CISDE Observatorio

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Oficina de
Comunicación Social
Gabinete AJEMA
12 de mayo de 2015
Núm. De Página:
“El TEAR es una gran unidad de combate, completa en
sí misma”
11 mayo, 2015 - Verónica Sánchez Moreno
En su primer empleo como teniente, allá por el año
1981, fue destinado al Tercio de Armada de San
Fernando (Cádiz), y desde hace casi dos años es su
máximo responsable. Entrevistamos en exclusiva al
general de brigada Comandante del Tercio de Armada
de Infantería de Marina (GETEAR) Javier Hertfelder de
Aldecoa y hablamos con él de esta unidad “única en las
Fuerzas Armadas españolas”, versátil y de carácter expedicionario, cuyos miembros son
“combatientes de primera” y que “anhela desplegar una Fuerza de cierta entidad en una
operación en el exterior”
En 1769 se construyó el Cuartel de Batallones del Tercio de Armada de San Fernando. Desde
entonces, ¿cuánto ha cambiado esta unidad?
No cabe duda de que esta Unidad ha cambiado significativamente, a la par que han evolucionado a
lo largo de la historia la tecnología y la forma de combatir. La Infantería de Marina ha
experimentado numerosas vicisitudes, tanto en su estructura como en sus propios cometidos,
desde que se crease en 1537 al vincularse permanentemente a la Real Armada algunos Tercios de
Infantería que, embarcados en las escuadras de galeras y galeones, combatían por mar y tierra.
Algunos de estos cambios fueron implantados para adaptarse a las propias circunstancias
históricas, que requerían que la Infantería de Marina luchase por tierra dejando en segundo plano
su papel anfibio, y otros fueron consecuencia de la aparición de nuevas armas y equipos en el
campo de batalla fruto de los avances tecnológicos.
De hecho, el “Quartel de Batallones de Marina” fue construido a finales del siglo XVIII para albergar
a seis Batallones de Marina que, basados en San Fernando, tenían la doble finalidad de custodiar
barcos y plazas. A pesar de que en ese momento de nuestra historia se había perdido en gran
medida su capacidad anfibia y por ende expedicionaria y de combate terrestre, acontecimientos
tales como la Guerra de la Independencia y la defensa de nuestras colonias, hizo que esos infantes
de Marina volviesen a recuperar la mentalidad anfibia mediante las llamadas “columnas de
desembarco”, en detrimento de los abordajes que fueron perdiendo progresivamente su valor
táctico en el combate naval, y se escribiese, de manera individual y colectiva, muchas de las
principales gestas del Cuerpo.
¿Y cuándo se produjo el gran cambio?
A mediados del siglo pasado, con la creación del llamado Grupo Especial en San Fernando, bajo el
mando de un general de brigada, y la potenciación de los medios de desembarco, mediante la
adquisición de lanchas y buques anfibios, se recupera en toda su plenitud la capacidad anfibia y
expedicionaria, que se cimentó definitivamente en 1969 con la creación del “Tercio de Armada”,
basado en este mismo “Quartel de Batallones de Marina”. Hoy en día, esta capacidad anfibia y
expedicionaria se basa en la Brigada de Infantería de Marina.
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Pero aun así, se podrían destacar dos elementos comunes que nos ligan a aquellos infantes que
combatían sobre las cubiertas de madera de nuestros buques. El primero es que la Infantería de
Marina es y ha sido siempre Armada, de lo que nos sentimos muy orgullosos, además de
garantizar que podamos cumplir nuestra misión principal como fuerza de desembarco. Es decir, ser
capaz de proyectar el poder naval sobre la costa por medio de unidades que, partiendo desde los
buques, puedan llegar a tierra sin merma de su capacidad de combate. Otro elemento que no ha
cambiado es la tradicional importancia que se le ha dado a la adecuada formación de nuestro
personal. No hay que olvidar que la Infantería de Marina es un Cuerpo pequeño y que su
naturaleza es claramente expedicionaria. Esta circunstancia obliga a que nuestras unidades sean
ligeras, a que las organizaciones operativas que constituimos sean muy versátiles, y a que
procuremos en todas nuestras actividades dejar una pequeña huella logística sobre el terreno.
