Grabación y reproducción de contenidos. Magnetoscopios Introducción Si hay que elegir una tecnología que se identifique más estrechamente con la producción de programas de televisión, esa es sin duda la grabación y reproducción magnetoscópica y si hay que elegir un equipo que se asocie de forma inmediata con la televisión, ese es el magnetoscopio. La cámara comparte otros sectores (vídeo, fotos, cine) pero el magnetoscopio es intrínseco con la televisión, nació con ella y para ella, y morirá dentro de ella, eliminado por la informática y los servidores de vídeo. El magnetoscopio no fue el primer equipo de producción de televisión que se utilizó para el registro de imágenes y sonidos y su posterior reproducción, si bien los otros equipos (kinescopio para registrar y telecine para reproducir), estaban mediatizados por la tecnología cinematográfica y pronto, para seguir el camino del audio, comenzaron las investigaciones y los desarrollos tendentes a conseguir un registro de las imágenes televisivas en un soporte magnético. El magnetoscopio, máquina representativa por excelencia de la producción televisiva, ha sido el equipo que más evolución tecnológica ha sufrido a lo largo de la historia de la televisión. Desde las impresionantes máquinas Quadruplex hasta los actuales magnetoscopios, en los estertores de su desaparición, que graban formatos digitales nativos comprimidos y que pueden volcar las señales directamente a redes informáticas, se ha pasado por una gama amplísima de formatos y modelos que han configurado la propia historia de la producción en TV. Quadruplex AMPEX, aunque no fue la primera compañía que experimentó con la grabación de imágenes en soporte de cinta magnética, si fue la primera que comercializó un magnetoscopio. AMPEX ha estado ligada durante decenios a la producción de la televisión, marcando la referencia de la grabación magnetoscópica. Y, aunque RCA se reclama como la compañía que inventó en 1953 el primer «videotape recorder» que grababa longitudinalmente incluso imágenes en color, no fue hasta 1956 cuando AMPEX (Alexander Mitoff Poniatoff EXcelente, su fundador e inventor) presentó, en la feria NARTB (precursora de la NAB), el AMPEX Mark IV, primer magnetoscopio comercializable, con grabación transversal de 4 cabezas sobre cinta magnética de 2 pulgadas, denominado Quadruplex y que fue el estándar de grabación en la producción televisiva durante los siguientes 20 años. Ciertamente, la tecnología Quadruplex de grabación transversal de 4 cabezas ofrecía imágenes de gran calidad para la producción de programas de televisión, pero tenía muchas limitaciones en relación con el registro de imágenes en soporte cinematográfico. No podía congelar imágenes, inicialmente no se podían cortar las imágenes, no se podían buscar selectivamente e, incluso, en los primeros tiempos, como pasó 50 años más tarde con los primeros DVD, sólo se podían reproducir las imágenes usando el mismo juego de cabezas que las habían grabado. Y aún así duró más de 20 años. Una pulgada A fines de los 60 y principio de los 70, en EEUU, Japón y Europa, se comenzaron a desarrollar nuevos formatos sobre cinta magnética de 1 pulgada en bobina abierta, tendiendo al uso de cabezas de grabación helicoidal, no transversal. Se comercializaron tres formatos: A, B y C. El formato 1ʼʼ A, fue el primero desarrollado para cinta de una pulgada. Nació en 1965 en blanco y negro, dotándose de color en 1967. El sistema disponía de una cabeza con exploración helicoidal alfa (α). Fue muy popular como formato industrial y educacional, e incluso se vendía con sintonizadores de U y VHF para uso doméstico. El primer equipo fue el VPR1 de AMPEX. Era barato y de poco peso, pero aunque grababa excelentes imágenes no pudo competir con los Quadruplex en la producción televisiva. Los dos formatos que compitieron en la grabación analógica de 1ʼʼ en color, fueron los B y C, llamados a sustituir masivamente, hasta lograr su práctica desaparición, a las robustas máquinas Quadruplex existentes. El formato B, considerado por muchos el mejor formato de grabación en 1ʼʼ, fue una versión en 1ʼʼ del famoso IVC 9.000. Fue desarrollado en Alemania por Bosch Fernseh y toda su serie, desde el BCN 50 al 53, fue comercializada por Bosch y Thomson. El sistema de exploración, realizado por dos cabezas era helicoidal omega ( Ω ). Por su parte, el formato C, que se convirtió en el más popular de los formatos de 1ʼʼ profesionales, se desarrolló a partir del transporte del formato A de 1ʼʼ, por lo que era no segmentado, de exploración helicoidal alfa (α), pero con una cabeza y media. Durante los años siguientes, se comercializaron y desarrollaron mejoras de ambos formatos. El formato B, desarrollado en norma PAL, pudo extenderse rápidamente por Europa, desde los radiodifusores alemanes y franceses (Thomson comercializó magnetoscopios fabricados por Bosch con su propia marca) hasta España. Aunque, por