51.1. Concepto de perífrasis verbal 51.1.1 La perífrasis verbal

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TEORÍA GRAMATICAL IV
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil
UNIDAD 6
LECTURA Nº 38
Leonardo Gómez Torrego
Los verbos auxiliares. Las perífrasis verbales de infinitivo
Gramática Descriptiva de la Lengua Española
Espasa Calpe S.A. Madrid, 1999
Tomo 2. Cap. 51.
51.1. Concepto de perífrasis verbal
51.1.1 La perífrasis verbal, núcleo del predicado
Una perífrasis verbal es la unión de dos o más verbos que constituyen un solo 'núcleo' del
predicado. El primer verbo, llamado 'auxiliar', comporta las informaciones morfológicas de número
y persona, y se conjuga en todas (o en parte de) las formas o tiempos de la conjugación. El segundo
verbo, llamado 'principal' o 'auxiliado', debe aparecer en infinitivo, gerundio o participio, es decir,
en una forma no personal. Según se trate de una u otras formas, hablamos de perífrasis verbales de
infinitivo, de gerundio y de participio.
Cuando decimos «constituyen un solo núcleo del predicado», queremos dejar claro que ninguno
de los verbos desempeña función complementaria o coordinadora con respecto al otro. Lo único
posible en una perífrasis verbal es la segmentación en componente 'auxiliar' y 'auxiliado'. Se trata de
la misma segmentación que haríamos con un tiempo compuesto de la conjugación (habría +
venido).
Así, en una oración como Los alumnos tienen que estudiar dos lecciones más, la secuencia
tienen que estudiar no es segmentable en componentes que contraigan entre sí funciones sintácticas
de subordinación o coordinación. Toda ella es una unidad nuclear. Eso quiere decir que, aunque
haya dos verbos (tener y estudiar). sólo existe un único predicado verbal. Como consecuencia, las
oraciones como la que comentamos son siempre simples y no complejas, ya que las que contienen
oraciones subordinadas suponen dos o más núcleos de predicación. Obsérvese la diferencia entre
(la) y (1b):
(1) a. Esto viene a costar unas mil ptas.
viene a costar: núcleo del predicado.
b. Juan viene a estudiar a mi casa todos los días.
viene: núcleo de predicado (principal).
estudiar: núcleo de predicado (subordinado).
La oración de (1a) es simple; la de (1b), compleja.
Aunque en este capítulo sólo nos ocupamos de las perífrasis de infinitivo, conviene decir que
este mismo comportamiento sintáctico se da en las de gerundio y participio. Veamos:
(2) a. Ese piso viene costando treinta millones de ptas.
viene costando: núcleo de predicado.
b. Los soldados vienen cantando por la calle.
vienen: núcleo de predicado (principal).
cantando: núcleo de predicado (subordinado).
c. Te tengo dicho que no hables tanto.
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tengo dicho: núcleo de predicado.
Las oraciones (2a) y (2c) son simples; la oración (2b) es compleja.
Ahora bien, el hecho de que los verbos de una perífrasis constituyan un solo núcleo del
predicado, no implica que entre ellos no puedan introducirse otros elementos. Así, por ejemplo, en
la mayoría de los casos se pueden intercalar adverbios, locuciones adverbiales o secuencias
nominales de complemento circunstancial (No podemos en absoluto establecer diferencias;
Tuvimos el otro día que marcharnos con urgencia; Empezó de repente a llover...), o bien incisos
varios (Debes, si puedes, intentarlo; Acaban, hace un momento, de llamar a la puerta; Deja ya, si
es que puedes, de decir tonterías), o bien el sujeto (¿Puede alguien decirnos lo que pasó?;
Debemos nosotros preguntarnos qué fue lo que pasó ). Todo esto quiere decir que en la mayoría de
las perífrasis el grado de conexión entre 'auxiliar' y 'auxiliado' no es tan fuerte como el que se da en
los tiempos compuestos. De todas formas, algunas perífrasis con el auxiliar fuertemente
gramaticalizado no permiten sin violencia incrustar tales elementos. Así, no se dice *Hemos pronto
de marcharnos de aquí; *Debe el árbol de haber florecido (con valor de posibilidad); ??Acaba tu
hermano de colgar; aunque no parecen agramaticales otras oraciones como Tenemos todos que
ayudar a Juan; He tenido, a pesar de todo, que quedarme en casa.
51.1.2. Naturaleza sintáctica de la forma no personal
51.1.2.1. Para reconocer una construcción verbal como perifrástica, lo fundamental es averiguar la
naturaleza sintáctica de la forma no personal. Si esta posee exclusivamente carga 'verbal', formará,
junto con el otro verbo, una perífrasis.1 Si a dicha carga verbal se le añade carga 'nominal' (en los
infinitivos), 'adjetival' en los participios y gerundios, y 'adverbial' en los gerundios, no debemos
hablar de perífrasis verbal, pues esas formas no personales se subordinan al verbo anterior como lo
hacen los sustantivos y pronombres en el caso del infinitivo, y los adjetivos y adverbios en el caso
de participios y gerundios.
Centrándonos en las perífrasis de infinitivo, averiguaremos esta propiedad aplicando el
procedimiento formal de la conmutación.2 Si el infinitivo admite su sustitución por una categoría
nominal (nombre, pronombre, oración completiva), no podemos hablar de perífrasis verbal.
Obsérvese la diferencia entre (3a) y (3b):
(3)
a. Juan {tiene que / puede / debe (de) / suele / ha de...} presentar el carné.
b. Juan {desea / necesita / teme / prefiere...} presentar el carné.
En (3a), no cabe la sustitución por elementos nominales: *Juan {lo tiene / lo puede / lo debe / lo
suele / lo ha...}. Sin embargo, de (3b) obtendríamos oraciones gramaticales: Juan {lo desea / lo
necesita / lo teme / lo prefiere...}. De la misma manera, aunque con cambio obligatorio de sujeto, de
(3b) obtenemos Juan {desea / necesita / teme / prefiere...} que se presente el carné, frente a *Juan
{tiene que / debe (de) / suele / ha de} que se presente el carné.
En conclusión, en (3a) existen perífrasis verbales; en (3b), no. O lo que es lo mismo: en (3b), el
verbo en infinitivo posee carga no sólo verbal, sino también nominal,. Puesto que forma parte de
una subordinada sustantiva; en (3a), en cambio, sólo presenta carga verbal.
1
Al aspecto de carga verbal exclusiva del segundo verbo de una construcción perifrástica se refiere también Gómez
Manzan9o (1992: 53) cuando dice: «Si, como acabamos de afirmar, el V' y el V'' en estas oraciones se funden en un
solo sintagma y se constituyen en núcleos de un único predicado, debemos entender que el infinitivo tiene una función
exclusivamente verbal y no puede ejercer ninguna relación de complementación respecto del V'».
2
El procedimiento de la conmutación ha sido aplicado, entre otros, por Manacorda de Rosetti (1969), Fontanella de
Weinberg (1970), Luna Traill (1980), Felldman (1964), Gómez Torrego (1977 y 1988) y Alarcos Llorach (1994).
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51.1.2.2. Otro procedimiento formal que nos ayuda a detectar una construcción perifrástica y, por
tanto, a saber si el infinitivo posee carga nominal, es la transformación interrogativa de la forma no
personal por qué.3 Así, en (3a) no caben las construcciones *¿Qué {tiene / puede / debe / suele
ha...} Juan? En cambio, en (3b) son perfectamente gramaticales las oraciones ¿Qué {desea /
necesita / teme / prefiere} Juan? Por otra parte, la gramaticalidad de (3a) con el interrogativo qué
sólo es posible si añadimos al primer verbo (el auxiliar) el proverbo hacer: ¿Qué {tiene que / puede
/ debe (de) / puede / suele / ha de} hacer Juan? En (3b), la adición del proverbo es opcional para la
gramaticalidad: ¿Qué {desea / necesita / teme / prefiere} (hacer) Juan?
Conviene aclarar que, en ocasiones, no cabe la sustitución del infinitivo de una construcción no
perifrástica por el conjunto de las tres categorías nominales (nombre, pronombre, oración
completiva). Basta con que se dé una sola de esas categorías para rechazar el carácter perifrástico de
la construcción. Así, una oración como Dejé jugar a los niños presenta un verbo en forma personal
(dejé) seguido de un infinitivo (jugar). Este no se deja sustituir por un nombre ni por un pronombre,
incluido el interrogativo qué, pero sí por una oración completiva: *Dejé la jugada..., *Lo dejé a los
niños, *Qué dejé a los niños, frente a Dejé que los niños jugaran. Esta conmutación reafirma el
hecho de que el infinitivo complementa a dejó, forma que se erige en principal dentro de la oración.
Por otro lado, para que la conmutación sea válida, se necesita que los elementos sustitutorios y
el sustituido sean equivalentes funcionalmente.4 Esto es importante para distinguir estructuras con
el mismo verbo y con el mismo significado pero con distinta configuración sintáctica. Compárense,
por ejemplo, estructuras como Empezó a llover y Empezó la lluvia, o Terminó de llover y Terminó
la lluvia. El sintagma la lluvia no es un verdadero sustituto de las construcciones preposicionales a
llover y de llover; entre otras cosas porque actúa de sujeto de empezó y terminó respectivamente,
función que nunca le puede corresponder al infinitivo por ir precedido de preposición. Por tanto, el
SN la lluvia y las construcciones a llover y de llover no son equifuncionales.
