Resumen de la conferencia del Profesor Liverani

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El espejo en la habitación
Mario Liverani
El “espejo en una habitación” es una metáfora para explicar la necesidad de
recorrer de nuevo la historia de los estudios cuando se aborda cualquier tema. Entrando
en la sala, la imagen reflejada en el espejo cambia, y sólo partiendo de la recomposición
de todas las imágenes ofrecidas, de todos los ángulos posibles, se pueden reconstruir
con verdad y por completo los objetos reflejados en el espejo. Así que sólo con el
conocimiento de todas las perspectivas distintas que en el curso de los estudios se han
adoptado para investigar un problema dado, se consigue apreciar debidamente el tema
objeto de estudio en todos sus posibles implicaciones, en todos los significados que tal
asunto ha asumido en nuestra cultura
A modo de ejemplo, voy a hablar de un libro que he escrito en los últimos tres
años, y que ahora está finalmente en curso de publicación. Se titula “Imaginar
Babilonia”, y es una historia de los estudios sobre la ciudad oriental antigua
(especialmente, la ciudad mesopotámica) en los últimos dos siglos, comenzando antes
de su redescubrimiento arqueológico (que se inició en la segunda mitad del siglo XIX),
ya que incluso antes de tener un conocimiento directo y concreto de ella, los eruditos se
imaginaban cómo podrían haber sido aquellas ciudades antiguas, especialmente
Babilonia y Nínive, hechas famosas y cargadas de significado por las tradiciones
bíblicas (la maldición de la ciudad y de los reinos que habían destruido Israel) y las
tradiciones clásicas (la oposición entre democracia y despotismo, entre ética y lujuria,
etc.).
Las perspectivas y las implicaciones de un recorrido similar son tantas y tan
distintas entre ellas, y poseen tanto relieve cultural, que para escribir un libro tal con una
preparación adecuada habría que ser competente no sólo en arqueología histórica y
proto-histórica y en tantas filologías del Oriente antiguo (asiriología, sumerología e
hititología, egiptología, semitística, iranística y otras tantas), sino también en la historia
del urbanismo y la arquitectura, en la historia del arte y la iconografía, en la sociología
urbana o la antropología social, en las teorías macro-económicas del siglo XIX en
adelante, en el evolucionismo y el neo-evolucionismo, el neo-marxismo y el
neoliberalismo, en las comunidades rurales y el paisaje rural, en el despotismo y la
teocracia, en los acontecimientos políticos entre Europa y el Imperio Otomano, el
colonialismo y la descolonización, en la globalización y el localismo, en los enfoques
neo-geográficos y en las teorías de los sistemas, en la gráfica computarizada y en los
remote sensing, y en fin, quién sabe cuantas más. Yo no creo que exista una sola
persona en el mundo que responda a este perfil de conocimientos, y desde luego
tampoco es el mío. Sin embargo, si no intentamos por lo menos identificar las
principales líneas de esta historia, y profundizar algunas luego en lo posible, nunca se
podrá avanzar. Así que a riesgo de críticas y errores, yo he querido intentarlo.
Sigue una presentación (que no puede ser resumida aquí) de algunas de las líneas
básicas, especialmente de la parte primera, y con más brevedad de la continuación. Al
final se tiene la impresión de haber recorrido una especie de parábola, primero en
ascenso (en las décadas del descubrimiento, de los análisis reconstructivos, de los
modelos interpretativos), y luego en descenso (en las décadas de la crisis, de la duda
sistemática, de la de-construcción), hasta la actual coyuntura en la que la crisis ética y
económica o la prevalencia del espectáculo y la simulación virtual en los medios de
comunicación de masas (y en la cultura en general) han reducido nuestros estudios a una
cosa bien pobre.
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