su tecnología segmentada, no podía realizar movimientos lento y rápido, ni reproducir cuadros simples, con lo que presentaba menor operatividad para la postproducción que el formato C, lo cierto es que su calidad, solidez y fiabilidad justificó plenamente su extensión. El formato C se centró en el mercado americano con AMPEX y en el japonés con Sony, que posteriormente también se introdujo en el americano y en el europeo. Como el sistema de exploración era no segmentado, permitía reproducción lenta y rápida de las imágenes grabadas e incluso el uso de cuadros congelados. Dentro de los formatos de 1ʼʼ en bobina abierta, B y C, se construyeron máquinas de medio y pequeño tamaño para su uso en campo, fuera de los centros de producción. Todos los sistemas de grabación hasta ese momento manejaban señales de vídeo compuesto, bien en norma PAL o NTSC. La evolución posterior de la grabación magnetoscópica se dirigió hacia la señal en componentes analógicos (Y, R-Y, B-Y) y en formatos de cinta más estrecha y en cartucho, es decir cinta cerrada. El primer ancho fue la media pulgada, aunque hubo un intento fallido en un cuarto de pulgada. Umatic Realmente el primer magnetoscopio de cinta cerrada en cartucho, casete, utilizado por las empresas de televisión fue el histórico Umatic, desarrollado por Sony, con el primer prototipo en 1969 y comercializado a finales de 1971 por Sony, JVC y Matsushita. En sus primeras versiones este formato sobre cinta de 3/4 de pulgada, con 280 líneas de resolución, era considerado como semiprofesional, pero supuso la generalización de la grabación en vídeo, pues su bajo coste en comparación con los grabadores de 1ʼʼ y su menor tamaño, le hacían alcanzable para muchos más profesionales y compañías de vídeo y televisión. El Umatic, a pesar de su menor calidad, fue rápidamente introducido por los radiodifusores en sus servicios informativos, donde la calidad no es tan importante. Con la aparición de las versiones portátiles, con cartuchos de cinta de 20ʼ, denominadas Umatic S, se pudieron poner en marcha, muchos años antes de aparecer los camcorders, los primeros sistemas ENG (Electronics News Gathering), con cámara pequeña conectada por cable al grabador Umatic, colgado en bandolera. Fue un salto revolucionario en la captación de noticias, en comparación con el anterior sistema de rodaje de noticias con cámaras de cine de 16 mm que, aunque con película directamente reversible a positivo, necesitaban el revelado químico para obtener la bobina a colocar en el telecine y la sincronización del sonido con doble banda, si no estaba incorporado en pista paralela, junto con el posterior montaje en moviola, mientras que con el Umatic, la casete grabada en la calle se introducía en las máquinas de estudio y se procedía a montar directamente la noticia. Con el paso del tiempo, el Umatic fue mejorando en calidad. A principio de los ochenta, Sony introdujo el Umatic HB, alta banda, denominado BVU (Broadcast Video Umatic) que mejoraba la grabación de color y reducía los niveles de ruido. Finalmente, en 1986 Sony presentó el Umatic SP (Super Performance), que con 340 líneas de resolución, igual que los primeros BETACAM, fue el último formato de Umatic, ya considerado plenamente profesional, pero que sucumbió ante el Betacam de Sony y el formato MII de Panasonic, ambos con cámaras compactas con magnetoscopio incluido, camcorders-camascopios, en cinta de 1/2 pulgada, algo que nunca pudo conseguir el importante Umatic. Media pulgada La exigencia de la producción de noticias de disponer de equipos más compactos para exteriores, junto con el avance tecnológico de calidad que suponía la grabación en señales por componentes (luminancia [Y] por un lado y crominancia [Y-R, Y-B] por otro) y la necesidad de trabajar con cintas encerradas en cartuchos, tipo U-matic pero con un tamaño más pequeño, condujo a la aparición de los nuevos formatos de grabación que se apoyaron en los desarrollos ya realizados en magnetoscopios domésticos con cinta de 1/2 pulgada en cartucho cerrado, Betamax y VHS. Fueron los formatos Betacam de Sony y M de Matsushita (Panasonic) y RCA. Con ellos se terminaba la era de la grabación de la señal de vídeo analógica en cinta magnética, dando paso años después a la grabación de la señal de vídeo digital. Sony lanzó el primer formato Betacam en la feria NAB en abril de 1981. Se apoyaba en el sistema de grabación doméstico Betamax, sobre cinta de media pulgada con óxido de metal y cartucho cerrado, pero grabando en componentes analógicos, no en vídeo compuesto y con una velocidad lineal de cinta varias veces superior, alcanzando 300 líneas de resolución vertical, lo que le convertía en un formato con calidad suficiente para competir con los establecidos sistemas de una pulgada. El formato M, que tuvo muy poca incidencia comercial, y cuyo nombre viene de la forma que toma la cinta en su recorrido en el sistema de transporte