Todo ello nos exige disponer de personal de la mejor calidad, ya que cuando falten otros recursos,
será su iniciativa, basada en una sólida formación técnica y psicofísica, la que permitirá superar las
dificultades y cumplir con éxito la misión.
¿Qué capacidades de la Brigada de Infantería de Marina (BRIMAR) destacaría?
El Tercio de Armada (TEAR) tiene la característica exclusiva de ser una Gran Unidad de combate
completa en sí misma, al integrar en su estructura orgánica un conjunto equilibrado de capacidades
de combate, apoyo al combate y apoyos de servicio de combate que son sinérgicos. Esto le
permite generar organizaciones operativas versátiles aptas para llevar a cabo la práctica totalidad
de operaciones, en y desde la mar y tierra adentro, en todo tipo de escenarios.
Ahondando en las características propias de la BRIMAR cabe igualmente destacar, como
característica igualmente singular, su versatilidad, capacidad de alistar diferentes organizaciones
operativas conformadas de acuerdo a los cometidos específicos a realizar. Esta capacidad no se
improvisa, ya que no sólo requiere una estructura específica, sino también del desarrollo de rutinas
y procedimientos muy elaborados, dilatada experiencia, integración de las distintas unidades y
sistemas, ejercicios continuados y de una mentalidad expedicionaria, inherente a la condición de
Fuerza Naval que compartimos con los buques de la Flota.
En definitiva, el TEAR por su propia naturaleza es una brigada especial, que puede realizar
cometidos más allá de los estrictamente convencionales, pudiendo ser identificada como unidad
generadora de la Fuerza de Entrada Inicial del núcleo de la Fuerza Conjunta. En ella destaca el
efecto multiplicador que le proporciona la integración de todas las funciones de combate en las
distintas organizaciones operativas que puede generar y su cohesión e integración con los buques
anfibios sin necesidad de ningún adiestramiento complementario que sería esencial entre unidades
de distinta procedencia.
Por lo que de distintivo y diferenciado tiene, la hacen única en las Fuerzas Armadas españolas, no
es como una brigada del Ejército de Tierra, ya que el simple hecho de ser Armada facilita nuestra
habilidad, cohesión y disposición para embarcar y desplegar en orden de combate sin necesidad
de pre-alerta y en un mínimo plazo de tiempo, una fuerza integrada y equilibrada en todas las
funciones y con una potencia de combate resolutiva en tierra.
¿Cómo describiría al infante de Marina del Tercio de Armada?
El infante de marina del TEAR responde en gran medida al estereotipo del soldado de los Tercios
españoles: soldado viejo en el oficio con unas ansias enormes por entrar en acción.
El TEAR aspira en todo momento a disponer de un personal motivado, altamente adiestrado y
plenamente comprometido con su Unidad. El conseguirlo no es tarea fácil. A los valores
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tradicionales, seña de identidad del Cuerpo de Infantería de Marina, hay que añadir la competencia
profesional de sus componentes, fruto de un esfuerzo continuado por la excelencia.
En esa búsqueda de la excelencia, hay un nuevo factor multiplicador con el que contamos: todo
infante de Marina es, ante todo, un fusilero. La necesaria especialización de nuestros hombres y
mujeres no se hace en detrimento de su adiestramiento básico como combatientes. Al contrario, la
polivalencia que nos caracteriza se fundamenta en una sólida formación como “infantes de a pie”,
que es perfeccionada mediante distintas aptitudes y especialidades, necesarias para el desarrollo
de nuestros cometidos operativos, bajo la inherente austeridad de las operaciones expedicionarias.
