rapsodas y aedos

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LOS MENSAJEROS DE LOS DIOSES
Homero y su guía
W.A.Bouguereau, 1874
El término aedo corresponde a la palabra griega αοιδοσ (que deriva de aoidé =
“canto”) y se puede interpretar como “poeta” o “creador”. En tiempos antiguos, incluso
anteriores a la difusión de la escritura, se consideraba creador a aquel que
reelaboraba tradiciones orales gracias a la inspiración divina. Entonaba su canto al son
de la cítara.
Rapsoda (del griego rapsodós = “declamador”) era el nombre que se le daba a
quienes recitaban textos que iban hilvanando oralmente de acuerdo con las
preferencias y necesidades del público.
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Ramos, Oscar Gerardo
“…el rapsoda no crea totalmente la epopeya. Él es heredero de una estirpe
secular. Primero son los aedos y después los rapsodas. La tradición arranca
de la oda, canto popular que se trasmitía primero de aedo en aedo y después
de rapsoda en rapsodo; cada uno de estos bardos cubre una época: el aedo
está en la época en que las odas se hacen; el rapsoda, en la época en que las
odas se estructuran por confluencias. En las mismas epopeyas se muestra a los
primitivos aedos cantando en odas las leyendas de los hombres y de los dioses,
las peripecias de los héroes, las gestas del pueblo.
(…)El aedo es, pues, un funcionario, venerado por los príncipes y respetado
por el pueblo, un conocedor del bien y del mal, casi un demiurgo entre dioses y
hombres.”
Espejo Muriel, Carlos
“La recitación no sería como hoy leer un libro, sino que contaría una historia
y se detendría, mientras los oyentes libasen y bebiesen o hablasen entre sí.
Durante este descanso, recibía palabras de agradecimiento y alabanzas,
comida o la promesa de un presente, junto a la invitación a continuar (que
podía surgir de la pregunta concreta de un invitado). Si se hacía demasiado
tarde se podía continuar el día siguiente, por lo que la misma materia podía
ser tratada durante semanas. Sin embargo, apenas cesara el interés de los
oyentes por las historias del aedo, éste tenía que abandonar la casa que le
hospedaba y buscarse un nuevo asilo. Por ello, para él era muy importante
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conseguir despertar la pasión de] auditorio, y de esta forma, cuando hacía una
pausa en la recitación o la dejaba para el próximo día, no lo hacía como una
conclusión, si no al contrario, con el principio de otro episodio. Así, este arte
se concebía en vistas a una continuación más por razones prácticas que
estilísticas (en el caso de Homero concretamente, su técnica peculiar radicaría
en inquietar al auditorio después de calmarlo, volviéndolo a tranquilizar tras
haberío sacudido de nuevo…).
(…)
Como características estrictas del aedo tenemos en primer lugar, el hecho de
poseer una formidable memoria que le permitía retener un poema épico de
miles de versos, que serían cantados. En segundo lugar, las insignias de su
profesión fueron el cetro, el bastón de mando de los héroes y reyes, si bien no
tendría asumida de una forma tan clara esta significación entre los que le
rodearan, y el largo manto que lo cubría. En tercer lugar, como los profetas,
los adivinos y los médicos, ellos están inspirados, o sea, están en contacto
personal y directo con el mundo divino, por lo que todos ellos pertenecen por
sus orígenes al grupo de asistentes que desempeñan un papel indispensable en
la ejecución de los ritos que regulan las relaciones entre los hombres y los
dioses o los héroes divinizados.”
Los tres atributos más significativos del aedo son:
Recibir la inspiración divina como un don necesario para lograr
una perfecta composición.
Recordar y cantar ordenadamente el poema, de forma que
resulte verosímil.
Poseer la destreza de despertar y mantener con su canto el
interés del auditorio en las largas sesiones.
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También puedes ver…
La Ilíada
Al son de la cítara
Epopeya heroica
La oralidad
La persistencia de la memoria
Las musas
Escucha…
El canto IV de la Ilíada en griego
Para saber más…
Bauzá, Hugo Francisco –“Voces y visiones. Poesía y representación en el
mundo antiguo” (Ed. Biblos; Bs.As., 2004)
Espejo Muriel, Carlos –“El Aedo Homérico” (Florentia Iliberritana 2 ;1991:
161-170. Universidad de Granada) En
http://perso.wanadoo.es/cespejo/aedo.htm
Mejía Toro, Jorge Mario- “La artimaña del canto. El rapsoda Homero o la
parodia de la guerra” (Universidad de Antioquía; 2005) En
http://www.scielo.org.co/pdf/ef/n34/n34a05.pdf
Ramos, Oscar Gerardo- “Categorías de la epopeya” (Bogotá, 1988):14.
http://fundacionjuanbautistaplaza.com/his02.htm
http://www.oeaw.ac.at/kal/sh/index.htm
http://www.oeaw.ac.at/kal/agm/
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