del magnetoscopio, fue desarrollado por Matsushita (Panasonic) y RCA en 1982, al año siguiente de la aparición del Betacam de Sony, y se comercializó en Estados Unidos bajo el nombre de «Hawkeye», ojo de halcón y también, por Panasonic y AMPEX, con el nombre de Recam (REcording CAMera). Utilizaba la misma mecánica de videocasete que el formato doméstico VHS, con el mismo tipo de cinta de óxido de metal, y como el Betacam grababa en componentes no en vídeo compuesto y con una velocidad lineal de cinta seis veces superior, alcanzando, así mismo, 300 líneas de resolución vertical. La principal razón para su fracaso comercial fue que poco tiempo después de su lanzamiento en USA, la división de productos broadcast de RCA cesó en el negocio del sector y el marketing de Matsushita era muy débil para estos productos. La primera aplicación del Betacam fue construir un camcorder con dos piezas adosadas (docking system), una cámara de pequeño tamaño (las dos primeras fueron la BVP1 con un solo tubo Trinicon y la BVP-3 con tres tubos saticón) y un magnetoscopio BVV 1 Betacam perfectamente acoplado a la cámara sin cables entre ellos (el camcorder se denominó BVW1), con lo que nació el primer equipo integrado ENG para la grabación de exteriores, aunque debían pasar aún cinco años para que se comercializar el primer camcorder totalmente integrado, con la cámara y magnetoscopio en una única pieza. En paralelo, se desarrollaron magnetoscopios estacionarios, dentro de la serie Betacam, hasta el modelo BVW 40, que permitían la edición de las cintas grabadas en el exterior y su reproducción para trabajo en estudio y emisión. En 1986 aparecieron las versiones mejoradas de ambos formatos. Sony presentó el Betacam SP (Super Performance) y Panasonic el MII, ambos cambiaron el tipo de cinta a metal evaporado, sin óxido, obteniendo una resolución vertical de 340 líneas. El Betacam SP, además, permitía el uso de casetes de tamaño grande para 90/94 minutos de duración con lo que facilitaba su uso como magnetoscopio de trabajo en Estudios, en alternativa a los formatos B y C que se utilizaron hasta el momento. Los últimos modelos de magnetoscopios estacionarios de estudio, fundamentalmente el BVW 75, estaban dotados de «dynamic tracking», lo que aseguraba la máxima precisión en las labores de edición. Con el formato Betacam SP se construyeron camcorders integrados (el primero el BVM-200), en una sola pieza, con un peso inferior a los anteriores de cámara y grabador adosado, que pueden considerarse como los genuinos camascopios y que dominaron el mercado ENG hasta mediados de los años noventa. El monopolio del Betacam fue total. Por su parte, las máquinas MII de Panasonic, a pesar del apoyo de sus dos más importantes clientes, la NBC en USA y la NHK en Japón, no consiguieron competir ni de lejos con el Betacam de Sony, sobre todo por el servicio postventa de Panasonic que dejaba mucho que desear. Con los formatos en componentes analógicos en casetes de cinta de media pulgada, se terminó la grabación de señales vídeo analógico y comenzó la era de la grabación digital. Magnetoscopios digitales Aunque los trabajos de investigación para digitalizar las señales analógicas de vídeo y audio se desarrollaron durante décadas, no fue hasta 1986 cuando se comenzó la comercialización de magnetoscopios que grababan y reproducían señales digitales de vídeo y audio. La primera norma aprobada por el SMPTE para la grabación de vídeo digital en cinta magnética fue la denominada D1 (Digital 1), desarrollada conjuntamente por Sony y BTS (compañía formada por Philips y Bosch). Trabaja con señal de vídeo sin compresión, digitalizando las señales componentes, Y, B-Y, R-Y, en el muestro 4-2-2 de la norma CCIR 601, junto con el audio digital PCM. Utiliza una cinta de ¾ de pulgada en casete cerrada. En el momento de la aparición del formato D1, en los centros de producción de televisión se disponía en general, junto con los telecines, de magnetoscopios analógicos de una pulgada, formatos B o C, para la producción de programas y la continuidad de emisión. Es decir, la distribución dentro del centro se realizaba mediante una infraestructura de cableado y matrices para una única señal de vídeo compuesta. Por ello, la sustitución de los magnetoscopios analógicos por nuevos digitales en formato D1 presentaba, además del elevado coste de las máquinas, un problema de infraestructura en los centros, que deberían recablearse para pasar a distribuir las tres señales componentes del formato. Este hecho, que también en su momento contribuyó a que no se sustituyeran de forma global los magnetoscopios compuestos de una pulgada por magnetoscopios en componentes de media pulgada salvo para Informativos, planteaba dos posibles caminos para no triplicar el cableado: multiplexar las señales digitales componentes en una sola que se distribuyera por un único cable por el centro o, desarrollar un formato