UNIDAD 1: Los antecedentes de la arquitectura moderna en los siglos XVIII y XIX. NEOCLASICISMO Y ROMANTICISMO. EL HISTORICISMO DOMINANDO LA PRÁCTICA Y LA TEORÍA ARQUITECTÓNICA. EL NEOCLASICISMO EN ALMANIA. EL NEOGÓTICO EN INGLATERRA. EL ECLECTICISMO. ECLECTICISMO HISTORICISTA: Expresión utilizada para indicar una fase de la historia de la arquitectura del siglo XIX en la que coexisten estilos diversos (neoclasicismo, el neogótico y otras tantas revitalizaciones -revivals-) que haciendo alusión a ciertos periodos históricos de la arquitectura, evocaban estilos arquitectónicos del pasado. También se suele incluir en ella ciertos acontecimientos históricos trascendentales para el mundo de la arquitectura como ser el nacimiento de la urbanística moderna, el nacimiento de la ingeniería -que tiene que ver con la arquitectura del hierro o de los ingenieros-, y la escuela de Chicago, que más bien, fueron hechos que se dieron en forma paralela al desarrollo del historicismo ecléctico. La “Ecole des Beaux-Arts (Escuela de Bellas Artes) de París será la principal academia impulsadota del estudio de los antiguos estilos arquitectónicos (Gótico, Románico, Renacimiento, Clasicismo, etc.) que derivarán en los distintos “Neos” y que, cuando se combinaban en la fachada de un mismo edificio, originaban la arquitectura Ecléctica. Cada estilo era asignado a funciones concretas y específicas. Así los estilos clásicos (griego y romano) eran aplicados a instituciones políticas, museos, bibliotecas, etc.; el Gótico se aplicaba a edificios religiosos; el Románico para expresar solidez estructural, ya sea en iglesias y edificios públicos en general. Según el crítico Giulio Carlo Argán, “el Eclecticismo Historicista es la teorización de períodos históricos, lo que significa trasladar dichos períodos del orden de los hechos al orden de las ideas, instituirlo, para usarlo como un modelo a seguir”. Las raíces en los siglos XVIII y XIX: El comienzo de la arquitectura moderna data de mediados del siglo XVIII, coincidiendo con la llamada arquitectura de la ilustración o iluminismo (Boullée y Ledoux) e inducido por una serie de trascendentales acontecimientos (el positivismo, el liberalismo, la industrialización, la revolución tecnológica, etc.) que por su cantidad y su aparente inconexión, tornan complejo el estudio de la arquitectura de la época. Hasta allí la arquitectura era entendida como una línea progresiva, en donde cada época tenía un estilo claramente definido. Sin embargo, durante éste siglo van a aparecer una multiplicidad de opciones arquitectónicas que se darán simultáneamente y correrán en forma paralela. Alguno de los hechos más significativos, que hacen al origen del Neoclasicismo y el Romanticismo son: Hallazgos arqueológicos: en 1738 se descubren las ruinas de Herculano y en 1748 las de Pompeya, lo que origina una nueva ciencia: la arqueología. Ella le permite a los intelectuales de la época tener un conocimiento mas acabado del pasado, especialmente el clásico, por lo que se lanzan a publicar un sinnúmero de escritos, que en el ámbito arquitectónico provoca el cuestionamiento hacia los cánones clásicos de Vitruvio y hacia la arquitectura clásica del renacimiento, y despierta el interés por épocas pasadas, en especial la clásica y la medieval. Reproducción de ruinas: en 1750 Walpole comienza a construir “Strawberry Hill”, primer edificio importante del historicismo gótico, dando rienda suelta al romanticismo, el cual prendió con más fuerza en Inglaterra. Grandes cambios sociales: la aristocracia se encontraba en declive y la burguesía en ascenso. Estos últimos buscaban una arquitectura que los represente, que difiera de la arquitectura aristocrática (Rococó) encontrando en la arquitectura neoclásica, las formas que mejor representaban a sus ideales. NEOCLASICISMO: Floreció en la Europa a mediados del siglo Acontecimientos sociopolíticos importantes: XVIII, teniendo como epicentro a Francia y 1784_ Revolución e independencia de los EE.UU. más tarde a Norteamérica. Algunos autores lo 1789_ La revolución francesa y el consiguiente derrocamiento de la monarquía ubican entre los años 1750 a 1830. El gobernante, dará paso a la formación de la república francesa y a un radical cambio en sus gobernantes (la burguesía). Las luchas internas continuaron hasta 1792, año en que neoclasicismo