El compulsivo puritano

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TRASTORNO
OBSESIVO
COMPULSIVO DE
LA
PERSONALIDAD
Cristina Castillo Domínguez
Arantxa Odriozola Sánchez
Verónica Suárez Ríos
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TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO DE LA
PERSONALIDAD
1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………pág 2
2. CARACTERÍSTICAS DIAGNOSTICAS (DSM-IV)………………………….pág 3
3. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DEL PROTOTIPO COMPULSIVO:……..pág 5




Nivel Comportamental.
Nivel Fenomenológico.
Nivel Intrapsíquico.
Nivel Biofísico.
4. VARIANTES DEL PROTOTIPO:…………………………………………....pág 11
 Estilos normales.
 Subtipos de adultos:
 Compulsivo Responsable.
 Compulsivo Puritano.
 Compulsivo Burocrático.
 Compulsivo Parsimonioso.
 Compulsivo Endemoniado.
5. CAUSAS, INCIDENCIA Y FACTORES DE RIESGO……………………...pág 18
6. SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS……………………………....pág 19
7. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL (COMORBILIDAD)……………………..pág 20
8. TRATAMIENTO Y PRONÓSTICO………………………………………….pág 21
9. BIBLIOGRAFIA…………………………………………………..…………..pág 23
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1. INTRODUCCIÓN:
Actualmente en nuestra sociedad se valoran y refuerzan estilos de comportamiento
que favorecen la dedicación al trabajo y los resultados altamente productivos.
Cualidades como el ser perfeccionista, minucioso, organizado y competente son
altamente valoradas en el entorno laboral y ayudan a los individuos a progresar
rápidamente en su trabajo. Los individuos con un estilo obsesivo compulsivo tienen
estas características. Derrochan capacidad de trabajo, les gusta hacer las cosas bien y no
sólo bien, sino lo mejor posible. Son poco amigos del ocio que significa perdida del
tiempo productivo, tiempo de realizaciones, de progresos. Este estilo de personalidad
suele ser altamente valorado en sus lugares de trabajo y pueden ascender rápidamente,
tener la seguridad de que la persona va a realizar la tarea lo mejor que pueda, puliendo
los detalles y trabajando hasta que quede completamente terminada, produce una gran
tranquilidad en aquellos que tienen la responsabilidad última (jefes, supervisores, etc.).
El obsesivo compulsivo tiene fuertes valores que dirigen muchas de sus acciones y
frecuentemente creen hacer lo correcto, defienden principios morales, éticos,
comunitarios. Puede ser el ecologista anticontaminación, el vecino antirruido, el
conductor que respeta y hace respetar las normas de tráfico. Es probable que muchas de
las quejas que reciban los organismos al servicio del consumidor se deban a este estilo
de comportamiento. No suelen cometer excesos de ningún tipo y suelen aventurarse y
arriesgarse relativamente poco. Planifican, ordenan, clasifican y colocan lo que esta a su
alcance. Y guardan una cantidad de objetos que, aunque muchas veces inútiles, quien
sabe si un día los pueden necesitar. Tal vez dediquen bastante menos tiempo a las
relaciones familiares, interpersonales o sociales en general, pero suelen cuidar de que
sus seres queridos tengan las necesidades básicas cubiertas y que no se tengan que
preocupar por esto. Quizás estas personas importantes del entorno del obsesivo echen de
menos un mayor acercamiento emocional de esta persona, una mayor intimidad o una
mayor dedicación de este estilo de personalidad a sus relaciones interpersonales. Pero
quizás esto sea una batalla perdida. No obstante, cuando las características del estilo
obsesivo compulsivo se llevan al extremo van a desembocar en conductas
desadaptativas que hacen que muchos de sus comportamientos se vuelvan ineficaces e
ineficientes y perturben de forma importante el funcionamiento del propio individuo en
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su vida cotidiana. En este ultimo caso estaríamos hablando ya de un trastorno obsesivo
compulsivo de al personalidad.
 Diferencias entre TOC y TOCP:

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo (TOC) es una
condición caracterizada por una preocupación crónica por las
reglas, el orden y el control.

El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (TOCP) se
suele distinguir muy bien del denominado trastorno obsesivocompulsivo por las obsesiones y compulsiones que en este último
se producen. No obstante, si se cumplen criterios para ambos
trastornos, hay que diagnosticar los dos.
2. CARACTERÍSTICAS DIAGNÓSTICAS (DSM-IV)
La principal característica de este trastorno es la preocupación por el orden, el
perfeccionismo y el control mental, a expensas de la flexibilidad y la espontaneidad.
Este patrón de comportamiento comienza al principio de la edad adulta y se da en
diversos contextos.
Los sujetos con este trastorno intentan mantener la sensación de control, mediante
una gran atención a las reglas, los detalles, los protocolos, las formalidades,… hasta
incluso la pérdida de vista del principal objetivo de la actividad (criterio 1). Son
demasiado cuidadosos y muy propensos a las repeticiones, sobre todo para comprobar
los posibles errores.
