CASO EXAMEN DE GRADO DE PSICOLOGÍA UDLA

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CASO EXAMEN DE GRADO DE PSICOLOGÍA UDLA
Autores: Leonel Núñez, Olegario Hernández, Marcelo Fagalde
Contenido
1.
1.1
1.2
1.3
1.4
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
Diario de vida de Roberto........................................................................................................... 2
Agosto, 2010 .......................................................................................................................... 2
Agosto, 2009 .......................................................................................................................... 2
Septiembre 2007 .................................................................................................................... 3
Marzo, 2000 ........................................................................................................................... 4
Roberto: En su último trabajo, Octubre 2007. ........................................................................... 4
Respuestas Test Z, aplicado a Roberto en contexto laboral grupal ........................................... 5
Familia Ramírez Gaete ................................................................................................................ 6
Julio y Pilar .................................................................................................................................. 9
Informe Escolar de Personalidad de 3º Medio de César Ramírez ........................................... 11
Genograma familia Ramírez Gaete .......................................................................................... 13
Cristina, Roberto y Hernán ....................................................................................................... 13
Resultados de evaluación de Hernán ....................................................................................... 15
Escuela “Los Romeros De Cerrillos” ..................................................................................... 16
Familia Ulloa García ............................................................................................................. 20
Resultados SIMCE 2009 Colegio Los Romeros ..................................................................... 21
Mail de Sofía ........................................................................................................................ 21
Departamento de Soltero de Julio y su trabajo en la oficina ............................................... 22
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1. Diario de vida de Roberto
1.1
Agosto, 2010
Hace tiempo que no escribo en el diario. Me da un poco de temor leer las
páginas anteriores. Bueno, pero es normal, según he aprendido todo este tiempo. Lo
único bueno de todo esto, me digo a mí mismo, es que ahora no tengo tiempo para
escribir, dadas las exigencias laborales. El tratamiento no es barato, pero sirve, claro
está. Toma tiempo recuperarse, dicen, pero en mi fuero interno sé que parte de esta
mejora es natural y se dio sin esfuerzo. Me tengo que ir acostumbrando.
1.2
Agosto, 2009
Ya es de día… parece que hoy dormí mejor… si sólo se callasen y me dejaran
tranquilo, tal vez descansaría mas.
(…)
Se me fue todo el día y no alcancé a escribir más sino hasta ahora, que ya es de
noche…. Fue un día raro. Amanecí con ganas de hacerlo todo. Me sentía con fuerza
como para comerme el mundo, pero pasaron las horas y nuevamente he llegado a este
momento, en que, entrada la noche, no doy más en mi cuerpo ni en mi alma.
Anoche vi Titanic otra vez. Y luego estuve riéndome al recordar los días de
Cartagena… Fueron una verdadera locura esas vacaciones de septiembre… ¿Cuántos
años han pasado ya? ¿7, 8, 10? No recuerdo cómo pasó todo. Una semana empecé en
una fiesta en Santiago y terminé un par de noches después en Cartagena, sin plata, en
la playa, botado como un estropajo, con ganas de morirme en el mar. Llegué, dicen,
cual Rey del Mundo. A lo Leonardo Di Caprio, como me pusieron. Todavía me
encuentro con gente que no había visto nunca, que me llama “el Di Caprio”. Me
acuerdo de una flaca que conocí años después en la playa que me dijo que se acordaba
de mí. Hoy incluso me cuesta hasta recordar su cara. ¿Cómo se llamaba? La cosa es
que la flaca me dijo que me había vuelto famoso. Que era como un mito. El Di Caprio.
Corriendo en pelotas por la playa, subiéndome a las rocas, cantando rancheras a la
gente en el pase. ¡Cuándo me he sabido yo una ranchera en mi vida! No puede ser,
pero parece que fue.
(…)
He estado pensando en el cumpleaños de mañana. Ya estoy llegando a los 30 y
aún no he hecho nada con mi vida. Tal vez, mi Mamá haya tenido razón cada vez que
me insistía con lo mismo de siempre: que cuándo voy a sentar cabeza, que si acaso no
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he pensado que la vida se va rápido, que cuándo voy a tener un trabajo estable, que
cuándo me voy a casar, que quiere nietos y bla, bla, bla…
Me dio sueño. Di Caprio se va a la cama.
1.3
Septiembre 2007
¡No es posible que siga igual! Me doy lata a mí mismo. Tengo la impresión que,
por enésima vez, me fue mal en la entrevista. Parece que tendré que contratar a un
psicólogo para que me entrene con esta ----------------, en vez de tanta terapia ---------------------. La verdad es que ninguno de los que he conocido me ha resuelto nada. Y qué
decir de lso psiqutraias. Seguramente, estaban más interesados en la plata de
monedas y billetes, y en alargar muuucho más las terapias que en ayudarme. A lo
mejor me daba cuenta de ellos y por eso iba tan poco. Es divertido, pero hoy no me
acuerdo ni cómo se llamaban estos ------------------------------. Ojalé que los --------------------- a los -----------------------------. Igual es una mala surete. Es como depndder de algo
que no se enteinde. ¿Qué ----------- se pudee deicr de una ---------de mncha en un
cartón? Ah, le dije le conté le manifesté le conversé al psicólogo todo lo anterior. Es
una lata, es como si estuiviera en una película: mi pasaod me codnena. Es
absolutamente majestuoso contestarle este tets a vuestra señoría. Un prmoeido de
menos de dos años por pega no es bueno, lo sé, pero ¡no es mi culpa ------------------------! Yo quiero seugir, pero me enefrmo, me flatan furezas…
Yo creo que en la enrtevsita me fue bien, pero el otro me ------------- hace miles
de preguntas, iguales, con puros cabmios peqñueos, ¡para que uno se connfuda!, que
“si piso la ryaa del suleo al caminar”, “que si me creo un mesías” que si soy -------, no
quiro pesnar màs!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Y un gran ETECERA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Seguro que
voy a contestar que si AL ----------------… Jaja, están locos estos psicólogos…
Jajajajajajajajaja Sí, están locos, pero me dejan igual sin pega los ------------------------.
