Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía Opiniones sobre este artículo escribanos a: [email protected] www.viva.org.co HU UH H U El caso Yamhure: mucho más que un sicario moral Maureén Maya S. Periodista e investigadora social Bajo el título ‘escándalo’ algunos medios de comunicación informaron al país que el ultraderechista columnista de El Espectador Ernesto Yamhure, se cruzaba mensajes con el jefe paramilitar Carlos Castaño, para consultarle sobre el contenido de sus artículos. La información sobre sus vínculos o cercanía ideológica con la extrema derecha y con estos grupos no era nueva y lo realmente nuevo era la evidencia de su cercanía y que ésta finalmente fuera difundida a través de los principales medios del país. El caso Yamhure, en lo referente a estas últimas revelaciones, suscita gran cantidad de interrogantes; muchos de los cuales se suscriben en el ámbito de la ética y, para algunos, de la libertad personal. También, por supuesto, en el sentido de la responsabilidad social que debe mantener todo periodista, pues aunque Yamhure no lo fuera, contaba con varios medios a su disposición y actuaba como tal. Si bien es cierto, que los amigos suelen escogerse con libertad y que nadie puede ser enjuiciado o procesado por tener malas amistades, lo realmente preocupante en este caso no es eso, sino que un columnista se convierta en mensajero de criminales y haga de su espacio una tribuna solapada para el delito, incitando al odio o lanzando infundíos contra sus detractores políticos, como solía hacerlo Yamhure. Un columnista de opinión, tiene una responsabilidad frente a sus lectores, no sólo guía la opinión pública, sino que debe lealtad al medio para el cual escribe. No obstante el problema no es del medio en sí, aunque el sistema de selección de quienes allí participan si permite realizar algunos cuestionamientos. Se puede entender que el Espectador, en aras de la objetividad y el pluralismo contrate periodistas o escritores de diversa filiación política; muchos de los columnistas más leídos en este periódico tienen una clara tendencia izquierdista, pero esto no los hace ni buenos ni malos escritores. El cuestionamiento no radica en la filiación de cada cual, casi que es irrelevante saber si es de derecha o de izquierda; la responsabilidad periodística va más allá y exige que los profesionales que trabajan para un medio, más para uno de tanto prestigio en el país, mantengan posición ética en el manejo de la información o en los análisis que publican. No se trata entonces de derecha vs izquierda sino de decencia. Sin embargo, a Yamhure no se le abrieron las puertas en importantes porque fuera buen periodista, o por que fuera un hombre decente o por tratarse de un intelectual brillante, porque nada de eso es; se le abrieron por ser, simple y llanamente, de derecha. Cuando en el debate político nacional en la era Uribe abundaban las críticas a este gobierno y en muchos medios se cuestionaba la indudable cercanía del mandatario con las mafias antioqueñas y los grupos paramilitares, se hizo necesario contar con un vocero de la derecha en la prensa; y Yamhure fue llamado a ocupar ese lugar. Fue así como se mantuvo escribiendo una columna semanal para el diario El Espectador, participando en Hora 20 como invitado regular o conduciendo el programa radial ‘La hora de la verdad’ de la Cadena Súper, bajo la dirección del cuestionado ex ministro Fernando Londoño Hoyos, más conocido como el ‘Héroe de Invercolsa’ por haber adquirido de manera irregular 145 millones de acciones de esta firma por un valor de 9.000 millones de pesos en mayo de 1997. El destape de los correos que intercambiaba Yamhure con el jefe paramilitar, realizado por el periódico Un Pasquín, que dirige el caricaturista Vladdo, en días pasados, y las denuncias que allí presentó la periodista Claudia Julieta Duque, sobre los estrechos lazos que existían entre el columnista con los grupos narcoparamilitares, donde además se reveló el contenido parcial de una USB propiedad de Castaño que Hebert Veloza, alias HH había entregado a la Fiscalía en julio de 2008, permitieron entender que Yamhure más que un radical pseudo escritor de derecha, era un alfil o un peón de un proyecto político criminal que desconoce valores esenciales para una sociedad, menoscaba la propia democracia y revive, con miopía y arrogancia, el ideario totalitario del