Asesinan a un chico en pelea callejera

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24 POLICIALES
La Plata, martes 29 de diciembre de 1998
BARRIO MONASTERIO
Asesinan a un chico en pelea callejera
Un joven resultó muerto y otro fue herido en un enfrentamiento entre bandas. Sucedió en la esquina de 11 y 82. Hay un detenido
Un joven fue asesinado y otro
resultó herido en una pelea callejera
entre dos bandas de chicos. El incidente se produjo alrededor de las 5
de la mañana de ayer, en la esquina
de 11 y 82 del barrio Monasterio. En
horas de la tarde, la policía identificó
y detuvo a una persona implicada en
el hecho.
Según informaron fuentes policiales, el cuerpo sin vida del chico
fue encontrado en dicha dirección a
primera hora de esta mañana. La
víctima fue identificada como
Cristian Ariel Segura, de 25 años.
En la misma pelea resultó herido
Juan Carlos Alí.
Relatos de testigos permitieron
saber que los chicos habrían consumido gran cantidad de bebidas
alcohólicas. A causa del calor,
habrían iniciado la ingesta en horas
tempranas de la tarde. El grupo al
que pertenecía Segura solía reunirse
en las cercanías del domicilio de
éste, en la manzana A del barrio. Por
razones que se desconocen, a esa
hora de la madrugada se encontraban en la esquina de 11 y 82, en la
entrada del monoblock número 12.
Fue entonces que se cruzaron con
otra banda de chicos que, según
declararon testigos, no pertenecían
al vecindario. Según lo declarado
por personas que presenciaron el
incidente, los chicos habrían comenzado a pelearse porque uno de ellos
se habría “negado a darle vino a
otro”.
En el fervor de la discusión, uno
de los miembros del grupo visitante
sacó un arma de fuego e hirió a Juan
Carlos Alí, amigo de la víctima. Eso
habría motivado que Segura saliera
en su defensa, resultando herido de
muerte también a causa de un disparo. La policía se encuentra investigando la naturaleza de las armas utilizadas. Las primeras pericias parecen indicar que el arma que dio
muerte a Segura sería de fabricación
casera. Se trataría de una lapicera
con un resorte en su interior, el cual
la haría funcionar como una pistola.
No puede precisarse si ambos disparos fueron cometidos con la
misma arma, aunque se cree que se
trataría de pistolas diferentes.
Federico Guillermo Atencio.
Le decían “el Pichi”
“Nunca tuvo problemas con nadie”, dijeron los vecinos.
La lapicera que mata
Una lapicera común y corriente puede convertirse
en un arma asesina. Se utilizan generalmente
lapiceras de envase metálico, para que el cuerpo sea
más firme. La punta de la lapicera se transforma en
el cañón del arma. Allí se aloja la bala. Se utilizan
proyectiles calibre 22 porque detonan con un golpe
de cualquier tipo. El golpe lo da un resorte que se
coloca en el cuerpo de la lapicera. Se tira dicho
resorte para atrás y, al soltarlo, se produce el disparo.
El grupo agresor se dio a la fuga.
Una vecina declaró que vio a varios
jóvenes tratando de reanimar a un
chico herido, probablemente se
trataría de Segura. Estaban usando la
canilla de una casa cercana. Al no
poder reanimarlo, lo dejaron abandonado en la vereda y llevaron al
otro herido al hospital. Los informes
forenses señalaron que Segura presentaba una herida de arma de
fuego, con orificio de entrada, en la
parrilla intercostal del lado derecho.
Los testimonios de personas que
Por lo pequeño del dispositivo, puede ponerse
uno en cada punta de la lapicera. Por lo tanto, los
dos disparos involucrados en el caso de Cristian
Segura podrían haber salido del mismo arma. Sin
embargo, es prácticamente imposible verificar ésto
porque el cañón no deja marcas en la bala, como lo
haría una pistola tradicional. Estas armas tienen un
alcance que no supera los dos metros. Más allá de
esa distancia, el disparo pierde fuerza y dirección.
presenciaron el hecho indicaron que
Segura no murió inmediatamente
después de recibir el balazo, sino
que su deceso se produjo algún
tiempo más tarde por la inmensa
cantidad de sangre perdida.
