PÚBLICO Índice AI: AMR 51/049/2003/s 27 de marzo de 2003

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PÚBLICO
Índice AI: AMR 51/049/2003/s
27 de marzo de 2003
EXTRA 19/03
Pena de muerte / preocupación jurídica
EE. UU. (Ohio)
Lewis Williams, negro, de 44 años de edad
Está previsto que Lewis Williams sea ejecutado en Ohio el 16 de abril. Fue condenado a muerte por
el asesinato de una anciana blanca, Leoma Chmielewski, cometido en 1983.
Después de que el jurado declaró a Lewis Williams, de 24 años, culpable del delito, el juicio pasó a
la fase de determinación de la pena. En los juicios por delitos punibles con la muerte en Estados Unidos,
esta fase es en la que la fiscalía presenta testimonios «agravantes» en favor de la ejecución y la defensa
presenta testimonios atenuantes en favor de la indulgencia. El jurado tardó tres días de alcanzar un
veredicto de muerte, a pesar de que la defensa presentó testimonios mínimos con los que contrarrestar los
argumentos de la acusación en favor de la ejecución. Los abogados defensores sólo presentaron a tres
testigos en esta fase: un amigo de la infancia de Lewis Williams y dos miembros de su familia.
En agosto del 2001, la Corte de Apelaciones del Sexto Circuito, corte federal, confirmó la condena
contra Lewis Williams. El tribunal rechazó el argumento de que el hecho de que su abogado no investigara
exhaustivamente el historial de abusos y abandono sufridos por su cliente para presentarlo como prueba
durante la fase de determinación de la pena constituía una negación del derecho de Williams a una
asistencia letrada adecuada. El precedente de la Corte Suprema de Estados Unidos sobre esta cuestión,
sentado en 1984, establece que los errores de los abogados defensores no conllevan la anulación de la
declaración de culpabilidad o la condena a menos que el acusado pueda demostrar que dichos errores
afectaron al resultado del caso, algo muy difícil de demostrar. Según esta norma, los tribunales de apelación
deben mostrar «gran deferencia» hacia la actuación de los abogados y deben «presuponer sólidamente que
la conducta del abogado entra dentro de la amplia gama de asistencia letrada profesional razonable».
Incluso teniendo en cuenta esta estricta norma, una juez de los tres que componían la Corte del
Sexto Circuito discrepó enérgicamente en el caso de Lewis Williams. Según escribió, la preparación de los
abogados para la fase de determinación de la pena había sido «totalmente inadecuada», ya que si
«simplemente hubieran hablado sobre la vida de Williams con su familia más cercana», probablemente
habrían descubierto factores atenuantes sobre su entorno familiar, desestructurado y abusivo. Entre otras
cosas, Lewis Williams había sufrido abusos sexuales a manos de un primo suyo cuando no tenía más que
cinco años, había sufrido malos tratos físicos siendo niño a manos de su padre (quien le propinaba latigazos
tres o cuatro veces a la semana, en ocasiones con cables eléctricos), había presenciado cómo su padrastro
maltrataba a su madre, había contemplado la drogadicción de su padre y él mismo había empezado a
consumir drogas ilegales, incluida cocaína, a los 13 años. Además, Lewis Williams tenía un cociente
intelectual muy bajo (a los 11 años le habían calculado un cociente intelectual de 76, limítrofe con el retraso
mental).
La juez federal también escribió que, si los abogados defensores «se hubieran tomado la molestia
de obtener los expedientes escolares, médicos y de los servicios de menores» de Williams, habrían
descubierto que su madre había intentado que recibiera tratamiento psicológico a los 11 años. El niño había
empezado a escaparse de casa hacia los ocho o nueve años. El jurado escuchó abundantes testimonios
sobre los problemas que Williams había tenido con la ley siendo menor de edad, pero no tuvo conocimiento
de los antecedentes atenuantes que podrían haber explicado esos problemas. La juez del Sexto Circuito
escribió que, si los abogados defensores hubieran investigado a fondo, habrían hallado pruebas de que el
sistema de justicia de menores no había satisfecho las necesidades psicológicas y emocionales de Lewis
Williams.
La juez concluyó que una descripción del historial de Lewis Williams «podría perfectamente haber
influido en la apreciación del jurado sobre la culpabilidad moral de Williams [...] Dada la abundante
información que los abogados podrían haber presentado respecto a la difícil vida de Williams, y dada la
facilidad con la que podrían haber obtenido esa información, resulta difícil imaginar cómo el hecho de que
los abogados no realizaran una investigación adecuada y luego presentaran testimonios atenuantes sólidos
pudo no perjudicar a Williams».