surge como una reacción a la se proclamó la república, que duró hasta 1799 cuando Napoleón se apodera del desenfrenada libertad del rococó, que en esa gobierno, autoproclamándose emperador en 1804. Su dictadura duró hasta 1914 luego época empezó a ser visto como el incorrecto y de la derrota de Waterloo. corrupto arte representativo de la aristocracia. Se origina básicamente a partir de los descubrimientos arqueológicos de Pompeya y Herculano, que reflotaron los valores de la antigüedad clásica (antes de que se realizaran los descubrimientos arqueológicos, el único referente conocido de la arquitectura romana era el proporcionado por las pinturas de Giovanni Battista Piranesi). Es así que se realizan viajes arqueológicos (para el estudio mas detallado de las ruinas) y se publican una gran cantidad de teorizaciones (escritos y libros que enfatizan la noble sencillez y el gran sosiego del estilo grecorromano) entre los que se destacan los del historiador alemán Johann Winckelmann (Historia del arte de la antigüedad – 1764) quién tuvo una gran influencia sobre el círculo de artistas de la época, creando un clima de entusiasmo hacia lo clásico en toda Europa. Winckelmann sostenía que la contemplación de estas obras por parte de la gente, mejoraría la conciencia moral de la nación. La revolución francesa (1789) favorece a la proliferación del neoclásico, produciendo el derrocamiento de la monarquía gobernante (el ancient regime de los reyes Luis XV y XVI), dando paso a la formación de la república francesa y a una nueva clase gobernante: la burguesía. Con el tiempo, la burguesía adopta al neoclasicismo como emblema contra los gustos y excesos del aristocrático estilo rococó (lo barroco-rococó era asociado con la aristocracia tiránica y decadente) cuya imagen agresiva contrastaba con la humildad popular. Es así que la revolución no rechazó al clasicismo y se dispuso que todos los edificios se vistieran con un ropaje clásico, dado que era el que mejor representaba la austeridad que se quería predicar. Esta época es también conocida como la de “la ilustración” o “el iluminismo”, que se caracterizaba por la extrema confianza en la capacidad natural de la razón para resolver todos los problemas de la vida humana, rechazando de plano el concepto de una religión sobrenatural y la existencia de un plan divino que predetermine el destino del hombre. En su lugar creían en las acciones de la razón humana y las ciencias por ella creadas (física, química, antropología, matemática, etc.…) para dirigir su propio destino. La arquitectura Neoclásica: La arquitectura Neoclásica, en contraste con las decoraciones rococó, es el arte de la estructura pura, cuyos elementos esenciales son la columna, el arquitrabe (viga) y el frontón, los cuales cumplen con sus funciones estructurales y no se presentan como meros elementos decorativos. El edificio que marcará la adopción de un nuevo y claro lenguaje es la “Iglesia Santa Genoveva” construida en 1755 (luego de que realizó una visita de cuatro años a Paestum) por Jacques-Germain Soufflot en París, la que mas tarde –después de la revolución francesa– fue dedicada al panteón de los hombres ilustres. En esta primera etapa del neoclasicismo (cuyos comienzos coinciden con la era de la ilustración) se van a destacar dos arquitectos de origen francés, que construían para la realeza. Ellos son: Louis Boullée (1727/99) y Claude-Nicholas Ledoux (1736/1806). Son los arquitectos que en búsqueda de una revolución arquitectónica, crearon a partir de formas geométricas puras, monumentales y de asombrosa simplicidad, proyectos de variadas funciones: monumentos funerarios, viviendas (hötels), cárceles, etc. Boullée se destaca por realizar; a partir de los principios nombrados; la denominada “arquitectura parlante”, la que; mediante su forma; describía directamente su función al observador. Es así que crea un prostíbulo, cuya planta tiene forma de pene. A Ledoux por su parte, se le atribuye la construcción de una serie de “barrieres reales” o pórticos de ingreso a París en donde se paga un tributo o peaje. También se destaca su proyecto de 1775: ciudad de la sal o ciudad industrial ideal. Al utilizar formas griegas, los arquitectos neoclásicos se vieron siempre frente a la dificultad de que; debido a la simplicidad funcional del interior de un templo griego; no era