La Superioridad de Cristo - 4

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Sermones y Artículos Sobre Jesús de Nazaret -- 1
Anotaciones
La Superioridad de Cristo - 4
En artículos previos, hemos tratado con la superioridad de Cristo sobre los profetas, ángeles, y Moisés. Ahora procedemos a otra área de la superioridad de Cristo:
Su superioridad sobre el sacerdocio Levítico. Aquí está otro gran tema del libro de
Hebreos, el Sumo Sacerdocio de Cristo.
Cristo es primero introducido a nosotros como Sumo Sacerdote en Heb. 3:1. “Por
tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerar al apóstol
y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús.” El escritor dice que Jesús fue
“hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (6:20). Una
corta mirada a Melquisedec para antes de ir más allá, porque cuando entendamos la
naturaleza de su sacerdocio, el de Cristo se volverá más significante para nosotros.
En conexión con este tema, el lector deberá considerar todo el capítulo 7 de Hebreos.
Primero veamos a Melquisedec en Génesis 14. El sobrino de Abraham, Lot, había
sido capturado por ciertos reyes, con lo cual Abraham reunió sus fuerzas y efectuó su
rescate. En el proceso, tomó botín de los reyes derrotados, y ofreció un diezmo de ellos
a Melquisedec mientras estaba retornando de su victoria. Vemos que Melquisedec era
“Rey de paz” (7:2). Era “sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio
de días, ni fin de vida...” (7:3). Nada nos es dicho de la ascendencia de Melquisedec.
No tenemos registro de su nacimiento o muerte. Entonces, “...permanece sacerdote
para siempre” (7:3). No tenemos narración de la terminación de su sacerdocio. La
palabra “permanece” significa un sacerdocio continuo; incambiable. Jesús es eterno
(Heb. 1:11-12). Melquisedec está representado a nosotros en esta forma en este capítulo para exaltar el sacerdocio de Cristo cuando se compara al sacerdocio Levítico.
Los hijos de Leví (sacerdocio Aarónico) recibieron un mandamiento de recibir
los diezmos del pueblo, sus hermanos (7:5; Núm. 18:20-21,26). Pero Melquisedec
recibió diezmos de Abraham, y luego bendijo a Abraham. Ahora, “sin discusión
alguna, el menor es bendecido por el mayor” (7:7). Esto es axiomático y muestra la
superioridad de Melquisedec a Abraham, quien parecía ser la más grande figura de su
día para los Judíos. Ahora, en vista de que el sacerdocio de Cristo es comparado al
de Melquisedec, quien era más grande que Abraham, entonces su sacerdocio era más
grande que el de los Levitas, los hijos de Abraham.
“Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien
se da testimonio de que vive” (7:8). Este versículo es interesante en la forma en que
usa las palabras “aquí” y “allí.” La palabra “aquí” se refiere al sacerdocio Aarónico,
y de éste simplemente es dicho que “ellos mueren.” “Allí” se refiere al sacerdocio de
Melquisedec, y se da testimonio de que “vive.” Todos los sacerdotes Levitas murieron,
Melquisedec aparece como el que vive, porque no hay señales de muerte acerca de él.
En vista de que el sacerdocio de Cristo es semejante al de Melquisedec, éste continúa,
vive, y de esta manera es superior al de los sacerdotes Levitas.
La pregunta del versículo 11 muestra la naturaleza inferior de los sacerdotes Levitas.
La perfección no se pudo tener bajo éste, por tanto, otro sacerdote (Cristo) se levantó
según el orden de Melquisedec, y no según el de Aarón.
Mientras los sacerdotes del Antiguo Testamento eran descendientes de Leví, “...
manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá...” (7:14). Este versículo es
fatal a la teoría de que Cristo retornará a la tierra, fundará un reino y reinará como
sacerdote y rey. “Así que, si estuviese sobre la tierra (Cristo), ni siquiera sería sacerdote...” (8:4). ¿Por qué no? Simplemente porque él era de la tribu equivocada ¡para
servir como sacerdote terrenal! Traer a Cristo de regreso a la tierra es despojarlo de
su sumo sacerdocio. Los premilenarios harían bien en considerar ésto. Este sacerdote
que brotó de Judá fue “constituido no conforme a la ley del mandamiento acerca de la
descendencia, sino según el poder de una vida indestructible” (7:16). El sacerdocio
Levítico era físico en naturaleza. Aquellos sacerdotes ofrecían sacrificios físicos,
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tenían que ser del linaje físico correcto, debían haber sido libres de defectos físicos,
etc. Pero el sacerdocio de Cristo no está basado en linaje o características físicas,
sino en el hecho de que él vive por siempre. Aquí está no obstante, otra marca de la
superioridad del sacerdocio de Cristo.
“Porque la ley constituye sacerdotes a débiles hombres...” (7:28). Esto se refiere
a los sacerdotes Levitas. Pero Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, es “santo, inocente,
sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” (7:26).
De estos pasajes, vemos que todo el capítulo 7 de Hebreos está dedicado al tema de
la superioridad del Sumo Sacerdocio de Cristo sobre el de los hijos de Aarón, o Leví.
Finalmente, “todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces
los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados” (10:11). En contraste,
“Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios” (10:12). Aquí él permanece hasta que todos
los enemigos se conviertan en su estrado.
El espacio aquí no nos permite un estudio exhaustivo de este gran tema. Estamos
casi avergonzados por ofrecer estas escasas notas sobre este gran tema, pero deben ser
suficientes por ahora. Animamos al lector para que estudie cuidadosamente Hebreos,
especialmente el capítulo 7, para más información sobre este vital tema.
Deseando el Señor, un artículo más seguirá con respecto a la superioridad de Cristo
sobre los sacrificios ofrecidos bajo el período del Antiguo Testamento.
(Gospel Anchor, Vol. II, Núm. 6, pág. 185, Bill Moseley).
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