Pedagogos clásicos

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SÓCRATES
Nació en la Antigua Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios
del siglo V a. C.,1 2 3 la época más espléndida en la historia de su ciudad natal,
y de toda la antigua Grecia. Fue hijo de Sofronisco —motivo por el que en su
juventud lo llamaban Σωκράτης Σωφρονίσκου (Sōkrátēs Sōfronískou,
‘Sócrates hijo de Sofronisco’)—, de profesión cantero, y de Fainarate,
comadrona, emparentados con Arístides el Justo.
Según Plutarco, cuando Sócrates nació su padre recibió del oráculo el consejo
de dejar crecer a su hijo a su aire, sin oponerse a su voluntad ni reprimirle sus
impulsos.4 5 No obstante, ni Jenofonte ni Platón mencionan esta intervención
del oráculo, lo que hace pensar que pueda ser una tradición popular muy
posterior.4
Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de
sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la
que salpicaba sus tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de
Atenas, a quienes les preguntaba sobre su confianza en opiniones populares,
aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna enseñanza. Tuvo por maestro
al filósofoArquelao quien lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.
Se casó con Xantipa (o Jantipa), que era de familia noble. Según una tradición antigua, trataba muy mal al
filósofo, aunque en realidad Platón muestra, al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón, una relación normal e
incluso buena entre los dos.
Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los que se decían sabios,
aunque él mismo no se consideraba un sabio, aún cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte, le preguntó
aloráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún
griego más sabio que él (Apología 21a). Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a
buscar alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de su época, pero se dio cuenta de que en
realidad creían saber más de lo que realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran
sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la suya propia. Esto
lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas.
Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de
sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Solo
sé que no sé nada» (Ἓν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα, hèn oîda hóti oudèn oîda). Su más grande mérito fue crear
la mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a sus alumnos a la resolución de los problemas que se
planteaban por medio de hábiles preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el
conocimiento y el autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia; representa la reacción
contra el relativismo y subjetivismo sofista, y es un singular ejemplo de unidad entre teoría y conducta, entre
pensamiento y acción. A la vez, fue capaz de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al sostener que la
virtud es conocimiento y el vicio ignorancia.
El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública eran su fuerte para conseguir la atención de las
personas.
Sócrates no escribió ninguna obra porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias ideas. Conocemos en
parte sus ideas desde los testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes, sobre todo.
Tales testimonios no son convergentes, por lo que no resulta fácil conocer cuál fue el verdadero pensamiento de
Sócrates.
Además de los discípulos mencionados, tuvo otros discípulos y oyentes, entre los que pueden recordarse
a Euclides de Megara, Fedón de Elis y Esquines de Esfeto.
Muerte
El envenenamiento por cicuta era un método empleado habitualmente por los griegos para ejecutar las
sentencias de pena de muerte. Sócrates fue juzgado y, declarado culpable, cumplió esta pena en el año 399 a. C.
Murió a los 70 años de edad, aceptando serenamente esta condena, método elegido por un tribunal que le juzgó
por no reconocer a los dioses atenienses y corromper a la juventud. Según relata Platón en la Apología que dejó
de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió
acatarla y morir.
A su muerte surgen las escuelas socráticas, la Academia Platónica, las menores, dos de moral y dos
de dialéctica, que tuvieron en común la búsqueda de la virtud a través del conocimiento de lo bueno.[cita requerida]
Platón no pudo asistir a los últimos instantes y éstos fueron reconstituidos en el Fedón, según la narración de
varios discípulos.
