r. X’ o o COMEDIA NUEVA: RESTAURAR POR DESHONOR LO PERDIDO CON RIGOR LA RESTAURACION D E ESPAÑA. SU A U T O R D. JOSEF C O N C H A , CÓMICO ESPAÑOL, ACTORES, D Pelayo» Monu2.a, Ab(naya» Orminso, A C T O SELV A , F J conde d e G alicia. F o r tu n . F arru co. U N IC O . T S A L E D O N PELATO . P ¿ / . D e s p u e s d e perdida España, y M o n u z a en el gob iern o d e G ijon : hechos amigos él y y o , con grande afecto, d e com p on er las discordias d e A lcam a y M o n u z a vengo d e C órd o v a , y c o n el a n'ia de ver á mi hermana , llego cerca de L e ó n , que está co n él fíada á él desvelo d e su piedad y carino; pues aunque me considero abatido en su servicio, perdido ya todo el R e y n o á nada puedo aspirar : d en m e paciencia los cielos, cu a n do tantas desventuras me cercan , llegar deseo á L eon cu a n do :- Cae una carta ó.sus pies, una caita vin o á mis pies, mas qué a d vitrtol 2 R e s t a u r a r p o r deshonor^ á Peíayo et de'igrachjdo de E 'p t ñ a se dirije : cielo e ie rn o ::cuántos males me predice el corazon en el pe>.ho ! » A p e n a s , ^ u es , te partistes >j : í C ordova , este soberbio « M o n u z a te deshonro, » y en tu hermana::- dolor fierol para cu a n do sort los rayos de aquese alcazar supremo. Letras viles que iraeís todo el rigor del infierno, nunca d e b ie p is llc g ir á mis ojos , slr» que ciego por no mirarme sin honra muriera antes de saberlo. Lee. » E lla á las Asturias huye, » y e->te A frican o soberbio » c o n t r a todos los Cristkinos «esgrim e el tirano acero, » u n o de los que padecen » t e avi:<a:” guarda secreto. Sale Fort. El caballo allí te espera. Ftíl. E^perame en esa falda, que en mis pesares con m ig o quiero ver si descansada mi razón me dá consuelo en los males que me matan, Fort. N o tardes grande Pelayo, pues á L e o n p o c o falta. vase» P i i V a lg im e todo mi aliento! ó mi aliento n o me va lg i si solo en los senrimienros me h.i de servir. ^Ultrajada mi sangre Real p or un M o r o indigno ni aun de obsequiarla ? j Y h.ibré de sufrir la injuria tolerando tanta in fim ia ? Hay-s.-ingr. Real en mis venas? quién lo d u d a l fué Cantabria Provincia iíusíre de mi rojo hum or la causa, y doh Favila mi padre, blasón de aquella comarca mantuvo siempre su h o n o r ? A-)í es c i e r t o , pues le guarda aun en el centro funesto d onde sus glorias señalan que aun mas allá de la muerte vive el timbre d e su foma. Soy yo Pelayo su h ijo? es constante; j Y será tant^ mi Infelice suerte que sufra así de m ano airada injurias sin que las vengue, derramando en exaladas corrientes la sangre vil de aquel que inrentó mi infamia? c ó m o p o d r é ? M u era al punto M o n u z a ::- derenre alma, q ue n o es vengarse arriesgando la vida en m ayor desgracia. P ero q ué n o t o ? la angustia d e este pesar ofuscadas así lleva mis potencia^ ? Y a lo m i r o , vamos algia á discurrir con cuidado en asunto donde se halla pendiente h o n o r , fé y a m or, p o r ver si acaso señalan co n prudencia mis afectos. ¿Esp.tiii no se ha perdido p o r una m u g er , la C a v a ? Pues otra niuger h oy sea el m otivo á re>taurarla. ¿ R o d '-i g o , n o hizo la ofensa, y por su mucha desgracia ó desidia , que es lo mas, p erdió v id a , honor y patria? Pues hoy Pelayo fomente L o p erd id o con r ig o r , b - c , de aquel error la venganza, y el agravio de M o n u z a m óvil sea á restaurarla. |Y podré p o r m í triunfar d e ia multitud tirana de! A frican o terror? S í , mi mismo aüetiro esclama, si tr iu n fa r é , j c q n que fuerzas si soy s o l o ? o lr l con cuantas razones