digital que actuara sobre el vídeo analógico compuesto y no en componentes. Se tomaron ambos caminos. En efecto, por un lado, rápidamente se desarrolló la norma de señal de vídeo SDI (Serial Digital Interface), según el estandar CCIR 601, que no sólo permitía que en una sola señal estuvieran las tres componentes, si no que incorporaba los canales de audio digitales asociados y, por otro AMPEX desarrolló y construyó una máquina, la ACR-225, que grababa y reproducía en señal de vídeo compuesta digitalizada, muestreándola a 4 veces la frecuencia de la subportadora de color. Así nació el formato D2, aprobado por el SMPTE en 1987, que utilizaba casetes de 3/4 de pulgada, similares a las del D1. Este formato, aunque también era sin compresión, como el D1, presentaba frente a él, la limitación de que realizaba la digitación directa de la señal compuesta, NTSC o PAL. Las máquinas de formato D2 introdujeron una facilidad operativa muy interesante, denominada «read befote write», leer antes de escribir, que permitía reproducir y grabar simultáneamente en el mismo magnetoscopio. De esta forma, con una sola máquina se podían insertar imágenes, por ejemplo rótulos, sobre el vídeo previamente grabado en la cinta y regrabar el resultado en el mismo sitio de la cinta, y esto, al ser una señal digital, se podía repetir con múltiples imágenes en múltiples capas sin pérdida de calidad. Con ello, en muchas ocasiones se hacía innecesaria la presencia de otra máquina para edición máquina a máquina y se reducía la necesidad de edición lineal. Durante estos años, las máquinas D1 y D2 se fueron introduciendo en los centros de televisión y, sobre todo, en las compañías privadas de producción y postproducción, aunque lentamente, dado su elevado coste y las modificaciones de instalación técnica que exigían. En algunos radiodifusores, el formato D2 fue utilizado para la emisión de las cadenas, en sustitución de los existentes de una pulgada analógicos y en 1989 Sony lanzó el DVR1, primer magnetoscopio portátil en formato D2. Panasonic, que había estado al margen comercial de los formatos digitales en cinta de 3/4 de pulgada, contraatacó en 1991 con la propuesta y estandarización del formato D3, que trabajaba con señal digital compuesta sobre cinta de partículas de metal, como el D2, pero en casetes con ancho de 1/2 pulgada y con una velocidad de escritura menor, con lo que ahorraba cinta –podía llegar hasta 4 horas de grabación. La mecánica se apoyaba en el transporte del las máquinas del formato MII. Realmente era difícil que lo hiciera de otra manera, ya que PANASONIC nunca trabajó con casetes de 3/4 de pulgada. Su mercado básicamente se ciñó a sus tradicionales clientes del formato MII, singularmente la NBC que lo utilizó masivamente en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. 1993 fue un año muy importante en la evolución tecnológica de la grabación magnética de vídeo. En el Simposium Internacional de Montreux, se presentaron tres nuevos formatos digitales: el DCT de AMPEX, el Betacam Digital de Sony y el D5 de Panasonic. Todos trabajan en vídeo digital en componentes, los dos primeros son formatos con compresión de imagen, usando la transformada discreta del coseno (DCT) y el último trabaja sin compresión. El AMPEX DCT (con sus máquinas estrella DCT-900d y 1700d) fue el primer magnetoscopio que utilizó compresión con pérdidas de información para reducir el flujo binario. Con casete de 3/4 de pulgada, empleaba la misma cinta y transporte que la serie VPR y el ACR-225. Fue el último magnetoscopio fabricado por AMPEX y nunca alcanzó un gran número de ventas. En España no se utilizaron. Apoyándose en su experiencia y el éxito de su formato analógico en componentes Betacam SP, Sony lanzó también en 1993 el formato Betacam Digital, al que tampoco se le asignó una numeración D. Probablemente es el formato más logrado en la historia de la grabación magnética de vídeo. Tiene una gran calidad. Mediante la tecnología DCT utiliza una compresión intracampo 2:1 del vídeo en componentes con muestreo 4-2-2 en 10 bits, con una mejora importante del ancho de banda sin reducción apreciable de la resolución frente a los formatos no comprimidos y a un precio más económico. Consigue un flujo binario de 90 Mb/s e incorpora 4 pistas de audio digital sin compresión PCM a 48 KHz y una quinta pista de cue, además de la de código de tiempo. Trabaja sobre casete de 1/2 pulgada, llegando a disponer de hasta 124 minutos de grabación sobre cinta tamaño L. El camcorder Betacam Digital, con cintas de hasta 40 minutos de grabación, ha sido la máquina portátil de mayor calidad del mercado de definición estándar, referente de los mejores documentales, series de televisión e incluso se ha utilizado en rodaje cinematográfico. En la actualidad es el estándar de emisión de los radiodifusores que aún emiten sus programas desde cinta de vídeo. Panasonic entró en batalla comercial de la