PLATÓN
Platón nació hacia el año 428 a. C. en Atenas o Egina en el seno de una familia
aristocrática ateniense.Guthrie (1988d, p. 21) Era hijo de Aristón, quien se decía
descendiente de Codro, el último de los reyes de Atenas, y dePerictione, cuya familia
estaba emparentada con Solón; era hermano menor de Glaucón y de Adimanto,
hermano mayor de Potone (madre de Espeusipo, su futuro discípulo y sucesor en la
dirección de la Academia) y medio-hermano de Antifonte (pues Perictione, luego de la
muerte de Aristón, se casó con Pirilampes y tuvo un quinto hijo). Critias y Cármides,
miembros de la dictadura oligárquica de los Treinta Tiranos que usurpó el poder en
Atenas después de la Guerra del Peloponeso, eran, respectivamente, tío y primo de
Platón por parte de su madre.6 En consonancia con su origen, Platón fue un acérrimo
anti-demócrata (véanse sus escritos políticos: República,Político, Leyes); con todo, ello
no le impidió rechazar las violentas acciones que habían cometido sus parientes
oligárquicos y rehusar participar en su gobierno.7
El nombre de Platón fue, al parecer, el apodo que le puso su profesor de gimnasia y que se traduce como aquel
que tiene anchas espaldas, según recoge Diógenes Laercio en Vida de los filósofos ilustres. Su nombre verdadero
fue Aristocles.8
Espeusipo, sobrino de Platón, elogia la rapidez mental y la modestia que tuvo de niño, así como su amor por el
estudio.9 En su juventud se habría interesado por artes como la pintura, la poesía y el drama; de hecho, se
conserva un conjunto de epigramas que suelen ser aceptados como auténticos, y la tradición refiere que había
escrito o tenía interés en escribir tragedias, afán que habría abandonado al comenzar a frecuentar
a Sócrates,10nótense las duras críticas que Platón hace de las artes en República, fundamentando su parcial
expulsión del Estado ideal. También, según se ve en su teoría educativa, siempre se interesó por la gimnasia y los
ejercicios corporales, y ciertas fuentes refieren que se habría dedicado a las prácticas atléticas; habría participado
asimismo de algunas batallas de la Guerra del Peloponeso y de la Guerra de Corinto, pero no hay información al
respecto más que simples menciones del caso. 11
En cuanto a su formación intelectual temprana, Aristóteles refiere que, antes de conocer a Sócrates, Platón había
tratado con el heraclíteo Crátilo y sus ideas de que todo lo sensible está en devenir y, por tanto, de que no es
posible el conocimiento científico acerca de ello; pero que luego, influido por Sócrates y su enseñanza e insistencia
en inquirir y definir qué es cada cosa para poder hablar de ella con propiedad, se convenció de que había
realidades cognoscibles y, por tanto, permanentes, y decidió que no eran sensibles -el ámbito de lo que siempre
deviene y nunca es- sino de naturaleza inteligible. Éste es, según Aristóteles, el origen de la teoría de las Ideas, y
su información nos permite reconstruir algo del itinerario biográfico-intelectual de Platón. 12
Según Diógenes Laercio, Platón conoció a Sócrates a la edad de 20 años,13 aunque el historiador W. K. C. Guthrie
se muestra convencido de que ya lo frecuentaba con anterioridad.14 De cualquier modo, puede acordarse en que el
primer encuentro se produjo entre el 412 y el 407 (es decir, entre los quince y los veinte años de Platón). A partir de
allí, fue uno de los miembros más cercanos del círculo socrático hasta que en 399, Sócrates, que contaba unos
setenta años, fue condenado a la pena de muerte por el tribunal popular ateniense, acusado por los ciudadanos
Ánito y Meleto de "impiedad" (es decir, de no creer en los dioses o de ofenderlos) y de "corromper a la juventud".
La Apología nos muestra a Sócrates frente al tribunal, ensayando su defensa y acusando a sus opositores de la
injusticia que estaban cometiendo contra él; luego de ser declarado culpable, Sócrates menciona a un grupo de
amigos que están en la tribuna, entre ellos Platón. 15 Sin embargo, Platón mismo hace que Fedón diga, en el diálogo
que lleva su nombre y al referir a Equécrates la tarde última de Sócrates con sus amigos antes de beber la cicuta,
que "Platón estaba enfermo, creo".16 A propósito de su ausencia, W. K. C. Guthrie (1988c, p. 462, n. 120) escribe:
"Juzgarlo de forma desfavorable por ello sería injusto, ya que no sólo debemos esa circunstancia a Platón mismo,
sino que el conjunto del Fedón, por no decir nada de otros diálogos, deja fuera de toda duda la indudable realidad y
la fuerza de su devoción a Sócrates. Sus sentimientos pudieron haber sido tan intensos que no fuera capaz de
soportar el espectáculo de ser testigo de la muerte real del mejor, el más sabio y el más justo de los hombres que
conoció".
ARISTÓTELES
Aristóteles nació en 384 a. C. en la ciudad de Estagira (razón por la cual se lo
apodó el Estagirita),6 no lejos del actual Monte Athos, en la península Calcídica,
entonces perteneciente alReino de Macedonia (actual Macedonia). Su
padre, Nicómaco, fue médico del rey Amintas III de Macedonia,7 hecho que explica
su relación con la corte real de Macedonia, que tendría una importante influencia en
su vida.
