historia civil - Asociación Cultural Ubetense Alfredo Cazabán Laguna

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Ginés de la Jara Torres Navarrete
Historia de Torreperogil
HISTORIA CIVIL
Asociación Cultural Ubetense «Alfredo Cazabán Laguna»
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Ginés de la Jara Torres Navarrete
Historia de Torreperogil
ORÍGENES DE TORREPEROGIL.
Y dijo Elohim Yahveh: «Hágase la tierra». Y creó los pájaros, los árboles,
el agua y todo lo demás, y desde entonces Dios dotó a nuestro pueblo de
unas tierras ricas con sus lomas onduladas, sus arroyos y sus suaves
laderas que besa el río más poético del mundo. Y Dios, al ver tantas cosas
bellas creó al hombre para que dominara todo lo creado y lo dotó de
inteligencia. Y como el hombre era inteligente, un día, en la lejanía de los
tiempos se estableció en nuestros campos, habitó en sus cuevas y cultivó
sus tierras.
Y todas las culturas conocidas han pasado por este lugar privilegiado,
y ya, históricamente, los primeros habitantes de este hermoso pueblo
fueron a buen seguro algunos comerciantes fenicios que procedentes de
Gades se internaron por estas tierras de Al-Andalus en busca de sus naturales riquezas. De ahí las monedas fenicias encontradas en sus tierras.
Y las legiones invencibles de Roma clavaron aquí su estandarte
civilizador fortificando el lugar para defenderlo. Y junto al legionario llegó el
labriego que con su arado surcó por vez primera la tierra virgen de «La
Cerruza», «La Guindalera» o «Los Oscuros».
Y cruzaron nuestras tierras de calzadas y por ellas caminaban los
correos del emperador y las grandes caravanas que llevaban a Roma los
minerales, el trigo y el aceite y traían a cambio la len-gua madre el derecho
latino y la cultura que hizo posible posteriores gestas hispanas.
Las comunicaciones de que gozaron estas tierras no fueron ajenas al
rápido crecimiento de esta población, pues «...otros caminos antiguos de
cierta importancia, vienen a cruzar el de los Cartagineses a lo largo de su
recorrido, siendo el primero una desviación de la Vía Romana hacia Granada
que lo cruza cerca del Castellar de Santisteban y continúa por Sabiote y
Torreperogil...» .1
Otra de las vías romanas que cruzaron por tierras de Torreperogil fue
la que, procedente de Cástulo, llegaba hasta Málaga y que viniendo por
Úbeda cruzaba el paraje que hoy conocemos por «La Cerruza» a muy pocos
metros del casco actual de la población.
Se nos ha dicho que lo que es hoy Torreperogil sería una «statio»
1
Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, núm. 38, pág. 25.
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romana, cosa que así lo hace pensar los hallazgos y objetos encontrados en
sus cercanías, pues la aparición de monedas ha sido frecuente. «La "statio"
romana, era un puesto de guardia, una pequeña guarnición, que se
colocaba en sitios estratégicos, en las encrucijadas o a lq largo de los
caminos o vías, estaba dotada de un pequeño castrun o castellum, y a su
amparo se ponían algunas alquerías o granjas. Este castrun de carácter
permanente estaba construido de piedra y era frecuentemente de forma
rectangular con varias torres».2
Y efectivamente, junto a la pequeña guarnición se establecieron los
labriegos, cosa que ratifica y rubrica el hallazgo de un arado romano, hoy
custodiado en un museo nacional, descubierto en el pasado siglo en las
cercanas tierras de la «Cuchillera» a poca distancia del Paseo Viejo o de
Santiago.
VÁNDALOS Y ÁRABES.
Y pasaron más tarde los vándalos, mal11amados bárbaros del norte,
hasta que el año 711 los sirios kinserinos, al mando del Walí Muza,
barrieron a los godos y dominaron estas tierras que sembraron de higueras,
granados, almendros y jazmines. Y en sus torres civilizadoras clavaron el
estandarte con la media luna, que el viento meció más de quinientos años.
Y fueron los árabes los que completaron su recinto fortificado del que se
conserva una de las tres torres por ellos levantadas, que junto a la romana
siguen hoy desafiando al viento a la lluvia y a los soles.
Y ahora ya, por vez primera, tiene nombre propio para la historia
nuestro pueblo. Ya se llama la Torre de Hamdón, nombre que toma de su
primer señor árabe y que conservaría estando sujeto al reino moro de
Granada al ser reconquistado por las armas cristianas3.
CONQUISTA DE TORREPEROGIL.
Si las fortalezas más importantes que rodeaban a la Torre de Hamdón
fueron conquistadas por Fernando III el Santo: Iznatoraf en 1226, Baeza en
1227, Úbeda en 1234, Cazorla en 1231, y la más próxima a ésta, Sabiote en
2
Véase diario «JAÉN», de 10 de febrero de 1968, pág. 10, trabajo firmado bajo el
seudónimo de «Santiago Marfhil».
3
Cazabán, en sus Apuntes para la Historia de Úbeda, dice que en 1887 sólo se
conservaba una de ellas octogonal, otra cuadrada muy derruida y algunos vestigios de las
restantes. Sabemos por los Libros de Acuerdos del Archivo Histórico local que en 1874 se
autorizó el derribo de una tercera torre por amenazar ruina. De ello nos ocuparemos más
adelante.
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este mismo año, podemos dar por seguro que la Torre de Hamdón cayó en
poder de las huestes cristianas cualquier día del citado 1231, año en que
fueron conquistadas las plazas de Cazorla y Sabiote, ambas fortalezas con
fortificaciones de mucha consideración. Entre Cazorla y Sabiote dudamos
que nadie pudiera resistir el empuje del ejército castellano. Así que podemos
dar por segura esta fecha, ya que al hablarnos de la conquista de Sabiote
todos los historiadores concuerdan en que fue «entrado ya el año 1231» .4
SEÑORÍO DE TORREPEROGIL.
Entre los caballeros cristianos que acompañaron a San Fernando en sus
conquistas andaluzas, se encontraban los hermanos Pero y Payo Gil de
Zático.
Hay noticias concretas documentales que ambos caballeros
acompañaron al rey de Castilla y de León en la toma de Baeza y Úbeda,
siendo ambos premiados por su esfuerzo, y en ellas fueron heredados. Don
Payo Gil de Zático se encontraba entre los trescientos infanzones de Baeza,
y don Pero Gil de Zático en la ciudad de Úbeda entre sus capitanes.
La razón por la cual Fernando III diera a don Pero Gil de Zático este
lugar en Señorío no puede ser otra que la de recompensar al caballero
castellano de los desgastes de su hacienda y pagar al mismo tiempo su valor
en la toma del lugar. Sobre esta fecha (año 1235) nace el Señorío de
Torreperogil, siendo este el punto culminante de nuestra historia, pues ya
nuestro pueblo toma el nombre y apellido de su primer señor cristiano de
una forma definitiva.
Poco o nada podemos añadir nosotros a la historia del Señorío, pues un
ilustre investigador torreño plasmó en un trabajo maravilloso la historia
completísima del mismo 5.
Se ha puesto en duda la existencia del Señorío cuando históricamente
ha sido demostrada su existencia. Argote de Molina nos dice al efecto: «En
? t de enero del año 1357, Pero Gil Zático, señor de la Torre y cortijo de
Hamdón, hizo concordia con la ciudad de Úbeda sobre los términos de su
Torre con Juan Sánchez de Aranda el Viejo, Alcalde, y Andrés Fernández de
Xódar, alguacil mayor» 6.
4
Véase Nobleza de Andalucía, pág. 97.
