Complicaciones neurológicas en población infantil con leucemia

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ORIGINAL
Complicaciones neurológicas en población infantil
con leucemia
Elena Martínez-Cayuelas, Rosario Domingo-Jiménez, Juan F. Pascual-Gázquez, Eduardo Martínez-Salcedo,
Helena Alarcón-Martínez, Mar Bermúdez-Cortés, José L. Fuster-Soler, Virginia Pérez-Fernández
Sección de Neuropediatría
(E. Martínez-Cayuelas, R. DomingoJiménez, E. Martínez-Salcedo,
H. Alarcón-Martínez); Sección
de Oncohematología Infantil
(J.F. Pascual-Gázquez, M. BermúdezCortés, J.L. Fuster-Soler); Hospital
Clínico Universitario Virgen de
la Arrixaca. Campus de Ciencias
de la Salud; Área de Pediatría;
Universidad de Murcia (V. PérezFernández). Murcia, España.
Correspondencia:
Dra. Elena Martínez Cayuelas.
Sección de Neuropediatría. Hospital
Clínico Universitario Virgen de la
Arrixaca. Ctra. Cartagena, s/n.
E-30120 El Palmar (Murcia).
Fax:
+34 968 395 354.
E-mail:
[email protected]
Aceptado tras revisión externa:
23.10.14.
Cómo citar este artículo:
Martínez-Cayuelas E, DomingoJiménez R, Pascual-Gázquez JF,
Martínez-Salcedo E, AlarcónMartínez H, Bermúdez-Cortés M,
et al. Complicaciones neurológicas
en población infantil con leucemia.
Rev Neurol 2015; 60: 108-14.
© 2015 Revista de Neurología
108
Introducción. La leucemia es el cáncer más frecuente en edad pediátrica. Su tasa de curación es del 80% con quimioterapia intensiva, que mejora la supervivencia, pero que también aumenta la frecuencia de efectos adversos, incluyendo los
neurológicos.
Objetivos. Describir la frecuencia y características de las complicaciones neurológicas (CN) en pacientes con leucemia aguda linfoide (LAL) y leucemia aguda mieloide (LAM), e identificar los factores asociados a su presencia, la tasa de morbilidad neurológica y la supervivencia.
Pacientes y métodos. Estudio retrospectivo de las CN presentes durante el tratamiento y seguimiento de los pacientes
con LAL y LAM entre 1997 y 2012 por la unidad de oncohematología infantil. Variables analizadas: datos demográficos,
diagnóstico oncológico, tratamiento y CN.
Resultados. Se incluyó un total de 157 pacientes, 145 sin infiltración de sistema nervioso central al diagnóstico y ocho con
infiltración (tasa de CN del 14 y 12%, respectivamente). Las CN más frecuentes fueron: neuropatías (31%), alteración del
nivel de conciencia (27%), convulsiones (22%) y cefalea (12%). Un 40% de los pacientes con CN ha presentado secuelas,
pero ninguno ha fallecido como consecuencia de la CN. Se han detectado más CN en el grupo de edad menor de 6 años
con LAL de alto grado, en niveles de gravedad más altos y en pacientes que habían recibido trasplante de precursores
hematopoyéticos, todas ellas con diferencias estadísticamente significativas.
Conclusiones. Las complicaciones neurológicas son frecuentes en los pacientes con leucemia aguda, en especial en aquellos con estadio de riesgo alto (sobre todo si son menores de 6 años) y trasplante de precursores hematopoyéticos. La
mortalidad asociada es baja.
Palabras clave. Complicaciones. Leucemia. Neurología. Niños. Quimioterapia. Supervivencia.