Mientras tanto, Juan Carlos Alí
fue trasladado al Hospital San Juan
de Dios, en donde se recupera favorablemente, debido a que la herida
no revistió ninguna gravedad.
Un detenido
Personal policial de la comisaría
8va. procedió, en horas de la tarde, a
la detención de un supuesto implicado en el caso en el que perdiera la
vida Cristian Ariel Segura. Fuentes
policiales informaron que se trata de
Pablo Martín Montenegro, de 20
años, con domicilio en la calle 74
entre 1 y 115. Actualmente se
encuentra en marcha la investigación que determinará la relación
de Montenegro con el caso.
La causa está caratulada como
“homicidio y lesiones”, e interviene
en el caso el juez de Garantías, Dr.
Cristian Ariel Segura era conocido por sus amigos como “Pichi”.
Tenía 25 años al momento de producirse el trágico incidente que puso
fin a su vida. Vivía solo en una sencilla casa ubicada en el número 22
de la manzana A del barrio
Monasterio. Su madre murió hace
varios años y su padre se lo había
llevado a vivir a Ensenada. Pero él
había regresado para alojarse solo en
el que había sido su barrio de la
infancia. Tenía varios hermanos,
pero ninguno vivía con él. La mayoría de las veces estaba acompañado
por sus amigos. “Amigos de la joda”,
como declaró uno de los vecinos
que lo conoce desde hace años.
Tal vez a causa de haberse quedado solo desde tan chico, al parecer
Cristian llevaba una vida un poco
desordenada. Solía pasar su tiempo
vagando con otros chicos de su edad
o reunidos en una esquina. Muchas
veces pasaba la noche afuera, lo que
le había provocado algunos altercados con la policía. Pero en diálogo
con este medio, todos en el barrio
declararon que era un “chico tranquilo” y que “nunca se metía con
nadie”.
Toda la cuadra se encuentra conmovida por lo que le pasó al “Pichi”.
“A mí me quería como una madre”,
nos contó una de sus vecinas.
“Nunca tuvimos problemas con él.
Respetaba mucho el barrio y a la
gente que vive acá. Una vez le pedí
que si quería hacer bochinche, que
se fuera lejos de la puerta de mi casa
porque a mí el ruido me molesta.
No tuve que decírselo dos veces,
enseguida me hizo caso.”
Casi todos sus allegados hablan
de él como de un hijo más. La pérdida de su madre lo había llevado a
buscar su familia en el barrio y ellos
respondieron preocupándose por lo
que le pasaba. Su padre venía seguido y le dejaba comida u otra ayuda.
Otra de sus vecinas nos contó que
ella “le decía que se busque un trabajo y que vuelva a vivir con su
papá. El me decía que tenía razón.
Ojalá me hubiera hecho caso.”
Muerte en un geriátrico por un ventilador
Chocó, mató a una mujer y quedó preso
Un octogenario mató de dos puñaladas a
un compañero de geriátrico en Capitán
Sarmiento. Según testigos del hecho, los
hombres discutían por la tenencia de un ventilador. El homicida fue detenido cuando
intentaba ocultarse en la casa de un conocido.
Confirmaron fuentes policiales que el
crimen ocurrió ayer, cuando Rosario Segovia,
de 80 años, discutió con René Díaz, de 62,
por la tenencia de un ventilador en la
habitación de un geriátrico. Según las fuentes,
Segovia mató a Díaz de dos puñaladas que
efectuó con un cuchillo tipo tramontina.