útil para ninguna de las complejas funciones propias del siglo XIX. De allí que los interiores debían ser romanos o carecer de todo estilo. Como resultado se obtenía un ambiente híbrido, de cierta mezcla estilística que algunos denominan ecléctica. Casi todas las construcciones neoclásicas tendían a aparecer aisladas con respecto a las demás construcciones, siendo enmarcadas por el espacio vacío, lo que acentuaba su carácter monumental. Principales obras: Barrieres Reales (París) Claude-N. Ledoux. Teatro Odeón (1730-85) M. J. Peyre. Iglesia Santa Genoveva –hoy Panteón– (París 1755-90) Jacques G. Soufflot. El Cenotafio de Newton (Proyecto 1784) Louis Boullée La Bolsa de París () Brogniard. Biblioteca nacional (París 1860) Henry Labrouste. Iglesia Santa Genoveva –hoy Panteón– (París 1755-90) Jacques G. Soufflot. El edificio se presenta con planta de cruz griega, con ostentosa columnata interior y muros exteriores cortados en ángulo recto, tiene en el centro una triple cúpula que se apoya sobre un inmenso tambor sostenido por una columnata porticada. La entrada es un pórtico de grandes columnas corintias sin estrías, con frontón de coronamiento al gusto antiguo. Entre las novedades lingüísticas incorporadas encontramos: Todo el edificio fue calculado aplicando los nuevos principios de la estática arquitectónica. No existen elementos arquitectónicos superfluos, sino elementos estructurales reales (columnas, bóvedas, cáscaras). Uso de armaduras de hierro para reforzar los arcos adintelados ocultos en el entablamento clásico de la fachada. La fachada principal adopta un pórtico al estilo templo romano. Uso de un lenguaje austero, real, que permite obtener ligereza y espaciosidad. Los significados o simbolismos del Neoclásico: Cuando los movimientos revolucionarios establecen repúblicas en Francia y en Norteamérica, los nuevos gobiernos adoptaron al neoclásico como estilo oficial, simbolizando a la Grecia democrática y a la Roma republicana. Para estas jóvenes repúblicas se requerían edificaciones singulares, destinadas a albergar las nuevas funciones. Es así que las iglesias y grandes palacios pasan a un segundo plano, convirtiendo a las casas de gobierno, las cámaras legislativas, tribunales de justicia, museos, etc., en los encargos más importantes. Al asumir el poder en Francia, Napoleón adaptó este estilo a sus necesidades propagandísticas, cambiándole su significado liberal, por otro que destaque la omnipotencia de su imperio. Si bien es sabido que el neoclásico surge durante el gobierno de Luis XVI, es con el imperio Napoleónico que alcanza su máxima expresión: la mayoría de las obras planificadas por la revolución no fueron concretadas. Es durante la época imperial cuando se da una mayor actividad edilicia. Además de las connotaciones democráticas y Algunos autores incluyen al neoclasicismo dentro del romanticismo, dado republicanas, y de monumentalidad imperial, que que su prédica apela al sentimiento (más que a la razón) para influir en la profesaban las formas grecorromanas, también poseían conducta del espectador. Más que un resurgimiento de las formas clásicas, el neoclasicismo significaciones abstractas como la belleza y lo sublime: relaciona hechos del pasado con los acontecidos en su propio tiempo. Los ya desde un principio (mediados del siglo XVIII) antes artistas neoclásicos intentaron reemplazar al Rococó por un estilo lógico, de que el clasicismo se convierta (por acción del de tono solemne y austero: la antigüedad grecorromana fue tomada por historicismo) en neoclasicismo, la ilustración racionalista los pensadores progresistas radicales, como modelo de libertad, tanto política y moral como literaria y artística. Esto se correspondió con la invocó a las formas clásicas por un mero ideal de belleza, reacción (hacia lo pictórico y lo barroco asociado con la aristocracia afirmando que la misma era inmutable en el tiempo, tiránica y decadente) que luego desembocaría en la revolución francesa. imperecedera, independiente de toda relativización cultural. El posterior historicismo, que hizo surgir al romanticismo del siglo XIX y con él al neoclasicismo, no dejó de lado esta idea, sino que la reforzó, utilizando a las formas grecorromanas para simbolizar el equilibrio, la proporción y la monumentalidad (belleza). Boullé y Ledoux son ejemplos de clasicismo