Me tengo que ir a orta patre de una vez por tdoas. -------------------------------.
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1.4
Marzo, 2000
¡Que lata! Otra vez a comenzar la U. Y para peor todos juran que voy bien… No sé
cómo contarles, ni cuándo. Seguro que esta es mi última oportunidad… Tengo
confianza de que esta vez sí lo lograré. Me he mentalizado y estoy seguro que lo
lograré. Por último que sirva para demostrárselo a todos, para que se den cuenta de
que puedo, de que soy capaz, para que no sigan pensando que soy un flojo. Es verdad
que a veces no me dan ganas o me aburro, pero siempre he sacado adelante las cosas
y he tenido buenos resultados, salvo ahora… Quisiera al menos tener tranquilidad para
poder contarle esto a alguien sin sentirme “humillado”, pero ¿quién acepta a un “no
perfecto” como yo? Es una soledad rara. Soy amigo de todos, pero es como si nadie
confiara en mí. Me dan ganas de llorar cuando escribo esto.
2. Roberto: En su último trabajo, Octubre 2007.
-
Esteban: No es posible que esto siga ocurriendo. Disculpa, pero creo que ya
hemos conversado demasiadas veces respecto de esta situación y aún
seguimos en lo mismo. Los horarios se fijan por algo y tú, evidentemente, no
eres capaz de respetarlo. Además, este último tiempo ni siquiera has podido
cumplir con las tareas que se te han encargado. Te has puesto irresponsable.
No podemos tolerar esto, lo lamento.
-
Roberto: Es sólo un mal momento, nada más. Esto se me va a pasar. A veces
me pongo así, pero luego se me pasa. Además, ¡usted mismo me felicitó tantas
veces en marzo cuando entré a la oficina! Deme otra oportunidad, se lo pido
por favor…
-
Esteban (voz áspera): No es posible, ya está decidido por el Directorio. Puedes
pasar a firmar tu finiquito a Recursos Humanos, te están esperando. Te digo
más: Agradece que no quisieran hacer la denuncia a la Inspección del trabajo.
Tu amiga Pilar intercedió por ti, pero ya no se puede hacer nada más. Junto a tu
finiquito, están tus cosas del escritorio. Ya no tienes acceso a la empresa.
Roberto quiso decir algo, pero guardó silencio. Después de todo, Esteban decía la
verdad. Con un nudo en la garganta y el pecho apretado, salió de la oficina, sin mirar a
nadie, evadiendo los ojos que le escrutaban a lo largo de su camino entre la oficina del
jefe y la de RRHH. Pasó por su escritorio, sacó la única foto, apagó el computador y se
fue. Esa fue la última vez que pisó la empresa.
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3. Respuestas Test Z, aplicado a Roberto en contexto laboral grupal
Lam I
1.- Veo una máscara….
2.- Hay también una hoja al centro,
3.- Se ve un luchador Samurai o esos de Sumo con una cara de mariposa….es un
samurái mariposa.
4.- Al medio también hay como una cara, se ven ojos y una boca….”
Lam II
1.- Una pareja besándose… aunque…
2.- Pueden ser pulmones también, por ese tono rosado…. O anaranjado, no sé
bien.
3.- Acá hay dos peces, los verdes,… abajo es tierra.
4.- En realidad es una pecera, con dos peces, algas y una especie de templo
chino.
Lam III
1.- Dos personas que se pelean por un objeto… Parece una mariposa, pero no
puede ser porque se rompería.
2.- Se parece al póster promocional de la película “el silencio de los inocentes”.
3.- Eso que está en rojo, son como dos niños que corren o juegan.
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4. Familia Ramírez Gaete
La familia estaba dividida. Para algunos como César y Cristina, la relación de sus
padres siempre había sido sólo eso, relación de padres, y veían cómo éstos se habían
olvidado de ser pareja y habían transformado todo su tiempo en la tarea paterna,
sobre todo Pilar; por el contrario, los amigos y la familia de Pilar, señalaban que Julio
no entendía el amor de Pilar y que él solo era un proveedor. El tiempo había pasado y
la pareja que había sido la primera del grupo de amigos en consolidarse ya entraba en
las bodas de plata y parecía que no se celebraría esta ceremonia.
A pesar considerarse una mujer abierta de mente, Pilar atribuía la culpa de su
primer embarazo, bastante precoz, a Julio. Y en consecuencia, y así solía confesarlo en
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público, aunque nunca se sabía si hablaba o no en serio, la enfermedad de su propio
padre, una feroz depresión que se desencadenó tras enterarse del embarazo, podría
ser también una responsabilidad de su esposo. Su padre, Raúl, la consideraba a ella
desde muy temprano como su “hija predilecta”, como solía decirlo delante de todos, y
toda la familia se mostraba de acuerdo. El orgullo que Pilar sentía era incomparable.
Por eso le dolió tanto cuando Raúl se enfermó por el embarazo. Si bien no era
excesivamente joven, para Pilar fue un evento tremendo. Raúl insistió y ellos se
casaron. Pilar conoció, y fue la única en saberlo, la historia anterior de su Padre, quien,
antes de conocer a su madre, Margarita, había tenido una relación de la cual, producto
de un aborto mal manejado, habían muerto tanto la madre como el bebé. Este secreto
sólo lo había compartido con ella cuando Pilar le contó de su embarazo. Raúl le
confesó que él no se había hecho responsable del embarazo de Elizabeth, así se había
llamado su anterior pareja, y que ella, viéndose sola, había elegido el aborto como
salida, con las terribles consecuencias señaladas. Julio también lo supo. Y no se opuso
al matrimonio. Creía en la responsabilidad como padre que como hijo único le habían
inculcado y, además, quería o había querido mucho a Pilar.
