SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) 1 PASTO - NARIÑO SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) Yamid Stiven Salazar Fernández SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) Yamid Stiven Salazar Fernández 1 Las ciudades fundadas y organizadas por los españoles sirvieron de vínculo entre las colonias y la metrópoli. El título de ciudad se le confirió a centros de producción importantes, como fue el caso de Popayán, Almaguer y Pasto (metales preciosos), lo que le aportó riquezas a las élites y a España. El sur de la Nueva Granadafue un lugar de paso obligado para el comercio con la Real Audiencia de Quito y el Virreinato del Perú; en sus cercanías se encontraba Barbacoas, gran productora de oro; de ahí su importancia como lugar estratégico en las luchas de Independencia, y más aún por su apoyo a la causa realista. La Independencia hispanoamericana y la de Colombia se constituyeron en un hecho importante, impulsado por la incursión francesa en España. El período de 1808 a 1811 “cubre los años de sorpresa por la invasión de Napoleón Bonaparte a España y la retención de los reyes españoles, caracterizados por la constitución de juntas representativas que reasumieron la soberanía” (Díaz 302) Otros agentes influyentes fueron: las transformaciones europeas que ocurrieron durante el Siglo XVIII, especialmente la Ilustración, movimiento intelectual que buscó erradicar verdades absolutas imperantes desde tiempo atrás, como la autoridad divina del Rey y su poder absoluto ante el pueblo. Esas ideas, ingresaron a España a principios del Siglo XVIII, gracias al intelectual Benito Jerónimo Feijóo. Otro factor internacional que sirvió de sustento a las élites criollas fue la declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (Francia, 1789)traducidos en la Nueva Granada por Antonio Nariño. Los derechos del hombre proclamaban igualdad social entre todos los ciudadanos. La Independencia de Estados Unidos (1776), la expedición de su Constitución Política y la Revolución Francesa (1789) fueron hechos trascendentales cuyos idearios llegaron a las élites criollas, así como las ideas federalistas, que consistían en gobernar una nación dividiendo el territorio en estados confederados, fijando cada uno su accionar político, económico y social, con independencia de los demás. Comprendiéndolo así, la Independencia neogranadina tuvo dos posiciones políticas. Por un lado los Patriotas: defendieron los ideales que buscaban independizarse de España y autonomía para dirigir sus destinos; de otra parte los Realistas, quienes expresaron fidelidad a Fernando VII y a la permanencia del dominio español en América. 1 Miembro del Grupo de Investigación en Problemas Políticos Latinoamericanos. (GIEPPLA), Universidad del Cauca. 2 SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) En el suroccidente colombiano el bastión Realista más fuerte fue la ciudad de San Juan de Pasto. Su ubicación geográfica es muy estratégica, localizada dentro del pequeño valle de Atriz, al pie del Volcán Galeras, rodeada de un conjunto de montañas, colinas y praderas de difícil acceso. Fue fundada en 1539 como villa intermedia entre Quito y Popayán, pero “gracias a su importancia como lugar de paso adquirió el titulo de Muy Noble Ciudad en 1559.(Enríquez 13) Pasto fuereconocida como ciudad realista. Esimportante conocer las razones por las cuales la ciudad apoyó esta causa. Al respecto, Pedro Carlos Verdugo cita unas palabras de Jairo Gutiérrez, donde señala que “fue el derecho a la autonomía esgrimido por las comunidades indígenas, la defensa de su tierra y de su patrimonio cultural lo que los hizo trasegar en contravía de la causa de la independencia”(112).Los indígenas desconfiaron del proyecto republicano sospechando que pretendía expropiarles sus tierras. De otra parte, durante la coyuntura independentista (1809-1825), las élites criollas hablaron y promulgaron ideales de libertad, derechos, igualdad, ciudadanía, república, elecciones, congreso…un lenguaje que solo comprendieron las personas ilustradas, que tuvieron oportunidad de educarse, pero constituían un número reducido. Campesinos, artesanos y gentes de todos los colores carecieron de estas condiciones; especialmente en Pasto, cuya mayor población era nativa; muchos no sabían lo que significaba República o los demás términos, pero si sabían, desde tiempo atrás, que existía un Rey, dueño de todo lo conocido, que existía un lugar llamado España, la Madre Patria. En este sentido, los indígenas se sintieron traicionados por las gestas patriotas, que buscaban, desde el imaginario indígena, la destrucción de un mundo que se consolidó con la llegada