En 367 a. C., cuando Aristóteles tenía 17 años, su padre murió y su tutor Proxeno
de Atarneo lo envió a Atenas, por entonces un importante centro intelectual del
mundo griego, para que estudiase en la Academia de Platón.8 Allí permaneció por
veinte años.8
Tras la muerte de Platón en 347 a. C., Aristóteles dejó Atenas y viajó a Atarneo y
a Aso, en Asia Menor, donde vivió por aproximadamente tres años bajo la
protección de su amigo y antiguo compañero de la Academia, Hermias, quien era gobernador de la ciudad.8
Cuando Hermias fue asesinado, Aristóteles viajó a la ciudad de Mitilene, en la isla de Lesbos, donde permaneció
por dos años.7 8 Allí continuó con sus investigaciones junto a Teofrasto, nativo de Lesbos, enfocándose
en zoología y biología marina.7 Además se casó con Pythias, la sobrina de Hermias, con quien tuvo una hija del
mismo nombre.8
En 343 a. C., el rey Filipo II de Macedonia convocó a Aristóteles para que fuera tutor de su hijo de 13 años, que
más tarde sería conocido como Alejandro Magno.7 8 Aristóteles viajó entonces a Pella, por entonces la capital del
imperio macedonio, y enseñó a Alejandro durante, al menos, dos años, hasta que inició su carrera militar. 8
En 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo (llamado así por estar situado dentro
de un recinto dedicado al dios Apolo Licio).8 A diferencia de la Academia, el Liceo no era una escuela privada y
muchas de las clases eran públicas y gratuitas.7 A lo largo de su vida Aristóteles reunió una vasta biblioteca y una
cantidad de seguidores e investigadores, conocidos como los peripatéticos (de περιπατητικός, 'itinerantes',
llamados así por la costumbre que tenían de discutir caminando). 7 La mayoría de los trabajos de Aristóteles que se
conservan son de este período.7
Cuando Alejandro murió en 323 a. C., es probable que Atenas se volviera un lugar incómodo para los macedonios,
especialmente para quienes tenían las conexiones de Aristóteles.7 8 Tras declarar (según se cuenta) que no veía
razón para dejar que Atenas pecara dos veces contra la filosofía (en referencia a la condena de Sócrates),
Aristóteles dejó la ciudad y viajó a Calcis, en la isla de Eubea, donde murió al año siguiente, en 322 a. C., por
causas naturales.
Críticas a la teoría de las Ideas de Platón
En su juventud, Aristóteles fue discípulo de Platón en la Academia de Atenas. Aristóteles construyó un sistema
filosófico propio. Previo a ello, sometió a crítica la teoría de las Ideas de su maestro. Para intentar solventar las
diferencias entre Heráclito y Parménides, Platón había propuesto la existencia de dos dimensiones en la realidad:
el Mundo sensible y el Mundo inteligible. Para Aristóteles, el mundo no tiene compartimentos.
Si bien Aristóteles admite, al igual que Sócrates y Platón, que la esencia es lo que define al ser, concibe (a
diferencia de sus antecesores) la esencia como la forma (μορφή) que está unida inseparablemente a la materia,
constituyendo juntas el ser, que es la sustancia. La afirmación de la importancia del conocimiento sensible, y del
conocimiento de lo singular para llegar a lo universal, abrió posibilidades a la investigación científica.
Aristóteles rechazó fuertemente la teoría de Platón según la cual las ideas eran la auténtica realidad (por ser
subsistentes y autofundadas) y que el mundo sensible, captado por nuestros sentidos, no era más que una copia
de aquellas. Aristóteles, al contrario de Platón -que concebía la «existencia» de dos mundos posibles o reales
(algunos eruditos creen que la teoría platónica es en realidad un realismo de las Ideas)-, poseía una teoría que
discurría entre el mundo de las nociones y el mundo sensible, si bien estaba abierto a admitir la existencia de
sustancias separadas e inmóviles (como se muestra en la Física y en la Metafísica).
MARCO TULIO CICERÓN
Cicerón nace el 3 de enero de 106 a. C. en Arpinum (Arpino), un municipio localizado a 110 kilómetros de la capital,
en el seno de una familia plebeya elevada al ordo equester, electoralmente perteneciente a la tribu Cornelia.7 El
padre del orador era un caballero cuya delicada salud imposibilitaba la realización
de cualquier aspiración política, a causa de lo cual decidió permanecer en el
campo, donde se dedicó a la literatura.8 De su madre conocemos el nombre,
Helvia, la certeza de su pertenencia a una gens notable que contaba con
dos pretores, y su temprana muerte; en una carta a su hermano Quinto, Cicerón la
describe como la clásica matrona romana.9 El origen de su cognomen, Cicerón
-de cicer, esto es, «garbanzo»-, no es claro; según Plutarco provenía de un
ancestro suyo cuya nariz tenía esa forma, pero también pudiera ser que la familia
comerciara de antiguo con estas legumbres.
