VENTAQUEMADA Y EL PUENTE DE BOYACÁ:

Anuncio
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
1
VENTAQUEMADA - BOYACÁ
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
Ana María Molano Bautista
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
Ana María Molano Bautista 1
Cerca al pueblo de Ventaquemada, en la vereda donde se ubica el Puente de
Boyacá está el que se considera el lugar de mayor importancia dentro del marco
de la Campaña Libertadora; pues fue allí donde se sellaron los enfrentamientos
que durante aproximadamente setenta y siete días se desarrollaron entre los
bandos patriotas y las huestes del rey. Si bien, la gesta que allí se dio no fue tan
cuantiosa y llena de detalles como la que se presentó en el Pantano de Vargas,
los hechos que sucedieron el 7 de agosto de 1819 , truncaron el camino a las
tropas del rey y fueron la puerta de entrada a las victorias, con las que poco a
poco se lograría la libertad de la Nueva Granada y de las actuales naciones
denominadas Bolivarianas: Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia,
incluyendo a Panamá.
Para la Campaña, la posición estratégica de esta intersección entre el camino real,
de Tunja y el de Samacá en el puente sobre el entonces llamado río de Boyacá,
hoy río Teatinos, dio la posibilidad a la milicia patriota de acorralar al ejército real
en el campo que lo circundaba; el Puente era para entonces un conglomerado de
fincas campesinas y hoy este campo histórico es monumento nacional.
Ventaquemada está ubicado a 33 Kms. de Tunja y su vereda el Puente a 16 Kms.,
dividida por el río Teatinos, en razón a que con el tiempo ha tomado el nombre de
la represa que se encuentra situada hacia el sector de Samacá y que surte de
agua a la ciudad de Tunja.
1
Comunicadora Social. Estudiante de Maestría en Historia: Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia.
2
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
Archivo General de la Nación- Colombia. detalle: provincia de Tunja. Carta
geográfica del cantón. Sección mapas y planos mapoteca. no 4 ref, 46-a
1825.
Las ventajas de la ubicación de este terreno, por la visibilidad desde sus
montañas, facilitaron que allí se pudiera ejecutar el enfrentamiento más decisivo
de la Campaña, pues facilitó el apresamiento de su comandante José María
Barreiro, por el emblemático niño soldado Pedro Pascasio Martínez, quien había
sido vinculado al ejército para cuidar a “Muchacho”, el caballo que le habían
regalado en Toca al comandante supremo del ejército Libertador.
El teatro de la Campaña Libertadora:
Es importante recordar que durante esos días de reyertas incesantes lucharon
hombres y en algunos casos mujeres, quienes debieron afrontar diversas
situaciones propias de las batallas: pérdida de hombres, heridas, enfermedades
causadas por el clima y la mala alimentación, formas de transporte nada
aventajadas, la vida austera, no sólo por los ayunos obligatorios, también por la
falta de vestuarios apropiados para las inclemencias, de un clima cambiante,
entre un sin fin de elementos que contribuyeron a hacer mucho más agreste el
recorrido y las batallas. (Thibaud 421)
El ambiente de los días anteriores a la batalla no era el mejor para las tropas
enemigas; sumado a lo anterior las deserciones que hombres de las tropas del
rey realizaron para unirse a las patriotas, fueron factores determinantes que
afectaron paso a paso el ánimo de los realistas; se sumaba la baja moral del
general realista José María Barreiro, con quebrantos de salud y decepcionado
por la pérdida de hombres y armamentos durante la batalla del Pantano de
Vargas; y por añadidura, con sus hombres también desmoralizados por el
manejo que desde Santa Fe daba al tema de los refuerzos y pertrechos el Virrey
Sámano.
Estos son elementos fundamentales para comprender los hechos que se dieron
ese sábado, cuando soldados sin coraza, pero con camisas tejidas
improvisadamente en Tunja, sellaron el paso hacia Santa fe por el Puente y
Ventaquemada, lugares que eran la última esperanza de victoria para las huestes
del rey.
Esta contextualización deja de lado la idealización heroica pero inexacta de
ejércitos que vestidos gallardamente se enfrentaban en campos de batalla, y se
antepone a las condiciones de las gestas que poco y nada tienen de heroicas en
el sentido de las guerras europeas.