Pero el camino hacia la excelencia no es tarea fácil. En este sentido, las unidades del TEAR llevan
a cabo su preparación en ambientes complejos hasta nivel sección/pelotón, con el objetivo de ser
capaces de combatir una batalla única en un espacio discontinuo. Y ese es el reto: hacer de todos
los infantes de marina del TEAR combatientes de primera, seguros de sí mismos y con una gran
confianza en las capacidades de la propia unidad.
Todo ello lleva a la necesidad de fomentar la iniciativa en todos los niveles de mando. Se busca
contar con líderes al mando de las unidades subordinadas, ejemplares y competentes, y no meros
jefes, que ejerzan su acción de mando mediante la influencia y el ejemplo, siendo capaces de
actuar en ausencia de órdenes pero en todo momento en línea con mis intenciones como
Comandante del TEAR, creando unidad de esfuerzo en la acción. El objetivo es conseguir que
nuestras unidades sean capaces de actuar alejadas entre sí, sin posibilidad de apoyo mutuo, con
gran dispersión, en un escenario donde sea un reto permanente ejercer el mando y control, y
donde se exija a los comandantes de unidad una ejecución descentralizada.
En definitiva, el modelo de infante de Marina del TEAR es el de un profesional responsable e
inteligente, con confianza en las capacidades de los medios de combate de la Unidad, y en
permanente preparación para el desarrollo de los cometidos más difíciles que se le pudieran
asignar. Sin lugar a dudas, es el mayor activo con el que contamos y que debemos mantener.
¿En qué misiones en el exterior participan actualmente y cuál es su labor en las mismas?
Las misiones en el exterior en las que actualmente participa el TEAR implican organizaciones
operativas de muy pequeña entidad. Al contrario de lo que inicialmente se pueda pensar, esto
supone un esfuerzo de planeamiento y preparación importantes, por cuanto obliga a seleccionar
minuciosamente el personal y medios necesarios para aportar las capacidades operativas que se
les exigen. Por otra parte, la designación de personal y medios tan específicos debe hacerse sin
detrimento de las capacidades y grado de alistamiento requeridos a las organizaciones operativas
implicadas en el núcleo de la Fuerza Conjunta, que, no lo olvidemos, es hoy por hoy nuestro
cometido principal.
Junto a la Fuerza de Guerra Naval Especial, participamos con un Equipo EOD (de desactivación de
explosivos) en la Misión de Asistencia Militar para la creación de la Unidad de Operaciones
Especiales de la Guardia Nacional de la República de Cabo Verde.
Finalmente, el TEAR tiene el cometido de proporcionar los Equipos de Seguridad Operativos (EOS)
de carácter expedicionario. En este sentido, los EOS participan a bordo de nuestros buques en la
lucha contra la piratería en el océano Indico, Golfo de Adén y Costas de Somalia en la Operación
Atalanta, en la Operación Active Endeavour de la OTAN en el Mediterráneo y en apoyo al Plan de
Diplomacia de la Defensa en la costa africana.
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Sin embargo el TEAR, por exigencia de su propia e innata mentalidad expedicionaria, anhela
desplegar una Fuerza de cierta entidad en una operación en el exterior demandante, cuando así se
requiera, lo que influirá positivamente en la motivación de sus componentes y compensará el
intenso adiestramiento que realizan además de sentirse útiles a esa sociedad a la que sirven.
Asumió el mando del TEAR en agosto de 2013, ¿qué cambios se han realizado en esta
unidad desde su llegada?
Tal como he indicado al principio, el Tercio de Armada ha
desarrollado una adaptación orgánica compleja, diseñada
en torno a los criterios de la Armada sobre una
organización basada en procesos de trabajo y dirigida a
mejorar el diseño de sus “servicios logísticos”.
También se ha incidido en la potenciación de las
características inherentes que una fuerza anfibia y
expedicionaria debe poseer: alto grado alistamiento,
disponibilidad prácticamente inmediata y una austeridad
que facilite su supervivencia, incluso sin el apoyo de una
nación anfitriona. En este sentido, se han potenciado los
ejercicios anfibios, de combate terrestre en escenarios muy
demandantes,
incluyendo
los
correspondientes
despliegues logísticos, lo que ha facilitado incrementar el
nivel de integración con los buques anfibios.