Cuando se fundó la pareja, los amigos siempre estuvieron cerca, al igual que la
familia extensa, sobre todo la familia de Pilar: se podía decir que más que cerca, tanto
los amigos como la familia, estaban encima y no dejaban de estar presentes en ningún
momento. La simpatía de Julio, su buen carácter y acogida, eran un aliciente para que
los amigos visitaran la casa. Se podía llegar a cualquier hora, sin aviso y siempre se
encontraban con sus sonrisas hospitalarias. Parecía un lugar de acogida para
refugiados. O así bromeaban los amigos. Allí llegó Roberto cuando quedó sin trabajo.
Vivió con ellos muchos meses. O Patricio, un amigo de la familia que era conocido
como “el eterno estudiante”, pasó con la familia, aunque de forma intermitente, casi
un año, hasta que por fin pudo realizar su viaje, tras obtener una beca de doctorado.
Se fue no sin antes convertirse en padrino de César, el mayor de los hijos de Julio y
Pilar.
Era una casa que podría definirse como abierta. <la hospitalidad era apreciada por
los invitados, pero, al interior de la propia familia habían voces disonantes al respecto.
Sofía, la hija del medio, solía denostar la entrada y salida de amistades. “Esto parece el
Paseo Ahumada”, decía. “Son invitados”, contestaba su madre, “las parejas adultas
tenemos derecho a tener invitados, amigos de toda la vida”. “Acá hay muchos padres,
muchos hermanos y madres, y amistades, pero no veo una pareja por ningún lado”,
contestaba irónicamente Sofía.
Julio y Pilar tenían discusiones, eso lo admitían, pero su versión era que calificaban
como peleas normales de pareja. César decía que, aunque eso era cierto, también lo
era que éstas parecían no concluir nunca. Todos los que estaban en la casa, amigos,
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parientes, visitas, participaban de las discusiones, incluso en temas de intimidad. En
cuanto a los temas de las peleas, César opinaba que a su mamá se le hacían muchas
concesiones y que no respetaba el trabajo ni los sacrificios de Julio. “Como ella es
mujer”, decía, “y es que en esta familia siempre van a ganar las mujeres”. “No se trata
de quién gana”, opinaba con tristeza Cristina, la menor de las hijas, “se trata de quién
pierde menos. ¿O acaso tú crees que este sistema que tenemos va a dejar a alguien
contento?”. Los padres callaban y veían, sin inmiscuirse, cómo se debatían
públicamente sus problemas.
Las tardes tranquilas en esa casa eran muy raras. Tal vez sólo las mañanas,
mientras Pilar trabajaba en el colegio “Los Romeros” de Cerrillos, Julio estaba en su
oficina y los niños en la escuela o en la Universidad, según cuál fuese la época. Esa era
la impresión que se llevaba la “visita de turno”. Es más, lo dijo Patricio alguna vez,
cuando terminaba la publicación que iba a ser la base de su estudio, “si no fuera por
las mañanas, esta casa sería como un Mall. Entretenida, pero agotadora. Y no se puede
estudiar en un Mall”. Pilar miraba a su marido, pero éste devolvía el gesto sin
complicidad.
Hacerse cargo de los demás era el eslogan familiar, opinaba Sofía, y parecía ser que
tenía razón, pues el ambiente de la casa era grato a los ojos de los visitantes y
residentes esporádicos, aunque surgieran de vez en cuando opiniones diversas que
llevaban a una discusión, como cuando Sofía les comentó que quería realizar al final de
su carrera el Servicio País, en alguna región donde fuera útil. Julio estaba convencido
de que sería una tremenda experiencia que no se podía dejar pasar, que era lo que a él
le “había faltado, conocer la vida antes de formar una familia…”.
Pilar,
definitivamente, estaba en contra, pero fue tal el apoyo de César y de Cristina, y de los
amigos de turno que estaban en la casa en esos momentos, que Pilar no pudo sostener
su oposición. Sofía siempre había estado clara en sus ideas y, en general, decía que
había cosas que debían conversarse en “familia”, pero no estaba dispuesta a “asumir
las tareas inconclusas de nadie más que las mías”. “Ya salió la psicóloga”, le dijo Pilar,
pero nadie se rió.
En un abrir y cerrar de ojos los años cambiaban en el calendario de la familia, y
parecía que nadie lo notaba. Pilar llevaba ya muchos años trabajando en el colegio y, a
pesar que le gustaba su trabajo, había comenzado hace un tiempo ya a sentir una leve
distancia con todo lo que en él pasaba. La sensación personal de que “estaba haciendo
algo” por las personas o por el país, o hasta por la sociedad entera, ya no era tan
fuerte y, más bien se había instalado una vivencia de pesadumbre que tenía el peso de
la rutina, sensación que era cada vez más fuerte. Sus compañeros de trabajo le habían
señalado que había cambiado, que estaba extraña, que parecía más cansada que de
costumbre, pues ya no era la persona que acostumbraba ser el alma de las fiestas y de
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las actividades escolares. “Será que estoy más vieja, hay que dejar espacio a los
nuevos”, se excusaba, pero en el fondo, muy en el fondo, cada día que pasaba le
dejaba un peso más en su corazón.
Las cosas se pusieron más complejas para la familia cuando Sofía partió. Durante
unas semanas parecía otra casa. No había muchas risas y las visitas notaban el cambio.
Fueron tres meses, más o menos, desde la partida de Sofía, cuando Julio, como
nunca, se tomó un tiempo a solas con Pilar y le dijo: “Lo nuestro está terminado. Te
respeto, te quiero, pero ya no tenemos nada que pueda llamarse relación, los niños ya
están grandes y no quiero esta vida”. La sorpresa de Pilar fue evidente. No podía
comprender lo que estaba ocurriendo. Julio planteaba que sólo habían sido padres y
no pareja y un montón de cosas más que eran, lejos, lo más insostenible que ella había
escuchado. No entendía el esquema mental de su marido.