3
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
Si bien, al leer algunos autores se da por sentado que Bolívar tenía clara su
victoria: ¡nada es menos acertado que eso!, aunque sabían de un ejército
menguado, nada estaba escrito. Si se ganaban batallas importantes, la guerra
seguía y Bolívar sabía que la batalla estratégica era la llegada triunfal a Santa
Fe, centro de gobierno del Virrey, representante de la monarquía frente a las
fuerzas de la Republica. Tomar la capital del Virreinato era desalojar al Rey de su
trono, por lo tanto los rebeldes tuvieron en los acontecimientos dados en el Puente
de Boyacá una victoria determinante, que cambió la balanza a favor de sus
propósitos.
Los estrategas, granadinos, españoles y extranjeros (entre los que se cuenta la
Legión Británica), todos veían en el denominado Puente de Boyacá, el sitio ideal
para dominar el camino. Además, había que sellar la campaña luego de la victoria
de la batalla del Pantano de Vargas; rearmarse era el fin perseguido por las tropas
de Barreiro y para lograrlo requerían atravesar Ventaquemada, lugar donde se
encontraban estacionados algunos contingentes y era una población en la que
podrían descansar; advertían en el arribo a Santa Fe la condición ideal para
derrotar a los rebeldes. Desde el ángulo de los patriotas eso era claro, y era
fundamental llegar primero, por lo que Bolívar se adelantó a los planes del ejército
realista con el fin de fragmentar sus escuadrones en dicho punto estratégico y
cortar el camino a la capital.
El espionaje, un arma letal:
Esta importancia de Ventaquemada fue registrada por el mismo Barreiro en su
comunicado, firmado en Tunja el 8 de julio de 1819 al virrey Sámano:
“- Para la pronta comunicación con Vuestra Excelencia he preferido al uso de los
peones que Vuestra Excelencia se sirvió proponerme, el establecimiento de un
camino militar, y al efecto he hecho situar en esta ciudad cinco dragones y otros
tantos en Ventaquemada, que corran los pliegos hasta Chocontá…” (Friede 60)
Se debe recalcar que existía un continuo seguimiento a las tropas por parte de
Sámano y su Coronel Barreiro, no importaba el lugar o las condiciones, según los
comunicados que tenían entre ellos permanecían siempre alerta; son numerosos
los casos en que en memorias de patriotas aparecen cartas de españoles, lo que
advierte que los mensajes eran interceptados. Así, el espionaje era una forma de
defensa certera y por lo tanto desalentadora y desfavorable para el bando que
perdía uno de sus oficios; es por ello que este territorio era indispensable para que
los pliegos llegaran a las manos destinadas y no a los enemigos.
Fueron precisamente las labores de espionaje, las que permitieron que en Tunja el
general Bolívar descubriera el camino que tomaría Barreiro. (Riaño 263)
4
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
Tal como quedó reseñado en el parte de batalla emitido por el ejército patriota:
“Al amanecer del día de ayer dieron parte los cuerpos avanzados de que el
enemigo estaba en marcha por el camino de Samacá; el ejército se puso sobre las
armas, y luego que se reconoció que la intención del enemigo era pasar el Puente
de Boyacá para abrir sus comunicaciones directas, y ponerse en contacto con la
capital, marchó por el camino principal para impedírselo, ó forzarla á admitir la
batalla” (O´leary 428)
Como resultado del encuentro crucial en Paipa y de la ventaja conseguida gracias
al espionaje en Tunja, se planeó la estrategia de tomarse el puente con antelación,
plan por el cual el bando patriota esperó con obvia ventaja al ejército realista que
se dirigía menguado, desilusionado y mal alimentado hacia Santafé.
Este aspecto de la alimentación, juega un papel importante para comprender el
estado tanto físico como de ánimo de las tropas:
“Las poblaciones de la provincia de Tunja, quienes desde 1816 cargaban con el
sostenimiento de los soldados del Rey, recibieron, alimentaron y aprovisionaron al
ejército libertador, mientras que un cansado y hambriento ejército real será
derrotado en el campo de Boyacá” (Martínez y Otálora)
En estas condiciones era indiscutible que los bandos realistas estaban más que
depreciados, por lo tanto, las circunstancias eran propicias para la victoria: El favor
del pueblo, la bravura de los hombres llaneros, el fortalecimiento dado por el buen
alimento y la anticipación a los movimientos de Barreiro condicionaron la victoria.