Debido al ansia de perfeccionismo y a intentar alcanzar altos niveles de
rendimiento, se producen un gran malestar subjetivo. Esto puede llegar a que el sujeto
centre su atención en tratar de llevar a cabo con absoluta perfección cualquier detalle y
nunca se termine el proyecto que tenía en un principio (criterio 2).
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Los sujetos con un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad muestran una
excesiva dedicación al trabajo, con la exclusión de las posibles actividades de ocio
(criterio 3). Normalmente, posponen las actividades de ocio, de tal forma que nunca o
casi nunca llegan a realizarlas, y cuando lo hacen, se sienten incómodos, e incluso
llegan a pensar que están perdiendo el tiempo. Todas las aficiones que realizan
necesitan que sean organizadas de forma seria y realizan un duro esfuerzo en ellas, ya
que lo que les importa es que su ejecución sea perfecta.
Los sujetos con este trastorno suelen ser muy inflexibles e incluso tercos en las
cuestiones morales o éticas (criterio 4). Son muy rígidos al respetar las autoridades o
normas que insisten en cumplirlas estrictamente.
Los individuos con el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad no pueden
tirar objetos ya gastados o inútiles, incluso cuando no tienen ningún valor sentimental
(criterio 5), e incluso les llega a molesta que alguien trate de deshacerse de algo que han
guardado ellos.
Como se desprende de lo dicho ya anteriormente, estos sujetos son incapaces de
delegar trabajo en otras personas (criterio 6). Insisten en que las cosas deben hacerse
como ellos dictan e incluso se ofenden cuando alguien sugiere cualquier otra alternativa
posible para realizar la tarea, debido a que están tan inmersos en su propia perspectiva
que no son capaces de admitir y ver como buenos otros puntos de vista. Muchas veces
incluso rechazan ofertas de ayuda.
Estos sujetos suelen ser tacaños porque tienden a controlarse mucho por las
posibles catástrofes que puedan llegar (criterio 7), y suelen caracterizarse por ser rígidos
y obstinados (criterio 8). Planifican con mucha cautela todo tipo de detalles y así niegan
la posibilidad de cambio.
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3. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DEL PROTOTIPO
COMPULSIVO:
Las características de la personalidad obsesivo-compulsiva pueden diferenciarse
en los diversos ámbitos en los que se manifiesta su patología y en los diversos subtipos
en los que se manifiestan sus síntomas principales, concretamente, están organizadas en
términos de los ocho ámbitos clínicos habituales que a continuación ampliaremos.
Los ámbitos de diagnóstico prototípicos son los siguientes:
 Nivel comportamental:
 Comportamiento observable: Disciplinado.
El comportamiento inflexible y triste suele ser bastante patente, aunque esto no
quiere decir que estén siempre desanimados, sino que transmiten un aire de austeridad y
seriedad característicos. Sus gestos y movimientos reflejan un control tenso de las
emociones, que están contenidas (parecen emocionalmente herméticos).
Es destacable que su afectividad está restringida por una vida regulada, muy
estructurada y cuidadosamente organizada.
Tienden a hablar con dicción clara, con precisión y frases bien construidas. Visten
de una manera formal y adecuada, de acuerdo a la moda del momento, aunque limitan el
color y el estilo.
El perfeccionismo limita las posibles alternativas en sus acciones diarias,
interfiriendo a menudo con su capacidad de decidir y completar tareas ordinarias.
 Comportamiento interpersonal: Respetuoso.
Los compulsivos manifiestan un seguimiento inusual de las normas y los cánones
sociales, y prefieren mantener relaciones personales educadas, formales y “correctas”.Se
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relacionan con los demás en base a la jerarquía o al status y tienden a mantener una
actitud autoritaria y nada igualitaria.
Las personalidades compulsivas son respetuosas, congraciadoras e incluso
sumisas con sus superiores ya que buscan seguridad y aprobación. Estos
comportamientos contrastan notablemente con su actitud hacia los subordinados donde
el compulsivo se muestra bastante autócrata, censurador, inflexible y exigente.
La persona compulsiva es extraordinariamente cuidadosa de respetar la autoridad
llegando a ser incluso hipócritas y aduladores. Su comportamiento es intachable.
 Nivel fenomenológico:
 Estilo Cognitivo: Constreñido.
El pensamiento está organizado en términos de reglas y normas convencionales,
además de la programación del tiempo y las jerarquías sociales formuladas desde un
punto de vista personal.
Tienden a ser rígidos y tercos en el acatamiento de los esquemas formales que
definen y construyen sus vidas, y a no discutir las reglas y los procedimientos y son
estos comportamientos los que suelen hacer que los demás les consideren personas muy
perfeccionistas. También se alteran con facilidad cuando tienen que tratar con hábitos
poco familiares e ideas nuevas. En estas circunstancias, los compulsivos dudan de cuál
es el curso adecuado de acción, llegando a quedarse totalmente inmóviles.
Consideran que los comportamientos emotivos son inmaduros e irresponsables.