5. Julio y Pilar
-
Pilar: ¡Jamás me dijiste nada! No es posible que ahora, después de todos estos
años, me digas que no me quieres, que no quieres estar conmigo.
-
Julio: Nunca me escuchaste en verdad. Y tal vez tienes razón, yo no lo tenía tan
claro, pero ahora sí, y no puedo seguir con esto. Ya lo decidí. No es que no te
quiera, entiéndelo, es que no quiero seguir una vida como la estamos teniendo.
Somos adultos, perdona que sea tan franco.
-
Pilar: Eres un poco cobarde. ¿No te das cuenta?
-
Julio: Estoy siendo franco, eso es todo.
-
Pilar: Es terrible lo que te voy a decir, pero no me lo puedo aguantar.
-
Julio: Dale, dilo.
-
Pilar: Ahora es cuando más te necesito, Julio. El trabajo me tiene mal. No tengo
ánimo de levantarme en las mañanas para ir a hacer lo mismo día tras día. Ya
no me gusta. Y ahora esto.
-
Julio. No me puedes decir eso. La decisión está tomada. Esta conversación no
tiene sentido.
-
Pilar: Todos cambiamos en la vida. Tú también. Hoy te has convertido en una
persona muy fría.
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-
Julio: Eso dices tú, pero no te das cuenta que estás aislada de medio mundo,
que ya no eres la mamá apoyadora con los niños, como lo eras antes.
-
Pilar: Estoy cansada. Déjame. Ándate.
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6. Informe Escolar de Personalidad de 3º Medio de César Ramírez
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7. Genograma familia Ramírez Gaete
1935
1940
1920 - 1985
1922
75
70
65
88
Fernando
Ramirez
Maria
Alejandra
Poblete
Raul
Gaete
Margarita
Riviera
Elizabeth
1953
1952
1955
57
58
55
1965
44
Lucía
Marcelo Pilar Carolina
Margarita
Gaete
Gaete
Gaete (Riviera)
(Rivera)
(Riviera)
Julio Esteban
Ramirez
(Poblete)
1985
1987
1990
25
23
20
Cesar Antonio
Ramirez
(Gaete)
Sofía Del
Pilar Ramirez
(Gaete)
Cristina
alejandra
Ramirez (Gaete)
Julio Ramírez: Contador
Pilar Gaete: Profesora de Inglés.
César Ramírez: Ingeniero Civil Industrial (Recién incorporado al mundo laboral).
Sofía Ramírez: Psicóloga (Realizando Servicio País en el Norte).
Cristina Ramírez: Estudiante de Trabajo Social. Operadora Telefónica Call Center
Attento (Tiempo parcial).
8. Cristina, Roberto y Hernán
De 20 años, soltera, dedicada a trabajar y estudiar en este último tiempo, Cristina
había crecido a la sombra de su hermano César. No es fácil seguirle el paso a un
brillante Ingeniero que, desde siempre tenía becas de estudio y era, en todo lo que
hacía, perfecto. Más aún, era hombre, en una casa donde eso se valoraba más que
nada. Los hombres estudian porque mantienen el hogar, los hombres pueden salir
porque saben cuidarse solos, los hombres tienen que apoyar y sostener el hogar.
Cristina, en cambio, había tenido que cargar con la difícil tarea de apoyar a la madre
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cuando Sofía había partido a ese voluntariado del que no regresaba (y no regresaría). A
menudo, Cristina pensaba que Sofía había escapado justo a tiempo. Curioso, ya que los
amigos de Cristina siempre le hablaban de lo “agradable” que era su casa y que ya se
quisieran ellos esta familia, pero ella nunca decía nada, sólo sonreía, porque sentía que
tenía que defender y armonizar, tenía que cumplir y hacer todo lo posible por unir a
sus padres, después de tantos años, y que, de no ser por ella, las cosas jamás se
compondrían. Nadie más parecía entenderlo y nadie más ayudaba. La batalla parecía
perdida, es cierto, pero sólo ella la estaba dando. Sus padres no lograron vivir entre
ellos lo que regalaban a las visitas. Memorable fue el caso de Roberto, a quien Cristina
recuerda con mucho cariño, porque, fiel a su forma de ser, a veces decaída, a veces
alegre, demasiado quizá, se acercaba a ella y la veía, y le decía tantas cosas locas, pero
de todas formas lograba distraerla, la ayudaba a descansar, a pensar que era posible
ser ella misma. Si Roberto era feliz siendo tan desordenado, ella podía tener su propia
identidad.
Lamentablemente, las cosas parecían tomar otro rumbo y la cercanía entre
Roberto y Cristina estaba poniendo inquieta a Pilar, que no veía con buenos ojos
cualquier riesgo para su hija en ese ámbito. Julio decía conocer bien a Roberto y le
pedía a su esposa que no se preocupara, pero la insistencia de la mujer fue mayor y
tomó tal envergadura que desembocó, en contra de lo que Julio jamás hubiese
esperado o deseado, en que Roberto tuvo que salir de la casa. Esto fue muy duro para
Julio, pues, mal que mal, Roberto había llegado a vivir con ellos gracias al ofrecimiento
suyo, manifestado inmediatamente tras su despido.
Trabajo Social era para Cristina una carrera demandante. Exigía visitas a terreno,
estudio, desarrollo de informes, asistencia a charlas y seminarios. Su trabajo en el Call
Center no era tan cansador como los estudios, pero tenía otras exigencias: sobrevivir a
4 horas seguidas al teléfono escuchando reclamos. Esta era, sin embargo, su
justificación para estar lejos de amigos y no obligarse a pensar en parejas.
