Literatura africana

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Literatura Africana
Historia, política, economía y
cultura de África
Álvaro Quintero Casillas
Mtra. Alicia Torres Huato
La literatura africana es muy vasta y, como señala Fabien
Adonon, no se puede hablar de una África, sino de muchas
Áfricas muy distintas, cada una con sus propias
características y estilos de escritura. No obstante, podemos
encontrar algo en común: la literatura se utiliza para mostrar
la realidad social.
En este trabajo se buscará estudiar una parte de la literatura
africana precolonial, colonial y poscolonial, en la búsqueda de
cumplir con un objetivo: mostrar cómo se utiliza esta literatura
para influir en la política de este continente.
Palabras clave: África, literatura, literatura africana, negritud,
novela africana, política, política africana.
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Índice
4!
5!
9!
10!
12!
14!
17!
18 !
Introducción! !
!
!
Literatura precolonial!
!
Literatura poscolonial!
!
!
A. Negritud
!
B. Feminismo africano
!
C. Escritura de protesta
Conclusión
Bibliografía
!
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!
!
3
Introducción
Antes de escribir cualquier cosa sobra la literatura, cabría definir qué es la literatura. De
acuerdo a la Real Academia Española, literatura es:
“Arte que emplea como medio de expresión una lengua.”
Es difícil hablar de literatura africana partiendo con la concepción de literatura occidental.
África es un continente donde por mucho tiempo no se tuvo una escritura en la mayor
parte de su territorio, y es por esto que en el África precolonial se tuviera una literatura
oral muy rica.
Con la llegada del europeo, el africano se ve inmiscuido en la forma de pensar occidental,
que crea un sincretismo con las tradiciones autóctonas y da lugar a un nuevo estilo de
escritura.
En este trabajo se buscará mostrar cómo la literatura, ya sea en su forma oral o escrita,
logra mostrar la realidad de la sociedad africana y cómo, especialmente la literatura
escrita, puede utilizarse también para gestar cambios políticos.
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Literatura precolonial
“En África, un anciano que muere es una biblioteca que arde”
– Amadou Hampâté Bâ
La literatura precolonial tiene la característica de darse principalmente en su forma oral.
Esto se debe en gran medida a que en gran parte de África no se desarrolló un sistema
de escritura, con la excepción de la parte norte donde la expansión del Islam hizo que se
utilizara la escritura arábiga.
Es por esto que en gran parte de África se desarrolló una literatura oral en lugar de una
escrita como en otras regiones del mundo. Sin embargo, recordemos que África es un
continente muy vasto y el hecho de que se comparta la misma tradición de literatura oral
no significa que esta haya sido igual en todo el continente.
Un ejemplo claro de esto está al comparar la literatura oral de los nativos de Ruanda con
la de los yoruba. Lo que se busca con los nativos de Ruanda es que el poeta exprese es
una precisión y autenticidad en la expresión, donde se premia más la memorización a la
representación.
Por su parte, los cuentacuentos yoruba premian más la representación que las
habilidades de memorización. Esto hace que la literatura oral yoruba no sea un simple
recital, sino que sea una representación donde confluyen la voz, el canto, la música y la
armonía, pareciéndose en cierta forma a la ópera desarrollada en Occidente (Finnegan,
2012:9). Los poetas yoruba se agrupan en tres grupos principales de acuerdo a la técnica
de voz utilizada: los ijala (cantos de cazadores con voces de timbre alto), los rara (cantos
lentos sobre lamentos) y los ewi (cantos donde se utiliza el falsete como técnica).
Otra característica general que se tiene en la literatura oral africana es el rol que
desempeña el público en la representación. El público suele tener un rol activo en la
representación del poeta, ya que se utiliza como acompañamiento con actos como lo son
los aplausos, los bailes y el coro. Incluso, el público puede adquirir un rol crítico, como en
el caso de los poemas ijala. En ellos, el público escucha atentamente al intérprete, y en
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caso de que crean que cometieron un error a la hora de recitar, se le corta y se expresa
algo como lo siguiente:
!
!
“Siento diferir, pero eso no es correcto.
!
!
Tú te has desviado del camino de la precisión…
!
!
Ire no era el pueblo natal de Ogun.
!
!
Ogun sólo pasó por ahí para beber licor de palma.”
(Finnegan, 2012: 13)
A esto, el intérprete se puede defender recurriendo a su propio conocimiento o sugiriendo
que los demás tienen que respetar su composición:
!
!
“No dejen que la civeta traspase al camino de la rata.1
!
!
Dejen que la rata evite traspasar al camino de la civeta.
!
!