Introducción
La leucemia es el cáncer más frecuente en la edad
pediátrica y, de entre todas sus variantes, la leucemia aguda linfoide (LAL) supone el 80% [1-3]. La
tasa de incidencia en España es de aproximadamente 4 casos/100.000 menores de 14 años, con un pico
máximo de incidencia entre los 2-5 años, y predomina en varones en edad prepuberal [4,5]. La leucemia mieloide aguda (LAM), aunque no tan frecuente como la LAL, presenta peor pronóstico, con peor
respuesta a la quimioterapia, mayor número de complicaciones hemorrágicas al diagnóstico y necesidad
de tratamientos más agresivos, como el trasplante de
progenitores hematopoyéticos (TPH). Actualmente, su tasa de curación está próxima al 80% [3], debido al avance en el tratamiento con quimioterapia
intensiva, que mejora los resultados de supervivencia, pero que desafortunadamente también aumenta la frecuencia de efectos adversos [1]. Entre éstos,
destacan los efectos sobre el sistema nervioso, que,
por su importancia vital y funcional, plantean un
reto en la práctica clínica diaria y presentan, además, la dificultad añadida de tener que realizar un
diagnóstico diferencial extenso y complejo.
La neurotoxicidad se calcula aproximadamente
en un 3-20% de los pacientes afectos de leucemia
linfoide (varía entre los diferentes estudios) [1,6,7].
Es más, cada tipo de tratamiento realizado se ve
asociado a un riesgo determinado de daño neurológico, tanto de forma aguda como a largo plazo, y es
muy probable que el cálculo de la neurotoxicidad
en estos pacientes esté subestimado –se han hallado alteraciones en la resonancia magnética cerebral
en más del 20% de los pacientes afectos y tratados
de leucemia– [1,8]. Clásicamente, se han descrito
como más frecuentes los efectos adversos vasculares, los secundarios a infecciones, los metabólicos,
el síndrome PRES (posterior reversible encephalopathy syndrome), la neuropatía periférica y los de-
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Complicaciones neurológicas en población infantil con leucemia
fectos neurocognitivos a largo plazo. La mayor parte de ellos, al menos de forma inicial, no va a presentar signos específicos que permitan su diagnóstico de entrada, salvo el ya comentado PRES y la
encefalopatía aguda secundaria a metotrexato [1].
Son muchos los estudios que describen estas
complicaciones en la edad adulta. Sin embargo, no
están tan bien identificadas en la edad pediátrica. El
objetivo de este estudio es describir la frecuencia y
características clínicas de las complicaciones neurológicas (CN) en los pacientes con LAL y LAM,
identificar los factores asociados con mayor frecuencia de CN, conocer la tasa de morbilidad neurológica y la supervivencia de estos pacientes, para
así contribuir al conocimiento y la prevención o tratamiento dirigido en este tipo de pacientes.
Pacientes y métodos
Estudio retrospectivo de las CN presentes durante
el tratamiento y seguimiento de los pacientes diagnosticados de LAL y LAM desde el año 1997 hasta
2012 en la unidad de oncohematología infantil del
centro de referencia de la comunidad. Se considera
CN toda aquella manifestación clínica neurológica
derivada de [9]:
– Efectos directos del cáncer: metástasis intracraneales, espinales, leptomeníngeas, nerviosas o musculares.
– Efectos indirectos del cáncer: no metastásico o paraneoplásico.
En este estudio, se ha realizado el análisis de aquellas CN pertenecientes al segundo grupo (no metastásicas), dentro del cual se incluyen [9]:
– Alteraciones vasculares (hemorragia o infarto).
– Infecciones.
– Alteraciones nutricionales.
– Alteraciones metabólicas.
– Efectos adversos del tratamiento (quimioterapia,
radioterapia, cirugía, terapia biológica, etc.).
– Síndromes paraneoplásicos.
Se han excluido, por tanto, aquellos pacientes con
clínica derivada de la presencia de metástasis o infiltración de sistema nervioso central.
Se han recogido las siguientes variables:
– Datos demográficos. Edad al diagnóstico, antecedente de patología neurológica previa y sexo del
paciente.
– Datos relacionados con el diagnóstico oncológico.
Tipo de leucemia (LAL/LAM), riesgo (LAL: ba­
jo, intermedio o alto; LAM: bajo, intermedio o
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alto), infiltración del sistema nervioso central
(SNC) al diagnóstico, recaída, fallecimiento o fecha de última visita.