No cabe duda que la entrada en servicio del buque de
proyección estratégica “Juan Carlos I” ha aumentado
notablemente las capacidades de los buques anfibios, y
nos ha permitido incrementar nuestro nivel de ambición en
cuanto a la entidad de la Fuerza de Desembarco a
desplegar, pasando de un Batallón Reforzado (BRD) a una
fuerza de más de 1.500 efectivos con todos sus apoyos.
Igualmente se ha potenciado el despliegue de una Base Logística semi-permanente, capaz de dar
cobertura a una fuerza de más de 1.500 efectivos con todos sus medios de combate, apoyando
incluso el establecimiento en tierra de una Unidad Aérea Destacada (UNADEST) para mejorar
nuestra capacidad de realizar despliegues logísticos como respuesta a crisis humanitarias.
En otro orden de cosas, se ha creado en el seno de la BRIMAR el Grupo de Apoyo Especializado a
Operaciones Especiales (GAES). El GAES tiene una entidad de nivel Subgrupo Táctico, aunque
puede incrementarse hasta nivel Grupo Táctico, e incluye todas aquellas capacidades de la
BRIMAR que pueden apoyar las operaciones de una Fuerza Operativa Conjunta de Operaciones
Especiales, tales como EOD, NBQ, tiradores selectos, ACAF, guerra electrónica, unidades ligeras
de asalto y de apoyo de fuego, equipos WIT, HUMIT, etc. El GAES realiza un adiestramiento
integrado durante seis meses junto a unidades de la FGNE antes de ser evaluada para realizar sus
cometidos.
Por último, y del mismo modo que el nivel de ambición de la Fuerza de Desembarco capaz de
proporcionar el TEAR ha pasado de un Batallón (BRD) a una Agrupación Reforzada de
Desembarco (ARD), ha existido una evolución en su concepto de empleo como Brigada especial
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que es, al orientar su adiestramiento hacia el de una Fuerza Especial (SOC, Special Operations
Capable). De esta forma, se dispone de uno de los batallones del elemento de combate terrestre
de la ARD con posibilidad de realizar ciertos cometidos de operaciones especiales, mediante la
utilización de tácticas, técnicas y procedimientos similares al de estas unidades.
¿Cómo ha afectado la crisis económica al TEAR?
En sus comienzos, allá por el año 2008, la crisis económica afectó de forma muy significativa al
TEAR, de hecho se redujeron drásticamente los recursos disponibles para el adiestramiento, el
sostenimiento de los medios e infraestructuras y las inversiones en nuevos equipos y sistemas,
afectando, en un momento determinado, a su nivel de alistamiento; disponibilidad y capacidad
operativa.
Sin embargo, esta situación de restricciones económicas se vio suavizada en la segunda mitad de
2013, lo que permitió incrementar sensiblemente el adiestramiento hasta alcanzar, hoy en día, unos
niveles más que aceptables.
Los dos aspectos en los que la crisis está dejando una mayor huella son las nuevas adquisiciones
y el mantenimiento del material. Estos capítulos necesitan un incremento considerable, siendo
apremiante un esfuerzo económico importante en el sostenimiento y en la modernización y
renovación de ciertos medios que se encuentran en su último tercio de vida útil.
En este punto, cabe reseñar que, teniendo en cuenta que el binomio BRIMAR/Buques Anfibios
constituye una capacidad única, exclusiva e irreemplazable al servicio de la Fuerza Conjunta y, por
ende, a la Defensa Nacional, el rendimiento que puede derivarse del esfuerzo económico requerido
para renovar y mantener sus materiales es muy elevado. Aún queda mucho camino por recorrer
para disponer de unas infraestructuras en consonancia con los tiempos que vivimos y de la Unidad
Especial de la que estamos hablando.