Cuando era niño le enviaron a Roma para estudiar Derecho con los más
importantes letrados del momento, como Escévola - entre cuyos alumnos se
encontraban Mario el Joven,Sulpicio y Ático - o Craso Orator. Gracias a este último
entró en contacto con Arquias (Aulus Licinius Archias), un poeta de Antioquía del que aprendió lo esencial de la
literatura helena y adquirió el placer de la poesía. 10 Quizá haya escrito su primera poesía a los catorce años (92 a.
C.) Pontius Glaucusb lo que al parecer da verosimilitud a las palabras dePlutarco que le consideraba un alumno
sobresaliente y precoz.
Asimismo, maestros como Filón de Larisa o Diódoto le brindaron una sólida formación filosófica.12 Como todos los
ciudadanos romanos, a los diecisiete años comenzó el servicio militar bajo las órdenes de Pompeyo Estrabón padre de Pompeyo - durante la Guerra Social. Cuando terminó el conflicto (81 a. C.) retomó los estudios.
Haría su estreno como letrado ese mismo año con el Pro Quinctio, sobre un problema sucesorio.
En 79 a. C. pronunció el Pro Roscio Amerino, en el que había un ataque implícito al dictador Sila.c La increíble
actuación del orador, que posibilitó que Roscio resultara libre, le llevó a determinar que lo más prudente era
mantenerse apartado de la ira de Sila durante un tiempo, por lo que marchó a Grecia (79 - 77 a. C.)
El primer año recibió las enseñanzas de Antíoco de Ascalón - académico ecléctico y sucesor de Filón de Larisa,
muy marcado por la doctrina aristotélica y estoica - Zenón y Fedro - epicúreos - en Atenas; y entre 78 y 77 a. C del
estoico Posidonio de Apamea y del retórico Apolonio Molón en Rodas. En Atenas trabó amistad con Ático, con
quien mantendrá el contacto por correspondencia durante el resto de su vida.
Por los muchos maestros que tuvo Cicerón, aplicó distintas concepciones en la resolución de problemas éticos. Sus
planteamientos relativos a la moral eran cercanos al estoicismo, mientras que en gnoseología defendía
unescepticismo moderado; todo ello desembocará en el eclecticismo presente en su obra, en el que sintetizará la
tradición clásica que reescribirá en latín.
Finalizado el periodo de formación retórica y filosófica retornó a la capital y se casó con Terencia. Fruto de este
matrimonio nacieron Tulia -esposa en su tercer y último matrimonio, de Cornelio Dolabela- y Marco.
Comienzos de su carrera política
Empezó su carrera política en 75 a. C., cuando alcanzó el cuestorado - primer paso del cursus honorum en Lilibea (Sicilia). No obstante en 70 a. C. es cuando comienza a ser reconocido a raíz del proceso contra Verres;
Cicerón representó a los sicilianos que acusaron a éste, ex-administrador de la provincia, de estar implicado en
múltiples casos de corrupción y en el robo de obras de arte. El discurso de Cicerón resultó tan contundente que
Verres, aunque estaba representado por el más célebre orador de la época - Hortensio - se exilió voluntariamente
en Massilia (Marsella) inmediatamente después de esta primera intervención - la llamada actio prima.
En 69 a. C. obtuvo el edilato y en 66 a. C. el pretorado. Ese mismo año defendió el proyecto de ley del tribuno de la
plebe Manilio, que proponía conceder a Pompeyo el mando de la lucha contra Mitrídates; el discurso que pronunció
- De Lege Manilia - le distanció de los conservadores (optimates) que se opusieron al proyecto. En ese momento
Cicerón decidió liderar una «tercera vía», la de los «hombres buenos» - boni viri - entre el conservadurismo de los
optimates y el «reformismo» radical de los populares; como consecuencia, la aparición en escena de populares
como César o Catilina le llevó a acercarse nuevamente a los conservadores.