– Datos relacionados con el tratamiento. Protocolo de tratamiento oncológico empleado en cada
caso, número de dosis totales y previas a la complicación neurológica de metotrexato en altas dosis (> 3 g/m2), citarabina en altas dosis (> 1 g/m2)
y terapias intratecales; haber recibido o no radioterapia craneal y TPH.
– Datos relacionados con la CN. Fase del tratamiento en la que ocurre, tiempo transcurrido tras la
última administración de quimioterapia, clínica
y diagnóstico final del evento. Se han recogido
todas aquellas complicaciones neurológicas no
metastásicas descritas en las historias clínicas
revisadas de los pacientes, y se ha utilizado para
su estratificación la clasificación del National
Cancer Institute (NCI) [10]. Se han considerado
secuelas neurológicas las siguientes: recurrencia
de la complicación inicial, necesidad de tratamiento con fármacos antiepilépticos crónicos, o
secuelas motoras o cognitivas.
Para el cálculo de la supervivencia global y supervivencia libre de evento (Kaplan-Meyer), se han excluido aquellos pacientes con estadios avanzados
de la enfermedad, que habían recibido tratamiento
en sus hospitales de origen y que, a través de la colaboración interhospitalaria, completaron su tratamiento en nuestro hospital.
El análisis estadístico de los datos se ha realizado
por tablas de contingencia con estadístico exacto
de Fisher y regresión logística para el análisis multivariante; el estudio de supervivencia global y supervivencia libre de evento, por Kaplan-Meyer (supervivencia global: tiempo en meses entre el diagnóstico y la última visita o el fallecimiento; supervivencia libre de evento: tiempo en meses entre el
diagnóstico y el evento, siendo éste complicación o
fallecimiento, o, en caso de no existir evento, hasta
la fecha de la última visita).
Resultados
El número total de pacientes diagnosticados de
LAL y LAM es de 164, aunque, de ellos, en siete casos no fue posible la recogida completa de los datos, por lo que se han excluido del análisis. De los
157 pacientes restantes, en ocho se detectó infiltración del SNC al diagnóstico (aunque se han considerado sólo las CN no metastásicas en ellos) y, en
pacientes sin infiltración del SNC al diagnóstico, la
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Tabla I. Características clínicas de los 22 pacientes con complicación neurológica (grupo 1).
Edad media al diagnóstico
71 meses (rango: 0-162 meses)
Sexo (M/F)
56% / 44%
Tiempo medio desde el diagnóstico
y la complicación neurológica
Grupo de riesgo de leucemia
7,6 meses (rango: 0-35 meses)
Bajo
5 (20%)
Intermedio
7 (29%)
Alto
12 (50%)
Sí
9 (37%) (cinco de ellos en el grupo
de alto riesgo y dos en el intermedio)
No
15 (62%)
Radioterapia craneal
Número de dosis de MTX intravenoso (> 3 g/m2) (media)
4,6 (rango: 0-7)
Número de dosis de AraC intravenoso (> 1 g/m2) (media)
7,1 (rango: 0-27)
Número de TIT previas a complicación neurológica (media)
Evolución
7 (rango: 1-17)
En remisión
11 (45%)
En tratamiento
3 (13%)
Fallecimiento
10 (42%)
AraC: arabinósido de citosina; MTX: metotrexato; TIT: tratamiento intratecal.
recaída con afectación a este nivel se consideró la
causa de la CN, motivo por el que no se han incluido como CN.
Del total de pacientes, un 53% son varones, y un
72%, menores de 6 años. Respecto al diagnóstico, el
83% han sido diagnosticados de LAL, y el 17%, de
LAM.
Entre los antecedentes patológicos, la mayoría
de los pacientes no presenta ninguno de interés a
nivel neurológico, excepto cinco de ellos: dos pacientes con diagnóstico de síndrome de Down, otro
paciente con síndrome de Goldenhar y otro paciente con síndrome X frágil.