¿Hacia dónde se dirige el Tercio de Armada?
Se podría sintetizar en los siguientes aspectos:
Consolidación y posible depuración, como consecuencia de la experiencia en su aplicación, de la
nueva estructura de la BRIMAR que nos facilitará incrementar el nivel de alistamiento y disponer de
un alto grado de supervivencia, que creo son esenciales para cualquier fuerza expedicionaria o de
entrada inicial.
En el aspecto operativo, el TEAR se dirige a potenciar su papel como fuerza capaz de aportar
capacidades únicas al Núcleo de la Fuerza Conjunta. Su capacidad para generar organizaciones
operativas versátiles, lo suficientemente ligeras para proporcionar una rápida respuesta y lo
suficientemente pesadas para imponerse en el litoral, con reducida huella logística, unida a la
movilidad que le otorga su naturaleza anfibia e integración con los buques de la Armada, le hacen
especialmente adecuada para ser empleada como fuerza de primera respuesta, tanto en
operaciones convencionales como en Operaciones de Respuesta de Crisis, pudiendo ser
identificada como la Fuerza de Entrada Inicial de una Fuerza Conjunta. Y esa es nuestra naturaleza
y principal objetivo.
Además, y aprovechando su naturaleza de Fuerza especial, reseñar el mencionado esfuerzo
emprendido para potenciar y profundizar en diversos aspectos relacionados con las operaciones
especiales, como son la generación del GAES (SFSG) y la consolidación de uno de los Batallones
en alta disponibilidad como Fuerza Especial (SOC).
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Por otro lado, quiero volver a incidir en dos aspectos que considero prioritarios y urgentes acometer
en un futuro inmediato: la renovación y modernización de ciertos materiales y sistemas y la
adecuación de unas infraestructuras que no olvidemos fueron diseñadas en los ‘90 según los
estándares del servicio militar obligatorio. Para ello es imprescindible contar con unos recursos a
corto y medio plazo que permitan acometer de forma urgente unos programas plurianuales que
solventen esta importante carencia.
Finalmente, otro aspecto que se encuentra en vías de desarrollo, es la colaboración operativa con
la unidad de intervención inmediata para África del Cuerpo de Marines desplegada en la Base
Aérea de Morón (SPMAGTF-CR-AF).
La Estrategia de Seguridad Nacional de 2013 define la zona de interés vital para la seguridad de
España al espacio delimitado por el Mediterráneo y el Sahel al norte y sur; y por el Golfo de Guinea
y el Cuerno de África al oeste y este respectivamente. Asimismo, en su comparecencia de julio de
2014 ante la Comisión de Defensa del Congreso, el Ministro de Defensa recalcó la importante
atención que presta la Defensa Nacional a los diversos asuntos referidos a la orilla sur del
Mediterráneo y el Sahel; y que España es el único país europeo con una parte de su territorio
ubicada en el continente africano, siendo por tanto su seguridad un interés vital.
Todo ello me ha llevado a plantear la conveniencia de incluir en el Núcleo de la Fuerza Conjunta
una fuerza expedicionaria, con capacidad de actuar conjuntamente con el SPMAGTF-CR-AF, y
generada principalmente por el TEAR, en base a su inherente capacidad de respuesta rápida,
convirtiéndose así en el actor de referencia en la gestión de crisis en una zona de interés vital para
la Seguridad Nacional. En ello estamos trabajando.
El documento “Líneas Generales de la Armada. Año 2012” contiene los objetivos que el
AJEMA pretendía y pretende impulsar al frente de la Armada. ¿Cree que se están
cumpliendo dichos objetivos?
Se han dado pasos hacia adelante en la consecución de los objetivos establecidos por el AJEMA.
