CENTRO DE ESPIRITUALIDAD PAULINA – MÉXICO Pautas de retiro para el mes de diciembre LA COMUNIÓN DE LOS DISCÍPULOS EN LA IGLESIA INTRODUCCIÓN Seguimos el itinerario de la V Conferencia Latinoamericana y del Caribe – Aparecida, en el retiro de noviembre reflexionamos el capitulo 3º sobre la alegría de ser discípulos y misioneros para anunciar a Jesucristo. Y en preparación a la Jornada Alberoniana se puso a consideración reflexionar el capitulo 4º sobre la vocación de los discípulos y misioneros a la santidad. Ahora, proponemos el capitulo 5º la Comunión de los discípulos y misioneros en la Iglesia. No presentamos el texto del capitulo 5º, sólo una pequeña síntesis del contenido y algunas citas bíblicas que ayuden a nuestra reflexión, de manera particular podemos remitirnos al documento en los números 154-183. También proponemos dos textos del P. Alberione que indican la manera de entender la comunión en la familia Paulina y la garantía de ser fundados en sobre la Iglesia y el Vicario de Cristo. Una invitación en este mes a dar gracias por nuestra Iglesia, que es sacramento de unidad, casa y escuela de comunión, que proclama, celebra y vive esta realidad en la cotidianidad de nuestras relaciones con nuestras hermanas y hermanos, en comunidad, en la parroquia, en la diócesis, con nuestros pastores y con los miembros de la Familia Paulina. LA COMUNIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS EN LA IGLESIA Cuando Jesucristo llama y elige a sus discípulos crea entre ellos la comunión fraterna, una comunidad unida en Él. Sobre este cimiento crecen las piedras vivas, que son los discípulos de Cristo y construyen la Iglesia, Cuerpo de Cristo. La comunión de vida del discípulo con Cristo, por el bautismo, lo hace miembro de la Iglesia. Esta comunión tiene su fuente y cumbre en la Eucaristía. Por eso, es algo distintivo de los discípulos no poder vivir sin el Domingo, sin la participación activa en la Misa dominical, en la que sienten la necesidad de alimentarse de la Palabra y del Cuerpo y Sangre del Señor. Por esta pertenencia, el discípulo, asume la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, para que ella crezca en el mundo como casa y escuela de comunión., sabiendo que peregrina hacia el cielo, y para que llegue a la madurez del Amor en Cristo, hasta que Él vuelva. Esta vocación y misión del discípulo a la comunión es un don que se construye a través de la diversidad y pluralidad de naciones, lenguas, razas, costumbres. Para el discípulo las diferencias no dividen sino que enriquecen la unidad. Es indispensable, por lo tanto, que el discípulo de Jesucristo se forme y participe activamente en la vida de la comunidad parroquial y diocesana, según su propia identidad, con una formación sólida y diferenciada, y que profundice en el misterio de comunión y misión de la Iglesia. CITAS BIBLICAS: Mc 3, 14: Jesús, al inicio de su ministerio, elige a los doce para vivir en comunión con Él. Mc 6, 31-32: Para favorecer la comunión y evaluar la misión. Mc 4, 11.33-34, Lc 10, 17-20: Se encontrará con los discípulos para explicarles el misterio del Reino. 1 Jn 1, 3: Los discípulos de Jesús están llamados a vivir en comunión con el Padre. 2 Co 13, 13: Comunión en el Espíritu Santo. Hch 2, 42: La comunión de la Iglesia se nutre con el Pan de la Palabra de Dios. Jn 17, 21: La Iglesia, como “comunidad de amor. Jn 13, 34: La Iglesia “atrae” cuando vive en comunión. PALABRA DEL FUNDADOR AD 33-35 Quiso el Señor que nuestras congregaciones fuesen cuatro, pero podemos decir: «El amor de Cristo nos ha congregado en un solo ser..., así que cuando nos reunamos estemos atentos a no dividirnos espiritualmente». Se da un estrecho parentesco entre ellas, pues todas han nacido del Sagrario. Tienen un único espíritu: vivir la vida de Jesucristo y servir a la Iglesia. Hay quien representa a todos intercediendo ante el Sagrario; hay quien difunde, como desde lo alto, la doctrina de Jesucristo; y hay quien entra en contacto directo con las personas. Se da entre ellas una íntima colaboración espiritual, intelectual, moral, económica. Existe separación en cuanto a gobierno y administración; pero la Sociedad de San Pablo es nutricia de las otras tres. Sí, hay separación, pero [existe] un vínculo íntimo de amor, más noble que el vínculo de la sangre. Hay independencia entre ellas; pero se da un intercambio de oraciones, de ayudas, de diversas formas: la actividad va por separado, pero debe darse una coparticipación en las alegrías, en las penas y en el premio eterno. AD 350 Siento, delante de Dios y de los hombres, la grave responsabilidad de la misión que el Señor me ha confiado; si él hubiera encontrado una persona más indigna e incapaz, la habría preferido. Esto es para mí y para todos garantía de que el Señor lo ha querido y él mismo lo ha hecho realizar; igual que el artista toma cualquier pincel, de poco valor y a oscuras de la obra que se va a realizar, aunque sea un hermoso Jesucristo divino Maestro. Estamos fundamentados sobre la Iglesia y el Vicario de Jesucristo, y esta convicción inspira seguridad, alegría, aliento. PARA LA PROFUNDIZACIÓN ¿A qué nos llama Jesús? ¿De qué manera valoramos los sacramentos como fuente de gracia y de comunión eclesial? ¿Promovemos la participación de todos los miembros del Pueblo de Dios, con sus carismas y ministerios, en proyectos de formación y evangelización que fortalezcan la comunión eclesial y la unidad de Familia Paulina? La vida consagrada es un camino de especial seguimiento de Cristo, para dedicarse a Él con corazón indiviso, según el carisma propio de cada Instituto. ¿Qué consecuencias tiene para la comunión en la Iglesia ese dedicarse a Él con corazón indiviso? ¿Cómo se manifiesta esa dedicación en nosotros como consagrados y consagradas miembros de un Instituto en la Familia Paulina? Pautas preparadas por la Hna. Ma. Beatriz Serrano García. pddm