El choque de las fuerzas realistas y patriotas:
Desde el punto de vista militar lo que se dio en Boyacá, por su duración e
intensidad, fue un choque o escaramuza antes que una “gran” batalla, lo que no le
quita méritos a su valor estratégico. 2 Eran las dos de la tarde cuando llegó al
campo la primera división realista, al observar a las fuerzas patriotas estos se
alistaron para atacar a un cuerpo de caballería pequeño, la gran sorpresa fue
descubrir que los “rebeldes”, comandados ese día por los generales Santander,
Soublette y Anzoátegui, tenían a su disposición un combinado de todas sus
divisiones, las cuales desplegaron haciendo uso de la táctica de guerrillas que les
llevó a la victoria. (O´leary 429)
Estos contingentes patriotas estaban conformados por: el batallón Cazadores, el
batallón 1º. Barcelona, Bravos de Páez, el escuadrón de Caballería los lanceros
2
Según Riaño, el nombre que recibe este encuentro según la configuración militar fue un choque y no una
batalla. Choque: “encuentro entre dos fuerzas cuando tiene proyecciones estratégicas y en el que toma parte
la mayoría de las tropas que se encuentran en el teatro de operaciones”. (Riaño: 280)
5
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
de Llano Arriba, el Batallón de línea de la Nueva Granada y los Guías de
Retaguardia, el Batallón de Rifles, el Batallón de la Legión Británica y el escuadrón
de Dragones; en la descripción de los hechos que se hace en el parte de batalla
aparece que la columna de Tunja y la de Socorro quedaron en reserva (429), para
un total aproximado de 2350 hombres de infantería y 300 de caballería (Riaño
271)
Por su parte, el ejército de rey, comandado por Barreiro y por Sebastián Díaz,
contaba con un aproximado de 2.300 hombres en infantería, 20 en artillería y 350
en caballería. (272)
La manera en que se desarrolló la contienda en pleno campo de lucha, narrada
por Santander, deja ver que en este choque la confusión por el humo de las
armas, el caos del momento y las condiciones del terreno, fueron elementos
desestabilizadores, sin desestimar el número de hombres:
“Ansoátegui dirijia sus operaciones sin ver las mias, ni yo las de el, porque, como
lo habrán notado todos los que conocen el campo de batalla, se ocultan fácilmente
los movimientos de una tropa por los matorrales, i de la desigualdad del terreno”
(Santander 29)
La caballería junto con las “lanzas caladas”, fueron las armas trascendentales que
permitieron el triunfo; precisamente uno de los asuntos más peculiares sobre la
manera en que se desarrollaron los enfrentamientos, es justamente la utilización
de la artillería:
“Respecto a las heridas de guerra que pudieron presentarse en la Campaña de
Boyacá, se debe recordar que el arma de artillería no estuvo presente. En general,
el tipo de heridas que pueden encontrarse son las de las lanzas y las armas
blancas, empleadas por los soldados patriotas y si nos atenemos al “asombroso”
consumo de pólvora por parte de las tropas realistas, se encontrará más munición
pérdida que heridas de guerra, en parte por su mala puntería.” (Otálora 168)
Años posteriores al enfrentamiento, mientras los campesinos de las fincas del
Puente araban para realizar sus siembras, se encontraron municiones que
debieron pertenecer a las disparadas durante la contienda, la descontextualización
arqueológica de estos objetos lastimosamente ha depreciado su valor histórico,
pero, según la historia oral y la manera en que estas han sido canjeadas, las han
convertido en tesoros del relato histórico y las gentes de la región las conservan
como un trofeo de la jornada.