fascismo. Por ahora, el intercambio de correspondencia que Yamhure sostuvo con Castaño, ya ha producido las primeras consecuencias. “[…] En cuestión de horas, El Espectador le aceptó a Yamhure su renuncia a la columna, Caracol Radio anunció al aire que se suspendían sus comentarios, y La hora de la verdad notificó su retiro. La revelación más comprometedora tiene que ver con el borrador de una columna que Castaño recibió de Yamhure, titulada '¡Felicitémonos!', que sería publicada en El Espectador el domingo primero de diciembre de 2002, en la que se le daba la bienvenida al proceso de paz entre el gobierno y las AUC, movimiento que a partir de ese día se declaraba en tregua. Tras leerla, Castaño le pidió al columnista que hiciera varios cambios de forma y contenido. Le solicitó, incluso, que moderara sus referencias críticas y descalificadoras a SEMANA y al analista León Valencia. Yamhure modificó su texto, y fue publicado en El Espectador, con una defensa en términos más ecuánimes del proceso de desmovilización de los paras”.1 Las acciones de Yamhure, al haber convertido los micrófonos y la sala de redacción de un importante medio de comunicación en extensión solapada de la guerra, en canal para la difusión de idearios guerreristas a través de los cuales se alimentaba el fuego de la polarización política en un país marcado por la barbarie y la violencia, abusando, además, de su posición como formador -o deformador- de opinión, podrían ser catalogadas como crímenes morales. La justicia tendrá la última palabra; y será entonces la fiscalía la que determine si su comportamiento fue ilícito en este caso; porque frente a otras 1 Revista Semana; “Aló, ¿comandante?”. Bogotá, septiembre 3 de 2011. acusaciones de mayor calibre, si tendrá que responder ante los estrados judiciales. Otras implicaciones No es ésta la primera vez que se hace referencia a Yamhure como cómplice de los paramilitares. Incluso este intercambio de mensajes ya había sido denunciado hace un año por el portal verdadabierta.com. Allí se publicó un correo enviado por Yamhure a Castaño en noviembre de 2002, en vísperas de la declaratoria del cese de hostilidades de las AUC. “En el memorando -titulado 'Consideraciones sobre el primero de diciembre'-, Yamhure asesora a Castaño sobre varios aspectos: "Es recomendable que el comunicado vaya acompañado por manifiesto de buena voluntad de todos y cada uno de los comandantes (de las AUC)"; "hay que hacer claridad, explicando que no se trata de un gesto político de corto plazo, sino que es el primer paso de muchos que se darán en busca de la reconciliación nacional"; "valdría la pena involucrar un poco al gobierno sobre el éxito del cese de hostilidades"; "hay que hacer énfasis en el tema del acompañamiento y la veeduría internacional", dice, entre otras sugerencias”2. Asimismo, el periódico Un Pasquín recoge el testimonio de Juan Rodrigo García Fernández, hermano de Carlos Mauricio, ex comandante del Bloque Metro de las Autodefensas -asesinado en julio de 2004-, según el cual "en el sauna de la casa de Carlos Castaño, mientras yo tomaba café ellos tomaban whisky y el doctor Yamhure fumaba su pipa"3. En julio del 2010, el periodista sueco Dick Emanuelsson publicó en Indymedia un artículo titulado “La carta de Ernesto Yamhure a Carlos Castaño”4 donde se establece, según el contenido de la misiva, que, en efecto, el columnista se había convertido en asesor del cabecilla paramilitar. La carta fue escrita el 18 de noviembre de 20025. En otro artículo del mismo autor, se afirma lo siguiente: “[…] ex diplomático colombiano en Suecia y actual columnista del diario El Espectador, Ernesto Yamhure, fue en realidad todo menos un diplomático. Fue amigo y asesor político personal de Carlos Castaño, máximo jefe de los escuadrones de la muerte, AUC, durante la peor época de matanzas y crímenes de lesa humanidad cometido por la “Sexta División” de las FF.MM., como bautizó Human Rights Watch a los paramilitares colombianos”.6 Emanuelsson afirma que las fuentes de sus denuncias hechas contra Yamhure no fueron organismos de derechos humanos sino personas cercanas al 2 Portal Verdad Abierta; “Documentos exclusivos: así se fraguó el acuerdo de paz con los 'paras'”. Abril 26 de 2010. http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/juicios/2388documentos-exclusivos-asi-se-fraguo-el-acuerdo-de-paz-con-los-paras 3 Un Pasquin; “De castaño a oscuro”. Por Claudia Julieta Duque, Bogotá, septiembre 1 de 2011. 