TRAGI-COMEDIA NUEVA, TITULADA: L PRINCIPE IJ^EGRINO, PRODIGIO EN DINAMARCA, EN TRES ACTOS. CON LICENCIA: AÑO DE M.DCC.XC.IX. ARGUMENTO.. V>Jao Príncipe Kcjnl de Bina marea, mo.vido de divinqrim•pulso huye ©cultamente de: Ja, Corte á los doce años* de su edad, para retirarse á un Desierto: la R.eyna su Madre hace varias diligencias para hallarle $ p'efoVéh :„vano* Sale á buscarle su Ayo, y después de muchos años , le encuentra en una gruta, en trage de Ermitaño :.redúcele á volver á su Reyrio.'Avisada su Madreada orden para que salga á recibirle toda la Corte: mas llegando á su presencia no le reconoce por hijo suyo'} teniéndose por engañada. Disimula su enojo, y á poco tiempo, inrtigada de algunos Cortesanos, le hace arrestar, y le condena á ser quemado vivo, como impostor, y reo de lesa rVlagesíacl Sacanle al suplicio, y Dios manifiesta la inocencia del Príncipe, haciendo que no le ofenda el fuego., A vista de este prodigio , es aclamado por sus vasallos, y reconocido, por su legítimo Soberano.. Perdona con christiana generosidad á su Madre, y á los que habían conspirado contra su vida : y Reyna después pacificamente, La acción cuya duración es de pocos dias7 se representa toda en el J?alacio Real de Copenhague, TRAGI-COMEDIA NUEVA, EL PRINCIPE PEREGRINO, Y PRODIGIO EN DINAMARCA. EN TRES ACTOS. PERSONAS: La El Ei El El Reynst Margarita. Principe Olao Enrique. Duque Erico. Conde Ernesto'. Conde Qldewburgo , Mariscal General del Reyno- X & <*> & «£> V El Senescal de la Corona. Federico, Capitán de la Guardia* Astolfo. Christitino. Ran¡uU , Criado, Soldados. MÚSICA. ACTO PRIMERO. S CE N A sfparea I. un Salan de Palacio-, y en su fondo el Solio Jleat, Canta la Música. *n~^ Cor. T.JU'e Palas y de Minerva, las ficciones son verdades que en su Bey na Mai garita hoy admira Copenhague. Cor. i. l a s Diosas en competencia lus rinden por vasallage, Minerva sabiduría, Palas valor y cora ge. Cor. i. Hable Dinamarca. Cor. i. Noruega la aclame. Cor. i. Por sabia, Cor. i. Por fuerte, Cor. i. Por justa. Cor. i. Por dulce.' Los dos. Y toda la Europa con razon la llame Al del 4 El Priticip, perseguido, da] Norte la segunda Scmiramis.. pues enlazando su mano con la mia , quedarían jil concluir la música van salando en perpetuo eterno lazo los Soldados con el Capitán do la unidas las. dos Coronas, guardia que se quedan formados: y para siempre quitados Chrisñano , Astolfo , el Mariscal, motivos de rompimiento el Senescal, el Duque E/ico, y la entre vecinos Estados. llcyna de luto: ¿untase la Reyud en El Key mi Padre que ya el Solio, y el Duque á su lado e,i un meditaba de antemano (isiento: haxo : habrá prevalidos ana.* tan útiles intereses, tro taburetes sin respaldo. vino gustoso en los pactos, Jieyn, Nobles ilustres Daneses, y con mi consentimiento deudos, amigos, vasallos, se- firmaron los tratados. de cuyo Consejo pende Pasó Aquino á Dinamarca todo el bien de mis Estados,, de su Corte acompañado: en cuya prudencia, fio, celebróse el Desposorio en cuya lealtad descanso, con fiesta y real aparato; y entre quienes repartidos y de este dulce himeneo tengo todos mis cuidados, cogimos antes de un año., os he mandado juntar; de nuestra fecundidad pues tengo que consultaros el fruto, tan- deseado, sobre el nías grave negocio, de aquel bellísimo Infante: sobre el asunto mas arduo^ mi hijo el Principe Olao. que solo decidir puede ¡Ay hijo de mis entrañas!. el1 gran Consejo de Estado». ¡Ahí. Principe mal logrado! Vosotros le componéis; No puedo de tí acordarme, y antes de comunicaros ni pronunciarte mi labio, el cuidado que me aflige sin que dexe el corazón tomad asiento los. quairo. sitntan. en lágrimas desarado llor-A. Ya s..beis nobl:s Señores, dar indicios de su pena, como habiendo yo quedado señales de ?u cuidado. sucesoia de este Rey no Los dos Reynos á porlia por, muerte de mis hermanas, su gozo manifestaron, Aquino, Rey d? Noruega, su amor y fidelidad político consumado, para con sus Soberanos y Principe mas cabal en publicar regocijos, de su tiempo, deseando con que todos celebraron la paz, y tranquilidad del Principe el nacimiento: de susííeynos y Vasallos, mas,oh!que siempre en lo humano una solemne embijida suelen ser las alegrías á mi Padre Valdcmaro presagios de un grande llanto» despacho, ton los poderes A pocos meses murió mas amplios y necesarios, de una fiebre arrebatado pidiéndome por Esposa? mi Esposo Aquino í y después pa- y prodigio en DirnifíWrca. g pasados casi dos anos, y para que asegurado siguió tan funesta suerte quede el Trono, se le busque mi Padre el Rey Valdemaro.. digna Esposa de su tálamo. Quede sola, viuda y joven, No pu&iendo yo negarme y en las aguas de mi llanto á estos tan justificados las hachas del himeneo deseos de los dos Reynos, para' siempre se apagaron,, quando ya se iban tomándoatendiendo solamente las medidas á este fin, al gobierno y al cuidado el Principe, ¡ Ay Dios! Olao del Principe y de los Reynoa, se desapareció: ¡Ay de mí! desmnj» cuya tutela y amparo JMarisc. Gran Señora reparaos: por sn última voluntad no 3sí quiera V. Alteza los dos Reyes me encargaron, á extremos descompasados, hasta la mayor edad de dolor abandonarse, de mi hijo el Principe Olaot afligiendo a sus vasallos, Busquele sabios Maestros, pues quizá el Principe vive. asignándole por A y o J?£)'//¿j.Vive, ó Conde, mi hijo Olao? al Conde Ernesto, de quienjbjarisc. Señora, no lo sabemos; tengo concepto formado mas tempoco cerciorados ssr Caballero de prendas, estamos de que haya muerto} dignas de empleo tan altoy mientras no lo sepamos El Principe por su parte con evidencia , no es justo fué luego manifestando un doler tan extremado. un talento , y comprehensión Heyna.Qué esperanza, Conde amigo, muy superior á sus años: puedo yo tener de hallarlo, una Índole muy bella,, si- desde que se ausentó un animo sosegado, se han pasado ya diez anos^ y á las- virtudes reales por mas diligencia*; que y chrisüanas inclinado. se han hecho para buscarlo? Y o me llenaba de gozo El Conde Ernesto que fué mirando también logrados: de mi hijo el Principe Ayo, mis desvelos y fatigas ha tres años que salió en su educación : mas paso en busca suya; jurando r en silencio algunas cosas y haciendo pleyro homenage que entonces se le notaron á fuerza de leal vasallo como defectos : no siendo de no volver á la Cortesino unos indicios claros sin venir asegurado de su piedad religiosa, si h3 muerto el Principe, ó vivet y su corazón ebristiano, y habiéndose ya pasado llegando en fin á la edad tanto tiempo-, el Conde Ernesto competente, los Estados ni parece , ni ha avisado^ del Reyno juntos pidieron haber ten'Ho noticia, que al joven Principe Olao, ni descubierto algún rastro mayor de edad se declare: del Principe. Viendo, ya sei 6 El Principa ' perseguido, ser caso desesperado, por Principe hereditario y que nombrar Sucesor de estos Reynos , hasta que del Trono será acerrado seguramente sepamos pava evitar una guerra que el Real Principe ha muerto; civ¡! ; he determinado pues teniéndole jurado adoptar al Duque Erico los dos R e y n o s , será dar mi sobrino : siendo claro motivo á sangrientos vandos. su derecho al Trono Real, Mas , supongamos al Duque por ser el mas inmediato admitido y proclamado cíe la sangre Real, y nieto Principe de Dinamarca de mi Padre Valdemaro. por nieto de Valdemaro: De vuestra prudencia espero, ¿será lo mismo en Noruega? de vuestra lealtad aguardo éste es el nudo gordiano, me digáis vuestro dictamen que solo podrá romperse sin adulación, ni engaño. con la espada de Alexandro. Si'rrsc. Señora , vuestra propuesta Si los pueblos de Noruega es punto tan delicado, quietos y subordinados que resolverse no puede se mantienen hasta aquí; sin mucho acuerdo y despacio. no se espere lo estén quando No obstante si á V. Alteza sepan que un nuevo heredero en Dinamarca han jurado le pareciere acertado, usarán de su derecho hablarán estos Señores eligiendo un Soberano su dictamen expresando, de la sangre de sus Reyes; y el último hablaré yo., sin que impedirlo podamos: aunque soy el mas anciano. y si V . Alteza intenta Jieyna. Bien me parece: hable pues ;COii las armas sujetarlos, el Concejero Christiano. con tantos años de paz ChrisL. Y o , Señora, aunque pudiera et Reyno está sin Soldados, tenerme por excusado el Erario sin dineros, de hablar en esta materia e] F.xercito sin Cabos, mi corta edad alegando, las Plazas sin guarniciones., y aun mas teniendo que hablar los Navios desarmados. en presencia riel honrado La Inglaterra y Suecia Senescal de la Corona, que nos están observando, el mas hábil y versado romperán luego la tregua, en políticas materias y á la Noruega auxiliando, haré lo que habéis mandado, vendrá á ser la Dinamarca mi dictamen proponiendo: juguare de sus contrarios. y ante todo protestando Dnq. O que tímido y cobarde que sola la ingenuidad será el móvil de mis labios. se manifiesta Chrisiiano. Dirjo , pues, que no conviene, Christ. No es temor ni cobardía: ni pmás será acertado sino un r e c i o fundado proclamar al Duque Erico en políticos principios poi por la prudencia dictados, que vos Duque no advenís: y si el caso no esperado llegase de una campaña,, entonces Duque venamos^ quien es tímido- y cobarde. 