de fundam ento me abaten estas bizarras resoluciones ios mismos que antes fíeles me animaban á una empresa tan gloriosa 1 íQ u e com batidos conrrastan mis sentidos y potencias en esta dura batalla ! E l valor me anima ardiente, el temor q-iiere q ue entrada le dé en mi pecho , y mirando ser imposible , á ia ini^rancia de la memoria se arrima, í y Galicia se señala, indomable á su favor n o han rendido f 5»u tirana M on a rq u ía el dulce yugo de su libertad amada. Ea entendimiento h eroyco, acuda á ellos mi vei’ ganza, y el temor de ser y o solo n o roe sujete , vengada mi ofensa se ha de mirar, solo el valor es quien manda, y éste será h o r r o r , y asombro d e todo el p oder de Arabia: y pues para dar principio , á empresa tan no esperada, necesito de un poder mas que h u m a n o ; postrada D e rodillas. y acordándom e la infausta situación mía y de todos; procura que desmayíida sea mi resolución, é impide aun imaginarla; volveré al entendimiento, ¡ All potencia soberana, tú eres el móvil prudente, á ti mis afectos clam an ! M as que advierto? sepiran do á la memoria ( q u e estraña se encam inó hácia el t e m o r ) la conduce á que mas grata, y mas propicia me sea, pues me recuerda bizarra que aunque m iro q ue los M or os son dueños h oy de la España, m í humildad , á vos acude A u to r D ivin o , y esclama, que benigno , que piadoso ayudéis con vuestra gracia m i firme resolxicion, p orq u e se vea exaltada vuestra fé ; porque la Iglesia vuelva á ser tan venerada, q ue este fiero Mahomeri^mo, sea escavel de sus plantas; y porque el Orbe con ozca que aunque padece la España ( p o r sus delitos) castigos, vuestra piedad soberana á ruegos de un corazon que os pide con viv.is ansian, vuelve á ser de la fé vues’ ra la mas afirmada p.anfa, y y o quien por vos guiado esü4 parte q ue toda su gloria restaura. de Asturias vaíí. 4 R esta u ra r p o r S alen con g r i t e r í a F a r r u c o , O r minso y A s tu r ia n o s » Ormins. liifclices moradores de estos pardos obeliscos, bien sabéis que es el Arabe d ueñ o de todo el dom in io de España , y pues lo sabéis, clamar a! siempre D ivin o H a ced or del Cielo y Tierra, y suplicarle rendido dé remedio á nuestras penas, dé Á los pesares alivio. Far. N uestro am o , quiere su mercé, que estemos*- con humorcillo c o m o el suyo de índigestoj si por ser malos indinos nuestros antiguos , ahora nos hallamos tan perdidos, en callar , y con llorar el remedio no adquirimos: vamos á cantar Paisanos. Ormms, C a l l a d , ó vivo y o mismo, q ue en todos mi ardiente fuego desahogue su incentivo. ¿ P e r o e»ta iafelice gente, qué ofende por divertiros ? Proseguid , cantad j yo solo sienta males y conflictos; y mientras ellos se alegran, llore y o del hudo esquivo nuestras seguras desgracias en nú mismo confundido. V a n á empe'z.ar á ca n ta r , y deshonor, á la decadente España, opresa ya en duros hierros; Pelayo , soy noble G o d o , rama de tronco règio, saliendo de la Cantabria le dio á España mil trofeos: referiros nuestras penas n o es del ca so, pues ya el tiem po d io á la m e m o r ia , memoria d e tan infausto suceso. Y o , viendo nuestra desdicha, y que el M oris co soberbio avasallando la Patria nuestra ruína traza ; intento, (v a lid o de vuestras.fuerzas, y am parado de estos ce r ro s ) o p on er m e á su poder, y detener el tremendo tormento con que destrozati este miserable R ey n o. N o os parezca que os c o n v o c o p o r ambición , ó deseo de reynar , pues solo trato el servir de aventurero, y sujetar mi valor de esiüs cóncavos soberbios, p o r natur. 