grabación digital en media pulgada con el formato D5. No desarrolló ningún formato que utilizara compresión DCT y prefirió comercializar un formato digital en componentes sin compresión, como el D1, que se apoyara en toda la mecánica y casetes de su máquina en compuesto digital D3 y supusiera un plus de calidad frente a la compresión del Betacam digital. El formato D5, aunque técnicamente de mejor calidad que el Betacam digital, no pudo competir con él. La diferencia de ancho de banda, que exigía una longitud doble de cinta que el formato de Sony y el mayor coste de las máquinas, no compensaba la teórica mayor calidad del D5. Su comercialización fue tremendamente inferior a la del Betacam digital. Mientras tanto, en 1995 apareció otra compañía en liza, la japonesa JVC (Japan Victor Company), con un formato de magnífica calidad: el Digital-S, normalizado como D9. Hasta ese momento, JVC se había especializado en las gamas doméstica e industrial de magnetoscopios, con el formato VHS, llegando a desarrollar una versión mejorada de éste, el S-VHS, que tenía mayor calidad y que incluso fue utilizado como formato de trabajo, por su magnífica relación calidad/precio, por muchas televisiones locales. A partir de su mecánica y formato de casete de ½ pulgada, JVC desarrolló el DIGITAL-S, retrocompatible con el S-VHS, utilizando una compresión intracuadro 2:1 del vídeo en componentes con muestreo 4-2-2 en 8 bits. De calidad algo inferior al Betacam Digital, el D9 era mucho más económico, pero no logró arrebatarle una cuota de mercado apreciable en el sector broadcast. Tuvo una comercialización interesante en el mercado de los televisiones locales que previamente disponían del formato S-VHS y que migraban a digital, pues, además de la buena relación calidad/precio, la compatibilidad con las cintas S-VHS, les permitían utilizar su archivo sin necesidad de conversión o duplicidad de formatos digitales. Disponía, igualmente de camcorders con cámara y magnetoscopio integrados en una única pieza. Con la aparición de las dos normas de compresión para imágenes fijas y en movimiento, JPEG Y MPEG, nacieron nuevas líneas de magnetoscopios con grabación magnética sobre cintas. Con técnicas matemáticas de eliminación y reducción de la redundancia espacial y su aplicación cuadro a cuadro, en el caso de los trabajos del Joint Photograph Expert Group (JPEG y M-JPEG. M de Motion) y de la redundancia espacial y temporal, en el caso de los trabajos del Motion Picture Expert Group (MPEG), se logró engañar sin problemas al ojo humano, de forma que con niveles de compresión elevados, las imágenes reproducidas reflejaban subjetivamente muy bien la realidad. Con estas nuevas técnicas de compresión se organizó el desarrollo, fabricación y comercialización de magnetoscopios con grabación sobre cinta magnética. Los protagonistas iniciales fueron Sony y Panasonic. Formatos comprimidos A partir de 1995/96, varios nuevos formatos compitieron en el mercado de la grabación de vídeo para producción televisiva con desigual fortuna. Sony, con el rebufo del éxito del Betacam digital, consideró que sería bueno presentar un formato de parecidas características mecánicas (casete de cinta de ½ pulgada) pero que, aprovechando la aparición de la compresión MPEG, consiguiera una calidad sólo algo inferior y a un precio bastante más económico. Así presentó el Betacam SX, inicialmente dirigido al uso en periodismo electrónico ENG. Tiene una compresión 10:1, con un formato MPEG-2 4:2:2P@ML (Profile Main Level) y es compatible con las cintas Betacam SP. Ha sido y es un formato de buena calidad en el que SONY, además, incorporó novedades tecnológicas como el uso de camcordes híbridos que permitían grabar tanto en cinta de vídeo SX, como en disco duro; la posibilidad de volcar los contenidos grabados a una velocidad superior al tiempo real y la facilidad de hacer marcas en la cinta mientras se estaba grabando (good shots marks) para la fácil localización de planos en el momento de la edición. Ciertamente, el SX es el único formato con compresión MPEG que utiliza compresión temporal, grabando pares de imágenes IB IB IB (Intracoding y Bidireccional coding), en vez de solo I I I …, como todos los demás formatos con MPEG, con lo que lograba una alta calidad de imágenes a bajo flujo binario, 18 Mb/s en este caso. Pero Sony cometió un error. Se equivocó en el tamaño de la cinta. Quizá pensó que el mercado broadcast no iba a «rebajarse» a trabajar con formatos de grabación sobre cinta de ¼ de pulgada, como ocurría con el incipiente mercado doméstico en el formato miniDV. Por ello, se centró en el Betacam SX, con cinta 8 veces más grande que el formato DV, en el que también se volcó pero para el mercado doméstico e incluso, para las pequeñas televisiones que no disponían del presupuesto suficiente para adquirir formatos digitales en cintas de media pulgada, comercializó el formato DVCam, una variante del