Si analizamos estos objetivos pormenorizadamente:
Garantizar el correcto alistamiento de la Flota para que la Armada pueda cumplir sus misiones:
Gracias a las medidas adoptadas para paliar los efectos de la crisis sobre las actividades y
preparación, cuando han comenzado a incrementarse los recursos, se ha conseguido restituir el
grado de alistamiento hasta niveles más que aceptables de forma relativamente rápida.
No ha sido fácil y ha conllevado un esfuerzo de planeamiento considerable, debido a la
imprevisibilidad de la cuantía y fecha de disponibilidad de los recursos asignados. Este esfuerzo ha
incluido la revisión, rigurosa y austera, de los planes de adiestramiento de la BRIMAR, para
orientarlos hacia el alistamiento de las unidades asignadas al Núcleo de la Fuerza Conjunta. De
este modo y tras un intenso 2014, pleno de actividades de adiestramiento, el TEAR está en
condiciones de que una Agrupación Reforzada de Desembarco (ARD) sea evaluada y, en su caso,
certificada en A2, lista para ser empleada, como parte de la Fuerza Conjunta, en los escenarios
más demandantes.
Velar porque el personal de la Armada esté convenientemente motivado y adiestrado: Además de
los valores tradicionales de nuestro Cuerpo (lealtad, honor, disciplina, espíritu de sacrificio y
compañerismo), se fomenta la competencia profesional de todos y cada uno de sus componentes.
Administrar con rigor y austeridad los recursos económicos y materiales disponibles: Se han
aprovechado cuantas oportunidades de adiestramiento han surgido, empleando nuevas zonas y
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rentabilizando al máximo las ya existentes. Los adiestramientos más costosos se han aprovechado
para potenciar capacidades conjuntas y aquellas que no pueden ser practicadas por otros medios.
Para potenciar las capacidades básicas se han utilizado zonas de adiestramiento próximas,
simuladores y otros medios de menor demanda en términos económicos, de combustible o
desgaste de material.
Lo anterior, junto a una rigurosa ejecución de los mantenimientos preventivos y correctivos en los
escalones más bajos, ha permitido, en una época de gran limitación presupuestaria, alcanzar un
altísimo nivel de operatividad de los medios de la BRIMAR.
Efectuar los cambios orgánicos necesarios y asegurar que la organización resultante sirve a los
fines que se persiguen: El TEAR está actualmente inmerso en una adaptación orgánica, cuya
finalización se prevé en julio de 2015 y que implica los cambios necesarios para potenciar y
equilibrar su organización, buscando la máxima eficiencia y potenciando una estructura que se
corresponda con su carácter expedicionario y de permanente disponibilidad. Así, desaparecerá la
Unidad de Base, cuyos cometidos asumirán el Estado Mayor, el Grupo de Apoyo de Servicios de
Combate (GASC) y la Ayudantía Mayor, en beneficio de un aumento de las capacidades de apoyo
de servicios de combate de la BRIMAR.
Preservar la capacidad operativa de la Flota del futuro, mediante los correspondientes planes de
renovación: Está prevista la renovación de los vehículos, sistemas de armas (morteros, obuses,
etc), embarcaciones de asalto y medios de obtención y visión nocturna. Sin embargo, seguimos
teniendo una asignatura pendiente, como es la renovación de nuestros vehículos anfibios de asalto
y nuestros carros de combate. Está previsto este año la llegada al TEAR de los primeros vehículos
de alta movilidad táctica (VAMTAC) y sustitutos de los famosos HUMMER, aunque en un número
muy inferior al deseado. Por esta razón, está en estudio una solución interina que permita resolver
esta importante carencia.
Dar a conocer la actividad de la Armada: Por una parte, se han organizado actos de cara a la
sociedad, como arriados solemnes y exposiciones estáticas de material y dinámicas de unidades.
Cabe significar que este esfuerzo no resulta baladí, pues implica compatibilizar la preparación de
estos eventos con unos Planes de Preparación y Actividad de la Fuerza que son realmente muy
demandantes. Por otra parte, también damos máxima difusión a todas nuestras actividades.
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