Un estudio médico reveló que la víctima
murió por dos heridas de arma blanca que
recibió en el corazón. La policía había llegado
al lugar del hecho, alertada por otros ancianos que están alojados en el geriátrico. El
detenido, a quien le secuestraron un cuchillo
tramontina, quedó alojado en un hospital
Un joven de 22 años quedó preso por el
delito de “homicidio simple”, después de
embestir con su auto al ciclomotor de una
mujer que murió en Monte Grande. El
muchacho fue castigado con una pena de
entre 8 y 25 años de cárcel
Según fuentes policiales, la situación del
detenido se agrava porque no habría ayudado a la víctima y, además, habría manejado
ebrio y sin licencia. El hecho ocurrió el
pasado 25 de diciembre, a las 8 de la mañana, en Cerveri y Edison de Monte Grande.
En dicha oportunidad, el automóvil Chevy
guiado por el joven de 22 años, cuya identidad se mantiene en reserva por cuestiones
legales, embistió un ciclomotor donde circulaba Silvia Medina Leiva, de 53 años.
“porque su salud no es buena”.
Apuñalado a sangre fría
Una joven de 20 años mató ayer de una
cuchillada a su pareja, de 24, en la habitación
de un hotel que compartían en Palermo.
La joven confesó ser la autora de la
puñalada, y él fue trasladado de urgencia al
hospital Fernández, donde murió a las
pocas horas. El crimen, de características
pasionales, ocurrió en la habitación 43 del
hotel ubicado en Sánchez de Bustamante al
2300.
Cuando llegó la policía al lugar, la joven,
presa de una crisis nerviosa, relató espontáneamente que labía clavado un cuchillo en el
pecho de su pareja. Luego llamó con urgencia
a una ambulancia que trasladó al joven al
hospital, pero la hemorragia que le produjo la
cuchillada le provocó la muerte.
Matrimonio muere e hijo se salva
Un joven matrimonio perdió la vida en
un choque ocurrido en General Lamadrid,
a 170 kilómetros de Bahía Blanca, mientras que el hijo de ambos, de sólo 10
meses, salvó su vida y se recupera en un
hospital.
El hecho ocurrió cuando Jorge Bergamachi, de 29 años, y su esposa Cecilia Arambides, de 22, que viajaban ayer a las 19 con su
hijo Nicolás, de 10 meses, en un Renault 12,
fueron embestidos por un Torino que guiaba
Carmelo Gastón Hoyos, de 19, en la intersección de Colón y Sarmiento.
El Torino se desplazaba a gran velocidad
y no se descarta que su conductor hubiera
bebido.
Los cuerpos del matrimonio Bergamachi
fueron despedidos por el violento choque,
lo que provocó la muerte instantánea de la
mujer y cuatro horas después, en el hospital
local, la de su esposo.
POLICIALES
La Plata, martes 29 de diciembre de 1998
25
EL ACUSADO SE HIZO CARGO Y CONSINTIO LA CONDENA
Un inédito juicio abreviado cierra
el asesinato de “Papupita” Córdoba
Es la primera vez que se aplica la modalidad del juicio abreviado a un asesinato. En este caso, el acusado se hizo cargo de
haber dado muerte a balazos a su víctima. El fiscal y la defensa negociaron la pena y la elevaron a un tribunal superior
El fiscal Javier Carlos Guzmán
solicitó a la Cámara Penal de La
Plata el primer pedido de juicio
abreviado implementado en un caso
de homicidio, en donde se acordó
-con la defensa- una condena de
prisión para el acusado de asesinar a
Daniel Raúl “Papupita” Córdoba,
en un crimen cometido a fines del
año pasado, y que fue el corolario
de una antigua rivalidad entre
ladrones de la vieja guardia de la
Favela y punteros narcos que
pelearían por el status entre las bandas de los monoblocks.
La modalidad del juicio abreviado otorga a las partes (tanto a la
acusación, como a la defensa) la
posibilidad de “negociar” un monto
de pena, y también la calificación,
de modo que la causa no sea elevada a juicio oral y sea resuelta con
mayor rapidez.