Otro requisito para la confirmación de la validez de la conmutación es que, al producirse la
sustitución, no se dé lugar a un cambio de significado, pues en ese caso no existiría equivalencia
entre el elemento sustituido y el que sustituye. Así, por ejemplo, el verbo tener no significa lo
mismo en Tengo que estudiar (obligación) que en Lo tengo (posesión). ni el verbo deber en Debo
comer (obligación) y Debo la comida (deuda). Por lo tanto, ni estudiar y lo por un lado, ni comer y
la comida por otro son equifuncionales.
51.1.2.3. Otra propiedad básica de la perífrasis verbal es la capacidad selectiva del infinitivo.5 Sólo
él puede seleccionar complementos y sujeto en las perífrasis. El primer verbo se encuentra
inhabilitado para seleccionar, por lo que actúa como un mero instrumento gramatical del infinitivo.
Si el primer verbo de una construcción de infinitivo selecciona algún tipo de complemento o sujeto,
estaríamos en condiciones de asegurar que tal construcción no es perifrástica. Veamos los casos
siguientes:
(4) a.
El director nos mandó entregar el dinero.
b. Dejó jugar a los niños.
c. Nos hizo llorar con su actuación.
d. Les dio por reír.
e. Vi regar las flores.
f. Los ríos van a desembocar en el mar.
En todas estas oraciones hay secuencias formadas con un infinitivo y un verbo precedente en
forma personal, pero que no constituyen perífrasis verbal no sólo la posibilidad de conmutación
3
Se trata de un criterio empleado, entre otros, por Fontanella de Weinberg (1970).
Sobre la conmutación léxica y la estructural, véase Manacorda de Rosetti 1969: 76 y ss.
5
Criterio aplicado por Fontanella de Weinberg (1970), Rojo (1974:65) y Fernández de Castro (1990: 35-36), entre
otros.
4
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nominal (El director {nos lo mandó / mandó que entregáramos el dinero}; Dejó que los niños
jugaran; Hizo que lloráramos; Les dio por eso, Lo vi; Vi {que / cómo} regaban las flores; Los ríos
van al mar a eso; los ríos van allí a desembocar) sino también porque en (4a) el verbo en forma
personal (mandó), selecciona el complemento indirecto nos y el directo entregar el dinero, así como
el sujeto el director, que es distinto del sujeto del infinitivo (nosotros), que está implícito. En (4b),
el sintagma los niños es un complemento de dejó tal y como se demuestra con la conmutación por el
clítico correspondiente, que sólo puede preceder al primer verbo y nunca seguir al infinitivo (Los
dejó jugar / *Dejó jugarlos), frente a lo que ocurre con las perífrasis (véase el § 51.1.2.7). En (4c),
el clítico nos complementa a hizo y no a llorar, pues no se admite posposición (*Hizo llorarnos)
(véase el § 51.1.2.7). En (4d), el átono les es complemento indirecto de dio y nada tiene que ver con
reír por la misma razón que se dio para (4c). En (4e), es claro que la forma vi selecciona sujeto
propio (yo), que no coincide con el de regar, que es cero. Y, por último, en (4f) no debe hablarse
tampoco de perífrasis verbal, pues el sintagma a la mar es un complemento circunstancial de van
(van a la mar ) y no de desembocar, ya que no es posible *Los ríos desembocan a la mar.
La incapacidad para seleccionar el sujeto por parte del primer verbo de una perífrasis nos lleva a
tres consideraciones importantes:
a) Que el hecho de que en una perífrasis no pueda haber sujetos distintos para cada verbo de la
construcción, no quiere decir que siempre que el sujeto de uno de los verbos coincida con el
referente del sujeto del otro verbo tengamos una perífrasis verbal. Una cosa es el 'sujeto' único y
otra muy, distinta el 'referente' único. Así, si comparamos oraciones como El niño desea salir de
casa y El niño suele llegar tarde, observamos que el sujeto de desea es el niño; y el de salir, un
pronombre tácito (à § 36.2] referido a el niño. Como prueba de que son dos sujetos distintos
(aunque un solo referente) sólo hay que advertir que en la estructura enfática de relativo
correspondiente (véase el § 51.1.2.6) se puede intercalar entre los dos verbos de la construcción la
forma verbal es. Ello sería imposible si se tratara de un mismo sujeto: Lo que el niño desea es salir
(él) de casa, Sin embargo, en la segunda oración, el sintagma el niño es el sujeto de toda la
construcción, perifrástica en este caso, suele llegar, pues sería agramatical una secuencia como Lo
que el niño suele es llegar (él) tarde.
b) Que lo normal es que, salvo por motivos que explicaremos en su momento, los primeros
verbos de las perífrasis de infinitivo, los auxiliares, sean compatibles con verbos unipersonales
(llover, haber...) y bipersonales (ocurrir / suceder...). Esto no es posible en construcciones no
perifrásticas. Así, podemos decir {Tiene que / Puede / Suele / Debe (de) / Va / empieza a / dejó
de...} {llover / ocurrir / haber...} y no *{Desea / Pretende / Procura / Trata de / dejó / mandó...}
{llover / ocurrir / haber...}. La razón es clara: es el verbo principal (llover, ocurrir, haber) el que
selecciona el sujeto (sujeto cero con llover y haber; sujeto de cosa con ocurrir). Por ello, podemos
decir también El niño {desea / procura / pretende / teme / prefiere...} llegar tarde, y no *El tren
{desea / procura / pretende / teme / prefiere} llegar tarde. Y es que los verbos que preceden al
infinitivo seleccionan sujeto de persona y nunca de cosa, salvo que posean un carácter metafórico o
prosopopéyico, como en La prudencia ordena quedarse en casa.
c) La selección del sujeto por parte del auxiliado y no del auxiliar puede hacer que ciertas
construcciones de infinitivo con verbos modales, que no son perífrasis cuando llevan sujeto de
persona (seleccionado por estos verbos), pues permiten la 'nominalización' del infinitivo, sí lo sean,
o al menos se acerquen a la configuración perifrástica, cuando el sujeto es de cosa o sujeto cero,
pues en estos casos tal nominalización es imposible. Veamos:
(5)
a. Aquel señor {intentó / necesitó / logró / consiguió / quiso / trató de...} darnos el
dinero.
b. Aquel señor {lo intentó / lo necesitó / lo consiguió / lo quiso / trató de eso}.
c. Aquel señor {intentó / necesitó / logró / consiguió / quiso / trató de...} que se nos
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diera el dinero (Con sujeto distinto).
frente a las siguientes construcciones, normales en la lengua conversacional (en las variantes
gramaticales):
(3) a.
b.
c.
d.
e.
??Hubo cosas {que intentaron decirse en la reunión / *que lo intentaron / *que
intentaron que se dijeran}
Hay cosas {??que necesitan conocerse ya/*lo necesitan/*necesitan que se conozcan}.
Sólo estos dos muebles {{lograron / consiguieron} salvarse del incendio / *lo
{lograron / consiguieron} / *{lograron / consiguieron} que los salvaran}.
Dos lágrimas {querían asomarse a sus ojos / *lo querían / *querían que se
asomaran...}.
Los diez kg de cocaína {que trataban de entrar por el aeropuerto de Barajas / *que
trataban de eso / *que trataban de que entraran...}.
Además, mientras que las oraciones de (5) responden a la variante interrogativa con qué (¿Qué
intentó... aquel señor?), no les ocurre lo mismo a las de (6) (*¿Qué intentaron... las cosas?; *¿Qué
necesitan ya?; *¿Qué lograron esos dos muebles?, etc.). Añádase a ello que los verbos que
comentamos pueden combinarse con algunos verbos unipersonales, aunque hay que reconocer que a
veces la gramaticalidad es dudosa: Parece que ahora intenta llover; Necesita llover más aún; Al
final logró llover; Parece que quiere llover; ??Parece que trata de nevar. Obsérvese, además, que
las oraciones de (5) admiten la estructura enfática de relativo, por lo que no son perifrásticas, frente
a las de (6) (véase el § 51.1.2.6): Lo que aquel señor {intentó/necesitó...} fue darnos el dinero. Pero
*Lo que lograron esos dos muebles fue salvarse.
51.1.2.4. Las propiedades formales comentadas hasta ahora (carga exclusivamente verbal del
infinitivo y capacidad selectiva de sujeto y complementos) son básicas en la detección de una
perífrasis verbal.6 Pero existen otras que, junto a las anteriores, ayudan a configurar la construcción
perifrástica. En primer lugar, hay que destacar el comportamiento de las construcciones de
infinitivo en las estructuras pasivas con ser.7 Las perífrasis verbales presentan la peculiaridad de
que nunca pueden pasivar el primer verbo, el auxiliar; sólo es pasivable el infinitivo. Ello se debe a
que un auxiliar nunca es pasivable. Las construcciones no perifrásticas con el primer verbo
transitivo pasivizan este y no el infinitivo:
(7) a. Juan {tiene que / puede / debe...} leer la carta.
b. *Leer la carta es {tenido / podido / debido} por Juan.
(8) a. Juan deseó leer la carta.
b. Leer la carta fue deseado por Juan.
Por otro lado, en (7) cabe la siguiente pasiva: La carta {tiene que / puede / debe} ser leída por
Juan, lo que no es posible en (8): *La carta desea ser leída por Juan. Por el contrario, en (8) se
permiten pasivas como Juan desea que la carta sea leída, que no son gramaticales en (7): *Juan
{tiene que / puede / debe} que la carta sea leída.
Es cierto que existen pasivas como Los alumnos {desearon / quisieron / prefirieron /
procuraron / trataron de / intentaron...} ser aprobados por el profesor, pero no se corresponden
con las activas de El profesor {deseó / quiso / prefirió / procuró / trató de / intentó...} aprobar a los
alumnos, pues, como se sabe, el complemento directo de una oración activa debe ser el sujeto
'paciente' de su pasiva y no un 'agente'. La activa de la oración pasiva sería: Los alumnos desearon
6
Por no tener en cuenta estas propiedades, Pottier (1970:99) incluye entre los auxiliares los verbos mandar, desear,
saber. Por otra parte, para algunos casos no perifrásticos que presentan resistencia a la pronominalización del infinitivo,
véanse los §§ 51.1.5.2-5.
