dos , que no se alterará sin un golpe de viento , ó sino se en

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dos , que no se alterará sin un golpe de viento , ó sino se enciende fuego en la chimenea. Esta especie de ventilación , n o
solo es muy peligrosa para los que estén en la pieza , sino que
es parcial é incompleta; pues las corrientes de ayre frió que
vienen á reemplazar el ayre caliente que sube por el cañón
de la chimenea , nunca son mas altas que lo es la boca de la
misma , y la parte superior del ayre , que es en la que respiramos de continuo , no se renueva , y asi puede permanecer
el ayre estancado en ella por semanas enteras.
E l que sinembargo de todo esto prefiera los quartos frios,
haga lo que le a c o m o d e ; pero el ayre de los que constantemente se mantienen calientes no es estadizo ni está deteriorado ; y el que habita en una temperatura bastante a l t a , p u e de resistir mejor al frió aunque sea de una constitución d é bil. U n experimento sencillo y no peligroso manifiesta claramente que en general el calor que se toma antes prepara al
cuerpo para soportar el frió sin incomodidad ni malas consecuencias. E l que en tiempo frió se ponga al salir de su c a ma u n a camisa seca y caliente , aunque permanezca medía
hora con muy poca ropa en una pieza sin lumbre leyendo
ó escribiendo sin hacer exercicio alguno , no experimentará
frió ni incomodidad ; pero si quiere repetir esta prueba quand o tenga frió , quitándose sus vestidos y quedándose con poca r o p a , advertirá quan poco tiempo puede resistir asi el
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O t r a observación ha hecho un medico de Londres que n o
se puede explicar sino suponiendo que el calor que se toma
antes da al cuerpo humano mayor resistencia para el frior
los que después de haber habitado; mucho tiempo en el clima
caliente de la India , vuelven: á I n g l a t e r r a , no sienten tanto
el f r i ó , ni con m u c h o , en el primer año como en el segundo. Si estos viviesen e n piezas bien calientes y frecuentasen
los baños calientes , no experimentarían, este inconveniente y
podrían salir sin reparo y hacer exercíctó al ayre j lo qual no
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Lo mismo suelen advertir en Madrid los Americanos que vienen
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