Se muestran los resultados obtenidos para cada
grupo de pacientes (grupo 1: sin infiltración del SNC
al diagnóstico; y grupo 2: con infiltración del SNC al
diagnóstico) [7].
Grupo 1
De los 149 pacientes diagnosticados, 22 presenta-
110
ron CN a lo largo de su tratamiento o seguimiento,
lo que supone un 14% de los pacientes. La mayoría
las ha presentado durante la fase de inducción (43%),
consolidación (17%) o mantenimiento (13%). El resto se distribuye durante el TPH o posterior a él
(13%), y en tres casos la complicación se dio, respectivamente, durante el inicio de su enfermedad,
una vez finalizado el tratamiento y en fase de cuidados paliativos (Tabla I).
Manifestaciones neurológicas
Las CN más frecuentemente encontradas han sido,
en orden de frecuencia:
– Neuropatías (suponen el 31% de todas las CN).
La mayoría de los pacientes ha presentado clínica consistente en dolor y debilidad de los miembros inferiores (alguno también dolor mandibular). La mayoría han estado asociadas a la administración de vincristina como máximo 26 días
antes (la mayoría una semana antes del inicio de
la clínica). Sólo en dos casos se ha detectado una
neuropatía grave (grado IV); ha sido en ellos en
los que se ha realizado electromiografía y electroneurografía, y no en el resto de los pacientes.
Cuatro de los siete pacientes presentaron secuelas (aquéllos con neuropatías más graves), con
alteración o imposibilidad para la marcha.
– Alteración del nivel de conciencia (27%). Atribuida en la mayoría de los pacientes al tratamiento
farmacológico, sobre todo con asparraginasa, y
también con metotrexato intratecal o radioterapia intracraneal. Sólo un paciente ha presentado
como causa una hemorragia parenquimatosa cerebral bilateral secundaria a un trastorno plaquetario. Es el único paciente que ha presentado
secuelas a largo plazo.
– Crisis convulsivas (22%). Las causas identificadas
han sido diversas: hemorragia subdural derecha,
retraso en la eliminación de metotrexato intravenoso y síndrome febril asociado.
– Cefalea (12%). Todos los pacientes han presentado un grado III NCI. En un paciente, la cefalea
se debió a una hemorragia cerebral occipital, asociada a una hemianopsia homónima.
– Otros. Un único paciente presentó miopatía de
grado III a consecuencia del tratamiento con corticoides; presentó secuelas con alteración de la
marcha posteriormente. También atribuido al empleo de corticoides, uno de los pacientes presentó un trastorno depresivo que precisó tratamiento farmacológico. Otro paciente presentó intoxicación por ciclosporina, consistente en ataxia y
alteración de la percepción de la distancia de los
objetos.
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Complicaciones neurológicas en población infantil con leucemia
Secuelas y fallecimientos
Respecto al fallecimiento asociado a la CN, esto no
ha ocurrido en ninguno de nuestros pacientes. Sí
se ha detectado, sin embargo, un 45% de secuelas
(10 de 22 pacientes las han presentado, entendidas
co­mo recurrencia de la complicación inicial, necesidad de tratamiento con fármacos antiepilépticos crónicos o secuelas motoras y cognitivas).
Pruebas complementarias
Por orden de frecuencia, las exploraciones más realizadas han sido la tomografía computarizada craneal (n = 13), la punción lumbar (n = 13), la resonancia magnética cerebral (n = 10) y el electroencefalograma (n = 6). Se ha realizado ecografía cerebral
en una de las pacientes, cuya corta edad (período
neonatal) permitía el acceso transfontanelar. Sólo
se han realizado electromiografía y electroneurografía en tres pacientes, aquellos con mayor gravedad de la CN. De los 22 pacientes con complicación
neurológica, las pruebas de imagen (tomografía computarizada y resonancia magnética) han servido de
ayuda al diagnóstico en siete de ellos.
Tabla II. Distribución de los pacientes por subgrupos.
