Presentación del Informe “Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes” junto a Plan Internacional María Jesús Conde, Representante UNICEF 10 de marzo de 2015 Mientras que las tasas de fecundidad a nivel mundial han venido descendiendo desde los años setenta, América Latina y el Caribe es la única región del mundo en la que la fecundidad en adolescentes entre 15 y 19 de años ha registrado un incremento. Una tercera parte de los embarazos corresponde a menores de 18 años y, de estos, casi el 20% a niñas menores de 15 años. Algunas de las claves que señalan los expertos para explicar esas altas tasas de fecundidad son: (i) la negación de la sociedad y la familia a reconocer a los adolescentes como personas sexualmente activas, lo que limita su acceso a la información y a métodos de planificación; (ii) la desigualdad, que reduce las oportunidades de vida para las más pobres y sublima la maternidad temprana, como alternativa. El informe que hoy presentamos, elaborado por Plan Internacional y la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de UNICEF, es el resultado de seis estudios cualitativos realizados en Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, Paraguay y República Dominicana sobre los factores sociales, culturales y emocionales que inciden en el embarazo adolescente. El embarazo a temprana edad impacta de manera negativa la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo de las niñas y del propio país. A los riesgos que conlleva para la vida y salud física y emocional de las adolescentes, se suman el abandono escolar y las dificultades de inserción en el mercado laboral. El embarazo adolescente se da por lo general entre las niñas más pobres y con menor educación, siendo un mecanismo de reproducción de pobreza. Estamos pues ante un problema social que atañe al Estado y la sociedad en su conjunto. Durante los últimos años el embarazo en adolescentes ha sido un tema de preocupación y debate en el país. El Gobierno ha tomado diferentes acciones, incluyendo la formulación del Plan Nacional de Prevención de Embarazo en Adolescentes 2011-2016 y la creación de la Comisión Interinstitucional de Prevención de Embarazo en Adolescentes. Sin embargo, como muestra el informe, para cambiar esta situación es necesario dar un paso más allá. Hacen falta políticas públicas innovadoras que tengan un verdadero impacto en los determinantes sociales, culturales y emocionales que influyen en el embarazo a temprana edad. 1 El informe llama la atención sobre una serie de desafíos que hay que abordar para que las políticas de prevención tengan el impacto deseado: 1. Las concepciones y abordajes de la adolescencia y su sexualidad: La sexualidad de los adolescentes se percibe todavía como un tabú, anclado en valores tradicionales, lo que impide abordar la educación sexual en la escuela y la familia desde una perspectiva abierta que contribuya efectivamente a la reducción del embarazo adolescente. En República Dominicana, el programa de educación afectivo sexual está llegando sólo al 7% de la población estudiantil. (Estado de la educación sexual en la escuela como base para la equidad social y de genero 2012) y, según la ENDESA 20113, el porcentaje de embarazo es mayor en adolescentes sin educación (50.4%, frente al 15% que cursa estudios secundarios). 2. Las construcciones de género, maternidad y paternidad adolescentes: La idealización de la maternidad hace que para muchas adolescentes pobres ser madre se convierta en una condición necesaria para existir o un escape de una familia en la que no se siente suficientemente protegida, aun por encima de las edades socialmente aceptadas para ser madre. Según la ENDESA 2013, el 20.5% de las adolescentes en República Dominicana entre 15 y 19 años ha estado embarazada. La misma fuente señala que en el quintil más pobre, se eleva a un 35%, siendo las provincias de la frontera las que tienen la mayor prevalencia de embarazo en adolescentes, con tasas que oscilan entre un 24% y 38 3. Violencia y embarazo: Muchos embarazos son fruto de relaciones entre adolescentes y hombres mayores, consentidas por la familia y la sociedad, con toda impunidad. En República Dominicana, también según la ENDESA 2013, el 25.8% de adolescentes entre 15 y 17 años tuvo relaciones sexuales con un hombre 10 o más años mayor que ellas, y el 25.6% de las mujeres entre 15 y 49 años experimentó violencia física desde los 15 años de edad. 4. Políticas públicas: A pesar de la cantidad y diversidad de normas y programas existentes en casi todos los países, son pocos los cambios en los determinantes sociales del embarazo en adolescentes, como la situación económica precaria de los hogares, la baja escolaridad y nivel educativo, ruralidad, inequidad y desigualdad de género y valores patriarcales, entre otros. Según un estudio del UNFPA, de 2014, el gasto total directo estimado en los servicios de atención al embarazo y maternidad en adolescentes en el país supera los 2,100 millones. Esta cifra es 33 veces mayor a la inversión estimada anual del Plan Nacional de Prevención de Embarazos en Adolescentes. 2 Para terminar, me gustaría aprovechar esta oportunidad para poner el análisis y hallazgos de este informe al servicio del Estado y la sociedad dominicana con el propósito de asegurar el éxito del Plan de Prevención del Embarazo en Adolescentes y promover mecanismos participativos de vigilancia y exigibilidad en los que los adolescentes sean tenidos en cuenta como sujetos de derechos. La educación sexual basada en derechos y con enfoque de género, dentro y fuera de la escuela, es reconocida en todo el mundo como una importante estrategia que permite a las y los adolescentes tomar decisiones autónomas y responsables sobre sus emociones y su sexualidad. UNICEF ha venido apoyando al Ministerio de Educación en la formulación del Programa de Educación Afectivo Sexual y confía en que el derecho a la educación sexual forme parte del currículo educativo dominicano en el año escolar 2015 3