Véase «El Señorío de la Torre de Don Pedro Xil», de Diego MUÑOZ Cono, Boletín
del Instituto de Estudios Giennenses, núm. 16.
6
Nobleza de Andalucía, pág. 460, ed. 1957. Sobre este Señorío, TORAL, en su
Úbeda, 1442-1510, pág. XIX de su introducción, dice: «Por consiguiente, no existió
nunca el pretendido Señorío Jurisdiccional de la Torre de Pero Xil, de los Mercados,
Cuevas y Benavides, ya que el Señorío perteneció siempre a la Ciudad de Úbeda».
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En las páginas de hijos ilustres de Torreperogil, destacaremos la figura
de don Pero, prototipo de lealtad, mal comprendido y maltratado por la
historia. Únicamente haremos constar aquí que al V.° señor, el
comendador de Santiago, don Alfonso Gil de Zático, ballestero mayor de
Enrique III y alcaide del Alcázar de Úbeda, le sucedió su hija doña María
Alfonso de Zático, casada en Úbeda con don Juan Alonso de Mercado,
regidor de Úbeda y «Pariente Mayor» de su linaje en esta ciudad. Entonces
pasó el Señorío a los Mercado durante dos generaciones pasando a la
Casa de la Cueva por casamiento de doña Mayor Alfonso de Mercado con
don Diego Fernández de la Cueva, 1.er vizconde de Huelma, alcaide de los
Reales Alcázares de Úbeda, Alcalá la Real, Lorca y Cartagena, y su
corregidor y justicia mayor, del Consejo Real, Caballero de Santiago,
Comendador de Reina, Bedmar y Albanchez, cabeza de bando en Úbeda y
regidor de su Concejo.
Perpetuado durante cuatro generaciones el Señorío en los Cueva, la
XII señora doña Isabel de la Cueva y Benavides, casó en 1543 en
Santisteban del Puerto con don Francisco Benavides y Carrillo, V.° conde
de Santisteban del Puerto. A esta casa permaneció unido el Señorío de
Torreperogil otras seis generaciones, pues el 6 de febrero de 1764 casó en
San Pedro el Real de Madrid doña Joaquina M. a Benavides y Pacheco, III
duquesa de Santisteban y XIX señora de Torreperogil, con don Luis M. a
Fernández de Córdoba y Figueroa de la Cerda, XII duque de Medinaceli. Y
con este linaje de los Córdoba acabó el Señorío, pues fue su último señor
don Luis Fernández de Córdoba y Benavides, XX señor en la cronología,
quien tenía reunidos treinta y seis títulos del Reino y catorce señoríos
jurisdiccionales, amén de infinidad de títulos y dignidades de menor
importancia.
Por ley de febrero de 1837 quedaron abolidos los señoríos
jurisdiccionales salvo contadas ecepciones, razón por la cual el Señorío de
Torreperogil acabó con su XX señor.
PERO GIL, FIEL A SU SEÑOR.
Mientras que muchos caballeros ubedíes, sobornados por las promesas
del Bastardo (al mando de Juan Sánchez de la Cueva), levantan bandera en
favor de éste, sólo conocemos dos caballeros de la nobleza de Úbeda que
permanecieron fieles al rey legítimo de Castilla. Fueron don San-cho de San
Martín, señor de la Casa de San Martín, y don Pero Gil de Zático.
El primero, en pago a su fidelidad heroica, pierde sus propiedades y sus
honores y se le derriba el palacio que poseía en las proximidades de San
Pablo, de Úbeda, viéndose obligado a huir a Portugal, si bien más tarde
vuelve a Úbeda al ser rehabilitada su fama y sus honores recuperando sus
tierras de Úbeda, Baeza, Sevilla..., recibiendo en justo reconocimiento el
título de «Vasallo Fiel de Don Pedro I » .
En cuanto a Pero Gil no pudo disfrutar su rehabilitada memoria, ya que
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murió degollado en Montiel el viernes 23 de marzo de 1369. Se dice que el
IV señor de Torreperogil tomó el partido de Pedro I por razones de amistad.
Este caballero tan vilipendiado por sus enemigos fue «un espejo de leales y
modelo de caballeros», pues prefirió combatir junto a los moros de
Granada, siendo leal a su señor, que reconocer y servir al Bastardo, que
injustamente disputaba el trono a su hermano y señor natural.
Alzada bandera en Úbeda en favor del Bastardo, don Enrique, conocido
por el de las Mercedes por las muchas que dio, Pero Gil se hace fuerte en
su Señorío que logra mantener fiel a don Pedro de Castilla.
ALIANZA DE PERO GIL CON LOS MOROS.
Don Pedro I.° de Castilla y Mohamed V.° «El Viejo», de Granada, tenían
concertado un pacto de no agresión y ayuda mutua, por lo que al tener
conocimiento don Pedro del avance de las fuerzas desleales de don Enrique
de Trastámara, pide ayuda a su aliado granadino, quien no duda en
prestársela según lo pactado.
El año 1368 cruzan las fronteras de Castilla un poderoso ejército moro
compuesto por 80.000 infantes y 7.000 de a caballo, al frente del cual venía
el propio rey de Granada.
Cercado Jaén, fue combatida la ciudad y destruidos muchos de sus
arrabales, quedando todo arrasado a sangre y fuego. Sorprendido Men
Rodríguez de Viedma o Benavides, caudillo mayor del Obispado, alcaide de
los Reales Alcázares de Jaén, primer señor de Santisteban, VI señor de
Viedma, etc..., y no pudiendo éste defender la ciudad, negoció con el rey de
Granada, llegando al acuerdo de la retirada del ejército sitiador, tomando
éste en calidad de rehenes a muchos cristianos de la ciudad, caballeros
principales y una considerable suma en doblas de oro. Era entonces obispo
de Jaén don Nicolás de Viedma.
SAQUEO Y DESTRUCCIÓN DE ÚBEDA.
Este mismo año de 1368 llega hasta Úbeda otro poderoso ejército
granadino, que junto a Pero Gil la toman por asalto y es la ciudad
devastada, desmantelando el Alcázar y las murallas.
Pero Gil estableció su cuartel general en la Plaza de los Olleros, hecho
que aún perdura a través de la tradición oral. Dejemos que Argote de
Molina nos narre el hecho de armas. Dice así:
«Luego que el Rey de Granada entró con su ejército en el Reyno de
Jaén, la primera ciudad a quien puso cerco en esta entrada fue la Ciudad
de Úbeda, así porque en este tiempo no estaba bien cercada y tenía la voz
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del Rey D. Enrique, como por llevar en su compañía a Pero Gil, Señor de la
Torre de Pero Gil, que seguía la parte del Rey D. Pedro, y estaba enemistado
con los de aquella ciudad por haberle echado della. Y guiando el ejército
de los moros dio asalto a la ciudad, y no siendo poderosos los que en ella
estaban a resistirle, fue entrada, saqueada y quemada por los moros y
arrasadas sus casas y muros. Y los cristianos recogiéronse a la fortaleza
del Alcázar, donde se escaparon, defendiéndose en él con mucho valor.
Cuyo suceso acaeció en el año del Señor de mil y trescientos y sesenta y
ocho, en el mismo año que Jaén fue saqueada» 7.
CRÓNICA DE DON PEDRO LÓPEZ DE AYALA.
Dejemos ahora al cronista don Pedro López de Ayala, parcial de don
Enrique «El Fratricida», que nos narre los hechos:
«Dada la enemistad entre D. Pedro el Cruel de Castilla y su hermano D.
Enrique, y saliendo vencido y perseguido el Rey D. Pedro y abandonado de
casi todos sus vasallos, se unió al Rey moro de Granada, y trató con él de
que le ayudase a vengar sus injurias».
