PRESENTACIÓN DE LA ASOCIACION PROFESIONAL DE EXPERTOS TÉCNICOS INMOBILIARIOS (ETI) La Asociación Profesional de Expertos Técnicos Inmobiliarios es una entidad con plena personalidad jurídica, constituida en el marco del principio de libertad de asociación sindical al amparo de la Ley 19/77, de 1 de abril, reguladora del derecho de asociación sindical, y del Real Decreto 873/77, de desarrollo de la anterior, y regulada por los propios Estatutos de la Asociación. Tiene su domicilio social en la calle Gran Vía nº 63, 2º Izquierda, de Madrid, código postal 28013, y sus números de contacto son: Teléfonos: 915590209 - 915595627 Fax: 917581405 E-Mail: [email protected] Fue constituida en el año 1993, primero con ámbito de actuación autonómico y, posteriormente, en el año 1995, adquiere carácter nacional. Se halla registrada en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Subdirección General de Programación y Actuación Administrativa, con el expediente 6.528, siendo una de las pocas asociaciones que, con este carácter y autorizadas por dicho Ministerio, forma y aglutina a profesionales y empresarios que operan en el sector inmobiliario. Actualmente está integrada por más de QUINIENTOS ASOCIADOS, Expertos Técnicos Inmobiliarios, la mayoría de ellos ejercientes, si bien en estos momentos se encuentran en periodo de formación cerca de 3.000 alumnos. Esta Asociación está formada por empresarios y profesionales, expertos en técnicas inmobiliarias, y son sus objetivos básicos: la defensa de los intereses empresariales y profesionales de sus miembros, la negociación colectiva, como asociación empresarial, con los sindicatos; y la docencia, para hacer posible el desarrollo de la profesión y procurar una mejor capacitación de sus miembros en el ejercicio de la misma. Como fin primordial, asentar la profesión en la sociedad como una profesión ejercida por personas ampliamente capacitadas. El título de Experto Técnico Inmobiliario, expedido por esta Asociación, acredita una alta cualificación para ejercer en el mercado inmobiliario, en libre competencia con API´s, Administradores de Fincas y otros colectivos de profesionales. Actualmente, el programa de estudios para la consecución del título de ETI está incorporado a los Estatutos de la Asociación, depositados y registrados en el citado Ministerio, expediente 6.528. El título de ETI está también admitido por la Federación Politécnica Española de Diplomados FEDINE, en la agrupación de Técnicas Inmobiliarias. El Curso para la obtención del Título de Experto Técnico Inmobiliario es impartido por el Centro de Formación ESINE, institución educativa de amplio y reconocido prestigio. 2 La actividad profesional de los ETI está contemplada por la Dirección General de Tributos, que habilita epígrafes específicos para la desempeñada por otros profesionales en el sector inmobiliario, que no sean ni API ni Administradores de Fincas. En resolución de 5-111991, al resolver una consulta sobre el encuadre en las tarifas del IAE de la actividad de Experto Inmobiliario, señalaba el epígrafe 799, de la Sección 2ª, como propio de las actividades de experto inmobiliario. Existe también otro epígrafe, el 834 “Servicios relativos a la propiedad inmobiliaria”, cuando la actividad tiene carácter empresarial, que es adecuado a los Expertos Técnicos Inmobiliarios, por el carácter empresarial de la Asociación. En definitiva, nuestro título de Experto Técnico Inmobiliario capacita para ejercer en todas aquéllas actividades recogidas en los fines u objeto social contemplados en los Estatutos de la Asociación: todo tipo de operaciones relacionadas con el campo inmobiliario, tales como intermediar en la compra, venta y arrendamiento de viviendas, locales de negocio, terrenos, etc; administración de fincas y comunidades, así como patrimonios inmobiliarios; realizar valoraciones, peritaciones y tasaciones inmobiliarias; ejercer dentro del sector de los servicios inmobiliarios, así como la realización de gestiones y/o tramitaciones de cualquier clase por cuenta de terceros ante particulares, Organismo o Entidades públicas o privadas. La profesión y actividad profesional de los Expertos Técnicos Inmobiliarios es distinta de la de los API y Administradores de Fincas, si bien ambas inciden parcialmente en el mismo campo de aplicación, en el que existe plena y libre competencia, según ha declarado el Tribunal de Defensa de la Competencia. PROBLEMÁTICA SITUACIÓN DEL SECTOR INMOBILIARIO Los excesos cometidos en años pasados (1999 – mediados de 2007) en el sector residencial han provocado, unido al contexto mundial, una situación en la que se puede afirmar que el mercado inmobiliario está roto y el sistema financiero colapsado. La dificultad de conseguir crédito hipotecario para familias y promotores ha provocado un parón en seco de la actividad inmobiliaria, pasando de venderse a un ritmo de un millón de viviendas al año a las 561.420 durante 2008, según datos aportados por los registradores, y de edificarse en torno a las 800.000 viviendas, se ha pasado a menos de la mitad en 2008 y bajando para este año hasta las 150.000, previsiblemente. El sector de la intermediación inmobiliaria no ha sido