de los españoles y que protegió a los nativos con las Leyes de Indias, promulgadas desde los inicios del siglo XVI y recopiladas en 1680 por autorización de Carlos II. El Cacicazgo, institución aborigen milenaria, se preservó bajo Cédulas Reales, logró mantener una identidad y esto fue valorado por ellos, de ahí su recelo hacia los criollos, quienes deseaban emanciparse de España y de Fernando VII. De igual manera, querían proteger sus tierras y sus beneficios como súbditos de la corona española. El Rey era visto como un protector, si los dejaba de gobernar perderían todos los beneficios, incluyendo sus resguardos. Alberto Montezuma describe un documento en que los indígenas de Pasto le expresaban devoción al Rey, en los momentos de fervor revolucionario (julio de 1810): Señor Teniente de Gobernador: los indios gobernadores de los pueblos de Jongovito, Obonuco, Catambuco, Botanilla, Gualmatan, Laguna, Buesaquillo, Males, Canchal, Puerres, Aranda, Pejendino, Mocondino, Jamondino, 3 SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) Tascual, Pandiaco, Anganoy, Chapal, Genoy, Matituy, Mambuco, Tambo, Chachaguy, Buesaco, Monte, Yacuanquer, Tangua, Funes y Sebundoy, de este distrito por medio de nuestro protector decimos: que es constante a Usted. Desde que se supo la resolución de Quito y se opuso esta ciudad por los consejos de Usted., nos ofrecimos los indios a servir en esta justa causa con nuestras personas y vidas, sin interés alguno sino el de nuestra fidelidad y amor a nuestro desgraciado y amado Rey don Fernando séptimo.(63, Negrillasmías) No solamente los indígenas fueron fieles al Rey, también lo fueron las élites pastusas y la Iglesia Católica, buscando preservar sus títulos nobiliarios y privilegios económicos. Pedro Carlos Verdugo lo expresa así: La fidelidad al Rey que representaba la voluntad de dios en la tierra, la defensa de los intereses de la elite y la iglesia católica, la defensa de la madre patria, España y la defensa de la tierra, de la cultura y autonomía de los pueblos indígenas, la nobleza, el clero, autoridades y terratenientes de la talla de Tomás de Santacruz, de los Zambrano o Burbano, en aras de mantener sus privilegios económicos, políticos y sociales apoyaron a los indígenas en sus expresiones realistas. (12) Los pastusos defendieron a capa y espada la causa realista, en oposición a los quiteños, que hicieron lo mismo con la causa patriota. El 10 de agosto de 1809 se dio el grito de Independencia en la ciudad de Quito, como lo describe la historiadora Zamira Díaz: Cuando allí se recibió la noticia de la prisión del rey y de la constitución de la suprema Junta de España e Indias, las elites quiteñas le juraron fidelidad, pero de inmediato depusieron al antiguo cabildo y conformaron uno nuevo, pues las antiguas corporaciones habían perdido legitimidad ante el vacío de poder causado por la nulidad de las abdicaciones.(304) Las incursiones militares patriotas no se hicieron esperar. Desde Quito empezaron los hostigamientos a Pasto. En sus cercanías, en Funes, el 16 de octubre de 1809 tuvo lugar el encuentro entre los dos ejércitos. Según Guerrero esta batalla “fue el primer enfrentamiento en Hispanoamérica entre las fuerzas que propugnaban la independencia y los que se fueron perfilando como adictos a la monarquía española, que en el lenguaje de la época eran denominados realistas y defensores de los reales derechos de S.M.” (30) Los pastusos ganaron esta primera batalla, haciendo huir a los patriotas hacia Túquerres, Ipiales e Iscuandé, donde se encontraban las huestes revolucionarias quiteñas. En la batalla participaron: las compañías segunda, tercera, cuarta y quinta de Pasto; las compañías de Taminango, Popayán y Patía, las auxiliares de 4 SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) Yacuanquer, también colaboraron los indígenas de los pueblos circundantes de Obonuco, Jongovito, Catatumbo, y los del pueblo de Funes, quienes con su párroco José F. Palacios fueron decisivos en la acción (Guerrero29) Entre 1812 y 1814 los líderes patriotas vieron la urgencia de liberar el sur de la Nueva Granada de la influencia realista. Designaron a Antonio Nariño Comandante del Ejército, quien dirigió varias batallas: la de Juanambú, 28 de abril de 1814, en la cual salió vencedor Nariño; batalla de Cebollas, 4 de mayo de 1814, finalizó con el retiro de los patriotas; 9 de mayo batalla de Tacines, 11 de mayo de 1814 patianos y pastusos vencieron a los patriotas en las afueras de Pasto. Antonio Nariño fue capturado y enviado a prisión en Cádiz – España (Ocampo, 263). Esta última victoria motivó mucho a los pastusos y a los indígenas, convencidos de que la causa