«Después de tomar por asalto la ciudad de Jaén, prendieron fuego en
toda ella así como a las Iglesias e derribaron las puertas mayores de la
Fortaleza e gran parte de los muros, quedando de esta guisa saqueada». Y
sigue el cronista:
«E partió el Rey de Granada, e fue por el Obispado de Jaén, e tomó la
ciudad de Úbeda que estaba muy bien cercada, e entrola, e robola, e hízola
quemar, mas los pocos cristianos que logra-ron escapar con vida
recogiéronse en una fortaleza de la dicha ciudad de Úbeda. E partió e
combatió Andújar que no la pudieron tomar. E más tarde estas dos
ciudades de Úbeda y Jaén, que fue-ron destruidas, el Rey D. Enrique las
hizo muy bien reparar de muros, e privilegiólas en guisa que pronto se
volvieron a poblar».
El mismo cronista López de Ayala, nos refiere los motivos (según su
criterio) que movieron a Pero Gil a su alianza con los infieles. Sobre esto
nos dice:
«De toda esta relación de estragos e de incendios, nos han quedado
documentos legítimos en Úbeda y Jaén, y en ellos se hacen también
memoria del famoso Pero-Xil, Señor de la Torre de Pero-Xil y natural de
Úbeda, a quien los de esta ciudad habían echado fuera y despojado de su
Torre o Villa, por mantenerla fiel al Rey Don Pedro. En desquite de esto, se
dice que se pasó a los moros, y se hizo su fautor y caudillo para las dos
entradas e fechorías que quedan referidas. Nunca causó mayores estragos
la ira y la saña de los enemigos. El primer asalto fue sobre Jaén en los años
1368, siendo Obispo D. Nicolás de Viedma, y todo lo llevaron a sangre y
7
Nobleza de Andalucía, pág. 476, ed. 1957
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fuego» 8.
MERCEDES A LOS DE ÚBEDA Y JAÉN.
Noticioso el Bastardo de los estragos y calamidades sufridas por las
ciudades que habían tomado su partido, y siempre en buena disposición
para otorgar mercedes y así ganar voluntades, otorga el siguiente privilegio
a la ciudad de Jaén a los seis días del mes de enero del año de 1369,
estando en Toledo Enrique II:
«Don Enrique etc... Bien sabedes, en cómo el traydor, hereje, tirano, de
Pero Gil fizo estruyr la ciudad de Úbeda con los moros, e la entraron, e
quemaron e estruyeron toda, e mataron muchos de los vezinos de la dicha
ciudad e moradores della, e robaron, e lievaron quanto en ella fallaron. Por
la qual razón somos nos, e seremos siempre muy tenudos, de fazer muchas
y grandes mercedes a todos los vezinos y moradores de la dicha ciudad en
tal manera, que todo el mal y daño que por nuestro servicio recibieron, les
sea bien enmendado. E ágora nos por grande voluntad que avemos, que la
dicha ciudad se pueble mejor para nuestro servicio, e porque los vezinos y
moradores della sean ricos e"abastados. E otrosí, por quanto la dicha
ciudad está muy cerca e muy frontera de los moros enemigos de la Fee,
tenemos por bien, que de aquí adelante para siempre jamás, que todos los
vezinos y moradores que agora moran y de aquí adelante o fizieren
vecindad en ella, cada uno dellos que sean quitos e franqueados para
siempre jamás, de non pagar pechos, nin monedas, nin servicios, nin
fossado, nin fossadera, nin Martiniega, nin Marcagda, nin otros pechos, e
tributos algunos, que nombre hayan de pecho en cualquier manera. E
otrosí, por les fazer bien y merced a los vezinos e moradores que agora
moran en la dicha ciudad, e moraren de aquí adelante, o fizieren vecindad en
ella, según dicho es, tenemos por bien, que non paguen de aquí adelante
para siempre jamás portadgo, nin almoxarifadgo, nin alcavala, nin ronda,
nin castillería, nin pea-je, nin passaje, nin barcaje, nin casa movida, nin
otro derecho nin tributo alguno por qualesquier cosas que compraren, o
vendieren, o lievaren, o traxeren por todas partes de nuestros Reynos, assí
por tierra corno por mar, porque vos mandamos, etc... Dada en el Real
sobre Toledo a onze días de Febrero de 1407». Año 1369 de la era cristiana.
Sobre Jaén dice Enrique II: «Por quanto el traidor, hereje y tirano de
Pero-Xil hizo quemar y destruir con los moros que la entraron y quemaron
y destruyeron toda, y mataron muchos de los vecinos della, y robaron
cuanto en ella hallaron, por la qual razón somos Nos y seremos siempre
muy tenidos de hacer muchas y muy grandes mercedes a todos los vecinos
y moradores de di-cha ciudad de Jaén, en tal manera que todo el mal e
daño que por nuestro servicio rescivieron les sea bien enmendado, y para el
nuestro servicio, y porque los vecinos de Jaén sean ricos y abastados de
8
De la «Crónica del Rey Don Pedro», de don Pedro LÓPEZ DE AYALA, recogida en Los Anales de
Jaén, págs. 81 a la 91.
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todo. Otrosí, por quanto la dicha ciudad está muy cerca de los moros,
enemigos de nuestra fe».
Recibe Jaén los mismos privilegios que los concedidos a Úbeda que más
tarde fueron confirmados por Enrique III a favor de Jaén, en Madrid, a 20
de abril de 1391, y el mismo rey a los de Úbeda, en 11 de febrero de dicho
año, por haber padecido la devastación referida por el cronista López de
Ayala, en su «Crónica del Rey Don Pedro».
Y dice el autor de «Los Anales de Jaén»: «Quedó tan inflamada la
memoria del tirano Pero-Xil, como si hubiera sido el peor hombre del
mundo, o el primero que se hubiera pasado a los moros para hacer con
ellos la guerra a su misma patria. Nunca le cupo la disculpa a Pero-Xil y a
varios caballeros por valerse de medios tan horrorosos y sangrientos, en que
tubo más parte la vileza que el valor, el engaño y traición que las armas,
peleando el odio y la codicia de los enemigos de la fe más que su poder» 9.
ASALTO A BAEZA.
Después de Úbeda, fue Baeza asaltada por las fuerzas de Pero Gil de
Zático y sus aliados granadinos, éstos al mando de Abdulla Mir. Se
apoderaron de la torre de los Escuderos, pero los defensores de Baeza,
siguiendo a Ruy Fernández de Fuenmayor, reconquistaron dicha torre
obligan-do a retirarse al enemigo, perdiendo la vida en aquella entrada el
caudillo moro Abdulla Mir. Un romance nos recuerda el hecho de la
siguiente manera:
«Cercada tiene a Baeza
Ese Arraez Abdulla Mir
Con ochenta mil peones
Caballeros cinco mil
Con él va ese traidor
El traidor de Pero-Xil
Por la Puerta de Bedmar
La empiezan a combatir
Ganada tiene una torre
No le pueden resistir
Cuando de la de Calonge
Escuderos vi salir
Ruy Fernández va delante
Aqueste Caudillo ardid
Arremete con Abdulla
Comiénzale de ferir
Cortándole la cabeza
los demás dan a huir» 10.
9
Nobleza de Andalucía, págs. 480-81, y de los citados Anales de Jaén
10
Véase Pueblos y Tierras de España, de MoRILLAS CALATRAVA, págs. 6, 7, 8, 9
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Historia de Torreperogil
DERROTA Y MUERTE DE DON PEDRO DE CASTILLA Y DE PERO GIL.
