ol.laboració La transmisión de Valores de Entidades con Activos inmobiliarios Ignacio Goytisolo Marquinez ADJUNTO A JEFE DE LA ASESORÍA JURÍDICA DEL DEPARTAMENTO DE LA G ENERALITAT DE CATALUNYA I.- La primera ley reguladora del I.V.A. (Ley 30/1.985, de 2 de agosto) declaró exentas del Impuesto las transmisiones de valores, iniciando así un proceso legislativo tendente a eliminar la carga fiscal que gravitaba sobre tales transmisiones; dicho proceso se completó tres años después con la promulgación de la Ley 24/1.988, de 28 de julio, del Mercado de Valores, que extendió la exención a la modalidad de “Transmisiones Patrimoniales Onerosas” del I.T.P. y A.J.D., atendiendo así a la propuesta de Directiva europea relativa a los Impuestos indirectos que gravan las operaciones de transmisión de valores. En la actualidad, la exención en favor de la transmisión de valores mobiliarios constituye una regla general consolidada en nuestros textos legales; en efecto: -El artículo 20.Uno, 18.l) de la vigente Ley del I.V.A. (Ley 37/1992, de 28 de diciembre) declara exenta del Impuesto “La transmisión de los valores a que se refiere la letra anterior (acciones, participaciones en sociedades, obligaciones y otros valores) y los servicios 4 ~ DE ECONOMÍA Y FINANZAS relacionados con ella, incluso por causa de su emisión o amortización …” -El artículo 45.I.B).9 del Texto Refundido de la Ley del I.T.P. y A.J.D. (R.D.Legislativo 1/1.993, de 24 de septiembre) consagra la exención de “Las transmisiones de valores, admitidos o no a negociación en un mercado secundario oficial, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 108 de la Ley 24/1.988, de 24 de julio, del Mercado de Valores”. - Y el aludido artículo 108 de la L.M.V. dispone en su párrafo primero que “La transmisión de valores, admi tidos o no a negociación en un mercado secundario ofi cial, estará exenta del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y del Impuesto sobre el Valor Añadido” Pese a su aparente claridad, las normas de exención transcritas han suscitado algunas controversias doctrinales en cuanto a su correcta interpretación y alcance; sin ánimo de ser exhaustivos, resulta interesante realizar dos precisiones: t 1) Desde una perspectiva dinámica, se ha dudado acerca de si el término “transmisión” debe interpretarse en sentido estricto como referido a la transferencia del derecho de dominio sobre los valores o si comprende también negocios jurídicos de alcance más limitado como pueden ser las opciones de compra o la constitución de derechos reales limitativos del dominio –de disfrute o de garantía- sobre los aludidos valores. La cuestión se suscita porque, como es sabido, la modalidad de “transmi siones patrimoniales onerosas” del I.T.P. y A.J.D. presen ta un hecho imponible múltiple y se declaran sujetas no sólo las “transmisiones onerosas por actos inter vivos de toda clase de bienes y derechos …” (apartado A del art. 7.1. de su Ley reguladora), sino también “La constitución de derechos reales, préstamos, fianzas, arrendamientos, pensiones y concesiones administrativas …” (apartado B del mismo art. 7.1). Pues bien, la tesis amplia parece la más acorde con la finalidad económica de la regla de exención y, desde luego, con la lógica jurídica: si se exonera de gravamen el negocio de efectos jurídicos más intensos (la transmisión del derecho real de dominio sobre los valores), con mayor razón deberían exonerarse aquellas operaciones de efectos jurídicos más limitados y que, precisamente por ello, vienen soportando tipos impositivos más reducidos; este razonamiento es el que ha llevado a Martínez Lafuente a pronunciarse a favor de extender la exención a las operaciones de constitución de derechos sobre valores y, en particular, a la constitución del derecho de usufructo a título oneroso. Sin embargo, la Dirección General de Tributos se ha manifestado a favor de la tesis restrictiva en contestación a consulta de 28 de marzo de 1.989. 2) Por lo que se refiere al alcance del término “valores”, se ha discutido si en el mismo debían entenderse comprendidos o no los derechos de suscripción preferente y las participaciones sociales: a) Por lo que se refiere a los derechos de suscripción preferente, el texto refundido de la Ley de Sociedades Anónimas de 22 de diciembre de 1.989 (art. 158.3) los declara transmisibles “en las mismas condiciones que las acciones de las que deriven” y añade que “en caso de aumento con cargo a reservas, la misma regla será de aplicación a los derechos de asignación gratuita de las nuevas acciones”. Por su parte, el art. 2.1.a) del Real Decreto 29/1.992, de 27 de marzo, sobre Emisiones y Ofertas Públicas de Valores, califica como valores negociables “Las acciones de las Sociedades Anónimas y las cuotas participativas de Cajas de Ahorro y de la Confederación de Cajas de Ahorro, así como cualesquiera valores, tales como derechos de suscripción, warrants u otros análogos que directa o indirectamente puedan dar derecho a su suscripción o adquisición”. Ley