7
Para este procedimiento véase Fontanella de Weinberg (1970).
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que el profesor los aprobara; y la pasiva de la activa sería: El profesor deseó que los alumnos
fueran aprobados.
51.1.2.5. Por la misma razón, en las construcciones perifrásticas, la pasiva refleja afecta a todo el
núcleo perifrástico (auxiliar + auxiliado), por lo que si el SN sujeto aparece en plural, el auxiliar de
dicho núcleo debe aparecer también en plural. Es una consecuencia más de la carga exclusivamente
verbal del infinitivo, pues este no actúa en tales construcciones como sujeto. Por el contrario, en las
otras construcciones de infinitivo no perifrásticas, con el primer verbo como transitivo, la
pasivización sólo afecta a este primer verbo (verbo en forma personal), ya que el segundo (con sus
complementos, si los hubiere) se convierte en el sujeto de aquel. Veamos:
(9) Se {tienen que / se pueden / se deben (de) / se van a / se han de / se empiezan a / se dejaron
de...} celebrar las elecciones.
En estos casos, el sujeto de todo el núcleo perifrástico es el SN las elecciones. Sin embargo, en
construcciones no perifrásticas del tipo:
(10) Se desea {se piensa / se prefiere / se procura / se necesita...} celebrar pronto las
elecciones.
No es posible decir *Se {desean / se piensan / se prefieren / se procuran / se necesitan...} celebrar
las elecciones, pues ahora el SN las elecciones no es el sujeto de desean celebrar, sino el
complemento directo del infinitivo. Y es la secuencia de infinitivo (celebrar las elecciones) la que
desempeña la función de sujeto del primer verbo (desea, piensa...), lo que demuestra que este
selecciona sujeto o, lo que es lo mismo, tiene sujeto propio (véase el § 51.1.2.3).
Está claro que este procedimiento de las pasivaciones sólo es aprovechable en aquellos casos en
que el infinitivo corresponde a un verbo transitivo pasivable en el caso de las construcciones
perifrásticas; por ello, no se trata de un procedimiento básico en la detección de la perífrasis verbal,
pero sí importante.
51.1.2.6. Otra de las características de la perífrasis verbal es que no admite estructuras enfáticas de relativo,
también llamadas 'ecuacionales' o perífrasis de relativo, en las que se focalice el infinitivo o secuencia de
infinitivo. Es una consecuencia más del carácter auxiliar (no pleno) del verbo conjugado.8 Veamos:
(11) a. Juan {desea / prefiere / quiere / intenta / procura...} leer mi libro.
b. Juan {tiene que / va a / dejó de / acaba de / puede / debe (de) / ha de / empieza a...} leer mi libro.
De (11a) obtenemos oraciones enfáticas como Lo que Juan {desea / prefiere / quiere / intenta /
procura...} es leer mi libro. Estructuras como estas son imposibles en (11b): *Lo que Juan {tiene (que) /
puede / debe (de) / acaba de / empieza a / ha de...} es leer mi libro; y también *A lo que Juan va es a leer mi
libro o *De lo que Juan dejó fue de leer mi libro.
Sin embargo, esta propiedad no es tan clara como las anteriores por dos razones:
a) Existen zonas de inseguridad sobre la agramaticalidad de estructuras quebradas como Lo que
tenemos es que portarnos mejor (??); Lo que tú debes es leer mi libro (??); Lo que yo puedo es pasarme por
tu casa mañana (??). 9 Estas estructuras quebradas se dan también en el coloquio en perífrasis de gerundio:
Lo que estás haciendo es el tonto. No obstante, la agramaticalidad de estas construcciones es más clara si
permutamos el orden de los componentes: *(Que) portarnos mejor es lo que tenemos; *Leer esto es lo que tú
debes; *Pasarme por tu casa mañana es lo que yo puedo. La norma culta estándar en estos casos exige la
presencia del proverbo hacer, que es opcional en otras construcciones de infinitivo no perifrásticas, como en
8
Se trata de una propiedad destacada, entre otros, por Bolinger (1967: 206), Hadlich (1973), Iglesias Bango (1988: 85),
Fernández de Castro (1990).
9
A estas vacilaciones con deber, poder, tener que y haber de se refiere Bolinger (1969-70: 574).
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Portarnos mejor es lo que tenemos que hacer frente a Portarnos mejor es lo que deseamos (hacer).
b) Existen construcciones de infinitivo en las que no se admite la estructura enfática y, sin embargo, no
son perifrásticas. Es el caso de, por ejemplo, <hacer + infinitivo> y <dejar + infinitivo>, construcciones que
no admiten formas como *Llorar a sus amigos es lo que hizo (de Hizo llorar a sus amigos) o *Caer la
cabeza sobre el pecho es lo que dejó (de Dejó caer la cabeza sobre el pecho). Para el carácter no perifrástico
de estas construcciones, véase el § 51.1.2.3.
51.1.2.7. La posición de los clíticos también se tiene en cuenta, a veces, en la detección de las
perífrasis verbales. Así, en las construcciones perifrásticas de infinitivo, los clíticos pueden
anteponerse al primer verbo (si este está en imperativo, pueden seguirlo) o posponerse al infinitivo.
Además, siempre que se trate de dos clíticos agrupados, estos deben aparecer juntos en la
anteposición o en la posposición, como en Tengo que decírtelo y Te lo tengo que decir, Fue a
contármelo y Me lo fue a contar; Puedo decírselo y Se lo puedo decir, etc., y no *Te tengo que
decirlo, *Me fue a contarlo, *Le puedo decirlo.
Ahora bien, si es verdad que todas las perífrasis verbales admiten tanto la anteposición como la
posposición de clíticos (excepto aquellas que tienen como verbo auxiliar un verbo 'pronominal' y la
construcción <haber que + infinitivo>, que no admiten la anteposición) no lo es que todas las construcciones
de infinitivo que admiten la anteposición y posposición sean perífrasis verbales. V. gr.: No sé hacerlo y No lo
sé hacer; No pienso hacerlo y No lo pienso hacer; Intenté hacerlo y Lo intenté hacer; Mandé matarlo y Lo
mandé matar, etc. 10 Incluso con los verbos ir y venir en construcciones no perifrásticas pueden anteponerse y
posponerse los clíticos: Nos lo vino a decir a casa y Vino a decírnoslo a casa; Lo fue a buscar a casa y Fue
a buscarlo a casa. 11 Pero, en estos casos con ir y venir no se permite la intercalación del complemento
adverbial de 'dirección' cuando los clíticos están antepuestos y sí cuando están pospuestos: *Nos lo vino a
casa a decir / Vino a casa a decírnoslo; *Lo fue a casa a buscar / Fue a casa a buscarlo.
En lo que al clítico se despronominalizado se refiere, o sea, como partícula de pasiva refleja y de
impersonalidad sintáctica, conviene decir que, mientras que es gramatical tanto su anteposición
como su posposición en las pasivas reflejas con perífrasis, es dudosa y a veces clara la
agramaticalidad en las impersonales sintácticas:
(12) a. Se {pueden / deben / tienen que / han de / empiezan a...} discutir los problemas
b. {Pueden / deben / tienen que / han de / empiezan a...} discutirse los problemas.
(13) a. Aquí se {puede / se debe / se tiene que / se ha de / se empieza a...} estar bien.
b. *Aquí puede {debe / tiene que / ha de / empieza a...} estarse bien.
(14) a. Aquí no {se puede / se debe / se tiene que / ha de / suele...} fumar.
b. *Aquí no {puede / debe / tiene que / ha de / suele...} fumarse.
Por otro lado, el clítico de un verbo pronominal auxiliar no puede pasar a adherirse al auxiliado, pero el
de un verbo pronominal auxiliado sí puede adherirse al auxiliar:
(15) a. Se puso a contar chistes.
b. *Puso a contarse chistes.
(16) a. Tuvo que marcharse.
b. Se tuvo que marchar.
A veces se comparan oraciones con anteposición y posposición de clíticos como si fueran dos variantes
de una misma estructura y, por lo tanto, requirieran un mismo análisis, cuando, en realidad, se trata de
10
También Lamiroy (1991: 91) se refiere a esta inseguridad cuando dice: «la atracción del pronombre [...] resulta poco
operativa a la hora de distinguir las perífrasis de las estructuras en las que el verbo corresponde a un Vmt» (verbo de
movimiento). De forma parecida se manifiesta Ruiz Morales (1986: 160): «Es fácil ver que el pronombre clítico puede
preceder o seguir en construcciones que claramente no son perifrásticas como vi ofenderlas y las vi ofender ».
11
De la anteposición y posposición de clíticos con los verbos ir y venir habla Luna Traill (1980: 161-162).
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estructuras diferentes con análisis también distintos:
(17) a. Se lo oí decir a Juan.
b. Oí decírselo a Juan.
En (17a), los clíticos se y lo complementan a oí; en (17b), a decir. En efecto, en (17a) cabe Se lo oí a
Juan; y en (17b), Oí que se lo decían a Juan, como variante.
Perífrasis verbales
Arco/Libros, S.A. Madrid, 1988
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
1. CONCEPTO DE PERÍFRASIS
VERBAL Y DE VERBO AUXILIAR
1. Entendemos por perífrasis verbal la unión de dos o más verbos que sintácticamente constituyen
un solo núcleo del predicado. De ese conjunto verbal, el verbo principal o auxiliado debe ser una
forma no personal: infinitivo, gerundio o participio; el otro (u otros) verbo es siempre un mero
auxiliar, pero será la forma que podrá conjugarse en todas o algunas de las formas de la
conjugación. Algunos gramáticos que siguen una línea generativa transformacional niegan la
existencia de verbos auxiliares, a los que consideran verbos plenos o nucleares en la estructura
profunda 1.