Conocido es de todos el triste final de don Pedro I «El Justiciero» (para
sus enemigos «El Cruel»), en Montiel el viernes 23 de marzo del año 1369,
muerto alevosamente por la mano fraticida del Bastardo, y con la ayuda del
caballero francés Beltrán Duglesquin y su famosa frase de «Ni quito ni pongo
Rey, pero ayudo a mi Señor».
Pero Gil muere degollado en aquella trágica jornada logrando escapar
muy pocos, entre ellos el amigo y paisano de Gil de Zático, don Sancho de
San Martín, cuya sangre se fundiría pasado el tiempo llegando los
descendientes de ambos a formar un solo linaje hoy afincado en Torreperogil.
Visto el triste final del IV señor de Torreperogil, como vencido fue
injustamente motejado de traidor, escarnecido así por los auténticos
traidores favorecidos por el asesinato del Castillo de Montiel.
Hay quien dice, sin fundamento y sin pruebas, que Pero Gil, tras los
sucesos de Montiel, pidió asilo al Rey de Granada pasando el resto de su vida
en los palacios de la Alhambra junto al monarca árabe. De Pero Gil se dice
que: «Fue un héroe legendario que consagró su vida al culto de la lealtad y
del honor» 11.
UN ROMANCE A PERO GIL.
Con motivo de la visita que hizo la reina doña Isabel II a Jaén en octubre
de 1862, la Sociedad Económica de Amigos del País, de esta ciudad, invitó a
los poetas de la provincia a escribir roman-ces, con los cuales formó un libro
que fue obsequiado a la reina. En el citado ejemplar aparece uno que se
distinguió notablemente, y que copiamos a continuación, cuyo autor, según
«Don Lope de Sosa», fue un poeta digno de haber escrito en el Siglo de Oro
de la literatura española:
y 10. Imprenta «MAS» de Jaén, año 1954.
11
Ver Pueblos y Tierras de España, de MORILLAS CALATRAVA, imprenta «MAS» de
Jaén, 1954, y «Señorío de la Torre de Pero Gil», de don Diego MUÑOZ-CoBo y
MUÑOZ-Coso. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, núm. 16.
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Historia de Torreperogil
LA LEALTAD
«Así desde el foso al muro,
según el vulgo refiere,
hablaba al caer la tarde
a un castellano un jinete:
"Pero Gil, mal en tu Torre
burlar a la ley pretendes,
porque no hay sitio que libre
de la pena al delincuente.
Traidor al Rey y a la causa
que la nobleza mantiene,
en sus vicios y ‘justicias'
serviste al tirano siempre.
Tu orgullo que lealtad nombras,
tendrá el premio que merece;
pues los vasallos leales
armados contra ti vienen.
Ya no irás con tus soldados,
como traílla de herejes,
a poner fuego en los muros
de las ciudades más fuertes.
No te valdrán los ardiles
que has usado tantas veces,
pues ni un infanzón amigo
en esta comarca tienes.
Las doncellas que a tu vista
temblaban, pura la frente
alzarán y los villanos
podrán recoger sus mieses.
Ya no harás más alianzas
con los árabes infieles:
Pero Gil, murió Don Pedro
firmóse en Montiel tu muerte".
Con calma, del muro al foso,
según añade la plebe,
Pero Gil al mensajero
replicóle de aquesta suerte:
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Historia de Torreperogil
"Pues vas a ver al bastardo
dile, si hacerlo te atreves,
que no espere pleitesía
de Pero Gil ni su gente.
Cincuenta arqueros la seña
de mi mesmada defienden:
por Don Pedro estará alzada
en tanto que alguno aliente.
Que quien ha de buena cuna,
sólo sirve a buenos Reyes;
y no es buen Rey el que fía
su causa a extranjera hueste.
Dile que merced recibo
en que me juzgue rebelde,
y que no tendrá más honra
por matar al que la tiene.
Mas no hablen de lealtad nunca
nobles que al Rey empobrecen,
que no lidian por su gloria
y lidian por sus mercedes.
Mi unión, con la cruz al pecho,
a Abdallá, no me envilece,
y al nuevo Rey su corona
manchará en sangre las sienes.
Esto a Don Enrique dile
y por mi cabeza vuelve;
que buena merced te aguarda
si le llevas tal presente".
Volvió, en brusco giro grupa
el mensajero Alvar Pérez,
y Pero Gil de su Torre
mandó levantar los puentes» 12.
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Su autor, don Juan Antonio de Viedma y Cano, nació en Sabiote el 18 de julio de 1830, y murió en La
Habana en 1868.
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Historia de Torreperogil
TORREPEROGIL, LUGAR DE ÚBEDA.
Después de la derrota y degollina de Montiel, Enrique II el de las
Mercedes, da la Torre de don Pero Gil a la ciudad de Úbeda como merced
por las pérdidas sufridas por esta ciudad aliada, en el asalto de Mohamed V
de Granada.
En carta que Jorge de Carrión, personero de Quesada, dirigió a los Reyes
Católicos en 1493, dio queja a los reyes alegando que pertenecía Quesada a
la ciudad de Úbeda por merced del rey don Alfonso XI, dada en 22 de enero
de la era de 1369 (año 1331 de la era cristiana), pidiendo igualdad de trato
respecto a Torreperogil, «para que lo tuviese por su propio término, como
tenía la Torre de Pero Gil 13; que el privilegio se mandaba que los términos é
donadlos é tierras de riego é non de riego, fuesen dadas é partidas entre los
vecinos e moradores que vivieren y moraren en la villa de Quesada y no a
otras personas» 14.
Razón llevaba en 1493 el Personero de Quesada, pues la Torre de Pero
Gil había conseguido el año 1463 unas ordenanzas especiales reconocidas
por el Concejo de Úbeda, que reconoce a los moradores de la Torre
«expresamente por sitio suyo todo el heredamiento de viña, olivar y árboles
frutales con tierras de calma que dentro de 61 hubiere y no en otras
partes» 15.
Pasados los años, fue rehabilitada la memoria de don Pero Gil en la
persona de su hijo don Alfonso Gil de Zático, que fue colmado de honores,
pues llegó a ser ballestero mayor de Enrique III, vasallo de Juan II,
comendador de Santiago, alcaide de los Reales Alcázares de Úbeda, alcaide
de Quesada y Tíscar, y V señor de Torreperogil.
Parece ser que este V señor lo fue ya de una parte de las tierras de
Torreperogil, pues las otras fueron dadas a Úbeda como queda dicho.
13
Habla el Personero de Quesada en 1493, pues si Quesada fue dada a Úbeda en 1331, Torreperogil lo fue en
1369 tras la victoria del de Trastámara.
14
Úbeda, 1442-1510, de Enrique DE TORAL, pág. 320.
15
Así consta en el «Pleito de los marranos» entre Torreperogil y Úbeda, unido a la Real Carta Ejecutoria de
Independencia de Torreperogil.
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Historia de Torreperogil
Las torres de Pero Gil.
Que hubo continuación en el Señorío por parte de la descendencia de los
Gil de Zático lo prueba el hecho de la presencia de los Cueva en
Torreperogil, pues cuando en el mes de julio del año 1460 los caballeros
de Úbeda, Juan de Ribera, Iñigo de Molina, Antón Ruiz de Baeza y Juan de
Valencia, del bando contrario a los Cueva, asaltaron el palacio del vizconde
de Huelma 16 llevándose prisionera a doña Mayor Alfonso de Mercado, es
evidente que los Mercado sí heredaron el Señorío de los Gil al menos en
gran parte de sus tierras. De esta forma sí está justificada la presencia de la
vizcondesa de Huelma, madre de don Beltrán de la Cueva (duque de
Alburquerque) en Torreperogil.
