Autumn Reading with Fun Activities Cómo Coyote le Regaló el Fuego al Pueblo Un Cuento Aborigen Americano Adaptado por Marie Swiston Illustraciones de Gary Tuttle Hace mucho tiempo, cuando el hombre recién empezaba a caminar por la Tierra, el fresco del otoño y el terrible frío del invierno eran épocas difíciles, especialmente para los muy jóvenes y los muy ancianos. Coyote, al igual que el resto de los animales, tenía un delicado abrigo de piel que le daba calor. Por eso, no se preocupaba cuando los días se hacían más cortos y los rayos del sol se hacían más débiles. Pero un día de primavera, mientras se acercaba a una aldea de humanos, escuchó los lamentos de sus habitantes por todas aquellas personas que habían desaparecido durante los crudos meses de invierno. “Nuestros niños, que tenían nuestro futuro en sus manos, han desaparecido,” decía llorando una anciana. “Nuestros abuelos, que tenían nuestro pasado en sus manos, han desaparecido,” decía llorando un joven. Coyote sintió una gran pena en su corazón y decidió hacer algo para ayudar a estos hombres y mujeres. Había viajado por todas partes y había visto la cima de la montaña donde vivían las Tres Protectoras del Fuego. Estas Protectoras eran egoístas y ocultaban el fuego, temerosas de que el hombre se volviera tan poderoso como ellas si de alguna manera llegaba a controlar el fuego. Entonces Coyote subió al trote la montaña de las Protectoras del Fuego y poco a poco fue acercándose al lugar donde ellas guardaban su precioso fuego.Cuando escucharon que alguien se acercaba, las Protectoras del Fuego se pusieron de pie, preparadas para atacar.“¿Quién anda por allí?” gritó una. “¡Muéstrate, ladrón!” dijo la segunda con un siseo. “No puedes esconderte de nosotras,” anunció la tercera. Cuando las Protectoras del Fuego vieron a un coyote común y corriente caminando entre los árboles, se relajaron.“Tan sólo es un coyote gris,” dijo la primera Protectora del Fuego, con un gran alivio.Coyote ignoró a las Protectoras del Fuego y ellas dejaron de prestarle atención. Coyote las observó durante tres días y tres noches para encontrar una manera de burlar la guardia que ellas hacían permanentemente. Se dio cuenta de que durante un pequeño instante por la mañana, nadie cuidaba del fuego, porque la Protectora que se sentaba al lado del fuego entraba al tipi para despertar a la Protectora que tomaría su lugar. Coyote pensó en un plan, pero necesitaba la ayuda de los demás animales. Entonces bajó despacio la montaña y reunió a algunos de sus amigos. Les explicó el dolor y la tristeza por la que estaban pasando los seres humanos y les contó de las Protectoras del Fuego que no querían compartir jamás su tesoro con los humanos. Los demás animales hablaron entre ellos y pronto acordaron ayudar a Coyote. Coyote regresó a la cima de la montaña y una vez más las Protectoras del Fuego reaccionaron con enojo al escuchar que se acercaba.“¿Quién anda por allí? Muéstrate, ladrón,” gritó una de ellas. Pero, al igual que antes, se relajaron cuando vieron al coyote. Coyote durmió el día entero y se despertó cuando el sol se estaba ocultando. Observó a dos de las Protectoras entrar al tipi para dormir, mientras la tercera se preparaba para cuidar el fuego. Cuando estaba amaneciendo, la Protectora que estaba al lado del fuego se puso de pie para llamar a su hermana que iba a reemplazarla. Entró al tipi y por un instante muy breve nadie se sentó a cuidar del fuego. Copyright 2010 Houston Chronicle chron.com/cie ® 1 Autumn Reading with Fun Activities Cómo Coyote le Regaló el Fuego al Pueblo Un Cuento Aborigen Americano “¡Despiértate!” Coyote la oyó decir.