despojado de toda influencia histórica (sin emoción), mientras que Soufflot (con el Panteón de París) y M. J. Peyre (1730-1785 con el teatro odeón) son ejemplos del uso de elementos “arqueológicos” dentro de totalidades no del todo neoclásicas. El estilo imperio: Además de las virtudes democráticas y republicanas de las formas clásicas, ellas también podían asociarse a otros referentes de la antigüedad como ser la monumentalidad, la grandeza y el esplendor de la Roma imperial. Desde este punto de vista es que Napoleón adoptó tales formas para expresar la gloria de su reinado. Copiando las formas del pasado remitió a los espectadores a la grandeza de aquel pasado incomparable. Adaptó al neoclasicismo a sus aspiraciones de conquista, buscando mediante la monumentalidad y grandeza de sus formas, expresar su poder absoluto como emperador. Napoleón intervenía directamente en las decisiones arquitectónicas. Habituado a las estrictamente coordinadas formaciones militares, juzgaba que la regularidad de las líneas y las simetrías de las masas eran atributos de belleza. Sus arquitectos preferidos eran Charles Percier (1784-1838) y P.E.L. Fontaine (1762-1858) arquitectos de un estilo cuidado y medido que aplicaban el estilo clásico sin emoción. La predilección de Napoleón por la arquitectura imperial romana fue influenciada tanto por razones estéticas como por razones simbólicas. Los símbolos dominaron la arquitectura y las artes decorativas del imperio. Las águilas y leones imperiales se combinaban con abejas gigantes y “N” mayúsculas. En todo, desde la arquitectura hasta el tocador, el modelo grecorromano servía como símbolo de la grandeza imperial. En el ámbito de la pintura su autor favorito era David, quién se dedico a magnificar a Napoleón a través de sus pinturas, cuyo exponente más claro fue “Napoleón en los Alpes”, cuadro en el cual “suena un gran clamor de trompetas”. Principales obras: El palacio Borbón (París 1806-hoy parlamento) El arco de Carroussel (París 1806) El arco en Plaza de la Estrella (París 1836) François Chalgrin. La iglesia Madeleine (París 1842) Vignon. La iglesia Madeleine: (París 1842) Vignon. Al diseñar La Madeleine Vignon imitó el templo romano períptero octástilo. El edificio mide 117 x 45 metros. Su “cella” o nave esta dividida en tres sectores cubiertos por bóvedas achatadas cuyas aberturas permiten la iluminación del recinto. La imponente imagen exterior depende en gran medida del sitio aislado en el que se encuentra, acentuada por un podio de 7 metros de altura. Las columnas soportan la entabladura sobre la cual, el arquitrabe recibe al tímpano o frontón triangular, que en el acceso principal esta esculpido. Este detalle, y la doble hilera de columnas, son los rasgos que jerarquizaron al acceso principal. Neoclasicismo en Alemania: Con el mismo sentido que en la Francia revolucionaria, se dará el Neoclasicismo en Alemania, a partir de lo cual el orden clásico empezó a asociarse con los edificios públicos, atribuyéndoseles el papel moral de elevar la vida social. Con la única diferencia que, en vez de Roma, el Neoclasicismo alemán se inspiró más en el mundo griego. Principales obras: Puerta de Brandemburgo (Berlín 1798) Karl Gottard Langhans. La Gliptoteca de Munich (1816-30) Leo Von Klenze. Propileos de Munich () Leo Von Klenze. El Altes Museum (Berlín 1822-30) Karl F. Shinkel. Teatro de Berlín () Karl F. Shinkel. Altes Museum Puerta de Brandemburgo (Berlín 1798) Karl Gottard Langhans. Obra de carácter monumental, consistente básicamente en un propileo de seis pares de gigantescas columnas jónicas, que sostienen capiteles dóricos. Sobre la cúspide de este atrio, sobre una cuadrilátero, se yergue una estatua con la diosa de la victoria cabalgando. Las construcciones que flanquean el monumento, del mismo estilo, no hacen más que resaltar la monumentalidad de la obra, en la cual Laghans, hace un uso libre de las formas clásicas. Neoclásico en Norteamérica: Así como la burguesía revolucionaria europea recurrió al clasicismo para reemplazar al barroco-rococó, la democracia norteamericana lo hizo para reemplazar al colonialismo inglés. Al independizarse de Gran Bretaña, Estados Unidos se inspira en los modelos grecorromanos para su organización política: se llegó a la conclusión de que las formas clásicas se correspondían con los ideales de la