En su carrera las cosas marchaban bien en lo teórico. Hacía un gran esfuerzo en el
estudio y éste era recompensado. En los cursos prácticos el panorama era más
complejo. Su particular forma de ver las cosas o su carácter, no sabía bien, la llevaba a
ponerse en una posición de “hacerse cargo” de los problemas ajenos. Ella pensaba que
aquello seguramente le pasaba la cuenta, pues a veces no podía desprenderse de las
situaciones que veía o le tocaba atender. Lo más fuerte y difícil, pero al mismo tiempo
atractivo y “magnético”, como ella misma lo definía, era el trabajo con niños en riesgo
social o dañados.
La última pasantía que le había tocado realizar en una institución escolar había
permitido que se creara un vínculo muy significativo entre ella y un niño de 9 años,
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Hernán, que exhibía muchos problemas conductuales y que estaba en una situación de
abandono. La situación social del niño era grave. La madre de Hernán estaba
cumpliendo una condena en la cárcel y no había pariente cercano que se hiciera cargo,
por lo cual, la institucionalización de Hernán había sido una consecuencia obligada y
previsible.
Pero los problemas de Hernán no eran sólo conductuales. Arrastraba algunas
dificultades educacionales. En el colegio había repetido 2º básico. En la actualidad
manifestaba nuevamente algunos problemas en ese sentido. Los avances en el
aprendizaje de la lectura y las matemáticas eran muy lentos. Cuando repitió sus
tutores del Hogar de Acogida tomaron la decisión de llevarlo a una consulta
neurológica. El médico evaluó a Hernán y estableció como diagnóstico el --------------------------------------. Adicionalmente señaló la necesidad de una evaluación psicométrica.
El consultorio no tenía disponibilidad sino hasta cuatro meses más, lo que era
demasiado tarde e inconveniente para las necesidades educacionales de Hernán. Con
esos antecedentes, Cristina prefirió apurarse y se acercó a un centro de atención
psicológica de una Universidad, y consiguió para él una hora para la evaluación
requerida por el médico. Estaba a la espera del informe para el neurólogo, que
posteriormente llevaría al colegio. Sentía que Hernán era su responsabilidad y se había
convertido, progresiva e inevitablemente, en la apoderada de Hernán en el colegio.
9. Resultados de evaluación de Hernán
WISC-R:
Puntaje total: 83
Escala Verbal
Información:
Comprensión:
Aritmética:
Semejanzas:
Vocabulario:
Dígitos:
Puntaje Verbal
P.B
P.S
-----
-----
-----
-----
-----
-----
-----
-----
-----
-----
-----
-----
Escala Manual
Símbolos:
Completación:
Cubos:
Ordenación:
Ensamblaje:
Puntaje Manual
P.B
P.S
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10. Escuela “Los Romeros De Cerrillos”
Dirección
:
Los Estudiantes N° 8139, Villa Santa Adela, Cerrillos
Teléfonos
:
5550004 - 5550005
Director
:
Marcelo Reyes Leiva
Niveles de Enseñanza :
Prebásica – Básica
Cursos por Nivel
:
Dos
Total de Alumnos
:
640
Sostenedor
:
Corporación Municipal de Cerrillos CODEDUC.
Visión
Lograr que nuestros niños y niñas desarrollen todas sus potencialidades
intelectuales y afectivas en un ambiente acogedor para aplicarlas en su vida
futura, tanto a nivel personal como profesional o laboral.
Misión
Formar alumnos con habilidades y destrezas intelectuales, morales, sociales y
afectivas que le permitan adaptarse a una sociedad en constante cambio.
La escuela “Los Romeros” de Cerrillos fue fundada el 23 de Abril de 1928, como
la Escuela “Los Romeros de Santiago”. Funcionó hasta el año 2008 en lo que fue
originalmente un retén de carabineros, de Sta. Ana de Chena, a orillas de la ruta 78. A
partir de 2009, por iniciativa de la CODEDUC, es trasladada al sector de la Villa Santa
Adela, en Cerrillos, recibiendo dependencias nuevas e incorporándose de inmediato al
régimen de jornada escolar completa. Su misión educativa, de la que el director, don
Marcelo, está convencido, y que repite a todo quien quiera escucharlo, se centra en
formar alumnos con habilidades y destrezas intelectuales, morales, sociales y afectivas
que le permitan adaptarse a una sociedad en constante cambio. En más de una
ocasión, profesores, apoderados e incluso alumnos se han reído de esta faceta de don
Marcelo. Algunos le han apodado el Misionero, debido a su insistencia, compromiso y,
qué duda cabe, su franco amor por esta causa.
Don Marcelo repite y aclara, cual predicador o sacerdote, que el sello distintivo
del colegio es el “respeto a nuestras raíces” y enumera al folklore, las tradiciones y las
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costumbre. “Es una escuela integradora”, agrega. Por ello solicita permanentemente a
los profesores que incorporen esas materias de modo transversal en los cursos,
trabajos especiales y eventos varios que organizan.
En algunas oportunidades ciertos profesores lo han encarado y se han quejado
respecto de la enorme carga que les es asignada. Como si no tuvieran bastante con los
contenidos básicos que les exige el currículo obligatorio, cada mes don Marcelo les
pide que aborden como Colegio algún tema general. “Necesitamos estar conectados
de adentro con nuestro norte”, les dice el director. Don Marcelo, para sus adentros,
considera muchas veces que los profesores “se las llevan peladas”, que se la pasan
dando ejercicios de sus respectivas materias y retando a los alumnos. En muchas otras
ocasiones, por el contrario, muchos profesores “se suben al carro”, se dice a sí mismo
el director, “es indudable”. Para todos los 18 de Septiembre, en Educación Física, los
profesores enseñan a bailar la Cueca; en Comprensión del Medio revisan con detalle la
Independencia. En las reuniones de coordinación semanales los profesores participan
según sus estilos personales. La profesora Rosario, la más allegada a don Marcelo, le
sigue en sus ideas y le secunda, apoyándole con iniciativas e incluso con recursos. En
más de alguna ocasión Rosario ha comprado con sus propios recursos adornos y
chiches para el colegio y las fiestas que han organizado. “La vieja se aburre”, se quejan
los profesores más jóvenes o los recién llegados. Son amigos de años y han pasado
varias historias juntos, codo a codo, dicen otros. “En muchas ocasiones se le vio a ella
ayudándole a aprender a usar el software de administración del colegio (el CONNER)
que les entregaron desde la CODEDUC. “El jefe no es tal hábil y fue el apoyo de ella lo
que lo tiene donde está ahora”, se manifiesta otro más.