'cza altivos, y por su eminencia esceísos, atended á quien os habla á quien valiente y guerrero á restaurar á ia Patria m e ayude c o m o pretendo. ¿N o arrojasteis valerosos G od os , in v ic t o s , y esceísos por A taú lfo vuestro R ey otros bárbaros soberbios gravan d o en mármoles duros blasones del O r b e entero? Pues G o d o s , siempre cristíanosj ¿ c ó m o podréis ahora ciegos permitir de esa canalla M orisca tal vilipendio? Restablezcamos valientes que el c u i t o , á aquel que supretDO, sale P ela y o . P J . Infelices hr'bitanies viene á dur uo remedio L o p e r d id o con r i g o r , incomprehensible y divino, es señor de cierra y cielo, sin q ue quede humana voz que pronuncie con ecos d e su mistno corazon co n valor , ardor y esfuerzo para alentar al cobarde, y animar cristianos pechos: Españoles la fé viva, y muera el vil Sarraceoo. Todos. Eso sí , viva la Fé, y muera el M orisco perro. V d . T ú que te advierto ser cabeza de esa gente^ ^ que respondes ? Ormins. Q u e el silencio, es producido de ver cuanto g o z o voy tenjendo, en hallar con mi intención original m.ís perfecto. V osotros , pues, Labradores dejad el basto terreno, y Á t o n a r las armas todos, que y o guardadas reservo p or oculta providencia, y cotí ellas y el aliento antiguo noble Asturiano á libertar ayudemos nuestra Patria, desatando el lazo del Sarraceno. Far. ? C o n que vos me llevareis? Pc^/. Si a^nigo , á todos atento solicito , nadie quede sin que váoga á ser fom ento, ó de una total victoria, ó á morir en el empeño. Oftn. Porque se aumejiteti l^is f j e r z i s que á esta empresa di-<p0 neni 0 s * T rasim uudo de Galicia, Conde , que ea el ba >(0 suelo ^ de su patrimonio se hilía, me previno ( ya hace tiem p o) que anhelaba contra el M o r o a y u d a d o de otro aliento sacrificarse gustoso; y pues llegó su deseo le avisaré tu intención, q u e ju n tos todos p odrem os em p ren d er mayores lauros P¿/. Pues no perdamos con esto la ocasion mas ventajosa: ea 9 amigos compañ<.>ros, á defender la Fé , sieriipre á vengar nuestros desprecios. Todos. A que viva el Crt)tiani:>mo, y á que publiquen los tiempos de A sturia s, y de L e o a los generosos alientos, siendo Pelayo el Cantabro m óvil de tanto trofeo. vase. Sale M o n u z a . M om z. ¿ Q u é así la fiera homicida se librase de mi rabia? M arche el cam po á las Asturias, q ue su» cumbres' elevadas han de ser tapete triste d e mis fí¿ras amenazas: tocan. I mas qué nuevos ecos cruzaa la esfera del ayre vaga? Sale A b e n a y a M o ro . Aben. Y o , S e ñ o r , que con dos nuevas, aunque bien dañosas ambas, vengk> á decirte sucesos que son contra nuestras armas. M a rch é á C órd ova cual tú m a n p or ver si hallaba (daste, á O r t o d o s i a , y á su hermano, y llegando á sus murallas en ios anuncios fútales, inquirí dos nuevas malas^ R e s t a u r a r p o r d esh on or, pues aunque dejó ajustados tus asuntos con Alcamu, Pelayo , habiendo sabido su deshonra , dió á su marcha el d e stin o , y hícia Asturias dirijió sus esperanzas: y no es esto lo peor, sino que libre ahora trata empezar á restaurar (seg ú n sus señas d e c la r a n ) á su Patria valeroso: M o n u z a , advierte y repara, que ei>ta llama aunque pequeña contra no^sotros se lubra co n sobrados fundamentos; y sino logras -cortarla, l o d o cuanto con fatigas hemos logrado en España, ha de vulver á perderse; co n que procura::- Monuz. Ea calía, M o r o tímido y cobarde, ^así te asustas, y espantas de unos pobres infelices que apenas tomarán armas contra nosotros (si acaso tienen valor de to.narlas) cuando en míseros despojos