Acrobat - Revista de Ciencias Sociales

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Departamento de Ciencias Sociales
Universidad Arturo Prat. Iquique
REVISTA CIENCIAS SOCIALES Nº 26
Primer Semestre 2011 pp. 69-73
ISSN 0717-2257
JOAQUÍN AGUIRRE LAVAYÉN. Guano Maldito. Los orígenes de la Guerra del Pacífico
Chile-Bolivia-Perú 1879. Editorial La Hoguera; Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 2008. 429 pp.
Joaquín Aguirre Lavayén, escritor boliviano, licenciado en Filosofía y Literatura
comparada, con estudios de posgrado en literatura, dirección teatral y cinematografía en la
Universidad de Stanford, California, se ha destacado en diversos ámbitos del quehacer boliviano.
Fue miembro de la delegación boliviana que participó en la creación de las Naciones Unidas
(1945), ejerció la Presidencia de la Corporación Boliviana de Fomento (1976), fue Senador
de la República (1994) y un exitoso autor de obras teatrales y novelas históricas, siendo la de
mayor importancia “Guano Maldito”.
Este libro editado originalmente el año 1976, constituye uno de sus más importantes
trabajos en el campo de la literatura. La edición reseñada correspondiente al año 2008, posee
429 páginas, las que estructuran treinta capítulos que son antecedidos por una breve guía para
el profesor y el alumno (cuestión que nos da luces sobre el empleo pedagógico que se le da al
texto en Bolivia), un comentario a la nueva edición y dos extensas entrevistas al autor realizadas
el año 1976.
Guano Maldito es una novela histórica que recrea de forma muy peculiar uno de los
sucesos más dramáticos de la historia boliviana; la pérdida del litoral y las consecuencias de la
Guerra del Pacífico.
El capítulo uno presenta a los personajes ficticios creados para animar el relato de los
hechos históricos y reales vinculados al episodio bélico. Cabe señalar que en este ejercicio, el
autor cubre un vacío, puesto que la literatura de ficción sobre los orígenes de la Guerra del
Pacífico hasta ese momento era exigua.
El argumento central del capítulo, y que a la larga da sentido al texto, radica en la
acusación levantada contra el guano como el principal culpable de los primeros “grandes
despelotes guerreros entre Chile y Bolivia” (63). Quienes dan vida a este relato son el Gran
Maestro, el arcángel Gabriel, la Gaviota, el Pelícano Mejillones y el Cóndor Potosito. Estos
personajes situados en la bahía de Mejillones asumen el rol de narradores de la historia y
relatores de diversos entretelones del conflicto entre Chile y Bolivia.
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En ese contexto, se relatan los principales hitos históricos que anteceden al conflicto.
A saber, la ocupación chilena de las covaderas de Morro Mejillones (1863), la fundación del
puerto de Antofagasta (1868), la fraudulenta entrega de concesiones guaneras concedidas por
Melgarejo (1869) entre otros hechos.
En esta revisión histórica observamos los pasajes más críticos del texto sobre la conducta
chilena. El autor hace alusión en forma irónica a “esos poderosos angelitos chilenos” al referirse
a autoridades chilenas que vivían en permanente conflicto de intereses. El panorama retratado
nos habla de ministros que eran socios y accionistas de grandes empresas salitreras, cuya
ambición los hizo dirigir la mirada a las guaneras del norte.
Aguirre escribe “… el descubrimiento del guano en Mejillones convirtió al abandonado,
hasta entonces, Desierto de Atacama, en codiciada tierra prometida y que a ello se sumó el
negocio fabuloso del salitre” (67).
Producto de este interés chileno por el guano, se desarrolla la invasión militar chilena
del litoral boliviano. Hecho que a la postre daría inicio, según el autor, al “enclaustramiento
de Bolivia, ligado a la pérdida de sus riquezas de guano, de salitre, de minerales de plata y
de minerales de cobre” (69). Este arrinconamiento de Bolivia sería en palabras de Aguirre
Lavayén, un cuento amargo que aun no ha terminado. Expresando con ello un sentir boliviano
que hasta el día de hoy se observa.
