Presentación del Camino Real de Guadalupe

PRESENTACIÓN DEL CAMINO REAL DE GUADALUPE
(Móstoles, 28 de septiembre de 2013)
Excelentísimo Señor Presidente del
Gobierno de Extremadura.
Excelentísimo Señor Alcalde de
Móstoles.
Representantes de las asociaciones
extremeñas
y
de
las
Casas
de
Extremadura en la Comunidad de
Madrid.
Señoras
y
señores.
amigos.
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Queridos
Doy mi más cordial bienvenida a
Madrid al Presidente del Gobierno de
Extremadura, mi buen amigo José
Antonio Monago.
Para nosotros es un honor y una
satisfacción que esté hoy en Móstoles,
inaugurando este tramo del Camino de
Guadalupe.
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Como han podido comprobar, José
Antonio reúne todas las cualidades de
un buen extremeño. Buen hablador,
trabajador, inteligente y, sobre todo,
amante de su tierra.
Quiero agradecer también a otro
buen amigo, a Daniel Ortiz, el alcalde
de Móstoles, su invitación para estar
hoy aquí.
Como le he dicho a Daniel: siempre
es un placer venir a Móstoles, pero
hoy, además, de un placer, para mí era
algo necesario.
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Estar
hoy
en
Móstoles
para
presentar este tramo del camino a
Guadalupe para mí era inevitable, no
sólo como Presidente de la Comunidad
de Madrid, que también, sino como un
extremeño más.
Mi padre es extremeño, nacido en
Cáceres. De Cáceres es toda mi familia
paterna. Allí es donde he pasado
muchos momentos de mi infancia y de
mi juventud; y allí también hice mi
servicio militar, en el CIR de Santa Ana
que algunos recordaréis.
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Voy a menudo a Extremadura y,
cuando lo hago, sé que vuelvo a mi
casa.
Aprecio Extremadura no como un
visitante, sino como un hijo suyo, como
alguien que tiene sangre extremeña y
que admira y quiere profundamente
esa tierra.
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Conozco
bien
Extremadura.
Conozco su historia, sus lugares y,
sobre todo, conozco a su gente. Por
eso
es
para
mí
una
satisfacción
personal presentar hoy este tramo de
un camino que une dos regiones que
siento mías.
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Pero hoy hacemos algo más que
abrir
un
tramo
del
camino
de
peregrinación a Guadalupe. Hoy, con
este sencillo acto, estamos diciendo
que creemos en la unión de nuestras
dos regiones, que queremos tener un
mayor y más profundo contacto entre
nosotros y que sabemos que Móstoles
y
Guadalupe,
que
Extremadura
y
Madrid, no son dos simples lugares
geográficos que se unen con un
camino, sino dos tierras hermanas que
forman parte de un proyecto histórico
fraguado durante siglos y de una gran
nación que nos une a todos, que se
llama España.
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Este acto representa muchas cosas.
Quienes
han
hablado
antes
han
explicado la importancia del camino y la
vinculación de nuestras dos regiones.
Pero yo quiero sacar hoy de todo ese
pasado común una lección que nos
aliente en el presente y que nos sirva
para el futuro.
Muy cerca de donde estamos, hace
ya 205 años, se escribió uno de los
documentos
fundacionales
de
la
España moderna, de la nación de
ciudadanos libres e iguales que hoy
disfrutamos.
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Aquí, en Móstoles, el 2 de mayo de
1808,
los
Hernández
alcaldes
Torrejón
firmaron
un
y
bando
destinado a alertar a los pueblos
ubicados en el camino de Extremadura
del levantamiento del pueblo de Madrid
contra las tropas francesas.
Fue por un camino similar al que
hoy inauguramos por donde llegaron al
pueblo extremeño las noticias del
levantamiento contra el invasor. Y fue
por ese mismo camino por el que
Extremadura
acudió
Madrid.
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a
socorrer
a
También fue en ese camino que une
nuestras
dos
regiones
donde
comenzaron a oírse las ideas de
libertad, de igualdad y de fraternidad,
que todavía hoy tenemos presentes.
De
libertad
para
respetar
los
derechos de cada persona y para
valorar sus esfuerzos buscando la
prosperidad para él y su familia.
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De igualdad de todos ante la Ley,
sin privilegios y sin discriminaciones,
para que, como decía Mariano José de
Larra “no se reconozca otra aristocracia
que la del talento, la virtud y el mérito”.
Y de fraternidad, entendida como la
solidaria unión que tiene que haber
entre todos, máxime si, como vemos
hoy
aquí,
supone
hermanos.
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la
unión
entre
Todas
esas
transmitiendo
ideas
se
inicialmente
fueron
por
un
camino que comunicaba Extremadura y
Madrid. Y aunque simplemente fuera
por
eso,
deberíamos
sentirnos
orgullosos de inaugurar una nueva vía
que una nuestras dos regiones.
Pero el acto que hoy celebramos
nos debe enseñar algo más.
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Este
camino
nos
lleva
hasta
Guadalupe, que es por derecho propio
sede
de
la
Hispanidad
por
su
vinculación con la unidad nacional bajo
los Reyes Católicos. De allí parte otro
camino hasta Yuste, donde murió el
Emperador
Carlos
V,
y
que
es
considerada desde entonces imagen
histórica de la universalidad y de la
Unión Europea.
Extremadura y Madrid son, por
tanto, protagonistas principales de la
historia de España, de Europa y de
América.
Protagonistas
con
mayúsculas de la Historia Universal.
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Nosotros somos herederos de esa
historia y depositarios de ese legado.
Nosotros, madrileños y extremeños, no
sólo somos españoles y universales
por nacimiento. Lo somos por vocación.
Lo
somos
orgullosos
porque
de
ser
universales.
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nos
sentimos
españoles
y
Todos los que estamos hoy aquí,
tenemos la seguridad de compartir una
historia, una tradición y un sentimiento
claramente nacional. Y por eso no nos
gusta la desunión, no nos gustan las
disputas entre hermanos, no nos gusta
la idea de separar y no nos gusta que
alguien busque permanentemente lo
poco que nos diferencia y no la
inmensidad que nos une.
Hoy inauguramos un tramo de un
camino, pero queremos que sea algo
más que un simple tramo de un
camino. Queremos que sea un símbolo
de unión entre todos nosotros.
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Podemos sentirnos orgullosos de lo
que hemos conseguido a lo largo de la
historia
trabajando
juntos.
Nuestra
obligación ahora no sólo es evitar que
se destruya todo lo que hemos logrado,
sino que es continuar esa obra.
Esa debe ser nuestra tarea. Ese
debe ser nuestro discurso. Y ese es
nuestro deseo para los hombres y
mujeres de Madrid, de Extremadura y
de todas las tierras de España.
Muchas gracias.
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