Para ellos, la gente debe ser juzgada por normas “objetivas” y por reglas estipuladas por
el paso del tiempo en la sociedad organizada. Las reacciones ante los otros deben
basarse en los valores y hábitos establecidos y no en juicios personales.
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Los demás consideran que los compulsivos son diligentes y eficientes, aunque
carecen de flexibilidad y espontaneidad. Muchos les consideran obstinados, punzantes,
posesivos, nada creativos y sin imaginación.
 Autoimagen: Escrupulosa.
Se consideran personas entregadas al trabajo, aplicadas, dignas de confianza,
meticulosas y eficientes. Temiendo ser considerados irresponsables o que los otros
piensen que no hacen el suficiente esfuerzo o que no pueden cumplir sus expectativas y
que propenden a cometer errores, los compulsivos sobrevaloran los aspectos de su
autoimagen que suponen perfeccionismo, prudencia y disciplina.
Los compulsivos son buenos “organizadores”, caracterizando lo que se ha
denominado el tipo de personalidad burocrático. La autoimagen es la de ser
concienzudos, desinteresados, leales, cumplidores, prudentes y responsables.
Estas personas se caracterizan por hacer juicios crueles de sí mismas y de los
otros. Además, se hacen eco de un fuerte sentido de obligación con los otros, a los que
no deben decepcionar, y evitan sobre todo los comportamientos que puedan
desagradarles. Aunque los compulsivos dudan de si mismos y sienten culpa cuando no
pueden vivir de acuerdo con algún ideal, no son conscientes de que suele ser su propia
ambivalencia en cuanto a la consecución y a su propio deseo inconsciente de
contravenir la autoridad lo que no les permite conseguir sus deseos. Llegan a
racionalizar su indecisión utilizando la prudencia de “mirar antes de dar un paso”.
 Representaciones Objétales: Ocultas.
Es de especial importancia que el sujeto compulsivo sólo permita
que lleguen a
la conciencia o a expresar comportamentalmente las representaciones internalizadas del
pasado que son socialmente aceptables. Los impulsos y las actitudes internas, así como
las imágenes y los recuerdos residuales, están muy regulados y limitados.
Los impulsos prohibidos se aíslan en el inconsciente.
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Asimismo, los problemas personales de ese momento y los conflictos sociales
arraigados de las experiencias pasadas son negados de manera defensiva y se mantienen
apartados de la conciencia y bajo los controles más estrictos.
Los compulsivos evitan a toda costa reconocer las contradicciones que existen
entre sus impulsos inconscientes y sus comportamientos manifiestos. Lo hacen
desvalorizando la autoexploración.
 Nivel intrapsíquico:
 Mecanismos de defensa: Formación reactiva/ identificación.
Utilizan muchos “mecanismos de defensa” con el fin de dominar con rigor sus
sentimientos y disposiciones contrarios. A diferencia de los demás tipos de
personalidad, utilizan activamente una gran variedad de acciones defensivas. La más
peculiar es probablemente el uso de la formación reactiva. Este mecanismo queda
patente cuando tratan de dar un giro positivo a sus pensamientos y comportamientos,
emprendiendo acciones socialmente plausibles, que en realidad, son del todo opuestas a
sus sentimientos profundamente prohibidos y contrarios. Por ello, en público tienden a
mostrar una sensatez madura cuando se enfrentan a circunstancias que en muchas
personas suscitarían consternación o irritabilidad.
Como no se atreven a exponer sus verdaderos sentimientos de desafío y rebeldía,
limitan estos sentimientos de una manera tan rigurosa, que dan paso a sus opuestos. Los
individuos compulsivos dividen en compartimentos o aíslan su respuesta emocional a
una situación. Bloquean o neutralizan los sentimientos que suelen surgir a partir de
acontecimientos estresantes, y, por tanto, se aseguran frente a la posibilidad de
reaccionar de un modo que pueda causar problemas o desaprobación.
Si los compulsivos transgreden los mandatos de las figuras de autoridad o no
llegan a cumplir sus expectativas, pueden realizar determinados rituales para “anular” el
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mal o la equivocación que piensan que han cometido. De esta manera, buscan el perdón
de sus pecados y, por tanto, recuperar la buena voluntad que temen haber perdido.
 Organización morfológica: compartimentada
La estructura del individuo compulsivo es la más característica de los patrones de
personalidad. Para hacer que los pensamientos e impulsos contrarios no les afecten y
para que las imágenes ambivalentes y las actitudes contradictorias no penetren en la
conciencia , la organización de su mundo interno debe compartirse con rigidez. Existe
un sistema rigurosamente consolidado que está segmentado en múltiples constelaciones
distintas u separadas de constelaciones distintas y separadas de disposiciones, recuerdos
y sentimientos. Es importante que los compartimentos estén rigurosamente sellados, de
manera que se obstruya cualquier canal abierto a través del cual puedan
interrelacionarse estos componentes.