En el capítulo dos aparece el personaje del pelicano Mejillones, quien relatará numerosas
historias, aventuras y desventuras protagonizadas por militares y autoridades bolivianas durante
el desarrollo del conflicto. Este capítulo es más narrativo que el anterior. Aparecen más alusiones
metafóricas. Pero siempre guardando un margen amplio para el relato histórico. En ese sentido,
se describen historias sobre el origen del interés en el “excremento”, las pugnas por lograr
concesiones, las traiciones, los actos de corrupción y las deslealtades cometidas en aquella época.
El capítulo tres revisa las primeras expediciones europeas a Chile, las que tienen como
denominador común el interés en establecer comercios. El autor describe cómo dicho interés
europeo va posicionando a Chile como un territorio apetecible y muy atractivo para el comercio
y la generación de riquezas.
El capítulo cuatro presenta detalles más privados de las visitas de los expedicionarios
europeos. Junto a ello contextualiza el escenario histórico del continente Sur americano. En
este capítulo nuevamente se aborda el tema del interés europeo en nuestro continente. De esa
forma, repasa los orígenes de la conquista y dominio del territorio, la llegada de expediciones
europeas y las abusivas acciones para apoderarse del guano. Una forma poco docta y académica
de explicar el poderío foráneo y las riquezas guaneras regionales, es presentada por el autor de
la siguiente forma: “no somos tan ricos como nuestros parientes del norte, pero eso si, nadie
nos gana en cagar” (96). Precisemos que, toques de humor, ironía y sarcasmo se leen a lo largo
de todo el libro.
reseña de libros
El capítulo cinco prosigue con una crítica a la colonización, la intromisión cultural,
el dominio y el saqueo. La bonanza británica, en especial el comercio y tráfico del guano y el
salitre, es cuestionada y es apuntada como una de las causantes de la Guerra del Pacífico (104).
Los capítulos seis, siete y ocho del libro presentan antecedentes sobre el origen, el apogeo
de la industria del guano y sobre la histórica apropiación de riquezas como la plata, el oro, el
salitre y el guano, llevada a cabo por los “malandrines” extranjeros. Aquí el autor endurece su
relato y nos habla de una larga historia de extracción, usurpación, saqueo y empobrecimiento.
Hay implícita una autocrítica al comportamiento de los países suramericanos por permitir la
usurpación.
El capítulo nueve es fundamental ya que postula que la lucha por el guano termina
disolviendo la Hermandad Americana. El autor sentencia: “En el paralelo del guano ya no
existe hermandad americana” (131), toda vez que el negocio del excremento de aves marina
fue convertida en oro por la familia Gibbs. Y al ocurrir esto, surgió el interés y las posteriores
pugnas por apoderarse de las guaneras. Es así como Chile envía misiones de reconocimiento, se
propone modificar el límite norte de Chile con Bolivia al paralelo 23 sur, se establecen alianzas
chileno-inglesas en cada intento invasor.
La proposición de redefinir el límite norte con Bolivia marca un hito de radical
importancia en la relación chileno- boliviana. El establecimiento del Paralelo 23 (o paralelo del
guano) genera un quiebre profundo entere ambas naciones. El autor lo expresa del siguiente
modo: “El desprecio chileno es ahora sobre todo duro con esos indios y cholos del norte que
mascan coca y que huelen a chivo rancio” (138).
En el capítulo diez, se inicia el relato de la trágica comedia de guanos. Aquí los personajes
cobran mayor protagonismo en el relato y describen la geografía del litoral y el altiplano
boliviano. Pero junto a tal descripción geográfica aparecen las primeras notas autrocríticas, al
reconocer yerros, equivocaciones y omisiones bolivianas.
Se puede observar en este capítulo que el autor no sólo elabora un discurso acusador
e incriminatorio contra Chile, sino que expone antecedentes que dejan en evidencia actos,
comportamientos, hechos llevados a cabo por bolivianos que atentaban contra del bienestar de
su propia nación. Aguirre es particularmente explícito al señalar que “la historia de Bolivia está
plagada de anticipos” (147), en clara y directa alusión a prácticas de adelantos o pagos por parte
de empresarios a autoridades y militares bolivianos.