MARCO FABIO QUINTILIANO
Nació en Calagurris Nassica, actual Calahorra, cerca de Logroño, en la provincia hispanorromana de la Tarraconense. Hizo sus primeros estudios en Roma, donde su padre ejercía la profesión de rétor o abogado; allí adquiere una cultura general muy completa siguiendo las lecciones de Remio Palemón y Servilio Nonanio en literatura y de Domicio Afer en elocuencia. Regresa a Hispania en el año 61 cuando Nerón nombra a Galba gobernador de la Tarraconense. Durante siete años, es profesor de elocuencia y abogado.
Vuelve a Roma en el año 68 tras el asesinato de Nerón, cuando es proclamado Galba emperador, y desarrolla una brillante y reconocida carrera de veinte años como abogado y profesor de retórica en la Roma de Vespasiano, Tito y Domiciano. Abrió una escuela pública de retórica que obtuvo un gran éxito y le hizo ganar alrededor de cien mil sextercios al año. Le fue encomendada la educación de los sobrinos de Domiciano y los hijos de la emperatriz Domitilla.
Su fama proviene sin embargo de ser el mejor profesor de retórica del mundo antiguo junto a Isócrates. En esta materia alcanzó un prestigio tal que se le nombró profesor oficial de la materia con retribución pública. Era amigo del científico Plinio el Viejo; el escritor romano Plinio el Joven fue alumno suyo y quizá lo fue incluso el historiador Tácito. Tras consumir esos veinte años como abogado y profesor, se retiró el año 89 para dedicarse a escribir rodeado de honores (los ornamenta, los consularia y la laticlavia —toga con una banda en su borde de color púrpura que sólo podían vestir los nobles romanos­). El fin de su vida está señalado con una serie de dramas familiares: el mismo año de su retiro, 89, perdió a su mujer, que tenía 19 años; en el 90, a su hijo primogénito, que contaba cinco; en 95, al segundo, con diez.
Escribió primero un diálogo que se ha perdido en que expone su propia posición sobre la creciente corrupción del arte de la elocuencia (De causis corruptae eloquentiae) y, poco antes de fallecer, divulgó su obra mayor: De institutione oratoria. Son espurias dos colecciones de declamaciones que se le atribuyen (Maiores y Minores). Murió probablemente poco antes del asesinato del emperador Domiciano, en el año 95.
Obra
Su fama proviene de su Institutio oratoria (c. 95
d. C. ), una obra enciclopédica que recoge todo cuanto es necesario para formar a un orador, en doce volúmenes. Como modelo supremo propone a Cicerón. En los dos primeros libros, Quintiliano trata la educación elemental y los métodos para la formación básica en el campo de la Retórica. Dedica los nueve libros siguientes a los fundamentos y técnicas de la oratoria. El Libro X es el más conocido; en él aconseja la lectura como elemento fundamental en la formación de un orador y contiene un famoso estudio sobre las personas que escribieron en griego y latín. El último libro presenta el conjunto de cualidades que debe reunir quien se dedique a la Oratoria, tanto en lo referente al carácter como a la conducta.
La obra defiende la formación íntegra del orador como ser humano y como hombre público y presenta una originalidad notable con un estilo ciceroniano lúcido y brillante; ejerció una gran influencia sobre la teoría pedagógicaque sustenta el Humanismo y el Renacimiento y fue traducida directamente del latín al español en dos volúmenes por Ignacio Rodríguez y Pedro Sandier (Madrid: Librería de Ranz, 1799).
LUCIO ANNEO SÉNECA
llamado Séneca el Joven (Corduba, 4 a. C. – Roma, 65 d. C.), fue un filósofo, político, orador y escritor romano, conocido por sus obras de carácter moralista. Hijo del orador Marco Anneo Séneca, fue Cuestor, Pretor y Senador del Imperio Romano durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio yNerón, además de ministro, tutor y consejero del emperador Nerón.
Séneca destacó tanto como pensador, intelectual y político. Consumado orador, fue tanto una figura predominante de la política romana durante la era imperial como uno de los senadores más admirados, influyentes y respetados, y fue objetivo tanto de enemigos como de benefactores, a causa de este extraordinario prestigio.
De tendencias moralistas, Séneca pasó a la historia como el máximo representante del estoicismo y moralismo romano durante la plena decadencia de la república romana en la cual vivió. La sociedad romana había perdido los valores de sus antepasados y se trastornó al buscar el placer en lo material y mundano, dando lugar a una sociedad turbulenta, amoral y antiética, que al final la condujo a su propia destrucción.