1.1. Los verbos auxiliares, por el hecho de serlo, están inhabilitados para seleccionar sujetos y
complementos: la forma que selecciona tales funciones es siempre la auxiliada. Así, por ejemplo, en
la frase
El tiempo va a mejorar
lo que selecciona al sujeto tiempo es el verbo mejorar y no va, como ocurre en la oración
El tiempo mejorará.
De la misma manera, en las perífrasis habidas en las oraciones
1
J.R. ROSS , «Auxiliaries as Main Verbs», en Journal of Philosophical Linguistics, I, 1, 1968, 77-102.
Ma. Luisa HERNANZ, «Las perífrasis verbales de infinitivo en español», Rev. española de lingüística, 10, 2, 1980, págs.
411-443.
Ma. Luisa RIVERO, «La ambigüedad de los verbos modales», Rev. española de lingüística, págs. 401-422.
P.W. KLEIN, «Modal auxiliaries in Spanish», en Studies in Linguistics and Language Learning (Univ. of Washington),
IV, 1968.
N. RUWET, Introducción a la gramática generativa, Madrid, ed. Gredos, 1974 (2ª ed.). (Este autor niega la auxiliaridad
de los verbos modales en francés, págs. 239-240).
Otros autores consideran que el término auxiliar engloba no sólo al verbo auxiliar sino también la marca morfemática
del infinitivo, o la del gerundio, o la del participio: -r. -ndo, -do respectivamente. Ver E. Benveniste, «Structures des
relatives d'auxiliarité», en Acta Lingüística, IX, I, 1965, págs. 1-15. (Esta postura es seguida por varios gramáticos
generativistas).
TEORÍA GRAMATICAL IV
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil
Te tengo dicho que te calles
Sigo estudiando matemáticas
los objetos directos respectivos que te calles y matemáticas no son exigidos por tengo y sigo, sino
por dicho y estudiando, igual que en
Te he dicho que te calles
Te digo que te calles
Estudio (estoy estudiando) matemáticas.
Serían agramaticales secuencias como
*Te tengo que te calles
*Sigo matemáticas.
1.1.1. Si los verbos que preceden a las formas no personales seleccionan sujetos y
complementos, no serán verdaderos auxiliares y, por tanto, no podrá hablarse de perífrasis verbal.
Por ejemplo, en la oración
Juan desea ir a tu casa.
el sujeto Juan es seleccionado por desea, pues no sería posible una frase con desear y un sujeto
inanimado como
Esa mesa desea caerse.
Sin embargo, son perfectamente gramaticales las oraciones del tipo siguiente:
Esa mesa va a caerse
Esa mesa puede caerse
Esa mesa debe caerse
Esa mesa suele caerse, etc.
1.1.2. La selección de un sujeto por parte del verbo auxiliado y no del auxiliar, en las perífrasis
verbales, se percibe perfectamente en los casos en que el verbo auxiliado es haber2. Como es
sabido, este verbo es unipersonal, por lo que su sujeto siempre ha de ser cero (Ø):
Habrá diez alumnos en clase
Hubo muchos espectadores en el partido.
Pues bien, el sujeto seguirá siendo cero (Ø) en las oraciones siguientes:
Va a haber diez alumnos en clase
Puede haber diez alumnos en clase
Debe (de) haber diez alumnos en clase
Suele haber diez alumnos en clase
Tiene que haber diez alumnos en clase
Siempre acaba por haber diez alumnos en clase
Viene a haber diez alumnos en clase
Ha de haber diez alumnos en clase
2
Parece claro que en la perífrasis verbal el sujeto debe ser el mismo para los dos verbos.
TEORÍA GRAMATICAL IV
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil
Sigue habiendo tormentas este verano
Lleva habiendo tormentas desde junio, etc.
En oraciones como estas, parece claro que el sujeto es cero (Ø) porque es el verbo haber el que
lo selecciona, y no los otros verbos que le preceden. Sin embargo, verbos como desear, temer,
intentar... siempre seleccionan un sujeto que, además, debe tener el rasgo de animación, por lo que
no podrían darse frases del tipo siguiente:
*Desea haber diez alumnos
*Teme haber diez alumnos
*Intenta haber diez alumnos.
Compárese, asimismo, una oración como
Viene habiendo diez alumnos en clase (sujeto Ø)
donde existe una verdadera perífrasis verbal, con otra imposible, por ser agramatical, como
*Los alumnos vienen habiendo...
1.1.2.1. En todos los ejemplos gramaticales que hemos puesto con haber, los sintagmas que siguen a este
verbo (diez alumnos, muchos espectadores, tormentas) son objetos directos. Precisamente, en aquellas
zonas en que estos objetos directos son considerados sujetos, dichos sintagmas pasan a concordar con el verbo haber en
número y persona, lo que es incorrecto, aunque pueda ser gramatical en las zonas donde se dice:
Habían diez alumnos en clase
Hubieron muchos espectadores en el partido
Pues bien, estas concordancias se mantienen en las mismas zonas con perífrasis en que haber es el verbo auxiliado:
Van a haber diez alumnos en clase
Pueden haber diez alumnos en clase
Deben (de) haber diez alumnos en clase, etc.
1.1.2.2. Todo esto demuestra que es el verbo haber el que, en la lengua castellana culta estándar,
selecciona en todos estos casos el sujeto (sujeto cero); y en las zonas en que es normal la
concordancia, el sujeto seleccionado es e1 sintagma nominal correspondiente concordado.
1.2. Se suele decir que un verbo para ser auxiliar debe estar total o parcialmente
gramaticalizado, esto es, debe haber perdido todo o parte de su significado originario.
1.2.1. Sin embargo, este criterio no es fiable por varias razones:
a) Existen perífrasis verbales, como veremos, cuyos verbos auxiliares mantienen su significado
originario y pleno:
Empieza a llover
Sigue (continúa) lloviendo
Debes estudiar más
Suelo levantarme a las diez
Acabó de llover.
En efecto, los verbos empezar, seguir, continuar, acabar mantienen el mismo significado que en
las oraciones siguientes:
TEORÍA GRAMATICAL IV
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil
Empieza la lluvia
Sigue la lluvia (continúa)
Acabó la lluvia.
Y los verbos deber y soler mantienen los significados respectivos de obligación y frecuencia
que les son inherentes.
Roca Pons, que basa su estudio de la perífrasis verbal en la gramaticalización del verbo auxiliar,
reconoce que los verbos modales "no han sufrido propiamente ningún proceso de
gramaticalización"3.
b) No es fácil saber sincrónicamente cuándo un verbo empieza a desemantizarse. Piénsese que
en los diccionarios una entrada léxica cualquiera presenta diversas acepciones sin que ello nos
obligue a preguntarnos cuál es la originaria. Y así, verbos como andar y llevar creemos que
presentan el mismo significado cuando actúan como auxiliares que cuando actúan como verbos
plenos o principales:
Siempre andas chismorreando (perífrasis verbal)
Siempre andas con chismes
Llevo estudiando esta cuestión varios años (perífrasis verbal)
Llevo con esta cuestión varios años
Tampoco Roca Pons parece tener claro el momento de la gramaticalización y en qué grado se da:
"Se entenderá por perífrasis verbal la unión de un verbo auxiliar −más o menos auxiliar o
gramaticalizado (...)− con una forma nominal de un verbo conceptual" (el subrayado es nuestro) 4.
c) Hay construcciones con infinitivo y participio en las que el verbo precedente está usado
metafóricamente o aparece claramente desemantizado, y no por eso hay que hablar de perífrasis
verbales, como demostraremos más adelante:
Juan se lanzó a recoger datos sobre...
Juan anda enamorado
Lo di por hecho
Me dio por reír
Lo eché a perder.
Adelantemos que en el primer caso la construcción de infinitivo posee carácter nominal, por lo
que complementa a se lanzó tal y como se demuestra por medio de la conmutación por un
pronombre o sintagma nominal sintácticamente equivalentes. Obsérvese que con los elementos
conmutados el verbo lanzarse no cambia para nada de significado y se erige en verbo nuclear:
a la recogida de datos sobre...
Juan se lanzó
a eso
En el segundo caso, parece claro que enamorado actúa como adjetivo y no como verbo, que es lo
que exigiría la perífrasis verbal. La conmutación por otro adjetivo lo demuestra:
Juan anda triste, nervioso...
En el tercer caso, la forma di no puede ser auxiliar por cuanto es capaz de exigir complementos
como lo, lo que convierte al sintagma por hecho en atributo de ese lo, como lo haría un adjetivo en
su lugar:
3
4
J. ROCA PONS , Estudios sobre perífrasis verbales en español, Madrid, C.S.I.C., 1958, pág. 58.
J. R OCA PONS , op. cit., pág. 10.
TEORÍA GRAMATICAL IV
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil
Lo di por bueno.
En el cuarto caso, la construcción por reír es perfectamente conmutable por pronombres o por el
adverbio ahí, lo que demuestra que el verdadero núcleo verbal es dio:
Me dio
por reír
por eso
por esas
por ahí
En el último caso, tenemos un ejemplo parecido al tercero: eché lleva complementos propios, así
que no puede ser auxiliar. En efecto, lo complementa a eché y no a perder, pues no puede decirse
*Eché a perderlo
1.2.2. No obstante, hay que reconocer que en la mayoría de los casos perifrásticos el verbo está
gramaticalizado o totalmente (hay que trabajar; hemos de trabajar; va a llover; tiene que llover...)
o parcialmente (andamos discutiendo; viene siendo como esperábamos...). En parte, es posible que
muchos de los procedimientos formales que expondremos para reconocer una perífrasis tengan que
ver con ese carácter de gramaticalización parcial o total. A pesar de ello, nosotros, aun
reconociendo la importancia de la gramaticalización del verbo auxiliar, nos valdremos de
procedimientos formales (conmutaciones, transformaciones pasiva e interrogativa, colocación de
pronombres clíticos, etc.) para caracterizar a la perífrasis verbal5.