N.º total
≤ 6 años
> 6 años
Pacientes con leucemia
157
113
44
Pacientes con LAL
131
95
36
Pacientes con LAL y CN
22
12
9
Pacientes con LAM
26
16
10
1
1
0
LAL de alto riesgo
38 (10 CN)
LAM de alto riesgo
14 (1 CN)
Alto riesgo:
35 (8 CN)
Alto riesgo:
17 (3 CN)
LAL de riesgo intermedio
38 (7 CN)
LAM de riesgo intermedio
1
Riesgo intermedio:
25 (2 CN)
Riesgo intermedio:
14 (5 CN)
Pacientes con LAM y CN
LAL de bajo riesgo
54 (3 CN)
LAM de bajo riesgo
12
Bajo riesgo:
53 (2 CN)
Bajo riesgo:
13 (1 CN)
Pacientes sometidos a TPH
53
39
14
Pacientes sometidos a TPH y con CN
12
6
6
Pacientes sin TPH
104
71
33
Grupo 2
Pacientes sin TPH y con CN
10
6
4
De los ocho pacientes de este subgrupo, sólo uno
ha presentado CN no metastásicas (crisis convulsiva inicialmente y neuropatía de forma evolutiva). El
porcentaje de afectados por estas complicaciones
es menor (12%) que en los que no presentaban infiltración del SNC al diagnóstico (Tabla II).
CN: complicaciones neurológicas; LAL: leucemia aguda linfoide; LAM: leucemia aguda mieloide; TPH: trasplante
de progenitores hematopoyéticos.
Tipo de leucemia
TPH
No hay diferencias significativas en cuanto a la presencia de CN en los dos tipos de leucemia (LAL y
LAM); este resultado no se ve modificado al efectuar la distribución por edad de los pacientes (por
tabla de contingencia y estadístico exacto de Fisher).
Los pacientes con TPH presentan más riesgo de CN
(OR = 7,1; IC 95% = 2,06-24,4) que aquellos sin TPH,
con p = 0,002, independientemente de la edad.
Estratificación según el riesgo de la leucemia
De un total de 157 pacientes, 113 son ≤ 6 años
(72%) y 44 son > 6 años (28%). Se ha hallado una
diferencia estadísticamente significativa (p = 0,18)
entre ambos grupos, y se han encontrado más CN
en el grupo de edad de ≤ 6 años que en el de > 6 años
(58% frente a 43%).
Existen más CN en los pacientes con LAL de alto
riesgo, y esta diferencia es significativa (p = 0,02).
Al analizar además por edad, vemos que esta diferencia se mantiene en aquellos pacientes con edad
≤ 6 años, y es también estadísticamente significativa (p = 0,016) –por tablas de contingencia y estadístico exacto de Fisher–. En la regresión logística
realizada, los pacientes con leucemia de alto riesgo
tienen una odds ratio (OR) de 6,54 (intervalo de
confianza al 95%, IC 95% = 1,7-25,2), con p = 0,006
(tienen 6,5 veces más riesgo de presentar CN que
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aquellos con riesgo bajo), independientemente del
grupo de edad y tipo de leucemia.
Edad al diagnóstico
Supervivencia libre de evento y supervivencia global
Se calcula la supervivencia global y la supervivencia
libre de evento de todos los pacientes diagnosticados de LAL y LAM, excluyendo los procedentes de
otro hospital de origen en estadios avanzados de la
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enfermedad. Hallamos una supervivencia global del
88,4%, con una media de 227 meses (IC 95% = 213240 meses). Respecto a la supervivencia libre de eventos, a los cinco años es de un 86%, con una media
de 182 meses (IC 95% = 149-215 meses) y una mediana de 179 meses.
Discusión
En este estudio, un 14% de los pacientes diagnosticados y tratados de LAL ha presentado CN durante
su seguimiento en nuestro centro. En otros estudios, este porcentaje se ha fijado en el 3-15%, por lo
que consideramos el resultado descrito acorde con
lo publicado [1,6,7]. Un porcentaje significativo de
CN ocurre en fase de inducción (43% de los casos)
y, sobre todo, representado como neuropatías, seguidas de alteración del nivel de conciencia, convulsiones y cefalea de diferente causa.