sean víctima á mis plantas? ¿P or que así tan confundido y turbado te adelantas á referir estas nuevas ? Creiste q ’'e me asustaras? N o , Abetiaya , no los temo, su intención lisa me causa: marche el ca m p o à las Asturias de O viedo , p íes co^a es clara que Alcama por allí venga, y nadie renr. que basta para que d m undo me admíre, ver que eo mi cuchilla se hulla del gran M ahom a el aííenfo, todo el valor de Arabia, vase» Abinay. M u c h o temo que he vec abatida esta arrogancia, y que la fortuna ruede y avasallando su audacia. vase. D espues d e las 'voces sale P ela y o coron ad o , O r m in s o , F a r r u c o y F o r tu n y A s tu r ia n o s con g a r r o te s . Voces. V iva el invicto Pelayo, nuestro R ey edades largas. Peí. Generosos compañeros: ¿ c o m o podré daros gracias de aclamarme vuestro R ey, cuando con ozco son fíicas mis fuerzas á tanto empaño? mas podré recompensarlas con esponer mi valor, y gobernar vuestras armas, de suerte , que todos ju ntos seamos despojo á la parca, ó del ciego P¿igu)Ísmo triuiif<.mos en toda España. Far. El primer M o r o que pille le aplasto con esta tranca, y si vienen m u c h o s , muchos provaián nu fueiZ i rara. Peí. Llagad , Orminso , lleg íd, que de mi gloria y. mi fama la m ayor parte teneis, pues vo« sois el que la ufana C orona con vuestro auxilio me habéis puesto mas bizirra; dadme los brazos. O ^ i n . Etj ellos y en vuestra voz hoy se h 'lla de mi suerte mayor gloria, de m i d i c h t la e peraiiza. tocan. Pe/. A t e n i e d , que nuevos ecos se esciichm en la montaña, y no e»perAdo5 por mi. L o p erd id o con r i g o r , é ^ c . Iré á saberlo. vase. Pt/ causa de Dios defiendo a n i él volver.í por su causa. ( mo>o, Selle O rm m so. Ormin. C ercad o el moríie de M oros ea porciones dilatadas, á la puerta de la cueva deteniendo por las guardas del pii-sanage advertido, p i l e p.ira hibUrte entrad.i, M j . i u z i , M o r o arrogante. Oiga nosle su etubajada: coaducele , Orminso , solo. Orm Así lo h :jré, pues lo mandas. E n tr a , y sale con Monwz^a. M^'i. Pílayo , >.]je en las A itu n ab::mas que m iro ! ¿coron a da ya tu frente? qué es a questo? c o n o atreví.b r;- Peí. Repara, que ya no soy lo que eraj si á lo que debes me faltas faltaré ul común derecho c.istigindo tu jactancia, Q a e esto sufra? pero presto postraré vanidad tanta: Pe-layo, á qaien n o c o n o z ' o por Key , aunque así te iratas, p o r A'odalises re hablo, y con cordura sobrada, ¿ Q i é p retendes, dr Pelayo c o a acUinarfe M onarca d e cuatro infelices bombresj sujetoi con pocas anuas? ¿Piensas con ellos triunfar de M i h o m a , y sus escuadras? Deja vanos pensamientos, y mi piedad declarada admite , porque de no, sera tu ruít>a tan clara y prouta , q ue apenas hecha, y aun no será bien veftgida; reconoce tu delirio, vuelve a tr á s , y : : PW. £ a , calla, ciya, que no »é cotno he podido tolerarte.... Pero aguarda, que la caja retnora es de mi respuesta. Sale O im . L i enrrad.i vase Of\n, p<ira hibi.irte Trasim undo, C o n d e de Galicia , ig jarda. N ü se dete-'ig,i , entre pues: el C ielo cuida mi causa. Sale Tras. Pelayo á quien las Asturias p i r su justo R ey aclaman; Trasim undo de G.