Capítulo 28 Un Embajador en Cadenas VI Parte El Fin de la Travesía Luego de la prolongada y azarosa travesía marítima llegaron a tierra firme, tal como Pablo se los había anticipado, sin el barco, pero sanos y salvos. Dios, en su infinita gracia, había concedido a Pablo la vida de las 275 personas que le “acompañaron” en aquel inolvidable viaje. Juntos habrían de comenzar una nueva y extraordinaria experiencia en aquella isla. En la Isla de Malta 1 Una vez a salvo, nos enteramos de que la isla se llamaba Malta.2 Los isleños nos trataron con toda clase de atenciones. Encendieron una fogata y nos invitaron a acercarnos, porque estaba lloviendo y hacía frío. 3 Sucedió que Pablo recogió un montón de leña y la estaba echando al fuego, cuando una víbora que huía del calor se le prendió en la mano.4 Al ver la serpiente colgada de la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este hombre es un asesino, pues aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a consentir que siga con vida.». 5 Pero Pablo sacudió la mano y la serpiente cayó en el fuego, y él no sufrió ningún daño. 6 La gente esperaba que se hinchara o cayera muerto de repente, pero después de esperar un buen rato y de ver que nada extraño le sucedía, cambiaron de parecer y decían que era un dios. 7 Cerca de allí había una finca que pertenecía a Publio, el funcionario principal de la isla. Éste nos recibió en su casa con amabilidad y nos hospedó durante tres días.8 El padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería. Pablo entró a verlo y, después de orar, le impuso las manos y lo sanó.9 Como consecuencia de esto, los demás enfermos de la isla también acudían y eran sanados.10 Nos colmaron de muchas atenciones y nos proveyeron de todo lo necesario para el viaje. Llegados a tierra firme en condiciones críticas, observamos una vez más al Apóstol ejerciendo un ministerio de genuino liderazgo, preocupado por el bienestar de su gente. Al ser mordido por una víbora, la gente del lugar atribuyó el hecho a un juicio divino. Dios mismo se encargaría de revertir las opiniones, protegiendo a su siervo, a fin de que éste continúe con su misión. El principal magistrado de la Isla, Publio, se encargó de brindar el alojamiento que se necesitaba de manera inmediata. Durante la breve estadía de tres días en casa de Publio, funcionario público de Roma, Pablo y su equipo misionero dieron inicio a un ministerio de atención integral. Primero, Pablo sanó al padre de Publio de la disentería que lo tenía postrado en cama con fiebre. Luego, los milagros se generalizaron. La gente de la Isla de Malta fue atendida por ‘el prisionero y sus esclavos’. Hay que destacar que la expresión “eran sanados”, puede traducirse también como: “eran curados”, lo cual sería una clara alusión a la participación profesional de Lucas, como médico que era. Este ministerio integral, desarrollado por espacio de tres meses, derivó en un reconocimiento honorífico. Pablo llega a Roma 11 Al cabo de tres meses en la isla, zarpamos en un barco que había invernado allí. Era una nave de Alejandría que tenía por insignia a los dioses Dióscuros.12 Hicimos escala en Siracusa, donde nos quedamos tres días. 13 Desde allí navegamos bordeando la costa y llegamos a Regio. Al día siguiente se levantó el viento del sur, y al segundo día llegamos a Poteoli.14 Allí encontramos a algunos creyentes que nos invitaron a pasar una semana con ellos. Y por fin llegamos a Roma.15 Los hermanos de Roma, habiéndose enterado de nuestra situación, salieron hasta el Foro de Apio y Tres Tabernas a recibirnos. Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimo.16 Cuando llegamos a Roma, a Pablo se le permitió tener su domicilio particular, con un soldado que lo custodiara. Luego de los tres meses en la Isla de Malta, zarparon. Llegan a Siracusa, donde descansan tres días y luego arriban a Poteoli, donde culmina por fin la travesía marítima. Allí se quedan una semana, por invitación de los creyentes que habitaban en el lugar. Al emprender camino a la Gran Capital, les sale al encuentro un comité de recepción de la ya existente iglesia de Roma. EL TRAMO FINAL •El Foro de Apio estaba a 70 km. de Roma y Las Tres Tabernas tan sólo a 55 km. •Se cumplía así el gran deseo de Pablo de ver y confirmar a los que había dirigido su Carta (Rom. 1:7 y 11), tan llena de afectuosos saludos (Cap. 16). Testificando en Roma 17 Tres días más tarde, Pablo convocó a los dirigentes de los judíos. Cuando estuvieron reunidos, les dijo: —A mí, hermanos, a pesar de no haber hecho nada contra mi pueblo ni contra las costumbres de nuestros antepasados, me arrestaron en Jerusalén y me entregaron a los romanos.18 Éstos me interrogaron y quisieron soltarme por no ser yo culpable de ningún delito que mereciera la muerte.19 Cuando los judíos se opusieron, me vi obligado a apelar al emperador, pero no porque tuviera alguna acusación que presentar contra mi nación.20 Por este motivo he pedido verlos y hablar con ustedes. Precisamente por la esperanza de Israel estoy encadenado. 