6
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
La desintegración de las huestes españolas y la victoria del ejército patriota:
“Todo el ejército enemigo quedó en nuestro poder; fue prisionero el General
Barreiro, Comandante General del Ejército de Nueva Granada, á quien tomó en el
campo de batalla el soldado del 1º. De Rifles, Pedro Martínez; fue prisionero su
segundo el Coronel Jiménez, casi todos los Comandantes y Mayores de los
cuerpos, multitud de subalternos y más de 1.600 hombres soldados: todo su
armamento, municiones, artillería, caballería etc.: apenas se han salvado 50
hombres, entre ellos algunos Jefes y Oficiales de caballería que huyeron ántes de
decidirse la acción” (O´leary 429)
Así se despojó al ejército del rey de su única esperanza de victoria, fue
incalculable el valor simbólico de la toma del camino que conducía a Santa fe y las
bajas registradas por parte del ejército libertador en esta jornada fueron escasas:
“Nuestra pérdida en este dia no alcanzó á 20 hombres en todo el ejército, i de la
mayor parte los perdió mi división, porque, como lo espresa el boletin publicado
entonces, ella encontró resistencia temeraria en la vanguardia del enemigo, que
se habia apoderado de único puesto que tenia el camino” (Santander 29)
La pérdida de hombres de las tropas libertadoras, según el parte de batalla,
consistió en 13 muertos y 53 heridos. (O´leary 430)
Sin embargo, las guerras se cuentan siempre desde la perspectiva de los
vencedores y casi nunca desde los vencidos; para comprender la exactitud de los
hechos de la forma más certera posible, es importante dar un vistazo al”parte de
derrota” como narró los hechos el Licenciado Gabriel García Vallecinos, oidor subdecano de la real audiencia de Santafé en comunicación al Rey:
“… el desgraciado acontecimiento con la Tercera División de Ejército
Expedicionario que el día 7 de agosto fue sorprendido en el Puente de Boyacá por
el rebelde Bolívar con una fuerza como de 4.000 mil hombres muchos de ellos
ingleses y negros de Santo Domingo con la ventaja de haber tenido tiempo para
colocarse y tomar posición porque la neblina o lo falso del espionaje que servía al
Comandante General Barreiro le impidieron tener conocimiento de cuándo
levantaba su campamento, hasta después de haber emprendido su marcha… se
esparció en ella la confusión, y antes de 20 minutos, se puso en dispersión,
quedando prisioneros el Comandante General Barreiro y su segundo Jiménez, sin
que hubiese mortandad porque, puede decirse que no hubo batalla” (Rojas 156)
La gesta es retratada en el parte del ejército patriota como una batalla, mientras
que el bando español lo informa como un encuentro de menor cuantía.
7
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
Al terminar este “choque” las tropas se guarnecieron en el cuartel que se
encontraba en Ventaquemada, allí llegaron el 8 de agosto para dar el parte, hacer
reconocimiento de las pérdidas y de los realistas capturados, que significaban el
mayor logro. Al haber atrapado al General Barreiro, el Virrey Sámano y todos
aquellos que daban por ganada la batalla se vieron confundidos, menguados y
aterrorizados por la actitud de las tropas patriotas, que se habían hecho al favor
del pueblo y contaban con un sentimiento que superaba a los realistas en bravura:
“La sed de libertad”.
De los actores del evento ha sido memorable la participación de la Legión
Británica, cuya colaboración desde 1815 en la guerra a muerte había sido
decisiva, gracias a la formación que tenían estos hombres que habían luchado
junto en las guerras napoleónicas, lo que sirvió, tanto para trazar el camino por
cual pasar los Andes y tomarse Santa fe, hasta para adiestrar a los patriotas con
estrategias de guerra con las que no contaban y que fueron vitales para la
victoria. Es importante señalar también el arrojo del pueblo de cada localidad y la
habilidad de los llaneros, con sus caballos y sus lanzas, quienes fueron eje central
de las acciones para obtener la libertad.
Este municipio y su vereda el Puente de Boyacá, se convirtieron gracias a los
acontecimientos en la puerta de entrada a la victoria republicana más importante
en territorio granadino.
La memoria oral: una ventana hacia el pasado, una proyección hacia el
futuro:
De las representaciones que se han hecho sobre la batalla de Boyacá, las más
peculiares son las coplas, tonadillas que son propias de la región cundiboyacense,
en ellas se ha dado una típica simpatía a los hechos de la campaña y son un
significativo ejemplo para comprender cómo se han asimilado estos eventos.
Estas detallan la forma especial en que las gentes, no sólo del Puente de Boyacá
y Ventaquemada, sino de todo el territorio por el que pasó la Campaña, se ven
personificadas como actores de estos hechos, de los cuáles no participaron pero
de los que se sienten parte, pues caminan sobre sus escenarios.
A través de los siguientes fragmentos, de los versos escritos en 1989 por el
profesor José del Carmen Báez Aparicio, se consideran los hechos de 1819 desde
una mirada poética del pasado:
“Como el chapetón se entera
de lo hecho por Simón
adelantarse ha querido
a nuestro Libertador.
8
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
A Motavita llegó
camino de Bogotá,
pero Bolívar le sale
en Puente de Boyacá.
La lucha se torna recia
el siete de agosto aquel,
y el ejército enemigo
quedará en nuestro poder…
Soldado Pedro Martínez
a Barreiro ha de apresar,
termina así la batalla
que nos dio la libertad” (Báez 54)
En estas estrofas se resumen los acontecimientos que llevaron a que la frase:
“Muchachos tómense el Puente”, en razón a la derrota de Barreiro, sea objeto de
burla y también de simpatía, ya que en Boyacá se cuenta el siguiente chiste:
“Y Barreiro dijo: ¡Muchachos tómense el Puente!, y sus hombres llegaron el
martes”.