2iey/ra: Baso -ya, basta Christiano: hablad vos Astolfo.. Jst.Yo, discurro como mi hermano, y soy del mismo dictamen; resueltamente afirmando, que no juraré jamás otro Principe que a Olao. Rey na. Hable- el Conde de Oldemburgo. Marisc. teniendo por excusados preámbulos y digresiones que no nos h/.cen al caso, es mi parecer que luego el Duque sen proclamado Principe de Dinamarca. Y en caso que'los Estados de Noruega se resistan á obedecer lo mandado, con la espada rómpase aqueste nudo- gordiano, que tanto pavor infunde al corazón de Christiano. Rey na. Hablad ya , vos , Senescal.. ÍIWJC.Aunque siempre es arriesgado y difícil conciliar pareceres encontrados, como en efecto lo son los que sobre el caso han dado estos Señores, es cierto que el parecer de Christiano dá ciato indicio de ser político refinado, en la escuela de su Padre Conde Ernesto aleccionado. El dictamen de Oldemburgo no lo apruebo ; aunque lo alabo solamente por ser hijo de su corazón bizarro:. n Vi'/iúi/.'drcit. 7 qi.e en ardores militares lo valiente no es extraño; m.is no se ha de propasar, lo valiente á temerario. Dictando, pues, la prudencia que en extremos encontracíós es el camino seguro tomar el me:lio entre ambos, y que el tiempo es el mejor consejero en casos ai dúos: mi parecer es, Señores, que se dilate ñ otro año el proyecto de aclamar, por Principe hereditario al Duque, vuestro sobrino; y si al tiempo señalado no hubiese alguna noticia de nuestro Ptindpe ()!;:o, entonces llevar a efecto vuestro proyecto : entre tanto ordenad que con presteza se apronte lo necesario á la defensa del Reyno, nuevas tropas reclurando; equípese nuestra esquadra, adiéstrense los Soldados, y en las, Plazas de Noruegaque mas hicieren al caso para contener al Pueblo inquieto y alborotado, competentes guarniciones pong.inse por decontado de tropas Dinamarquesas,, con Oficiales y Cabos de fidelidad notoria el pretexto aparentando de asegurar las fronteras contra enemigos extraños,. Este modo me parece, Señora , el mss acertado para llevar el proyecto á los fines deseados. Rey/ia. Me conformo Senescal,, con vuestro dictamen s,ibio„, 3 El Pnn 'ipt que en las circunstancias es el mas justo y adequado: y siendo vos h quien toca mis órdenes y mandatos., estender y publicar, os encaigo, y aun os mando que luego lo executeis: id con Dios, y retiraos. vari(r Correase los vastidores. S C E N A IL Aparcan la fachada y puerta de Valerio cerradas. Salen el Principe y el Conde Ernesto de Peregrinos. Cond. Esta vistosa Ciudad, cuyos altos baluartes, cuyas soberbias murallas bañn el mar con sus cristales, Prin-.ipe, dueño y Señor, es la bella Copenhague, del Reyno de Dinamarca, Cone ilustre , rica y grande. En tnge de Peregrinos disfrazados, sin que nadie con lanto tropel de gente, en vos, ni en mí reparase, hemos pasado seguros sus puertas, plazas y calles? este P.ihcio que veis., de mármoles y de jaspes arrogante promontorio dispuesto con traza y arte, es residencia ordinaria de la Rey na vuestra Madre Margarita, á quien con justa aclamación los leales Dinamarqueses la llaman del Norte la Semiramis. En él nació V. Al tez i, en él vio de los mortales la primera luz ; y en él con las aguas bautismales perseguido. reengendrado a nuestra vids Aquino el Rey vuestro Padre con el generoso nombre de Olao, quisa que os llamasen. Murió el R e y , quedando vos de tres años no cabales. Pw/.Bien me acuerdo, Ernesto amique por muerte de mi Padre (go„ Aquino , que de Dios goze, herédelo me jurasteis de Dinatmrca y Noruega; y que en mis sienes reales; se unieron las dos Coronas para nunca separarse. Que tú en mi Coronación en tus brazos me llevaste, como mi Ayo y Maestro; y que la Reyna mi Madre fué voluntad del difunto mi Padre el Rey gobernase los dos R e y n o s , hasta que mi edad mayor- se declare. Pero ¡ A h ! Ernesto, no llegó este caso á efectuarse. Mas aunque con brevedad^ te contaré las causales que para ello tuve : al punr# que aquella luz radiante del discurso racional comenzaba á iluminarme, una fuerza superior me inclinaba á que dexase las delicias de esta vida aparentes y falaces, los honores , las riquezas, aplausos, comodidades, la posesión üsougera de las Coronas Reales de Dinamarca y Noruega, y todo q-.ianto aprecia-ble reputa el mundo, pues todo s según dice el líclesiastes, es mirarlo á bu-Jna luz, vanidad cié vanidades, Es- y prodigio ílste modo de pensar tan justo, tan razonable en mis años tiernos, fué causa que yo me ocupase en devotos exercicios: esto , Conde, tú lo sabes, y te es notorio también que de nú Reyno los Grandes, y Cortesanos glosando estas virtudes morales de mí juventud , según sus caprichos singulares, á estilo de los mundanos de los bienes y de los males, de Jas virtudes y vicios trocábamos nombres y trages: mi humildad :1a reputaban abatimiento cobarde: mi retiro hipocresía; mi devoción veleidades, y muchos con insolencia como si fuera injuriarme con escarnio me llamaban: Olao, el Principe Frayle. En fin, por no disgustar á mis Vasallos, ni ciarles aun aparente pretexto de mi desprecio, ó ultraje, (aunque al vasallo no toca juzgar acciones reales del Soberano) me vi en la dura inexcusable necesidad de oculrar con cautelosos ambages mis devotos exercicios, cautelando' en adelante la virtud , como si fuera el delito mas infame; Mas quando ya se llegaba el tiempo de declararme mayor de edad, los Estados de los Reynos unánimes á mi Madre propusieron. Dinamarca. 9 que era forzoso buscarme una Esposa , que en el Tióno sucesión asegurase, súpelo , y en la oración pedí al Señor me ilustrase. Oyó mis humildes ruegos, y con ánimo constante la resolución tomé animosa de ausentarme de mis Rey-nos-, y pasar donde no supiera nadie jamás de mí: y libremente al servicio dedicarme de Dios en la soledad; teniendo por exetnplares de -ésta'determinación á Pablo, á Alexo > y millares de Santos Anacoretas. Salí, pues, de Copenhague disfrazado, y con el nombre de Enrique quise ocultarme para frustrar de este modo diligencias eficaces, que para buscarme haría mi Padre por todas partes. Entré en Alemania, y luego pasando veloz por Flandes, llegué í Francia, y di con unos Peregrinos Alemanes, que en devota romería caminaban á las partes de Galicia á venerar el Sacrosanto Cadáver del Apóstol Santiago. Determíneme, pues, juntarme con los devotos Romeros, y vistiéndome su mge de puerta en puerta pedia el pan para alimentarme. Llegamos a Compostela con mil incomodidades: visitamos al Apóstol, y dispuesto ya el viaje io El Principe. pQrsegtádo, para volver á Alemania, yo determiné quechi me oculta en. Espuria; pues siendo e-í, jReyno mas. distante de Dinamarca pensé. nunca, pudierais hallarme, y en las ásperas montañas de Cantabria, cuyos valles forman las mas. silenciosas, y devoras, soledades, me- oculté, y alli:-viví «n el modo que roe hallaste. Y o pues, Conde , venerando la providencia suave y fuerte de.nuesno Dios, que dispuso. me.encontrases, viéndote, determinado y resuelto á. no apartarte, de mi lado , hasta ponerme en. Dinamarca:::, Cond.. No hable V.. Alteza mas ; que veo en. aquella boca, calle dos embozados, que ya caminan acia esta parte. Esperemos arrimados en. esta puerta, que. pasen,. por sucesor, declarado de Dinamarca y Noruega? (do! Comí. Qiié.-ics lo que estoy escuchanapliquemos el oído. JWartsc, Es indolente el. muchachos. á a m i a de que sabe quatro párrafos de Baldo, quiere con sofisterías á todos aturrullarnos. Jüul\Svi hermana mayor Astolfo es mas prudente y callado. Jlfarisc.Y-m-as valiente tambien 5 mas con tqdo,. no temamos de conseguir el designio de sucesor aclamaros del Reyno :• y si prosiguieren en; oponerse- arr.ojados al proyecto de la JÜQyna, los mataremos á entrambos. Pri'nc Conocéis a, los que hablan? Cond. El uno, sino. .oís- engaño^ es. Erico. vuestro primo: y elvptro que hflbU mas alto» es el jSpndt d^iDldemburgo» militar acreditado, y Mariscal General de todos-vuestros. Estados. Ponense en la puerta., y salen el Du- Dug. Ola.,:Conde,"no advertís que y el Mariscal, de, embozo, en el Arco de-Palacio dos hombres?, ellos: sin duda Dtttj. Bella noche! nos estarán escuchando. Maiisc,Qy\si2 y fresca, Marisc. NQ. tiene duda: lleguemos». como noche de verano. J)uq, Pues, mientras llega la hora, Saca, la espada el Mariscal, y vá de U cena, y :dql sarao acia, el Arco.. tomemos Conde lo fresco en la Plaza de Palacio, Qué gente sois ? declaraos,, Mañsc. Bien me parece. ó moriréis ahora mismo. Diuj, H;»beis visto. Cond. Señor, tened, reportaos, que somos dos Peregrinos con qu..intq empeño y descaro, que en este instante acabamos, los hijos, d.-.*!. Conde Ernesto,de llegar a la Ciudad: especialmente Chrisiiano y por las calles andamos. se han opuesto á que yo sea bus- j> prodigio "¡buscando alvergue ó pasada. Este edificio tan airo nos pareció el Hospital; y por esto aqui llegamos. Duq. Buenos hombres, no sabéis que este es el Real Palacio? Mariscaayan de aqui vagamundos, ó las artaré de palos. Peregrinos a estas horas? qué bravo par de espantajo?. Trine. Caballero , no tratéis tan mal a dos hijos-dalgo, que quizá serán tan buenos, lan nobles, y tan honrados como TOS. Marisc. Quién se lo niega? id con Dios ó con los diaolos. Vanse los ios. Duq. Mariscal v el corazón ¡me dice con sobresalto que aquel primero que habló quando á preguntar llegamos quienes eran, es sin duda el Conde Ernesto. Marisc. .Qué bravo? Duq.Un la voz me ha parecido, aunque la ha disimulado. Marisc. V . Alteza está dormido, ó el recelo os ha engañado. N o habia de saber el Conde qus éste es el Keal Palacio? ni á qus fin el Conde habia de venir Transfigurado en trage de Peregrino ? Duq. Mariscal, lo he sospechado, y para- salir de dudas los Peregrinos sigamos, que aun van por allá , y sabremos en donde toman descanso: apuremos este enigma. Marisc» Vamos por no disgustaros. Vanse, en "Dinamarca. Sale Basquil n de Peregrino. Hasq. ¡Válgame Dios, y que noche tan obscura! Valga el diablo la piedra ó la tentación: tropiez. que por-poco me he quebrado una espinilla. No sé, ni me acuerdo si mi amo me dixo que me esperaban en la puerta de Palacio. Según el vulto, este es: y sin duda este es el Arco, jinda á tientasi ni veo, ni oigo, ni tiento anadie. Qué bravo chasco que se hayan marchado yaí j y si acaso no han llegado í será preciso esperar: }y qué hé de hacer entretanto? fatigado del camino, el sueño me anda rondando; pero me pondré á rezar por si acaso asi lo espanto. Saca el Rosario. Padre nuestro::: Vénganos::: El pan nuestro::: perdonamos::; peor creo que es rezar? porque es del sueño reclamo; pues tiendome., porque asi dormiré mas descansado, echase. Vuelven á salir el Duque y Mariscal, el Duq. La obscuridad fué la causa. que de vista los perdamos. Jiasq. Gente suena por aqui: ¿siac.iso será mi amo? Mar.tí o hay Señor porque os canséis en hacer discursos vanos: V. Alteza ha de reynar que venga , ó no venga Olao. B2 Rasq\* 12 El Principe JRasq. Tate, que pica en historia h conversación: oigamos.