Planes de pensiones: la gran estafa

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OPINIÓN
Artemio Milla Gutiérrez
[email protected]
Doctor en Economía
Socio director de Altair Consultores
Planes de pensiones: la gran estafa
Q
ueridos lectores; desde siempre, he sostenido que
los planes de pensiones son, en esencia, una gran
estafa para el pequeño ahorrador que, confiando
en la buena fe de unos gestores de fondos vinculados, en su mayoría, a entidades financieras (sí,
estas entidades financieras que ahora están siendo beneficiadas por los Gobiernos y que tanto daño han hecho y hacen a la economía real), aportan
año a año sus pequeños ahorros para poder tener
una jubilación más holgada, sin saber que cuando
llegue el momento de la misma, igual cobran con
cromos de El Coyote.
Pero como no poseo la verdad absoluta, dejaré
que el lector saque sus propias conclusiones.
PAROLE, PAROLE, PAROLE
Antes de formarnos una opinión razonada sobre
si, de verdad de la buena, los planes de pensiones
son una estafa (estafa encubierta, engaño, promesa o parole, parole, parole [‘palabras, palabras, palabras’] como la famosa canción de Rita Pavone, o
como le queramos llamar, que en temas de semántica no voy a entrar), creo que es importante que
dispongamos de la siguiente información:
1.- Los planes de pensiones no son rescatables
por parte del ahorrador antes del momento de la
jubilación, a excepción de ciertos supuestos (tristes
supuestos, como paro de larga duración, incapacidad permanente, etc.). Es decir, que en condiciones
normales, el ahorrador está atrapado en su inver-
El autor defiende su tesis de que los planes de pensiones
son una estafa para el pequeño ahorrador, que confía
en una gestión que, en un futuro, puede no aportarle
ninguna rentabilidad
Enero
sión durante muchos, muchos años. Así, en momentos como los actuales, contemplamos atónitos cómo
los inversores asisten a una fulminante caída del valor de sus ahorros (ahorros que, no olvidemos, están
para vivir una jubilación más holgada, como ya he
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comentado) sin que nada puedan hacer. ¿Cambiar
de gestora? Qué gracia, la mayoría son igual de malas, ya lo verá usted más adelante. Así pues, alguien
debería plantearse el estado de indefensión en que
quedan los ahorradores cuando no pueden realizar
su inversión y/o salirse de la misma, mientras contemplan cómo vuelan sus ahorros.
2.- Por obra y gracia del legislador, la gestión
del plan de pensiones debe correr a cargo de una
entidad gestora. Es decir, que no se permite a un
ahorrador ser él el que gestione su inversión (no
sea que lo vaya a hacer bien). Ha de dejar la gestión de sus ahorros, de su plan de pensiones, a
unos gestores que saben de bolsa lo mismo que yo
de biología molecular (que no sé absolutamente
nada) y digo que igual no saben nada porque a la
evidencia empírica me atengo, como se verá más
adelante. ¿Acaso un ciudadano no debería ser libre
de gestionarse sus propios ahorros? Que hay que
controlar esto porque hay deducciones fiscales por
la aportación de fondos a los planes de pensiones,
pues que se controle por parte de la Administración. Hay mecanismos suficientes para ello.
3.- Los magníficos gestores de los planes de
pensiones (lo de magníficos se entenderá más adelante) cobran comisiones de gestión (que pueden
oscilar entre el 0,5% y el 2% del patrimonio gestionado), aunque la gestión de los mismos haya sido nefasta. Es decir, que si han hecho mal su trabajo (y como se verá más adelante lo han hecho
muy mal) siguen cobrando comisiones de gestión.
Hacer mal su trabajo es, por ejemplo, invertir en
valores de alto riesgo inadecuados para los menesteres del ahorro a largo plazo y el propósito del
mismo; hacer mal su trabajo es también ofrecer a
los ahorradores, de forma sistemática, rentabilidades reales negativas (en otras palabras, ni siquiera obtener una rentabilidad superior al IPC) con lo
que de manera continua se dilapidan los ahorros.
La verdad es que qué otra cosa se podría esperar de unos gestores que trabajan diez-once horas
al día y cobran menos de 3.000-4.000 euros al mes,
OPINIÓN
o lo que sea, en su inmensa mayoría (aunque esto
no es muy relevante), pues si algo supieran de gestión financiera y bolsa serían cuando menos millonarios. Esta es la pregunta clave que usted, amigo
lector, debe hacerle a su gestor de planes de pensiones: ¿eres millonario? En el 99% de los casos la
respuesta será un rotundo no, en cuyo caso, cómo
puede usted confiar en ellos?
GESTIÓN ACTIVA O PASIVA
Además, les encanta mover la cartera de valores que componen el plan de pensiones. Así, comprando y vendiendo (jugando a las casitas) generan
buenas comisiones que van a parar a sus bolsillos
porque, claro, cuando tocan la cartera de valores,
nos están tocando ya se sabe qué. Esta gestión,
que se llama gestión activa, en el fondo impide la
consolidación de plusvalías en el largo plazo. Una
gestión pasiva, invertir, por ejemplo, en un índice
bursátil y dejar pasar los años (como el buen vino)
sería, sin duda, una mejor estrategia en defensa de
los intereses del ahorrador (pero aquí hay mucho
que hablar y prefiero no entrar en más detalles).
Por último, la evidencia empírica es la que manda. Por si todavía existen dudas sobre lo comentado en los párrafos precedentes, Pablo Fernández,
profesor del IESE, realizó un estudio sobre la rentabilidad de los fondos de pensiones en España durante el período 1991-2006. Transcribo a continua-
“Que hay que controlar esto porque hay deducciones
fiscales por la aportación de fondos a los planes
de pensiones, pues que se controle por parte de la
Administración”
ción el resumen de este fantástico artículo, lleno
de didáctica, pedagogía y buena enseñanza, y cuya lectura sugiero:
“En los últimos cinco años (2001-2006), el 66%
de los fondos de pensiones del sistema individual
obtuvo una rentabilidad inferior a la inflación y el
92%, una rentabilidad inferior al 6,5% (la de los
bonos del Estado a diez años). A pesar de estos resultados, el 31 de diciembre de 2006, 9,9 millones
de partícipes tenían un patrimonio de 81.200 millones de euros en los 2.759 fondos de pensiones
existentes. De los 1.217 fondos con cinco años de
historia, sólo dos lograron una rentabilidad promedio superior al ITBM (Índice Total de la Bolsa
de Madrid) y, de los 382 fondos con diez años de
historia, sólo uno logró una rentabilidad promedio
superior al ITBM”.
Las conclusiones anteriores no pueden ser más
demoledoras, ¿no cree? Y ya para concluir, mi querido amigo lector, responda usted mismo a la pregunta del millón. ¿Considera que los planes de
pensiones son una estafa o como quiera usted llamarlo? Gracias por su atención.
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