Bajo una apariencia deliberada y bien definida, los compulsivos están sentados
encima de un barril de pólvora rigurosamente constreñido. Acosados por las profundas
ambivalencias y conflictos, su torbellino interno amenaza con perturbar el equilibrio que
han conseguido con tanto esfuerzo y meticulosidad a lo largo de su vida. Tinene que
preservar este equilibrio y protegerse de la intrusión en la conciencia y en el
comportamiento
manifiesto
de
estos
impulsos
y
sentimientos
intensamente
contradictorios. Evitan con cautela los acontecimientos que puedan desatar estas
fuerzas, causándoles al perdida del beneficio de al autoridad. Para lograrlo, no deben
correr riesgo y tiene que operar con al certeza total de que ningún acontecimiento
inesperado alcanzará su equilibrio. Debido a la intensidad de su ambivalencia y a al
naturaleza imperativa de su control, las personalidades compulsiva sutilizan
mecanismos defensivos más variados que cualquiera de los otros patrones patológicos.
Oculto tras el mundo rígidamente estructurado se los compulsivos se encuentra su
temor a la desaprobación y su preocupación porque sus acciones no sólo se vean
amenazadas, sino castigadas severamente. Es probable que estas personas estuvieran
expuestas a unos padres exigentes, perfeccionistas y censores. Cabria pensar que los
compulsivos, al estar en alerta y comportarse adecuada y correctamente, dejarían de
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preocuparse y se relajarían. Pero esto no aparece ser posible, porque su conformidad y
su adecuación son únicamente una fachada publica detrás de al cual se esconden unos
impulsos profundamente reprimidos contra el desafío y la autoafirmación. La constante
amenaza de que sus sentimientos de rebeldía y de ira acabaran descubriéndose
intensifica su temor a la crítica. Sienten la pretensión y la falta de sinceridad de su
comportamiento aparente. Sus fantasías le recuerdan constantemente la disparidad que
existe entre al cara que presentan a los demás y la rebeldía que sienten en su interior.
Por muy perfecto que sea en realidad su comportamiento, y por grandes que sean sus
esfuerzos por ponerse a prueba, esta ambivalencia interna se mantiene. Deben estar
alerta siempre ante la posibilidad de ser descubiertos. La critica es una amenaza
constante, puesto que sus verdaderos sentimientos pueden ser fácilmente desvelados.
Para afrontar estos temores y estos impulsos, los compulsivos utilizan mecanismos de
defensa característicos y comportamientos interpersonales formales.
 Nivel biofísico:
 Estado de ánimo/temperamento: solemne
Es normal que los compulsivos sean inflexibles, no pueden relajarse, y vivan sin
alegría. Muchos contienen sus sentimientos cálidos y afectuosos, controlando con
firmeza sus emociones. Algunos compulsivos presentan una notable disminución de
actividad y energía, atribuible con toda probabilidad a su hábito de restricción e
inhibición de toda su vida. Algunos tiene una forma de hacer viva y entusiasta: muchos
se controlan de manera rígida y son emocionalmente estrictos, ya al no liberar las
energías
reprimidas
probablemente
estarán
predispuestos
a
sufrir
trastornos
psicofisiológicos.
Se podría suponer que las regiones del sistema límbico que se asocian con el
temor y la ira pueden ser más densas de lo habitual o estar más ramificadas; unas
señales conflictivas en estas áreas constituirían el sustrato de la vacilación, la duda y los
comportamientos de indecisión que se observan en estos pacientes. Es posible que esté
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poco desarrollado el sustrato para experimentar placer, dando como resultado el rostro
austero típico del compulsivo.
4. VARIANTES DEL PROTOTIPO
 ESTILOS NORMALES
A diferencia de los Otros estilos de personalidad y, sobre todo en las sociedades
avanzadas, muchos individuos manifiestan una variante leve del TOCP.
Esta variante se caracteriza por un estilo de vida organizado y disciplinado que
permite que los individuos funcionen con eficiencia y de manera adaptativa en casi
todos los contextos. Cuando las cosas van mal, se produce cierto grado de incomodidad
que se resuelve sin llegar a la indecisión ni a la ansiedad.
Millon y cols. (1994) califican esta variante normalizada de la personalidad
compulsiva como “estilo conformista”. El siguiente párrafo describe este concepto:
Su ideal es ser correcto, convencional, ordenado y perfeccionista...son muy
respetuosos con las tradiciones y la autoridad, y actúan de manera responsable,
correcta y meticulosa. Se encuentran bien cuando siguen las reglas y normas
convencionales, y suelen criticar a quienes no lo hace bien, organizados y dignos de
confianza , prudentes y estrictos, manifiestan control, formalidad e inflexibilidad en sus
relaciones, y no toleran desviarse o desvincularse de los cánones sociales. Diligentes
en sus responsabilidades, no les gusta que se les acumule el trabajo, se preocupan por
acabar las cosas y son vistos por los demás como personas muy cumplidoras y
aplicadas.
Estas características del estilo compulsivo normal tiene un nivel de integridad
inusual, de manera que respetan excesivamente la ética y moral de la sociedad. Son
personas con muchos principios, siguen las normas sin desviarse de ellas, intentan
actuar de manera objetiva y racional y toman decisiones en términos de bueno o malo.