Y siguen los Cueva en Torreperogil, pues en su iglesia parroquial
levantan su altar enterramiento y aquí nacen, son bautizados y mueren
muchos de ellos.
TORREPEROGIL GOZÓ DEL FUERO DE CUENCA.
Al estar Torreperogil bajo la jurisdicción de Úbeda, gozó, al igual que
esta ciudad, del Fuero de Cuenca. Dice Toral al respecto:
16
Este viejo palacio desapareció después de 1952, estaba enclavado en la calle Africa y se le conoció
primero por la Casa del Vizconde (del de Huelma), y luego por la Casa del Conde (del de Guadiana), de
quien fue más tarde, pues aquí nació don Luis de la Cueva y Aguilar o Guzmán, padre del primer conde de
Guadiana como se verá más adelante. TORAL, en la pág. 67 de Úbeda, 1442-1510, nos habla del asalto de
la Casa de los Cueva en Torreperogil y la prisión de la vizcondesa de Huelma.
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Historia de Torreperogil
«En cuanto a los hornos de pan cocer se señalaron para parte del pago
del Alcaide (de Quesada) los que había en la villa en cierto momento,
prohibiéndose que se hiciera otros por los vecinos, lo que había sido en
contra del Fuero de Cuenca que regía en Úbeda y la Torre de Pero Gil y en
la villa de Quesada, por ser términos de la ciudad de Úbeda, en que se daba
facultad a qualquier vecino que quisiese hacer hornos de pan cocer para que
los pudiese hacer libremente en sus casas, que la prohibición había sido
impuesta porque los alcaides eran siempre hombres principales regidores y
emparentados de Úbeda.
Que acabada la alcaidía todo debía cesar, arrendamientos de tierras y
de hornos, veintenas y la prohibición de hacer otros hornos, "pues asy auia
seydo usado en esa dicha ciudad, en la Torre de Pero Gil gosavan"» 17.
EL PRÍNCIPE DON JUAN, SEÑOR DE ÚBEDA Y TORREPEROGIL.
El príncipe don Juan concede el privilegio a Torreperogil y otros lugares
de Úbeda para regla-mentar la elección de regidores y jurados en la ciudad
de Burgos, a 30 de abril de 1497, privilegio que refrenda su secretario don
Pedro de Torres.
A petición propia de don Alonso de la Torre, en nombre del Concejo,
Justicia, Regimiento y «homes buenos» de la Villa de Torreperogil (sujeta
entonces a Úbeda), los Reyes Católicos con-firman la carta privilegio de su
hijo don Juan, en Alcalá de Henares, en 7 de mayo de 1498.
Dice así el documento:
«Don Juan, por la gracia de Dios PRÍNCIPE DE ASTURIAS e de
GIRONA, primogénito heredero de los muy altos e muy poderosos el REY e
la REYNA de CASTILLA e de LEÓN, e de ARAGÓN, de CESILIA e de
GRANADA, mis señores, a vos Juan Gutiérrez Tello mi Corregidor en las
Cibdades de Baeza y Úbeda e a los otros regidores e justicias que de aquí
adelante fueren en la Cibdad de Úbeda Salud e gracia sepades que a mí es
fecha relación como en la dicha Cibdad de Úbeda no se tiene buena forma
en la elección de los oficios de juradarias que la Cibdad e regido-res
acostumbra elegir cada un año e se elegían personas qué no son idóneas e
pertenecientes pa usar los de los dichos oficios e porque a mí pertenece
proveer e remediar en lo suco dicho fue acordado en mi Consejo que
devíamos dar y proveer en ello en la forma siguiente: Que el día de San
Miguel de cada año según diz que lo acostumbra el dicho Concejo de cada
lugar de los de la tierra se junten a Concejo e nombren diez o doce personas
de los más ricos e abonados en estos así nombrados que los traigan e
enbíen al Cabildo de la dicha Cibdad e aquel Corregidor e regidores el día
que se juntaren a facer la dicha elección o provisión de los tales regidores pa
los dichos lugares escriban los doce nombrados por los concejos cada uno
17
Úbeda, 1442-1510, de TORAL, págs. 320 y 321.
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Historia de Torreperogil
en un papel solo por sí e los pongan en un cántaro e así puestos que un niño
de edad de siete a ocho años saque de aquellos papelejos hasta que se
complete... el número de los regidores que ha de aver en tal lugar donde se
faciere el dicho nombramiento e que aquellos regidores usen por aquel año
de sus oficios según e la manera.que usaron los otros regidores que fasta
aquí an leido e quel Corregidor o regidores les den a los tales regidores
autoridad para usar de tales oficios entera e complidamente e que esta
misma forma se guarde e tenga en la provisión de cada uno de los otros
lugares de la dicha tierra porque se escusan las dádivas e intereses de los
dichos regidores porque vos mando a vos el dicho mi corregidor e a los que
después de vos fueren que guardades o agades guardar la forma susodicha e
que no consintades ni dedes lugar que agora ni en tiempo alguno se esceda
en cosa alguna e mando a los dichos regidores e a los concejos e a cada uno
dellos que guarden e cumplan esta mi carta según que en ella non vayan ni
pasen en tiempo alguno ni por alguna manera so pena de la mi merced e de
diez mil maravedís para la mi cámara e mando questa mi carta se ponga en
arca del concejo desa Cibdad para que agora e siempre jamás se guarde la
forma della» 18.
ORDENANZAS DE TORREPEROGIL Y «PLEITO DE LOS MARRANOS».
Se conoce este famoso pleito por «El de los marranos», ya que tuvo su
origen por haber apresado las autoridades de Úbeda unas quinientas
cabezas de ganado de esta especie que rastrojaban cerca de Torreperogil en
el lugar aún conocido por el «Lantiscar».
Alonso de Baeza, mandado por el teniente de corregidor de Úbeda, don
Antonio de Zurita, llegó a Torreperogil y so pretexto de que dicha manada
de puercos comía entre las cargas o gavillas, los mandó conducir con sus
porqueros hasta Úbeda donde fueron encerrados en un corral sin hacer el
menor caso a las autoridades del entonces Lugar de Torre Pero Gil.
El Concejo de Torreperogil recurrió al de Úbeda para que el ganado
fuese devuelto y castigados los ejecutores de tamaño desafuero,
amparados en las Ordenanzas que la propia Úbeda otorgó a Torreperogil
en 1463, pero sus demandas no fueron atendidas. Ante tal hecho, los
torreños alzan querella ante la Real Chancillería de Granada, fallando
ésta a su favor mediante Real Carta Ejecutoria de Carlos I . ° fechada en 4
de agosto de 1520 y que comienza así:
«Don Carlos, por la gracia de Dios REY DE ROMANOS, EMPERADOR
AUGUSTO, Doña Juana su madre y el mismo Don Carlos por la misma
gracia REYNA y REY de CASTILLA, de LEÓN, de ARAGÓN, de las DOS
SICILIAS, de JERUSALÉN, de NAVARRA, de GRANADA, de TOLEDO, de
VALENCIA, de GALICIA, de MALLORCA, de SEVILLA, de CERDEÑA, de
18
Ver Úbeda, 1442-1510, de Enrique DE TORAL, páginas 332-333.