^ pero apenas la percibo, porque estoy adormiscado. MA h.iya el sueño! la caxa saco , y un polvo tomando dcspavilaré el celebro, toma tah Qué valiente es el tabaco l como de España : Jesús! estorn, Maris. Tenemos otro espantajo i no dexará de llevar é<te algunos bastonazos.. Quién vá allá? Míisq. Ni yá , ni biene, que aquí se está muy sentado* Maris. Qué, no responde e] vergante ? dale. Xasq. Válgame San Pablo, San Roque, y San Rafael» de Peregrinos 2mparo. Maris. Qué hacéis aqui borrachon? Rasq^ Pardiez Señor, no he catado el vino tres años ha. Maris., Pues quién sois ? Jiasq. Soy desgraciado, porque en vuestras, manos dí$ después que peregrinando tres años por esos mundosj no, ha quedado. Santuario, que no visite, pidiendo por los mal intencionados. Duq. Sois Peregrino? JRasq. Algo de eso. Duq. Y venis acompañando á o.ros dos que de este sitio poco, ha se retiraron ? JRasq. No, Señor, que yo venia acompañando, á mi amo,, y de vista le perdí, sin saber, como , ni quando* Duq. Coiiio.sc-Ua.mai Raq. Aseguro,. que nunca me lo ha contado,. pn'scgu 'do, jDvq<J~)s dónd,e es? liasq. Otra que ral: era Señor, un hidalgo de Noruega , ó Suecia: que también se me ha olvidado, y. de buenas á primeras s,e quiso meter a Santo, como si fuera tan fácil: y para esto se ha empeñado en andar por ese mundo visitando Santuarios. Duq. Comadnos vuestro viagej, porque gusto de escucharos. JRasq. A fé que ruinca mas cuecd©. en toda mi vida he estado. Pues Señor de mi alma, digo que el vijge comenzamos, por unas tierras, en donde el lenguage no entendíamos, porque ahullaban como perros, ó. mayaban edmo gatos. Pasando mas adelante en otras tierras- entramos, donde hablaban con la boca, con los ojos y las- manos, como los representantes, y con mucho mas garvo. En otras tierras cantaban quando querían hablarnos. Después de estos habladores, á la Provincia pasamos de los mudos, y por señas con ellos nos entendíamos» Yo Señores , me admiraba de extremos tan encontrados* Esto no obstante , nos eta forzoso el acomodarnos á las modas del Pais, haciendo lo que veíamos. Entramos luego después al País de los Enanos, hombres pequeños, con un3s cabezas, como canastos. Se- y prodigio Seguíase después de éstos el P;iis de los Azefalos, que son hombres sin cabeza, y es por cierto bien estraño; pues lo que aquellos le sobra están éstos oíros faltos. Al Beyno de los Gigantes con mucho: miedo llegamos-, hombres rales, que tendrán sus treinta varas de alto; y junto á ellos nosotros como orm.ig3S parecíamos. Inmediato al Gigantísimo» en un Heyno separado hallamos á los Pigmeos, hombres de un codo de altos; y fué para ellos fortuna el que hubiésemos llegado. Es el caso, que las grullas les destruyen los sembrados, y contra ellas salió un exército formado de mas de cien mil Pigmeos,, con sus lanzas en la mano forjadas de caña-exa: y habían hecho tal estrago las grullas en los Pigmeos, que ya se iban retirando. nosotros con los bordones las espantamos á palos, y les dimos la victoria: en fin , para no cansaros,, habiendo ya recorrido el Keyno de los Ojancos, Amazonas.,, Patagones, y el Imperio dilatado del Preste Juan de las Indias, en Tánger nos embarcamos-, y pasamos el estrecho de Gibraltar con el ánimo de registrar las columnas del famoso Hercules Tebáno. Duq.Son muy grandes las columnas? en Dinamarca. J$ Jiasq. Como dos torres de alto y grueso serán, Señor; ion de bronce macizado, hechas á marcha y martillo en la fragua de Yulcano. Y no obstante de que son tan grandes como he contado» con su mano cada una el valiente Hércules Tebáno* las columnas manejaba como si fueran dos váculos. Duq. No nos dixiste al principie» que tü junto con tu amo habíais ido por el mundo visitando Santuarios? Masq. Es verdad , Señor. Duq. Pues cómo en tanto como has contado, ni la mas leve mención has hecho de un Santuario? Rtsq.-'Lz razón ha sido el tener por esensado, y aun superfino , referir devociones y milagros á Señoritos de Corte, Soldados y Currutacos, que impropiamente se rien¡ y burlan, lo mas sagrado, (mejorando los presentes) Mame. Malicioso es el villano* vamonos, Señor , que ya estoy yo mas que apurado de sufrimiento. Duq. Tomad esa limosna paysanoj y Dios os guarde. Dale limosna, y vanse, JZasq, Señor, sea por Dios, y por los palos; bravo par de perillanes! á fé Mué bien me he safado dé aquestos dos preguntones^ mas ya me parece en vana esperar aquí mas tiempo» Me- El Principe 14 Mejor será retirarnos no sea que vengan algunos de aquestos que andan al rastro de Jas damas cortesanas, (que la noche es para el caso) y me den algunos muertos. Seguramente mis amos estarán ya recogidos: voyme á acostar decontado. vas. ACTO SEGUNDO. SCENA I. Aparea el talón-de Palacio ^.camo al principio,, y la Reyna sentada en acción de pensativa , ¿ott un retrata en la mano, y canta la Música. 2íus.-¡Lda Semiramts de JOnente. Cor. x. Llora puerto su Marido; pero la del Norte llora á su Principe perdido. Cor. 2. Quál será mayor dolor? Quál será mayor martirio? Cor. i. La del Asia .llora por solo su niño. Cor. 2. La del Norte llora su Esposo y su hijo. Jiepit.QuM será mayor dolor? Quál serí mayor martirio? Tleyna. Federico ? .Sale Federico,-Capitán delaQuardia, Fcd. Gran Señora í Feyna.Qmén esa leira compuso? Fcd; La Ierra'y el tono es obra del I'aliano Jueqneti, jRcyna. Pues bien, dadle por ahora de mi bolsillo secreto cien doblones., y esta joya:.": Dale un anillo. perseguido, Los Músicos se retiren, y todos dexadme sola, vas, Ftft» Toma el retrato y habla con él, Hcprcs. Hijo de mi corazón, ó si el Cielo se ablandará, y piadoso te avisará de mi pena y aflicción! es cierto que á compasión de tu Madre te movieras, y á mi presencia vinieras, í no ser que.endurecido un ánimo empedernido te hayan prestado las fieras. Q u é motivo, ó hijo mioi tu Madre te pudo dar para hacerme asi penar con tu retiro y desvio i eq mi1 loco .desvario será mi muerte tu ausencia; y^solo con tu presencia se acabará mi tormento, mas en tanto 'sufrimiento denme los Cielos paciencia. Pero sino oyes mis qüexas se .las digor á tu retratos ¿por qué motivo, hijo Ingrato» desconsolada me dexas? ¿para qué de mí te alejas, ¡muriendo por t í , mi bien? ven , hijo á mis brazos ven 9 y pues no vivo sin tí, compadécete de mí, ó máteme tu desden. Sale Federico. Fed. El Mariscal Gener.il, y el Duque vuestro sobrino para entrar á veros piden vuestra licencia y permiso. Rey na. Qué novedad h;ibr;?, Cielos í diles que entren , Federico. Sa- y prodigio- en Dinamarca. Salen el Duque y ti Mariscal.. Los dos..A los pies de V . Alteza. Bey na. Buen, dia os dé' Dios, amigos,, Duq. Cómo ha pasado la noche V. Aheza? Jieyna. Bien, sobrino.. i Pues- u n temprano en Palacio ?' ; hay algo de nuevo ? dilo. Di'q.. Algo de nuevo h a y , Señora} mas no os. turbéis al oírlo. Ancla un rumor eu la Corte que anoche dos Peregrinos ya. tarde desembarcaron, sin poder ser conocidos, y entraron en. la. Ciudad; y que al llegar al registro de las. puertas, presentaron. un pasaporte , ó escrito firmado del Conde Ernesto. Otros dicen que es el misma Conde, el uno de los dos mencionados Peregrinos, que por el ayredel cuerpo y la-voz fué conocido. Las Plazas de Copenhague esta'n llenas de corrillos; y añadiendo cada uno un poco i lo que ha oido, ha tomado tanta fuerza la mentira , que aun á gritos: no reparan en decir que el Principe ya ha venido,, y que oculto le tenemos en Palacio , y escondido: si quiere V..Alteza ver el inmenso gentío que á la plazu.de Palacio la novedad ha traído asómese á. esta ventana.. 15 jRcyira. Ciclos 1 aquel es el Conde que seguido de sus hijos, y acompañado de- muchos amigos y conocidos,. á Palacio se. enermina. Salid luego á recibirlo*. Vanse los dos. El Conde biene de gal.% sin duda es segura indicio de que alegres nuevas trae deL Principe Olao mi hijo. Tocan marcha* y van saliendo Chri$~ tiano y Astolfo „ Federico, el Maris-* cal, y últimamente el Duque y el Senescal: llevando enmedio al tojide Ernesto.. Cond. Demc á besar V. Alteza. la manoBeyna. Seáis, bien venido: de pie-, Conde-Ernesto-, anvgo fiel. Decidme' por Dios : es. viva el: í Principe? Cond.S'i, Señora. Reyna. Gracias os rindo, Dios mio4, por esra dichosa nueva. Coríd. El Principe vuestro hijo goza perfecta salud. Beyna.. Y en dónde está ,. Conde amigo?' Cond. No lejos de Copenhague Je he dexado, y he venido. yo delante de.