Aunque su familia era oriunda de Corduba —moderna Córdoba—, en la Bética, no existe ningún documento que permita afirmar con seguridad que nació en dicha ciudad. Sin embargo, la tradición ha situado su nacimiento en Corduba en torno al año 1 (se barajan tres posibles fechas para su nacimiento, los años 1, 4 y 5 d. C.), y por ello, sobre todo en el mundo hispanohablante, Séneca ha sido considerado como nacido en la moderna Córdoba.
El padre de Séneca, Marco Anneo Séneca, era un procurador imperial que se convirtió en una auténtica eminencia de la retórica, el arte de la oratoria y del debate. Además de Lucio, Marco tuvo otros dos hijos que a su manera también alcanzaron cierta relevancia. El primero, Novato, más conocido como Galión, fue el gobernador de Acaya que declinó ejercer su jurisdicción sobre San Pablo, y lo envió a Roma. El segundo, Mela, aunque menos ambicioso, fue un hábil financiero famoso por ser el padre del poeta Lucano,1 quien, por ello, era sobrino de Lucio Séneca. De toda la vida de Lucio Séneca previa al año 41 d. C. no se sabe gran cosa, y lo que en general se sabe es gracias a lo que el propio Séneca dejó por escrito en sus obras. Sea como fuere, es claro que provenía de una familia distinguida, perteneciente a la más alta sociedad hispana en una época en que la provincia de Hispania estaba en pleno auge dentro del Imperio romano.
Parece ser que pasó los primeros años de su vida en Roma bajo la protección de la hermanastra de su madre, su tía Marcia. Se afirma que en ese tiempo vivió con humildad en una habitación en el piso de arriba de un baño público, algo probablemente falso, ya que Marcia era una persona acaudalada. Durante este tiempo, parece que le fue enseñada la retórica y fue introducido en el estoicismo por el filósofo Atalo.
Marcia estaba casada con un équite (caballero) romano que en el año 16 fue nombrado gobernador de Egipto por el emperador Tiberio. Séneca acompañó al matrimonio a Alejandría, en Egipto, donde adquirió nociones de administración y finanzas, al tiempo que estudiaba geografía y etnografía de Egipto y de la India, y desarrollaba su interés por las ciencias naturales, en las que, a decir de Plinio el Viejo, destacaría por sus conocimientos de geología, oceanografía y meteorología. Por influjo de los cultos místicos orientales que había en Egipto, al principio demostró una cierta inclinación hacia el misticismo pitagórico enseñado por Sotión, y los cultos de Isis y Serapis, que por aquel entonces ganaban gran número de adeptos entre los romanos. No obstante, posteriormente se inclinó hacia el estoicismo, filosofía que adoptaría hasta el fin de sus días. Su formación, pues, fue muy variada, rica y abierta: además de formarse en Egipto, parece ser que ya en Roma había estudiado gramática, retórica y filosofía; es posible, además, que viajara en algún momento a Grecia para continuar formándose en Atenas, algo muy común entre los patricios de su tiempo. Sea como fuere, dejó escrito haber estudiado con Sotión, un filósofo ecléctico­pitagórico, con el estoico Atalo y con Papirio Fabiano. Más adelante, fue amigo íntimo del cínico Demetrio.
MESTRIO PLUTARCO
Queronea, hoy desaparecida, actual Grecia, h. 46 o 50 - id., h. 120) fue
un historiador, biógrafo y ensayista griego.
Plutarco nace en la región griega de Beocia, probablemente durante el
gobierno del emperador romano Claudio. Realizó muchos viajes por el
mundo mediterráneo, incluyendo uno a Egipto y dos viajes a Roma. Gracias
a la capacidad económica de sus padres, Plutarco
estudió filosofía, retórica y matemáticas en la Academia de Atenas sobre el
año 67. Uno de sus maestros, citado a menudo en sus obras, fue Amonio.
Algunos de sus amigos fueron muy influyentes, incluyendo a Soscio Senecio y a Fundano, ambos importantes
senadores y a los cuales dedicó algunos de sus últimos escritos. La mayor parte de su vida la pasó en Queronea,
donde fue iniciado en los misterios del dios griego Apolo. Sin embargo, sus obligaciones como el mayor de los dos
sacerdotes de Apolo en el Oráculo de Delfos (donde era el responsable de interpretar los augurios de la o
las pitonisas del oráculo) ocupaban aparentemente una parte pequeña de su tiempo. Llevó una vida social y cívica
muy activa, además de producir una gran cantidad de escritos, parte de los cuales aún existen.