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Historia de Torreperogil
CÓRDOBA, de CÓRCEGA, de MURCIA, de JAÉN, de los ALGARVES, de
ALGECIRAS, de GIBRALTAR, e de las ISLAS CANARIAS, e de las INDIAS,
ISLAS y tierra firme de la MAR OCEANA, Condes de BARCELONA, Duques
de ATENAS y de NEOPATRIA, Condes de ROSELLÓN y de CERDANIA,
Marqueses de ORIESTÁN y de GOCIANO, Archiduques de Austria, Duques
de BORGOÑA y de BRABANTE, Condes de FLANDES y de T I R O L :
A vos el Corregidor de la ciudad de Úbeda, Juez de Residencia o a
vuestro teniente en el dicho oficio, y Alcaldes de la dicha ciudad que agora
son o serán en ella de aquí adelante e a cada uno de Vos, a quien esta
nuestra carta fuere mostrada o su traslado signado de Escribano sacado con
autoridad de Juez, salud y gracia:
Sepades que pleyto se trató en la nuestra Corte y Chancillería ante el
Presidente y Oydores de la nuestra audiencia que están y residen en la
nombrada y grande Ciudad de Granada, el qual primeramente se trató en
esa dicha ciudad de Úbeda ante el Licenciado Antonio de Zurita, teniente
de Corregidor que fue en ella entre el Concejo, Oficiales, e hombres buenos
de la Torre Perogil, Lugar e Jurisdicción de la dicha ciudad de Úbeda e su
procurador en su nombre de la una parte, y el Concejo, Justicia y
Regidores, Caballeros, Escuderos, Oficiales y hombres buenos de la dicha
ciudad de Úbeda e su Procurador en su nombre e la otra sobre razón que
la parte de el dicho Lugar de la Torre Perogil dijo a el dicho Licenciado
Antonio de Zurita, teniente de Corregidor, que por quanto Alonso de Baeza,
vecino de la ciudad de Úbeda por mandado de dicho teniente hacía dos
días que havía ido al dicho Lugar de la Torre de Perogil, y estando los
puercos de el Concejo en el Lantiscar, que dicen que eran más de
quinientas cabezas de puercos poco más o menos, el dicho Alonso de
Baeza havía alcanzado la dicha manada de puercos e llevado a la dicha
ciudad de Úbeda donde los tenía contra la voluntad de el Concejo del
dicho Lugar y vecinos, cuyos eran los dichos Puercos, no lo pudieron ni
debieron hacer porque no embargante que en alguna pena hubiesen
incurrido de algunos rastrojos o de comer entre cargas, havía sido dentro
de el sitio de el dicho Lugar de la Torre, e la punición y castigo de la dicha
pena, y la pena en que huviesen incurrido, según las Ordenanzas de el
dicho Lugar de la Torre confirmadas por la dicha Justicia y Regimiento de
la dicha ciudad de Úbeda, e según la costumbre antigua que de ello tenía a
las Guardas y Concejo de el dicho Lugar de la Torre, y no a otra persona
alguna por ende que pedía y pidió a dicho teniente de Corregidor mandase
al dicho Alonso de Baeza que luego volviese los dichos puercos al dicho
Lugar de la Torre Perogil, donde los havía tomado tales y tan buenos como
de ella los havía sacado, dándole si fuere necesario pena y castigo por
haverse hecho guarda en el Lugar donde no le pertenecía derecho alguno,
y que si el dicho assí lo hiciere hacía lo que era obligado en otra manera
que protextaba de cobrar de él e sus vienes quinientos ducados de oro que
a cumunal estimación podían valer los puercos, con más las costas, daños
e intereses que sobre ello, al dicho Concejo de la Torre se le recreciesen y
que estaban prestos de dar fianzas llanas y abonadas para pagar lo
juzgado o que le mandasen dar los dichos puercos según dicho havía a
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Historia de Torreperogil
qual el dicho teniente de Corregidor parece que respondió que él havía
mandado traer los dichos puercos a las Guardas de la ciudad porque tenía
información que los dichos puercos havían entrado entre cargas e hecho
mucho daño e porque según las Ordenanzas de la ciudad havían caydo e
incurrido en pena de cien maravedís por cada puerco e que al dicho
teniente de Corregidor no le constaba ser toma-dos los dichos puercos en
el sitio de el Lugar de la Torre de Perogil salbo fuera de el dicho sitio e que
aunque fuera en el sitio no podían andar ni comer entre cargas sin caer en la
pena de la Ordenanza y que él los havía mandado traer a la ciudad porque
según la Ordenanza de ella, cualquier ganado que caiga en pena de la
Ordenanza se havía de traer a corral hasta tanto que se hiciese cambio o
depósito de las penas é que dando el Concejo de dicho Lugar de la Torre o
las personas cuyos eran los puercos en dicho cambio o personas que se
constituyen por depositación de la dicha pena, mandaran bolver los puercos
conforme a las dichas Ordenanzas y que esto daba por su res-puesta, no
consintiendo las protestaciones con él hechas, sobre lo qual la parte de el
dicho Concejo de la Torre de Perogil, presentó ante el dicho tribunal del
teniente de Corregidor lo siguiente:
ORDENANZAS DE TORREPEROGIL
En este pleito, los vecinos de Torreperogil se escudan bajo las
Ordenanzas concertadas con Úbeda y por las que se regían según
costumbre inmemorial, derecho reconocido por el Concejo de Úbeda y
firmadas por el entonces secretario o escribano del Concejo Pedro Hernández
de Molina en la ciudad de Úbeda el día 14 de mayo de 1463 y dicen:
« A Vos el Concejo, Alcaldes, Alguaciles, Regidores, Cavalleros,
Escuderos de la Noble Ciudad de Úbeda, por razón que Vos el Concejo é
Alcaldes y hombres buenos de el nuestro Lugar de la Torre de Pero Gil
nos enviásteis a decir que por quanto bosotros, por nuestro
arrendamiento como siempre lo huvísteis de uso y costumbre de grande
tiempo acá de cada un año ponides buestras Guardas assí en buestras
dehesas, como en los sitios de restrojos y pilares é pozos y edificios que
son en los sitios é labranzas de ese dicho nuestro Lugar y les dades é
ponedes las penas que han de llevar de los ganados assí obejunos, como
cabríos, y bacas, y bueyes, y yeguas, y otras bestias que entran en los
dichos sitios y dehesas y restrojos y pilares y pozos, é las dichas buestras
Guardas de que havían algunos ganados haciendo daño en lo sobre
dicho, e los prenden, echan prendado por las penas por nuestro mandado
por vosotras Ordenanzas, y que los que assí son prendados incurren en las
dichas penas que se vienen a quejar a los Alcaldes de esta dicha Ciudad
de Úbeda, en tal manera que los emplazan e traen a pleitos e los costean,
no teniendo en las penas en que han incurrido de lo qual viene a ese Lugar
muy grande daño y costas y es contra toda razón y derecho sobre lo qual
nos enviásteis a pedir por Vuestras Mercedes que nos proveyésemos
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Historia de Torreperogil
sobre ello, por ende nos acatando y viendo que la vuestra petición es
justa y por el vien y procomún de ese dicho Lugar y de los vecinos de él,
probeyendo en ello por la parte, vos mandamos y damos autoridad como
siempre por vuestro mandado le hicisteis y ordenásteis de cada un año
de poner las dichas Guardas por los dichos sitios y dehesas y restrojeras,
y pilares, y edificios, que las pongáis de aquí adelante mejor y más
cumplidamente en tal manera que los dichos vuestros sitios y dehesas y
restrojeras y pilares y edificios sean mejor guardadas, y mandamos a Vos
que cada un año pongáis las dichas vuestras Guardas y les mandéis y nos
les mandamos que si desde el día de Pasqua de Mayo según lo hicisteis y
lo habéis costumbre, hasta el día de Santa María de Agosto de este año
presente y de aquí adelante en cada un año tomaren las dichas varas
guardas algunamanada de obejas o de carneros, o cabras, en los sitios o
dehesas o rastrojeras, que puedan matar y maten una vez é prehendan por
penas de sesenta maravedís por cada manada de puercos de veinte puercos
arriba por los dichos sesenta maravedís y de veinte puercos abajo, de
cada uno, dos maravedís por cada vez que fueran tomados, y esto se
entiende en los ganados de los vecinos de esta Ciudad de Úbeda y de su
tierra, e de los que a comunidad con nos e si fueren a comunidad con
nos, e si fueren los dichos ganados de vecinos extraños que no han
comunidad con nos, que los quitedes los tales ganados y los traygades ante
nos porque se haga de ellos lo que fuere derecho.