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La poca importancia que dan a las emociones tiende a obstaculizar juicios
relativistas y preferencias subjetivas.
 SUBTIPOS DEL TRASTORNO EN ADULTOS
 El compulsivo responsable
El comportamiento del compulsivo responsable se caracteriza, más que el de
cualquier otro tipo compulsivo , por una dependencia conformista, por un respeto
excesivo de las reglas y de la autoridad , por un deseo de sumisión a los deseos y
valores ajenos. Hay tendencia a pasar inadvertidos y a no ser nada competitivos, por
temor a la propia afirmación y un cumplimiento superficial de las expectativas y
exigencias de los otros. Estos individuos expresan un sentido firme del deber, pensando
que los demás tienen que cumplir con sus expectativas. Su autoimagen a nivel
superficial, es de personas consideradas, reflexivas y cooperativas, con propensión a
actuar sin ambición y con modestia. Experimentan profundos sentimientos de
inadecuación personal cuando obtiene cualquier logro, subestiman los atributos
tangenciales y valoran las capacidades según su importancia en orden a cumplir las
expectativas ajenas. Estos compulsivos se caracterizan por ser serios, vinculados a
deberes, trabajadores firmes, meticulosos, concienzudos y guiados por las reglas.
Como temen las consecuencias de cometer errores y faltas, reaccionan sin decisión
y de modo inflexible frente a situaciones poco claras o ambiguas, presentando dudas y
vacilaciones cuando deben iniciar cualquier acción. De lo expuesto hasta ahora se
d3educe que la estructura compulsiva básica de estos individuos se combina de muchas
maneras con características asociadas básicamente a la personalidad dependiente.
El paciente responsable es muy respetuoso, incluso congraciador con las figuras
de autoridad. El temor al fracaso y a la crítica genera una tensión considerable, además
de expresiones ocasionales de culpa. El comportamiento sumiso frente a las figuras de
autoridad puede definirse también como una inversión de sentimientos escondidos y
rebeldes. Ocultos tras la fachada de corrección y constricción existen intensos
sentimientos de oposición que en ocasiones escapan a su control. Como raras veces se
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arriesga a manifestar estos sentimientos, el compulsivo responsable los reprime con
tanto rigor, que “sobreorganiza” su vida en una autolimitación ansiosamente tensa y
disciplinada.
Lo más central de la estructura psíquica de estos pacientes es el temor a cometer
errores y a aceptar riesgos.
Son meticulosos y quisquillosos no porque las tareas que deban afrontar requieran
tal comportamiento responsable; si no porque anticipan la crítica y el desprecio.
Por temor a quedar comprometidos y a cometer errores, los compulsivos
responsables se mueven en un campo limitado y no quieren aceptar el riesgo de hacer
una elección equivocada.
Tiene muy poca capacidad para la introspección y una rigurosa conciencia interna,
maniobras internas que utilizan para contrarrestar cualquier impulso de oposición y los
pensamientos inaceptables
 El compulsivo puritano
Se caracteriza por una conformidad austera, justa, controlada en exceso, aunque
profundamente conflictiva con las normas de corrección y la autoridad. La ira y el
resentimiento intensos que sienten estos individuos quedan justificados, al menos así lo
piensan ellos, en nombre de la rectitud y la moralidad.
Presentan muestras periódicas de suspicacia, irritabilidad, ideación obsesiva y
actitudes de crítica severa. Suelen negar defensivamente la existencia de problemas
emocionales y psicosociales. Sin embargo, pese a estos esfuerzos, existen signos claros
de que estas personalidades están extremadamente tensas, cuando anticipan la
exposición y humillación en público, presentan periodos de autodesprecio y se
autocastigan, generando explosiones de ira contra los demás, con la acusación de que
les persiguen.
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Además de criticar con crueldad el comportamiento ajeno, los compulsivos
puritanos tratan de mantener una autolimitación disciplinada; rara vez consiguen
relajarse y bajar su nivel de defensividad . Normalmente están apagados y tristes.
Bajo la superficie aparente de cooperación y control albergan sentimientos
acusados de inseguridad personal. La variante puritana del compulsivo presenta
distintas características de la personalidad paranoide, como son el fanatismo, el
dogmatismo y los celos.
Entre estos compulsivos existe un patrón que suele evitar las situaciones que
puedan generar censura o burla, con temor a cometer errores o a aceptar riesgos que
provoquen desaprobación.
Latente tras esa fachada de corrección hay una amargura y una desilusión cada
vez mayores . el individuo pasa por estos estados , que o bien salen a la superficie en
accesos de ira rápidos o bien se contrarrestan mediante rituales y rumiaciones obsesivas.
Bajo la superficie, los compulsivos puritanos sienten la presión de los impulsos
irracionales, que incluyen los que ellos mismos consideran impulsos repugnantes y
deseos sexuales.