Dejen que cada animal siga su el suave sendero de su propio camino”
(Babalola, 1966:64)
Así, la literatura oral tiene sus ventajas y desventajas frente a la literatura escrita
convencional. Si bien se puede decir que la literatura oral africana no proporciona la
exactitud y preservación de la literatura escrita, tiene otras características que la hacen
muy rica. Para empezar, autor o el intérprete tiene un público directo a diferencia del
indirecto de la literatura escrita, lo que le permite expresar el mensaje sin que hayan
muchas interpretaciones. También, la literatura oral premia el uso de otras artes en su
acompañamiento, haciendo la experiencia mucho más colorida. Finalmente, esta clase de
literatura hace que el vocabulario sea mucho más amplio, y es por eso que no extraña
que el idioma swahili tenga varias palabras para elefante, por ejemplo.
La literatura oral africana nos permite ver la realidad de África a través de los propios
africanos, y es por eso que es preciso acompañar este trabajo con algunos breves
poemas.
1
La civeta es una especie de mamífero carnívoro que habita los bosques del África
subsahariana.
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“Mwana wa mberi beyaye” es un poema cantado originario de Kenia en el que se felicita a
una mujer por el nacimiento de su primer hijo. El niño entra a la sociedad con una
celebración que incluye danzas, comida y regalo. A través de este poema, podemos ver el
papel destacado de la mujer en la sociedad tradicional keniata, y otra cosa curiosa es ver
cómo se regala a la familia del niño que nació una variedad de granos y cereales, lo que
nos indica que otrora esta región era rica, y la tradicional imagen de hambruna en África
que se nos muestra a través de los medio no fue siempre así (Shitemi, 2012: 30).
!
El primer niño nacido
!
¡Ay! De verdad
!
El primer niño nacido es en verdad alegría
!
El primer niño nacido es...
!
Y aún así es...
!
De verdad el primer niño nacido es alegría
!
¡Ay! No hay otro
!
Un primer niño nacido
!
Tú tienes otro
!
De verdad el primero es alegría
!
Trae los granos que has almacenado
!
Para el primer niño nacido
!
Nosotros bañamos al niño
!
De verdad el primero es alegría (se mencionan los granos y cereales)
El poema “Luwere okulangwa” por su parte es una canción fúnebre del pueblo Luhya. Lo
más característico es que se canta únicamente cuando una mujer cercana muere, como
lo puede ser una madre o una tía. También, resulta curioso que pese a que la ocasión es
de tristeza, la música que lo acompaña suena muy alegre para los estándares
occidentales.
!
No será llamada mamá nunca más
!
Nunca más, nunca más
!
No será llamada mamá nunca más
7
!
Nyasaye (Dios) no te bendecirá nunca más
!
(se repite indefinidamente)
La tradición oral africana también nos muestra la forma de pensar de una sociedad. En
este sentido destaca que hay un sentimiento de que la mujer pertenece al hogar y los
hombres a las tareas duras, e incluso son las propias mujeres las que alimentan esa
percepción, como expresa el siguiente cántico de Malawi:
!
Mi esposo es un hombre,
!
fue llevado al campo de batalla.
!
Los hombres que están aquí
!
Son mujeres como nosotras
También, la literatura oral puede expresar acontecimientos más recientes a partir del
contacto con los europeos, en el que se muestra la dura situación de los africanos
autóctonos. Un ejemplo es el siguiente poema cantado por el pueblo zulu a raíz de su
encuentro con los boers:
!
Quítate el sombrero
!
¿Cómo se llama tu hogar?
!
¿Quién es tu padre?
!
¿Quién es tu jefe?
!
¿Dónde pagas tu impuesto?
!
¿De qué río bebes?
!
Nos lamentamos por nuestro país.
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Literatura Poscolonial
La literatura poscolonial es la que se da a raíz del contacto entre los europeos y los
africanos, con el subsecuente establecimiento de colonias en prácticamente la totalidad
del continente. Sin embargo, la literatura poscolonial empieza a agarrar forma a partir del
siglo XX, en los últimos años de colonización y en las posteriores naciones
independientes africanas.
La principal característica de este nuevo estilo de literatura es que se cambia el
paradigma oral tradicional africano por el escrito, motivado la infusión de la cultura
occidental dentro de África y el hecho de que las élites viajaran a Europa y Estados
Unidos a completar sus estudios.
En este sentido, las principales lenguas en las que se desarrolla la literatura poscolonial
es el inglés y el francés, cuestión que responde a acontecimientos históricos: Francia y
Reino Unido eran las potencias coloniales más permisivas en la educación de la
población negra. La represión de los belgas, italianos, portugueses y alemanes
dificultaron el nacimiento de escritores en sus colonias.