La profesora Jessica, que ronda por los 40, por el contrario, aporta re poco, y
don Marcelo ya casi no le pide nada. Hace lo mínimo necesario y si le piden algo
adicional, con seguridad llega un producto mal hecho, con muchos errores o atrasado.
Don Marcelo se queja a su círculo de confianza de las reglas de la CODEDUC, que no lo
deja despedir a profesores incompetentes con facilidad, sin embargo, muy
probablemente, no la despediría aunque pudiera, dado su estilo tan centrado en las
personas. Ha pensado que Jessica hace bien su pega formal dentro de todo, que sus
niños avanzan. A don Marcelo y sus ideas de mejora lo salvan las profesoras Rosario,
Pilar y Etelvina, y el Profesor Julián.
Julián tiene un estilo poco común entre los profesores: se desenvuelve de
cuello y corbata, y su característico maletín. Con esa facha siente que les recuerda a
todos que estudió en la UC. Sostiene que su pasión es la educación, “aunque gane
poco”, lo dice como diferenciándose del sentir más arraigado entre sus colegas. Julián
“hace la pega”, entrega informes sin que se los pidan, plantea los problemas que ve y
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propone soluciones de manera muy pragmática. Desde un año a la fecha ha bajado el
ritmo, está más callado, sostiene menos discusiones con los apoderados, ha reducido
los famosos “sermones” con uno que otro profesor “más flojito”, pero continúa siendo
un destacado promotor del proyecto y de la misión de formar jóvenes con “destrezas y
habilidades para la vida apurada”, como retumba el bombo aleccionador del director.
Pilar y Etelvina son buenas funcionarias, y se suman siempre a las iniciativas de
Rosario, Julián y don Marcelo. El año pasado organizaron el kiosco “Los Romeros por la
Solidaridad”, en el cual vendieron bebidas todo el año para juntar dinero para apoyar
un viaje de estudios de fin de año, en el que los 6º básicos pudieron finalmente ir a un
asado en una piscina, Camino a Melipilla. Pilar ha decaído en el último tiempo. No su
diligencia, sino su interés. Es como si hubiese mermado su energía general o como si se
hubiese ido desgastando. De ser una persona mucho más comprometida y satisfecha
con su labor ha pasado a convertirse en una profesora cansada, como insatisfecha. “Tú
tienes --------“, le dijo una colega una vez. “No es cierto”, contestó, “estoy bien, sólo
estoy cansada”. “No tienes ahora, pero tendrás después, si sigues así”, le replicó la
colega.
Uno de los desafíos que ha debido asumir el Colegio en los últimos años es
recuperar la matrícula, pues la cantidad y la subvención han ido disminuyendo. El
cambio de sede influyó en la pérdida de varias familias tradicionales. Por otra parte, el
Colegio cercano “American School”, que es Particular Subvencionado, se ha llevado la
mayor parte de los niños del barrio a pesar de ser pagado. En la CODEDUC le han
pedido a don Marcelo que plantee decididas medidas para retener y captar
exitosamente a los alumnos, pero no le ha sido fácil cumplir. También le han pedido
que mejore los resultados del SIMCE, pero el director ha sentido que se le han acabado
las ideas. Don Marcelo ha tratado de motivar a su equipo trayendo a especialistas con
el objeto de capacitar a los profesores, ha dado tardes libres a los mejores profesores y
ha tratado de ser respetuoso con todos, para mantener cohesionado al grupo, lo que
entiende es una condición absoluta para mejorar. “El respeto a los profesores es lo
principal. Si soy acogedor con ellos, ellos lo serán con los alumnos y con eso
cumpliremos nuestra misión”, piensa un optimista don Marcelo.
Dentro de los profesores hay algunos que son muy entretenidos, que divierten
la vida y que aportan al alma de niños y escuela. El sentido del humor, una sonrisa bien
cariñosa, contribuyen a salir adelante con el Colegio, se dice don Marcelo. El profesor
Rolando es un personaje que encarna y anima la frescura infantil del alumnado. El
director lo considera un personaje tan valioso como Rosario, Pilar o Etelvina. “Ojalá los
pudiera replicar para clonarlos y lograr que los nuevos profesores que se incorporen se
parezcan a ellos y no a esos pollos lolos recién llegados en la última contratación”. El
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año del cambio de sede, se retiraron dos profesores históricos del colegio y se
integraron 3 nuevos recién egresados de Pedagogía que no se han convencido aún del
proyecto, según comentan los profesores más cercanos al director.
Por otra parte están los profesores Samuel, Sonia y Sixto, que muestran cierta
distancia respecto de los objetivos, estilos y discursos de don Marcelo. Sin duda los
años constituyen una distancia enorme. Sin embargo, ello no justifica la falta de
participación, de diálogo y de propuestas que caracterizan a este grupo, dice don
Marcelo. La cosa va más allá de tener o no el pelo largo, como es el estilo “medio
Pókemon” de Sonia y Sixto. No se sEman a nuestro estilo, ni a nuestro proyecto, no
salen a bailar para los 18, en las reuniones tienen cara de palo y los apoderados no los
quieren. Rosario ha sido particularmente sensible a la falta de carisma, como le llama,
a la conducta de Samuel, Sonia y Sixto. Es evidente como se han ido aislando del resto.