íÜlÍi, C on de soy , que con armadas huestes vengo hoy á o f ecerte tni brazo fuerre , y mi espada contra el fi.ro M a h om eta n o, Padrón injusto ele Esp-iña: quinientos G.illeg)> traíga, tan diestros en I d camp..na que enseñados á vencer 1)0 á h o m b r e s , sino á tiranas fieras c o m o lobos y osos, servirán en las batallas de segur irremediable á l i Morisca canalla. Adm ite , p u e s , este don que pues p or ba|o mi lealtad te consagra, recon ocid o Rey toda aquesta com arca, tus vanderas todos solo anhelan la venganza del ilustre honor perdido por don R odrigo y * ■ Cava, PW. M o r o , ya de T i .'»imundo ésta oportuna llegada rae escusa de responderle, R e s t a u r a r p o r deshonor^ el cielo anima mt cau^a, y pues el cielo me anima, triunfaré de tus escuadras. M m . Q u e así iluso lisonjees tu perPél. Las palabras (dicioti. pa se O rm inso, tuyas inútiles son; ó dejais libre á la España, ó de vuestra sangre arroyos correrán hasta inundarla. M m . Pues teme , Pelayo , teme los pecares que te {’guardan, y temed todos cristianos, p'jcs por seguir la falacia de un infeliz » vais á ser desperdicio de la parca. vase. Peí. Gen eroso Trasitnundo, gloria y h on or de las armas de G i l i c i i , cuanto aprecio en esta acción tu llegada. SaU 0 ,m . E a , nuevo R e y , prevente á la roas cruda batalla, el monte cercado tiene'«; y si la estrella es infausta para nosotros.... no huy m od o de librarse de la espada, pues el hado::- Peí. N ada digas: n o temáis , tocad al arma, y sobre la C o va d on gs cueva , que así se señala de nuestro monte de Auseva^ resistiremos la saña de tanto fiero enemigo. G r ite r ía M o r u n a . Tras. Dices bien , tocad al arma. Pe/, Ea Españoles valientes, la!t voces de esa canalla se escucha . , al monte. Todof. Al monte. PW. V repitamos c o a aasia esclamando al Poderoso, Señor , vuestra Fé sagrada á defender v a m o s , sea eternamente exaltada. jg repit. S e d escu bren los C ristianos sob re un m ontecillo , y sale M o n u z a y A b en a y a . M on. Miserable P a d r ó n , que á las edades serás hijo baldón de toda España, en breve lamentable monumento has de ser de esos míseros que guardas. P e í ¿ Q u e q u e r e is , atrevidos A fri­ canos, (tan cia , q ue así osados con bárbara j a c blasonais de victorias fabulosas, n o conseguidas , pero si aclama« das? Mon. Q u e obediente te entregues hu­ millado, reconociendo el yerro que tú fraguas, y pidiendo p erd oa seas esclavo del grande Olit , Señor de las Empañas. Pe;/.Ese solo soy y o , y sino mira co m o todo mi R e y n o así lo clama. Todos. e l grande P e l a y o , R ey de A'ifurias. Mon. Ya sufrirse no puede tai audacia: Agarenos valiente-», con los rayos acabad con sus vidas, cajay batalla. T o c a d al arma. Mueran los Cristianos. Aben Pero las ñ ech is contrarias contra nosotros se vuelven. Mon. Qué rareza tan estrañu: poder m ¿^ or Jes asiste. Z o -perdido con r ig o r , ^ c . S alen P e la y o y los C ristia n os. dar un vado á las fatigas: PW. Y a la victoria está cíaraj á L e o n vamos. á L e ó n , amigos mio!>, Orm. D iciendo antes q ue el bárbaro fiero de M o n u z a se asegure. Far. Dices bien , vamos á ellos, q ue desde el lance pasado ( b ie n que no me vi y o en eso, pues en un ribazo estuve guardando bien el pellejo) estoy con tanto valor, que si pillára aquí mesmo algún M o r o valadí, c o m o se estuviera quieto, y á roí no me hiciera maí le diera tanto poleo, q ue ceniza habia de hacer de toditico su cuerpoj en eifindándome soy lo mismo q-ie el mismo infierno. Pal. Eres v a lien te, Farruco. Far. Si lo soy? Poquito hay de esto: el otro dia en el monte hillé un bulto , tuve miedo, p ero despues díle yo. Y o tem or? n o , ni por pienso, alzé mi p-ilo con fuerza, y f j i m e hícia allá corriendo, y le di tan fuerte golpe á lo que he dicho , que luego se quedó sin h:tblar nada todo su valor deshecho. Pt/. ¿Y que fué lo que encontraste, según lo ponderus , m u erto? Far. Un tronco era d e un castaño, _1___ _ !