monárquica definitivamente era la ideal para la Nueva Granada. Pero los acontecimientos que ocurrían en Popayán también afectaban a Pasto; así, entre 1812 y 1814 la ciudad vivió un panorama violento. Los patianos, también defensores del rey, llegaron el 12 de abril (1812) a Popayán, siendo rechazados por los patriotas, quienes los persiguieron hasta Pasto. Pero ahí fueron capturados los dirigentes del ejército patriota y puestos en prisión. Entre los detenidos figuraban: el presidente de las Ciudades Confederadas, Joaquín de Caicedo y Cuero, Alejandro Macaulay, José Vivanco, José Miguel Arturo, Francisco Muñoz de Ayala y otros, quienes fueron fusilados en la plaza mayor de la ciudad. Esto repercutió en las demás provincias neogranadinas y señalaron a Pasto como el principal bastión realista (Guerrero 70). Entretanto en España, tras la victoria contra los franceses, retornó Fernando VII al trono (1814). Comenzó a organizar la Reconquista de sus dominios ultramarinos, creando una Junta Militar (1º de julio), conformada por generales escogidos entre los más prestigiosos jefes de la guerra contra Napoleón. Esta junta organizó el envío de una poderosa expedición a las colonias, al mando de Pablo Morillo, a quien le concedieron facultades absolutas tanto en la guerra como en la administración. En ese contexto, entre 1815 y 1820 Pasto fue reconocida como fiel a la Corona Española: el Pacificador Morillo les expresó: Pueblos de la fiel provincia de Pasto, los rebeldes colocados en la frontera de vuestro fiel territorio, siempre terror de ellos y barrera inexpugnable a sus infamias, se han creído que por la distancia que estaban de España no les alcanzaría la espada de la justicia del Rey D. Fernando VII, su legítimo soberano. La experiencia les hará ver lo contrario y que encontrarán término sus maldades en vuestra fiel provincia (Guerrero 107) En estos términos, la mayoría de próceres fusilados en Pasto procedían de Quito, Popayán y Cali, fieles a la causa republicana. La “pacificación” encontró en los 5 SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) realistas pastusos un bastión para los acciones de Morillo. Según Enrique Herrera: “Pablo Morillo y los realistas recuperan para la corona, a Santa Fe de Bogotá y gran territorio de la hoy Colombia, entregan el mando de dicha ciudad a Sámano, como Comandante General de la Nueva Granada, cargo que asumió el 23 de octubre de 1816” (89).Bajo este gobierno, Pasto vivió cierta tranquilidad, mientras la guerra seguía en el resto de la Nueva Granada. El panorama para los pastusos cambió con la derrota realista(7 de agosto de 1819).En Boyacá, frente al ejército patriota, al mando de Bolívar. Ante este triunfo el Virrey Juan Sámano abandonó Santafé. Se instaló entonces el Gobierno Republicano en la capital y se organizó la Campaña del Sur. En este propósito Pasto fue paso obligado para las tropas patriotas, que iniciaron su marcha el 13 de diciembre de 1821 al mando de Simón Bolívar. Partieron de Bogotá, arribaron a Cali el 5 enero del añosiguiente. Desde allí, continuaron hasta cruzar el río Juanambú (24 de marzo)siguiendo la ruta de Valdez por el sector de Guambuyaco, donde el río es de más fácil paso que el sector del Boquerón, por donde cruzará Antonio Nariño. El Peñol, El Tambo, La Florida, Chaguarbamba (hoy Nariño), y Sandoná son lugares que van quedando atrás para llegar finalmente a Consacá. (Henríquez 94) Una de las batallas más importantes de la gesta independentista fue la de Bomboná (en Consacá), librada el 7 de abril de 1822, entre las tropas de Bolívar y el ejército realista. El historiador David Bushnellla describió así: En las horas de la mañana el día 7, el coronel García (Realista) con 1055 combatientes… se establece en las alturas de Cariaco… Bolívar envía al general Valdez con el batallón Rifles a atacar por el flanco derecho y al general León Torres a atacar por el frente… hacia las 3:30 se inicia el ataque… que dura 6 horas…. Los realistas se retiran hacia Pasto… los dos ejércitos sufren numerosas bajas. (298) Según Gerardo León Guerrero esta batalla fue la más reñida; “ambos bandos perdieron numerosos soldados y quedaron intensamente debilitados”. Concluye que: por los informes de las partes es difícil manifestar quien obtuvo el triunfo en el combate; los patriotas, al parecer tomaron el campo del enemigo pero no definieron la batalla.” (134) En junio de 1822 Pastofirmósu capitulación ante Simón Bolívar, con lo cual aparentemente las revueltas realistas fueron apagadas. Sin embargo, entre el mismo año y 1824 los pastusos se alzaron nuevamente a favor del rey, quitándole armas y municiones a los patriotas; el General Sucre los derrotó y