- orden suya, Señora,, por preveniros; antes que en vuestra presencia llegue a ponerse : el peligro cautelando-, que pudiera causar un gozo, imprevisto; pues como; mata un pesar, Se levanta la Bey na y- se pone en una: mata un gozo repentino^ ve tiran a. Beyna. "Vendréis , Conde , fatigado. Foc.Hkn venido, bien venido.. de tan molesto camino:. ió El Principe perseguido, toma asiento y decid cómo hallarle habeis podido: dónde lo habéis encontrado, dónde ha estado detenido el Principe tanto tiempo? pues todo gustaré oírlo. Toma asiento el Conde. Conde, Después , Señora, que del Reyno todo las vivas diligencias se frustraron, que para hallar al Principe se hicieron, sin perdonar fatigas , ni cuidados: con el orden Real de V. Alteza en su busca salí juramentado de no volver sin él í Dinamarca, ó morir en la empresa de buscarlo. Del estrecho de Suxd las altas olas en un esquife las pasé volando, y en pocas horas con dichosa suerte de Suecia en las costas desembarco. A Copenhague ordeno que se vuelvan los que hasta alli me habian acompañado: para obviar sospechas de estrangeros, conmigo queda solo un fiel Criado. Tomo de Peregrino humilde trage, y era habito Romero disfrazado, la esclavina y bordón de pasaporte me sirven para andar Ecynos exrraños. Seguro ya con esta salva guardia, «ntro en Suecia, y á Estocolmo paso, en contorno girando todo el Eeyno, sus Ciudades exploro con cuidado. Doy la vuelta á Alemania, región grande habitada de varios Soberanos, que unidos forman el robusto cuerpo del germánico Imperio dilat.ido. La Franconia, Saxonia y Brandcmburgo, la Babiera , y los dos Palatinados, el aleo y baxo P i n , con la Suabia, y las dos Austrins corro en casi nn año. Paso al Tiról, penetro el Apenino: entro en Italia, llego al Mantuano, vísíto de Loreto el santo Templo, y las costas del Golfo Veneciano. Luego á la Capital del Christianisrao encamino mis pasos sospechando j> prodigio c?i Dinamarca. que solamente en Roma se pudiera ocultar el Principe Olao. Un año entero en Roma me detengo, admirando sus Templos y Palacios, sus Arcos , y soberbios obeliscos, tristes memorias del Poder Romano. Pero viendo frustrados mis intentos, inútiles mis. ansias y cuidados, dexando á Roma á Francia, me encamino por Genoba , :Turin y. el Delfinado. Pasando por la Galia Narbonense, enrro en España, Reyno celebrado por su fé , su piedad , y por su culto, en Templos y famosos santuarios. De Barcelona paso í Monsenate, célebre Monasterio , colocado en la áspera montaña de este nombre, que í la Madre de Dios es consagrado» Llego .luego á la insigne Zaragoza, cuyos muros del Ebro son bañados, Capital de Aragón, muy celebrada por sus Templos, sus Mártires y Santos» Pero lo que en extremo la ennoblece es el precioso bello simulacro de aquella Virgen siempre inmaculada por la columna , del Pilar llamado. Es tradición-constante, que traída por ministerio de Angeles, Santiago le fabricó la celestial Capilla, primer Templo á Maria dedicado. De allí á Burgos camino presuroso, Corte antigua del Reyno Castellano, Patria del Cid , azote de los Moros; cuna de los Alfonsos y Fernandos. Paso á León , penetro las Asturias, y venciendo sus montes encumbrados, llego á Galicia , y voy á Compostela, á venerar el cuerpo de Santiago. Entro en su Templo, en oración me pongo, y el corazón en lágrimas derramo, pidiendo-.al Santo Apóstol me encamine en mis dudas, mis ansias y mis pasos. Por tres días mis súplicas .repito, C El Principe perseguido, al Apóstol devoto-visitando, y por su intercesión el Señor quiso que en mis1--penas: quedase consolado» Oid , Señotai coiíid' fué : cumplidos, los tres días que llevo 'ir-ienciopados, quando ya a la partida me prevengo, me reclino a romar algún descanso. Oprimidos sentidos y potencias, mas q.ue"' d'cl. sneño'i de u n dolor amargo, sin saber 'si dormido ,. ó;' ?i dispertó, me quedo-en-dulce calma sosegado. Ved aquí que delante se presenta \m Personage en h.ibitos extraños, de aspecto magestnoso y venera-'blé', despidiendo su TOSUO hermoso í rayos. Yo , Conde Ernesto.:, dfce , soy Jacobo. Apóstol de Jesús, mayor llamado, hermano del amado Ev3ngelisia v Patrón, y Protector del Reyno Hispano. Dios, por mi intercesión oyó tus ruegos", y quiere que te vuelvas,-consolado: tomate a Dinamarca v porqué ames que á España dexes, hallarás á Olao. En los ásperos montes dé Cantabria le encongarás en trage de Ermitaño» dedicado á el obsequio, de Maria, en un Templo á so nombre consagrado* E^to- dicho-, el Apóstol' desaparece, y yo en mí- vuelvo- todo alborotado huyen las penas., cesan las fatigas, y doy gracias á Dios por favor tanto. Nuevamente visito al Santo Apóstol, y en su promesa, siempre confiando, sin pasat a Castilla y Lusirania, á la. vuelta de Francia me preparo.. Desde Burgos pasando montes de Oca, llego á Vitoria , Pueblo muy nombrado, y siguiendo el camino de la Francia ía tierra paso de. los. fuertes Cántabros. Esta gente feroz, á1 quien por fuerza sujetar no pudieron ro& Romanos;, pues por su voluntad' tan solamente se rindieron al César Octaviano, y prodigio en Dinamarca. Esta gente :feroz, á decir vuelvo» un Pais habita nunca conquistado de ninguna, nación de tancas, cerno á Ja feliz España- subyugaron. Ni los Godos allí llegar pudieron, ni los Moros en él jamás entraron, ni Suevos., ni Celtas, ni Silingos, ni aun los crueles Vándalos y Alanos. Por sus leyes y fueros se gobiernan, los que nunca se-vieron alterados; ni tampoco su lengua primitiva, que pura se conserva tanto? años. Viven ocultos en profundos valles, rodeados de montes elevados^ cubiertos de frondosas arboledas de carrascas, de robles y castaños. No lejos del camino Real de Francia en un áspero monte y escarpado, un Templo suntuoso se descubre á la.'Virgen Mana dedicado. En él su bella Imagen se venera por los devotos pueblos comarcanos, con el nombre de Aranzazus llamada, que Espino significa en Castellano. Entre las asperezas de aquel monte ocultos viven muchos Ermitaños, que prófugos del mundo y sus placeres, una nueva Tebaida se han formado. De un ceniciente saco andan vestidos; ceñidos de un cordón nudoso y áspero; y aunque Erayles no son de S. Francisco, son del Orden Tercero de este Santo. Y o con estas noticias que me dieron las gentes del P a i s , y confiando ser este monte aquel que el Cielo dixo donde desconocido habita Olao. Presuroso acia el monte me encamino por ásperos senderos y quebrados; pues de aquella montaña lo eminente un precipicio ofrece á cada paso. Después que entre peligros y rodeos dos leguas españolas hube andado, al pie de un aira inacesible roca C2 Ei Principe perseguido, descubro aquel devoto Santuario. Entro en el Templo; en oración me pongos y á la Madre de Dios pido su amparo, el corazón de confianza' lleno de mi próxima dicha dá presagios.. Estando asi suspenso ; una campana hace señal, y aquellos Ermitaños de sus grutas saliendo cada uno en el Templo se fueron congregando. Para el alto y tremendo sacrificio de la Sagrada Misa preparado estaba un Venerable Sacerdote, la qqe oir debian aquellos solitarios. Yo recatadamente los observo en un rincón del Templo retirado^ admirando sus rostros macijentos, sus. barbas, y cabellos enmarañados. Qüando ya el Sacerdote se llegaba í principiar el sacrificio santo, advierto que á servirle, se- levanta vm bien dispuesto joven Ermitaño. Miróle- atentamente sus facciones, y aunque al rostro desmiente un color pálids». por el ayre gaiv.oso de su talle i Olao me parece estar mirando. Así, (entre mi discurro) asi tenia ]as facciones mi Principe adorado: así tenia la boca', así los ojos: así su talle, así llevaba el paso* De e'-te modo notando sus acciones estuve largo tiempo embelesado, sin atender á mas; y el Sacerdore Ja santa Misa concluyó entretanto. Al punto los Varones penitentes á sus cuevas se fueron retirando, quedindose en el Templo solamente el joven que sospecho ser Qlao. Vá del Templo á salir, y yo advertido desde el sitio donde estaba retirado, en la lengua Daresa le saludo, y con su propio nombre alíi le Hamo. Sin reflexión al pumo el rosno vuelve, y suspensa se queda» reparando y prodigio en Dinamarca* acia donde Je llaman; me conoce: y del Templo se sale acelerado. Veloz, acia su cueva se vá huyendo, qual, ciervo de los perros espantador yo le sigo también ligeramente, como fiel Caín en busca de su amo» Llego en fin á la entrada de su gruta á tiempo que la puerta habia cerrado, toco en-ella, le llamo, no responde; y llorando de gozo así le hablo: Por q u é , ó Principe, dueño y Señor mío,, a?í huis de aquel que con trabajo tanto tiempo ha que os busca?¿qué te ocultas del que la dicha tuvo de encontraros'. El Conde Ernesto soy, vuestro Maestro, que tantas veces os llevó en sus brazos: si esta tierna memoria no os obliga, apiadaos de mis lágrimas y llanto. Oid de vuestra Madre los su piros, consolad vuestros Reynos y Vasallos: y si esto no consigo, en esta cueva quedará el Conde Ernesto sepultado* Con esras y otras tiernas expresionesinsto, suspiro, y altamente clamo, hasta que con mis ruegos y lamentos del Real Principe el corazón- ablando. Abre la puerta, y á sus pies me arrojodexándolos en lágrimas bañados: y entre afable y severo así" me habla en acentos Daneses mal formados: Quién, Conde Ernesto, aquí re ha dirigido.