• d e altura de palmo y medio. Orm. Q u é oigiis á un l o c o . Señor? N o penseis, O r m in s o , que esto es contra el carácter Real, pues siendo h u m an os, debemos España p o r D o n Pelayo, h eró y co caudillo nuestro, vanse. L o repiten. Salen Momtz,a y Abenaya. Aben. Detente , Señor. Mon. Aparta: ¿ c o m o he de sufrir propenso que esos míseros Cristianos triunfen de mí altivo esfuerzo? Triu n fa el Africa brillante d e cien mil C ristia n os, siendo memorable la batalla de Guadalete , y h oy v em oí, que co n ochocientos hombres descamisados groseros, y sin arte militar rinden el poder supremo de los ochenta mil moros, dej.^ndolos casi muertos. Aben. Pues advierte que glorioso, Pelayo va prosiguiendo sus victorias', y se acerca hácia L e o n , con pretesto de vengarse , y arrojdrte de ella ; mira que ya lem o m ayor ruina. Mon. E l , calla cobarde , ¿ ya tienes miedo de su d ic h a ? ¿ N o conoces, que tal vez esos trofeos serán su m a yor estrago? Ab¿n. L a fortuna (esto es lo cierto) ■« ^ / estable nunca se mira, ahora ensalza, y mu»' presto abatíMon. Cierra el labio (rá , valadí , M o r o perverso: ¿yo tratos c o n uq esclavo Io R e s t a u r a r p o r deshonor^ Salen P ela y o y F o r t u n , Ormwso^ y F a r r u c o ; M o n u z a •vá a l m uro N o sé c o m o y o aquí nicsrao y A b en a y a . á tu vil proposicion Pel. G ob ern a dor de L eó n , q ue filé m ío? ¿ y o de medios co n uí» mísero Crísfiaro ? n o .c a s tig o c o m o debo: veti; al punto de mí vísfa si no quieres que el horrendo volcan de mi fiero enojo se mirigue en tu perverso corazon : vete , q ué aguardas? Ab¿n. Ya me v o y , y quiera el cielo que tanta soberbia .sea de sí mismo el escarmiento, vass. M m . Sin m í me tiene el furor, y pues m 'jy en breve espero, vuelve A l c a m i con mas gente, p i r a que u^uidos logremos sujetar aquesta íl.ima, que vá caminando á incendio contra l.i L m a Africana: poner en defensa quiero lo que á mi gob iern o toca, q'ie c o m o consiga atento prender á P t l a y o , ju r o á M t h o m a , que en su pecho, y en el de su vil h .r n u n a , he de aplacar e! sediento vcloan de mí rabia inmensa, dejando á los venideros siglos memoria , y padrón de un rigoroso despecho. Sale /iben. Sal al muro, que Pelayo con arresto clam:i por hablarte ahora. Mon. Pedirá partido?. At^:n. C reo, que aun c menazarte quiere. M « '».C o b ;jrd e , que aun tienes miedo, quién tomar p uíd e á L eo n , y (3as q ue y o la defiendo. Arabe , bárbaro fiero, q ue usurpando aquesta plaza eres enem igo horrendo de Dios , de la F é , y de todos los cristianos , o y e atento de antecedente llamada el morivo ; y o te ofrezco si la C iudad h oy me rindes, dejar libre todo aquello que vuestro tesoro sea, dar p'iso franco á los vuestros p.tra que á C órd ov a vayan á vivir todo aquel tiempo que y o tardaré valiente ir á conquistar el R ey n o, que será breve ; el tuyo es otro caso : h ib lire m o s, que tú y y o bárbaro M o r o algo que vencer tenemos. Mon. En que fu n d a s , d i , Pelayo esa arrogancia , si muerto ( c u a n d o te tuve y o a q n i ) te h u b ie ra , no fueras fiero en em igo el mas atroz d e nuestro A frican o Im p erio; p ero espero antes de poco avasallar tu ardimiento. P d . Abrevia razones , dime que partido escoges luego. Mon. Tem es tú que llegue Alcama y p erezca s, y por e^o quieres que te dé partido, pues n o , que entre los dos cuerpos 4 e sus A«‘abes y míos has de quedar escarmiento de tu yanidad liviana, L o p e r d id o con r i g o r i ^ c . 