Indignados y críticos por la falta de perfección ajena, sus actitudes puritanas son
cáusticas u hostiles. Al principio, estos comportamientos intimidan a los demás y
después provocan actos de desafío y desobediencia. Siendo correctos y educados, a
medida que transcurre el tiempo los compulsivos puritanos se van deteriorando y llegan
a ser dogmáticos, adquiriendo un estilo cruel y obstinado en el que constantemente
señalan las faltas de los otros, a los que critican por incorrectos o inconvenientes
 El compulsivo burocrático:
Esta variante considera que las alianzas con los valores tradicionales, las figuras
de autoridad establecidas o las organizaciones formales funcionan extremadamente
bien. En lugar de estar enfadados o sentirse oprimidos por las reglas autoritarias y
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organizativas, este tipo de compulsivos se siente reforzado y confortado con tales
asociaciones. Al formar parte de un grupo o una burocracia sienten que no están solos y
se ve facilitada su capacidad para actuar con firmeza y decisión. Sienten que su alianza
con una sociedad, una organización o una asociación religiosa fortalece su autoestima.
El grupo, además de proporcionar una poderosa identificación, ofrece un conjunto de
reglas y valores establecidos con el fin de disponer de un esquema y una directriz para
la acción. Además, es muy cómodo para ellos contar con la estructura y los objetivos de
un grupo para organizar sus existencias, que les enseñan además cuales son los
verdaderos intereses vitales. Temen no poder controlar sus impulsos internos y buscan
unos límites firmes que les guíen en la toma de las decisiones adecuadas. A un nivel
más profundo creen que, siguiendo las reglas de su organización, nadie puede fallar ni
ser castigado. Hacen lo que se les han dicho que hagan. Aunque la obediencia limita su
margen de oportunidades, les libera de la ansiedad de ser los responsables de tomar
decisiones por si solos. Una jerarquía en la que se sabe quien es una figura de autoridad
y quién es un subordinado permite a los compulsivos burocráticos definir con claridad
su lugar y sus responsabilidades dentro del sistema. Una vez establecidos, se vuelven
extremadamente legales y cumplidores. Conociendo lo que se espera de ellos y los
papeles y las expectativas claras que han definido los demás, se sienten seguros dentro
de la organización. También dejan de temer que el sistema les abandone. La unión con
los otros supone una identificación segura e intensa; la burocracia se convierte en un
importante indicador de quienes son ellos, dándoles un sentido de identidad y una
finalidad a su existencia. Son miembros leales del grupo, fiables y diligentes,
comprometidos fielmente con los objetivos y valores de al comunidad.
Estas personas siguen al pie de la letra la estructura de la organización. Son
rigurosos en el seguimiento de los detalles y las pretensiones del sistema. Exactos y
meticulosos. Niegan la individualidad y se someten a los valores impersonales del
sistema.
Estos individuos compulsivos suelen ser considerados serviciales, arbitrarios, poco
imaginativos, de mente cerrada, intrusos, curiosos y entrometidos.
Muchas de estas personas regidas y artificiales se muestran en público orgullosos
y se dan importancia. Como consecuencia, estas características son similares a las de la
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personalidad narcisista, pero la diferencia está en que en estos compulsivos su aire de
superioridad y su status son superficiales.
 El compulsivo parsimonioso:
En estos individuos destaca la avaricia, la pared protectora que colocan entre ellos
y el mundo externo, siendo impermeables a lo que poseen, sin dar ni compartir. Son
claramente mezquinos y tacaños.
Se fortalecen así mismos y se protegen de esos buitres que desean dejarles sin
recursos. Son miserables y no dan nada, actuando como si nunca pudieran ampliar su
fortuna.
Estas
personalidades
compulsivas
comparten
muchas
características
significativas con la personalidad esquizoide, un distanciamiento frío y la aparente
autoprotección de intrusiones externas.
No se arriesgan a que nadie explore el vacío de su “Si mismo interno”, su
verdadera carencia de capacidades y competencias. También es muy importante el
hecho de que teman que los otros desvelen sus impulsos rebeldes, esos sentimientos de
ira y desafío que ocultan bajo una coraza de respetabilidad y corrección. El respeto es
una manera de mantener la distancia, un medio para ocultar lo que los compulsivos
deben mantener lejos de, los demás y de ellos mismos.
 El compulsivo endemoniado:
Estos individuos, experimentan una intensa lucha entre la necesidad de cumplir
con los deseos de los demás y el deseo de afirmar sus propios intereses. En su mayor
parte, la estrategia compulsiva de autonegación funciona razonablemente bien en estos
individuos; sumergen sus deseos de oposición y establecen un frente adecuado y
correcto. Aunque aparentan tener control psíquico, por debajo de la superficie giran en
círculos, incapaces de decidir qué curso seguir, cada vez más inseguros de quiénes son y
qué quieren. Cuando se espera que estas personas actúen con decisión, vacilan y
posponen, se sienten atormentados y perplejos, se vuelven cautos y tímidos, demorando
las decisiones y utilizando lógicas complejas con el fin de tener bajo control su
confusión interna. Incapaces de saber quiénes son y sintiendo una gran precisión a la
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hora de cumplir con sus obligaciones, comienzan ha tener dudas sobre qué es lo que
piensan y desean. Atrapados en su ambivalencia de cambios rápidos, donde una parte de
ellos se acelera hacia una dirección y la otra se resiste al movimiento, llegan a quedar
exhaustos, de mal humor y descontentos, pero sobretodo confusos y perplejos, con
pensamientos e impulsos que no pueden contenerse ni controlarse durante más tiempo.