Entre los pacientes con neuropatía, la causa más
frecuente ha sido el tratamiento con vincristina, administrada en la mayor parte de los casos durante
las dos semanas previas a la complicación, que, sin
embargo, no ha sido preciso retirar del tratamiento
en ningún caso. De todos los pacientes con neuropatía, ninguno estaba tomando concomitantemente
itraconazol (que se ha demostrado que aumenta la
neurotoxicidad si se administra de forma conjunta)
[11], y los signos clínicos habían desaparecido durante el primer mes tras la complicación, excepto
en aquellos casos más graves, en los que han permanecido con secuelas importantes, y en los que la
recuperación total ha sido más larga (4-5 meses) o
incluso imposible, como ya se ha comprobado en
casos de neuropatías moderadas [12].
La alteración del nivel de conciencia ha estado
relacionada con la administración de quimioterapia
(sobre todo, asparraginasa y metotrexato intratecal)
y radioterapia intracraneal. En el caso del metotrexato, está descrito que el inicio de la clínica puede darse entre los cinco y 14 días tras su administración, sobre todo en niños mayores de 10 años
[1], en forma de crisis convulsivas o de alteración
del nivel de conciencia. Puede presentarse también
con cefalea, vómitos, afasia, hemiparesia o parálisis
de pares craneales, y los signos neurológicos suelen
revertir en los siguientes siete días sin secuelas [1,7,
13,14]. El uso de asparraginasa también se ha asociado a la aparición de crisis convulsivas o encefalopatía aguda. En ninguno de nuestros pacientes se
encontró por pruebas de imagen signos de hemorragia intracerebral o trombosis, que se han asociado al uso de esta medicación [1].
112
Respecto a la radioterapia craneal, su uso se ha
asociado a daño en la sustancia blanca, alteraciones
vasculares (hemorragia o trombosis), atrofia cortical, calcificaciones, etc., así como al llamado síndrome posradiación, que se da tras el inicio del tratamiento y suele durar aproximadamente una semana. En nuestra serie, del total de 157 pacientes,
41 han recibido radioterapia (26%), y sólo uno de
ellos ha presentado una CN asociada (toxicidad sub­
aguda).
Por otro lado, destacamos la presencia de crisis
convulsivas como una de las CN más halladas. Se
han encontrado de forma similar en estadios precoces (inducción a la remisión) o más avanzados (consolidación, mantenimiento), aunque es posible que
esté infraestimado el porcentaje de cefaleas de grados más leves, y que éstas sean más frecuentes en
etapas más tardías.
Del resto de complicaciones, hay que destacar
uno de los pacientes con intoxicación por ciclosporina, con clínica de ataxia y alteración de la percepción de las distancia de los objetos. Este efecto se
ha observado previamente en pacientes en tratamiento con ciclosporina o tacrolimús (son más frecuentes con este último), y suele ser un efecto reversible tras la finalización del tratamiento, la disminución de la dosis o su paso a vía oral.
En este estudio, ninguno de los pacientes incluidos ha fallecido como consecuencia de las CN. En
otros estudios se ha cifrado una tasa de mortalidad
del 8,5% debido a CN en pacientes con TPH [15]. Sí
hemos detectado, sin embargo, un 40% de secuelas
en los afectos de CN (9 de 22 pacientes). Esto supone que, aunque la gravedad inicial de la CN parece
no ser elevada (el porcentaje de pacientes que han
necesitado tratamiento en la unidad de cuidados
intensivos es muy bajo), sí debemos remarcar la necesidad de seguimiento y de tratamiento precoz para
evitar o minimizar estos efectos a largo plazo.
La infiltración del SNC al diagnóstico genera
confusión ya que, por sí misma, se puede relacionar
con CN. De los ocho pacientes de este subgrupo,
sólo uno ha presentado CN no metastásica. El tamaño muestral, por tanto, es limitado y no permite
realizar conclusiones en este sentido.
