Pronósticos para la agricultura de los Estados Unidos de América

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Sembrando innovación para cosechar prosperidad
Del Despacho del Director General
Primera nota técnica, marzo 2013
Pronósticos para la agricultura de los
Estados Unidos de América de 2013 a 2022
A pesar de una grave sequía, en 2012 el comportamiento de la agricultura de los Estados Unidos fue
satisfactorio, y aunque ese fenómeno seguirá afectando al país en 2013, los pronósticos para la producción y
las exportaciones son positivos. Hacia 2022, el mayor crecimiento de la economía y el sector agrícola de
China, India y de algunos países latinoamericanos explicará, en gran medida, la pérdida de peso de la
agricultura estadounidense en la economía y la agricultura mundiales.
Bajo el tema “La administración de riesgos en el siglo XXI”, el pasado mes de febrero en Washington,
D.C. se realizó el Foro Anual de Pronósticos Agrícolas1
del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América (USDA), en el que se analizaron los
acontecimientos del año anterior en el sector agrícola
y se presentaron los pronósticos para 2013, con una
visión prospectiva al 2022.
El Secretario de Agricultura, Tom Vilsak, inauguró
la actividad, mientras Thomas A. Daschle, exsenador y
calificado asesor en políticas para la agricultura, fungió
como orador principal.
El secretario Vilsak enfatizó que las exportaciones
agrícolas de su país han experimentado un crecimiento
sin precedentes. Destacó, además, la expansión del uso
de la bioeconomía en la agricultura, la cual va más allá
de la producción de biocombustibles, pues también se
están generando nuevos productos químicos, tejidos y
fibras, así como diversos subproductos de residuos de
materiales y procesos de diversificación de cultivos.
Puntualizó, sin embargo, que la agricultura de los
Estados Unidos enfrenta riesgos, algunos de los cuales
no son de tipo natural y aumentan la incertidumbre.
Dentro de estos mencionó las posibles restricciones
presupuestarias que se discuten en el Congreso del país
y que pueden afectar sensiblemente el grado de calidad
de los servicios para la agricultura2, así como los derivados de las barreras al comercio establecidas por otros
países y los generados por una política inmigratoria con
asuntos aún pendientes de resolver. Esos riesgos, dijo,
pueden resolverse con la adopción de medidas por parte del Congreso o la comunidad internacional, con decisiones científicamente sustentadas y con reglas acordadas en los diversos foros.
Pero hay otros riesgos sobre los que no se tiene control, como la sequía que afectó gravemente al país en
2012 y que motivó al presidente Barak Obama a crear
un “grupo de trabajo” —con participación de todas las
agencias federales— para tratar de mitigar los impactos. Además, el Presidente ha anunciado la adopción
en 2013 del Primer Plan para la Adaptación al Cambio
Climático, que incluye medidas para reducir el riesgo y
garantizar que los Estados Unidos sea una nación alimentariamente segura.
El exsenador Daschle, por su parte, ilustró con
ejemplos la importancia de la innovación para el desarrollo de la agricultura, pues contribuye a expandir la
producción y la seguridad alimentaria global, a afrontar
el reto de producir más con menos recursos y en forma
sustentable y a encarar de mejor manera mayores riesgos climáticos y desastres naturales.
Destacó, asimismo, la importancia de lo que denominó “las cuatro D” (democracia, defensa, diplomacia
y desarrollo) para la seguridad alimentaria mundial,
criticó el desperdicio de alimentos que no llegan a
consumirse y llamó la atención sobre la necesidad de
1. USDA Agricultural Outlook Forum No. 89.
2. El viernes 1.o de marzo de 2013 venció el plazo para lograr un acuerdo en el Congreso y dio inicio el denominado “secuestro del presupuesto”. Se han
empezado a ejecutar recortes de gastos para reducir el déficit fiscal (unos USD 85 000 millones), los que pueden constituirse en un gran freno para una
economía que recién empieza a tomar impulso para salir de la crisis.
establecer un “índice de seguridad alimentaria” que oriente las políticas públicas y la cooperación internacional.
A juicio del reconocido experto, la seguridad alimentaria deberá estar en el centro de los objetivos de las
políticas y engranar al planeta mediante la colaboración, la innovación y la educación.