Pareciera que lo que más les gustase fuese fEmar y tomar Coca-Cola en la fuente de
soda de la esquina, estrechando cada vez más un círculo de chaquetas negras que
despide humo como si maquinaran o construyeran algo en conjunto. Rosario ha
transmitido en varias ocasiones algunas quejas que sobre ellos ha sentido, o que le han
comunicado directamente los apoderados. “Que no explican bien, que no revisan las
tareas, que son muy exigentes con los niños”, son varias las quejas que les tiene
Rosario.
En alguna ocasión Samuel tuvo una discusión pública con don Marcelo, que luego
se extendió a muchos otros de los profesores. Fue en una reunión académica, el tema
a discutir era la implementación de un taller de sexualidad que desde el Ministerio
pedían que se coordinara. Dos psicólogas vendrían durante una tarde a cada curso de
5º y 6º básico a hacer unos talleres y había que definir qué tardes daría cada uno de los
4 profesores. Samuel dijo que esos talleres no servían para nada si no iban
acompañados de una capacitación para los mismos profesores o si durante el año no
se hacía algún seguimiento o mantención de las actividades de educación sexual. No
era un experto pero creía que era necesario hacer algo más. Incluso agregó que la
Misión del Colegio debería tomarse en serio, que la preocupación por el desarrollo
afectivo de los niños requería implementar un programa concreto, más claro y
objetivo, el que debería incorporarse al PEI. Las palabras de Samuel fueron sarcásticas:
“no basta con el folklore, nuestras raíces o el cariño, don Marcelo, es necesario tener
programas, objetivos y procesos de apoyo a esta Misión”. La sola mención del PEI fue
algo que hizo cambiar de color a varios de los asistentes. Don Marcelo, tratando de
encubrir la palidez de su rostro, y con cierta agilidad estratégica, le halló la razón a
Samuel y dejó en el acta que debían avanzar en la definición de un programa de
sexualidad, sin embargo, y más allá de las buenas ideas, algo no calzaba en la cabeza
de los presentes. Le habían expuesto un lado flaco y más aún, le habían mostrado que
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tenía importantes falencias, en sEma, que no era perfecto. Habían tocado su proyecto
educativo en lo más cuidado y puro. No sabía cómo había podido mantener la
paciencia, asentir con la cabeza, sostener la mirada y seguir caminando frente a todos
los profesores con la parsimonia y estilo acostumbrado. El PEI llevaba varios años sin
mayor modificación, en él habían trabajado con la dirección municipal de educación,
con Rosario, Jessica, Etelvina y Julián. Le había robado muchas horas de sueño y estos
“recién llegados” no podían criticarlo tan ligeramente, a juicio de don Marcelo.
Primero tenían que vivir el proyecto, apegarse a él, valorarlo y luego pretender
modificarlo.
11. Familia Ulloa García
Una de las familias más importantes para la comunidad del Colegio “Los Romeros”
es la Ulloa García. Doña Carmen García es una mujer sencilla, sociable y participativa.
Su desinteresada participación ha sido constante y de todas las actividades del colegio.
Va todas las tardes a buscar a sus 4 hijos (Úrsula de 14 años, Ricardo de 13, Hugo de 11
y Ema de 10). Por lo general, tienen un buen desempeño, especialmente Úrsula y
Ricardo. Hugo es inquieto y desordenado desde que entró al colegio en Pre kínder,
pero “muy buen niño”, dice su madre; y Ema, la menor, “la guagua”, es algo más
tranquila, pero ha mostrado algunos problemas de aprendizaje a lo largo de su corta
vida escolar.
A Samuel, como profesor de 5º básico, le ha correspondido enfrentar algunos
problemas conductuales de Hugo, y ha debido anotarlo en el libro de clases. Debido a
ello ha tenido que llevar a cabo numerosos encuentros, conversaciones, simpatías y
desencuentros con doña Carmen. Ella le revisa sistemáticamente los cuadernos a Hugo
y, si bien le culpa por las páginas en blanco, desorden, olvido de las mayúsculas y otros
errores, también culpa al profesor Samuel por sus propios errores: que no siempre
corrige las tareas que pide, que espera que Hugo se comporte como un robot, que lo
está “marcando y que lo tiene atravesado en su cabeza”, como le ha dicho a él en
persona, y de paso a todos quienes se crucen por delante y que tengan interés en
escucharla, pues éste es para ella un tema central. Ella y él tienen buen sentido del
humor, afortunadamente. Samuel por su parte considera que doña Carmen no es gran
apoyo a su labor pedagógica pues no detecta los, a su juicio, “graves errores
ortográficos y de sintaxis” de Hugo, y por otro lado, que lo contagia con su excesiva
tendencia a participar, hablar, moverse, preguntar y opinar de todo y de todos.
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12. Resultados SIMCE 2009 Colegio Los Romeros
4º 2009
8º 2009
Nombre
Establecimiento
Nº
Alumnos
Leng
Mat
Com
Nº
Alumnos
Leng
Mat
Nat
Soc
“Los Romeros”
81
258
256
249
42
249
244
254
234
Promedio Regional
264
257
260
255
265
255
263
Promedio Nacional
262
253
256
252
260
251
259
13. Mail de Sofía
“Querida Familia:
Estoy bien, la verdad muy bien y los extraño también, pero mi corazón está
claro. Ustedes son mi familia y siempre los llevaré conmigo, pero he descubierto la
vida acá, “mi vida” acá. Nunca lo pensé, cuando me vine por el Servicio País, que esto
pasaría, pero nunca había sido tan feliz, debo confesar. La gente, el trabajo la vida
misma que se respira, todo es maravilloso. No son todos los días iguales, y sé que el
papá pensará que estoy “idealizando”, como le gusta decir, y puede que tenga razón,
pero siento un convencimiento: Ya no hay vuelta atrás. Me quedo acá, me quedo a
vivir en esta región, acá soy útil, acá soy alguien…
No les había contado nada respecto a Felipe, quizás debido a que me daba un
poco de vergüenza, un poco por temor, o quizás era para protegerlos. Por vergüenza
de que me dijeran que estaba como cabra chica. Felipe es un Ingeniero en Minas que
llegó acá también por el Servicio País. La historia fue la típica: nos caímos mal al
principio y luego nos conocimos mejor, y así pasó todo. Y no teníamos alternativa,
porque debimos realizar un trabajo conjunto con los mineros y sus familias y a mí,
como psicóloga, me tocó realizar el proyecto psicosocial. Pasamos harto tiempo juntos
y descubrimos nuestra verdadera vocación de servicio, de ayudar a la gente, pero no
desde fuera, sino con ellos, entre ellos. Por eso he tomado la decisión de quedarme.