Otrosí, si algunos puercos daño en los dichos vuestros pilares o pozos,
que vos paguen el daño que hicieren y más la dicha pena de los ochocientos
maravedís por cada vez que lo hicieren, y man-damos que el dicho tiempo,
Vos el dicho Concejo ni vecinos de ese Lugar no recibades ni acojades
ganados algunos de vecinos extraños que qualquier sean de los han
comunidad con nos, de los que no lo han, so pena de seiscientos maravedís
a cualquier que los reciviese y estoviere, y además que los vuestros
Caballeros les puedan prenderé quitar por nuestras Ordenanzas, y que en
todo el año podades prendaré prendades a las personas que en las vuestras
dehesas y pilares y pozos hicieren daños por las penas suso dichas y por la
presente damos poderío, facultad a Vos el dicho Concejo y Alcaldes é
hombres buenos de el dicho nuestro Lugar e a las Guardas que de cada un
año pusiéredes, para que ejecuten y prenden por las dichas penas y
calumnias y daños a las personas que en ellas cayeren para lo qual os
damos todo poder cumplido y mandamos a los vecinos, Alcaldes y
Alguaciles de la Ciudad de Úbeda que agora son e sean de aquí adelante,
que os den todo esfuerzo y ayuda que les pidiéredes para cumplir y guardar
todo lo sobre dicho y no oygan ni den lugar a que ningunas personas contra
lo sobredicho sean; y de esto vos mandamos dar esta nuestra carta sellada
con nuestro sello y firmada y signada de Pedro Hernández de Molina 19
nuestro Secretario, fecha a catorce días del mes de mayo de el nacimiento
19
Fue éste abuelo de don Juan Vázquez de Molina, secretario de Carlos I y Felipe II, y de don
Diego de los Cobos y Molina, Obispo de Jaén.
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Historia de Torreperogil
de nuestro Señor JesuCristo de mill y quatrocientos y sesenta y tres
años.—E yo Pedro Hernández de Molina, secretario de el dicho Concejo la
hice escrivir por su mandato y fice aquí nuestro signo en testimonio».
Y ante el abuso y el trato recibido por la Justicia de Úbeda, el Concejo
de la Torre de Perogil pide la observancia de las Ordenanzas de 1463 y
dicen:
«E dijo la parte de el dicho Concejo de la Torre que pedía y pidió al
dicho Teniente de Corregidor y Regimiento de la Ciudad de Úbeda que les
guardasen la dicha Ordenanza y sobre ello digeron y alegaron muchas
razones en guarda de su derecho».
A las quejas de los torreños, respondió el teniente de Corregidor de
Úbeda, el licenciado Antonio de Zurita, con este arbitrario mandamiento
revocando las Ordenanzas dadas a Torreperogil en 1463:
ARBITRARIEDAD ORIGEN DEL PLEITO.
« A Vos, el Concejo, Justicia y Regimiento de la Noble y muy Leal
Ciudad de Úbeda: Hacemos saber a Vos el Concejo y Oficiales de el nuestro
Lugar de Torre Perogil que vimos las ordenanzas que Vos enviásteis,
especialmente la que habla en rastrojos y dehesas y sitios y para nos
parece que la dicha Ordenanza es contra derecho y muy perjudicial
generalmente a todos los vecinos de esta Ciudad y en su tierra y a los
Señores de los rastrojos, y por desacer el agravio que está hecho en quanto
a lo que toca a los dichos rastrojos, revocamos la dicha Ordenanza para
que de oy en adelante para siempre jamás no uséis de ellos sino que cada
uno sea Señor de su rastrojo hasta el día de Santa María de Agosto de un
cada año, y después de pasado este día que los dichos restrojos sean
comunes a todos los vecinos de la Ciudad y su tierra como lo es en esta
Ciudad: Y porque en dicha Ordenanza no hay limitación por donde ha de ir
el sitio de ese Lugar declaramos que tengáis por sitio todo el heredamiento
de viñas y olivas y otros frutales con las hazas calmas que dentro de él
huviere y no en otra parte alguna, ni guardéis ni hagáis guardar más por
sitio sin nuestra licencia, todo lo qual haced y cumplid so pena de tres mil
maravedís a cada uno de vos que lo contrario hiciere. El tercio para el que
lo avisare, el tercio para las públicas obras de esta Ciudad, el tercio para la
Justicia que lo ejecutare. Hecho a veintisiete días del mes de Agosto de mil
y quinientos y once años.—El Licenciado Zurita.—Jorge Molina de los
Cobos 20, escribano de el Concejo la escriví por su mandato con el qual
dicho mandamiento y con todo lo demás hecho y procedido por el dicho
Teniente Corregidor».
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Fue éste padre de don Juan Vázquez de Molina y del obispo don Diego de los Cobos y Molina.
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Historia de Torreperogil
No podían conformarse los torreños con aquella anulación arbitraria de
las Ordenanzas de 1463 y alzan querella ante la Real Chancillería de
Granada, y así continúa la Real Carta Ejecutoria de Carlos I:
«La parte de el dicho Concejo de la Torre de Perogil se presentó ante los
dichos nuestro Presidente y Oydores y por su petición que ante ellos
presentó, dijo el dicho mandamiento y todo lo demás hecho y procedido por
el dicho Teniente de Corregidor ser ninguno e injusto y de revocar porque
no se haya dado a pedimento de parte y porque el pleito no estaba en
estado de se hacer con él lo que se havía hecho, é pues que de tiempo
inmemorial a esta parte el dicho Lugar 'de la Torre de Perogil havía estado y
estaba en posesión, uso y costumbre de prohivir y vedar que ningunas
personas en tiempos de rastrojos pudiesen entrar en el dicho sitio a que se
aprovechar en cosa alguna de él, porque aquello estaba disputado para el
ganado Concejil de el dicho Concejo de la Torre de Pero Gil, e cada y quando
algunas personas havian entrado en el dicho sitio, se los havía prendado y
penado porque si en tiempo de los dichos rastrojos pudiesen otras personas
comer el dicho sitio, el Lugar de la Torre de Perogil se destruiría y
despoblara porque no tenía otro gasto con que pudiera sustentar sus
ganados, por ende que nos pedían y suplicaban mandásemos dar. por
ninguno el dicho mandamiento e revocarle y pronunciar y declarar que ellos,
el dicho Concejo de la Torre tiene derecho de guardar el dicho sitio en el
dicho tiempo y que la Ciudad de Úbeda no podrá prohibir ni vedar y que
sobre todo les mandásemos hacer cumplimiento de Justicia con las costas
contra lo qual la parte de la Ciudad de Úbeda dijo».