§' quién por estos desiertos, re-ha-guiado? no es posible que humanas diligencias jtara encontrarme aquí te hayjn bastado.. No bastaran , Señor, yo le respondo, si por sus altos fines reservados. no dispusiera Dios que á Dinamarca volváis a gobernar vuestros Estados. JEsra es su voluntad, y yo os la intimo? no queráis resistirla- porfiado; porque si voluntad no fuera suya, no dispusiera que os hubiera, hall ¿do. Con. estas reflexiones convencido, 2S El Vrhi'ipc perseguido, y mucho mas habiéndole contado, Señora, vuestras ansias y susphos, det.errnina volver a -yuestros brazos. De. Peregrino toma luego el trage, dexando el penitente de Ermitaño: y en esta forma salvos y seguros á^Copen.hague ayer tarde llegamos» A mi casa directamente fuimos, donde Id noche el Principe ha pasado, y espera que yo Heve vuestro aviso para venir a veros á Palacio. jReyna. C ó m o podré, Conde amigo, Vos Mariscal, prevenid un favor tari csircmado las guardias y los soldados, porque dignamente pase recompensar i ni con qu<; el Principe acompañado mercedes podré pagaros de casa del Conde Ernesto vuestros servicios leales? á este sú Real Palacio: las fatigas y Hatajos en donde le esperaré de un tan penoso camino? y recibiré en mis brazos. El premio de haber hallado I d , Conde Ernesto, y decid al Principe , dignamente al Principe que le aguardo no puedo recompensaros. con tiernas ansias de Madre: No obstante, de diez logares y todos los Cortesanos, Señor Soberano os hago, Títulos y Caballeros con el m e r o misto imperio os vayan acompañando. sobre todos los vasallos. Sencsc. A vuestras órdenes todos, Y ahora en acción de gracias Señora, prontos estamos, por favor tan soberano, y con toda brevedad Senescal, despachad orden se hará lo que habéis mandado. se cante el Te IJeum Laudamus Guarde Dios a V. Alteza, en Ja Capilla Rea], Vanse. todos, y rambien en todos quantos Templos hay en Copenhague, y demás d e mis Estados. S C E N A II. Iluminóse la Co'ne; gala traiga por espacio Cúrrense los vastidores, aparece unce, de quince dias continuos. a/uesala, y salen el Duque y Mariscal. Y porque regocijados Duq. Mariscal , ó estoy soñando, puedan todos celebrar ó no sé lo que me diga. este venturoso hallazgo, ¡Qué pronto se han agotado de los tributos que deben mis esperanzas! El Ceno pagar rodos los vasallos se me h.i caído de las manos, (ro: á la Corona Real, Mai\ No os turbéis, Señor, tan piónse eximirán por un año. vol- y prodigio volved en v o s , recobraos; y esperemos en que para el suceso no esperado de la venida del Conde, y del Principe su ahijado. Acaso será; imposible que rodo quanto lia contado sea una mera ficción? Aquel repentino hallazgo del Principe en una cueva en el trage de Ermitaño, tiene visos de- Novela: yo así me lo persuado, el que Principe se llama será acaso muy extraño que sea algun impostor que pretenda con engaños subir al Trono Real, por parecerse alguir tanto en las facciones del rostro á nuestro Principe Olao. Y que el Conde Ernesto quiera,, esta ficción, apoyando, levantar a su familia gobernando los Estados? Todo es posible, Señor, pero después mas despacio sobre esto discurriremos. (mos JDuq. Decis bien , Conde, ahora vaá practicar, como es justo, lo que la Beyna ha mandado.vans t Sale Jlasqúl de gala, Jiasij, ¡O que confusión de Corte! todo el Pueblo alborotado esta con nuestra venida: y yo buscando a mi amo huyendo que me atrepéllenme- he refugiado en Palacio; y al subir por la escalera al Mariscal me encomiado, y al Duque Etico , ellos son. n. Dinamarca 33 los que me dieron de palos anoche, Yo los perdono; porque al fin es de christianos amar á los enemigos, y perdonar los agravios. Ellos no< me. han conocido, y al pasar iban, hablando ciertas palabras obscuras contra el Principe y mi amo< Y o me temo que estos dos con algunos allegados nos han de dar pan de perro á rodos antes de un año. EHo dirá : pero qué es esto que estoy hablando? teme lengua no mormures, que no es lícito al Chrístiano hablar de ninguno nial, ni hacer juiúos- temerarios. Mudemos de pensamiento:¡qué bien dice aquel adagio! Apnndcd Jiores de w/, lo que va de ayer á /?o"y, ayer Peregrino J'uU y hoy Gentil-Hombre ye soy». A)er con mi amo andaba por esos mundos tunando, y hoy cogiendo cerno un Duque lo fresco en el Real. Palacio. Ayer comido de- piojos, y hoy muy limpio y aseado. Ayer sin catar el pan, y hoy torta y psn pintado.. Ayer bebiendo agua zupia, y hoy un vino como un bálsamo,. Ayer, ante ayer, y el otro::: Voc. Viva el gran Principe Olao. Jiasq. Esto es que la comitiva ha llegado ya a Palacio. Vo) á ver desde un rincón: tan magnifico aparato.. vas. SCE» 24 El Princ, fe perseguido, Scnes.Vuestro primo el Duque Erico. S C E N A III. Princ. Primo llegad í mis brazos; no es bien que postrado esté Aparece el salón como al principio un nieto de Valdemaro, con el Solio Real. Suena la música, joven sois para el empleo y ruido de tambores y trompas con á que pienso destinaros. salvas. Van saliendo los Soldados Dttq.A. vuestra obediencia estoy t con el Capitán de la guardia , que vivid Señor muchos años. se quedan formados presentando las Ernest. Señor, mil enhorabuenas armas, i-hristiano, Astolfo, el Maos dá Ernesto vuestro Ayo. riscal, el Conde Ernesto, el Senescal, Princ. Como á mi Padre os venero, si Duque, todos de gala , y el Priny aun lo que os debo no os pago. cipe con bastón y manto Real. Seríese. El Mariscal General. Princ. Debe ser un buen Soldado» Senetc, Dichoso, Señor, será, Marisc. Servidor de V . Alteza. y en los tastos -celebrado Senesc. Estos jóvenes bizarros de Dinamarca, este dia que ahora llegan, son los hijos que al nieto de Valdemaro del Conde Ernesto, llamados •su legitimo heredero Chrisriano y Astolfo. vén sobre el Solio sentado Trine. Yo vuestros Ke) nos : ocupad en mucho debo estimarlos ese Trono abandonado en atención á ser hijos en vuestra primera edad. del Vasallo mas honrado. Princ. Altos juicios reservados De Cjpitan General, á nuestro D i o s , Senescal, Astolfo tenéis el grado: me lucen volver á ocuparlo. y vos Chrisriano seréis Hoy en su nombre me siento. mi Secretario de Estado; Sienta se. «si quiero en algún modo Senesc. Sea, Señor, eternos años: los méritos encumbrados y ahora la Corte espera de vuestro Padre premiar. para besaros !a mano: C.ond. Los tres rendidos os damos, yo el primero la obediencia Señor, muy humildes gracias á nombre de los listados por f.ivor reñí Soberano. de Jos dos J&cynos, os doy. Princ. Al Duque Erico mi primo para Virrey he nombrado de mi Peyno de Noruega, Besa la mano el Senescal, y se pene á el lado del Principe. por juzgarlo necesario á mi servicio líeal, y quietud de aquel Estado. Princ, Agradezco á mis Vasallos El Mariscal General su fidelidad, y pueden cjtár siempre' asegurados pasará condecorado de mi amor y voluntad: á París, con el carácter los demás vayan llegando. de Embaxador Ordinario. Vos, y prodigio $n Dinamarca, 25 a !gn n o. • pu e;de escu cha ros, Esperad que, el tiempo aclare ó la verdad, ó el engaño. Yo como menor de edad, nunca vi al Principe Olao. Maris. En nada se le parece. Duq, Puede, haberse demudado: y así pata no exponemos á disgustos'muy i pesados, luego .que el pjingipe salga de ver á la Rejíni, lal quarto pasaremos de su Alteza, á ver qué juicio ha formado del que se llama su hijo. También de. los Cortesanos Vanseel Principe y,el Conde.por una que al Principe conocieron puerta , y.-los. demás por otra ó de cerca le trataron 5CENA IV. el parecer tomaremos, su dictamen escuchando. Cúbrese el salón , y aparece el ante» Y en quanto á vuestro viage sala. Vuelven á salir el Duque podéis estar descuidado; y el Mariscal. pues no marchareis tan pronto como el Principe ha ordenado. ftlar, Qué os parece de esto Duque? Maris. Primero que vos , ni yo buenos habernos quedado de Copenhague salgamos, con el nuevo Rey : los hijos ha de ser toda la Corte del Conde Ernesto elevados el mas sangriento teatro. ú los supremos empleos, y nosotros desterrados ACTO TERCERO. de la Corte , Con pretexto de cierta razon.de estado, SCENA I. y con palabras preñadas de amenazas y de amagos, Se descubre el gavinete Real, y el ¿Y esto sufrimos? ¡qué:b¡eri Trinápe sentado, un bufete con reyo me habla sospechado! cado de escribir, y el Conde Er¡Ah, Principe fementido! nesto sentado en un tabunte sin jAh, Conde Ernesto villano! respaldo. ¿pretendes que a un impostor extrang^ro recibamos Trine. ; \ £ u á n t o pesa una Corona, como a legítimo Rey 5 Conde Ernesto! ¡qué arriesgado no será así. es subir al Trono Real! J2uq- Sosegaos, si con reflexión miramos Mariscal, que en este sitio ios cuidados queá un Monarca Vos, Senescal, estended Jos despachos necesarios á este fin : así conviene por motivos reservados que me asisten. Sene se. Bien, Señor. Trine. La brevedad os encargoí así me parece justo dar principio á mi Reynado. !La Reyna mi Madre espera; á visitarla en su quarto voy. seguidme vos Ernesto,, y los demás retiraos. D 10- Eí Principepewegiihdo, ro.dc.m -por todos' lados, Acuérdese "V. Arreza, no tiene 'un instante--sutydí de Enriquece! piadosa y Santo, todos son di; los vasallos. Duque excelso de B'jbiera,. I'uos, q:;:é será si se .ariende Emperador de Romanos, á lo que nos dice él. sabio; en la Corte mas brillanteque á los que mandan espera. de toda Europa educado. un juicio duro y exacto? Un Luis Nono de Francia, Esta infalible-verdad, aquel Héioe-celebrado, es un-torcedor ta margo que fué del Asia, terror, de mi merjjóf'ibíiSi apenas d e l o s Sultanes ¿espanto se salvará, él ,J{JSíe'-y. Sanro; en sns dos expediciones ¿cómo vivirá fOgnro. de las cruzadas aun quando un Rey , que tiene u su cargo desgraciado^ en- ella;-..'fuese. el. administrar justicia Qué diré: d e aquel- Fernando sin pasión y-sin-ongañoí de-'jCastil 1 á¡prí mo suy"oí? l O dichosa solé/dad i Azote-de- Mahometanos, en donde el hombre ocupado siempre, feliz , victorioso, tan solamente con. Dios^ siempré'eh. la. campaña: armado, vive quieto y sosegado, y emre dichas y victorias sin. peligros que le asusten, siempre humilde, ssiempre Santol sin riesgos, ni sobresaltos. ¿y>.qúé os- podro:: refejir Q<md> Dexe , Señor V V . Alteza de aquellos dos Eduardos aquesos remores vanos, de Inglaterra ? Y en fin, que los Heyes no nacieron i quinto- pudiera contaros para vivir solitarios de nuestro beroyco Canuto! compañeros de- las. fieras. el mas perfecto' dechado El hacedor Soberano, de: Principes-,-y de Chrísto los pino sobre IJ tierra invicto Mártir y Santo? en un empente gradó sacrificado al furorsuperior a los demás,, de aquel su; ambicioso, hermano en respectivos estados cuyo Solio Real aun para gobern.ir los Pueblos; con su sangre salpicado para que subordinados-, boy. ocupa Y. Alteza? los hombres, á una. cabeza, Estos Héroes, adrrifrados; seguros y sosegados, por sus he¡róica& virtudes, puedan- vivir sin temor en Palacio se formaron: b.ixo de este orden gerarqnico. no en los ásperos desiertos, Si en los. desiertos, Señor, ni err. parages solitarios. .se han hecho los hombres santos P'rinc*.Ernesto,, no re lo niego: al rigor de austeridades todo es verdad, mas es claro inauditas, los Palacios que son los menos.: y es también Santos han; tenido dificultoso ¡mirarlos. entre sedas y brocados» Gond* No lo será si de Dios •26 1 núes- y prodigio nuestro Señor imploramos el aux¡lio v y a su gracia no resistimos ingratos. Sale Christiano» Dinamarca. no resista ,1o. ¡mandado; pues es lo que le conviene. Yo al Qrarorio entreunto me retiro a la oración como estoy acostumbrado. 