196 años de libros, cultura y patrimonio biblioteca nacional

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196 AÑOS DE LIBROS, CULTURA Y PATRIMONIO
BIBLIOTECA NACIONAL
Creada el 19 de agosto de 1813
Vista parcial del edificio de la Biblioteca Nacional. c.1935
Colección Fotográfica Museo Histórico Nacional
Departamento Educativo
Museo Histórico Nacional
La Biblioteca Nacional, el principal centro bibliográfico de Chile, es una de las
primeras instituciones republicanas del país y como tal posee el sello y el impulso
fundacional de los padres de la patria.
El 19 de agosto de 1813, los miembros de la Junta de Gobierno, que por entonces
regía los destinos de Chile, publicaron en El Monitor Araucano, la Proclama de Fundación
de la Biblioteca Nacional. Firmaban el documento Francisco Antonio Pérez, Agustín
Manuel Eyzaguirre y Juan Egaña. Una de las primeras tareas de la Biblioteca Nacional fue
recoger la erogación de libros que los vecinos de Santiago y de otras ciudades comenzaron
a hacer efectiva. Esta labor se vio interrumpida por los acontecimientos derivados de la
derrota de Rancagua, pero fue retomada apenas Chile fue liberado del poder español. La
decisión y lucidez de Bernardo O'Higgins permitió consolidar los pasos iniciales que daba
la joven biblioteca, disponiendo el traspaso de las antiguas colecciones que habían
pertenecido a los jesuitas y que se encontraban en la Universidad de San Felipe. Asimismo,
O'Higgins nombró director a Manuel de Salas quien, apoyado por fray Camilo Henríquez,
comprometió todo su esfuerzo y voluntad para incrementar las colecciones del naciente
centro bibliográfico. En 1820 se creó el Depósito Legal, que obligaba a las imprentas a
dejar en la Biblioteca Nacional una copia de cada libro, revista o periódico publicado. Esta
reglamentación se perfeccionó en 1834 con la Ley de Propiedad Literaria, que sentó las
bases para el continuo enriquecimiento de los fondos de la institución.
Durante el siglo XIX, la Biblioteca Nacional cimentó el núcleo de su fondo
bibliográfico a partir de la donación o adquisición de sus primeras colecciones. Entre ellas
destacan la biblioteca de los jesuitas, la biblioteca Egaña, la biblioteca de Benjamín Vicuña
Mackenna, la biblioteca de Andrés Bello, las bibliotecas de Claudio Gay y de monseñor
José Ignacio Víctor Eyzaguirre. Algunos de estos ejemplares conforman un tesoro
bibliográfico de indiscutido valor.
Bajo la tutela de la Universidad de Chile desde 1852, la Biblioteca Nacional pasó a
depender en 1879 del recientemente creado Consejo de Instrucción Pública. Durante este
período se realizaron múltiples iniciativas tendientes a ordenar el inmenso material
acumulado por la Biblioteca en el curso de los años precedentes. En 1854 se creó el primer
catálogo impreso de los libros de la Biblioteca Nacional, el que se fue ampliando con los
años a nuevas colecciones; en 1861 se creó la Sección de Manuscritos a partir del material
recibido de los juzgados; en 1871 se realizó la primera Estadística bibliográfica de la
literatura chilena y en 1886, ya instalada en un nuevo edificio, se inició la publicación del
Anuario de la Prensa Chilena.
En las primeras décadas del siglo XX, la Biblioteca Nacional acrecentó sus fondos
con valiosas colecciones que la convirtieron en una de las más importantes de
Hispanoamérica. Entre las principales, destacan la biblioteca americana Diego Barros
Arana; la biblioteca americana José Toribio Medina; la colección Matta Vial; el fondo
bibliográfico Raúl Silva Castro; la biblioteca Guillermo Feliú Cruz y la biblioteca Antonio
Doddis. En 1925, la Biblioteca Nacional se trasladó a su actual emplazamiento en el centro
de Santiago, creándose el Archivo Nacional como institución independiente. Por otro lado,
el depósito legal fue reforzado en 1925 con la nueva Ley de Registro de Propiedad
Intelectual y la creación de la Visitación de Imprentas. Este reordenamiento tuvo como
corolario la creación de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos en 1929, bajo cuya
autoridad quedaron la Biblioteca Nacional, los museos y centros bibliográficos del país.
En la actualidad, la Biblioteca Nacional, consciente de la misión de rescatar,
preservar y difundir nuestro patrimonio bibliográfico, ha dado un paso más incorporando
las nuevas tecnologías que nos permiten satisfacer los requerimientos de todos los lectores
de este centro bibliográfico de la cultura intelectual de Chile.
Director y empleados de la Biblioteca Nacional, en demolición del antiguo templo de las Monjas Claras, lugar
donde hoy existe la Biblioteca Nacional. c.1905
Colección Fotográfica Museo Histórico Nacional
Proclama Fundación Biblioteca Nacional
El Gobierno a los Pueblos
Ciudadanos de Chile: al presentarse un extranjero en el país que le es
desconocido, forma la idea de su ilustración por las Bibliotecas y demás
institutos literarios que contiene y el primer paso que dan los pueblos para ser
sabios es proporcionarse grandes bibliotecas.
Para esto (crear una Biblioteca Nacional de Chile) se abre una suscripción
patriótica de libros y modelos de máquinas para las artes en donde cada uno al
ofrecer un objeto, o dinero para su compra pueda decir con verdad “He aquí la
parte con que contribuyo a la opinión, y a la felicidad presente y futura de mi
país” Todo libro será un don precioso, porque todos son útiles. Aunque en el
Monitor (periódico oficial de la época) se publique diariamente lo que
contribuyese cada uno, la Biblioteca tendrá un libro depositado en el
departamento más precioso y autorizado solemnemente donde conste a la
posteridad los beneficios que los presentes chilenos hacen a las generaciones
futuras.”
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