Este caso fue el primero en la
provincia que se implementó en un
hecho de homicidio. Hasta el
momento fue requerido en casos
menores, en su mayoría con penas
de prisión en suspenso y por delitos
excarcelables.
En este crimen, el fiscal Guzmán
y el defensor oficial Gabriel
Pranzini acordaron una condena de
8 años de prisión para el procesado
de 40 años, Oscar Oviedo, alias
“Peyo”,
El pedido de juicio abreviado fue
elevado ayer a la Sala IV de la
Cámara de Garantías y Criminal,
integrada por María Elia Riusech,
Sara Berta Rodríguez de González
y Carlos Alberto Ocampo. Los jueces resolverían hoy mismo la presentación del fiscal.
“Peyo” Oviedo fue detenido
junto a dos menores de 15 y 17
años el 5 de diciembre de 1997, en
un procedimiento realizado en el
barrio de Las Quintas. A los tres se
les imputó el doble crimen de
“Papupa” Córdoba y Gustavo
Spalletti, asesinado en La Favela, en
la madrugada del 13 de noviembre
del mismo año.
Cuando los detuvieron estaban
los tres durmiendo con las armas
debajo del colchón. De acuerdo a la
información policial, “Peyo” Oviedo
y los dos adolescentes pertenecerían
a una familia de la Favela, conocida
como los “Rabanitos”, dueña
durante muchos años de una verdulería en el conglomerado de
Ringuelet.
Ese grupo habría disputado
tradicionalmente el poder de la
familia Córdoba, conocidos como
los “Papupa”.
El tiroteo
Los vecinos de La Favela siempre sostuvieron que la muerte de
Córdoba y Spalletti se produjo en
medio de un tiroteo, frente al
monoblock 14, en 529 y 18.
Sin embargo, desde la primera
información oficial se decía que
Papupa y Spalletti habrían robado
una camioneta Fiorino y que, tras
discutir qué harían con los dos
rehenes que llevaban, se dispararon
mutuamente. La versión del tiroteo
fue creciendo. Ya no sólo era tiroteo, sino que hubo trompadas. Dicen que Papupa le habría pegado al
hijo de Oviedo. Que éste último se
hartó, “porque se creía el dueño del
barrio”. Y dijo basta: “lo voy a
matar”. Y así ocurrió en la sangrienta madrugada cuando el “Peyo”
habría gritado: “te dije que te iba a
matar”.
Abreviar el proceso
Los juicios abreviados implementados hasta el momento se caracterizaron por el consentimiento
expreso del imputado. En general,
cuando los acusados poseen contundentes pruebas en su contra -ya
sea testimonial o pericial-, la
defensa propone acordar una condena negociada con el fiscal, siem-
pre ajustada a derecho y con las
debidas garantías constitucionales,
que sirva para purgar el delito, y
que a la vez evite al imputado
transcurrir mayor tiempo del necesario en la cárcel (o en libertad
bajo proceso), mientras continúa
la sustanciación.
Los juicios abreviados requieren
de tres pilares fundamentales: el
consentimiento del fiscal, del defensor y el imputado.
Además, el código procesal de la
provincia de Buenos Aires estipula
como condición necesaria la convalidación de un tribunal superior. A
diferencia del sistema penal
anglosajón, en el que sólo basta el
acuerdo de las partes.
En el crimen de “Papupa”
Córdoba, la importancia no sólo
radica en que se trata del primer
caso de “homicidio” que llega a
juicio abreviado, sino también en
que el propio imputado (el “Peyo”
Oviedo) al convalidar la pena que
“más le conviene”, está también
aceptando su autoría y responsabilidad en el asesinato.
Y en un juicio oral, por cierto, es
poco frecuente y hasta inusual que
el acusado se pare frente a los jueces
y diga “yo lo hice, yo lo maté y
merezco una condena”.
n Oscar Oviedo, alias “Peyo”, de 40
años, consintió la pena de 8 años
de prisión, acordada por el fiscal
y la defensa.
n Es la primera vez que se aplica en
un caso de homicidio.
n El “Peyo” Oviedo, además, se
hizo responsable de haber matado a balazos a Daniel “Papupita”
Córdoba.