Tienen la sensación de estar abrumados por la propia voluntad y por la mejor
compresión de uno mismo. Los pensamientos y los impulsos que normalmente están
contenidos
parecen
incertidumbres
contradictorios
internas,
surgiendo
y
descontrolados.
de
actitudes
y
Ganan
relevancia
sentimientos
las
conflictivos
desconocidos.
La persistencia de estas direcciones que van oscilando pueden hacer que los
compulsivos endemoniados comiencen a torturarse, dando lugar a una resolución
autopunitiva que tratan de anular las poderosas emociones que les acosan. Las
obsesiones y compulsiones son intentos fútiles de control de los pensamientos y
sentimientos irracionales. Estos intentos suponen también que se han desmoronado los
controles habituales del sujeto compulsivo. En esos momentos los compulsivos
endemoniados llegan a sentir que están poseídos por el demonio. –buscan una salida a
sus emociones contradictorias a través de las obsesiones y compulsiones, esperando que
estos sentimientos irreconciliables no los debiliten o trastorne. La erupción de
pensamientos vejatorios e impulsos de malestar hace que estas personas se sientan como
si estuviesen atrapadas en un estado sin solución.
Les resulta muy problemático
reconocerse que pueden ser dirigidos que alteran su fuerza moral. No pueden sacar
provecho de ningún modo. Forzados y deformados por estas tendencias contradictorias,
llegan a sentir que están al borde de la disolución psíquica.
5. CAUSAS INCIDENCIAS Y FACTORES DE RIESGO
Este trastorno tiende a ocurrir en varios miembros de una misma familia y por lo
tanto puede tener un componente genético. Así mismo, se presenta con más frecuencia
en los hombres que en las mujeres en una proporción de 2 a 1, según el DSM-IV TR; y
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no se debe confundir con el trastorno obsesivo-compulsivo, otra condición psiquiatrica
que comporte algunos síntomas con el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva.
El curso del TOCP es relativamente estable a lo largo del tiempo, aunque es difícil
de predecir. Aparece durante la adolescencia o al principio de la edad adulta, y tiende a
agravarse con la edad. Es más frecuente encontrar este tipo de trastorno en sujetos con
trabajos metódicos y detallados y que presentan una estricta dedicación a ellos.
Las personas que padecen el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo
creen que sus preocupaciones son apropiadas. Estas personas tienden a ser exitosas,
tienen un sentido de urgencia con relación a sus acciones y pueden desilusionarse en
extremo si otros alteran sus rutinas estrictamente ordenadas.
6.
SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS
(COMORBILIDAD)
Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, suelen tener
dificultades a la hora de elegir qué tarea es la prioritaria y cuál es la mejor forma de
hacerla, de tal forma, que cuando ocurre esto, puede que nunca llegen a realizarla, ni
siquiera a empezarla.
Normalmente se enfadan en aquellas situaciones en las que no son capaces de
mantener un control del entorno, si bien, su posible ira no se manifiesta de forma
abierta. Cuando estos sujetos muestran afecto, lo hacen de forma muy controlada; como
norma general, sus relaciones cotidianas suelen ser serias y formales. Otra característica
es que normalmente se contienen hasta no estar seguros de que lo que van a decir es
perfecto para la ocasión. Los individuos con el trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad pueden tener dificultades importantes en el trabajo, sobre todo, en aquellos
que requieran flexibilidad y transigencia.
Los sujetos que presenten trastornos por ansiedad (por ejemplo, ansiedad
generalizada, trastorno obsesivo compulsivo, fobia específica…) tienen mayor
probabilidad de padecer esta alteración de la personalidad. Muchos rasgos que
caracterizan al trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad también aparecen
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como características de la personalidad “tipo A”, como la preocupación por el trabajo,
la competitividad y la urgencia del tiempo.
Por último, hay que decir que puede existir una asociación entre el trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad y los trastornos del estado de ánimo y ansiedad.
Siempre que se evalúe este trastorno, se debe tener en cuenta no incluir aquellos
comportamientos que reflejan hábitos o estilos interpersonales admitidos culturalmente,
por ejemplo, en algunas culturas se pone un especial énfasis en el trabajo.
7. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
El trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad se suele distinguir muy bien
del denominado trastorno obsesivo-compulsivo por las obsesiones y compulsiones que
en este último se producen; no obstante, si se cumplen criterios para ambos trastornos,
hay que diagnosticar los dos.
La comorbilidad con otros trastornos de la personalidad ha variado notablemente,
dependiendo de los distintos estudios. Pfohl y Blum (1991) revisaron varios estudios e
indicaron que los mayores porcentajes de comorbilidad del TOCP se daban con los
trastornos de personalidad por evitación, límite, narcisista, paranoide e histriónico. El
TOCP se distingue del trastorno narcisista en que este último, a pesar de ser también
perfeccionista, carece de la capacidad autocrítica presente en los sujetos con un TOCP.