21 —Nosotros no hemos recibido ninguna carta de Judea que tenga que ver contigo —le contestaron ellos—, ni ha llegado ninguno de los hermanos de allá con malos informes o que haya hablado mal de ti.22 Pero queremos oír tu punto de vista, porque lo único que sabemos es que en todas partes se habla en contra de esa secta. 23 Señalaron un día para reunirse con Pablo, y acudieron en mayor número a la casa donde estaba alojado. Desde la mañana hasta la tarde estuvo explicándoles y testificándoles acerca del reino de Dios y tratando de convencerlos respecto a Jesús, partiendo de la ley de Moisés y de los profetas.24 Unos se convencieron por lo que él decía, pero otros se negaron a creer. Entregado oficialmente a las autoridades respectivas, a Pablo se le permitió vivir a sus propias expensas, y por espacio de dos años esperó la audiencia con Nerón. Fiel a su compromiso con Dios testificó a los judíos del lugar, quienes no tenían mayor referencia de su situación, ni de las acusaciones que pesaban en su contra. “Desde la mañana hasta la tarde estuvo explicándoles y testificándoles acerca del reino de Dios y tratando de convencerlos...” 25 No pudieron ponerse de acuerdo entre sí, y comenzaron a irse cuando Pablo añadió esta última declaración: «Con razón el Espíritu Santo les habló a sus antepasados por medio del profeta Isaías diciendo: 26"Ve a este pueblo y dile: Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán. 27 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría." 28 Por tanto, quiero que sepan que esta salvación de Dios se ha enviado a los gentiles, y ellos sí escucharán.» 29Después que él dijo esto, los judíos se fueron, discutiendo acaloradamente entre ellos. Luego del manifiesto rechazo de parte de los judíos de Roma, Pablo dio inicio a un intenso ministerio en su casa alquilada, mientras esperaba la audiencia ante el César. “A la luz de las cavilaciones que revela el apóstol en Romanos 15, podemos pensar que en su aposento se iniciarían los movimientos de evangelización hacia Galia, Hispania y los demás países al occidente de Roma.” (Trenchard, Hechos, pg. 605) Luego del manifiesto rechazo de parte de los judíos de Roma, Pablo dio inicio a un intenso ministerio en su casa alquilada, mientras esperaba la audiencia ante el César. Como las anteriores, esta sección también concluye con una Declaración de Progreso: “Predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.” (Hch.28:31) “A la luz de las cavilaciones que revela el apóstol en Romanos 15, podemos pensar que en su aposento se iniciarían los movimientos de evangelización hacia Galia, Hispania y los demás países al occidente de Roma. Acudían y volvían a salir con encendida visión y renovada fe obreros del Señor del calibre de Timoteo, Aristarco, Epafrodito, Onésimo, etc., llevando ‘lo que habían aprendido’ a numerosísimos lugares e iglesias al multiplicarse los puntos de testimonio” (Trenchard, Los Hechos de los Apóstoles, pg. 605) 30 Durante dos años completos permaneció Pablo en la casa que tenía alquilada, y recibía a todos los que iban a verlo.31 Y predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno. Iglesias Fundadas al Final del Siglo I Iglesias Fundadas al Final del Siglo II Iglesias Fundadas al Final del Siglo III “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. Pablo Hechos 20:24 Queremos ser una iglesia ferviente, seriamente comprometida con la extensión del Reino de los Cielos, y la predicación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Para Dialogar en Grupos 1. ¿Cuál es para ti la enseñanza más importante del libro de los Hechos de los Apóstoles y cómo piensas aplicarla en tu vida? 2. ¿Cuál dirías que ha sido tu mayor obstáculo para cumplir con el mandato de la Gran Comisión y qué piensas hacer al respecto? 3. ¿Qué aspectos prácticos de la vida personal están involucrados en un compromiso serio con la extensión del Reino de los Cielos?