Jamestown: La Primera Colonia Inglesa (HA)

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Jamestown: La Primera Colonia Inglesa (HA)
Los viajes de Colón inspiraron a Juan Caboto, un italiano residente en Inglaterra, a buscar su propia ruta occidental a
Asia. En 1497 Caboto, quien se había mudado a Inglaterra de Venecia, navegó hacia al oeste a través del
Atlántico. Desembarcó en Terranova, una isla frente a la costa de Canadá. Un compatriota veneciano residente en
Londres escribió acerca del breve desembarco de Caboto:
Bordeó la costa a lo largo de trescientas leguas y desembarcó; no vio seres humanos, pero le ha traído hasta aquí al Rey
ciertas trampas que se habían puesto para atrapar caza y una aguja para tejer redes; también encontró unos árboles
cortados, por los cuales juzgó que había habitantes, y volvió a su barco, alarmado... El descubridor... plantó en esta tierra
recién descubierta una gran cruz, con una bandera de Inglaterra y otra de San Marcos [el santo patrono de Venecia] por
su calidad de veneciano.
Como Colón, Caboto creyó equivocadamente que había desembarcado en Asia. Después, sin embargo,
Inglaterra reclamaría toda Norteamérica por la bandera plantada por Caboto en 1497.
La Colonia Perdida de Roanoke Casi un siglo después, un noble inglés llamado Sir Walter Raleigh intentó fundar
una colonia en la Isla de Roanoke frente a la costa del actual estado de Carolina del Norte. Los indios que
habitaban la isla acogieron a los colonos y les regalaron trampas para peces. Sin embargo, a los recién llegados les
interesaba más buscar oro que pescar. Cuando sus provisiones escasearon, regresaron a Inglaterra.
En 1587 Raleigh envió un segundo grupo de colonos a Roanoke. Por desgracia, llegaron cuando la estación estaba
demasiado adelantada para la siembra. Su líder, John White, navegó de regreso a Inglaterra por más provisiones.
Mientras White estaba en Inglaterra, sin embargo, estalló un enfrentamiento entre Inglaterra y España. Como
consecuencia, su regreso a Roanoke se retrasó tres años.
Cuando White finalmente llegó a la isla, los colonos habían desaparecido. Tallada en la jamba de una puerta
estaba la palabra CROATOAN. Hasta el día de hoy, tanto el significado de esta palabra como la suerte de la colonia
perdida de Roanoke siguen siendo un misterio.
Colonizando Jamestown Pasaron 20 años antes de que se estableciera una colonia inglesa permanente en
América. En 1607 un grupo de comerciantes formaron la Compañía de Londres para establecer una colonia
rentable en Virginia. La compañía metió a 144 colonos en tres barcos diminutos y los envió a través del Atlántico. Los
colonos iban a enviar de regreso bienes valiosos como pieles y madera.
Al llegar a Virginia los colonos se establecieron en una península pantanosa que creían poder defender fácilmente contra
los indios americanos o los barcos españoles. Llamaron a su pueblo Jamestown en honor al rey James I. Lo que los
colonos no sabían era que el lugar que escogieron para colonizar pronto estaría infestado de mosquitos portadores de
enfermedades. Además lo rodeaba un grupo grande y poderoso de indios americanos.
Para colmo de males, los colonos de Jamestown eran una mezcla de caballeros y artesanos. Ninguno de ellos sabía
mucho de labranza. Tampoco estaban dispuestos a trabajar muy duro en ello. Creían que estaban en Virginia para
buscar oro y no para cubrir sus propias necesidades.
A medida que desaparecían los alimentos que habían traído consigo de Inglaterra, empezaron a comerciar con los
indios, trocando cuentas de vidrio y hachas de hierro por maíz y carne. Pero el trueque no era fácil. Muchos indios
decidieron que preferirían matar a los ingleses—o simplemente dejar que se murieran de hambre—a hacer trueques. La
hambruna y las enfermedades se hicieron sentir muy pronto. Cada pocos días se llevaba otro cadáver al cementerio.