revolución, considerando a Grecia como la cuna de la democracia y a Roma como modelo de república. Es así que lo inglés, no se avenía con el movimiento cívico-revolucionario americano, es así que ante la urgencia de organizarse como estado autónomo surgieron necesidades edilicias, que fueron satisfechas con el modelo grecorromano. Podría decirse que la arquitectura norteamericana es el eslabón que une al clasicismo con la corriente neoclásica. Esta unión se manifiesta más claramente con la obra de Thomas Jefferson (1743-1826). Arquitecto con formación académica (Ecole Beaux-Arts) que llegó a ser presidente. La diferencia entre el neoclasicismo europeo y el norteamericano es que aquel se ve cargado de nostalgia y desconsuelo; es un movimiento que se refugia utópicamente en el pasado, sin esperanzas para el futuro. Mientras que el neoclasicismo norteamericano se ve lleno de vitalidad y expectativas, entusiasmado con la construcción de un nuevo mundo. Los capitolios de Virginia y el de Washington fueron los modelos para la casi totalidad de los parlamentos estadounidenses y el neoclásico se terminó consagrando como el estilo predilecto para los edificios públicos de la joven república. Principales obras: Villa en Monticello (Virginia 1796-1809) Thomas Jefferson (casa propia). Capitolio de Virginia (1785-89) La Casa Blanca (Washington 1792) El Capitolio de Washington (1820) Conclusión: A mediados del siglo XVIII los arquitectos europeos guiados por las ideas de los filósofos de la ilustración, empezaron a repudiar los excesos visuales del rococó, en beneficio de una disciplina estructural desnuda de ornamentos ajenos (que dicho sea de paso, da comienzo a la tradición estructuralista francesa): los arquitectos tuvieron que idear soluciones para los nuevos edificios de las nuevas funciones que empezaban a necesitar las crecientes ciudades, y adaptarse a los nuevos materiales de construcción. En el plano social, se estaba gestando la explosión de las clases medias urbanas (la burguesía) y, con ello, una nueva arquitectura secular inspirada por ideales igualitarios y donde nuevos vientos traían un nuevo mundo, el mundo de la revolución industrial. Características generales del Neoclasicismo: Volumetría prismática, de formas geométricas puras, simples y monumentales. Sobreelevación de la construcción mediante podios Monumentalidad Emplazamiento de perímetro libre. Axialidad, simetría, proporción, orden, sentido cerrado y compacto de los organismos, regularidad, geometría, etc. Pórtico de grandes columnas que rematan en un frontón superior, actuando como atrio de acceso en la fachada. Clara identificación de la función de cada uno de los elementos constructivos, especialmente los estructurales: diferenciación entre el soporte y lo soportado (entre columna y entablemento). Los edificios son calculados aplicando los nuevos principios de la estática arquitectónica. No existen elementos arquitectónicos superfluos de mera decoración (como pasaba con el renacimiento que utilizaba membraturas de pilastras verticales y cornisas horizontales en sus fachadas) sino elementos estructurales (columnas, bóvedas, cáscaras) que realmente cumplen con su función estructural. Uso de armaduras de hierro para reforzar alguno de los componentes estructurales. Por ejemplo los arcos adintelados ocultos en el entablamento clásico de la fachada de la Santa Genoveva. Uso de un lenguaje austero, real, que permite obtener ligereza y espaciosidad. Connotaciones simbólicas: liberalismo, democracia, república, valores morales, grandeza imperial, etc. EL ROMANTICISMO: Gestado en las postrimerías del siglo XVIII, fue un movimiento anticlásico y antiliberal, que reaccionó contra la “cultura oficial y académica” del Neoclasicismo. En contraposición a la estética racionalista del Neoclasicismo, el Romanticismo apeló al sentimiento y a la intuición para la creación artística, rescatando valores humanos, sociales y nacionalistas. El objetivo de la arquitectura romántica era conmover (no ilustrar) mediante la reproducción de lo antiguo, despertar la nostalgia por el pasado y lo exótico. Ello se consiguió en un primer momento mediante la reproducción de ruinas góticas (construcción de ruinas artificiales) en los jardines de los viviendas de los artistas ingleses. Lo cual fue impulsado, no porque interesaba la arquitectura