General Tributaria, parece indiscutible que entre los “valores” favorecidos por la exención fiscal deben incluirse los derechos de suscripción preferente; la solución contraria llevaría al absurdo de exonerar de carga fiscal la transmisión del todo (la acción) y someter a gravamen la transmisión de la parte (el derecho de suscripción preferente). b) En el caso de las participaciones en el capital de sociedades de responsabilidad limitada, la redacción literal del art. 108 L.M.V. parecía excluirlas del ámbito de la exención; recuérdese que ésta favorece la transmisión de “valores” y que, según la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada de 1.953, las participaciones sociales no podían incorporarse a títulos negociables ni denominarse acciones. Por añadidura, el art. 2.2.a) del citado R.D. 29/1.992 excluye de la consideración de valores negociables a las participaciones en sociedades de responsabilidad limitada. Actualmente, las posibles dudas sobre el alcance de la exención respecto de las participaciones sociales deben entenderse resueltas por la vigente Ley reguladora de las Sociedades de Responsabilidad Limitada (Ley 2/1.995, de 23 de marzo), pues aunque niega expresamente a las participaciones el carácter de valores (art. 5.2.) las equipara a éstos en cuanto al régimen tributario de su transmisión (Disposición Adicional Cuarta). Una vez delimitados los perfiles de la regla general de exención procede analizar los supuestos en que no opera este beneficio fiscal. II.- Las excepciones a la regla de exención: el gravamen de la transmisión de valores como transmisión onerosa de bienes inmuebles. Como se sabe, las normas reguladoras del I.T.P. y A.J.D. han venido estableciendo diferentes tipos impositivos en función del negocio jurídico celebrado y de la naturaleza de los bienes afectados. Este hecho ha estimulado las maniobras tendentes a eludir los tipos impositivos más altos; en particular, ha sido constante la búsqueda de estructuras negociales que permitan encauzar la transmisión de inmuebles a través de sociedades, ya a través de aportaciones y adjudicaciones de inmuebles incluidas en operaciones de constitución, aumento de capital, disolución y reducción de capital, ya mediante la simple transmisión de los valores representativos del capital de la sociedad con activos inmobiliarios. Obviamente, a la legítima creatividad de los contribuyentes siguen las medidas normativas de neutralización y así ha sucedido también en relación con las transmisiones de valores que pueden ocultar transmisiones de inmuebles. Vista la legislación mercantil y de acuerdo con el criterio hermenéutico establecido por el art. 23.2 de la 5 ~ Ignacio Goytisolo Marquinez, ADJUNTO A JEFE DE LA ASESORÍA JURÍDICA En efecto, con el precedente de los arts. 55.5 del Texto Refundido de 6 de abril de 1.967 y 40 de la Ley 50/1.977, de 14 de noviembre, las medidas antielusión se recogen actualmente en los párrafos segundo y tercero del art. 108 L.M.V., el art. 17.2 del R.D. Legislativo 1/1.993 y el art. 17 del Reglamento del I.T.P. y A.J.D. (R.D. 828/1.995, de 29 de mayo); siguiendo la sistemática de este último precepto podemos distinguir tres supuestos en que el legislador presume una transmisión encubierta de inmuebles y, consecuentemente, excepciona la regla de exención para exigir el gravamen propio de las transmisiones inmobiliarias: 1) Toma de control de entidades con activos predominantemente inmobiliarios mediante la adquisición de valores en el mercado secundario. A este primer supuesto se refiere el apartado 1.a) del art. 17 del Reglamento, de acuerdo con el cual no procederá la exención. “Cuando los valores transmitidos representen partes alícuotas del capital social o patrimonio de sociedades, fondos, asociaciones y otras entidades cuyo activo esté constituido al menos en su 50 por 100 por inmuebles situados en territorio nacional, siempre que, como resultado de dicha transmisión, el adquirente obtenga la titularidad total de este patrimonio o, al menos, una posición tal que le permita ejercer el control sobre tales entidades.”. Por lo que se refiere al requisito de la posición de control, la norma prescinde de mayores sutilezas y adopta para las sociedades mercantiles un criterio cuantitativo disponiendo que “se entenderá obtenido dicho control cuando directa o indirectamente se alcance una participación en el capital social superior al 50 por 100.” En todo caso, ha señalado la D.G.T. que se mantiene el derecho a la exención si con anterioridad a la transmisión contemplada el adquirente ya tenía el control de la entidad (contestaciones a consulta de 10 de mayo de 1.994 y 26 de diciembre de 1.997). Con toda lógica, la norma establece una matización para el caso de las entidades cuyo objeto social exclusivo consiste en el desarrollo de actividades de construcción o promoción inmobiliaria, advirtiendo que para el cómputo del 50% del activo constituido por inmuebles se excluirán, en este caso, todos aquellos que formen parte del activo