Más moralista que filósofo e historiador, fue uno de los últimos grandes representantes del helenismo durante
la segunda sofística, cuando ya tocaba a su fin, y uno de los grandes de la literatura helénica de todos los tiempos.
Magistrado y embajador
Además de sus deberes como sacerdote del templo de Delfos, Plutarco fue también magistrado
en Queronea (en Beocia) y representó a su pueblo en varias misiones a países extranjeros durante sus primeros
años en la vida pública. Su amigo Lucio Mestrio Floro (de quien tomó su nombre latino: Lucio Mestrio Plutarco),
cónsul romano, patrocinó a Plutarco para conseguir la ciudadanía romana, y de acuerdo con el historiador del siglo
X George Sincellus, el emperador Adriano le nombró, ya en la vejez del escritor, procurador de Acaya (provincia
romana de la península del Peloponeso). Este cargo le permitió portar las vestiduras y ornamentos propios de
un cónsul.
Viajó a Sardes, a Alejandría y probablemente un par de veces (o más) a Roma. Sus amistades pertenecían a las
altas esferas socio-políticas, como el senador Julio Antíoco Filopapo (nieto del último rey de Comágene), el ya
mencionado senador Lucio Mestrio Floro y Quinto Sosio Seneción. Pese a estos contactos políticos en el Imperio
Romano, Plutarco decidió siempre vivir en la pequeña población de Queronea al igual que todos sus
antepasados.1 La enciclopedia Suda dice que el predecesor del emperador Adriano, Trajano, hizo a Plutarco
procurador de Iliria, aunque muchos historiadores consideran esto como poco probable, ya que Iliria no era una
provincia procuratorial, y Plutarco seguramente tampoco hablaba el idioma.
Plutarco en las literaturas hispánicas
La primera traducción a una lengua vernácula europea de la obra de Plutarco es la debida al Gran Maestre de
la Orden de San Juan de Jerusalén Juan Fernández de Heredia (h. 1310 - 1396) que mandó traducir al idioma
aragonés en 1389 la gran mayoría de las Vidas desde una versión intermedia que Demetrio Talodique hizo al
griego bizantino; esta versión fue pronto vertida al italiano y circuló entre los ávidos humanistas itálicos del
siglo XV. Después Alfonso de Palencia tradujo todas las Vidas paralelas en 1491. El humanista protestante
español Francisco de Encinas o de Enzinas tradujo parte de ellas y las dedicó a Carlos V en 1551. Diego
Gracián de Alderetetradujo las dos que faltaban a Enzinas y además los Moralia, cuya versión impresa
apareció en 1548. Ya antes fray Antonio de Guevara había saqueado las obras del Queronense sin piedad y
sin precisión en las citas. Quevedohizo una traducción glosada de la Vida de Marco Bruto que es una de sus
mejores obras y un monumento de prosa conceptista. En el siglo XIX se hizo célebre la traducción de
las Vidas de Antonio Ranz Romanillos, que se ha reimpreso hasta la actualidad.
TITO LIVIO
(Patavium, hoy Padua, Italia, h. 64 a.C. - id., 17 d.C.) Historiador latino.
Instalado en Roma probablemente a partir del año 30 a.C., se interesó
por la retórica y escribió diálogos morales, que después dejó de lado
para consagrarse a la redacción de una gran historia de Roma, Ab urbe
condita libri (más conocida como lasDécadas), que le valió el favor del
emperador Augusto. Sólo se conservan 35 libros de los 142 que
componían la obra, que cubre desde la fundación de la ciudad hasta el
año 9 a.C. Pieza cumbre de la prosa latina del final del período clásico,
para su composición se sirvió de archivos y de historiadores antiguos a
los que rara vez cita (por lo que su obra carece de fiabilidad respecto a
algunas épocas) e intercaló pequeñas reflexiones en medio de la
narración, marcada por un tono épico y dramático. Livio concebía la
historia desde un punto de vista moral, y, más que una obra
científicamente construida, la suya es la aportación de un poeta que
canta con entusiasmo el esplendor del pueblo romano. Muy admirado por sus contemporáneos, sirvió de
modelo a historiadores posteriores e influyó en los poetas épicos.