gótica en sí, sino con la intención El Romanticismo logra sus mejores resultados de estimular sentimientos nostálgicos, que evoquen el misterioso e arquitectónicos (de la mano de Pugín, Ruskin y Morris) irrecuperable pasado. Es decir que las formas arquitectónicas principalmente a través del Neogótico, de ahí que se lo fueron utilizadas como signos evocativos de otras realidades acostumbre asociar con ese movimiento. Pero hay que tener culturales distintas a la presente, cuyo recuerdo podía despertar la en cuenta que los artistas románticos apelaron a diversos estilos exóticos (egipcio) y del pasado (Románico, etc.). emotividad del espectador. Así la arquitectura se vistió con diversos ropajes: inicialmente se construyeron falsas ruinas góticas, fingidos templos griegos y todo tipo de construcciones exóticas. Pero el Romanticismo no reaccionó solamente contra las rigideces y la frialdad del arte Neoclásico. También se constituyó en contra del capitalismo burgués, que con sus industrias produjo la alineación del hombre. Sus principales gestores fueron intelectuales (principalmente artistas) que tenían una visión condenatoria de la sociedad industrial. Constituyéndose así, en un movimiento, contradictorio y apasionado, en contra del materialista mundo capitalista burgués, de ilusiones perdidas, de ambición y lucro. Así, el rasgo característico del Romanticismo fue su ideología emotiva que lo hacía escapar de la “dura” realidad social en la cual estaba inmerso. La actitud romántica en general es nostálgica, opuesta al presente. El Romanticismo se opuso a toda organización, a toda estructuración racional esquemática y mecánica representada por la ciencia y la sociedad de la época. El Romanticismo planteaba la búsqueda de un universo natural, sensible, orgánico, no organizado, carente de todo tipo de leyes y predeterminaciones mecánicas. En otras palabras, estaba totalmente en contra del proceso de industrialización que se estaba dando. El principal difusor de la idea de combatir el proceso industrial de elaboración de productos de consumo (pues carecían de la delicadeza de lo manual o artesanal) fue el artista John Ruskin (1819-1900), quien admiraba los procesos de producción de la edad media, y consideraba al hierro como un material no apto para desarrollar la arquitectura. Para Ruskin las máquinas le sacaban el trabajo al artesano. Fue el gran teórico del movimiento, relacionando conceptos estéticos con estudios sociales, políticos económicos y de todo tipo. Red House El mas fiel seguidor de la teoría de Ruskin será el artista, también inglés, William Morris (1834-96) quién llevará a la práctica, la estética y la popularización del arte inglés. En 1859 junto al arquitecto Philip Webb (quien le diseña el proyecto arquitectónico) realiza su propia casa, “La Red House” en la ciudad de Upton, impulsando la tradición popular de la arquitectura rural inglesa, que muestra honestamente el modo de vida de sus residentes. Él realizará toda la decoración interior y el diseño del mobiliario y lámparas. Animado por esta experiencia, creó en 1861 la firma Morris & Co., sociedad dedicada a proyectar decoraciones, vidrieras, alfombras, empapelados para paredes, etc., mediante la cual intentaba proteger el trabajo del artesano, la nobleza del trabajo manual y así, que el arte pueda servir para que la sociedad mejore culturalmente y eleve su modo de vida (el arte como compromiso social). Hacia 1883 funda el Art Workers Guild (gremios de trabajadores artesanos), que cinco años mas tarde dará lugar al movimiento artístico que destacó a Inglaterra: el “Arts and Crafts” (sociedad de artes y oficios). Morris defendía la idea de que cualquier objeto debía estar concebido pensando en su belleza, función y calidad. Denunció la fealdad de los productos industriales, así como el desorden urbano que trajo aparejado la aparición de todas esas industrias. Trató de reivindicar un arte para todos y no para unos pocos. Paradójicamente sus productos no resultaban muy económicos y accesibles para todos, no podían competir con los sistemas industriarles que abarataban los costos y los precios finales. Principales obras: La Red House (Upton 1859) Philip Webb – William Morris. Arquitectura neogótica: El neogótico pegó mas en Inglaterra, alentado por los escritos de Las razones por las que se adoptó el gótico