formato DV en el que se aumentó el grueso de cinta a 15µ y la velocidad de la cinta en un 50%, con lo que se conseguía más calidad. Otro problema añadido era que las máquinas con DVCam, de origen doméstico, eran muy frágiles para el trabajo de calle. Rápidamente, Panasonic le hizo ver su craso error. Sin servidumbres del pasado, ya que sus formatos D3 y D5 no habían tenido una importante comercialización, Panasonic tiró por la calle de en medio y desarrolló un formato, el DVCPro, totalmente incompatible con los anteriores, que llevó a Sony a un discreto segundo lugar, por primera vez, en el mercado de la producción y televisión broadcast. El formato DV es técnicamente más sencillo que el MPEG. Al trabajar con MJPEG y comprimir sólo en el espacio, dentro de cada cuadro, es perfectamente válido para trabajar en edición, ya que el corte de cuadros es limpio. En cambio, el MPEG al utilizar compresión temporal, además de la espacial, sobre todo cuando trabaja con largos GOP (Group Of Pixels), no puede ser utilizado nativamente para edición, ya que la información comprimida se encuentra en varios cuadros y al cortarlos en edición, se rompe la imagen. Sólo aquellos sistemas MPEG que utilizan la compresión «I frame only», donde como hemos dicho antes «I» es la codificación Intracuadro, pueden ser objeto de edición. En puridad, no hay mucha diferencia entre un formato DV (MJPEG) y un MPEG I frame only, a fin de cuentas ambos realizan sólo compresión espacial intracuadro. En aquellos casos en el que el formato MPEG utilizado usa codificación entre varios cuadros, como es el caso del Betacam SX, no se puede editar nativamente con él y es necesario codificar los ficheros MPEG en una señal de vídeo SDI para poder editarlos. Es otra dificultad del Betacam SX, que para volcar el vídeo en un sistema de almacenamiento externo para edición no lineal, es preciso contar con tarjetas de vídeo SDI para entrada al sistema. El formato original DV, introducido en 1995 con destino al mercado doméstico, tiene un muestreo 4:2:0 con profundidad de color a 8 bits, compresión 5:1 y flujo binario a 25 Mb/s, sobre casete de cinta de 1/4 pulgada, en un tamaño para cámara denominado miniDV por su pequeñez hasta el momento. El grueso de la cinta es 10µ. Panasonic, a partir del formato DV, desarrolló un formato profesional para el sector del broadcast y concentró todos los esfuerzos en su comercialización, compitiendo con ventaja con los formatos de Sony Betacam SX y DVCam. Estableció dos formatos, el DVCPro 25 y el DVCPro 50. Ambos conservan del DV la cinta de ¼ de pulgada en casete de dos tamaños para diferente duración de grabación, pero con grueso de cinta de 18µ y diferente emulsión magnética —partículas de metal en vez de metal evaporado. La compresión es igualmente MJPEG, pero las frecuencias de muestreo y el flujo binario son sensiblemente superiores: 4:1:1 y 25 Mbps en el caso del DVCPro 25 y 4:2:2 y 50 Mb/s, en el de DVCPro 50. Con respecto a la relación de compresión, el DVCPro 25 conserva el 5:1 del DV, pero el DVCPro 50 la rebaja a 3,3:1. Además, los magnetoscopios y camcorders DVCPro se vendían en versiones de 25 Mb/s, más baratos y de 50 Mb/s que son conmutables a 25 Mb/s. En la lucha comercial dentro del sector broadcast, el DVCPro de Panasonic se fue imponiendo rápidamente a sus competidores Sony con el Betacam SX y JVC con el D9. El DVCPro 50 es de mayor calidad que el Betacam SX, y aunque no es mejor que el D9 de JVC, la escasa implantación de esta compañía en el sector no le hizo ninguna sombra. Para aplicaciones ENG, el DVCPro 25 es de menor calidad que el Betacam SX, pero tenía tres importantes ventajas para que finalmente se convirtiera en el estándar de camcorder por excelencia: una cinta de tamaño 8 veces menor que permitía camascopios más compactos y una menor ocupación de espacio en archivo, el volcado de los contenidos grabados en formato DV directamente a través del estándar «fire wire» IEEE 1394, desde cámara o magnetoscopio estacionario a los servidores de almacenamiento compartido para su rápida edición, sin tener que recurrir a conversiones de señal, y finalmente un precio sensiblemente menor. Sony intentó reaccionar para competir en esas características y presentó una versión mejorada del DVCam, llamado DVCam DSR, pero no consiguió mucho. La puntilla al uso profesional en broadcast del DVCam se la dio en 1998 la «task force» creada por EBU/SMPTE para estudiar la idoneidad de los formatos, en la que se concluyó que eran válidos para aplicaciones en producción y postproducción, los formatos MPEG 4:2:2 hasta 50 Mb/s y DV 4:2:2 y 4:1:1 de 25 y 50 Mb/s, mientras que los formatos DV25 y MPEG-2 con muestreo 4:2:0 (como es el DVCam en PAL) debían reducirse a aplicaciones especiales, es decir, no profesionales broadcast. Sony había perdido la batalla definitivamente y el DVCPro se generalizó por todo el mundo, igual que había pasado 10 años