Mejor dicho: de quedarnos en el Norte.
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Por favor, vengan cuando quieran, y ojala sea pronto. Con todo lo que esta
región ha sufrido por el accidente de la mina. Imagínense. Hay un antes y un después
de esa experiencia para todos los que viven acá. Tenemos que realizar un programa de
apoyo a las familias de los mineros que estuvieron atrapados, ayudarlos en la terrible
situación de desarraigo que viven ahora que han salido y su vida ha cambiado. Los que
se quedaron acá no han logrado acomodarse.
No puedo ir a verlos, por ahora, por eso les pido que vengan si quieren.
¡Tenemos tanto que hacer!
Felipe quiere conocerlos y, aunque es un poco callado, tiene ese aire acogedor
de la casa de nosotros.
Papá, este desafío personal y profesional me tiene maravillada. No creo que
vuelva en la vida a tener esta oportunidad.
Mamá, sé que te costará un poco, pero en el fondo sabes que tengo razón y
que es lo que me enseñaron.
Cristina, descansa, deja que los papás se las arreglen, ya somos grandes y,
aunque suene chistoso, ellos también deben crecer.
César, es tu vida, lo sé, pero creo que debieras hacer caso a la invitación del Tío
Patricio e irte a ese doctorado, tienes cabeza y es lo que siempre has querido. ¡Corta el
cordón, Hombre! Ja, ja, ja…que increíble que les dé tantas latas y me comporte como si
los estuviera evangelizando. Lo que puede la distancia, ¿o no?
Un beso a todos y los esperamos
Cariños,
Sofía
14. Departamento de Soltero de Julio y su trabajo en la oficina
“Cómo repartimos los amigos…” sonaba la canción en su cabeza mientras pensaba
que eso era lo de menos. El departamento estaba vacío o casi, ya que tener la cama
con sábanas y frazadas más la cocina que viene con el departamento, una mesa y una
silla, era suficiente. Raro, pasar de la casa grande llena de gente a este espacio
reducido y, aún así, vacío. Pero era la realidad. Estaba hace mucho tiempo solo y no se
trataba de estar rodeado de gente, estaba solo en lo más profundo hacía años y,
ahora, ya no quedaba más que enfrentar la realidad.
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Pocos sabían, porque imaginaba las bromas del “departamento de soltero” y esas
cosas, pero más aún, porque no quería entrar en las interminables explicaciones para
todos los que creían ver entre Pilar y él, la pareja perfecta. “Hay otra”, Dijo Pilar y él
solo pensó “obvio que lo digas… creo que a pesar de nuestras decenas de años juntos,
no me conoces”, pero solo dijo “no, no hay nadie más”. Sesiones interminables de
terapia para los dos habían sido un aliciente, en su caso, para comprender lo que,
inquietantemente respondieron al inicio de las sesiones los terapeutas.
La oficina era un refugio: Ese espacio que para él había sido un escape muchas
veces y donde, tras muchos años de trabajo, había logrado una cierta posición y
reconocimiento. Estar a cargo de un grupo de personas no era lo que él quería, pero
venía con el puesto de Supervisor de Operaciones y, aunque a él le gustaba trabajar
solo y hacerse responsable por todo, no había más alternativa que aceptar este
espacio de grupo.
Todo estaba dispuesto. Sus compañeros estaban muy contentos con su ascenso y
no se cansaban de repetir sus merecimientos. Este nuevo plan de la empresa de crear
el cargo de Supervisor respondía a las necesidades y deseos de Julio, quien hacía un
tiempo sentía que su vida laboral estaba estancada. Le inquietó su conversación con
Esteban, quien estaba a cargo de la sección de logística hace años y con quien tenía
una buena amistad. Sus familias se conocían y con Pilar habían sido compañeros en la
Universidad antes de que Esteban se cambiara de carrera a Ingeniería. Le señaló lo
difícil que era pasar “de par a jefe, si no te haces respetar, nunca te ven con autoridad.
¡Tienes que imponerte! Tú siempre has sido buena persona y van a intentar abusar de
eso, ellos te conocen.”
Julio tenía otras ideas. Pensaba que, como lo conocían, sería más fácil hacer y
armar los equipos, que la comprensión estaba a la base y que la perspectiva horizontal
de las relaciones laborales era la mejor para el logro de objetivos. De hecho, en la
empresa estaban en un proceso de cambio del que él sería parte y tenía que volver a
estudiar algunas cosas. Las capacitaciones comenzaban en una semana y ya estaba
citado a un taller de “liderazgo eficaz”. “Todos se llaman igual”- pensó, “¿tendrá este
algo diferente a todos los demás talleres de liderazgo que nos han realizado?” Igual
había temor en él de perder el compañerismo que tenía en la oficina, ya no sería parte
de las conversaciones habituales y pelambres del jefe, esta vez lo “pelarían” a él.
“Bueno, al fin y al cabo, he decidido cambiar de vida”, se dijo mientras se afeitaba,
“vamos a ver cómo nos va. Vamos, Julio, tú puedes”, se dio ánimo, pero no pudo evitar
cortarse con la máquina de afeitar. “Autsch”, exclamó, “parece que no va a ser un
buen día, estamos empezando mal así”.
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