en Inglaterra (no Horace Walpole, quién en 1750 decide construir en los jardines de solo para las iglesias) fueron varias: algunos diseñaron en estilo gótico porque era romántico, otros por que era barato su mansión de Strawberry Hill unas ruinas góticas, a fin de (permitía su construcción en ladrillo), otros por que era estimular su imaginación con la presencia del pasado. A partir de cristiano, y otros porque sostenían que era Inglés (para los esto florece en toda Inglaterra la moda de construir ruinas góticas británicos, el clasicismo era un estilo extranjero, que no les en los jardines, que adquirieron la denominación de románticos. El pertenecía) razón por la cual fue adoptado para las nuevas casas del parlamento. El líder indiscutido de esta tendencia objeto de estas construcciones no era la de invocar un carácter fue A. W. Pugin. religioso, sino el de rescatar un pasado caballeroso, cargado de misterio y exotismo. Las ruinas, permitían a sus observadores soñar con un pasado épico glorioso, aun no relacionado con una situación social comunitaria, sino asociado con la pureza del origen de la nobleza, con la caballería piadosa, con las gestas heroicas, etc. La nobleza terrateniente al contemplar las ruinas, al ver los restos de una época dorada, podía inspirarse en un pasado mejor. Vemos entonces que el revival medieval en arquitectura se expresó primeramente no en obras de carácter religioso, sino en residencias particulares construidas con formas de la arquitectura gótica religiosa. Esta arquitectura destinada a cumplir funciones domésticas, estaba conformada con elementos extraídos de la arquitectura religiosa para los cuales Walpole exigía una fidelidad casi arqueológica. La finalidad del revival era la misma que la de las ruinas en los jardines, inspirar al usuario a través de un proceso de reminiscencias nostálgicas. Esta primera etapa del renacimiento gótico, no se caracteriza por predicar ejemplos de conducta (mediante la evocación del pasado) sino de activar la sensibilidad del espectador. Más tarde, de la mano de Augustus Pugin (1812-52), el Neogótico adquirirá ciertas connotaciones nacionalistas, siendo elegido como el estilo representativo de Inglaterra. Principales obras: Edificio del Parlamento Inglés (Londres 1836-70) Augustus Pugin. Iglesia de Saint Giles (Staffordshire 1840-46) Augustus Pugin. Palacio del Parlamento Británico (Westminster) Charles Barry. Arquitectura Neorrománica: Hacia finales del siglo XIX aparecerá en Holanda un arquitecto que recibirá las influencias del Neogótico Flamenco (de la mano de Gaudí) o Neorrománico, que se venía dando con fuerza en aquella época. Se trata de Hendrik Petrus Berlage (1856-1934), quién estudia en la Politécnica de Zürich entre 1875-78 y se establece en Ámsterdam hacia 1885. Ese mismo año realizará un proyecto con el que participará en el concurso para la construcción de la bolsa, el que, a pesar de obtener el cuarto puesto, será el que finalmente se construirá, marcando un hito en la renovación del lenguaje arquitectónico. La Bolsa de Ámsterdam se encuentra “a caballo” entre el historicismo arquitectónico y el naciente lenguaje moderno. Por fuera se observa la influencia del Románico, pero las decoraciones no son plásticas ni abultadas, sino solo efectos planos y cromáticos. Además se da un uso sincero de los materiales, con el ladrillo como máximo exponente. Los espacios interiores, de gran amplitud, están concebidos para recibir funciones modernas y sus cubiertas apoyan sobre grandes estructuras metálicas con cerramientos vidriados. Es así que el maestro holandés abre las puertas al lenguaje de la arquitectura moderna. Berlage con esto, será el gestor de la Escuela de Ámsterdam. La Bolsa de Ámsterdam: (1898-1903) Petrus Berlage. Esta obra, que no es neogótica ni neoclásica, sino neorrománica, resume los mejores aspectos del eclecticismo historicista: alusión hacia un modelo histórico, la exigencia moral, el valor simbólico representativo, la mezcla de motivos históricos con la última tecnología, etc. Pero por otro lado, por el tipo de lenguaje utilizado, de escasa decoración y con la expresión sincera de los materiales (predominando el ladrillo a la vista), más el uso de materiales modernos como el vidrio y el hierro, podría ser ubicada también dentro del lenguaje protorracionalista. El edificio, de