INFORMACIÓN GENERAL
En contraste con la clara mayoría de países que han vuelto la espalda a la pena de muerte, Estados
Unidos sigue recurriendo a los homicidios judiciales. Desde que se reanudaron las ejecuciones en 1977, el
Estado ha dado muerte a más de 840 hombres y mujeres. La aplicación de la pena de muerte en Estados
Unidos sigue estando caracterizada por la arbitrariedad, la discriminación y los errores. Un 80 por ciento de
las personas ejecutadas desde 1977 fueron condenadas por delitos cuya víctima era blanca, pese a que el
porcentaje de blancos y negros que son víctimas de asesinato en Estados Unidos es aproximadamente el
mismo. La mayoría de los acusados que se enfrentan a delitos punibles con la muerte carecen de recursos
económicos para pagarse un abogado, por lo que dependen de los abogados de oficio designados por el
Estado. Muchos condenados han sido ejecutados a pesar de las sólidas pruebas que demostraban que se
les había negado su derecho a asistencia letrada adecuada. Las normas internacionales establecen que los
acusados a la pena capital deben recibir asistencia letrada adecuada «en todas las etapas del proceso».
En el año 2000 se publicó un estudio pionero sobre el sistema de aplicación de la pena capital en
Estados Unidos. En él se examinaban casos de pena de muerte entre 1973 y 1995 y se concluía que el
índice de error perjudicial en los casos de pena capital era del 68 por ciento. En otras palabras, los
tribunales hallaron errores graves y reversibles en casi 7 de cada 10 de las miles de condenas a muerte que
se revisaron en apelación durante los 23 años abarcados por el estudio. Este estudio, llevado a cabo por la
Universidad de Columbia, en Nueva York, concluyó que los errores más habituales eran la asistencia letrada
inadecuada y la ocultación de pruebas por parte de la acusación o la policía. El estudio expresaba honda
preocupación por la posibilidad de que los tribunales no estuvieran remediando todos los errores.
La facultad del poder ejecutivo para otorgar el indulto existe para compensar la rigidez del sistema
judicial. En 1993, la Corte Suprema de Estados Unidos describió el indulto del ejecutivo como «la válvula de
seguridad» del sistema judicial, y añadió que es «un hecho innegable que nuestro sistema judicial, al igual
que los seres humanos que lo administran, es falible».
ACCIONES RECOMENDADAS: Envíen llamamientos para que lleguen lo más rápidamente posible, en
inglés o en su propio idioma, utilizando sus propias palabras:
- manifestando su apoyo a la familia de Leoma Chmielewski y explicando que no pretenden disculpar la
manera en que murió ni menospreciar el sufrimiento que su muerte habrá causado;
- manifestando su oposición a la ejecución de Lewis Williams e instando a que se conceda el indulto en este
caso;
- expresando preocupación porque al jurado sólo se le presentaron pruebas mínimas sobre el historial de
abusos y abandono sufrido por el acusado en las que basar su decisión sobre la condena;
- subrayando que, incluso sin esta información, es evidente que el jurado tuvo problemas para alcanzar un
veredicto, lo que sugiere que las pruebas atenuantes que existían podrían haber convencido a uno o más
miembros del jurado de no dictar una condena de muerte;
- haciendo constar la enérgica opinión discrepante de una juez federal de la Corte de Apelaciones del Sexto
Circuito, según la cual la asistencia letrada que recibió Lewis Williams durante la fase de determinación de
la pena fue «totalmente inadecuada»;
- subrayando el elevadísimo umbral establecido para poder tener éxito en una apelación en la que se
argumente asistencia letrada inadecuada, y señalando que la facultad del ejecutivo para otorgar el indulto
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existe para compensar la rigidez del sistema judicial y las condenas excesivamente duras o
desproporcionadas.
LLAMAMIENTOS A:
Governor Bob Taft, 30th Floor, 77 South High Street, Columbus, Ohio 43215-6117, EE. UU.
Fax: +1 614 466 9354
Correo-E.: [email protected]
Tratamiento: Dear Governor / Señor Gobernador
COPIA A: los representantes diplomáticos de Estados Unidos acreditados en su país.
También pueden enviar cartas breves (de no más de 250 palabras) a:
Letters to the Editor, The Plain Dealer, 1801 Superior Ave., Cleveland 44114, EE. UU.
Fax: + 1 216 999 6209
Correo-E.: [email protected]
ENVÍEN SUS LLAMAMIENTOS INMEDIATAMENTE.
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