1.3. El verbo principal o auxiliado de una perífrasis verbal debe aparecer en infinitivo, en
gerundio o en participio, de tal manera que se hablará de perífrasis de infinitivo, perífrasis de
gerundio y perífrasis de participio:
Va a llover mañana (perífrasis de infinitivo)
Eso viene costando mil pts. (perífrasis de gerundio)
Te tengo dicho que te calles (perífrasis de participio).
5
Gramáticos que han aplicado procedimientos formales para la descripción y análisis del fenómeno perifrástico en
general, o de algunas perífrasis en particular, son, entre otros, los siguientes:
DAVID M. FELDMAN, Apuntes históricos sobre las frases verbales de modo en español, Madrid, ed. Playor, 1974.
FONTANELLA DE WEINBERG, «Los auxiliares españoles», en Anales del Instituto de Lingüística (Univ. de Cuyo), X,
1970, págs. 51-71. (Esta autora sigue los siguientes criterios: a) los auxiliares no imponen restricciones selectivas sobre
sujeto y objeto. b) se construyen obligatoriamente con verboides (infinitivos, gerundios, participios). c) Admiten una
pasivización distinta a la de otras estructuras parecidas no perifrásticas. d) No admiten una transformación interrogativa
que prescinda del segundo componente verbal).
M ANACORDA DE ROSETTI, «La frase verbal pasiva en el sistema español», en Estudios de gramática estructural,
Buenos Aires, ed. Piados, 1969, págs. 71-90.
GUILLERMO ROJO, Perífrasis verbales en el gallego actual, Verba, Anejo 2, Univ. de Santiago de Compostela,
1974.
SCHOGT , «L'auxiliaire», en Actes du X Congrès International des Linguistique, 1970, págs. 345-352.
B. POTTIER, «Sobre el concepto de verbo auxiliar», en Lingüística moderna y filología hispánica, Madrid, ed.
Gredos, 1968, págs. 194-202. (Este autor basa su análisis en el concepto, demasiado vago a nuestro juicio, de incidencia
directa o indirecta del verbo auxiliar sobre el auxiliado).
ROGER L. HADLICH, Gramática transformativa del español, Madrid, ed. Gredos, 1973.
M.S. RUIPÉREZ, «Notas sobre la estructura del verbo español», en Problemas y principios del estructuralismo
lingüístico, Madrid, C.S.I.C., 1967, págs. 89-96.
J. DUBOIS, Grammaire structurale du français: la phrase et les transformations, París, Larousse, 1969.
M. G ROSS, Grammaire transformationnelle du français: syntaxe du verbe, París, Larousse, 1968.
LEONARDO GÓMEZ T ORREGO, Teoría y práctica de la sintaxis, Madrid, ed. Alambra, 1985, págs. 30-37.
TEORÍA GRAMATICAL IV
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil
1.3.1. Como se sabe, las formas no personales del verbo presentan un doble carácter gramatical:
el infinitivo es verbo y nombre al mismo tiempo. Como verbo, puede llevar sujetos y complementos
verbales como el directo, el circunstancial... Como nombre, puede desempeñar él mismo esas
mismas funciones además de poder ser introducido por algunos determinantes y dejarse acompañar
en ocasiones, de adjetivos:
Me preocupa el mal vivir de algunos.
El gerundio presenta una cara verbal y otra adverbial (a veces, adjetival), por lo que se comporta
muchas veces como un adverbio o locución adverbial:
Tu hermano siempre habla dando gritos (Tu hermano siempre habla a gritos; ...habla de
esa manera).
Van corriendo (van deprisa, al galope).
El participio puede actuar como verbo o como adjetivo según los contextos en que aparezca:
Dicho eso, se marcharon (verbo)
Los niños llegaron preocupados (adjetivo)
1.3.2. Pues bien cuando estas formas no personales constituyen el verbo principal o auxiliado de una
perífrasis verbal, lo que domina en ellas es el valor verbal, de forma que lo nominal del infinitivo, lo
adverbial del gerundio y lo adjetival del participio desaparecen.
1.3.2.1. Esto es lo que explica que mientras que un infinitivo precedido de otro verbo en una
construcción no perifrástica puede, a través de la conmutación, nominalizarse (con sintagmas
nominales, proposiciones sustantivas) o pronominalizarse, ello no es posible en una perífrasis
verbal. Veamos:
Pensé en
arreglar el jardín
el arreglo del jardín
eso, ello, algo
que arreglaría el jardín
¿en qué pensé?
Debo
arreglar el jardín
*el arreglo del jardín
*eso, ello, algo, lo
*que arregle el jardín
*¿qué debo?
Así pues, debo arreglar es una perífrasis verbal, y pensé en arreglar no lo es.
1.3.2.2. De la misma manera, el gerundio precedido de otro verbo con el que no forma perífrasis
verbal, es siempre sensible, por su carácter adverbial, a la transformación interrogativa por medio
del adverbio interrogativo cómo. Ello no es posible en las perífrasis verbales:
Los soldados vienen cantando por la carretera (no hay perífrasis)
¿Cómo vienen?
−Cantando
Esto viene siendo como te dije (hay perífrasis)
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−Siendo como te dije
*¿Cómo viene?
Juan salió corriendo (no hay perífrasis)
−¿Cómo salió?
−Corriendo
Este problema ya me va saliendo (hay perífrasis)
*¿Cómo me va el problema?
−Saliendo.
1.3.2.3. Si el participio precedido de otro verbo posee carácter adjetival, la suma de los dos
verbos no constituye perífrasis verbal. Ello se comprueba mediante la conmutación léxica por otro
adjetivo, y por la transformación interrogativa con el adverbio interrogativo cómo. Si son posibles
ambos procedimientos, el participio actúa como un adjetivo, por lo que en esos casos no deberá
hablarse de perífrasis verbal:
enamorado (no hay perífrasis)
Tu hijo anda
triste, nervioso...
enamorado
¿Cómo anda tu hijo?
triste, nervioso...
dicho que te calles (hay perífrasis)
Te tengo
*triste, nervioso...
*¿Cómo te tengo?
−dicho que te calles
dormido (no hay perífrasis)
Tu hijo está
despierto, vivo, muerto...
dormido
¿Cómo está?
despierto, vivo, muerto...
escritas veinte páginas (hay perífrasis)
Llevo
*limpias..., llenas...
*¿Cómo llevo veinte páginas?
−escritas.
1.3.3. Sin embargo, el problema de los límites, sobre todo en lo que se refiere a las perífrasis de gerundio
y participio, aparecerá de vez en cuando. En la descripción de cada una de estas perífrasis, aludiremos a esos
problemas, que nos harán dudar en más de una ocasión de si a una construcción determinada habrá que
considerarla o no perífrasis verbal.
1.4. Resumiendo, una perífrasis verbal está formada por, al menos, dos verbos morfológicos que
constituyen sintácticamente un solo núcleo verbal. Esto quiere decir que la oración o proposición en
TEORÍA GRAMATICAL IV
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que se encuentran será siempre simple y no compuesta ni compleja 6. El primero de los verbos es un
simple auxiliar, es decir, queda inhabilitado para llevar y seleccionar sujetos o complementos
propios, al margen de si está parcial o totalmente gramaticalizado. El segundo verbo debe aparecer
en infinitivo, gerundio o participio, y poseer pleno carácter verbal sin los valores respectivos de
nombre, adverbio y adjetivo, que son inherentes a tales formas no personales.
1.4.1. Por otra parte, los procedimientos formales con los que pretendamos probar si una
construcción determinada es o no perífrasis verbal serán los que venimos aplicando, Además de
otros distintos según se trate de perífrasis de infinitivo, de perífrasis de gerundio y de perífrasis de
participio, pues distinta es también la naturaleza gramatical de cada una de las formas no personales
del verbo. Tales procedimientos se irán explicando y aplicando a lo largo de la exposición de los
distintos tipos de perífrasis (las de infinitivo, las de gerundio v las de participio).
1.4.2. De todo ello se deduce que verbo auxiliar en aquel que forma parte de un sintagma verbal
sin constituir su núcleo y que sirve para expresar tiempos, aspectos, voces y modalidades del otro
verbo que deberá aparecer en una forma no personal.
2. VALORES QUE APORTAN LAS PERÍFRASIS VERBALES
2. El castellano es una lengua rica en perífrasis verbales, que complementan a la conjugación
española de tiempos simples y compuestos. El verbo auxiliar, Como acabamos de decir, modifica la
idea verbal expresada por el verbo principal con valores temporales, o aspectuales, o modales, o
estilísticos.
2.1. En efecto, valor temporal aportan perífrasis como ir a + infinitivo, haber de + infinitivo,
estar a + infinitivo. Y, así, ir a + infinitivo indica a veces una futuridad inmediata, tal y como
aparece en el texto siguiente:
¿Qué hora es?
−Van a ser las tres.
En casos como éste, el futuro simple (serán las tres) no posee el valor de futuridad inmediata que
expresamos con la perífrasis. Valores parecidos se dan con perífrasis como estar al + infinitivo:
La fruta está al caer
El pro profesor está a1 llegar
El director está al salir.
