Japón está comprometido con el desarrollo de Africa. Por Shinzo

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Japón está comprometido con el desarrollo de Africa.
Por Shinzo Abe
Asegurar la recuperación económica de Japón ha sido mi prioridad desde mi
regreso al cargo de Primer Ministro a finales del año pasado. Hemos logrado avances y,
como ha comentado este diario, las compañías y los ciudadanos japoneses por igual están
comenzando a sentir los beneficios.
La naturaleza de la economía global, sin embargo, significa que la “Abenomics” no
puede ser solamente un esfuerzo nacional ni un beneficio a corto plazo. La fortaleza
económica de Japón ha sido erigida sobre una piedra angular de cooperación y comercio a
nivel internacional, mientras nuestra política exterior está construida sobre la base de que
la paz y la prosperidad afuera contribuyen a la paz y la prosperidad en casa. Esta postura
también se refleja en el enfoque de Japón hacia los retos del desarrollo global.
Durante mi primera visita oficial a Myanmar este mes, pude ver el proceso de
democratización en marcha. Me impresionó que tanto los países desarrollados como los en
vías de desarrollo enfrentan los mismos retos a la hora de garantizar que las políticas
económicas beneficien a los ciudadanos de manera directa y tangible. Este es un asunto
medular en los esfuerzos para erradicar la pobreza y promover el progreso, el cual
abordaré junto a los líderes africanos y otros colegas en la Quinta Conferencia
Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de Africa (TICAD V) del 1 al 3 de junio.
La conferencia, ahora en su vigésimo año, está organizada conjuntamente por el
Gobierno del Japón, la Comisión de la Unión Africana, las Naciones Unidas, el Programa
de Desarrollo de la ONU y el Banco Mundial. Esta aúna a los asociados para el desarrollo,
los países donantes, las compañías privadas y las organizaciones no gubernamentales
para discutir sobre el desarrollo en Africa. El foro se basa en un enfoque que busca evitar
la jerarquía vertical del modelo donante-receptor y en su lugar optar por la “posesión”
africana y la “asociación” internacional.
Japón tiene una única perspectiva con respecto a la reducción de la pobreza y el
desarrollo por muchas razones, sobre todo debido a las lecciones aprendidas en su camino
a la modernización. La falta de recursos naturales provocó que nos enfocáramos en
nuestro recurso más importante: nuestros recursos humanos. El crecimiento no solo se
aviva con los recursos naturales, sino que se estimula y sostiene con las personas,
mediante las habilidades, la educación, el adiestramiento, la innovación y la cohesión
social.
Japón tiene un largo historial de asistencia para el desarrollo a través de los canales
bilaterales y multilaterales, y mientras nuestro enfoque ha evolucionado considerablemente,
para nuestra filosofía es esencial el enfoque en el desarrollo de los recursos humanos.
¿Qué significa exactamente el desarrollo de los recursos humanos en este
contexto? Tuve la suerte de discutir estos asuntos con el Profesor Joseph Stiglitz, de la
Universidad de Columbia, a principios de este año, y estuvimos de acuerdo en que una
base crucial era el “crecimiento incluido”, por lo cual los beneficios del crecimiento
económico deban sentirse por todas las personas en un país y no por un selecto grupo.
El desarrollo de los recursos humanos también significa fomentar la democracia y
reconocer la importancia de la dignidad humana y el desarrollo a nivel individual. El modelo
de Japón busca garantizar que los individuos se sientan capacitados y orgullosos de la
contribución que hacen a la sociedad. Esto incluye un enfoque particular en los jóvenes y
las mujeres que, cuando son dotados de la necesaria educación, se convierten en el motor
para el desarrollo de sus países, y pueden estar capacitados para transformar los sistemas
políticos y sociales.
Además del desarrollo de los recursos humanos, la infraestructura desempeña un
papel de vital importancia al posibilitar los vínculos entre los mercados que permiten la
expansión de los beneficios del comercio. Es la combinación de la infraestructura y los
recursos humanos lo que sienta las bases para una mayor inversión del sector privado.
El compromiso de Japón con Africa y la TICAD es un ejemplo fundamental de este
enfoque. La conferencia de este año se concentra en la creación de economías robustas y
sostenibles y sociedades inclusivas y flexibles basadas en la paz y la estabilidad.
También hay un fuerte énfasis en las asociaciones públicas y privadas y en lograr el
apoyo del sector privado para garantizar que los países y las comunidades africanos
tengan mercados eficientes a escala nacional, regional y continental, una precondición
esencial para mejorar el nivel de vida, reducir la pobreza y estimular el empleo.
El legado positivo de los proyectos de la TICAD puede verse por toda Africa. El
proyecto de capacitación de horticultura para minifundistas de Kenia, por ejemplo, muestra
los beneficios de la eficiencia del mercado para garantizar que los granjeros cultiven lo que
saben que pueden vender de manera productiva y rentable. El proyecto, que ha sido
implementado en toda Kenia, aborda la necesidad de aumentar el acceso de los granjeros
a los mercados e incluye aspectos de la comercialización y la producción.
Africa ha experimentado un crecimiento impresionante en los últimos años, con un
promedio del 5% por año. Sin embargo, la profundización de la integración económica es
un prerrequisito importante para un mayor crecimiento. Los proyectos de la TICAD como la
iniciativa de “Un punto de control fronterizo” han ayudado a agilizar los trámites de aduana
entre los países africanos, promoviendo la movilidad y el desarrollo regional. Tras el éxito
inicial de la frontera entre Zambia y Zimbabue, la Agencia de Cooperación Internacional del
Japón ahora apoya la introducción de esquemas similares en más de 13 fronteras distintas
en todo el continente.
Japón cumple sus promesas. Japón ha logrado cumplir la promesa hecha en la
TICAD IV en 2008 de duplicar su promedio de cinco años de inversión directa en Africa,
que se había triplicado a finales de 2011. Los objetivos de la TICAD V serán ambiciosos
pero igualmente posibles de lograr. Ante los retos económicos que enfrenta hoy Japón, las
soluciones rápidas no serían adecuadas. Lo que se necesita es un verdadero compromiso
para garantizar un desarrollo económico inclusivo y sostenible. Esto comienza con el
desarrollo de los recursos humanos, creando un medio donde puedan mejorarse las
habilidades, puedan capacitarse los jóvenes y las mujeres y puedan florecer las
comunidades.
Este año Japón prometió otros 550 millones de dólares para la estabilidad, la paz y
el desarrollo en Africa. Japón también tiene el compromiso de brindar apoyo in situ en todo
el continente, por ejemplo llevando a cabo operaciones para impedir la piratería en la costa
este de Africa y brindar ayuda humanitaria en la región de Sahel, incluido Mali. Japón
reconoce la necesidad de contribuir a nivel global y cooperar con nuestros socios
internacionales. Es mi mayor deseo que una economía japonesa dinámica y flexible pueda
traer beneficios importantes en Africa y más allá.
El Sr. Abe es Primer Ministro de Japón.
Reimpreso de The Wall Street Journal © 2013 Dow Jones & Company. Todos los
derechos reservados.
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