Los capítulos once al dieciséis relatan sucesos más específicos y personales vinculados
a autoridades y políticos bolivianos. Se repasan historias de conflictos internos, asesinatos,
duelos, desconfianzas, dictaduras militares y revoluciones. Aspectos fundamentales para
comprender la histórica inestabilidad política de Bolivia, y descomprimir en alguna medida el
vendaval de acusaciones contra Chile que lo sindican como principal responsable del atraso y
enclaustramiento del país vecino.
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En los capítulos diecisiete y dieciocho se retoman aspectos antes abordados como
la invasión chilena en el norte, la apropiación de las guaneras y aspectos vinculados a las
negociaciones entre Bolivia y Chile por redefinir los límites fronterizos.
El capítulo diecinueve es particularmente interesante debido a que se abordan las
diferencias existentes entre Bolivia y Chile en un determinado periodo de tiempo. Así, el autor
retrata que cuando Bolivia era presa de constantes y sucesivos conflictos internos, Chile se
poblaba y con ello lograba consolidarse como Nación. Según el autor, previo al conflicto, Chile
ya se encontraba en mejores condiciones sociales, políticas y económicas que Bolivia. Chile
aparecía como centro intelectual de América del Sur y gozaba de una bonanza económica sin
comparación.
Entre los capítulos veinte y treinta se relatan casos, aventuras, hechos y episodios
particulares que son de interés, pero que en momentos tienden a desviar la atención del lector
y se pierde el foco sobre los aspectos centrales del texto.
Cabe destacar el tratamiento crítico otorgado por el autor hacia la figura del General
Melgarejo, a quien no duda en tildar de “el Tirano de Bolivia”. Un boliviano que “se jodió,
se jodió Bolivia!!” (372). Entre los capítulos veintiocho y treinta describe sus aventuras,
desventuras, desaciertos, actos de corrupción, fugas, escapes y posterior muerte.
En síntesis, Guano Maldito es un texto de fácil lectura, entretenido que mezcla la ficción
con el análisis histórico. El valor literario radica en que es la novela histórica más importante
que se haya escrito sobre el conflicto entre Bolivia y Chile. El estilo del autor combina, en su
narración, el humor, el sarcasmo, la ironía. En momentos adquiere ribetes de anecdotario y de
relato de historias privadas.
También posee un valor pedagógico. El estilo presentado permite llegar a un público
más masivo. Es un texto atractivo, que denota creatividad e imaginación.
El valor histórico del libro radica en que no sólo presenta una visión crítica sobre los
cuestionables comportamientos chilenos en el conflicto, sino que se plasma en sus páginas
una fuerte autocrítica. Existe un reconocimiento a una larga historia de pago de anticipos, de
corrupción, inestabilidad política interna, caudillaje local, lo que finalmente ha llevado a situar
a Bolivia como un “país turbulento”.
Finalmente, el autor como una especie de arenga manifiesta su lamento por las “muertes
de miles de jóvenes peruanos, bolivianos y chilenos enviados para defender riquezas de guanos
y salitres que hoy no tienen mercado” (421). Si bien asume que todo pasa, pero las heridas
quedan, es preciso archivar las iniquidades del pasado para siempre. Con la finalidad de “que
no se repitan esas cosas en este mundo, mundo en el que debe reinar la hermandad entre todos
los seres humanos” (424).
reseña de libros
Sin lugar a dudas un libro recomendable por su entretenido, ilustrativo y fresco relato
de un hecho histórico de suma importancia tanto para Bolivia como para Chile. Un texto
muy pertinente en tiempos en los que aun existen diferencias limítrofes y visiones dispares, y a
ratos inconciliables, sobre demandas marítimas bolivianas y posiciones radicales que alejan la
posibilidad de lograr la integración latinoamericana y establecer una verdadera Patria Grande.
Manuel Zamora Pizarro
Sociólogo
Escuela Desarrollo Social
Universidad Andres Bello (Antofagasta)
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