También haber de + infinitivo puede ser empleada en ocasiones para indicar un valor temporal
de futuro:
TEORÍA GRAMATICAL IV
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil
Te aseguro que con nosotros has de pasarlo bien (= ...lo pasarás bien).
2.2. De todas formas, es el valor aspectual el que más domina en las perífrasis verbales. Aunque
no hay acuerdo entre los lingüistas sobre la noción de aspecto7, nosotros lo entendemos como la
categoría gramatical flexional (con desinencias) o sintagmática (con verbos auxiliares) que expresa
el término o no término de la acción verbal. Es decir, se trata de saber si concebimos la acción en su
término, sin tensión alguna (aspecto perfectivo); en su discurrir, con tensión y distensión medias
(aspecto imperfectivo); o en sus inicios, con tensión máxima (aspecto incoativo). Puede habla rse
también, en otro plano distinto, de aspecto durativo: estaba leyendo; de aspecto progresivo o
intensivo (acción que avanza de más a menos o de menos a más): voy mejorando de la lesión; de
aspecto frecuentativo: suelo ir al cine con mis amigos; de aspecto iterativo o reiterativo (se repite la
acción o las acciones): volveré a leer el periódico; te tengo dicho que no salgas de noche.
2.2.1. Mientras que el aspecto es un fenómeno gramatical, el llamado modo de acción posee,
más bien, un carácter semántico: depende de la significación del verbo; es decir, un verbo puede
entenderse como perfectivo o imperfectivo por la significación que le es inherente. Es la distinción
que ya estableció Andrés Bello entre verbos permanentes (imperfectivos) y verbos desinentes
(perfectivos). Así, un verbo como amar es imperfectivo, mientras que otro como morir se concibe
como perfectivo, pues su acción se entiende como algo que termina; en la significación de amar no
se percibe nunca el término de la acción verbal correspondiente.
2.2.2. Precisamente porque el aspecto y el modo de acción no son la misma cosa, pueden
generarse valores especiales cuando, por ejemplo, un verbo perfectivo o desinente aparece en una
forma verbal que presenta aspecto imperfectivo, y viceversa:
Juan se moría (valor progresivo: se acercaba a la muerte).
La forma verbal en que aparece el verbo morir es imperfectiva: el pretérito imperfecto de
indicativo.
Juan disparaba (valor reiterativo: realizaba un disparo + otro disparo + otro disparo...)
María me amó (valor perfectivo: me estuvo amando, pero ya ha dejado de amarme).
2.2.3. No es nuestra intención en este trabajo, que pretende ser eminentemente práctico, teorizar sobre
estos conceptos que tanta tinta han dejado correr; sin embargo, hemos aludido a ellos porque algunas
perífrasis pueden manifestar algún valor aspectual determinado debido al modo de acción del verbo auxiliar:
empezar, acabar... En todo caso, hablaremos de perífrasis con valor aspectual incoativo echarse a +
infinitivo, ponerse a + infinitivo, y de otras con valor durativo (la gran mayoría de las perífrasis de
gerundio), así como de las de aspecto perfectivo y terminativo (muchas de las de participio, y algunas de
infinitivo: acabar de + infinitivo, dejar de + infinitivo...)
7
Para el concepto de aspecto verbal, ver:
L. J. M ACLENNAN , El problema del aspecto verbal, Madrid, ed. Gredos, 1962.
E. ALARCOS LLORACH, «Sobre la estructura del verbo español», en Estudios de gramática funcional del español,
Madrid, ed. Gredos, 1970.
J. ROCA PONS , op. cit.
CH. R RALLIDAS , The tense aspect system of the spanish verb (as used in cultivated Bogotá Spanish), The Hague,
Mout on, 1971.
J. A. PORTO DAPENA, El verbo y su conjugación, Madrid, Arco/Libros, S.A., 1987, págs. 32-36.
BENJAMÍN GARCÍA HERNÁNDEZ, Semántica estructural y lexemática del verbo, Barcelona, ed. Avesta, 1980.
G. GUILLAUME, Temps et verbe. Théorie des aspects, des modes et des temps, París, Champion, 1929.
GUILLERMO ROJO, op. cit.
W. DIETRICH, El aspecto verbal perifrástico en las lenguas románicas. Madrid, 1983.
TEORÍA GRAMATICAL IV
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2.3. Otras veces. las perífrasis verbales manifiestan un valor modal; es decir, a través de ellas se
manifiesta una actitud subjetiva del hablante, que puede ser de obligación, necesidad, posibilidad,
conjetura, intención, inoportunidad. capacitación, aproximación, etc. Y así, perífrasis como haber
que + infinitivo, haber de + infinitivo (en ocasiones), tener que + infinitivo, ir a + infinitivo (en
ocasiones), deber + infinitivo, deber de + infinitivo. poder + infinitivo, venir a + infinitivo (en
ocasiones), venir + gerundio (en ocasiones), pensar + infinitivo, etc., presentan valores modales
determinados. Ahora bien, como demostraremos más adelante, el hecho de que un verbo modal
(desear, temer, intentar...) vaya seguido de un infinitivo no es razón suficiente para hablar de
perífrasis verbal.
[...]
3. PERÍFRASIS VERBALES Y LOCUCIONES VERBALES
3. Las perífrasis verbales no deben ser confundidas con las construcciones que nosotros
llamaremos locuciones verbales. Ya Manacorda de Rosetti distinguió la locución verbal del giro
verbal (para nosotros, perífrasis verbal) y del grupo verbal9. Las locuciones se caracterizan por ser
un conjunto de palabras de las que al menos una es un verbo; el resto de las palabras está tan
estrechamente unido al verbo que sintácticamente no es segmentable, de modo que el núcleo verbal
del predicado correspondiente es todo el conjunto . Por otra parte, la posibilidad de que aparezcan
otros elementos añadidos al verbo en cuestión, sin que éste cambie de significado, son muy
limitadas o nulas. Además, la locución verbal aporta un significado nuevo que en ningún caso es la
suma del significado del verbo y del significado de lo añadido; ni tampoco es frecuente que se
mantenga el significado que cualquiera de los componentes presenta normalmente fuera de la
locución.
3.1. Por consiguiente, las diferencias fundamentales entre perífrasis y locución son las
siguientes:
a) Lo añadido al verbo puede ser otro verbo o cualquier otro elemento gramatical en la
locución. En la perífrasis, siempre ha de ser un verbo.
b) En la locución, no hay posibilidad de segmentación sintáctica. En la perífrasis, siempre se
procede a la segmentación en verbo auxiliar y verbo auxiliado o principal.
c) En las locuciones no son posibles ni la conmutación léxica ni la conmutación estructural. En
las perífrasis verbales, siempre es posible la conmutación léxica (a veces, limitada), pero no la
estructural10.
d) En la locución, el significado es nuevo: no suelen aparecer ni el significado del verbo ni el
de lo añadido (que puede ser otro verbo). Además, no existen modificaciones aspectuales, ni
modales, ni temporales, ni estilísticas por parte de verbo auxiliar alguno. En la perífrasis, siempre
tenemos el significado del verbo principal modificado por el auxiliar. Véase la diferencia entre
echar a perder (algo), que significa estropear (algo), y el de echarse a llorar, donde se mantiene el
significado normal de llorar, si bien su acción está modificada por el auxiliar desde el punto de
vista aspectual de comienzo de una acción. Pues bien, la primera construcción es locucional; la
segunda es perifrástica .
E1 primer verbo (cuando hay más de uno) es el que selecciona en las locuciones los sujetos y los
complementos; en las perífrasis es el segundo verbo.
9
M ANACORDA DE ROSETTI, «La frase verbal pasiva», en op. cit., págs. 78-79.
En la conmutación léxica, lo que se sustituye es una palabra por otra de significado distinto, manteniéndose la misma
categoría y la misma función (un infinitivo por otro infinitivo, por ejemplo). En la conmutación estructural, se sustituye
una palabra o secuencia por otras que siendo equivalentes funcionalmente pertenecen a otra categoría gramatical. V.
gr.: una proposición de sujeto por un pronombre tónico (él, eso...); un sintagma preposicional por un adverbio, etc.
10
TEORÍA GRAMATICAL IV
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3.2. Hay dos tipos claros de locuciones: aquellas en que lo añadido al verbo no es un verbo; y
aquellas en que lo añadido al verbo (que es el verdadero núcleo del predicado) es otro verbo. Este
segundo verbo puede encontrarse en una forma no personal, y entonces la estructura externa o
formal es la misma que la de la perífrasis, pero no la estructura funcional. Así, hablaremos de
locuciones verbales en casos como los siguientes:
Echo de menos a mis amigos (=añoro a mis amigos)
No cayó en la cuenta de lo que pasaba (= no se apercibió de lo que pasaba)
Hay que tener en cuenta a los demás (= hay que contar con los demás)
No me da la gana hacerlo (= no quiero hacerlo)
Hizo añicos el jarrón (= rompió el jarrón en muchos trozos)
No tiene sentido sintácticamente segmentar estas locuciones separando de sus verbos
respectivos las secuencias de menos, en la cuenta, en cuenta, la gana, añicos 11.
3.2.1. Pero también hay locuciones verbales cuya forma externa, como decíamos, coincide con la
de las perífrasis verbales. Veamos algunas:
Lo vas a echar a perder
Conviene dar a conocer la noticia
El profesor dio a entender que nos suspendería.
En casos como éstos, preferimos hablar de locuciones y no de perífrasis por las siguientes razones:
a) En estas construcciones, los verbos nucleares (no auxiliares, por tanto) son echar, dar, pues
son los que seleccionan los complementos correspondientes.