La burla hace referencia al primer fin de semana de agosto, cuyo lunes se
encuentra en el calendario patriótico como fecha de celebración de la Batalla y
ocasionalmente es precisamente lunes festivo, tiempo de descanso denominado
en Colombia con el mote de “puente”.
Aunque no llegaron el martes y literalmente ambos bandos: realista y patriota “se
tomaron el puente”, gracias a la estrategia que trazó Bolívar en Tunja para
engañar a las tropas de Barreiro salió vencedor el ejército libertador, de este
“choque” se lograron sustraer diversos botines de guerra, de los cuales los más
apreciables no fueron las armas recopiladas, sino el valor de los personajes allí
capturados.
Adicionalmente, Ventaquemada y esta vereda, son territorios que han quedado en
la memoria de los colombianos como Paisaje cultural, (es la concentración de
monumentos más grande del país y uno de los lugares de la memoria más
importantes de Latinoamérica), gracias a los acontecimientos de la independencia
y los actores que allí se juntaron. Desde allí partieron Bolívar y sus escuadrones
continuar luchando por el derrocamiento del yugo español.
Fue esta acción en la vereda el “Puente de Boyacá”, del actual municipio de
Ventaquemada, la que permitió que posteriormente se fundara una nación
9
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
moderna representada por la República de la Gran Colombia, la cual ha sido
instituida en la asociación libre de todos sus ciudadanos, los que gracias a esta
hazaña podemos denominarnos actualmente “colombianos”. (Guerra 319).
10
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
BIBLIOGRAFIA
CORREA, Ramón C. Monografías de los Pueblos de Boyacá. Academia
Boyacense de Historia. Tomo I. Tunja, 1987.
BAEZ, Aparicio José. Una copla para la ciudad. Tunja, Editorial de la UPTC, 1987.
FRIEDE, Juan. La Batalla de Boyacá – 7 de agosto de 1819 – a través de los
Archivos Españoles. Banco de la República. Bogotá, 1969.
GUERRA, François Xavier. Modernidad e Independencias. Ensayos sobre las
revoluciones hispánicas. México, Maphre. 1993.
MARTINEZ, Abel y OTÁLORA, Andrés. “Hambriento un pueblo lucha”. La
alimentación en los ejércitos del Rey y del Libertador durante la independencia de
Colombia (1815-1819). Historia critica No. 41, Bogotá, mayo-agosto 2010.
MARTINEZ, Abel y OTÁLORA, Andrés. “Pantanosos son los caminos de la
Historia”. Revista Universidad de Antioquia.
MORILLO, Pablo. The Thimes 24 de abril de 1819. Tomado de Militares
Extranjeros en la Independencia de Colombia. BROWN, Matthew y ROA, Martín
Alonso. Museo Nacional, Bogotá 2005.
O´LEARY, Simón. Memorias del General O´Leary. Gaceta Oficial, Caracas Venezuela, 1881.
PÉREZ, Eduardo. La Guerra Irregular en la Independencia de la Nueva Granada y
Venezuela 1810-1930, La Rana y el Águila, Tunja, 1982.
ROJAS, Ulises. Documentos Inéditos para la Historia de Boyacá y Colombia.
Tomo I. Academia Boyacense de Historia. Tunja, 1991.
SANTANDER, Santander ante la historia. Apuntamientos para las memorias sobre
Colombia y la Nueva Granada. Paris, imprenta de Walder, calle de Bonaparte, 44,
1869.
SOUBLETTE, Carlos. Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.
“7 de agosto de 1819, del parte oficial de la Batalla de Boyacá” Vol. 2. 17 de agoto
de 1906.
11
EL 7 DE AGOSTO DE 1819: EL FINAL DE LA CAMPAÑA
LIBERTADORA Y LA DERROTA DEL EJÉRCITO DEL REY
THIBAUD, Clément. REPÚBLICAS EN ARMAS. Los ejércitos en la guerra de
Independencia de Colombia y Venezuela. Colombia-Bogotá, Editorial Planeta.
2003.
Sin publicar:
OTÁLORA, Andrés. Por la salud de la Nación. Las condiciones de salud del
Ejército del Rey y Libertador en Costa Firme y Nueva Granada 1915-1919. Tesis
de grado para optar por el título de Magíster en Antropología. Dirigida por:
Martínez, Abel. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias
Humanas, Bogotá, febrero de 2010.
12
Descargar