El día del operativo Favela Blanca. Allí hicieron eclosión las más fuertes disputas entre ‘Rabanitos’ y ‘Papupas’
Historias y códigos de dos familias enfrentadas
Entre los integrantes de las bandas hay códigos que el común de la
gente no conoce. En la cárcel, por
ejemplo, los presos tienen sus
propias jerarquías: la clase alta la
ocupan los estafadores, después le
siguen los grupos comando y bandas organizadas y terminan categorías menores como salideras,
punguistas y escruchantes. El delin-
n Favela Blanca: Son detenidos
más de 10 individuos, entre
ellos tres Córdoba: Juan
Pablo, de 47 años -cabo de la
comisaría 1ra. de Berazategui-, otro Juan Pablo, de
27, y Gastón, de 23, conocidos como los ‘Papupa’.
9 de noviembre de 1997
n Pelea callejera: Participan
varios jóvenes y hay un herido de bala. Habría participado Gustavo Spalletti.
13 de noviembre de 1997
n Tiros y muerte: en medio de
un tiroteo, Daniel Raúl
Córdoba y Gustavo Spalletti
son acribillados a balazos
frente al monoblock 14. Un
tercer joven, de apellido
Alfonzo, recibe un tiro pero
sobrevive.
9 de diciembre de 1997
nDetenciones: Apresan a 2 adolescentes -uno de 15 y otro
de 17- y un mayor identificado como Oscar Oviedo, de
40.
Favela Blanca
n El juicio abreviado es una modalidad recientemente incorporada
en el nuevo Código de
Procedimiento Penal.
n Cabe destacar que los otros dos
menores imputados por la
muerte de Spalletti están procesados por un Tribunal de Menores.
30 de octubre de 1997
cuente ortodoxo, el de la vieja
guardia, no mata si no es en defensa
propia y no aplica violencia innecesaria, no como la nueva camada que
golpea y dispara indiscriminadamente.
En este aspecto, el narco no
entra en ninguno de los parámetros,
y hasta hace poco en esa escala los
chorros más viejos los consideraban
con menos derechos. Tiene que ver
con un aspecto sociológico de cómo
se fueron desarrollando, ya que es
una actividad que se multiplicó en
nuestro país en los últimos quince
años. Muchos de esos códigos habrían intervenido en gran parte en
la historia entre los Rabanitos y los
Papupa en La Favela.
La policía siempre sostuvo que
los Rabanitos serían ladrones de la
vieja guardia. Una familia numerosa, dispersa en distintos sectores de
los suburbios, con una verdulería en
el conglomerado de Ringuelet que
les dio el apodo. Los Papupa, en
cambio, habrían manejado la venta
de cocaína en La Favela, un negocio
ilegal que se asentó en nuestro país
hace poco más de una década.
El barrio de monoblocks y
casitas de chapa comúnmente
conocido como La Favela es
una de las denominadas “zonas calientes” de La Plata. El
30 de octubre de 1997, a las
5, más de 100 efectivos policiales realizaron el operativo
antidrogas recordado como
Favela Blanca.
Ese día (dos semanas
antes del doble crimen de
‘Papupa’ Córdoba y Spalletti)
se incautaron seis kilos de
cocaína y fueron detenidas
más de diez personas
imputadas de integrar una
banda de narcos que traía
droga de Bolivia y Tucumán.
También se secuestraron
armas, autos y teléfonos celulares. También se incautó
una suma de dinero cercana a
los diez mil pesos, monto
diario que la banda, según
fuentes policiales, obtendría a
través de la distribución de
droga en La Plata, Berisso,
Ensenada y hasta en la costa
atlántica. Además se encontró
en el centro de una manzana,
un pozo donde se almacenaría la droga.
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