planta rectángulo trapezoidal de marcada longitudinalidad, se sitúa sobre el corazón de la ciudad. Se divide básicamente en tres espacios principales rectangulares destinados a, bolsa de comercio, bolsa de cereales y bolsa de valores. El primero se ubica sobre el acceso principal, es el más grande y se ve flanqueado por pequeños espacios modulares destinados a oficinas. Los otros dos se ubican sobre la parte posterior del edificio, presentando oficinas sobre solo uno de sus laterales. Dichos salones se ven unidos por una galería ubicada en la zona central del edificio, que a la vez funciona como acceso secundario. A la par de esta encontramos un gran local (separando a la sala de bolsa de comercio de las otras dos) en donde funcionan, en conjunto con otro espacio similar ubicado sobre el extremo posterior (detrás de las salas que albergan a la bolsa de cereales y comercio), la cámara de comercio, la dirección, los espacios de representaciones, las oficinas postales, etc. En el exterior, la altura de las cubiertas se da en función de la jerarquía de ubicación de los locales a los que cubren, así a la torre en la esquina del acceso, le sigue en altura el techo del local central del edificio, el cual es secundado por el de los locales de bolsa, al que sigue la cubierta de las oficinas. De esta manera el perfil de fachada del edificio se puede leer como el de una iglesia románica, conformada por una nave central flanqueada por naves secundarias. Las únicas que interrumpen esta lectura son las escaleras encerradas en cuerpos independientes, articulando la volumetría general. La característica principal de este edificio es el aplanamiento de todas las salientes al ras superficial del muro: todos los muros (de ladrillo tanto al interior como al exterior) están enrasados, es decir carentes de salientes y entrantes. Capiteles, cornisas, decoraciones, terminaciones de ventanas y pilares, ninguno sobresale del filo de la pared, dotando al edificio de un compacto muro perimetral. Esta técnica de muros lisos, que se repite en el interior, convierte a la fachada en un fiel reflejo de los espacios internos, lo que a su vez responde a la intención de hacer aún más nítida la lectura de los elementos espaciales y sus respectivas articulaciones, tan típicas de las obras románicas. Esta acción a su vez, refleja uno de los aspectos típicos del eclecticismo historicista, el sinceramiento constructivo a fin de satisfacer una exigencia moral. En el estilo románico, cuya principal tipología edificatoria era la iglesia basilical, todo era claro y preciso, tanto constructiva como espacialmente: las naves se resolvían modularmente y la relación entre la mayor y las menores era sencilla; la fachada principal no era mas que un reflejo sobre el frente, de la sección transversal del edificio; etc. Berlage recoge estas características casi al pie de la letra, asimilando lo que sería la nave central de una iglesia, al salón de la bolsa de comercio y ubicando las oficinas, en lo que serían las dos naves laterales. Este paralelismo con la basílica románica también se da hacia el interior, aunque es aquí, donde más se constata el carácter moderno de este edificio: efectivamente el edificio de la bolsa presenta en el interior de su salón principal, las pequeñas naves laterales separadas de la “nave central” por arcadas, las que llevan el mismo ritmo de dos arcadas entre una pilastra y la otra, y una sucesión de logias sobre logias asimilable a una doble tribuna. También se percibe el carácter de interior con valor de “exterior” tan típico de la basílica románica, conseguida a través de la iluminación por encima de las naves laterales. Y es a partir de aquí que la analogía empieza a descomponerse, dado que la iluminación superior ya no es conseguida a través del aventanamiento de las paredes de la nave central, por encima de las naves laterales, sino mediante la cubierta de hierro y cristal, que ilumina directamente desde el techo. Esto, en combinación con la estructura metálica, las arcadas reticulares ojivales de la cubierta, el ya mencionado tratamiento de los muros y el diferente tratamiento dimensional, son factores le otorgan a la obra un significado completamente moderno. Le dan al edificio ese tinte de modernidad, que lo convierte en un “neo” y no en la continuación fiel de un estilo pasado.