11 B a ta lla d en tro De’íít. voc. Viva el. invicto Pelayo Trasim tindo. de tu ingrato pen-íamiento. Sale Tras. Invioro , uuevo Mocidrca, ya vencido::M on. Ves tú mismo lo que siempre te predije; ríndete que ya el aliento . de Alcama::- Tras. Rendido viene, y en mis tropas pri-,Ìonero despues q ue Hcsvaratados sus innumerables tercios al f j r o r de nuestras armas p.)straroi su orgullo fiero. Mon. Q 'ié es esto eí.treJU tiran a? así me abates? perverso h a d o , cruel enem igo, por q ué me persigues c ie g o ? P¿/. M o o ü z a , ya ves tu ruina, 6 te r i n d e s , ó á el asedio d o y principio. Mon. Y o rendirme, eso no prueba el arresto. Peí/. Pues tú me a n i m a s , ya sigo tu intención : valientes pecho>, asaltemos á L eon , y de una vez arrojemos esto» bárbaro> crueles de todo el dom in io nuestro» O m. T o c a al arma. Peí/. A! arm-i toca. O-m . V iva Asturias. Tras. M is G i l l í g c ? , ó morir c o m o valientes, ó vivir co n io soberbios., P t/. Ea cristianos , e^foer^o nos d i la Fé , mueran esos viles. Orrn Y o el prim ero h e de ser de la muralla quien ocu p e los estremos: 'a r r i b a , arriba Asturianos, entremos todos adentro. vanse» de España M onarca escelso. Sale M o n u z a cayendo sin espada» Man. V^álgame todo el ifiíieruo! j q u e asi un mísero escuadrón postre mi altivo d enu ed o? E ntre mi sangre me miro despojo y o de nii mesmo: roto mi ca m p o y perdido,. iodos h u y e n , pues qué espero.^ huya también, que aunque es mengua á mi rabia , á m¡ despecho, s o l o , herido y sin e -pida évte es mi único remeviio. V a d h u ir p o r la iz q u ier d a , y sale F o r tu n . For. D o n d e vas M o r o iufeiiz, rindete al p um o. Man. N o quiero, que por la p;jrte contraría me safv.'iré. Sale O 'm . Ten te perro: mas M o n u z i , muere ó date al punto á prisión , ¡»oberbio,. y reconoce á PelayoMott. Pues ni á uno ni á otro atiendo, así huiré de este modo. Tras. V e n d r is á caer perverso á mis pies , mira cruel tu castigo el mas severo. Todos. V iv a el M onarca Pelayo. Mnn. D ii mismo Alcorán reniego. S j I c Ptíl. Pues ya L eon se ha rendido: pero qué m iro? Orm. Q u e preso está , v rendido M o n u z a , y rodo L e o n sujeto. Sale Far. Si hay mas -os por aquí y o los mataré bien p ie ito . 1 2. Restaurar mas uno hay aquí , trancazo, Orm. N o le d èi que ya está preso. bar. Por si acaso no lo està le despacharé al infierno. V d . B à r b a r o , pues ultrajaste à mi herm;ina con desprecio, q u e calla mi v oz á ñii de n o irritar mi d eip ech o; besa mis pies c o m o Rey: le tira, m ira infeliz , c o m o el Cíelo castiga tu sinrazón, reducléiidofe al estremo de sufrir la esclavitud q ue tú formaste otro tiempo. Llevadle ahora soldados, d o n d e en continuo tormento, sufra c o m o vil esclavo ío que tantos p id ecieron ; hasta que con fiera muerte p o r deshonor^ le dé el debido escarmiento. L e p o n e ca d en a s F o r tu n . Mon. Rabio de e n o j o , un volcan entre mis entrañas rengo, que contra rodos quisiera a r r o ja r : y o tal desprecio! L e lle'va F o r t u n . Pel. Pues ya vengué mis agravios, y á restaurar el Im perio de España he dado principio, á todos premiar espero, finalizando la idea en que se ven co n egem plo, que si una M u g e r perdió la España , otra á p o c o tiempo dió m otivo á restaurarla, y así pidamos atentos: Todos. Q u e compasivos disculpen nuestros continuos defectos. F I N . CON LICENCIA EN VALENCIA POR JOSÉ F E R R E R AÑO DE ORGA. 1816. Se hallará en la Librería de José Cárlos N avarro , calle de la Lonja de ¡a Seda • 'simismo un gran surtido de Comedias antiguas y modernas^ Tragedias ^ Autos Sacramentales « Saynetes y Unipersonales»