Así, en
Lo eché a perder
el pronombre lo es complemento de eché y no de perder, pues en caso contrario la secuencia
correspondiente sería agramatical:
*Eché a perderlo
De la misma manera, los pronombres me y lo son complementos de dio y no de entender y conocer
en las oraciones
Me lo dio a entender
Me lo dio a conocer
11
En este último caso, podría pensarse que añicos es el objeto directo de hizo; pero no es así, pues en la pasiva
correspondiente, tal vocablo no pasa a sujeto, sino que permanece funcionalmente invariable:
El jarrón fue hecho añicos por él.
Además, es imposible la conmutación pronominal:
*Los hizo el jarrón
Sin embargo, también puede entenderse que añicos es el atributo de jarrón:
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pues resultan agramaticales las secuencias
*Dio a conocérmelo
*Dio a entendérmelo
b) Las posibilidades de conmutación léxica de los infinitivos perder, conocer, entender son
nulas o muy escasas. No se dice, por ejemplo
*Echar a estudiar
*Echar a coger...
*Dar a estudiar, a coger...
(Las construcciones echar a rodar (algo), echar a ganar, dar a probar y otras semejantes ni son
locuciones ni perífrasis verbales, pues las secuencias de infinitivo son complementos
circunstanciales: lo di para que lo probaran. Ahora bien, en el primer caso, si algo es el sujeto de la
construcción, entonces sí hay que hablar de perífrasis verbal:
La piedra echó a rodar cuesta abajo)
c) Los verbos que aparecen en primer lugar no aportan valores ni temporales, ni aspectuales, ni
modales, ni estilísticos propios de las perífrasis verbales.
3.2.1.1. Próximas a locuciones verbales, si es que ya no lo son, se encuentran las construcciones del tipo
Dar que hablar (decir)
Dar que pensar
en las que las posibilidades de conmutación léxica de los infinitivos son muy limitadas, y donde el relativo
que aparece ya prácticamente desfuncionalizado. Además, los posibles complementos incidirían sobre dar y
no sobre los infinitivos. Así, en oraciones como
Siempre das que hablar a los demás
la conmutación será
Siempre les das que hablar
y no
*Siempre das que hablarles
Por otro lado, considerar las secuencias que hablar y que pensar como posibles objetos directos de dar
sería muy forzado, pues en modo alguno se admitiría la conmutación pronominal con lo:
Me das que pensar
Diste que hablar
−*Me lo das
−*Lo diste
3.2.1.2. También están próximas a la locución verbal construcciones como
Dar de mamar
Dar de comer
Dar de beber
Obsérvese que tales construcciones muestran un significado unitario: dar de mamar es 'amamantar' dar
TEORÍA GRAMATICAL IV
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de comer es 'alimentar'; dar de beber al ganado es 'abrevar' . Por otro lado, en estas construcciones es el
verbo dar el que elige los complementos correspondientes:
Dar de mamar al niño
−Darle de mamar
Dar de comer a los pájaros
−Darles de comer
Dar de beber al ganado
−Darle de beber
Serían agramaticales secuencias como
*Dar de mamarle
*Dar de comerles
*Dar de beberle
3.2.2. Por tanto, hay que evitar confundir construcciones de este tipo con las perífrasis verbales,
pues, como ya se dijo, en éstas el primer verbo (el auxiliar) queda inhabilitado para seleccionar
sujetos y complementos, y las posibilidades de conmutación léxica de la forma no personal suelen
ser amplias. Veamos como ejemplo el comportamiento de una perífrasis verbal como dejar de +
infinitivo:
Dejo de hacer algo
−Dejó de hacerlo
−Lo dejó de hacer
Los pronombres lo y algo son complementos directos de hacer y no de dejar. Además, con la
perífrasis se expresa un valor aspectual terminativo, y las posibilidades de sustitución léxica del
infinitivo son muy amplias:
Dejó de
trabajar
estudiar
hablar, etc.
3.3. Otras construcciones verbales presentan una estructura muy especial hasta el punto de que
quizá habría que incluirlas en un apartado diferente al de las locuciones y al de las perífrasis
verbales.
3.3.1. Nos referimos a las expresiones coloquiales y narrativas del tipo siguiente:
Va y dice que...
Saltó y dijo que...
Cogió y nos pegó
Con estas construcciones, el hablante quiere resaltar la sorpresa o lo repentino de la acción. Los
primeros verbos (va, salta, cogió) están totalmente gramaticalizados.
3.3.2. Hay que destacar también los modismos
Salir pitando, zumbando
Ir tirando
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en los que los gerundios tienen un marcado carácter metafórico.
3.3.3. Tampoco pueden considerarse perífrasis ni locuciones las construcciones del tipo
Darle a uno por + infinitivo
llorar
−Nos dio por
reír
cantar, etc.
porque, aunque el verbo dar está gramaticalizado es capaz de llevar complementos como el de nos
en el caso que comentamos; además, los infinitivos son conmutables por sintagmas nominales,
pronombres o adverbios, tal y como se vio en la página 14, y sus posibilidades de sustitución léxica
son amplias:
eso
esas
Nos dio por ahí
la risa
el trabajo, etc.
hablar
trabajar
sufrir
correr, etc.
3.4.4. Sin embargo, sí son locuciones las construcciones siguientes:
Dar por sentado (algo)
Darse por enterado
Dar por supuesto (algo)
Echar de ver (=darse cuenta)
3.4. En ocasiones, una forma auxiliar de una perífrasis verbal pude ser una locución verbal:
estar a punto de es forma auxiliar de perífrasis y al mismo tiempo es una locución verbal:
Estuvo a punto de llorar.
[...]
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CAPÍTULO II
PERÍFRASIS VERBALES DE INFINITIVO
[...]
2. CASOS FRONTERIZOS
2. A pesar de haber aplicado un buen número de procedimientos formales para reconocer una
perífrasis verbal, se presentan casos dudosos o fronterizos para los que son válidos alguno o algunos
de esos procedimientos pero no otros. Y es que una. perífrasis verbal en una sincronía determinada
ha sido la consecuencia de una evolución. Se trata, por tanto, también de un fenómeno diacrónico,
por lo que parece normal que algunas construcciones se puedan encontrar todavía dentro del
proceso perifrástico.
2.1. Uno de estos casos fronterizos está representado por las construcciones de infinitivo con
querer. En efecto, veamos los tres ejemplos siguientes:
a) Tú quieres aprobar dos asignaturas
b) El tiempo quiere mejorar
c) Parece que hoy quiere llover
En los tres casos, tenemos un verbo querer seguido de un infinitivo.
2.1.1. En a), la construcción parece idéntica a otras como las existentes en
Puedes aprobar dos asignaturas
Debes aprobar dos asignaturas
Sin embargo, no es así: en los casos de poder y deber la pasiva, como ya dijimos, es
Dos asignaturas pueden ser aprobadas por ti
Dos asignaturas deben ser aprobadas por ti
Esta conversión a pasiva no es posible con querer:
*Dos asignaturas quieren ser aprobadas por ti
Por otro lado, no sería gramatical decir:
*Aprobar dos asignaturas es podido (debido) por ti
y sí lo es, aunque con algunas reservas,
Aprobar dos asignaturas es querido por ti
Además, las transformaciones interrogativa y relativa admiten secuencias como
¿Qué quieres?
−Aprobar dos asignaturas
−Lo que quiero es aprobar dos asignaturas
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2.1.1.1. No obstante, hay algún rasgo que acerca a este verbo (y no a otros como desear,
preferir, etc.) a los modales auxiliares: la no conmutación por un pronombre. En efecto, a una
pregunta como
¿Quieres venir a mi casa?
podemos responder
Quiero, pero no puedo.
Y no decimos:
*Lo quiero, pero no lo puedo.
Y también:
Debí ir pero no quise
y no
Debí ir pero *no lo quise
Obsérvese que no podríamos contestar a la pregunta
¿Deseas venir a mi casa?
con frases como
*Deseo pero no puedo
2.1.1.2. Por otra parte, con este verbo (querer) seguido de un infinitivo los clíticos pueden ir
delante de la construcción o detrás:
Te lo quise decir
y
Quise decírtelo
Con desear, preferir,... los clíticos deben posponerse, pues no admiten la anteposición:
Preferí decírtelo (no: *Te lo preferí decir)
2.1.2. En b), parece haberse dado un paso más hacia la perífrasis: la pronominalización aparece
más dura, más rechazable:
*El tiempo lo quiere
Además, el que selecciona el sujeto es el verbo mejorar (el tiempo mejora) y no querer, que
necesitaría un sujeto animado. Tampoco son posibles ahora las transformaciones interrogativa y
relativa:
*¿Qué quiere el tiempo?
−Mejorar
−*Lo que el tiempo quiere es mejorar.
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2.1.2.1. Otros ejemplos parecidos al que comentamos son:
Dos lágrimas querían asomarse a sus ojos
Al niño quieren salirle los dientes
2.1.2.2. Observemos cómo en la transformación transitivo-intransitiva, la construcción de
infinitivo cambia de significado:
María quiere cocer las patatas (valor volitivo)
Las patatas quieren cocer (están a punto de cocer)
2.1.3. En c), tenemos el mismo caso que en b), llevado ya a sus últimas consecuencias, pues si
en b) podría pensarse en una personificación del sujeto (el tiempo, dos lágrimas, los dientes), no
ocurre lo mismo en c), donde se nos vienen a la mente los valores de auténtico auxiliar que querer
tenía en el castellano antiguo:
Media noche era por filo // los gallos querían cantar (estaban a punto de cantar; se
disponían a cantar)
Apriessa cantan los gallos // e quieren crebar albores (=... los albores están a punto de
crebar (quebrar)).
2.1.4. Próxima a la locución verbal está la secuencia querer + decir en oraciones como
Eso no quiere decir que sea inteligente
donde el significado global es nuevo: eso no significa que...