27 Va.se el Conde» corrensc los vasa doChrist» Señor, el gran Senescal res , aparece..el gavinete de ¿a Ihyna me ha .entregada.los.-despachos que estci sp.ntflia con-el- Duque-,.y el y órdenes -ñW:Alteza; Mariscal estará de p>i<¡y solo.-falta: finnarlos: aqui tiene Y. Alteza la estampilla. SCENA II. Fr'uic. No Ghristiano, que es necesario que vayan Reyna.Con q,u.e en fin sin mi.noticia, firmados de propia mano, Mariscal, se ha decretado y firme también mi Ma'dre v uest ra sal ida del- ÍR ey nQ $ para mas autorizarlos, Marisc. Así lo tiene mandado por ser la primera vez el que vuestro hijo se llama. que yo firmo en los despachos» •Reyna.Y vos, Duque, al Vineynato CJirist. Estp-él nombramiento es de Noruega vais ? del Duque en el Virreyriato Duqt Es fuerza de Noruega : y éste otro obedecer, ó quedarnos el orden Real y despacho expuestos a los rigores en que al Mariscal se nombra del nuevo gobierno: qnando Embaxador Ordinario el Conde Ernesto del Rey en la Corte de París. es Consejero privado, y sus dos, hijos que forman Toma el Principe los despachos; este nuevo triumbirato. y firma. Rey na. Muy pronto se desará según tengo meditado, Trine. Ya los dos están firmados, habéis de saber, amigos, id al quarro de mi Madre, como luego que en mi quarto y en estando despachados se presentó, y--áVrni vista me avisareis. ese que.;se finge Olao, Christ.Ri$ti*e$ií.* vas» 'sorprendida-itne quedé Frinc. Así Ernesto separamos al mirarle;, y casi helado del lado del Duque.Erico el corazón y potencias, al Mariscal, que al incauto viendo que me han engañado* joven tiene prevenido No es este el Principe, no; con proysctQs-ydfcpravados, él es un, .hq.mb.re ordinario tan pippios.ele-sufíambicion, en sus modales y traza. y orgullo desmesurado. Y. habiéndole preguntado Id Conde, y decid al Duque algunas cosas, de. que D2 pu- 28 El Principe perseguido, pudiera estar informado, reside , y alli arrestado, de nada me dio razón: preso le conduciréis y solo rne lia contestado á la torre de Palacio, en ciertos particulares, donde con guardas de vista sugeridos ó contados le pondréis á buen recado. por el Conde Ernesto. Yo L o mismo executareis he de sufrir este engaño? con el Conde y su Criado, por hijo no le conozco: pues los tres en este crimen antes bien p-r el contrario, sin duda están complicados. por «n impostor le tengo, JDiiq. Resolución arriesgada, atrevido y temerario. Maris. No tengáis, Duque, cuidado» Yo a la verdad, me avergüenzo, y de confusión y empacho Vaset y salen el conde Ernesto^ me lleno al considerar y Chrisúano* que en este presente caso he procedido imprudente, Cond. Perdonad, Señora , pues y con ligereza lie obrado, sin vuestra licencia entramos. mandando que los honores, Reyna. Dios os guarde: qué queréis? de un Principe hereditario Cond.Yo, al Duque vengo buscando de Dinamarca se hagan, de parte de vuestro hijo. a u n hombre embustero y falso. Reytiá. Está conmigo ocupado. Qué dirá de mí la Corte? Y tú, Christiano, á qué vienes? qué juicio harán los Estados C/irist. A que firméis los despachos de Europa quando lo sepan ? del Duque y el Marisol; Amigos, es necesario pues ya el Principe ha firmados sacar esta mancha que Jleyna. Traed. yo sobre mi fama he hechado: Christ. Tome V. Alteza. enmendar este defecto de tiii gobierno , soldando Toma la Beyna los despachos y tos el yerro de mi imprudencia. rasga, volviéndole los pedazos. Vos, Mariscal, tendréis animo para hacer lo que os ordene? Keyna.Tomad, que ya van firmados? Jíarisc. Yo, Señora, preparado5 idos, y jamás volváis y pronto ecroy para hacer, en mi quarro a presentaros. y execurar todo qnanto Cond. Quién, Señora ? Yo, ó mi hijo í en vuestro servicio fuere,. Jleyna, Los dos. l,i tropa rengo á mi cargo Cond. Señora, SÍ acaso y disposición. í vuestro servicio yo, Rcyna. Pues id: ó mi hijo hemos faltado:: Jleyna. Idos Conde; pues ahora y los Soldados tomando yo de nada os hago cargo: de mayor satisfacción pasad con presteza al quarto y tiempo habrá para todo. donde el Principe fingid© Cond, Dios os guarde muchos años; de- y prodigio en Dinamarca» de mis leales servicios SCENA los desaires son el pago. váns. S C E N A III. 29 IV. Aparece la antesala y sale el Con* de Ernesto, Cubrense los vastidores , y se descubre el Oratorio, y el Principe _p¡tes- Cond. ¡Este desaire la Eeyna! Cielos, quál será la causa? to de rodillas delante de un crucifi¿de dónde puede nacer xo. Salen el Mariscal y Soldatan repentina mudanza? dos armados. Mi conciencia no me arguye haberle faltado en nada: Maris. Jamás en mi corazón sin duda que los favores el miedo entrada ha tenido que hace el Principe á mi casa sino es en esta ocasión. sin consulta de su Alteza Cielos! qué me haya metido la tienen desazonada: en hacer esra prisión! ó la envidia vil de algunos U n temor me ocupa fiero,, que procuran irritarla. de maldad el horror Mas, cómo incauta la Ecyna es indicio verdadero. les dá tan ficil entrada Y o cometí un grande error, á sugestiones indignas el Principe::: qué severo? de mi lealtad olvidada? mas la Reyna, qué dirá algún misterio hay aquí si sus órdenes desprecio? que mi discurso no alcanza. y el honor me quitará. Pues vaya fuera el temor* que no se debe temer Sale Rasquil acelerado. quando medio re el honor: llego pues; ello ha de ser: Rasq. Mi Señor, qué h.iceis aquí daos á prisión gran Señor. con tanta mesura y pausa ? Salid luego de Palacio: Trine. Con quien habláis, Mariscal? huid pronio, Señor, que anda ¿á quién buscáis? buscándoos el Mariscal. Maris. Yo::: si::: quando:;: Cond. Para qué ? á V. Alteza::: Señor::: Masq. Brava cachaza! la Bcyna me lo ha mandado. Para prenderos os busca. Trine. Mi Madre? Cond. Rasquil, anda, vete y calla: Maris. Señor la Reyna. á mí el Mariscal, por qué? manda que os lleve::: arrestado::: Trine. De qué os turbáis Mariscal? Rasq. Porque la Reyna lo manda, que ya el Principe voló. Maris. A la torre de Palacio. Trine. Pues si mi Madre lo manda» Cond. Dónde? Rasq. X la torre mas alta razo» es le obedezcamos. de Palacio; y es lo bueno, que voló sin tener ala*, Zevantast el Principe y vans-t* Cond* 30 El Principe perseguido, con cuidado ya me tiene Cond. Qué escucho! sin juicio estoy y con mucho sobresalto: JRasq. El Marisc.il Jo llevaba ¿si habrán -hecho resistencia I preso., como a un mal hechor, mas no, porque :en, el Palacio entre enrnedio cíe una manga no se ha sentido alboroto. de granaderos : yo mismo Duq. En quanto al Principe, ha que en la puerta os esperaba juicio de que no resista: di la-sa!a..de..s.u Alteza, pero el Conde no es estraño vi comq se lo llevaban: •que &e haya puesto .en defensa, mas ya estiaquí el MariscaL ó resista temerario, SÍIIJÍ el Mariscal con , Jos • Soldados* teniendo tantos amigos que se hayan puesto á su lado. Jlfaris.Conde, en.tregadme la espada, yodaos a prisión al punto, Sale ¿l Mariscal. que así la Reynalo .manda. Cond. Pues si lo manda la Jléyna Maris. Con toda felicidad, tomad,Mariscal la espada, y sin algún embarazo y vamos donde^ gustéis: quedan hechas las prisiones Dale la espada. que V. Alteza ha mandado. ya yo me jo sospechaba. Él falso Principe , y el Maris. Prended también al Criado. ,Conde Ernesto; y su Cfiado, Vanse. los tres arrestados quedan Sold. i. Venid Eas.quil a la ¡aula en la torre de Palacio. donde estaréis á la sombra. Al Capitán de la guardia, Jiasij, ('0 mal haya mi desgracia,! Federico, le he entregado que por salvar á mi amo, las llaves de la prisión, me hayan cogido en la trampa! con la guardia de Soldados ¿á mí por qué me prendéis i competente y necesaria, Sold. i. Por cómplice en esta causa. contra qualquier atemadoj Jiasq. Lleve el diablo a vuestro amo, haciéndole responsable .y á toda su mala casta. de los presos. Sold. i. Ande vmd. Seor Peregrino, Eeyna. Os encargo, dónde está la calabaza? Mariscal., ahora .otra cosa, Hasq. Permita Dios que los .dos que con reserva, y .cuidado muráis de mal de rabia. vans, practicareis. Visitad los Consejeros de Estado, S C E N A Y. .que están á vuestro favor, y son nuestros partidarios: Aparece el. g.av'méte de la- Bey na, que diciéndolés de orden mia estará sentada y el Buque. que. conctirfan á mi quarto esta noche ,'< n las'diez botas» Itcyna. La acción que al Mariscal á la desilada entrando; executar he mandado, pues- tengo.que consultarles so y prodigio en-: Dinrtnnircn. 