antes con el Betacam SP de Sony. Sólo un limitado número de radiodifusores, en general canales públicos con importantes presupuestos, optaron por Betacam SX para aplicaciones ENG. En España este formato se implantó en TVE, Telemadrid y Canal 9 valenciano. El resto se inclinó por DVCPro. Sin considerar los formatos para grabación de señales en alta definición, parece que está prácticamente terminado el camino de los formatos de compresión para la producción en televisión de definición estándar, salvo una iniciativa de Sony, con la versión IMX del formato MPEG. En efecto, en el año 2000 Sony presenta IMX, una nueva serie de camcorders y magnetoscopios, para competir en calidad y no tanto en precio con la serie DVCPro de Panasonic. Está basada, como los anteriores, en compresión MPEG-2 4:2:2 P@ML intercuadro, pero con relaciones de compresión y flujos binario más altos que el Betacam SX, y se comercializa en tres versiones: 30 Mb/s (6:1), 40 Mb/s (4:1) y 50 Mb/s (3,3:1), con lo que podía competir con las versiones 25 y 50 Mb/s del DVCPro. Era compatible con todos los formatos anteriores, con 8 canales de audio, y un magnetoscopio IMX puede reproducir todas la cintas Betacam anteriores (normal, SP, DIGITAL y SX). Además, conserva la función «good shot mark» del SX y añade dos importantes tecnologías: el SDTI (Serial Digital Transport Interface) que permite por un solo cable coaxial llevar conjuntamente vídeo, audio, TC y control remoto, y el e-VTR que, con una tarjeta 1.000 baseT, puede transferir el fichero MPEG a una red ethernet. Las máquinas seguían con el importante hándicap de usar casetes de ½ pulgada, que les impedía situarse en un mercado en el que el DVCPro había hecho natural el uso de cintas de ¼. Con los formatos anteriores, se ha terminado la fabricación de magnetoscopios con cinta de vídeo para la producción en la televisión de definición estándar. A la espera de la alta definición, se siguen utilizando los formatos MPEG y DV, pero ya no se hacen nuevos desarrollos y se está parando la fabricación de camcorders y magnetoscopios estacionarios basados en cinta magnética, salvo en el mercado doméstico en el que la cinta miniDV sigue siendo la protagonista, pero con la paulatina aparición de cámaras sin cinta y con grabación en memoria flash removible. Nuevos soportes Los nuevos soportes que han aparecido y están sustituyendo poco a poco a la cinta de vídeo en el sector profesional broadcast son el disco óptico profesional, la memoria flash de estado sólido y el disco duro removible. Estos soportes están ideados para su uso en edición no lineal con servidores informáticos, en alternativa a la edición lineal existente hasta ese momento que se apoyaba en magnetoscopios de cinta de vídeo y trabajo máquina a máquina. Los contenidos grabados en los camcorders directamente en los formatos comprimidos y en forma de ficheros informáticos se vuelcan por conexiones USB, Fire Wire o Ethernet a los servidores de almacenamiento, con lo que se hace innecesaria en este proceso la señal tradicional de vídeo digital SDI. En 2003, Sony introdujo el sistema XDCam, inicialmente con grabación y reproducción sobre disco óptico profesional de los formatos DVCam y MPEG-2 IMX, además de los metadatos del contenedor MXF y una copia en baja resolución MPEG-4 como proxy. El sistema incluye un camcorder, es decir cámara y unidad de lectura/escritura en una sola pieza y lectores/grabadores estacionarios de discos para su volcado a servidores externos vía USB, IEEE 1.394 o ethernet, así como unidades portátiles para edición en campo. El «profesional disc» de Sony es una variante del disco blu-ray y almacena en una sola cara 23,3 GB de datos, y a finales de 2007 ha prometido 50 GB en discos de doble capa para su uso en aplicaciones de alta definición. Las compresiones de trabajo son 30, 40 ó 50 Mb/s para MPEG-2 IMX, 25 Mb/s para DVCam y 1,5 Mb/s para el Proxy de baja resolución MPEG 4. El XDCam ha tenido una buena aceptación, sobre todo por los tradicionales usuarios de productos Sony y se reparte el mercado con ventaja sobre la propuesta tecnológica de Panasonic. En una línea completamente alternativa e incompatible, Panasonic, en la misma época, desarrolló y comenzó la comercialización de un nuevo sistema de grabación de sus formatos DVCPro, sobre tarjetas de memoria flash removibles, organizadas en cuatro unidades en estructura PCMCIA, a través de la que se graba y se vuelcan los contenidos. Comenzó con tarjetas de 1 GB que se insertaban en la cámara en 5 ranuras de 4 tarjetas tipos PCMCIA, en total 20GB de capacidad, lo que permite la grabación de 80 minutos en compresión DCVPro 25. En la actualidad, cuentan con memorias flash de hasta 16 GB, con lo que se consiguen en total 320 GB disponibles en cabeza de cámara, excesivos para definición estándar, pero muy convenientes si se trabaja en cámaras de alta definición. El equipamiento desarrollado incluye