Ni los TOCP , ni los antisociales, ni los narcisistas son generosos con los demás, pero
éstos dos últimos si lo son consigo mismos, mientras que en TOCP ni siquiera consigo
mismo se permite esa generosidad. Tanto el trastorno esquizoide como el TOCP se
caracterizan por una aparente formalidad y por el desapego social, pero en el TOCP esto
se debe a la incomodidad con las emociones y a la excesiva dedicación al trabajo,
mientras que en el trastorno esquizoide existe una incapacidad para la intimidad.
El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad no se debe confundir con
otros trastornos de la personalidad por tener características en común. No obstante, si
hubiese criterios para distintos trastornos de la personalidad, se deben diagnosticar
todos.
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Este trastorno debe distinguirse del cambio de personalidad debido a enfermedad
médica y tampoco se debe confundir con los síntomas que se pueden presentar en
asociación con el consumo crónico de sustancias, como por ejemplo el trastorno
relacionado con la cocaína.
Por último, todos estos rasgos no constituyen un trastorno si no son inflexibles,
desadaptativos, persistentes y no ocasionen un deterioro funcional que sea significativo
o bien un malestar subjetivo.
Los criterios DSM-IV y CIE-10 definen en líneas generales el mismo trastorno;
sin embargo, en la clasificación CIE-10 esta entidad está recogida con el nombre de
trastorno anancástico de la personalidad.
8. EVALUACIÓN, TRATAMIENTO Y PRONÓSTICO
Aunque no hay elementos específicos para la evaluación del TOCP, podemos
utilizar formatos de entrevista para la evaluación de los trastornos de personalidad en
general, como la SCID-II o la IPDE. Los instrumentos de autoinforme que se pueden
aplicar para evaluar este trastorno son también instrumentos que evalúan los trastornos
de personalidad en general, como el Inventario Clínico Multiaxial de Millon(MCMI-III)
o el CEPER, para la evaluación del estilo obsesivo-compulsivo.
Otro test útil para evaluar dicho trastorno es el “NEO-PI-R”, que incluye una
dimensión de escrupulosidad que puede asimilarse a los aspectos no clínicos de la
obsesividad y compulsividad.
Los tratamientos tales como los inhibidores selectivos de la recaptación de la
serotonina (ejemplo el Prozac) pueden ayudar a reducir las obsesiones y las
compulsiones. Igualmente, la terapia cognitiva-conductual puede ayudar, y los
medicamentos en combinación con psicoterapia pueden ser más efectivos que cualquier
tratamiento por separado.
Un ejemplo de tratamiento es el que proponen Beck y Freeman (1990) y
Freeman et al (1990). En el cual hablan de la importancia de comenzar por las áreas
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deficitarias y comportamientos desadaptativos, como la falta de habilidades para dar
prioridades, para manejar el tiempo, para solucionar problemas y el temor a cometer
errores.
Estos autores además realizan la siguiente propuesta cognitivo-conductual a la
hora de tratar a una persona con un TOCP:
1. Establecimiento de un programa de trabajo, dando prioridad algunos problemas
y concentrándose en un tema cada vez.
2. Entrenamiento en relajación, paras reducir la tensión y la ansiedad de forma
adaptativa.
3. Entrenamiento en solución de problemas, para establecer prioridades y escoger
soluciones.
4. Controlar los pensamientos obsesivos. Esto se puede hacer por medio de al
detención del pensamiento o imaginando cosas agradables o neutrales. A veces
puede ser útil establecer un momento especifico y limitado del día en el que el
paciente pueda darle vueltas y vueltas a sus pensamientos.
5. Programación de actividades. Este procedimiento puede ser útil cuando al
ineficacia y la demora en hacer el trabajo están causados por que el paciente se
siente abrumado debido a que no abordan las tareas de forma sistemática.
6. Utilización de la Hoja de Registro de Pensamiento Disfuncionales, prestando
atención especialmente a la columna donde se recogen las emociones.
7. Entrenamiento
en
autoinstrucciones,
desarrollando
un
conjunto
de
verbalizaciones de afrontamiento como respuesta a los pensamientos
automáticos.
8. Identificación de las suposiciones subyacentes al TOCP y su sustitución por
ideas más racionales y adaptativas.
9. Procedimiento para aumentar la empatía del paciente, dada al tendencia de este a
prestar poco atención a sus emociones y a las emociones de los demás. Ese
aumento de empatía le ayudara a resolver aspectos problemáticos de sus
relaciones interpersonales
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9. BIBLIOGRAFIA.

CABALLO, V.E. (coord.) 2004. Manual de trastornos de la personalidad.
Descripción, evaluación y tratamiento. Síntesis.
 MILLON, T.1998. Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV.
Masson.

Consultas en páginas Web:
-
www.psicomet.net
www.biopsicologia.net
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