ajeno, como no podía ser de otra manera, al descalabro existente en el número de compraventas. Y ello ha conllevado una drástica reducción del número de oficinas y de las que aún están abiertas, a una sustantiva reducción de personal. Si bien el boom inmobiliario y el decreto de liberalización abonaron el terreno para la aparición de un sinmúmero de operadores (no cualificados en su mayor parte), es cierto que han sido los primeros en emigrar a otras actividades más lucrativas. Entendemos que el propio mercado ha realizado una limpia y que los operadores que aún desarrollan actividad inmobiliaria es porque gracias a su formación y experiencia han querido y han sabido capear el temporal dando un servicio integral y de calidad. Creemos que es un buen momento para establecer una regulación de la actividad de la intermediación y evitar de ese modo que vuelva a entrar en el sector ningún operador que no 3 cumpla al menos tres requisitos para nosotros fundamentales: Una formación integral y adecuada, un seguro de responsabilidad civil, y pertenencia a un colectivo que vele por su reciclaje y le aplique un código deontológico que cumplir. Garantías éstas que redundarán en beneficio de los consumidores, sin duda. Por otro lado, entendemos que la demanda de vivienda existe pero está retenida. Y lo está por dos motivos: a la espera de que el precio de la vivienda baje aún más y/o por fata de financiación. En el primer caso, creemos que ya se dan las condiciones adecuadas para que el comprador negocie a la baja el precio de la vivienda entre un 30 y un 40 por ciento del precio inicial en el caso de la vivienda usada (nuestro campo tradicional) y ya hay promotores que anuncian rebajas del 20 por ciento en promociones nuevas. No creemos que quede mucho margen de bajada y que el ajuste de precios ha sido ya importante. De seguir así, nos podemos encontrar con que toda la demanda embalsada considere a la vez que ya es hora de comprar y provoque un corrimiento de precios al alza. En cuanto a la falta de financiación, las medidas adoptadas por el ejecutivo no están dando los resultados esperados. Hay que canalizar mejor y ampliar las ayudas a la banca para que pueda derivar parte realmente a las familias, y contemplar ayudas directas a la compra de vivienda (tanto para la nueva como para la usada). La clave no está en eliminar la deducción por la compra de vivienda para provocar un estímulo de compra, sino en que las entidades de crédito aflojen con criterio los requisitos exigidos. A MODO DE PROPUESTA Desde APETI entendemos y sabemos que la recuperación del sector vendrá de la mano de la recuperación de la economía. La seguridad en el empleo es el principal factor (quizá el determinante) que anima a las familias a decidir sobre la compra de vivienda. Mientras exista la incertidumbre y el pesimismo general sobre la seguridad en el empleo actual, difícilmente una familia va a emprender la decisión más importante de su vida: destinar sus ahorros presentes y futuros en la compra de su vivienda, un lugar en el que desarrollar su faceta existencial. Y esa seguridad en el empleo viene sobrevenida a una franca recuperación económica, algo que aún ni se atisba. Para dinamizar, pues, la demanda hay que trabajar en otros ámbitos, fundamentalmente establecer estímulos. Y entendemos que éstos deben concentrarse en dos ámbitos: mejora en la financiación y ampliación (y no eliminación) de los incentivos fiscales. Dando por hecho que el factor precio se está ajustando sustancialmente, resulta necesario incidir en esos dos aspectos anteriores (financiación y motivaciones fiscales). Pero resulta también muy importante el factor psicológico del comprador, un factor de tinte pesimista en el sentido general y, llamémosle, esperanzista-aplazista (permítasenos el vocablo), en el sentido – equivocado- de que tiene la esperanza de que el tiempo corre a su favor (los precios seguirán bajando, el euribor no ha tocado suelo todavía, etc ...). Si a ello el Gobierno contribuye con un discurso demonizador de la compra de vivienda libre y del sector en general, mucho nos tememos que el mercado inmobiliario no se reactivará hasta dentro de unos años. 4 En concreto, en el tema fiscal proponemos tres medidas: - Reducir el Impuesto de Trasmisión Patrimonial al 4 por ciento en inmuebles con un precio de hasta 300.000 euros - Aplicar dicho impuesto al diferencial de precio entre el precio de compraventa y el de la anterior compraventa. - Y ampliar la deducción fiscal hasta 15.000 euros en rentas anuales brutas inferiores a 24.000 euros, reduciéndose la deducción linealmente 1.000 euros por cada 1.000 euros que aumente la renta, para desaparecer en rentas anuales brutas superiores a 39.000 euros. - Incluir a la segunda vivienda dentro de las mismas ventajas fiscales que la vivienda habitual. Creemos que estas medidas, junto a una flexibilización en la concesión de crédito hipotecario a las familias y un cambio de discurso por parte del Gobierno apoyando tanto al sector de la construcción (que tanto ha aportado a la economía nacional) como al de la intermediación inmobiliaria, provocarán un acercamiento progresivo de la demanda a la compra de vivienda. 5