camcorders, que inicialmente compartían sistema de grabación con el de cinta de vídeo en la misma máquina, grabadores/reproductores estacionarios de estudio y lectores ligeros para volcado sobre servidores. El elevado precio de las tarjetas de memoria y la posibilidad de pérdida del soporte, debido a su pequeño tamaño, han sido las principales objeciones que ha puesto el mercado. Una tercera alternativa para la grabación en fichero informático directamente en cabeza de cámara es la desarrollada por la compañía japonesa Ikegami, tradicionalmente la mayor especialista mundial en cámaras de vídeo, en el que ha colaborado, en la estructura de ficheros y flujo de trabajo, la compañía americana AVID, tradicionalmente mayor especialista mundial en edición de vídeo. El sistema se denomina EDITCam y consiste en la incorporación de un disco duro removible, cuya unidad de lectura/escritura está formando parte de la misma pieza de la cámara. Este disco, una vez grabado se retira de la cámara y se reproduce en una unidad de lectura, volcándose por USB en un servidor de almacenamiento. Tiene a su favor dos hechos: el bajo coste de los discos y la unidad de lectura y su completa integración con los servidores de AVID, muy extendidos, que permiten grabar en cabeza de cámara con la misma estructura de proyectos, bines y clips que trabaja AVID, con lo que se reduce el tiempo de edición sensiblemente. También Thomson-Grass Valley han desarrollado el sistema Infinity, que pretende, a un magnífico precio, reunir los sistemas de grabación que han elegido Panasonic e Ikegami, la memoria flash y el disco duro removible, en un camcorder que acepta resoluciones de definición estándar y alta definición. Utiliza, como hemos comentado, un nuevo algoritmo de compresión, el JPEG2000, desarrollado en 2001 con destino a la compresión de imágenes para cámaras fotográficas. Aunque en ese mercado no ha tenido expansión, Thomson-Grass Valley han decido utilizarlo para formatos de vídeo. Con dos unidades de lectura/escritura diferentes en cabeza de cámara, los soportes de registro en diferentes compresiones son: un disco duro removible de 35 GB (próximamente 70 GB), denominado «rev pro» y fabricado por Iomega, y una memoria Prograde CompactFlash de capacidad hasta 8 GB. Además del camcorder, el sistema Infinity incluye un grabador/reproductor estacionario y un drive externo para la lectura del disco «rev pro». Sony, que se ha quedado sola en la tecnología de disco óptico para camcorders, ha querido entrar en la de memoria flash, y ha presentado un nuevo formato, el XDCam EX, con pequeños camascopios desarrollados para alta definición, que graba sobre tarjetas de memoria SxS, nuevas tarjetas que cumplen con el nuevo estándar de la industria ExpressCard, que va a sustituir al de PCMCIA y que permite una tasa de transferencia mucho mayor. El XDCam EX permite dos tarjetas de 32 GB. En este contexto, con equipos basados en tecnologías de estado sólido y discos ópticos con láser azul, se mueve la grabación de vídeo en el sector de la producción televisiva de programas y así será en los próximos años, con la progresiva aparición de equipamiento que permita la conmutación de trabajo entre definición estándar y alta definición, o simplemente ya serán sólo de alta definición, que después en los centros se convertirán a estándar si se necesitan emitir así. Alta definición Para la producción de programas en alta definición, conviene recordar el formato D6, desarrollado por BTS y Toshiba a finales de los 90 y que, con un desorbitado coste de máquina y casete de ¾ de pulgada, era capaz de grabar digitalmente, con un sistema de ¡34! cabezas, señal de vídeo de alta definición sin comprimir, a un flujo binario de 1,8 Gb/s. Obviamente no tuvo éxito comercial, a pesar de ser el magnetoscopio de mayor calidad en la grabación de señales de alta definición. 300.000 dólares por máquina y 25.000 por cinta lo explican perfectamente. En la actualidad, el uso específico de grabadores en alta definición para la producción de programas de televisión aún es muy incipiente y ocupa un muy pequeño porcentaje de las producciones televisivas, aunque va creciendo con buen ritmo. No obstante y también por ello, prácticamente todas las compañías ya han presentado productos migrados hacia la alta definición. Sony tiene los formatos XDCam HD, HDCam y HDCam SR, Panasonic los DVCPro 100 HD y D5 HD, Ikegami el EDITCam HD que graba en formato nativo DNxHD de AVID y Thomson-Grass Valley su Infinity multiresolución. Existen otros fabricantes pero no tienen especial relevancia en el mercado. Finalmente en este apartado, hay que señalar un hecho singular. Por primera vez Sony y Panasonic se han puesto de acuerdo en lanzar grabadores en el mismo formato, el nuevo formato de grabación en alta definición AVCHD (Advanced Video Codec High Definition), que utiliza la compresión MPEG-4 AVC (H.264). Nunca es tarde para colaborar.