En este estudio se ha hallado una diferencia estadísticamente significativa (p = 0,018) entre ambos
grupos de edad (≤ 6 años frente a > 6 años), y se han
encontrado más CN en el grupo de ≤ 6 años [16].
Sin embargo, al relacionar la edad con el resto de
posibles factores de riesgo, sólo se ha encontrado
mayor presencia de CN en el grupo de ≤ 6 años con
LAL de alto riesgo, por lo que quizás la edad se relacione más con el riesgo de la leucemia que con el
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Complicaciones neurológicas en población infantil con leucemia
hecho de ser, en sí, un factor de riesgo. Se ha encontrado una diferencia estadísticamente significativa entre el porcentaje de CN en los diferentes grados de leucemia, con mayor frecuencia de CN en
niveles de gravedad más altos, quizás debido a la
gravedad del tipo de leucemia y a la agresividad del
tratamiento en estos pacientes [8]. También se ha
comprobado en estudios previos que las CN son
más frecuentes en pacientes con LAM sometidos a
TPH que en los diagnosticados de LAL; en el presente estudio no se ha hallado una diferencia significativa y, además, no se ha tenido en cuenta la inclusión o no de tratamiento con TPH en los pacientes.
Respecto al tratamiento con TPH, los pacientes con
TPH presentan más riesgo de CN (OR = 7,1; IC 95%
= 2,06-24,4), independientemente de la edad y de la
radioterapia administrada [16,17].
La supervivencia global y la supervivencia libre
de evento halladas se encuentran en congruencia con
los datos descritos en otros estudios [18].
En conclusión, y con todos los datos expuestos,
creemos necesario remarcar la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz de las CN agudas, ya
no por la gravedad en ese momento inicial (la mortalidad asociada es baja), sino también por las posibles secuelas a largo plazo que se pueden derivar de
ellas. Las CN son frecuentes en los pacientes con
leucemia aguda, en especial en aquellos con un estadio de riesgo alto o utilización del TPH como
arma terapéutica. El conocimiento de los factores
relacionados con la aparición de CN facilita su diagnóstico precoz y su prevención. Es necesario, por
tanto, realizar estudios prospectivos que permitan
definir con mayor exactitud estas complicaciones
agudas y, sobre todo, las crónicas, para permitir así
una mejor atención a estos pacientes y su entorno.
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Neurological complications in the population of children with leukaemia
Introduction. Leukaemia is the most frequent type of cancer at the paediatric age. The cure rate is 80% with intensive
chemotherapy, which improves survival but also often increases the frequency of adverse side effects, including those of
a neurological nature.
Aims. To describe the frequency and characteristics of the neurological complications (NC) in patients with acute lymphoid
leukaemia (ALL) and acute myeloid leukaemia (AML), as well as to identify factors associated to their presence, neurological
morbidity and survival rate.
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E. Martínez-Cayuelas, et al
Patients and methods. A retrospective study was conducted of the NC present in patients with ALL and AML between
1997 and 2012 treated and followed up by the child onco-haematology unit. The following variables were analysed:
demographic data, oncological diagnosis, treatment and NC.
Results. Altogether 157 patients were included, 145 without infiltration of the central nervous system at diagnosis and eight
with infiltration (rate of NC of 14% and 12%, respectively). The most frequent NC were: neuropathies (31%), altered levels
of consciousness (27%), convulsions (22%) and headache (12%). Forty per cent of the patients with NC presented sequelae
but none of them died as a consequence of the NC. More NC were detected in the age group of children aged under
6 years with high-degree ALL, at higher levels of severity and in patients who had received a haematopoietic stem-cell
transplant, all of them with statistically significant differences.
Conclusions. Neurological complications are common in patients with acute leukaemia, especially in those at a high-risk
stage (above all if they are under the age of 6 years) and with haematopoietic stem-cell transplant. The associated mortality
rate is low.
Key words. Chemotherapy. Children. Complications. Leukaemia. Neurology. Survival.
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