John Smith era uno de los miembros de la expedición de Jamestown. Un líder nato, Smith asumió el control de
Jamestown en 1608. “Si alguno no quiere trabajar,” anunció Smith, “tampoco coma”. Como los hombres tenían hambre,
se pusieron a trabajar.
Smith escribió un informe sobre cómo conoció a una muchacha india cuya ayuda salvó a la colonia del hambre.
Mientras andaba en busca de alimentos, Smith fue capturado por los indios y llevado a una casa comunal llena de humo.
Vio a Powhatan, el poderoso jefe de los indios, sentado en un extremo. Los indios saludaron a Smith con un grito fuerte y
un gran festín. Pero al terminar la comida el clima cambió. Smith estaba a punto de morir a palos cuando una jovencita
salió de las sombras de un salto. “Me tomó la cabeza entre sus brazos y apoyó la suya sobre la mía para salvarme de la
muerte”, escribió Smith más tarde.
La que salvó a Smith fue Pocahontas, la hija predilecta del jefe Powhatan. Los historiadores discrepan sobre los
detalles del primer encuentro de Smith y Pocahontas. Sí están de acuerdo, sin embargo, en que Pocahontas
ayudó a Smith a salvar a Jamestown aportando alimentos y manteniendo la paz con su pueblo. “Ella, después de
Dios”, escribió Smith, “fue... el instrumento que protegió esta colonia de la muerte, la hambruna y la confusión total”.
La Época de Hambruna Sin embargo, los problemas de Jamestown no se habían resuelto ni mucho menos. En el otoño
de 1609, después de ser herido en una explosión de pólvora, Smith regresó a Inglaterra. El invierno siguiente fue el
peor hasta ese momento—tan difícil que llegó a conocerse como la “Época de Hambruna”.
Sin los ánimos de Smith y Pocahontas, los indios se negaron a comerciar con los colonos. Los ingleses comieron perros,
ratas y hasta cadáveres humanos para sobrevivir. Para la primavera, sólo quedaban con vida 60 de las 500 personas
que Smith había dejado en el otoño.
Cuando llegaron barcos con provisiones la siguiente primavera, se les ordenó a los sobrevivientes que abandonaran la
colonia. Luego tres barcos ingleses más trajeron alimentos, 150 nuevos colonos y 100 soldados. Jamestown se salvó de
nuevo.
Jamestown Sobrevive Incluso con más colonos, los habitantes de Jamestown vivían en constante peligro de
ataques de indios. Para poner fin a esa amenaza, los ingleses secuestraron a Pocahontas y la retuvieron como rehén.
Durante un año Pocahontas estuvo presa—aunque fue una presa curiosa y dispuesta a cooperar. Durante ese período
aprendió inglés, adoptó la fe cristiana e hizo nuevos amigos.
Entre esos nuevos amigos se contaba un viudo llamado John Rolfe. Rolfe ya había ayudado a sobrevivir a la colonia al
descubrir un cultivo que se podía sembrar en Virginia y vender en Inglaterra a buen precio—el tabaco. Los colonos,
felices, se volvieron locos con el tabaco, sembrando el cultivo por todas partes, hasta en las calles de Jamestown.
Ahora Rolfe ayudó de nuevo al proponer matrimonio a Pocahontas. Tanto el gobernador de Jamestown como el jefe
Powhatan dieron su consentimiento para que se realizara esta unión poco usual. Quizá creyeron que el enlace ayudaría
a poner fin al conflicto entre sus pueblos.
En efecto, la unión de Pocahontas y John Rolfe llevó la paz a Jamestown. En 1616 Rolfe escribió, “Cada año
nuestra gente siembra y cosecha tranquilamente, y viaja por el bosque... tan libremente y exenta de peligro... como en
Inglaterra”.
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