Pensionados, no se dejen confundir Análisis El Satélite/Octavio

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Pensionados, no se dejen confundir
Análisis El Satélite/Octavio Quintero
(02/08/16)
-Recientemente el caracterizado vocero de los pensionados, Antonio
Guihur, circuló en la red la respuesta que le dio el Ministerio de Hacienda a su
derecho de petición que, en resumen, pedía una explicación al hecho de que se
siga resistiendo el gobierno a reducir del 12 al 4 por ciento el aporte a salud de
los pensionados, mientras que a los empresarios sí se les tumbó ese parafiscal
con la excusa de generar empleo.
El Ministerio dice que para eliminar el parafiscal a los empleadores se compensó
con el impuesto CREE,y según el mismo Ministerio, al primer corte que se hizo de
su rendimiento resulta superior al tradicional aporte que venían haciendo los
empleadores. Qué bueno, pero…
Otro activista social con énfasis en la población de tercera edad, Édgar Victoria
González, dijo,
tras
conocer
la
respuesta
del
Ministerio
de
Hacienda: “Pensionados, no nos dejemos confundir”.
Ese es el quid del asunto: los pensionados no tienen por qué, ni tienen el
conocimiento tributario suficiente para enfrascarse en una discusión altamente
técnica con los burócratas del Ministerio de Hacienda. Su asunto es sencillo:
demostrar que se les viola el derecho a una vida digna al cargarles los aportes
patronales una vez pasan a retiro. ¿Con qué razón, no solo técnica sino legal, se
les declara a los pensionados patronos de sí mismos? ¿Excluyéndolos, de paso,
de otro derecho del que gozan todos los colombianos, menos ellos: el derecho
a la igualdad?
Esas dos serían razones más que suficientes para retar al gobierno, y a la justicia
en última instancia, a que les restituyan el derecho a una vida digna y el derecho
a la igualdad.
Pero, si no fuera suficiente, el propio gobierno tiene en sus manos el último
resultado de la encuesta “Sabe Colombia 2015” sobre estudio de salud, bienestar
y envejecimiento, en la que se señala que el 11 por ciento de los colombianos
(5,2 millones) son mayores de 60 años, y muestra la encuesta, de qué viven o
qué están haciendo…
Vean ustedes:
1). Las personas adultas mayores reportaron haber trabajado un promedio de
36,6 años para poder alcanzar la pensión: ¡UF!, toda una vida.
2). El 60% lo hace porque tiene necesidad del dinero… >Tienen necesidad de
dinero, se repite para los que crean haber leído mal.
3). El 13% para ayudar a su familia… > Para ayudar a la familia, ¡óigase bien!: no
es un cuento chimbo.
4). El 9.3% para mantenerse ocupado.
5). El 7.5% para sentirse útil.
6). 58% de los que trabajan lo hacen en ocupaciones informales de baja
calificación.
7). En todos los grupos de los 60 años en adelante, cerca del 30% no recibió
dinero, y de los que reciben, alrededor de la mitad recibieron menos de un salario
mínimo legal vigente.
Los ingresos provienen, 30,9% de actividades laborales, 29.1% del sistema
pensional.
Si se considera que el 90 por ciento de la población pensionada y no pensionada,
no pasa de 3 salarios mínimos, ¿no constituye un crimen social que, aparte de
reducirles de entrada su salario de activo como en un 30%, se les clave (perdón
por el término, pero es lo más gráfico) con el 8% del aporte a salud que venía
haciendo su empleador? ¿No es esto sacarle el pan de la boca a una vasta
población de adultos mayores que tienen que seguir trabajando por necesidad
y para ayudarle a la familia, según las respuestas 2 y 3 de la encuesta?
Bueno, si estos argumentos no son suficientes, entonces,
recojamos la Constitución de Colombia y retiremos de ella
esa línea que define esta República como un “Estado social
de derecho”, ya que, en este caso, no sería social ni tampoco de derecho, al
desconocer las necesidades apremiantes de una población
que trabajó en promedio 37 años para lograr una pensión
que luego el Estado le rapa, negándole dos derechos: a una
vida digna y a la igualdad, sin entrar en más consideraciones, pues,
espulgando nos vamos a encontrar con que los niños y los ancianos
tienen derecho a una especial protección del Estado.
“No se dejen
confundir”, como dice Édgar; y, “Dejémonos de vainas”, como decían
Daniel Samper.
Recomendaciones
Las recomendaciones de esta encuesta que, repetimos, es de tipo oficial, también
juegan en favor de los adultos mayores y, por supuesto, de los pensionados en
su lucha por deshacer una de las muchas injusticias que se han cometido con
ellos. Veamos:
“En coherencia con la Política Nacional de Envejecimiento y Vejez 2007-2019, es
necesario abordar estas diferencias con una aproximación de protección social
integral, en la que se consideren estrategias de manejo social del riesgo, que
prevengan, mitiguen y permitan superar las consecuencias de las inequidades
identificadas. En particular, se requiere el abordaje intersectorial para que
garanticen la seguridad económica, de vivienda y entorno, la educación, la salud,
la seguridad alimentaria, la promoción y asistencia social, y el derecho a una vida
digna.
“En aras de la prevención se requiere enfatizar en aminorar las diferencias de
género, de etnia, de posición social y de orden geográfico que promuevan el
acceso a la educación, al empleo formal y calificado, a los sistemas de protección
social y de promoción y prevención en salud. La prevención de las inequidades
identificadas requiere el trabajo sostenido en las nuevas generaciones con un
abordaje de curso de vida”.
Esto último sí que es importante, porque resulta que esta lucha de los
pensionados se la han dejado solo a ellos. Increíblemente los trabajadores activos
y sus agremiaciones sindicales parecen retratos de Dorian Grey: nunca van a
llegar a viejos. Y este último párrafo de las recomendaciones de “Sabe Colombia
2015”, también vale la pena enfatizarlo a ver su despierta un poco de solidaridad:
… “La prevención de las inequidades identificadas requiere el trabajo sostenido
en las nuevas generaciones con un abordaje de curso de vida”.
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