circulante de la entidad, salvo los terrenos y solares; y en relación con esta matización ha puntualizado la D.G.T. (contestación a consulta de 27 de septiembre de 1.991) que en el ámbito de las entidades de promoción o construcción inmobiliaria no pueden comprenderse las sociedades dedicadas al arrendamiento financiero de inmuebles. Por lo demás, a los efectos de calcular qué porcentaje del activo representan los inmuebles ha de atenderse a su valor contable y no a su valor real o de mer- 6 ~ DEL DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA Y F INANZAS DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA cado; así lo afirma la resolución del T.E.A.R. de Cataluña de 27 de octubre de 1.999 en la que se advierte además que “el hecho de que tales valores en algunos casos hayan podido quedar desfasados, perdiendo peso en la composición del activo, no es suficiente para proceder a su actualización sin mandato legal que lo habilite”. 2) Toma de control de entidades con activos predominantemente inmobiliarios mediante la adquisición de valores en el mercado primario. Este segundo caso de excepción a la exención se recoge en el apartado 2 del art. 17 del Reglamento del Impuesto y sólo se diferencia del supuesto anterior en que los valores que atribuyen la posición de control se adquieren con ocasión de su emisión en una operación de aumento de capital, ya sea al ejercitar el derecho de suscripción preferente, ya como consecuencia de la conversión de obligaciones en acciones; consecuentemente, esta excepción sólo puede operar en el ámbito de sociedades anónimas y comanditarias por acciones. 3) Transmisión de valores recibidos por aportación de inmuebles en operaciones de constitución o ampliación de capital. La última excepción a la exención se recoge en la letra b) del apartado 1 del art. 17 del Reglamento, en cuya virtud no procede la exención “Cuando las acciones o participaciones sociales transmitidas hayan sido recibidas por las aportaciones de bienes inmuebles realizadas con ocasión de la constitución de sociedades o la ampliación de su capital social, siempre que entre la fecha de aportación y la de transmisión no hubiera transcurrido un plazo de un año.” La alusión reglamentaria a las acciones o participaciones sociales parece restringir la operatividad de la excepción al ámbito de las sociedades anónimas y de responsabilidad limitada. Por otra parte, el precepto solo será aplicable a la primera transmisión de los valores producida dentro del año siguiente a su entrega, por lo que una segunda transmisión de los mismos dentro del año o una primera transmisión transcurrido el año sí gozarían, en principio, de la exención. III.- Determinación de la base imponible de los supuestos de excepción a la exención. Ya para concluir abordaremos la que ha resultado ser la cuestión más polémica entre las planteadas por la norma antielusión: la delimitación de la base imponible sobre la que se ha de aplicar el tipo de gravamen correspondiente a transmisión onerosa de inmuebles. En el tercer supuesto de excepción a la exención (transmisión de valores recibidos por la aportación de inmuebles) existe consenso acerca de que la base impo- t nible se concretará en el valor real de los inmuebles o parte de los mismos que actuaron como contravalor de las acciones o participaciones transmitidas. Sin embargo, resulta muy controvertida la determinación de la base imponible en aquellos casos en los que el gravamen obedece a la toma de control de la sociedad; a este respecto pueden distinguirse dos posturas enfrentadas: a) La que preconiza la aplicación del impuesto sobre el valor real de todos los activos inmobiliarios de la sociedad, tesis prevalente en las resoluciones del T.E.A.C. y que parece encontrar fundamento en la literalidad del apartado 3 del art. 17 del Reglamento del Impuesto, de acuerdo con el cual “se aplicará el tipo de gravamen correspondiente a las transmisiones onerosas de inmuebles, tomándose como base imponible el valor real de los mismos”. da proporción con el porcentaje de capital adquirido en la operación que atribuye la posición de control; este criterio ha sido el adoptado por la Sentencia de la Audiencia Nacional de 5 de noviembre de 1.998 y por la resolución del T.E.A.C. de 16 de diciembre de 1.999. Esta última solución es, a mi juicio, la más respetuosa con la realidad económica subyacente, pues ante una disolución y liquidación de la sociedad el socio mayoritario no va a recibir más cuota de liquidación que la correspondiente a su participación en el capital y, en este sentido, no parece proporcionado exigirle el gravamen sobre una porción de activos inmobiliarios que puede no llegar a adquirir. Por lo demás, el criterio proporcional fue el acogido en el artículo 40.Uno de la Ley 50/1.977 y en el artículo 1º de la Orden Ministerial de 14 de enero de 1.978, dictada en desarrollo de este último precepto legal. b) La postura favorable a aplicar el gravamen sólo sobre aquella parte del valor de los inmuebles que guar- 7 ~