4 Portal Indymedia Colombia http://colombia.indymedia.org/news/2010/07/116172.php 5 Para leer la carta ir a: http://www.verdadabierta.com/archivos-para-descargar/category/10desmovilizacin-y-desarme?download=740%3Acarta-de-ernesto-yamhure-a-carlos-castao-1811-02 6 http://www.argenpress.info/2009/05/ex-diplomatico-uribista-en-estocolmo.html. Mayo 20 de 2009 paramilitarismo, como Juan R. García, amigo y asesor político de Carlos Castaño y de Fredy Rendón, alias ‘El Alemán’. “Si la policía sueca de seguridad y de extranjería hubiera tenido esta información en el 2005, todo indica que Yamhure habría sido expulsado del país nórdico por cometer espionaje contra sus compatriotas”.7 En respuesta a estas denuncias, Emanuelson fue sindicado por Yamhure de ser "embajador de las FARC en Europa" y de organizar e instigar a los terroristas en ese continente. El periodista se defendió declarando lo siguiente: “Es aberrante que sea precisamente El Espectador el que se presta para que un supuesto periodista dé dedo a los periodistas, verdaderos periodistas, y a otras personas. Y no sólo que señale sino que amenace de muerte"8, escribió Emanuelsson. La artillería "periodística" de Yamhure amenaza también al europarlamentario Jens Holms, a una organización sueca llamada Colombianätverket, a la ONG británica Justice for Colombia, a la Asociación Jaime Pardo Leal y, entre otros, al médico Hernando Vanegas, refugiado en Costa Rica y reasentado en Suecia por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). […]"Así actúan los sicarios: primero preparan el terreno, lanzan tendenciosos infundíos, denuncian a los sectores de oposición o personalidades 'incómodas' -son los sicarios morales, de micrófono o prensa- y después viene el asesinato, realizado por el sicario material. Así asesinaron en 1986 al periodista Guillermo Cano Isaza, entonces director del diario El Espectador”.9 En un aparte de la entrevista que Juan R. García (JRG), asesor político de Carlos Castaño le concede al periodista Emanuelsson (DE), se lee lo siguiente: “DE: Dice usted que Yamhure y Juan Rubín (argentino y también asesor político a las AUC) participaron en una cumbre del 2002 con 70 comandantes de las AUC. ¿En qué calidad participaron? ¿Asesores del Gobierno o de las AUC? JRG: Rubini (estuvo) en calidad de asesor de las AUC, Yamhure en calidad de asesor de Carlos Castaño, y yo en calidad de asesor de Carlos Castaño, de Fredy Rendón (El Alemán), y de mi hermano Carlos Mauricio (Rodrigo Doblecero), quien no estaba presente (fue asesinado el 28 de mayo de 2004 en la ciudad de Santa Marta (Colombia) por sicarios de las AUC). DE: […] ¿Yamhure era amigo y asesor a Carlos Castaño…? JRG: Yamhure era amigo y asesor de Carlos Castaño, y como tal tuvo acceso a información sobre las AUC que luego utilizó para una tesis sobre esa organización y sus debilidades frente al Gobierno para una negociación. 7 Prensa Rural; “Ex diplomático uribista en Estocolmo fue asesor político de Carlos Castaño, quien pagó por su trabajo”. Bogotá, mayo 19 de 2009 8 Portal Zona Impacto; “Dick Emanuelsson: periodista sueco en la mira del gobierno y paramilitares”. Enero 11 de 2008. http://www.zonaimpacto.cl/210/dick-emanuelsson-periodistasueco-en-la-mira-del-gobierno-y-paramilitares-colombianos.html 9 Op Cit; DE: Usted ha escrito que: “...que aunque el doctor Yamhure sea fiel escudero del fiel escudero del Presidente, el ministro de Agricultura, y sea asesor o empleado de la oficina del alto comisionado para la paz, no por eso es menos cierto que Carlos Castaño lo quería como amigo, lo respetaba como asesor, y hasta donde tengo conocimiento, le pagaba...”. ¿Fue Yamhure a quien Carlos Castaño quería como amigo, como asesor, y hasta (…) le pagaba” a Yamhure? JRG: Efectivamente. Mi hermano Carlos Mauricio decía que Carlos Castaño cuando veía un cura o un godo se “meaba a góticas”, y eso le ocurría con Yamhure como godo. No sé cómo llegó Yamhure hasta Castaño, pero sabiendo los amigos en común que tenían, no es extraño, pero yo lo conocí en la casa de Carlos Castaño, donde nos vimos varias veces en calidad de asesores y amigos de Carlos (ambos), compartíamos con él días enteros hablando de temas políticos, y en alguna ocasión, en presencia mía, Carlos le entregó una suma de dinero en efectivo, no sé bien si eran