“Es tu turno de cuidar el fuego.” ¡Ésta era la oportunidad de Coyote! Coyote corrió rápidamente hacia el fuego, tomó una parte de la llama con sus dientes y empezó a escapar bajando por la ladera de la montaña. Las Protectoras del Fuego gritaron desesperadamente, pero no perdieron tiempo en la confusión y comenzaron a perseguir a Coyote rápidamente. A pesar de la velocidad de Coyote, las Protectoras lo alcanzaron exactamente cuando llegó al pie de la montaña. La Protectora del Fuego que más se había acercado a Coyote estiró el brazo para agarrarle la cola. Al tocarlo, la punta de la cola de Coyote se volvió blanca y por eso es que hoy día puedes ver que la punta de las colas de los coyotes es blanca. Coyote se dio cuenta de que pronto estaría al alcance de las Protectoras del Fuego.Vio que su amiga Ardilla estaba parada cerca de allí, lista para ayudarlo, y le lanzó la llama a ella, quien empezó a correr tan rápidamente como pudo. Las Protectoras del Fuego cambiaron de objetivo y empezaron a perseguir a Ardilla. Una de las Protectoras del Fuego alcanzó a Ardilla y le puso la mano sobre el lomo. El dolor hizo que Ardilla enrulara la cola hacia arriba y hacia atrás y es por eso que hoy día puedes ver que las colas de las ardillas son enruladas.Ardilla no permitió que el dolor la detuviera y logró pasarle la llama a Ardilla Listada, que estaba preparada para continuar el escape. Mientras Ardilla Listada corría velozmente, una de las Protectoras del Fuego cambió de dirección para seguirla. Mientras Ardilla Listada iba a toda velocidad, la Protectora estiró la mano y con las uñas le rasguñó el lomo, dejando marcadas las tres líneas que hoy día puedes ver en las ardillas listadas. Ardilla Listada sabía que no podía vencer a las Protectoras del Fuego. Miró rápidamente a su alrededor y decidió lanzarle la llama a Madera, que estaba en el suelo, lista para ayudar. Madera se tragó la llama y las Protectoras del Fuego no pudieron hacer nada más. No podían recuperar la llama que les habían robado. Intentaron hacerlo con halagos, amenazas y sobornos, pero Madera no quiso darles la llama que se había tragado. Finalmente, las Protectoras del Fuego se fueron, admitiendo su derrota. Luego de que se fueron, Coyote llevó a Madera al pueblo y les mostró cómo sacar la llama de ella, frotando dos palillos juntos. Desde entonces, el hombre estuvo cálido y cómodo durante los meses de invierno. Actividades de la historia 1. A los aborígenes americanos se los conoce por su respeto hacia toda la naturaleza. ¿Cómo demuestra ese respeto este cuento popular tradicional? ¿Cómo demuestra este cuento popular tradicional la cooperación necesaria para el medioambiente que debe existir entre el hombre y todo lo que lo rodea? 2. Busca en el Houston Chronicle un artículo sobre algún proyecto que demuestre que alguien respeta el medioambiente. Haz un resumen del artículo. ¿Crees que los aborígenes americanos que vivieron hace muchos años aprobarían este proyecto? Explica tu respuesta. 3. Los cuentos populares tradicionales suelen utilizarse para explicar todo lo que nos llama la atención del mundo que nos rodea. Este cuento popular tradicional cuenta la historia de cómo el hombre logró tener fuego por primera vez, pero también explica las características que los aborígenes americanos reconocían en algunos animales. ¿Qué explicaciones se incluyen en esta historia sobre el aspecto de los animales? Busca en el Houston Chronicle ilustraciones de animales con características inusuales. Si tuvieras que escribir un cuento popular tradicional, ¿cómo podrías explicar el aspecto de cada animal? Copyright 2010 Houston Chronicle chron.com/cie ® 2 Spring Reading with Fun Activities täx Y|Üx  V™ÅÉ VÉç Cómo Coyote le Regaló el Fuego al Pueblo M YâxzÉ tÄ câxu Autumn Reading with Fun Activities A Native American StoryUn Cuento Aborigen Americano wiston Tuttle arth, the chill difficult ery old ine fur when the d. But lage, been ve d ly ome as ain control ire Protectors and uarded their precious the Fire Protectors es there?” one e third. coyote making its way through the trees, they st Fire Protector, greatly relieved. Coyote chron.com/cie Copyright 2010 Houston more attention toChronicle him. ee days and three nights to learn how he Adaptado por Marie Swist Hace mucho tiempo, cuando el hom co del otoño y el terrible frío del invi muy jóvenes y los muy ancianos. Coyote, al igual que el rest que le daba calor. Por eso, no s los rayos d era, mient lamentos habían d “Nu manos “N mano ha H la Fu fueg pod trola En Protec lugar do escucharo se pusieron allí?” gritó una. “¡Muéstrate, ladrón!” dijo “No puedes esconderte de nosotras,” a Cuando las Protectoras del Fuego vieron árboles, se relajaron.“Tan sólo es un coyote g gran alivio. Coyote® ignoró a las Protectoras d Coyote las observó durante tres días y3 tre