Córdoba. Cirlot J.E.:Diccionario de símbolos. España, Siruela,l997. Colomer T: Introducción a la literatura infantil y juvenil. Madrid, Síntesis, 1999. Pellegrín Ana: La flor de la maravilla..Madrid.Fundación Sánchez Rui Peres,1998. Pozuelo Ivancos J. Teoría del lenguaje literario.España, Cátedra, 1994 Nota: Todas las citas pertenecen a M.Teresa Andruetto: El anillo encantado. Colección Pan Flauta. Sudamericana,Bs.As. 1998. 1 En El anillo encantado las oposiciones se dan entre la juventud y la vejez, lo masculino y lo femenino. Riqueza, pobreza; juventud, vejez; posesión, renuncia configuran equivalencias opuestas que terminan imbricándose bajo el signo del amor encarnado en los mirlos negros como el carbón. Felicidad y desdicha es el eje que atraviesa La camisa del hombre feliz y la paradoja reside en que la dicha se encuentra en aquel que sólo posee su propia desnudez. La oposición vida vs muerte y el triunfo de la primera mediante el ardid de la amada subyaye en Guijarros blancos, guijarros negros. Claridad y oscuridad atraviesan la historia luz De y de sombra en simbólica gradación y entre las dos isotopías el paso del tiempo condensa a las anteriores. En perfume a nardos , la tensión de cambio y evolución jalonan el devenir temporal y el encuentro con la vejez y la muerte cercana