Dentro de esta nueva forma de entender la literatura dentro de África, surgieron tres
grandes corrientes literarias que responden a la realidad política del momento: la negritud,
el feminismo africano y la escritura de protesta.
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Negritud
“Cueste lo que cueste, hay que probar al mundo blanco
la existencia de una civilización negra”
– Frantz Fanon
La negritud (en francés, négritude) es el primer movimiento literario de relevancia que
surge en África. Toma lugar en el área francófona de África, especialmente en Senegal,
aunque su éxito fue tal que influyó en escritores negros en Francia y en las dependencias
francesas en las Antillas: Martinica y Guadalupe.
La escritura de la negritud tiene mucha relación con el existencialismo francés, ambas
comparten fuentes de inspiración como lo son el marxismo y la dialéctica hegeliana. De
hecho, el mayor exponente del existencialismo, Jean Paul Sartre, fue quien difundió este
movimiento por Europa al escribir “Orfeo Negro”, ensayo en el que resume todo este
movimiento que sirvió de introducción a una antología de poetas negros.
Utilizando la definición de Jean Paul Sartre, la negritud es “la negación de la negación del
hombre negro”, una frase que no hace mucho sentido si uno no lee obras de la negritud.
En “Piel negra, máscaras blancas”, el escritor Frantz Fanon desarrolla esta idea, diciendo
que el negro colonizado ve lo europeo, “lo blanco”, como algo superior a lo que él tiene,
por lo que buscará a toda costa emular el estilo de vida blanco, despreciando todo lo
negro por ser inferior. “El negro antillano, al no vivir en África, estará más cerca de ser
como el hombre blanco, por eso el senegalés en su búsqueda de ser más blanco imitará
el acento de Martinica”, escribe de forma irónica Fanon.
Esto es justamente lo que Sartre busca expresar al decir la “negación del negro”, y ahora
la negritud niega esa negación al reivindicar la cultura africana, mostrando que el ser
negro no es una cuestión para sentir vergüenza, sino todo lo contrario. Esto se nota
desde el propio nombre de la negritud: en francés, “négre” es una forma despectiva de
referirse al negro, y los escritores de la negritud están tan orgullosos de ser negros que
acuñan este nombre para su corriente.
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Esta reivindicación del negro y sentimiento de orgullo trae como consecuencia obvia el
nacimiento del sentimiento de orgullo nacional de los negros del África francófona, y es un
antecedente que se tiene que estudiar al hablar de las independencias de las colonias
francesas. Así, no extraña que Aimé Césaire y Léopold Sédar Senghor, considerados
como los padres fundadores de la negritud, fueran diputados en la Asamblea Nacional de
Francia, desde donde lucharon por los derechos de los negros. Sédar Senghor fue de
hecho uno de los mayores promotores de la Federación de Malí, el primer territorio
francés en el África negra que alcanza su independencia, y una vez que se separó fue
electo como el primer presidente de Senegal.
Así, vemos que las novelas y poemas derivados de la negritud, con toda la carga filosófica
que incluían, sirvieron para darle al negro una razón por la cual sentirse orgullosos de sus
orígenes, ver que no son peores que el hombre blanco y son capaces por lo tanto de su
autodeterminación. La negritud, con este sentimiento de empoderar a una minoría, influyó
en otros movimientos como lo fue el feminismo y la teología de la liberación, dice Mireille
Fanon-Mendès, hija de Frantz Fanon.
La negritud, precursora de la literatura escrita africana y del sentimiento del orgullo negro,
no estuvo exenta de críticas, muchas de las cuales vinieron de los propios africanos. El
filósofo marxista René Ménil consideraba que la negritud era una forma de “exotismo
negro” y que era contradictorio que buscara combatir el racismo blanco con ideas racistas.
Por su parte, el escritor nigeriano Wole Soyinka veía a la negritud como un movimiento
que reforzaba al imperialismo colonial por poner al negro en la defensiva. En sus
palabras, “el tigre no proclama su tigritud, salta sobre su presa”.
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Feminismo africano
El feminismo africano surge como una corriente literaria en donde se busca el
empoderamiento de la mujer en sociedades tradicionalmente patriarcales donde la mujer
está relegada a un segundo plano.
Sin embargo, no podemos considerar al feminismo africano como una derivación del
feminismo occidental, pues presentan una serie de diferencias que hacen que incluso las
feministas africanas busquen distanciarse del feminismo occidental. En palabras de Miria
Matembe, una escritora de Uganda:
!