Requerido el Concejo de Úbeda ante la Real Chancillería de Granada, éste
respondió:
«Por otra su petición que ante los dichos Presidente y Oydores
presentó por ellos visto el proceso de la otra causa y el mandamiento dado
cerca del comer de los dichos rastrojos, hacia que el mandamiento no
había lugar de apelación ni otro remedio alguno, y por que dio lugar
obiera el dicho Concejo de la Torre no havía apelación en tiempo, ni
presentado en el proceso de el dichopleyto en el término que eran obligados
por lo qual la dicha apelación había quedado y fincado desierta y el dicho
mandamiento pasado en cosa juzgada, e assí nos suplicó lo mandásemos
pronunciar o donde esto no huviese lugar, ser el dicho mandamiento y
confirmarlo o de los mismos autos de el proceso dar otra tal e assí nos
suplicó lo mandásemos hacer sin embargo de las razones, la petición por
parte de el Concejo de la Torre presentada dichas y alegadas, que de derecho
no procedían ni habían lugar, porque ellos habían procedido dar el dicho
mandamiento y hacer la dicha Ordenanza sobre que se fundaban y que la
dicha Ordenanza era conforme a derecho y que el dicho Concejo de la Torre
no tenía la dicha costumbre que decía y que si alguna tenía no estaba
prescripta por tanto tiempo, que vastase para atribuirles derecho y que el
Concejo de la Torre no podía prohibir ni vedar a las personas cuyos eran los
rastrojos, que no metiesen sus ganados en ellos y los pacer y comer y hacer
los otros aprovechamientos que quisieren porque para los ganados Concejiles
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Historia de Torreperogil
de el dicho Lugar de la Torre havía muchos tefminos donde pudiesen andar
en el tiempo de los restrojos y que era cosa contra derecho que a ninguno le
tomasen su rastrojo contra su voluntad no consintiéndole comer su restrojo
el que al dicho Concejo de la Torre que eran los que tenían los ganados lo
comiesen y se aprovechasen de lo ageno, e que por esto seguía el pleyto y que
no tenía otro derecho para lo que decía salvo solamente la dicha Ordenanza
que ellos havían hecho antiguamente ni que la dicha Ordenanza era inrrecta y
contra derecho y que ellos la havían revocado y querían revocar y que pues
ellos l a tenían revocada, el Concejo de la Torre no se podía ayudar de ella ni
fundar sobre ello sin intención por ende que nos pedían y suplicaban
mandásemos en todo hacer según que por ellos estaba pedido y que para ello
imploraban nuestro Real oficio».
Vistas las razones de ambas partes el Presidente de la Real Chancillería
de Granada falla en favor de Torreperogil de esta manera:
«Como pedían se les ha hecho cumplimiento de Justicia con las costas,
sobre lo qual, por una de las dichas partes y por a cada una de ellas
fueron dichas y alegadas otras muchas razones por sus peticiones en
guardar su derecho hasta que concluyeron y los dichos nuestro
Presidente y Oydores dijeron en el sentencia por la qual recibieron
ambas partes y cada una de ellas a prueba de todo lo por ellas dicho y
alegado y a todo aquello a que de derecho devía ser recibidos a prueva y
provádolos aprovecharía para lo qual prueva hacer y presentar ante ellos, les
dijeron, y asignaron cierto término dentro de el qual ambas las dichas partes
hicieron sus probanzas por virtud de nuestras cartas de receptoria que sobre
ellos les fueron dadas, selladas con nuestro sello e firmadas por ante el
Receptor por vos nombrado a quien las dichas nuestras cartas se dirigían y
las presentaron ante los dicho nuestro Presidente y Oydores signadas de el
Escribano Receptor ante quien pasaron de las ellos petición y suplicación de
la parte de el dicho Concejo de la Torre Perogil y en presencia de el
procurador de la otra parte mandaron hacer y fue hecha públicamente y
dado traslado de las dichas probanzas ante ellos presentadas a los
Procuradores de las dichas partes para que dijesen de el derecho de sus
partes, sobre lo qual la parte del dicho Concejo de la Torre dijo por su
petición que ante el Presidente y Oydores presentes que por ellos vistos y
examinados los testigos y proba-dores que en la causan havían presentado
hallaban éstos h a v e r provocado vien y cumplidamente su intención y
demanda y todo aquello que debían probar y les convenía para h a v e r
victoria en la causa, y que la parte de la Ciudad de Úbeda no había
provocado nada ni cosa que le aprovechase ni a los otros dañase, por ende
que nos pedían y suplicaban que en todo mandásemos según que por
ellos estaba pedido y suplicado y como más largo en su petición se contiene
de la qual los Presidente y Oydores mandaron dar traslado a el
Procurador de la otra parte que era presente para la primera Audiencia
respondiese y digese el derecho de su parte y porque assí no lo hizo ni
cumplió, los dichos Presidente y Oydores a petición y suplicación de la
parte y de Torre Perogil y en presencia del Procurador de Úbeda, huvieron
el dicho pleyto por concluido y por ellos visto el proceso, provanzas y
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Historia de Torreperogil
escrituras ante ellos presentadas digeron y pronunciaron en él sentencia
definitiva, su tenor de el qual es este que sigue:
SENTENCIA:
«En el pleyto que es entre el Concejo, Alcaldes e Hombres buenos de la
Torre Perogil, Lugar y Jurisdicción de la Ciudad de Úbeda y su Procurador
en su nombre de la una parte, y el Concejo, Justicia y Regimiento,
Caballeros, Escuderos, Oficiales e Hombres buenos de la Ciudad de Úbeda y
su Procurador en su nombre de la otra, Fallamos:
Que el Licenciado Antonio de Zurita, teniente de Corregidor que fue en
la Ciudad de Úbeda, que de este pleyto conoció, que en el mandamiento que
en 61 dio y pronunció de que por parte de el Lugar de la Torre Perogil fue
apelado, que juzgó, y pronunció mal, y que la parte de la Torre Perogil apeló
vien, por ende que devemos revocar y revocamos su juicio y mandamiento
de el di-cho Teniente de Corregidor, y haciendo y librando este pleyto lo que
de derecho debe hacerse, Fallamos:
Que debemos mandar y mandamos que sea guardada y cumplida la
Ordenanza hecha por el Concejo, Justicia y Regimiento de la Ciudad de
Úbeda cerca de los sitios en este pleyto por parte de el Lugar de la Torre
Perogil presentada y en guardándola y cumpliéndola debemos mandar y
mandamos que el Lugar de la Torre Perogil pueda poner y ponga Guardas
que guarden sus sitios desde el mes de Mayo hasta el día de Santa María de
Agosto de cada un año, para que no entren ningunos ganados mayores ni
menores, ni puercos de los vecinos de Úbeda ni de otra parte alguna, ni de el
Lugar de la Torre, assí Concejiles como de particulares en los rastrojos de los
dichos sitios y que los dichos sitios debemos declarar y declaramos que sean
y se entiendan donde son y están las huertas, con viñas y olivares y tierras
de labor, que el Lugar de la Torre y vecinos della tenían y poseían y labraban
antes de veinte años a esta parte, pero que las tierras que los vecinos de el
Lugar, han rozado y rompido y labrado dé los veinte años a esta parte, no
sean guardadas por sitios del Lugar, y por esta nuestra Carta sentencia
definitiva assí lo pronunciamos y mandamos.—Licenciatus Belázquez.—
Licenciatus De Castro.—Dada en la nombrada y grande Ciudad de
Granada a cuatro días de Agosto del año del nacimiento del nuestro
Salvador Jesuchisto de mil y quinientos y veinte años.—Yo Diego Gómez de
Lumiel, Escribano de Cámara y de la Audiencia de sus Cesáreas Magestades
Católicas la hice escrivir por su mandato con acuerdo de el Presidente y
Oydores de su Real Audiencia.—Canciller, Alonso Núñez.—Doctor
Episcopus Milidomay.—Ipontorus Licenciatus Doctor Avila.—Doctor
Escudero, Licenciatus de la Corte.—Licenciatus Luna.—Licenciatus Girón»
21 .
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Estas valiosas noticias están contenidas en la Real Carta Ejecutoria de Carlos III. La Real Carta
Asociación Cultural Ubetense «Alfredo Cazabán Laguna»
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