3i sobre un* asunto, muy arduo, El. mundo con sus reveses. que pide- pronto remedio: nos ofrece la ocasión' y que vengan disfrazados de coger á manos llenas para no ser conocidos. las coronas que ofreció El sigilo es necesario. el Señor á quien- venciere. Maris* Ka vuestro obsequio-,. Señora,, Princ. Siempre, Ernesto, lo mejor soy el mas desinteresado., varis. me aconsejas, como sabio; mas no me- causa, dolor. 5 CE NA VI. verme preso ,. y arrojado en esta obsc'ura- pxision, jótrense, los- vastidores,. y apareanajada mi autoridad, presos en la torre el Principe y el y ultrajado el explendor Conde Ernesto: Rasquil tendido de mi Corona Real. V durmiendo. Mi sentimiento mayor' es,. Ernesto, veros preso P/inc. iQné? .aparentes y engañosaspor:;mi::cnusaY J las glorias del mundo son i. cond. Yo , Señor, todas coma sombra pasan, muy al contrario, discurro; todas son como la flor, pues gustoso: en-la prisión que á 1» mañana' aparece estoy, por acompañaros; de la vista admiración, y mi mayor afliccionrecreo-de los, sencidos es- pensar que. os he -traído d e l i r a d o , , gala y honor, ¿ que probéis el: rigor y í la tarde se marchita de vuestra Madre- cruel» á los rigores del, Sol. que con el mas tierno amor, O son como el humo leve,. Y la voluntad., mas fina que exálado de un tizón ° s esperaba : quién vio qnando se- apaga la. llama,. en tan limitado tiempo tanto lo-dexa el dolor, semejante mutación?; y llanto amargo en los ojos; Pasq. Aprended flores de mí, í.dígalo á mi costa y o ! •lo que v a d e ayer á ó„ Conde , amigo í Maestro mió, Cond. Rasquil, duerme descuidado, no veis ,,noveis^ que leedor» y está soñando. de.; avisos y desengaños Posq. Señor, el:mundo nos dá: á los dos? ni duermo, ni sueño ; pues Condi Guerra- es la vida-del hombre,, estoy puesto en oración. nos dice allá el Santo Job; Cond. Y en qué meditas? y el campo» de la batalla Pasq. Do Christo. es el mundo; Qnién> llegó meditaba, en; la. Pasión.. á conseguir la; victoria Cornil En- qué paso ? de la gloria y el honor, Pasq. En-el"de Samos,, sin pelear esforzado qv.ando Je<m-Christo entró qual valiente Campon í triunfante en Jemsalén, coa 32 El Vrlm >e perseguido, con vivas, y aclamación de aquel inmenso gentío, que á voces le confesó por su Rey; y k los rres días el mismo pueblo traydor énmedio de dos ladrones en una Cruz le colgó, tratándole como á un hombre embustero, engañador. Fr¡/!c.Qü$ recuerdo, Conde Ernesto, Rasquil soñando nos dio. Salen Astolfo y Christiano disfraza" dos con armas. Astolf. La noche nos favorece con sus sombras. Christ-, El Palacio está abierto : si será descuido ? ó que desvelado Federico nos espere? Astolf. Entremos, pues, arriesgados á todo tranze y peligro; prueben las armas Christiano. Entran y vuelven á salir con Fe~ derico. Fedcr. Sin ser de nadie sentidos á la torre hemos llegado. Esta es la puerta, y las llaves están aquí. Saca las llaves y abre, Cond. Gente ha entrado en la torre. Yo saldré acia la puerta a esperarlos» Pero la.espada me falta; nías no obstante,, si á ultrajaros osado alguno se atreve, con;los dientes, con las manos, como sangriento león he de hacerlo mil pedazos. Deténgase quien entrare. Christ, Padre mió , sosegaos, que somos Astolfo y yo. Cofid. Pues a dónde vais, Christiano? Christ. A poner en libertad á los tres , acompañados del Capitán de la guardia, Federico, fiel vasallo de su Alteza , y nuestro amigo» Feder. Dadme á besar vuestra mano» Señor, y no os detengáis. Seguros están los pasos, y ya en el muelle leñemos un Vergsntin preparado; y en él con velocidad á r.emo y vela vagando pasaremos a Noruega donde será proclamado vuestra Alte¿a. En Dinamarca estoy muy asegurado que peligra vuestra vida. Princ. Me dexa muy obligado Federico , tu lealtad; como de Astolfo y Christiano la resolución valiente con que se han aventurado, poniendo en riesgo sus vidas. Mas no es justo que volvamos las espaldas al peligro al primer revés y amago de la fortuna. La fuga seria un indicio claro de algún crimen*-y con ell» deiinqüenrcs declararnos: obrando contra el honor, y la conciencia agravando; firmemente estoy resuelto á la muerte en todo caso, antes que á la fuga, acción, indigna de mi real animo. Idos vos, Ernesto, amigo, la ocasión está en las manos: con y prodigio con vuestros hijos pasad h otro Reyno. Cond. Y o no salgo sin V. Alteza : y primero que me aparte de su Jado; permita el Cielo Bivino::: ¡Princ. Basta Conde : vos Christiano, vos Astolfo, y Federico, de la esrancia retiraos; poneos en salvo luego, anres que vuestros contrarios puedan llegar á saber vuestro arrojo temerario, y os prendan también, T Astolf. Señor, solamente por mandarlo V . Alteza, obedecemos: s i n o , por los cielos santos, esta noche había de ser nueva Troya el Real T?a\ac\o.vans, S C E N A VII. Cúbrese la torre, y aparece el gavi~ nete de la Reyna que estará sentada* Habrá un bufete con recado de escribir ; salen el Duque y el Mariscal. JDuq, A dormido V. Alteza? JReyna. M u y mala noche he pasado en un continuo desvelo: y si por un breve rato vencida del sueño, un poco me quedaba dormitando, oprimido el corazón de un continuo sobresalto, mil imágenes funestas, sueños tristes y pesados me asustaban, ¡Ay de m í ! Maris. Desechad temores vanos, Señora, de vuestro pecho, y de sueños no-hagáis caso; Dinamarca, 33 efectos de algún humor melancólico y viciado. Resuélvase V. Alteza de una v e z , executando la semencia de los jueces que anoche fueron llamados. Advierta bien V. Alteza que en grande peligro estamos. Los hijos del Conde Ernesto tienen la Ciudad en vandos por libertar á su Padre. A Noruega han avisado de la prisión de cstz hombre: y es cierto que los Estados de Noruega se armarán para venir í sacarlo de la prisión ; pues le tienen por Principe hereditario, legítimo hijo de Aquino su Rey; y en aquesto caso si V. Alteza no tiene tropas con que rechazarlos, tomarán á Copenhague sin duda al primer asalto, y V. Alteza será víctima de sus contrarios, perdiendo corona y vida por su proceder pesado. Reyna. Llamad aqui al Senescal. Vase el Mariscal. En que apuro nos hallamos. I Es posible que mi Rey no esté tan desmantelado, y tan exhausto de fuerzas, como el Conde á pondendo? mas en dónde están mi1? hrios? 2no he sido yo la que hago a todo el Norte temhhir? ¿no soy yo la que he admirado á Europa con mi prudencia? j no soy yo la que mediando entre Reyes poderosos, sus querellas he juzgido E 01: 34 El Principe perseguido, Se han probado estos delitos? en l.i guerra y en 1J paz Los tres reos se han citado? como arbitrio Soberano ? ; ¿lcs términos de defensa Pues como en esta ocasión::: en dónde están.? ]os descargos, JDttq. El Senescal ha llegado. de los reos no parecen. Pues corno se ha pronunciado Sale el Senescal y el Mariscal* una sentencia inaudita 2 los crímenes no probados? Senes. Que me manda V. Alteza . ¿y quiere ahora V, Alteza 'Rey na. Senescal, os he llamado que cometa el atentadoá efecto de que venís de fumar esta semencia el juicio que han. pronunciado contra mi conciencia obrando ? los jueces, en el proceso Que éste feo borrón eche que de mi orden se ha formado. en mis canas y en mis anos i contra el aleve impostor, ?qué condene al inocente? que ha fingido ser Olao, Permita.Dios.que mi. mano, mi hijo el. Principe Real;, antes sq seque que tome, leedle vos y emeraos la pluma para.firmarlo* para firmarle después.. Y. Alteza, me perdone, si acaso me he propasado, Vale la Rey a a el papel de la semenen honor de la verdad, cia al Senescal, y lee. y de la justicia hablando*. Senes. Juzgamos y pronunciamos, que el reo preso en la torre de Bala* Arroja el Senescal la sentencia sobra: cío , llamado Enrique i que ha tela mesa y vase. nido la osadía de fingirse el Principe Olao, heredero de estos Rey- Reytia.. Cielos , qué resolución 1. nos , engañando á su Alteza la el Senescal me ha dexado Rey na Margarita , y admitiendo atónita y mas confusa. temerariamente los honores de Prin-Maris. No haga, Y. Alteza alto cipe Real de Dinamarca, sea queporque el Senescal no firme;, mado vivo como impostor y reo de pues son escrúpulos vanos alta traición y lesa magestad. El esas fórmulas, superñuas Conde Ernesto y su Criado cómen casos muy apretados, plices en este delito sean condenacomo el presente lo es. dos á cárcel perpetua. "Ni es conveniente perdamos el tiempo en mas dilaciones. Reprcs. Qué juicio tan mal formado! A qué , Señora , aguardamos i ¡ qué proceso tan iniquo! S.mto Dios, i en dónde estamos ? muera ese falso impostor Qué sentencia *an cruel 1 que a. todo el Reyno ha engañador aquí se vén vulnerados Póngase en execucion la justicia , la equidad, la sentencia , y de cuidados y derechos mas sagrados. salgamos ya de una vez. Rejtw, y prodigio en Dinamarca. I)uq. Este Mariscal tirano Reyna. Muera p u e s : mas, A y ! y ambicioso , ha de acabar que acaso a mi propio hijo condeno! con mi casa. El ha irritado Esca voz ha penetrado á la Reyna á la sangrienta mi corazón: A y de mí í execucion que esperamos. Mañana practicará Desmayase la 'Reyna, y el Mariscal con mi persona otro tanto. toma la sentencia. Su ambición aí Trono aspira; Maris. Pues la sentencia en mi mano por lo que n» será extraño tengo y a , y está firmada, quiera acabar con la ilustre Duque á executarla paso; sangre real de Valdemaro. cuidad de la Keyna vos. vas. SC E N A VIII. Cúbrese el g avine te y se descubre la prisión. Trine. Grave tristeza el corazón me oprime; por D i o s , Ernesto, alguna cosa dime que mitigue mi pena; pues de amargura el alma tengo llena. Cond. No quiera V . Alteza abandonarse tanto á la tristeza; porque nunca conviene: y mata dice el Sabio a quien la tiene. El estado presente no os asombre; porque