“Rechazo que me llamen feminista. Es una ideología considerara ajena, y sus !
!
atributos son negativos y contradictorios para la filosofía africana. Sólo y sólo si se
!
entiende como feminista a una persona que busca luchar por empoderar a la mujer,
!
enfrentar sistemas y estructuras que la oprimen, y sólo si esa es la designación, me
!
puedo llamar feminista”
Este choque entre el feminismo occidental y el africano viene desde el enfoque filosófico
de cada uno. Mientras que el feminismo occidental, representado en figuras como la de
Simone de Beauvoir, buscan la emancipación y empoderamiento de “la mujer”, aludiendo
a individuos, mientras que en el feminismo africano se busca lo mismo pero no de la
mujer, sino del “matriarcado”, es decir, del conjunto de mujeres. Mballa (2012) explica esto
al decir que a diferencia de la sociedad occidental donde la piedra angular recae en el
individuo, en las sociedades africanas este lugar lo ocupa la comunidad en su conjunto, y
es por esto que una filosofía que parte del individuo como el feminismo occidental no
podía lograr posicionarse en estos pueblos.
Así, el feminismo africano enfrenta dos grandes retos: no sólo tiene que luchar en contra
del machismo propio de muchos pueblos africanos, también tiene que luchar en contra de
los propios prejuicios que tienen muchas feministas occidentales.
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Un ejemplo de esta confusión entre el feminismo occidental y el africano está en la forma
en la que cada movimiento ve a la institución de la poligamia tradicional africana (Shitemi,
2012: 24). Desde el estudio occidental, se ve que un hombre oprime a un conjunto de
mujeres. Desde la perspectiva holística feminista africana, se puede ver a esta institución
social incluso como un matriarcado donde fuera del aspecto sexual, hay una primacía de
la mujer, con lazos de organización, solidaridad y participación de los miembros. En
palabras de la nigeriana Oyeronke Oyewumi:
!
“Gran parte de la amistad femenina gira en torno a la maternidad compartida y el
!
apoyo mutuo.”
Oyewumi también menciona que en el matrimonio monógamo la mujer puede estar
subordinada al hombre, como de hecho ocurre en México y otros países. Para ella, una
relación poligámica puede prestarse para establecer el “matriarcado”, donde las mujeres
en su conjunto adquieren poder y autoridad.
En los últimos años, ha adquirido una gran relevancia esta corriente de la literatura
africana. Así, se han dado intentos de recopilar las aportaciones de las mujeres a la
escritura a través del proyecto “Women writing Africa”, un compendio de cuatro volúmenes
que recoge textos que narran el colonialismo, la discriminación, la guerra y las cuestiones
del día a día a través de la visión de las mujeres africanas.
13
Escritura de protesta
“La descolonización en la literatura africana ya está en progreso.
Los novelistas están menos preocupados por cuestiones
sociológicas y más preocupados por exponer la corrupción
e incompetencia que se ha extendido en la política africana”
– Eustace Palmer
Si la negritud fue el movimiento representativo de la literatura africana francófona, la
escritura de protesta es lo mismo del área de habla inglesa.
La negritud, desarrollada en los últimos años de la colonia, critica al colonialismo y a la
figura del hombre blanco por los problemas que ocasionó en África. La escritura de
protesta, que se desarrolla desde mediados de los años 60 cuando prácticamente todos
los países de África ya eran independientes, cambia su enfoque y la crítica hacia el
hombre blanco cambia y ahora se critica al propio hombre negro y los desastres que está
realizando en las recién formadas repúblicas.
De cierta forma, la escritura de protesta toma escenarios pesimistas, donde se exalta la
corrupción, el despotismo, la ingobernabilidad y la ignorancia de los nuevos líderes del
continente. Así, a través de las novelas, se busca que todo el mundo vea y entienda la
nueva realidad africana.
De este nueva corriente literaria surgen escritores como Chinua Achebe, Ayi Kwei Armah
y el primer africano en ganar el premio Nobel de literatura, Wole Soyinka.
Chinua Achebe fue de los primeros escritores en iniciar este movimiento. Aunque
originalmente era un crítico del sistema colonial como lo muestra en “Things Fall Apart”,
cambia el enfoque de su crítica una vez que su país se independiza como lo muestra en
“A man of the people” y “The anthills of the savannah”.
En “A man of the people”, Achebe muestra una sociedad donde la demagogia política
condujo a un régimen corrupto (Afolayan, 2011: 29). La historia gira en torno al “Jefe, el
Honorable Nanga”, quien es un miembro del parlamente y ministro de cultura de un país
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que recientemente alcanzó su independencia. Nanga, a pesar de ser el ministro de
cultura, es un hombre semi iletrado corrupto, mostrando así la realidad de la mayor parte
de los países africanos.