tres o cinco millones de pesos (aproximadamente 2.300 dólares, nota del redactor), ni sé si era por honorarios o por otro concepto, por lo que afirmé lo del pago en esos términos un poco imprecisos” Llama la atención que sindicaciones tan graves como las contenidas en esta entrevista, no hayan estimulado la oportuna acción de la justicia y que Yamhure haya continuado pregonando moral desde los medios de comunicación sin que nadie, con el suficiente peso, hubiera tenido el valor de desenmascararlo ante el país. Es igualmente llamativo que muchas de las denuncias que hoy llevaron a varios medios de comunicación a cerrarle las puertas y a cuestionar su ética periodística, no hayan sido atendidas desde tiempo atrás cuando muchas de éstas, ya habían sido hechas tanto por medios alternativos de comunicación, organizaciones sociales como por los mismos paramilitares. Sólo hasta hoy se empieza a reconocer que Yamhure tuvo una mayor participación en el conflicto de lo que se hubiera creído; que además, hace parte de esa corrupta clase de colombianos que ha sabido treparse al trono del poder, desde donde suelen actuar como perros obedientes de los tiranos que los utilizan, atizan el odio y con la arrogancia propia del ignorante, se sienten inmunes a la acción de la justicia descalificando sin argumentos ni pruebas a sus contradictores políticos. Sin duda Yamhure, -ahijado político de Carlos Holmes Trujillo, miembro de la oligarquía barranquillera y ex cuñado del ex canciller de Uribe, Fernando Araújo- siempre ha estado protegido por altos poderes, pero ahora tendrá que empezar a responder pos su vínculos con el crimen organizado. Todas estas denuncias precipitan nuevos interrogantes y preocupaciones, por lo que alguien tendrá que responder. ¿Por qué la Fiscalía no se pronunció una vez recibió la versión de alias “HH”, y no hizo lo correspondiente con las declaraciones rendidas por Fredy Rendón, alias ‘El Alemán’ o cuando se hicieron públicas las denuncias de Dick Emanuelsson acusando a Yamhure de fungir como espía de colombianos exilados, cuando se desempeñaba como primer secretario de la embajada colombiana en Estocolmo, Suecia? ¿Por qué la entrevista realizada por este mismo periodista al asesor paramilitar Juan R. García no condujo a la apertura de un proceso formal contra Yamhure? ¿Muerto Castaño, (si es que lo está) Yamhure siguió consultando a otros jefes paramilitares para acomodar el contenido de sus columnas a los intereses de este grupo armado? Las acciones delictivas en las que presuntamente haya incurrido Yamhure tendrán que ser investigadas y sancionadas por la justicia, pero las otras, las que se inscriben fuera del ámbito judicial y cuyos límites a veces parecen difusos pero que ocasionan un grave daño moral a la sociedad, tendrán que ser analizadas desde otras perspectiva, considerando claro está, que la acción ejemplar de la justicia también contiene una importante carga simbólica que repara o lo intenta, el daño moral que se haya ocasionado. La falta de responsabilidad social, de ética y principios de un “periodista” al convertir los medios en amplificadores de las voces de los criminales produce daños incalculables que aún cuando no se puedan medir con exactitud, deben propiciar el debate y la reflexión social. La libertad de expresión tiene sus límites, y estos son los que impone la ética y la responsabilidad. No es admisible el argumento de que en una columna de opinión se puede escribir libremente lo que a cada cual se le antoje, sin considerar que lo dicho tiene consecuencias y que la palabra tiene efectos, buenos o malos, en los individuos. Esta falta de conciencia periodística, no sólo atenta contra la dignidad y la memoria de un país, contra las víctimas de los grupos paramilitares, en este caso, sino que además deforma la conciencia crítica de los ciudadanos y manipula la historia. La tergiversación de la historia no puede pasar impune ni inadvertida. No se puede emplear un medio de comunicación para satisfacer a criminales o intentar “blanquearles” su imagen; ese no es el fin del periodismo, ni el sentido de una columna de opinión. Eric Hobsbawm, uno de los mejores historiadores de nuestro tiempo afirmaba: “La mala historia no es historia inofensiva. Es peligrosa. Frases aparentemente inocuas pueden resultar sentencias de muerte”. Edición N° 00271 – Semana del 9 al 15 de Septiembre de 2011