siempre del hombre en las manos de Dios está la suerte, y es dueño de la vida y de la muerte. Mas porque estéis un poco divertido el sueño os contaré que yo he tenido esta noche pasada : fatigado un instaure me quedo transportado. Parecíame que reclinado estaba sobre un m o n t e , de donde registraba un valle muy ameno y delicioso; quando he aquí, de un monte muy frondoso una Leona advierto que salia buscando i un hijo que perdido había. Registra todo el valle, y no le hallando •un gran rugido dando por buscarle el monte estremeció, y aun todo el valle. El cachorro se hallaba oculto entre unas matas donde estaba E2 El Principe perseguida, con la piel de un cordero divenido-,, después que todo se lo había comido.. Ya la arrastra de un lado, y ya del erro la sacude airado: y ya sobre su lomo la cargaba de tal suerte que todo lo rapaba. Asi estaba, q.uando í su Madre oyendo, de enue las matas, se salió corriendo, tapado el leoncillo, con la piel de aquel tierno corderillo. Su Madre que le viable desconoce,, y por su hijo no le reconoce: el cachorro inocente á su Madre se llega simplemente-» sia temer sus rigor-es, y en lugar de caricias halla errores*. X<a Leona le embiste con corage^ teniéndole par otro en el ropa ge: y al rasgarle la piel , y descubrirlo conoce ser, su tierno cachorrillo.. Y ya desengañada finalmente: le lame y acaricia tiernamente. Este mi sueño fué, que he referido:descifre V. Alteza su sentido. Jlasq. Si yo como JoseC, ó Daniel fuera, y espíritu profético tuviera el sueño descifrara fácilmente. Mas en la. torre se ha sentido gente.. Sale el Mariscal y Soldados* Maris* Ya la- hoguera preparada queda, y todos los Soldados tomadas las bocas calles con las armas en la mano: dispuestos y provenidos los Oficiales y Cabospava evitar un morin, que es fácil el populacho para ello : la puerta abramos para intimar 1$ sentencia í los tres reos de Estado- Abre el Maris-cal- la puerta; Hepres. Conde Ernesto, y 1os demá& que en esta torre arrestados estáis, oid la sentencia que contra los tres han dadoIos jueces del gran Consejo» y que la Eeyna ha firmado. Lee el Mariscal la sentencia,, £útt¿,-Es posible, Mariscal, que la Reyna haya firmado esta sentencia, que solo unos y prodigio en jueces sobornados han podido dar? Maris-* Pensáis Conde Ernesto que os engaño como vos sabéis hacerlo? Cond.Sl en mi> proceder honrado qualquiera pusiere dolo, es un infame villanoi y en publico desafia le desmiento, Maris, No es del caso? pues no tenéis libertad. •P/W..E1 Conde Ernesto es honrado,, Mariscal, cumplid el orden de que venís encargado, y no os propaséis a mas. Yo estoy pronto y preparado. á obedecer la sentencia, qi*e contra mí< ha fulminado' mi propia Madre : dexad me despida d& mi Ayo. Conde Ernesto, Maestro miov estos últimos abrazos sean testigos del amor abrazans». que siempre os he profesado. Cond. ;Ah! Principe y dueño mío!' si los cielos Sobepanos que se trocaran las suertes dispusieran 1 Yo al cadahalso iría gustoso^ por vos; pues que yo soy el culpado*, y vos estáis inocente. Es taré siempre llorando lo que me quede de vida por vuestro fin desgraciado^ por vuestra funesta suerte» sin dar treguas a mi llantoId como obediente Isaac, para ser sacrificado p$r orden de vuestra Madre; Yo espeno que Dios mirando vuestra inocencia , suspenda, el fatal y decretado Dinamarca. 2t golpe sobre vuestra-vidar que las llamas olvidando su inata velocidad por decreto de lo' alto, vuestra inocencia publiquen; como en Babilonia, quanda los tres jóvenes hebreos fueron á el horno arrojados. Mientras el Conde dice los versos 3e arriba, los Soldados quitan al Priti" cipe el manto real, y le ponenuna túnica blanca, Princ. A Dios Conde, á Dios amigor voy "a ser''sacrificado' por la verdad y justicia: los instantes no perdamos* Tocan marefia & la sordina, y ¿os Soldados tomando al Principe enmeñio comienzan á marchar despacio,. dando lugar á que concluya lo< que tiene que decir. Saca el Principe un Crucifico. Frinc, ¡O adorado Beefenror!' todo mi bien y esperanza, en vos tengo confianza que me perdonéis, Señor: si vos por solo mi amor quisisteis , siendo inocente, morir en la Cruz pendiente* después de tanto penar, ¿cómo me podré quexar, mi Dios, siendo delínqueme? Como a un hombre seductor á la muerte os condenaron; y también os acusaron ser del Rey no usurpador» ¡O mi Dios y Salvador!: en esto solo os imito: Vos sabéis que este delito yo n{} El Principe yo Señor, no be comerído; y de lo que as he ofendido que me perdonéis repito. Con inmensa caridady á los que os crucificaron^ y en:.la.-PasÍpn-JbJasfcma!'on ofrecéis vuestra amistad: por. este amor., perdonad á los que me han inf.im.ido., y á <esta .muerte sentenciado. Señor, por. Vos l.bs'perdono, y su •igriorajiei-a- en abono alego de su pecado. Dadme Vos conformidad en mi. dtípastitfíla/3i\s¿W, y en h horade. ini::.-.muonre, hágase -tu voluptad; mosi.rad.G0fl migó-.-P^clad en vuestro juicio tremendo: esto solo yoyAtemiehdo, y así os digo con fervor en vuestras.-.manos ,• Señor mr espíritu os encomiendo; vatis* Cond,..Omnipotente Ssñor, Rey inmortal, de.los-.siglos, justo J u e z , universal, ¿cómo^es que habéis ..permitido. se condene al. inocente? si yo mismo ..le he;-.-traído por vuestra disposición, sacándole, de aquel sitio donde.estaba dedicado á vuest.rprobjsequio y servicio; cómo per.mií'is;:: m a s , ah! venero -vuestros, juicios, Snvestigables y!ocultos á nosotros escondidos. Eafquil, amigo, ay de mil quánto.estoy, compadecido de la suerte ¡desgraciada de nuestro Principe.invicto! •con quánta. serenidad •vi caminando al suplicio 1 perseguido, el corazón se me parte de sentimiento al oirlo. Mas no obstante , quiero ser testigo de su martyrio. Quédate aquí: mientras voy al alto de este edificio, desde donde se descubre de la hoguera todo el sitio» Sube el Conde á- la torre. liasq. Yo , Señor., iré también; !pues quedarme aquí metido será, morirme de miedo. Ya, todo tiemblo y tirito; ¿si vendrán, ahora por mí p a t a l e a r m e al-•suplicio? ahorcarme será lo menos; pues quizá.me quemen vivo. aparece el Conde- ¿n lo alto y dice despacio lo que' se sigue, mirando de quando en qúando al vestuario con atención. •Cond ¡Ah , Principe generoso \ con quámo v a l o r , y brío sube a l a hoguera! Sentado en el horrendo patíbulo sus alhajas mas preciosas á los Ministros impíos de su muerte executores vá repartiendo. El librito del Oficio de la Virgen es lo primero : el anillo: u n relicario precioso: el rosario :'el Crucifixo: despojos de un peniíente, mas que de Principe rico. Y a ponen fuego á la hoguera: ya en. los maderos teñidos de alquitrán , pez. y resina, por todas partes prendido el y •> prodigioen Dinamarca, el elemento voraz, globos arroja encendidos: al Cielo suben las llamas, m a s , ¡ó gran Díosl qué prodigio! el fuego al Principe hace en resplaudecieftte gira obsequio,: sin ofenderle ni de la ropa en un hilo* Sus llamas son eloqnontes. lenguas ¡,. que dicen ¿Lgr.itos del Principe;:la 'inocencia. Y conto aquellos tres,.nSHños del horno-1 de Babilonia* el Principe agradecido á favor:tanr;-Soberano* al Señor le canra Hymnos de honor , gloria y alabanza, por los siglos infinitos. S G E N A 39 IX. Se descubra el salón de-Palacio y qui~ tan al Principe la fornica blanca,poide/tdole el manto: Real, y sw t ándase, ienel Sé lio dice. Princ. Gracias al Omnipotente rinda m 03-4 amigos mios„ qüo^quiso t manifestar su gr.in poder infinito, su a mor y ' misericordia con este su Siervo- indigno. Id Christiano, con Asrojfo y el Capitán Federico, y sacad a vuestro Padre de la torre , y aqui mismo traedle sin detención. léanse los tres. Canta el Principe. Senes. Inocente dueño mió, e,s;as lágrimas que vierto llora. C¿r/?/-.Bcnediciteomnia opera Domini Domino. sbn el mas seguro, indicio Laúdate & super exáltate eum de la admiración y gozo in saeculaque tengo de veros vivo. VocJVwz el gran Principe Ol.nor él es nuestro Rey benigno, Salen el Conde, los tres y Rasqtñl. y Dios vuelve por su causa con milagros y prodigios. Cond. O mártyr de la justicia! Rasq. Agua Señor en la hoguera,, O invicto Principe Olaoí y no quede- tizón vivo. ¿es verdad que vivo os veo? ¿es verdad que vivo os hallo? Voc. Muera el Mariscal tirano. ó es ilusión del sentido? Rasq. Que quemen á ese Judio. qué bien se ha manifestado Cond. Ya en hombros de sus vasallos vuestra inocencia 1. qual oro.¡ y mas leales amigos que por el fuego probado desde la hoguera a Palacio sus mas preciosos quilates el Principe es conducido, baxa. se demuestran sin engaño* Amado de Dios L dexad Tocan chirimías, y salen Astolfo que los pies llegue á befaros y Christiano que traen al Principe tn hombros, acompañados del Senes-' Llega á besar los pies. con temor reverencial. cal, y Federico con los Soldados. Princ. Llegad Brnesto á mía brazos en 40 El Prhcrp, perseguido* i la Virgen de Aranzajm en donde estaréis mejor; que os librara de las llamas; y pues el Señor hs obrado y la Virgen me ha escuchad», conmigo misericordia, aunque pecador. Dexad como Padre Soberano; que os bese los pies y manos yo debo usarla tamhien como á mi Rey y Señor, perdonando á mis contrarios» como a Mártyr, como á Samo» al Mariscal iGeneral, Aun oléis á chamusquina al Duque, á mi Madre y quantos aunque no estáis chamuscado* contra mi vida y honor Y aquí di fin la Tragedia sin saberlo conspiraron. del Principe Enrique Qlao, üasq. Señor, aquí está Rasqnil que en la Ciudad de Fulgin* inseparable Criado murió pon fama de Santo, de V. Alteza: en la torre y cuya historia refieren he estado siempre rezando, los Anales Franciscanos, Señoj, desde que salisteis FIN.