Aikol. Figueras 15 de Setiembre de 1872. Núm. 5 5 . PERIÓDIGO de intereses morales y raateriales nolicias, y annncm ÓRGANO DE LA SOCIEDAD GORAL -LA ERATO.. Preciós de snsericion. I En Figueras 8 reales trimestre .—En I losdemàs puntos de Espana 10 reales. nedaceiou: SOCIEDAD CORAL «LA ERATO.» Preciós de los annnclos· Admlnistriteion: CALLE DE GER0NA,21,LIBRERIA. Los suscritoresà 8 m r s . línea.—Los no suscritores à 12 maravedises linea SE PUBLICA LOS J U E V E S Y DOMINGOS. EL HOMBRE, -^«-e'cíj'&s»»» n e los iustintos. La naluraleza física del hombre representa un grupo de instinlos, de que vamns à ocuparnos en el presenle articulo y en el siguiente; por parte de nuestros lectores, en general obreros y padres de família poco versados en estudiós de esta clase, y algunos halsa ignorantes de la significocion de la palabra insUnto. El inslinlo es una fuerza ciega qae impele à los animalesà salisfacer todas sus necesidades. El hombre, como los demàs animales, tiene inslintos tan imperiosos como los de los brutos: y en esta parte no hay diferencia alguna entre estos y el hombre. La diferencia que oxiste entre el hombre y los animales, consisle en que estos DO estan dotades de las parles moral é intelectual. Però ohora es cueslion de la parte física, y por ianlo debemos indagar qué objelo lienen los inslintos. El hombre vive; Dios quiere que viva, y la naluraleza le ofrece todas las cosas necesarias à su exis^ tencia transitòria en esle mund^. Eo la vida del hombre presiden dos leyes: la ley de conservacion y la ley de reproduccioD. I Biblioteca de Figueres Conservarse, es crecer, desarrollarse y robuslecerse. Reproducirse, es unirse con una persona de diverso sexo, y procrear. Los instinlos, pues, [abrazan la conservacion y reproduccion del hombre, lo cual constituye su vida; por lo tanlo, para vivires necesario conservarse y reproducirse, u n oi<>onj, ooio 0.1 la piiiuiiia ley de la existència deljgénero humano; esta es una ley mas sagrada que to» das las leyes escrilas; ley quo nadie puede transgredir, sea príocipe, sea papa, porque los royes y los ponlífices fio son otra cosa que los demàs hombres; son animales sujetos à las leyes de la naluraleza, iguales à los demàs boinbres, y súbditos, como los brutos, de los instinlos soberanos. Por lo tanlo la ley de conservacion y de reproduccion, hace del ho oaicidio un crímeo; De la pena de muerle, un crímen; De presenciar volunlariamento una ejecucion, un crtnien; Deia guerra, «ncrímen; De escatimar al trabajo una patte de su valor, un crímen; De vivir sin trabajar, ni haber Irabajado segun sus fuerzas, un crímen; En fin S8 comelee! oríraen de lesa» naluraleza, sierapre que los hombres directa ó indireclamenlo atacan I las leyes de conservacion y de ra- produccion en sus semejantes; ya sea por medio de leyes escrilas, por senlencias de Iribunales, por expiolacion de los Irabajadores ó por homi cidios voluntàries. Todos estos aclosylos semejantes à estos, estan reprobados por las leyes de la naluraleza, que dicen à todos los homEsla primera ley es clara, es sea oilla, no necesila inlerprelaciones como nuestras leyes escrilas; es una ley tan sagrada, que babla lan fuer le en todos los corazones, que nos llena de indignacionsiempre queia vemos hollada; porque hollàndola se ataca lo mas sagrado que tiene el hombre, el derecho à la vida. Para que esta ley fuese respelada se reunieron los hombres en Sociedad: porque es claro y evidenle, que, sin sociedad, el dèbil està à merced del fuerte, el cual disponia à su grado de la existència de aqueL Però reunidos muchosdébiles, podian conservarse mejor contra las exigencias y tiranias de los fuerles. De manera que umo de los principales motivos que han tenido los hombres para formar sociedades, ha sido la necesidad de defender su exiblencia. Aislados los débiles eraa víclimas de los fuerles; reunidos, aqueüos eraa superiores k estos. ï alíora que las condiciones de fuerza y de debilidad han cambiado, con« sistiendo en la posesion de medio