2.2. Veamos ahora lo que ocurre con la construcción pensar + infinitivo. En primer lugar, hay
que diferenciarla claramente de pensar en + infinitivo, que no posee ningún rasgo perifrástico
2.2.1. En efecto, en la construcción que nos ocupa observamos:
a) tampoco es posible la pronominalización. Ocurre como con querer:
¿Piensas decírselo a mi padre?
−*Sí, lo pienso
Lo gramatical en este caso sería:
−Sí, pienso hacerlo
con el verbo vicario obligado. Este es, pues, un rasgo que comparte con los demás verbos modales
auxiliares (puedo hacerlo; debo hacerlo...).
b) También caben la anteposición y la posposición de los clíticos:
¿Se lo piensas decir a mi padre?
y Piensas decírselo...?
aunque, a veces, la anteposición pueda resultar algo forzada:
Pensé decírtelo
y
Te lo pensé decir (?)
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c) No admite el verbo pensar, con este uso, las transformaciones interrogativa y relativa:
Pienso decírselo a tu padre
*¿Qué piensas?
−Decírselo a tu padre
*Lo que pienso es decírselo a tu padre
2.2.2. Sin embargo, no es posible la conversión a pasiva propia de otros verbos modales
auxiliares:
Pienso regar las plantas
−*Las plantas piensan ser regadas por mí
−*Se piensan regar las plantas
Pero tampoco son posibles las siguiente, transformaciones pasivas:
−*Pienso que las plantas sean regadas por mí
−*Regar las plantas es pensado por mí
La imposibilidad de estas últimas transformaciones pasivas indica que en casos como el que nos
ocupa el verbo pensar es, ciando menos, semiauxiliar. Tampoco se admite la transformación
transitivo-intransitiva:
María piensa cocer las patatas
−*Las patatas piensan cocer
2.2.3. Así pues, parece que el verbo pensar cuando pertenece al campo semántico de lo
intencional y no al del intelecto es un verbo semiauxiliar; y la construcción de infinitivo
correspondiente, una semiperífrasis.
2.3. En lo que respecta a la construcción de venir a + infinitivo, no parece haber dudas sobre su
carácter perifrástico en oraciones como
Viene a haber unas cien personas en el aula
Esto viene a significar una mayor colaboración del Estado
2.3.1. Está claro que, en estos casos. los sujetos (cero en el primer ejemplo; y esto, en el
segundo) y los objetos directos respectivos son seleccionados por haber y significar y no por viene.
2.3.2. Ahora bien, cuando el verbo venir posee su significado normal de movimiento físico, el
infinitivo correspondiente admite la conmutación pronominal y las transformaciones interrogativa y
relativa. Además, la preposición a parece equivaler a para:
Vine a daros las gracias
a eso
Vine
para daros las gracias
¿A qué vine?
−A daros las gracias
A lo que vine fue a daros las gracias
Por todo ello, no creemos que pueda hablarse en estos casos de perífrasis verbal.
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2.3.2.1. Sin embargo, esta construcción admite un tipo de transformación interrogativa idéntica a
la de las perífrasis verbales:
¿Qué viniste a hacer aquí?
donde el interrogativo qué es objeto directo de hacer y no un complemento de venir. Compárese
con las formas perifrásticas habidas en
¿Qué vas a hacer allí?
¿Qué puedes hacer allí?
Obsérvese que resultarían extrañas, en contextos semejantes, secuencias como
¿Qué entraste a decirnos? (?)
¿Qué saliste a decirnos? (?)
¿Qué pasaste a decirnos? (?)
y sí diríamos:
¿A qué entraste?
¿A qué saliste?
¿A qué pasaste?
−A deciros...
−A deciros...
−A deciros...
2.3.2.2. De todas formas, no se trata de un argumento fuerte, pues no parecen repugnar al
sistema del castellano las siguientes secuencias:
¿Qué entraste a comprar?
¿Qué saliste a comprar?
¿Qué pasaste a comprar?
Todo depende de si queremos destacar el complemento de comprar (qué), o el complemento de los
primeros verbos (a qué).
2.4. Otra construcción que merece nuestra atención como fronteriza entre las perífrasis verbales
y las construcciones de infinitivo no perifrásticas es la de dejar + infinitivo (no confundir con dejar
de + infinitivo, que siempre es perífrasis).
2.4.1. En una oración como
El profesor nos deja leer esa novela
no puede hablarse de perífrasis verbal, entre otras cosas porque la secuencia de infinitivo es
conmutable por una proposición subordinada sustantiva de subjuntivo, y porque deja lleva
complementos propios: el directo (leer esa novela) y el indirecto (nos):
El profesor nos deja que leamos esa novela
Además, la pasiva es idéntica (aunque forzada) a la de las construcciones de infinitivo no
perifrásticas:
El profesor (nos) deja que esa novela sea leída por nosotros (?)
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(En estos casos, el verbo dejar presenta un significado idéntico al de permitir). Pero no es posible la
conversión a pasiva propia de las perífrasis:
*Esa novela nos deja ser leída por el profesor.
2.4.2. No obstante, esta construcción también se muestra reacia a las transformaciones
interrogativa y relativa:
¿Qué nos dejó el profesor?
−Leer esa novela (?)
−Lo que nos dejó el profesor fue leer esa novela (?)
Obsérvese que estas transformaciones serían posibles con el verbo permitir. También lo serían con
dejar cuando pertenecen al campo semántico de dar, prestar, etc., pero, en estos casos, no es
posible la aparición de un infinitivo:
¿Qué nos dejó el profesor?
−Una novela
−Lo que nos dejó el profesor fue una novela
2.4.3. Un paso más hacia la fijación léxica se da en construcciones como
El viajero dejó caer la cabeza sobre el hombro
2.4.3.1. En efecto, aquí el verbo dejar ya no es sinónimo de permitir; por lo que no es posible
decir:
*El viajero permitió caer la cabeza sobre el hombro.
Además, la suma de los dos verbos nos da un significado global nuevo:
El viajero inclinó la cabeza sobre el hombro.
2.4.3.2. No es, además, posible ahora la conmutación nominal, pronominal o proposicional, ni
tampoco las transformaciones interrogativa y relativa:
*El viajero lo dejó
*El viajero dejó la caída de la cabeza sobre el hombro
*El viajero dejó que la cabeza cayera sobre el hombro
La última frase es gramatical, pero creemos que el significado ha cambiado):
*¿Qué dejó el viajero?
−Caer la cabeza sobre el hombro
−*Lo que dejó el viajero fue caer la cabeza sobre el hombro
Sin embargo, no podemos hablar de perífrasis total (aunque sí de locución) por cuanto el verbo
dejar no es verdadero auxiliar ya que sigue llevando complementos: la cabeza es el objeto directo
de dejar y no de dejar caer, como muestra la conmutación y la posición del clítico correspondiente:
El viajero la dejó caer;
pero no es gramatical:
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El viajero dejó caerla
2.4.5. Otros ejemplos parecidos al que estamos comentando son:
El viajero dejó escapar unas palabras de alivio
Con sus actos, el viajero dejó ver un alma limpia
Con esta actitud, dejaste ver que no me querías
2.5. Otro caso especial lo tenemos en la construcción osar + infinitivo. En efecto, por un lado,
actúa como las perífrasis al no admitir conmutaciones nominales, pronominales o proposicionales,
ni tampoco las transformaciones interrogativa y relativa; pero, por otro, no admite pasivización
alguna ni la transformación transitivo-intransitiva ni la anteposición de los clíticos
correspondientes:
Osé decir a tu padre esas cosas
−*Lo osé (pero sí es gramatical la construcción con el verbo vicario hacer: Osé
hacerlo)
−*Osé que se las diría (dijera)
*¿Qué osaste?
−Decir a tu padre esas cosas
(pero sí es gramatical ¿qué osaste hacer?)
−*Lo que osé fue decir a tu padre esas cosas (pero sí es gramatical: lo que osé hacer
fue decir...)
Tales rasgos acercan a esta construcción a las perífrasis de infinitivo; pero la alejan los siguientes:
*Esas cosas osaron ser dichas por mí (pasiva)
*Las patatas osaron cocer (transformación intransitiva)
*Se lo osé decir (posición de clíticos)
[...]
2.7. En cuanto a la construcción saber + infinitivo es claro que el verbo saber no significa lo
mismo en a) que en b):
a) Sé que toco el piano (= me doy cuenta de que toco el piano)
b) Sé tocar el piano (= poseo los conocimientos y habilidad necesarios para tocar el
piano)
Por otro lado, no cabe la conmutación pronominal con lo:
¿Sabes tocar el piano?
−*Lo sé.
La respuesta apropiada sería:
Sé (claro que sé).
Así pues, el caso b) está próximo a la perífrasis verbal.
2.8. Tampoco la construcción factitiva hacer + infinitivo permite la conmutación pronominal.
No creemos que a una pregunta como
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¿Felipe II hizo construir el Monasterio de El Escorial?
se pueda responder con
*Sí, lo hizo
Un ejemplo parecido es el siguiente:
¿Te hice reír?
−*Sí, me lo hiciste
Por todo ello, se podría hablar, en el caso de estas construcciones, de semiperífrasis. No es
posible hablar de perífrasis plena, pues no responde a los otros procedimientos formales propios de
las verdaderas perífrasis tales como la pasivización, la posición de clíticos, la conmutación
proposicional...: hice que te rieras.
2.8.1. Cuando el infinitivo de la construcción es el verbo saber, se llega a formar la locución hacer saber,
que significa informar, avisar...:
Os hago saber que mañana se celebrará una reunión (= os informo de, os aviso que...)
Se hace saber que queda prohibido fumar (= se informa...)
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