ocupó la ciudad el 24 de diciembre, dándole licencia a las tropas para actuar como quisieran. El saqueo y abusos fueron extremos (Arroyo 47) 6 SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) La mayor expresión de realismo la exhibió un personaje que confrontó a los patriotas hasta 1824, Agustín Agualongo, indígena pastuso que defendió con su vida la causa real. Las luchas más significativas libradas por él fueron: el 28 de octubre de 1822, cuando acompañado de Benito Boves y Estanislao Merchancano depuso en Túquerres al Intendente Antonio Obando, delegado por Bolívar; el 12 de junio de 1823 derrotó en Catambuco a Juan José Flórez. La orden que impartió a sus milicianos fue “un palo al jinete y otro al caballo y el chuzo al estómago”. El 18 de julio fue derrotado por Bolívar en Ibarra, dejando como saldo ochocientos cadáveres de pastusos.Después de esta confrontación el Libertador ordenó a Bartolomé Salom fusilar, ahorcar, embargar e impedir la conservación de los más mínimos implementos de metal. El 18 de agosto,al frente de 3000 hombres,derrotó a Salom, Obando y Flórez, quienes se atrincheraron en Pasto; 26 días duró el combate. En esta batalla según Enrique Herrera, Herrán pidió de rodillas perdón al indígena realista, quien contesto “yo no mato rendidos” (Historia de Pasto 318).El 5 de febrero de 1824intentó recuperar Pasto, al mando del General Juan José Flórez, atrincherándose en el Convento de las Conceptas, viéndose obligado a replegarse al norte por Chachagüí y Taminango.El 17 de mayo llegó al Castigo (Patía); desde allí se dirigió a Barbacoas (litoral pacífico), el 1º de junio fuederrotado por Tomás Cipriano de Mosquera,cuando pretendíaasaltar las Arcas Reales para luegoembarcarse por el Pacífico y llegar a Lima, donde encontraría apoyo de las élites realistas. El primero de junio, tras la batalla, se dio a la fuga, pero el25 de junio fue capturado por Obando en compañía de Joaquín Enríquez, Francisco Terán y Manuel Insuasti. Trasladado a Popayán, fue sentenciado a pena de muerte; fusilado el 13 de junio de 1824. Antes de su fusilamiento se le propuso que sería salvado y mantendría su grado militar si a cambio juraba la Constitución y las leyes colombianas. Agualongo se negó y pagó con la vida su fidelidad a Fernando VII. Según lo expuesto, las fuentes consultadas y el trabajo de campo desarrollado (desplazamiento para conocer el territorio)se puede concluir que: Pasto acogió la causa realista en el marco de la independencia neogranadina (1809 - 1825), primero por su aislamiento geográfico, su accidentada superficie incomunicó a esta ciudad del resto de la Gobernación de Popayán y mucho más de la capital del Virreinato, Santa Fe.En este sentido, se configuró una sociedad arraigada en las viejas tradiciones coloniales, ya que la élite pastusa no logró alcanzar una educación tan significativa para pensar en un proceso emancipador. Así mismo, estaba rodeada por pueblos indígenas profundamente católicos, esto los llevó a respaldar las doctrinas monárquicas, identificando lo real con lo sagrado, el catolicismo se representó con la Madre Patria y con la Familia Real, es decir, con el rey Fernando VII. 7 SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) Quienes apoyaron la causa patriota fueron tildados de enemigos de la iglesia y,por lo tanto, excomulgados. Este fue un temor que sintieron los indígenas, sino seguían los rumbos divinos serian condenados. La protección de las tierras fue otra motivación para el apoyo realista;al ser privilegiadas con las Leyes de Indias, que les reconocíanel derecho a gobernarse de manera tradicional, el Cacique era la figura más importante y representaba a toda la comunidad. Finalmente, algunas élites pastusas apoyaron el realismo porque sintieron miedo de los pueblos indígenas, quienes eran mayor número y podían tomar represalias en su contra en cualquier momento,si no se adherían a la causa del Rey. 8 SAN JUAN DE PASTO, UNA CIUDAD REALISTA (1809 - 1825) Bibliografía ARROYO y VALENCIA, Santiago, Apuntamientos sobre la Revolución de la Nueva Granada, especialmente con respecto a la Provincia de Popayán, (1808-1824). Popayán: Fundación Caucana de Patrimonio Intelectual, 2005. BUSHELL David, “El experimento de la Gran Colombia(1809 - 1830)”, en Gran Enciclopedia de Colombia. Temática 1, de la Prehistoria a la Gran Colombia. Bogotá: Círculo de Lectores. 1991. DÍAZ LÓPEZ Zamira, “Las transformaciones políticas de los cabildos de la provincia de Popayán durante la Primera República neogranadina” Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, No. 11, UIS. Bucaramanga, 2006, págs. 301 – 327. 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