!
“En un país donde la mayoría de los campesinos y obreros viven en chozas y se
!
pueden permitir sólo cubetas para el excremento, el ministro vive en una mansión
!
principesca con siete baños con sus respectivos siete resplandecientes retretes.
– Chinua Achebe, “A man of the people”
Por su parte, en “Anthills of the savannah”, publicado en 1987, Achebe cambia el
escenario de su novela, que ahora se desarrolla en el país ficticio de Kanga, donde el
gobierno civil fue derrocado por los militares que instauran una junta. Una vez más,
Achebe muestra la realidad de su continente a través de un país anónimo, cuya historia
encaja en más de una nación africana.
El escritor ghanés Ayi Kwei Armah sigue una línea parecida, aunque su trabajo lo enfoca a
la moralidad. En “The beautyfuls are not yet born” (sic), Armah muestra una sociedad
donde la corrupción está al orden del día, y el único que se salva de esto es el
protagonista, que se conoce simplemente como “el hombre”. “El hombre” es un
funcionario público de bajo rango que vive una vida humilde a causa de seguir sus
principios y no buscar el enriquecimiento a costa de otros, mientras que Koomson, un
amigo de “El hombre”, utiliza la política para alcanzar estándares de vida altos. Así, en su
rectitud El Hombre acaba en la pobreza, mientras que su amigo Koomson se hace valer
de la corrupción para vivir cómodamente.
Wole Soyinka, a raíz de su premio Nobel, es quizás el escritor africano más reconocido de
esta corriente. A través de sus escritos, satiriza e ironiza la situación en la que se ve
envuelto el continente a raíz de su independencia. Entre sus sátiras, la que más adquirió
relevancia fue “A play of giants”.
En esta obra teatral, Soyinka se mofó directamente de los cuatro tiranos más conocidos
de África: Idi Amin de Uganda, Macais Nguema de Guinea Ecuatorial, el emperador
Bokassa de la República Centroafricana y Mobutu Sese Seku del Zaire (Actual República
Democrática del Congo). En la obra son representador por Kamini, Guinema, Kasco y
Tooum, respectivamente.
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En la obra teatral Soyinka se burla abiertamente de ellos, al establecer el escenario en un
foro internacional en el que los dictadores quedan como el hazmerreír internacional por
sus actitudes petulantes, su poco nivel cultural y sus pocas habilidades políticas.
“Como yo y mi camarada el Emparador Kasco, no somos gente ordinaria. ¿Por qué creen
que gobernamos a las personas? Algunas personas nacen para gobernar. Otros son
ganado, necesitan de su aro en la nariz para que nosotros los guiemos”
– Wole Soyinka, “A play of giants”, 11
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Conclusión
La literatura es el espejo de una sociedad. En África, la literatura nos ayuda a ver la forma
en la que los africanos viven día a día, desde las sociedades tradicionales que utilizan la
literatura oral como forma de expresión hasta los movimientos más actuales, como lo
pueden ser los escritores que buscan retratar la corrupción que se vive en general por
todo el continente.
Pero también la literatura tiene una motivación política, y en África no es la excepción. Las
letras nos pueden ayudar a buscar dignificar la figura del negro y empoderar a la mujer. El
poder de la palabra puede movilizar a una sociedad entera que reclama sus derechos.
Así, vemos que la literatura africana es muy diversa, y sólo traté unos cuantos temas pero
es mucho más amplia, y gracias al poder de la literatura uno puede adentrarse en la
experiencia de conocer la realidad de un sitio al que nunca ha visitado, y así quitarse
prejuicios e ideas preconcebidas que cargamos desde hace mucho tiempo.
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Bibliografía
• Adonon Djogbénou, Fabien. (2012). “La otra África”. México, Universidad Nacional
Autónoma de México.
• Afolayan, Sola. (2011). “African Literature: A showcase for Africa’s leadership problems”.
Países Bajos, Matatu: Journal for African Culture and Society,.
• Daymond, M.J. (2003). “Women Writing Africa”. Estados Unidos, The Feminist Press.
• Fanon, Frantz. (1973). “Piel negra, máscaras blancas”. Argentina, Abraxas.
• Finnegan, Ruth. (2012). “Oral Literature in Africa”. Reino Unido, Open Book Publishers.
• Shitemi, Naomi L. (2012).“Rethinking and Mainstreaming African Literature in the
Academia”. Reino Unido, Routledge.
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