Descendiente de una familia acomodada, Tito Livio adquirió una buena formación cultural en Grecia, y estudió
retórica y filosofía en Padua y más tarde en Roma. Su infancia coincidió con los últimos acontecimientos que
precipitaron la crisis republicana hacia la monarquía cesariana; asumió la toga viril cuando Padua, junto con
toda la Galia Cisalpina, fue incorporada por Augusto a los dominios de Roma. En adelante, el futuro
historiador vería en Roma a la madre común. La "patavinitas" ("paduanidad" o peculiaridades propias de
Padua) que en Tito Livio o más probablemente en su lenguaje vislumbraba Asinio Polión permite creer que su
cultura debió de formarse sobre todo en la ciudad natal; en ella habría madurado el espíritu conservador
debido al cual mantendría ciertas simpatías pompeyanas y afirmaría no saber si el nacimiento del César había
de considerarse un bien o un mal para Roma.
Con todo, tal inclinación conservadora, poco personal y todavía menos partidista, no fue sino consecuencia de
una ética patriótica que le sitúa en la misma tradición de Horacio y Virgilio, como cantor de las antiguas glorias
republicanas y, al mismo tiempo, de la paz restaurada por el príncipe. Livio fue amigo deOctavio Augusto,
quien le llamaba "pompeyano" por el espacio que dedicó en su obra a las grandes figuras de la República. De
su fama y prestigio dan cuenta Plinio el Joven y Plinio el Viejo, Séneca, Quintiliano, Marcial y Tácito. Se han
perdido sus obras filosóficas, recordadas por Séneca, y la carta al hijo donde habla de Cicerón como modelo
de oratoria.
En su madurez, Livio vivió al margen de la política, dedicado a redactar, entre el 28 a.C. y el 17 d.C., su
extensa obra histórica Ab urbe condita (Desde la fundación de la ciudad). En ella desarrolló la historia de
Roma desde su fundación hasta el año 9 a.C. De los 142 libros que originalmente la componían sólo se han
conservado los diez primeros, que abarcan desde Rómulo y el período de los siete reyes hasta el año 293
a.C., y los comprendidos entre el libro XXI y el XLV, que tratan sobre las campañas de Aníbal, la segunda
guerra púnica, la tercera guerra macedónica y los sucesos ocurridos hasta el año 170 a.C.
Livio ordenó la historia año por año, siguiendo la técnica analítica, y articulando el relato en bloques de cinco
libros o "péntadas". Se basó en historiadores como Polibio de Megalópolis, utilizó numerosos recursos
formales y de contenido, y usó la lengua latina posterior a Cicerón. Alternó, sin mezclarlos, hechos civiles de
carácter político y social con episodios militares o diplomáticos, y aunque a menudo se valió de un estilo
propangandístico y moralizante para exaltar el pasado de Roma, logró a lo largo de la obra una admirable
unidad y una cuidada organización. Para conseguir viveza en la narración recurrió al relato, a los discursos, a
la descripción de personajes y a determinados episodios dramáticos, logrando una magistral exposición de los
hechos.
Fue al parecer al día siguiente de la batalla de Actium, que devolvió la paz y concordia al imperio romano
agitado por un siglo de guerras civiles, cuando Tito Livio concibió el proyecto de narrar la historia de Roma en
una obra que por su amplitud de líneas, elevación de miras y nobleza de forma fuese digna de la grandeza del
tema; de estas cualidades carecían las narraciones, por lo demás extensas, de los analistas de la época
ciceroniana. En el 27 o 26 a. de C., Livio publicaba los primeros libros de su obra, que le granjearon la
admiración universal; y ya después consagró a su gigantesco empeño el resto de su vida. Los 142 libros que
llegó a componer constituyen la obra más voluminosa de toda la literatura latina. De la parte perdida de la
obra se conservan poquísimos fragmentos, y, de todos los libros, los sumarios (Periochae) hechos bastante
tarde, quizá sobre un epítome del siglo primero, del que se valieron escritores como Orosio y Floro.
Livio, que tenía educación de retórico, como la mayoría de los historiadores romanos, estaba lejos de una
concepción científica del trabajo historiográfico: su ideal no era la búsqueda ni la crítica de documentos, sino
la fusión de la tradición literaria existente en una unidad armónica. Por esto el valor histórico de la narración
de Livio depende del valor de las fuentes, que reelaboró libremente según sus exigencias artísticas, sin tener
en cuenta su valor intrínseco. Allí donde descubría contradicciones o falsificaciones, indicaba las distintas
opiniones ajenas o sus propias dudas, pero no entraba en discusiones, que habrían turbado la unidad artística
de su obra o habrían retrasado su continuación. A las obras más antiguas, pero pobres de materiales, prefirió,
pues, las producidas por la más reciente analítica, llenas de invenciones pero difusas, y pasó sin entretenerse
sobre las épocas arcaicas.
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