Los pronósticos
La principal conclusión del Foro fue que en 2012 la
agricultura de los Estados Unidos se mostró económicamente fuerte, a pesar de la intensa sequía que se dio
en el país. Durante el año fiscal correspondiente, los ingresos de los productores alcanzaron niveles cercanos
a los récords y las exportaciones agrícolas superaron las
marcas históricas, en tanto las perspectivas financieras
se mantuvieron sólidas.
Los pronósticos para 2013 indican que el rendimiento de los cultivos se recuperará; por ejemplo, la producción de maíz y soya llegará a niveles récord, a pesar de
que la sequía seguirá presente en muchas zonas. Hacia
el segundo semestre, habrá precios más bajos para la
mayoría de los granos y oleaginosas. Los precios más
bajos de los cultivos deberían conducir a una reducción
de los costos de los alimentos y a generar una mejor
rentabilidad en los sectores de la ganadería, los productos lácteos y las aves de corral, cuyos precios se pronostican al alza en este año. Debe recordarse que durante
2012 en estos últimos sectores la sequía generó altos
costos en los piensos y problemas en las pasturas.
Se pronostica, además, que disminuirá la superficie
sembrada con los ocho principales cultivos (-1.6 %);
que el uso del maíz para la producción de etanol se
recuperará respecto a la caída observada durante 2012,
pero mantendrá niveles más bajos de los alcanzados
durante el período 2010-2011; y que los ingresos netos
de los productores agrícolas caerán levemente en relación con el año 2012, pero se mantendrán en niveles
históricamente altos. También se vaticina un aumento
en los precios de los alimentos para los consumidores
estadounidenses (3-4 %), pero se mantendrán por debajo de los niveles observados durante 2008 y 2011.
Asimismo, crecerá el valor de las exportaciones agrícolas de los Estados Unidos, las que alcanzarán un nuevo récord; por segundo año consecutivo, China será
el principal destino de esas exportaciones, seguida por
los socios estadounidenses en el NAFTA (Canadá y
México, en ese orden), Japón y la Unión Europea (UE).
Resulta importante destacar que la soya y el algodón representan dos tercios de las exportaciones hacia China.
En relación con las exportaciones hay otros aspectos relevantes: por ejemplo, Brasil superará por primera
vez a los Estados Unidos en la exportación de maíz, y
el volumen exportado de la mayoría de los productos
básicos (commodities) se mantendrá sin cambios o con
ligeros descensos. Asimismo, en cuanto a las reservas
globales de granos, se estima que serán menores las
de maíz (las más bajas desde el ciclo 1973-74), trigo
y arroz, pero mayores las de algodón y soya en grano.
Con una visión de más largo plazo, se pronostica que
en 2022 el crecimiento promedio de la economía mundial
será de 3.3 %. La de Estados Unidos crecerá a una tasa
menor del 2.6% y perderá peso en la economía mundial,
debido a que las economías de China e India continuarán posicionándose, al crecer 7.8 % y 7.5 % en promedio,
respectivamente. América Latina crecería en promedio a
una tasa de 4 %, impulsada por Chile, Brasil y Colombia.
El mayor aumento de la demanda por alimentos y de la
población tendrá lugar en los países del Tercer Mundo,
donde Medio Oriente y África serán los mayores responsables de la demanda adicional en los próximos diez años.
Se pronostica que a finales de la próxima década la
población mundial será mayor, pero crecerá a tasas menores del 1 %; que los precios del petróleo serán más
altos, pero la demanda se habrá desacelerado; y que el
valor del dólar será más débil que el actual.
Esas proyecciones previenen trayectorias diferentes
para la agricultura y la ganadería, derivadas de la evolución del consumo. El consumo de aceites vegetales por
habitante sufrirá un significativo incremento (17 %),
mientras que bajará el consumo per cápita de trigo y
arroz, debido a que la demanda por granos básicos para
la alimentación humana se dará en función de un crecimiento poblacional cada vez más lento. Únicamente
se incrementará el consumo por habitante de granos
gruesos (principalmente maíz, debido a la demanda de
China), en forma similar a lo sucedido en la década pasada con la soya. Las exportaciones de maíz de los Estados Unidos retomarán dinamismo a partir de 2014,
mientras seguirán creciendo las del Cono Sur y de los
países que integraban la antigua Unión Soviética.
En una próxima nota técnica se revisarán las principales conclusiones de los especialistas sobre la administración de riesgos en el
siglo XXI, el tema central del Foro.
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